Capítulo 18
Cerré los ojos para calmar mi respiración, latidos y todo mi cuerpo en general. Dejé que la molestia me invadiera un poco por el hecho de que había vuelto a entrar al bosque.
-¿Por qué volviste aquí? -pregunté.
-Perdóname, ¿sí? Es que... me preocupé... -admitió avergonzada.
No supe que decir, no me esperaba que confesara eso. Ella se apartó para ocultar su vergüenza, se acercó a una roca junto a un estanque... Era el mismo estanque que vi la primera vez que vine a este monte. Ahora lo recuerdo.
-Pasó un mes desde que no viniste a clase, creí... que te había pasado algo...
Suspiré más calmado y me acerqué a ella quedando de pie a su lado. Ambos miramos al estanque.
-Pero no debiste venir aún así, ¿qué hubieras hecho si volvías a perderte y te encontrabas con criaturas que quisieran matarte de nuevo?
-Lo sé, lo sé -se quejó-. Pero nada de eso me importó cuando entré. Solo quería... saber que tú estabas bien.
Abrí los ojos de par en par al escucharla. Ella se sonrojó un montón, mientras que yo no podía parar de mirarla con atención.
-¿Por qué te preocupas tanto por mí? -pregunté.
-Y..Yo... am... No lo sé -respondió apartando la mirada-. Quizás porque fuiste la primera persona que se preocupó por mí en toda mi vida.
Me quedé en silencio, procesando aquella respuesta. Miré su muñeca, más específicamente, su pulsera. Es verdad... ni a su padre le ha importado haberle hecho daño a su hija. A diferencia de mi actuar, recordé cada momento en el que la he ayudado, no creía al comienzo que me preocupaba por ella... es más porque no estaría tranquilo con mi consciencia si dejaba pasar todo eso y algo le ocurría. Pero... supongo que hace tiempo dejó de ser de ese modo. Lo confirmé hace un segundo cuando esa flecha...
Negué con la cabeza para evitar pensar en lo que hubiera podido pasar si yo no hubiera podido reaccionar. Realmente me había preocupado, en realidad me había sentido aterrado.
Resoplé y miré el agua del estanque frente a nosotros, el sonido era realmente relajante, debía de admitirlo.
-Ow, al parecer este ya no es nuestro lugar -Nilsa y yo miramos atrás al escuchar la voz de mi madre.
Mamá y papá se acercan a nosotros con una sonrisa. Nilsa los ve sorprendida y a la vez confundida. Suspiré más profundo y decidí presentarlos.
-Nilsa, ellos son mis padres. Mamá, papá, ella es Nilsa, mi compañera de clase.
-Es un gusto conocerte, Nilsa. Jayd nos ha hablado de ti -comenta mamá haciéndome sobresaltar al igual que Nilsa.
-¡M..Mamá! Haces que eso suene a un malentendido... -aparté la mirada al igual que Nilsa-. Les conté que tú eres quien sabe sobre nosotros.
-Y..Ya veo... entiendo. El gusto de conocerlos es mío -responde ella, aunque al mirarla pude ver cierta ¿decepción?
Papá niega con la cabeza y mamá me mira como si hubiera hecho una tontería. Rodé los ojos y decidí cambiar el tema.
-¿Este lugar era suyo? -pregunté a mis padres.
-Veníamos aquí todos los días cuando éramos niños hasta que nos mudamos juntos -responde papá.
-Nos alegra que lo hayan encontrado, es un lugar muy especial -comentó mamá con una mirada nostálgica. Papá la abraza y ambos sonríen por los recuerdos.
-Okey, demasiado -hablé.
-Pronto lo entenderás, hijo -papá me da unas palmadas en el hombro-. Pronto lo harás.
-¡¿Ah?! ¿Qué quieres decir con eso? -exigí saber.
Él solo ríe junto a mamá y no me responden aunque insista. Nilsa suspira y al verla ella estaba intentando no reír, miraba con ternura a mis padres y eso me hizo distraer por un segundo.
-A todo esto... ¿Por qué ella está por aquí? Ahora mismo el bosque es mucho más peligroso que antes, Nilsa -advierte mamá.
-Yo lo siento... es que creí que algo malo le había ocurrido por no haberlo visto en la escuela en todo este tiempo -admite Nilsa.
-¿Te has preocupado? Que linda -dice mamá sonriendo-. Me alegra saber que mi hijo problemático y antisocial tiene a alguien que se preocupa por él.
-Oye -reclamé cruzándome de brazos, pero rodé los ojos.
-Jayd, es tiempo de que la lleves fuera del bosque. No debe correr ningún peligro -sentencia papá haciéndome reaccionar. Asentí enseguida y me giré hacia Nilsa.
-¿Y ustedes? -pregunta ella. Mamá sonríe aún más enternecida por la preocupación de Nilsa.
-No te preocupes, nosotros sabemos defendernos muy bien.
Nilsa la mira pero no tiene más opción que confiar y asentir. Le tendí la mano y ella me mira y luego a mis padres, se sonroja un poco pero me acepta la ayuda. La cargué en brazos y alcé vuelo, nos alejamos de mis padres y nos mantuvimos en silencio.
-Am... ¿Jayd?
-¿Hm?
-¿Qué se supone que está pasando? -pregunta Nilsa.
-Supongo que debes de saberlo... No tienes que volver por aquí, Nilsa. Mi clan ahora mismo está en una situación peligrosa, digamos que está constantemente en guerra con diferentes enemigos. Es peligroso para to estar aquí.
Ella me mira atenta y sorprendida, esperando a que continuase con la explicación pues se negaba a solo quedarse con eso.
-Existen cazadores que saben sobre nosotros, antes no era un problema pero ahora pidieron ayuda y en grandes grupos les quitaron su hogar a distintos clanes enemigos. Ellos están aquí para quitarnos nuestras tierras a nosotros. Además de que también vinieron los lobos y otras criaturas.
Ella suspira y asiente comprendiendo la situación. No dijo nada y yo bajé hasta escondernos entre los árboles, cerca del límite con la ciudad humana. La dejé en el suelo y dudé un segundo antes de agarrar coraje.
-Nilsa, préstame tu celular un momento, por favor -pedí.
Nilsa me mira extrañada pero me lo da sin preguntar aún. Yo agregué mi número rápidamente y se lo devolví.
-Si ocurre algo quiero que me llames, no sé si hubieron enemigos que te han visto conmigo ahora, no quiero que corras peligro así que por cualquier cosa... llámame.
-Está bien, lo haré... -pero baja la cabeza con algo de culpa-. Yo lamento...
-Ni pienses en disculparte -me mira sorprendida mientras que yo sonreía-. Gracias por preocuparte por mí, Nilsa. Eres la primera de la escuela que lo hace.
Ella me mira nuevamente y yo puse una mano en su hombro agradecido con ella antes de irme. Decidí caminar para tomarme mi tiempo y poder pensar mejor las cosas... pues en mi mente había toda una situación complicada que me atormentaba.
Por un lado estaba Nilsa, no podía evitar pensar en que esa chica... Esa chica de verdad me tenía encantado, es hermosa, dulce y tierna. Me hacía sentir alguien fuerte, pues cuando la salvo siento que... alguien necesita de mí. Se siente bien. Una sensación que jamás había experimentado...
Pero luego estaba Zira. Ella también es muy hermosa pero todo lo contrario a Nilsa, ella es muy fuerte, no necesita de nadie que la proteja y eso también me fascinaba pues cuando peleamos juntos ya sea del mismo equipo o en contra, no importaba, pues era divertido de todas formas. Nos complementamos bien.
Resoplé confundido, no quería tener este problema ahora presente. Llegué al clan y me encontré con Zira.
-Hola -saluda ella.
-Hola, Zira -sonreí amable.
-¿Dónde andabas? Te estuve buscando -ambos comenzamos a caminar juntos.
-Necesitaba volar un poco, quería despejarme -respondí metiendo las manos en mis bolsillos.
-¿Con este peligro? -pregunta haciendo una mueca.
-Pues sí, sé que si algo llegara a pasar podré ser capaz de defenderme o llegar hasta aquí.
-Solo... ten cuidado -dijo mientras suspiraba.
-Oye, solo me dispararon una vez, tranquila. No te preocupes tanto -dije riendo un poco.
Ella parece sonrojarse levemente por la sorpresa. Aparta la mirada y trata de negar todo lo que dije.
-En fin, ¿para qué me buscabas? -pregunté cambiando de tema.
-Bueno, quería mi revancha -dijo sonriendo como nueva.
-Está bien, espero que esta vez consigas derrotarme -empecé a trotar.
-¡Claro que lo haré! ¡No lo dudes! -ella se unió a mi trote con más ánimos. Me reí nuevamente.
-Eso lo veremos ahora.
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