"Reunión de Nobles"
𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 4
Suspiró, observando los carruajes llegar uno por uno a las afueras del palacio. Los reyes, ambos príncipes y los pretendientes, esperaban pacientemente la llegada de los representantes de las Casas reales.
Llevó ambas manos a su esplada, entrecruzándolas, sientiendo un aura pesada a su alrededor, como si alguien estuviera observándole insistentemente. Miró de reojo al príncipe heredero, que se encontraba solo a un par de metros a su derecha, hablando tranquilamente con su hermano menor.
Desde el día anterior, donde tuvo lugar la discusión, las cosas entre ambos habían sido demasiado estresantes para su persona. El príncipe apenas y lo miraba cuando pasaba por su lado o ambos coincidían en el mismo salón. Jungkook solo le daba un asentimiento ligero y seguía de largo, apenas dándole una mirada de soslayo.
Los lords fueron a recibir a sus progenitores cuando estos comenzaron a bajar de los carruajes, pero él decidió quedarse en su lugar, esperando junto a SeungMin a que fuera su padre quien de acercara.
—Mi querido hijo —articuló su padre con alegría, dándole un beso en cada mejilla—. Te ves deslumbrante, JiMin.
—Duque ChulHo, me alegra verlo bien. —El rey se acercó, siendo seguido por su esposa y ambos hijos.
—Mi rey. —El duque se inclinó, haciendo una reverencia a manera de saludo—. Su alteza real —saludó a la reina, y luego miró a ambos príncipes—. Príncipe heredero, príncipe BeomGyu.
—Es un placer para nosotros tenerlo aquí, duque Florien —habló JungKook, mirando después a JiMin solo por unos segundos.
—¡Oh! ¡Muchas gracias, mi príncipe! Espero que haya tenido la oportunidad de concer a mi querido hijo. —Le dio un empujoncito a Jimin para que diera un paso al frente, y para que quitara esa mueca que tenía en el rostro.
—Sí, el lord JiMin es alguien... especial —mencionó después de una corta pausa, y el recién mencionado tuvo que retener el insulto que deseaba soltarle—. Ahora si me disculpan, los condes de Vadronia esperan por mí.
Hizo una reverencia leve y caminó hacia donde estaba el lord HyunJin junto con sus progenitores, quienes lo recibieron con sonrisas enormes y palabras de respeto.
ChulHo frunció el ceño al ver aquello, desviando la mirada a su hijo después, con el ceño fruncido. Agarró a Jimin del brazo, pidiéndole a los reyes permiso para retirarse. Dentro del castillo, siendo seguidos por SeungMin, un sirviente los escoltó al ala de invitados, mostrándole al duque la habitación que le fue asignada.
—¿A qué se refirió el príncipe JungKook con "especial"? —le preguntó apenas las puertas de la habitación se cerraron.
—Padre, creo que dejé bien clara mi opinión sobre el asunto. —Su rostro se mantuvo impasible mientras pronunciaba las siguientes palabras—: No deseo asistir a esa cena, y menos aún al baile.
—Te dejé claro que tienes que ser el elegido, Jimin, no hay negociación en eso —espetó tomándolo de los hombros—. Serás el rey consorte de Emberlyn, hijo mío, ¿cómo puedes dejar pasar algo así?
—Si me permite entrometerme, mi señor, el príncipe heredero ha mostrado cierta inclinación hacia el lord HyunJin —habló SeungMin, cruzando sus brazos detrás de su espalda—, por lo que ha sido difícil para el señor Jimin tener algo de tiempo a solas con él.
A pesar de que lo dicho era una gran mentira, su rostro no lo demostró. El omega lo miró de reojo, dando un asentimiento leve como muestra de agradecimiento. El duque dio vueltas en círculos por la gran habitación con una mano en su mentón, resoplando de vez en cuando.
—Tienes que lucirte en esa cena hoy, y ni se diga del baile —ordenó, señalándolo con un dedo—. Utiliza uno de tus trajes nuevos y ponle algo de color a esas mejillas, ¿sí?
—Como usted ordene, padre —respondió tranquilamente, reteniendo una gran sonrisa.
Por supuesto que se luciría esa noche, incluso tenía pensado cómo se maquillaría y la ropa que usaría. Iba a dar mucho de que hablar en ese estúpido baile.
[...]
La mesa del comedor real se encontraba llena, escuchándose el leve bullicio de todos los presentes, que hablaban en voz baja entre sí. Jungkook observó uno a uno a todos los pretendientes y aspirantes al puesto de rey consorte, notando que faltaba solo uno de ellos.
Observó al duque ChulHo que movía su mano de manera impaciente, hablando de vez en cuando con el barón de Edoril.
Los sirvientes habían puesto ya todos los platos que se servirían esa noche, y solo esperaban a que llegara el omega rubio, quien parecía haberse atrasado bastante. Jungkook miró a su derecha, encontrando a su hermano, que estaba sentado a su lado, admirando embobado a Taehyun Lakespire. Le dio un golpecito en las costillas con el codo, y el menor se sobresaltó, observándolo después con las mejillas sonrosadas por hacer sido descubierto.
—¿Te gusta el lord Taehyun? —le preguntó en voz baja, alzando las cejas un par de veces con una sonrisa pícara.
—¡¿Qué?! —susrró escandalizado, negando con la cabeza varias veces.
—¡Oh, vamos! Se que no somos los mejores amigos pe-
Su frase de cortó cuando al alzar la mirada puedo divisar a Jimin Florien cruzar el umbral. Sus ojos se ampliaron exageradamente y el ruido que había en el comedor se silenció de repente, dando paso luego a cuchicheos.
Jimin entró en el comedor con una presencia que desentonaba completamente con la elegancia del evento. Llevaba un vestido largo de lana gruesa, cuyo tejido áspero no contrastaba con las delicadas y finas telas de los demás invitados. El color era un amarillo intenso que parecía casi fluorescente bajo las luces de las velas, lo que provocaba miradas de sorpresa y risitas contenidas entre los nobles.
El vestido, diseñado con un corte desproporcionado, se ajustaba a su torso pero se ensanchaba abruptamente a partir de la cintura, creando una silueta poco favorecedora. Las mangas eran excesivamente largas y anchas, como si estuvieran hechas para alguien mucho mayor.
Para añadir un toque aún más extravagante, el rubio había decidido adornar su atuendo con joyas que no solo eran ostentosas sino también mal combinadas. Llevaba un collar de cuentas brillantes que chocaban en colores: verdes, rosas y azules. En su cabeza, una pluma enorme se alzaba de un sombrero que parecía más bien una broma que un accesorio elegante.
Sus zapatos, unos botines de cuero desgastado y raído, completaban el resto de su vestimenta. Las suelas estaban tan gastadas que era evidente que habían visto mejores días. En conjunto, la apariencia de Jimin era una mezcla hilarante y lamentable que solo buscaba evitar ser elegido como consorte del príncipe heredero.
Una fuerte carcajada rompió el ambiente tenso. El príncipe heredero dio unos golpes en la mesa mientras con su otro brazo se sostenía el estómago. Algunos nobles también comenzaron a reír levemente, mientras el duque ChulHo apretaba los puños con fuerza, dedicando una mirada mordaz a su hijo. Parecía que las venas de su cuello explotarían en cualquier momento debido a lo marcadas que se veían.
—Príncipe heredero, mantenga sus modales —regañó la reina SooYoung, dándole un golpecito en el hombro.
—Lo siento, mi querida madre.
Jimin sin tener en cuenta creciente enojo de su progenitor, se sentó justo al frente de él, ignorando las miradas de crítica y los susurros venenosos de los nobles a su alrededor.
Hyunjin a su lado soltó una risita, negando con la cabeza mientras una clara sonrisa de burla se extendía por su rostro.
La cena dio inicio y todos comenzaron a servirse de manera prudente de los platillos que más llamaban su atención, excepto Jimin, que tomó una cantidad desmesurada de comida en su plato, comenzando a comer antes de que el rey diera la orden.
Decir que la cena fue un caos a partir de ahí, era quedarse corto. Mientras masticaba, aparte de hacerlo con la boca abierta, el omega soltaba ruidos poco agradables y bebía a sorbos grandes el agua. Interrumpía las conversaciones para luego decir cosas sin sentido, que nada tenían que ver con el tema, felicitándose a sí mismo al ver las miradas de desagrado que le otorgaban los reyes.
—El lord Jimin debería tener al menos un poco de dignidad frente a los monarcas de nuestro reino —articuló HyunJin, observándolo de reojo.
Por un instante, el rubio deseó dejar todo ese teatro de mal gusto y responderle de esa manera elegante y astuta en la que solo él podía hacerlo; sin embargo, se contuvo, y cuando una idea mejor vino a su cabeza decidió emplearla. Un chiste de mal gusto solo le sumaría puntos a su actuación.
—Escuché que el lord Hyunjin desea convertiste en consorte, pero con esa actitud lo único que va a gobernar es el ganado de su casa.
El príncipe BeomGyu soltó una risita, llevando una mano a su boca de inmediato para que nadie lo notara. Jungkook, durante toda la cena, fue incapaz de quites sus orbes verdosos de la figura del primogénito de Florien. Más allá de cómo se habían dado las cosas entre ambos, le fascinaba la creatividad que podía llegar a tener el omega.
Cuando la cena terminó, el rey YongHwa se puso de pie, haciendo sonar su copa con uno de los cubiertos.
—Es un placer tenerlos a todos aquí. Me alegra ver que hay muy buenos prospectos para futuro consorte. Estoy seguro de que mi querido hijo, Jungkook de Virelle, podrá elegir sabiamente quién está apto para gobernar en un futuro nuestro reino —recibió un pequeño aplauso antes de continuar—. Nos vemos dentro de una hora en el salón real para dar inicio al baile, pueden retirarse.
El duque de Florien tomó a su hijo bruscamente del brazo y salió del comedor, arrastrándolo hasta sus aposentos, donde SeungMin se encontraba esperándolo fuera, recostado a un lado de la puerta.
—Asegúrate de que mi hijo se arregle de manera adecuada para el baile, o será tu cabeza la que voy a demandar esta vez —ordenó con voz dura, empujando a Jimin al interior de la habitación.
—Por supuesto, mi señor.
Cuando entró pudo ver al menor quitándose las joyas y lanzándolas a la pared, soltando maldiciones en todos los idiomas que sabía.
—Te dije que solo causarías la ira de tu padre.
Jimin se giró, observándolo con el ceño fruncido en reproche.
—No quiero casarme con ese príncipe idiota. ¡¿Qué más debo hacer para dejárselo claro?! —gritó extendiendo los brazos.
—No hagas más nada, es suficiente con el teatro que diste hoy en esa cena. El príncipe no te escogerá, estoy seguro —opinó, acercándose para ayudarlo a quitarse esa ropa que llevaba.
—Lo dices porque no estabas allí, me miró durante gran parte de la cena con esa sonrisa sarcástica en su rostro. ¡Lo odio tanto!
Se deshizo de las prendas superiores, quedando solo en sus calzas blancas. El mayor se dio la vuelta, evitando mirar de más su cuerpo. En ese momento, lo que él creía una excelente idea, se abrió paso en su cerebro. Así que soltó un chillido feliz antes de acercarse al alfa.
—Tengo la solución perfecta —se puso delante del contrario, con una enorme sonrisa adornando su rostro—. Estando manchado ya no podré ser desposado por él, toma mi cuerpo, SeungMin Lakespire.
Hola después de mucho tiempo, ya retomaré las actualizaciones de esta historia.
Para ser sincera, no estaba muy segura de continuarla en estos momentos e incluso llegué a decirles a los que me siguen en el canal que la mandaría a hiatus, por suerte, ahora tengo inspiración para escribir y estoy más relajada, pues terminé dos de las otras historias que tenía en emisión. Ahora si espero actualizar de manera constante, y disculpen que las haya dejado así durante tanto tiempo.
Nos leemos pronto 💕
Pd: las cosas se están poniendo 🤯 por aquí jsjsjsj
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