🎁-[ Única Parte ]-🎁
Y frustrado resopló antes de desplomarse sobre su asiento. Ocultó sus opacos ojos tras cuatro dedos de su mano. Hizo girar un poco la silla de su despacho hasta encarar a la ventana. Separó los dedos índice y corazón para poder ver a través de ese cristal, enfocar a la responsable de su frustración, y volvió a darle la espalda a esa ventana con ese sentimiento incrementando paulatinamente.
Naomi. Un bello nombre que significa "bella" en hebreo, y que no podía quedar mejor a la bella chica que tenía por novia. Naomi era bella en todos los sentidos. Tanto en su físico, presumiendo de ojos marrón oscuro y un largo cabello castaño, como en su personalidad davidosa, sensible, detallista y gentil.
Levi amaba todo de ella; su voz, sus ojos, su actitud, sus dibujos, su todo. Ese todo que se juntaba en un sólo cuerpo y conformaba a la bella Naomi que le robaba el aliento. Una Naomi que cumpliría años ese veintidós de abril y que, sin embargo, a la que aún no le tenía preparado un regalo.
Apoyó los codos en la mesa soltando otro bufido. Le cabreaba no saber eso aún. Ella le había comentado tiempo atrás que quería pintarse el cabello, o al menos las puntas. Sin embargo, Levi se rehusaba a sólo darle eso, sólo un "nuevo color de cabello."
Tal vez podría pagarle un mes de gimnasio e ir con ella para motivarla, pero eso seguiría siendo demasiado poco. También pensó en la probabilidad de comprarle algún cambio de ropa bonito y llevarla a comer, que por cierto no le pareció tan mal, pero aún así sentía que le faltaba algo, necesitaba de cualquier factor que hiciera ese día diferente a los demás.
—¿Ya pensaste en quizás darle flores? —cuestionó Nanaba.
—¿Y si haces que le canten en el lugar? —le sugirió Mike.
—¿Qué tal si consigues que el cheff cocine frente a ustedes, como en el servicio francés o ruso? —añadió Hanji.
—¿Por qué no le reservas el lugar completo? —comentó Erwin, pero nada de eso le convencía al cien porciento.
El tiempo se le venía encima, y aún no tenía ese factor especial. Había hecho ya todas las movidas que iba a necesitar, tenía listos todos los preparativos, tenía calculado cada minuto del gran día, pero nada era suficiente. Se sentía igual que un pintor trabajando diligentemente en una de sus tantos cuadros, al cuál le estaba poniendo todo su empeño, y sin embargo, aún le faltaba algo. Tal vez era la transición de un color, tal vez un matiz, tal vez moldear más en una parte, pero seguía sin poder ver qué era eso.
—Uh, capitán. —Escuchó cómo una voz algo acongojada le llamaba. Levantó la mirada, y pudo ver a Eren Jaeger que tímidamente pedía permiso para entrar.
—¿Qué se te ofrece, Jaeger? —preguntó acomodándose en su asiento, empleando ese frívolo tono de voz al hablar.
—Su pareja lo está esperando, me pidió que lo viniera a buscar.
—Gracias. Puedes retirarte.
El recluta policial iba a obedecer. De hecho, había dado media vuelta para acatar la orden, pero dejó de caminar y se giró a verlo. Iba a decir algo, pero al instante se arrepintió y su amago quedó con la boca abierta y después la volvió a cerrar.
—¿Qué? —espetó el mayor al ver esa acción.
—Este... Capitán —vaciló un poco y después se aclaró la garganta—, me preguntaba si era cierto que su pareja cumplirá años este mes.
—Sí, es verdad.
—Yo... Yo me preguntaba si usted se molestaría si le regalaba algo a Naomi. Ella ha sido una persona realmente buena conmigo, y me gustaría devolverle el favor aunque sea una vez.
—Haz lo que quieras —aprobó sin tomarle demasiada importancia al asunto. Pero tan pronto como lo hizo, su mente pareció mostrarle que estaba a punto de dejar pasar una grandiosa oportunidad—. Jaeger —le volvió a llamar antes de que se retirara.
—¿Si, señor?
—Tienes... —vaciló un instante y le dió un poco de pudor continuar. Desvió la mirada, dando a la ilusión de estar molesto, y prosiguió—: ¿Ya sabes qué es lo que le regalarás?
—Uh, yo... yo pensaba en darle una pulsera de plata. Pero si le molesta...
—No preguntaba porque me moleste lo que le vayas a dar. —Le interrumpió. Después trató de emplear un tono de voz que no pareciera molesto—. No tengo un regalo aún. ¿Qué piensas que sería buena idea? —soltó sin rodeos, viéndole a la cara sin expresión alguna.
Eren se mostró un poco sorprendido, nunca imaginó que el capitán de su escuadrón le pediría ayuda con algo tan personal. Ni siquiera estando ebrio podría pensar en ser "el elegido" para algo como eso. Pero no se olvidó de que así como le había pedido ayuda, igual de rápido podía cambiar de opinión. Pasó saliva y se obligó a actuar natural, no quería incomodarlo.
—¿Tiene alguna idea de cómo quiere que sea el presente?
—Solo quiero que sea especial.
—Bueno... si yo estuviera en su lugar, trataría de regalarle algo que nunca antes le he dado a alguien.
Eso lo dejó pensando un buen tiempo. Él ni siquiera le regalaba tantas cosas a alguien, ni mucho menos se esmeraba tanto en hacer especial un cumpleaños. Pero seguía sin ser especial. Comenzó a pensar una y otra vez en qué, qué era eso que sólo le regalaría a Naomi, y que estaba cien porciento seguro de que jamás le volvería a regalar a nadie.
Rodó los ojos algo cansado, y antes de salir de su oficina, se giró hacia uno de sus libreros donde se hallaban numerosas carpetas con expedientes, copias de protocolos, registros de autopsias y, para su sorpresa, una fotografía de él mismo junto a Hanji y Mike durante la preparatoria. Fue en ese momento cuando sus piernas comenzaron a tener conciencia propia, y como si fueran atraídas por una especie de fuerza sobrenatural, se acercó embobadamente hacia el librero. Tomó la fotografía entre sus manos, contempló la imagen ilustrada sin mirarla realmente. De repente, la respuesta a su gran incógnita parecía ser tan cristalina y transparente como el agua.
El día que tanto había temido finalmente llegó. Se levantó temprano para prepararle el desayuno a su novia, se lo llevó a la cama, y tuvo problemas para despertarla, puesto que ella tendía a levantarse sumamente tarde. Ella, tan linda como siempre, se mostró algo avergonzada de que le llevase el plato hasta la mesa, y de que no hubiera sido al revés, con los roles invertidos.
—Me hubieras despertado para que no trajeras todo hasta acá —comentó con congoja mientras se despejaba el cabello del rostro.
—No tendría sentido hacer eso hoy, en tu cumpleaños —respondió dándole un suave beso en la cabeza antes de sentarse en la orilla de su cama—. Más te vale que te prepares bien, hoy tendremos un día atareado.
—¿Atareado? ¿preparaste una especie de itinerario o algo así? —Cuando se sentía nerviosa, tendía ha hacer alguna ínfima y tenue broma para apaciguar el mar de nervios que se generaba dentro de ella.
—Algo así. —Hizo una pausa—. Luego de que te bañes vamos a ir al gimnasio para ejercitarnos un poco.
—¿Dices que no estoy en forma?
—Digo que estás estresada. Ir a ese sitio te servirá de mucho para mejorar ese asunto. Algunas personas consideran el ejercicio como una especie de terapia de relajación.
Nunca se imaginó que esa terapia le sería más de utilidad a él que a ella. El peso de tantos casos de su trabajo, los estragos menores, las imprudencias de su nuevo escuadrón, y otros tipos de problemas surgentes de improviso se vieron demolidos por las máquinas de ejercicios; las corredoras, las pesas, las bicicletas. Aunque todo su estrés no fue lo único que terminó hecho trizas, sino que también Naomi. Aunque, no exactamente igual que su estrés, era evidente que ella estaba más exhausta que él.
Salió de ahí soltando un suspiro de cansancio genuino mientras que Levi le tomaba la mano y sonreía. Él no era un hombre que hiciera ese gesto a menudo, de hecho eran contadas las veces que una sonrisa surcaba sus incoloros labios, y ella pensaba que todas y cada una de sus sonrisas era hermosa. Sintió que su corazón se removía emocionado y esbozó una sonrisita ella misma al verlo. Ese hombre le despertaba un millar de indescriptibles emociones dentro de su ser en sólo un segundo, con una sola sonrisa.
—¿Te divertiste? —preguntó Levi.
—Sí, seguro.
—Mañana volveremos a ir.
Naomi alzó el puño mientras parodiaba un grito de victoria, que resultó ser más bien un quejido. Realmente ella estaba desconociendo los propósitos de su novio para ese día. Pero en vista de que había iniciado con algo que ella consideró rudo, podía intuir que el resto de su cumpleaños la pasaría igual. Grata fue su sorpresa, cuando Levi la llevó a un spa de relajación. Uno de relajación de verdad.
Estaba tan complacida cuando ambos entraron a darse un baño de lodo, el cual se habían limpiado después con agua caliente. Incluso Levi le había pagado a las encargadas para que le pusieran a su chica mascarillas de belleza a lo largo de su tratamiento. El cuál perduró bastante tiempo, y finalizó con un buen masaje para ambos.
Naomi salió de ese lugar sintiéndose más ligera que una delicada pluma. Ese spa era lo que realmente necesitaba para su estrés, aunque el haber ido al gimnasio también había sido agradable.
—¡Me siento como una chica nueva! —declaró mientras elevaba las manos a la altura de los hombros e inhalaba una buena bocanada de aire.
—Todavía falta más —respondió mientras le abría la puerta de un salón de belleza, donde le pintó el cabello del color que quiso.
También la llevó de compras. Ella resultaba ser demasiado modesta a veces, y Levi tenía que convencerla de que en verdad podía comprarle toda la ropa que ella veía. No por nada había estado ahorrando para ese momento desde el año pasado. También fueron juntos a divertirse al parque de diversiones, pues sabía que ella en el fondo tenía un corazón infantil y fue a un lugar apropiado para liberarlo. También ganó unos cuantos peluches en los juegos de tiro al blanco y finalmente llegó la noche, y con ella el momento que más había estado esperando.
—No te vayas a tropezar —advirtió Levi mientras le ayudaba a caminar por el restaurante, finalmente sí le había reservado el lugar después de todo.
—¿Ya puedo quitarme esto? —preguntó la chica pues su novio le había vendado los ojos para que su siguiente parada fuera una sorpresa.
—Espera un momento —le indicó mientras le dedicaba una mirada amenazante a los otros, que casi rompían un ornamento que, desde luego, le cobrarían de ser así—. Ya puedes.
Naomi se retiró la venda de los ojos, y al hacerlo se llenaron de algunas lágrimas de conmoción al ver que habían tantas personas en el lugar: Erwin, Hanji, Eren, Nanaba, todos estaban ahí, detrás de una mesa con un gran pastel de cumpleaños mientras que todos gritaban juntos: "Felicidades."
Naomi se giró a su novio y lo besó en los labios con amor, mientas que él posó sus manos en su cadera y todos les aplaudieron.
A las horas transcurridas la fiesta era todo un éxito. Naomi no era el tipo de chica que bailaba, pero había hablado mucho con Historia y las chicas. Se rieron, bromearon, se pusieron al día con respecto a todo lo que había ocurrido durante el tiempo que no se vieron. Hasta que, de un momento a otro, Naomi se percató de que su novio no aparecía por ninguna parte.
Él había, prácticamente, desaparecido. De hecho, tampoco veía a Hanji ni a Mike. Eso le estaba preocupando un poco. Naomi se puso de pie, dispuesta a buscar a su novio. Era su cumpleaños, quería pasar cada minuto del día a su lado. Y fue entonces cuando todos los focos del restaurante se apagaron, y unas luces moradas apuntaron hacia una especie de pequeña plataforma a la que no le había prestado mucha atención y ahí estaban, Levi, Hanji y Mike. Hanji con una guitarra, Mike en la batería, y Levi con el micrófono en la mano.
Todos comenzaron a aplaudir, y entonces Levi apuntó con el dedo hacia Naomi, que le miraba algo confundida y un reflector le iluminó.
—Escuchen todos porque no lo voy a repetir —habló frívolo y directo. Cómo cuando le explicaba a su escuadrón lo nuevos casos policiales a investigar—. Esa mujer que ven ahí es el amor de mi vida y hoy es su cumpleaños.
Todos se giraron a verla y aplaudieron. Naomi se sintió un poco abochornada por recibir toda esa atención y se dedicó a sonreír, pues sentía que era lo único que podía hacer por el momento.
—Naomi, sabes que nunca he sido bueno para las palabras, pero esta ocasión, delante de todos nuestros camaradas te digo que hablo enserio cuando digo que te amo. Nunca me imaginé que tu cumpleaños me pusiera los pelos de punta, pero no me arrepiento de cada minuto del día. Naomi, este año quise regalarte algo a tí y sólo a tí. Esto es algo que jamás le he obsequiado a una persona, y es algo que jamás volveré a obsequiar.
Se escuchó un "aaaww" por parte de los demás, y ella inevitablemente se sonrojó.
—Naomi, esta canción es para tí.
Finalizó su oración y Mike comenzó a tocar los tambores y los platillos. Hanji no se hizo esperar con la guitarra y pasados los minutos Levi comenzó a cantar, con esa voz que derretía a su novia, que hacía que su corazón fuera invadido por una calidez tan apacible que le hacía perder los sentidos. Realmente amaba a ese hombre, amaba que expresara sus emociones de forma tan única y amaba que cada momento que pasaban juntos, eran momentos de completa alegría.
Para cuando la canción terminó, Naomi tenía el corazón tan conmovido que sus lágrimas salieron a flote. Corrió entre toda la gente, se subió al escenario y volvió a besar a Levi, y sin embargo, ese beso fue único. Nunca antes se había sentido tan feliz de cumplir años, y nunca creyó ser tan feliz al lado de alguien. Cuando se separaron, ella lo abrazó fuertemente y él le correspondió.
—Gracias —susurró por lo bajo refugiando su rostro en su cuello.
—Cásate conmigo.
Automáticamente el lugar quedó mudo. Nadie hacía ruido y nadie paraba de mirar a la pareja. Naomi por poco creyó que había escuchado mal. Se alejó un poco de él, y con solo ver su rostro supo que en efecto, había dicho lo que había escuchado. El único problema era que no lo podía creer... no aún.
—¿Qué? —espetó por su sorpresa y entonces el varón le tomó de las mejillas con amor y le besó la frente.
—Escucha, lamento no tener el anillo aún, en realidad no tenía planeado decirte esto ahora, pero acabo de decidir que quiero pasar el resto de mis días al lado de alguien, acabo de decidir que quiero pasar mis días de salud y enfermedad, de riqueza y de pobreza al lado del amor de mi vida. Y acabo de decidir, que quiero que tú seas mi esposa.
—Levi yo... Yo no sé qué responder —respondió conmovida tomando las manos de su pareja. Eran tantas emociones las que se agolpaban en su corazón que sentía que necesitaba tomarse un tiempo para ponerlas en orden. Todo estaba ocurriendo tan deprisa, tan repentino, y tan emocionante. Justo cuando creía que era todo, ese hombre la había vuelto a sorprender, y no paraba de adorar sus sorpresas—. Hay tantas cosas que quisiera decirte justo ahora, pero no sé por dónde empezar. Lo único que puedo decir por ahora es sí, sí quiero ser tu esposa, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, la persona que más amo y que más admiro en este mundo. Quiero estar a tu lado, Levi Ackerman, porque sólo tú me haces sentir completa.
La reacción fue instantánea: el varón la levantó tomándola por la cadera y giró en su lugar mientras que todos aplaudían y empezaban un gran brindis. ¡Acababan de presenciar la promesa de la unión de dos almas gemelas!
N/A
Bien, creo que está de más decir que este shot es mi regalo de cumpleaños para NayomiV241 :'3
Por favor perdona mi retraso. Iba a ser un poco más largo pero ya no quería aplazarlo más tiempo.
Espero que te haya gustado ❣️
También espero que no te moleste mi demora we, sabes que te amo :')
PD. [Editado]
He terminado por corregir este shot. Realmente no tuve que quitarle muchas cosas, pues desde el principio lo escribí con el corazón. Espero que la personita a la que le he regalado esto lo siga disfrutando.
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