"Mentiras y Revelaciones"
𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 3
JungKook despertó cuando su sirvienta personal entró a sus aposentos, dejando una bandeja con su desayuno sobre una mesita. YoonA se dirigió a abrir las ventanas y correr las cortinas para permitir que los primeros rayos de sol iluminaran la habitación. Esa era una rutina a la que ya estaba acostumbrado, pero ese día sería diferente, y de solo pensarlo una sonrisa se dibujó en su rostro.
—Hoy desayunaré junto a Lord JiMin en el gran comedor. Asegúrate de que solo estemos él y yo —ordenó poniéndose de pie y estirando sus extremidades perezosamente.
El día prometía, y solo por esa razón se encontraba de muy buen humor. El día de ayer había llegado algo a su cabeza, y se aseguraría de comprobarlo antes del anochecer. No dudaba de su percepción tan acertada, menos cuando su alfa le había dado señales de lo mismo, y su lobo nunca se equivocaba. Podía decir que era como un sexto sentido.
Se preparó como lo hacía diariamente, dándose un relajante baño en la tina y dejando que los sirvientes se encargaran de su vestimenta y cabello. Cuando hubo terminado se miró en el espejo, asintiendo al sentirse satisfecho con su aspecto.
Salió de sus aposentos, recibiendo una reverencia por parte de los guardias y demás sirvientes que se cruzaba en el camino. Se dirigía con paso firme al ala sur del castillo, donde encontraría al rubio omega con el que deseaba pasar unas horas.
Y no fue difícil encontrarlo pues estaba en el pasillo junto a su sirviente. Ambos parecían tener una pequeña discusión, y a pesar de que hablaban discretamente, JungKook no pudo evitar escuchar parte de ella.
—No te metas en problemas, JiMin —pidió SeungMin mirándolo con los labios fruncidos.
—Solo lo hizo como método de burla, para rebajarte —espetó molesto el lord, con sus ojos ambarinos puestos fijamente en los oscuros de su sirviente. Sus comisuras se estiraron, presintiendo que era de él de quién hablaban.
—Buenos días, lord JiMin, he venido a buscarle personalmente porque deseo su compañía para la primera comida del día —se acercó a ellos a paso lento, intentando mantener el rostro neutro y no soltar la sonrisa burlona que quería.
—Sería un honor para mí acompañarle, Su Majestad —se inclinó levemente, mirando de reojo a su acompañante antes de asentir.
—Vamos entonces —le ofreció su brazo para que lo agarrara, y ambos se marcharon dejando atrás a SeungMin.
JungKook sonrió mirando hacia el frente, notando en el aroma del omega el desagrado que le causaba su presencia. No creía que JiMin hubiera notado siquiera el cambio en sus ferormonas cuando él hizo acto de aparición, y en cierta forma, en vez de enojarle, este hecho solo le causaba diversión, porque lo más interesante de todo es que creía fervientemente que el lord tenía una impresión de su persona que no era para nada acertada.
Pero ya se encargaría de hacerle saber eso a su manera.
Cuando llegaron al gran comedor no fue sorpresa encontrar la mesa ya acomodada, repleta de disímiles delicias que adornaban todo por su gran aspecto. Había pan de trigo, leche, queso, miel, mermeladas, frutas frescas, pasteles, embutidos y más. JiMin sintió su boca salivar en exceso, sin embargo, mantuvo la compostura hasta que el príncipe le pidió sentarse.
JungKook tomó asiento a la cabecera de la mesa mientras él se sentó a su lado, viendo a los sirvientes entrar para servir el vino.
—Espero y la comida sea de su gusto —profirió JungKook con calma, tomando un pedazo de pan.
—Estoy seguro de que lo será, Su Majestad.
Fue simple y conciso en su respuesta, inclusive escuchándose un poco tajante. El príncipe pasó su lengua por su labio inferior, mirándolo con los ojos entrecerrados.
—He notado que el lord desea decirme algo desde que nos encontramos, puede hablar libremente, le escucharé.
El rubio detuvo sus movimientos abruptamente, alzando la vista de su plato para observar al pelinegro. Se había mantenido al margen solo porque SeungMin le había pedido que no se metiera en problemas por su causa, pero ver esa sonrisa tan sarcástica en el rostro contrario lo había hecho apretar sus manos en puños por el enojo.
—Ahora que lo comenta, tengo una queja sobre el trato a mi acompañante. —Tomó la servilleta entre sus manos, limpiándolas a pesar de que no se había ensuciado—. Me parece una total falta de respeto que el Señor Lakespire haya sido puesto en un cuarto de empleados. Le informo que es el hijo de un barón.
—Y estoy consciente de ello, lord Jimin, sin embargo, le recuerdo cual es el rol del señor Lakespire en este castillo. Debió haberlo pensado mejor antes de traerlo como su acompañante, lo cual lo rebaja a un simple sirviente.
JiMin pasó su lengua por su labio inferior intentando acallar los insultos y maldiciones que quería soltarle al futuro rey. Odiaba tanto esa actitud tan petulante que tenía, que no se creía capaz de aguantar mucho tiempo más guardando silencio.
—He perdido el apetito, me gustaría retirarme a mis aposentos —dijo en cambio, pomineodse de pie.
—Bien, puede retirarse. Lo espero en la tarde para dar un paseo por el jardín. No estamos en Florien, pero le aseguro que tenemos bellos especímenes.
—Como usted diga, Majestad —reverenció antes de salir casi corriendo del lugar.
En el camino a su habitación no había dudado en ir despotricando por lo bajo, completamente entretenido en ello, y por la misma razón no notó a la persona que venía frente a él.
—¿Es usted el primogénito de Florien del que tanto se habla? —alzó la mirada, teniendo que hacerlo por la diferencia de altura que tenía con la otra persona—. Esperaba algo más... extravagante.
—Lord HyunJin —asintió como saludo, dispuesto a ignorar la clara ofensa y seguir su camino. Sin embargo, el agarre en su brazo se lo impidió.
—Solo quiero hacerle una advertencia, Lord JiMin, el príncipe se ha mostrado interesado por mi persona, y no dejaré que un simple omega me arrebate la corona.
El rubio lo observó de arriba a abajo con una ceja enarcada, soltándose bruscamente del agarre que el alfa aún mantenía. Se alejó un par de pasos, llevando ambas manos detrás de su espalda con una postura erguida.
—Supongo que ya corren los rumores de que Su Majestad vino a buscarme personalmente para que le acompañara en el desayuno. —Esa actitud carente de emociones tan típica de él dejó al contrario algo descolocado—. No tiene que preocuparse, lord, a fin de cuentas, no soy tan... extravagante.
Y con una sonrisa triunfal en el rostro continuó su camino hacia sus aposentos, dejando al alfa de pie en medio del pasillo, con el rostro rojo y la mandíbula apretada por el enojo.
[...]
—Ya estás más que atrasado, el príncipe se enojará contigo. —SeungMin intentaba convencerlo de asistir al paseo que el futuro monarca le había propuesto, pero JiMin se encontraba renuente a moverse de sus aposentos—. Esta no es la manera, mi querido.
—Él simplemente me dijo que le acompañara sin tener en cuenta mi opinión.
—Te entiendo, pero a pesar de todo es el príncipe heredero, futuro rey de la nación. No puedes simplemente faltar como si al que estuvieras dejando plantado fuera al hijo de un conde o un duque.
El de rubias hebras se puso de pie molesto, cruzado de brazos y con el ceño fruncido. ¿Por cuánto tiempo más tendría que aguantar a ese mequetrefe del príncipe? Deseaba que llegara de una vez por todas el maldito baile para que escogiera a ese alfa estúpido que lo abordó en el pasillo, y él finalmente pudiera regresar a su casa.
Salió de la habitación dando pisotones cual niño pequeño haciendo berrinche, molesto también con su enamorado por convencerlo de ir. Lo único que deseaba era que el tiempo pasara rápido.
Cuando llegó a la entrada del gran jardín pudo observar al príncipe distraído con unas plantas trepadoras que rodeaban las rejas del portón. Cuando captó su presencia se volteó a mirarlo con una leve sonrisa que lo hizo alzar las cejas. Esperaba que estuviera enojado por hacerle esperar por tanto tiempo.
—Finalmente llegó, estoy ansioso por que me de su opinión sobre nuestro jardín. Un elogio viniendo de alguien de la Ciudad de las Flores es muy bien recibido.
Simplemente asintió, llevando ambas manos detrás de su espalda y siguiendo a JungKook hacia el interior del lugar. Debía aceptar que todo era muy hermoso. Muchas flores de diferentes tipos y colores, acomodadas entre sí para que contrastaran unas con otras fue lo que le sorprendió. Habían además algunas plantas medicinales y árboles frutales. Caminando un poco más, llegaron a un rincón lleno de narcisos amarillos y de sándalos con sus pequeñas flores rojizas.
Aspiró, sintiendo el aroma dulce de ambas plantas entremezclarse, cerrando los ojos ante lo delicado y acogedor que se le hacía el olor. Sin embargo, abrió los ojos sorprendido cuando el aroma a sándalo comenzó a sobresalir, acompañado de un olor que no pudo distinguir, pero que tenía un toque cálido y ligeramente almizclado.
Miró a al pelinegro, que observaba atentamente las flores sin prestarle mucha atención. Era la primera vez que sentía las ferormonas del príncipe, hasta ahora las había mantenido a raya todo el tiempo, y debía ser sincero al decir que un jamás esperó que su aroma resultara tan atrayente y acogedor.
—En la noche tendremos una cena con los reyes, todos los pretendientes deberán estar presentes. También los padres de cada uno estarán allí, mi padre les envió cartas a todos el día de ayer. Luego del banquete se realizará el baile, toda la realeza del país estará presente.
—Disculpe, pero hay miles de temas más interesantes de los que conversar. —Le miró con el rostro serio, su aroma tornándose un poco amargo—. Como pudo haber notado, no estoy especialmente emocionado por ese baile.
—Sé muy bien que usted, a diferencia de los otros, no está aquí por voluntad propia.
—Si ya es consciente de ello no debo seguir fingiendo. Bastará con que escoja a cualquiera de los otros pretendientes que sí están dispuestos a reinar a su lado —sinceró, llevando su mirada al frente mientras pestañeaba lentamente.
—No se preocupe, en mis planes no está desposarlo —JiMin suspiró aliviado, casi sonriendo ante esas palabras—, pero tampoco permitiré que se presente como candidato a futuro consorte mientras trae a su amante a mi castillo.
Por primera vez JungKook fue capaz de observar una nueva faceta en JiMin, esa en la que su rostro impasible ahora se tornaba ligeramente rojo, y sus manos temblaban debido a los nervios y al susto de haber sido descubierto. Aún así no se dejó amedrentar, carraspenado levemente y volviendo a su postura firme.
—No sé de que está hablando, Su Majestad. —Se hizo el desentendido descaradamente, logrando con ello que el alfa volteara a verlo al instante con el ceño fruncido.
—¿Cree que soy estúpido, lord JiMin?
Por una parte le alegraba ver que finalmente esa máscara de sarcasmo e ironía que empleaba siempre el ojiverde había caído. La mirada de JungKook era oscura, llegándole a causar escalofríos por la tensión que se estaba formando entre ambos. Su cuerpo se estremeció, pero intentó mantenerse impasible ante el escrutinio del mayor.
—Bien, tiene razón, mi corazón está ocupado por el señor SeungMin Lakespire —admitió llevando su mirada a las flores nuevamente—, y aún si no fuera así, es mi deber comunicarle que usted no despierta algún sentimiento en mí distinto al desagrado o la repelencia.
El futuro monarca lo observó con las cejas alzadas y los ojos bien abiertos, ladeando la cabeza poco después y soltando una fuerte carcajada. Negó levemente con la cabeza, limpiándose unas lágrimas que habían escapado de sus ojos de tanto reírse. JiMin, al contrario, lo miraba como si hubiera enloquecido.
—No tengo idea de si se comporta así porque su padre no le inculcó sus buenos modales, o si simplemente engrandece su persona por el hecho de ser hijo de un duque. —Se acercó a él a paso lento, invadiendo a tal punto su espacio personal que juraba sentir la respiración caliente del pelinegro chocar contra su rostro—. Pero le recuerdo, lord JiMin, que está hablando con su príncipe y futuro rey, así que le pido encarecidamente que mida sus palabras antes de que me obligue a tomar otras acciones.
»Y con respecto a lo otro, debería saber que usted tampoco despierta en mí ningún sentimiento positivo.
Acto seguido se alejó, dándole una sonrisa ladina antes de marcharse y dejarle allí, rodeado de sus feromonas, helado en el lugar y con muchos pensamientos revueltos en su cabeza.
Que les pareció el cap?? Jk no es nada tonto eh?Que creen que pasará en el baile? Dejen sus comentarios, me encanta leerlos y siempre que puedo les respondo.
Eso es todo, me retiro ˙˚ʚ(´◡')ɞ˚˙
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