"Emberlyn"
𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 1
Emberlyn es un próspero y pequeño reino ubicado en el Mar del Norte, al este de las Islas Orcadas, entre Escocia y Noruega.
Es un reino donde la naturaleza y la civilización coexisten en armonía, donde cada región tiene su propia identidad y encanto únicos. Sus habitantes son gente trabajadora y orgullosa de sus raíces, que valoran la belleza natural que los rodea y celebran las tradiciones que han pasado de generación en generación.
Sin embargo, no siempre fue así de pacífico y hermoso, pues las casas reales solían entrar en conflicto a la más mínima situación, llegando al extremo de casi declarar una guerra civil por el mandato de todo el reino.
Allí fue cuando el duque, JungShin de Virelle, respaldado por el barón de Aetheria y el conde de Wolfgrove, consiguió armar una estrategia para que las ocho regiones lograran comercializar por igual unas entre otras, otorgando nuevamente un equilibrio económico al reino; logrando además la unificación de todas las casas reales, quedando así integrado oficialmente el Reino de Emberlyn en 1402, bajo el mandato de un monarca justo e inteligente.
Actualmente, setenta y tres años después, los reyes de Emberlyn observan orgullosos a su príncipe heredero, JungKook de Virelle, desarmar ágilmente a su contrincante, declarándose ganador del aquel encuentro amistoso con su hermano menor.
Su pequeño hijo se había convertido en un hombre justo, lleno de astucia y perspicacia. A sus veintitrés años, JungKook se desempeñaba como líder principal del ejército del reino, brillando por sus grandes estrategias y excelentes habilidades con la espada; además de haber realizado tratos comerciales más que exitosos con Francia e Inglaterra, dos de las potencias europeas del momento.
—Mi señora madre, mi señor padre —reverenció, enderezándose para mirarlos a ambos con una sonrisa—, ¿qué los trae por aquí?
JungKook acababa de terminar su entrenamiento, llevando solo una camisa de lino de cuello alto y abierto, y unos pantalones oscuros con sus botas de cuero por encima, llegándole casi a la rodilla. Una vestimenta bastante informal para el príncipe heredero, pero nada que sus progenitores no estuvieran acostumbrados a ver en él.
—Terminamos la junta con los representantes de las casas reales —anunció su madre, la Reina SooYoung—. Se decidió realizar el baile real la semana próxima, y al día siguiente se realizará un banquete en tu honor y en el de tu prometido, o prometida.
—Creí haberme negado a ese baile, madre —contestó con el ceño fruncido, pero manteniendo su tono respetuoso.
—Ya tienes veintitrés años, mi querido hijo, sabes que es tu responsabilidad casarte antes de ocupar el trono —habló esta vez su padre, YongHwa, observándolo seriamente.
—Pero-
—Nada de objeciones, Príncipe heredero de Virelle, es tú deber como futuro monarca.
—Como usted ordene, su Majestad real.
Reverenció una vez más, marchándose luego a paso rápido hacia su aposentos. Su hijo menor, el príncipe BeomGyu, se acercó a ellos haciendo una respetuosa reverencia, para luego proceder a besar el dorso de la mano de su madre.
—Sus Majestades ¿les gustaría quedarse a ver mi entrenamiento? —cuestionó con ojos anhelantes, deseando que sus padres le prestaran al menos unos minutos de su tiempo.
—Cuando seas la mitad de bueno de lo que es tu hermano, avísanos, de otra forma, no nos hagas perder nuestro valioso tiempo —profirió mirándolo con el mentón en alto el Rey, dándose la vuelta para marcharse.
SooYoung se quedó unos segundos más, llevando su mano al rostro de su joven hijo para dejar una caricia suave en su mejilla a modo de consuelo.
—Esfuérzate BeomGyu, sé que algún día serás tan bueno como tu hermano —luego de dicha frase se marchó, dejando al príncipe menor con una mueca triste en su rostro.
[...]
Observó sus rubias y brillantes hebras caer grácilmente sobre sus hombros en marcadas ondas, la pequeña tiara en su cabeza resplandeciendo al contactar con los rayos de sol. Su vestimenta consistía en una blanca camisa de manga farol¹ adornada con encajes y bordados color plata. Abajo llevaba unos pantalones negros de corte recto que enmarcaban su estrecha cintura a la perfección; sus pies siendo calzados por unas botas cortas de tacón mediano.
—Vuestra excelencia —uno de sus sirvientes se acercó, dejando ver su reflejo en el pequeño espejo frente a él—. Su señor padre lo espera en su oficina, acaba de llegar de la capital.
—Comunícale que estaré con él en unos minutos —profirió con calma, acomodando su vestimenta para que estuviera perfecta, tal y como a su padre le gustaba.
Se encaminó hacia la oficina de su progenitor, pareciendo que flotaba sobre el suelo debido a su delicado y sutil andar, signo característico de los omegas de la realeza. Tocó la puerta dos veces antes de entrar, saludando a su progenitor con una respetuosa reverencia.
—Sea bienvenido, padre, es un placer tenerlo de vuelta en casa —su tono neutral dejaba en duda sus palabras, pero el hombre ya adaptado a sus formas simplemente ignoró su actitud—. Creí que su viaje a la capital sería más extenso.
Solo había tardado tres días, y teniendo en cuenta que el camino en carruaje hasta la capital tomaba poco más de un día entero, le sorprendía que estuviera de regreso tan rápido.
La puerta se abrió sacándolo de sus cavilaciones, sonriendo levemente al ver a la mano derecha de su padre, el apuesto señor Seung, cuarto hijo del barón de la región de Lakespire, entrar con un sobre en la mano.
—Ya he ordenado comenzar los preparativos, su Alteza —comentó poniéndose de pie al lado del mayor—. La ofrenda al príncipe y los trajes para el señor JiMin ya están siendo preparados.
El recién mencionado frunció el ceño ante lo dicho, mirándolo por unos segundos para después posar su orbes ámbar en los ojos oscuros de su padre.
—¿De qué se trata todo esto? —cuestionó casi sin pestañear, por alguna razón no gustándole la sonrisa que se abría paso en el envejecido rostro de su progenitor.
—El príncipe heredero está próximo a ascender al trono. Los reyes junto con los representantes de cada casa real, decidimos realizar un baile con los primogénitos de cada región —informó tomando varios documentos de encima de la mesa—. Debes lucir aún más precioso para el príncipe, sería maravilloso que lograras ser tú el elegido.
—Usted es mi padre y le debo respeto, por esa razón solo me retiraré mientras aún mantengo la compostura —se puso de pie, con su mandíbula apretada y los hombros tensos—, pero desde ahora le dejaré claro que amo a alguien, y haré hasta lo imposible para no ser escogido por el príncipe.
—Si me permite, puedo intentar hablar con el señor Jimin —intervino Seung al ver al último mencionado salir casi maldiciendo por la noticia que acababa de recibir.
—Está bien, por alguna razón él siempre te ha escuchado.
Con el permiso del Duque salió de aquella oficina, siguiendo el rastro de feromonas enojadas —con aroma a narciso y loto azul—, que desprendía el menor. Lo encontró segundos después en el jardín trasero de la gran casona, sentado entre todas aquellas flores y árboles que adornaban el lugar.
Si había algo por lo que se caracterizaba la región de Florien, es por lo exótico y colorido de su cultura y costumbres, no por nada es conocida como "La ciudad de las flores". Siendo una tradición ya mantener al menos un pequeño jardín lleno de las bellas y aromáticas plantitas, no era raro que un gran espacio de la casa del Duque de Florien se utilizara para alojar una gran cantidad de flores de todo tipo, pero principalmente, narcisos blancos.
—No debió comportarse de ese modo —reprochó sentándose a su lado—. Si le hubiera dicho que estaba de acuerdo él le daría más libertad.
—¿Qué pretendía que hiciese? ¿Quedar callado y aceptar seducir a otro alfa? —lo miró con los labios fruncidos, esperando alguna respuesta del hombre, pero silencio fue lo único que recibió—. ¿No le afectaría en nada verme con ese príncipe mentecato que se cree tan importante para hacer ese tonto baile, como si fuera un torneo a muerte para luchar por su amor?
—No debería hablar así de su futuro Rey —recriminó, observando alrededor minuciosamente antes de llevar una mano a la mejilla del rubio—. Es obvio que no deseo que se someta a esa situación, pero es una orden de la familia real. Siga con su plan de manchar su imagen ante el príncipe, pero hágale creer a su padre que se comportará.
—Eres tan perverso —acercó sus rostros, al punto de que sus narices ya estaban rozándose.
—Pero así de perverso me amas ¿o no, Jimin Florien?
—Sí te amo, te amo mucho Seung Lakespire.
Sellaron esa declaración con un dulce y afable contacto de labios, escondidos en aquel hermoso jardín, escuchando el batir del viento hacer sonar las hojas de los árboles y regar el dulzor de las flores; sin saber que entre los designios de la Diosa, ese amor no estaba dispuesto a prolongarse mucho más.
Camisa de manga farol¹: es una prenda de vestir que se caracteriza por tener mangas abullonadas, anchas en la parte superior y ajustadas en el puño.
En multimedia está señalado el lugar donde más menos se encontraría "Emberlyn". Más adelante intentaré hacer un mapa del reino como tal para que se ubiquen mejor con las regiones.
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