Ante los ojos de Will, volvíamos a ser asquerosamente cursis y empalagosas, pero ¿cómo te separas de la chica que hace que tu corazón lata a mil segundos por hora? Y sí, sabía que estaba exagerando, pero no mentía. Además, era como si de alguna manera quisiera recuperar todo el tiempo que habíamos perdido estando lejos la una de la otra.
Sin embargo, no podía dejar de sentirme un poco insegura, sobre todo porque la tal Nina seguía llamando a Franceska. Y aunque ella insistía en que no debía preocuparme, no podía dejar de pensar en qué clase de relación ellas habían tenido.
Sentía muchísima curiosidad por saber cómo era Nina; de qué color eran sus ojos, qué tan delgada era, si tenía el cabello largo o corto. Ya sabía que estaba en el campo del modelaje, pero más allá de eso, Fran había obviado los detalles de su apariencia física. Pero lo que más me interesaba saber era por qué seguía llamando a mi chica.
Mientras íbamos en el auto, ninguna de esas curiosidades salía de mi cabeza. Sabía que quizás el trabajo me distraería, pero mientras la tuviera a mi lado, solo quería saciar mi curiosidad.
—¿Tienes alguna foto de Nina? —Pude ver cómo sus manos se aferraban con más fuerza en el volante. Ella solo me miró de forma instantánea y luego regresó la vista a la carretera.
—Creí que ya habíamos acabado con eso.
—Solo quiero saber cómo luce —dije inocente.
—No, no me engañas, Em. Sé que no solo quieres saber eso.
—Siento curiosidad. No puedes culparme.
—¿Por qué me estás haciendo esto? —Su tono defensivo me puso alerta.
—No estoy haciendo nada. —Me crucé de brazos.
—Entonces, ¿por qué estás trayendo esta conversación a colación? ¿Por qué te interesa saber cómo es? Pensé que dejaríamos ese tema en el olvido.
—Lo habría dejado atrás si ella en algún momento dejara de llamarte. A todas estas —empezaba a enojarme con cada minuto que pasaba—, ¿por qué sigue llamándote?
Y justo cuando Franceska iba a responderme, su teléfono comenzó a sonar.
—Déjame adivinar... ¿Nina? —pregunté con sarcasmo.
Ella intentó coger su teléfono mientras conducía y yo fui más rápida. Le arrebaté el teléfono antes de que pudiera alcanzarlo y contesté la llamada,
—En este momento Franceska no puede atenderte. ¿Quieres dejarle un recado? —Intenté que mi voz no fuera ruda, sino más bien suave y serena. No quería hacer una escena.
—¿Quién habla? —preguntó claramente confundida.
—Su novia. —Fran me miró y negó con la cabeza. Aún no definíamos nuestro estatus, pero se sentía correcto decir que éramos pareja—. Si tienes algo que decirle, yo puedo pasarle tu mensaje.
—De acuerdo. Dile que planeo verla pronto. Que estoy aquí. —Había una total indiferencia en su voz que parecía no importarle saber con quién hablaba.
Antes de poder decir algo, Nina cortó la comunicación.
—¿Estás feliz ahora? —preguntó Franceska sin mirarme.
—Por supuesto que no. —Claro que estaba molesta—. Al parecer tu ex se encuentra en la ciudad y es obvio que no descansará hasta lograr verte. —Ella soltó un suspiro—. Detén el auto.
—¿Qué? —Suponía que aún lo estaba procesando.
—Detén el auto, Franceska.
—No. No haré eso. ¿Quieres estar molesta? Hazlo, pero no voy a detenerme cuando sé que esto es solo una tontería. —Su respuesta hizo que me enfadara todavía más, pero tampoco era como si fuera a saltar del auto en movimiento.
—¡¿Qué es lo que quiere?! —Me puse frente a ella y me crucé de brazos.
—No lo sé, ¿vale? —Fran seguía mirando el camino— Te he dicho que no debes preocuparte. ¿Recuerdas lo que me dijiste mientras hacíamos el amor esta mañana?
Los colores se me subieron al rostro.
—¿Tu punto?
—Dijiste que era solo tuya. No quiero estar con Nina. Quiero estar contigo. —Ella detuvo el auto.
Fran me miró con detenimiento, y en sus hermosos ojos verdes pude ver que decía la verdad. Ella había regresado por mí, estaba pidiéndome una oportunidad para compensarme por haber huido. Pero, ¿era eso lo que quería? ¿Una compensación? Era indudable que la amaba, pero no podía evitar los celos. Ya no éramos las mismas que se conocieron en la universidad. Las cosas habían cambiado para nosotras en estos dos años. Y aunque parecía que dos años no era mucho tiempo, para mí sí lo había sido.
—Pensé que después de todo lo que he hecho hasta ahora, tendrías un poco más de confianza en mí —susurró con tristeza.
—Si confió en ti. —Me abalancé sobre ella como pude para envolverla en mis brazos.
—Si tanto quieres saber cómo es, entonces la citaré y tú vendrás conmigo.
—No, no es lo que quiero, Fran. Lo siento. —Le estaba haciendo un berrinche por nada—. No es necesario. Perdóname por hacerte pasar por todo esto.
Me sentía aterrorizada ante la idea de conocer a su ex. No porque tuviera miedo a que me dejara (o tal vez sí), sino a que Nina no quisiera alejarse de ella una vez volviera a verla.
—Escúchame. —Había vuelto a mi posición en el asiento del copiloto—. No hay nadie en este mundo que me pueda apartar de ti. —Sus ojos verdes miraban fijos a los míos.
Me arrimé de nuevo hacia ella y pegué nuestras frentes. Casi de forma inconsciente solté un gran suspiro. Ella besó mi frente y luego me arrimó más a su cuerpo para darme abrazo mucho más íntimo. No me importaba que estuviéramos apretadas en un auto abrazadas, o que los peatones nos miraran sin disimular cuando pasaban por la calzada. En ese momento no me importaba nadie más que nosotras.
—¿Podemos irnos ya? —preguntó con una risita en mi oído.
—Claro. —Busqué sus labios para darle un rápido beso y luego me acomodé en el asiento mientras ella encendía el auto nuevamente.
Debía y tenía que confiar en Franceska. Y aunque en el lugar más recóndito de mi cabeza algo me decía que Nina significaba algo más en su vida, yo sabía que ella no me haría daño nuevamente.
*****
En el trabajo intenté enfocarme en los manuscritos, reportes y cualquier pieza de escritura que llegaba a mis manos. Tenía que distraer mi mente de los pensamientos intrusivos que acudían a mí sin contemplación. Becca me indicó que tenía un par de reuniones a las cuales asistí y puse todo mi empeño en prestar atención a los detalles. Estábamos a punto de un gran lanzamiento en la editorial y solo faltaba finiquitar algunos detalles.
Al llegar a casa, agradecí tener un poco de paz, aunque sabía que esta me pasaría factura pronto. Franceska tenía cosas que hacer referente a su trabajo, así que no la vería hasta la noche, si acaso no hasta el otro día. Mentiría si les dijera que no pensé que ella solo estaba buscando tiempo para llamar a Nina. Estaba siendo paranoica, estaba claro eso, pero era una posibilidad.
Luego de quitarme la ropa de trabajo y tumbarme en la cama, cogí mi teléfono para marcarle a mi mejor amigo. Tenía que hablar de esto con alguien, y él era el único con quien podía hacerlo. Después de tres tonos, él tomó la llamada.
—¿Crees que soy una persona insegura? —Ni siquiera había dejado que me saludara.
—Vale. Supongo que esta conversación será interesante. ¿Por qué preguntas eso, cariño? —preguntó con bastante interés.
—Creo que estoy siendo paranoica con Franceska.
—Siempre has sido un poco paranoica, Em. Pero dime, ¿a qué te refieres?
—Hoy le hice una escenita porque su ex la llamó. —Ahora que me oía decirlo en voz alta me parecía bastante estúpido.
—Un fantasma del pasado... —dijo él meditando sus palabras—. ¿Es bonita?
—Ni siquiera quiere mostrarme una foto.
—Oh, oh. ¿Crees que sea una diosa griega?
Claramente, esto era algo que le divertía.
—William, no digas tonterías. Te llamé por apoyo no para que te burles de mi situación —dije con irritación.
—Vale, vale. ¿Qué más dice Franceska al respecto?
—Dice que me ama. Que sería una tonta si me deja ir de nuevo. —Ahora parecía una idiota.
—Aww, pero qué ternura —respondió él—. Creo que debes darle el beneficio de la duda, Em.
—Es ahí donde entra mi escenita.
Puse la llamada en alta voz y dejé el teléfono sobre la cama.
—Ok, te escucho. ¿Qué hiciste?
—Bien. Mientras íbamos en su auto, su ex volvió a llamarla.
—Espera un segundo. ¿Esta chica tiene nombre o seguiremos llamándola "la ex"?
—De acuerdo. Nina. Se llama Nina.
—¡Oh, es un nombre sexy!
—¡Oye! Se supone que es la bruja. —Me quejé.
—Tienes razón. Sígueme contando. Nina la llamó. ¿Qué paso?
—Yo tomé la llamada. Fue algo impulsivo. Le dije que no podía atenderla, ya que estaba con su novia.
—No recordaba que fueras así de posesiva. —Él soltó una risa al otro lado de la línea—. Continúa.
—Entonces, ella dijo que estaba en la ciudad y que quería quedar con Fran para verse. ¿Puedes creer lo descarada que es?
—Wow. ¿Cómo soportaste esa conversación?
—Quería gritarle que desapareciera de nuestras vidas, pero no lo hice. Estaba tan enojada que le pedí que detuviera el auto, y aunque no lo hizo al principio, eventualmente se detuvo.
—Realmente te molesta que tenga una exnovia, ¿verdad?
—Claro que me molesta, pero no es como si esperara que Franceska fuera soltera por estos años que no estuvimos juntas.
—Supongo que quedaron en algo, ¿o me equivoco?
—Me llevará a conocerla.
—¡¿Estás hablando en serio?! ¿Iras a conocer a la chica que quiere volver con tu novia?
—Ya lo sé. Esa es la manera en que Franceska intenta demostrarme que no quiere estar con Nina sino conmigo.
—Pues te deseo mucha paciencia, amiga.
—Estoy siendo una idiota e inmadura, ¿verdad? —Lo cuestioné.
—Me parece que estas actuando de forma errática y de verdad espero que Franceska tenga sus problemas resueltos con esa chica. Entiendo que tengas dudas e inseguridades, pero si siempre vas a estar a la defensiva con ella, entonces no sé qué haces en esa relación. Ambas estuvieron lejos la una de la otra, y ambas hicieron su vida aparte. Tú estuviste con Theo, y ella con Nina. Eso no lo puedes borrar.
—Estoy siendo una idiota. —Eso era lo que intentaba decirme—. Gracias por escuchar todo mi drama, Will.
—No tienes que agradecerme, cariño. Tu vida es mejor que una telenovela.
—Eres un imbécil. —Reí relajándome un poco más.
—Ve e intenta dormir un poco. No te enfrasques en cosas que aún no suceden. Yo tengo que cositas que hacer, así que cualquier cosa, no me llames.
—Tampoco quiero saber. ¡Te amo!
—Y yo a ti. Descansa y deja de pensar en tonterías.
Después que la llamada terminara, me quedé mirando al techo. Tenía que dejar de pensar en las cosas que no habían sucedido así como me había dicho mi amigo. Me levanté de la cama y fui a prepararme un sándwich de jamón para cenar. Mientras me paseaba en ropa interior por la casa, no podía dejar de pensar en Franceska y en cómo me hacía sentir cada vez que la tenía cerca. Cómo me desequilibraba y hacía que todos mis sentidos se pusieran alerta. Cómo deseaba que me tocara en cada instante, así solo fuera para tomarme de la mano. En el fondo, agradecía tenerla conmigo una vez más.
Tomé mi teléfono mientras me sentaba en una de las sillas altas de la isla de la cocina y mientras mordía mi sándwich, le escribí un mensaje de texto.
"Ya quiero que vuelvas a casa. Te amo."
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