Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24

Empecé a escuchar un fuerte aleteo tras de mí, volteé notando que se trataba de papá... Enseguida quise recomponerme pues no quería avergonzarme más.

-Ahórratelo, hijo. Ya te vi -dijo caminando hacia mí y sentándose a mi lado.

-Papá... no quiero esto ahora -pedí tratando de que no me temblara la voz.

-Pero lo necesitas -respondió. No dije nada porque tenía razón, quizás no lo quiera pero tal vez lo necesitaba-. Dime, Jayd ¿qué pasó?

Me encogí de hombros mientras jugaba con mis manos y no sabía que decirle, pero lo intenté finalmente.

-Yo... no sé... qué hacer -hablé con pausas-. No quiero... herir a nadie, pero parece que es lo único que se me da bien.

-¿Nilsa y Zira? -asentí- ¿Hablaste con ambas?

-Lo intenté... con Zira fue un desastre pero intenta hacer que todo parezca que está bien cuando no lo está, y Nilsa... ella se guarda todo para sí misma, no sé que hacer para que hable conmigo y saber en qué le estoy fallando. Ya no quiero lastimar a ninguna.

Papá asiente comprendiendo o intentando hacerlo. Nos quedamos en silencio un segundo para que yo pueda calmarme un poco.

-¿Sabes...? A veces cuando uno se esfuerza tanto en no dañar a los demás, es cuando verdaderamente lo hace y a la vez, te haces daño a ti mismo.

-¿Cómo puedo no hacer eso?

-No se puede, en este caso alguien va a salir lastimado. No puedes evitarlo todo... lo único que queda es amortiguar el golpe y tratar de solucionar las cosas calmado y pensando en ti.

Suspiré y pasé mis manos por mi rostro con desesperación, pues no era lo que quería escuchar pero tenía razón. Odio que tenga razón en esto...

-Jayd... A veces hacemos cosas que creemos conectas y que así protegeremos a los demás, pero por cegarte a ti mismo a hacer solo una cosa... no te das cuenta de las consecuencias cuando ya está hecho -miré a papá notando cierto pesar en sus palabras-. ¿Quieres no lastimar a ninguna? Empieza por pensar en ti y resolver lo que hay dentro de tu cabeza y luego lo que hay en tu corazón. Porque uno no puede reparar algo ajeno cuando ni siquiera puede repararse a sí mismo.

Asentí al darle la razón, miré al frente mientras me calmaba. Papá apoya su brazo sobre mis hombros y me atrae con su ala.

-A Nilsa dale tiempo, no es fácil abrirse a otras personas y menos cuando no queremos avergonzarnos a nosotros mismos, ¿no? -me sonríe un poco.

-Supongo... -respondí apartando la mirada-. Papá... hay algo que debo decirte.

-¿Qué pasa?

-Ayer, Zira y yo... bueno, nos besamos... Pero, no se sintió como hubiera querido, no era...

-¿No era a ella a quien querías besar? -negué avergonzado- ¿Entonces por qué lo hiciste?

-En realidad no quise hacerlo al darme cuenta, se lo dije y fue por eso que todo empezó a ir mal. Después, ella me besó y dijo que al menos sería por esa vez y bueno yo... no sabía que más hacer. Si la rechazaba de nuevo se iba a sentir peor.

-Quizás... pero ¿tú cómo te sientes después de devolverle el beso?

-Como el mayor imbécil de la historia.

-¿Lo ves? A eso quiero llegar. Haces cosas por los demás para no herirlos pero, además de sí hacerles daño a ellos, también te lo haces a ti. Eso no está bien, hijo -suspiró-. Y sin contar que besaste a la hija de mi mejor amigo, va a querer matarnos después de esto, ¿sabes?

-Papá, me haces sentir mal -me quejé.

Él ríe un poco y me abraza para consolarme. Solté un suspiro y solo me dejé abrazar... había olvidado la última vez que mi padre me abrazó, se sentía bien. No recordaba que fuera tan reconfortante.

-Solo digo... el no pensar en ti te lleva a un ciclo donde una acción puede derrumbar muchas cosas. Un cristal roto solo corta a los demás, debes saber como unir tus piezas y solucionarlo. Y si necesitas apoyo, recuerda que tienes a tu familia para ayudarte a reunir esas piezas. Pero al final, eres tú el que sabe dónde encajan todas.

Sonreí agradecido por su consejo y charla motivacional. Agradecía mil veces tener a mi padre conmigo, aunque no lo iba a admitir en voz alta y menos frente a él. Tiene muy alto el ego gracias a mamá.

-Oye, papá... -llamé su atención- ¿Piensas perdonar al abuelo?

-A veces lo considero... -respondió-. Pero muchos años de maltrato no se olvidan fácilmente, supongo que puedo mantener la fiesta en paz y disfrutar de mi familia más cercana. Además de pasar tiempo de caridad con mi hijo.

Me abrazó más fuerte por el cuello y desmeinó mi cabello, me quejé y me aparté.

-¡Oye! -arreglé mi cabello mientras él ríe- ¿Qué tienen todos con despeinarme?

Papá no paraba de reír a carcajadas mientras yo evitaba la mía, solo dejé escapar una pequeña sonrisa mientras miraba al frente pero entonces papá se levanta y me tiende la mano.

-Bueno, es hora de regresar. Tu madre está preocupada.

-¿Ah sí? Pues no parecía cuando ella y Sarah se unieron para mirarme mal -respondí aceptando su ayuda para levantarme.

-Ambas le tienen cariño a Nilsa, sobre todo por salvarte de los cazadores -respondió-. Tu madre sabe que algo te molesta así que no te sorprendas cuando te abrace al verte.

-Quizás.

-Anda, vamos ya.

Asentí. Ambos extendemos nuestras alas y fuimos de regreso al clan. Caminamos hasta casa, sinceramente no quería entrar aún pero papá me animó a hacerlo.

-Llegamos -avisa al abrir la puerta.

Al instante sentí a mamá abrazándome con cariño. Miré a papá y él me veía con una mirada de "te lo dije". Suspiré y abracé a mi madre de vuelta.

-Lo siento, cariño. No me paré a pensar en como te sentías también -dice ella.

-Está bien, mamá... Sabes que no me gusta que me vean así -respondí apenado.

-Lo sé, eres igual a tu padre -ella se separa mientras me sonríe-. La primera vez que lo vi llorar parecía un bebé y aún así no me dejaba mirarle bien.

-Evett -papá llama su atención avergonzado-. Dijimos que no volveríamos a recordar eso.

-¿Crees que lo voy a olvidar? Te veías muy tierno, así demostrando tus sentimientos y no como una roca -ella lo abraza también y le da un beso en la mejilla-. Pero de cualquier forma me gustas.

-Bueno, bueno, demasiado amor -me quejé y fui a sentarme en el sofá junto a Sarah y Dylan.

Agarré a Sarah desprevenida y la hice acostarse sobre mis piernas para hacerle cosquillas pues ella es muy cosquilluda.

-¡Para! ¡Jayd, por favor! ¡Me hago pipí! -ríe ella mientras patalea.

-Sarah, enana de mi vida. No vuelvas a mirarme mal porque sabes que no puedo vivir tranquilo si lo haces.

-Hm. Entonces no seas un tonto -comentó sentándose de nuevo-. Pero tampoco lo seas contigo mismo.

-Lo prometo -hablé levantando la mano derecha como en un juramento. Ella salta sobre mí para abrazarme.

-Te quiero, Jayd.

-Y yo a ti, Sarah -respondí sonriendo.

Pero entonces ambos nos quejamos cuando Dylan nos abrazó lo más fuerte posible.

-¿Y yo qué?

-Tú pesas -se queja Sarah.

-¿A Jayd le dices te quiero y a mí que estoy gordo? Me ofendes, hermanita -Dylan se deja caer sobre el sofá en una pose dramática.

Sarah ahora salta sobre él haciendo que se quejara por lo repentino. Pero la abrazó igual.

-A ti también te quiero, tonto.

-¿Por qué siempre me tienes que robar la atención de Sarah? -me quejé- ¡Estaba conmigo!

-Pero ahora está conmigo.

Lo fulminé con la mirada pero entonces mamá y papá vinieron a detenernos mientras reían. Entonces a mí se me ocurrió y abracé a mamá.

-Pues yo tengo a mamá -le saqué la lengua a Dylan.

-¡No se vale!

-Sí, no se vale -papá se une a las quejas-. Ella es mi esposa, devuélvemela.

-Hombres -mamá y Sarah ruedan los ojos pero sentí como mamá dejaba un leve beso en mi cabeza.

La miré un segundo y volví a aferrarme a ella por sentirme tan reconfortado por ella. No había cariño igual como el de mi familia. Incluso Dylan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro