Paso una semana y Ucker intento comunicarse con Dul, pero ella no le hacía caso, siempre lo ignoraba, no contestaba sus mensajes ni aceptaba sus llamadas. Mientras tanto Dulce se había ido a vivir a su antigua casa pero pasaba gran parte del tiempo con Any.

- Dulce - la llamo Any.

- ¿Qué? - le pregunto ella que estaba recogiendo su cama.

- ¿Porqué no hablas con Ucker, ya ha pasado una semana y él está arrepentido, o al menos eso es lo que a demostrado - dijo ella preocupada por su amiga que no hacía nada más que recoger todo el día y eso no le hacía bien al bebé ya que el doctor la había mandado a descansar.

- Porque... - suspiró - todavía no supero lo que me hizo - le dijo sentándose en la cama con los ojos cristalinos.

- ¿Y cuándo lo vas a perdonar? - le preguntó un poco molesta - porque te llama y tú no contestas, te envía mensajes y no les haces caso, te busca y tú lo evitas. ¿Cuánto tiempo vas a seguir con esto?

- No lo se - dijo Dulce llorando mientras miraba su vientre - me lastimó mucho.

- Se que se equivocó - le dijo Any sentándose a su lado y abrazándola - pero no lo castigues de esta manera.

-¿De qué manera? - le preguntó.

- Asi... - trató de hacerla razonar - estas haciendo que se pierda de una gran etapa de su vida, una muy importante - le dijo mientras acarisiaba su barriga.

- Bueno...eso es verdad - resonó un poco.

- A pues ¿Qué esperas? Ve a buscarlo - le dijo parándose de la cama.

- No

- DULCE MARIA - gritó Any.

- Es broma - dijo Dulce mientras reía - mañana hablaré con él.

- Eso espero.

- Lo juro.

- Bueno pues en ese caso te dejo, es mejor que me vaya a mi casa, ya es muy tarde - le dijo Any.

- De acuerdo, nos vemos mañana.