POV Chiara

- Ay, - suspiró ella - ¿ no puedes dejar de meterte en problemas aunque sea por unos días ?

- Sabes bien que no, - respondí yo - además, esos chicos siempre te hacen daño, yo solo digo que es un instankarma.

- Por eso ninguna familia te acoge, pero - me contestó encogiéndose de hombros - hasta que eso no pase, yo no me iré con nadie.

No me lo creía, estaba renunciando a una familia por mí.

A estar con gente que la valore y quiera y poder salir de este manicomio.

Yo estaba de piedra, no me esperaba esa respuesta.

- Yo, tú, casa, familia, porqué - empecé a balbucear - eh, fuera, ah.

Sabía que me iba a entender pero, no creí que significará tanto para ella.

Me creía que era una amiga suya más y ya.

A Anne la querían muchas familias, era perfecta en todo lo que hacía.

Encima, para subirme los ánimos.

Siempre cuando todos estaban dormidos y soñando.

Nos aseguramos que todos estaban en sus cuartos y bajábamos al salón donde había un piano que "tocaba" la directora de aquí.

Pero porqué lo pongo entre comillas.

Porque no tocaba.

Lo único que hacía era deleitarnos con los sonidos escacharrados que hacían sus manos al golpear el piano.

A mi siempre me enfadaba y cabreaba mucho.

Yo sabía tocarlo así que para mí era un insulto hacía los pianistas de verdad.

Y ella que se llamaba Mari Cristina, le llamaban Maricris, pero yo le decía :

la GMG, la Gorda Majara Gritona.

Obviamente nunca lo decía en voz alta, solo cuando estaba con Anne.

Eso sería un billete exclusivo y en primera fila para el rincón.

Después explicaré que es.

Siempre nos estaba gritando, no sabía hablar normal.

Y si una niña llevaba coletas.

Le cogía de ellas y le tiraba como si quisiera arrancárselas.

Y como guinda, también para dejarla sin un solo cabello en la cabeza.

La GMG es una mujer un tanto rellenita.

Y lo raro es que tiene cara de murciélago.

Además, algunas veces parece que en vez de manos tiene garras.

Pero nadie parece hacer caso a eso o es que simplemente no lo veían así que, yo tampoco.

Lo único que hace es comer y comer mientras que a nosotros nos da un mísero platillo de pan.

Y si teníamos suerte acompañado de algo de yogurt u otras comidas.

Yo las únicas comidas que conocía eran :

Pan, salchichas, tomate y yogurt agrio, muy agrio.

Decía que era toda una verdadera artista.

Cuando no había visto un instrumento en su vida.

Después de cada "concierto" teníamos que aplaudir a la fuerza y tenía que sonar bastante convincente.

Mejor si soltabas algunos silbidos o cumplidos porque sino nos mandaba al rincón.

Vosotros diréis, no pasa nada.

Seguramente te vas un rato a una esquina a pensar y ya.

Pero eso no tiene nada que ver.

Cuando esa mujer te manda al rincón, te quedas allí una semana o más, dependiendo de lo que haces.

Y te deja sin comer, beber, y sin dormir.

Si te duermes te despierta con agua tan fría que se forman algunas veces hasta hielo dentro.

Eso sí es un poco comprensiva y tiene piedad.

Si no es así, estás muerto, literalmente.

Te deja morirte allí dentro.

Y mientras, cada día te va tirando dagas dentro sin preocuparse de tí.

Ni mucho menos.

Aquí no le importa nadie.

Sólo se preocupa de ella, y de si viste "bien" claro.

Así se te van clavando cuando te las tira.

Y si así no mueres por desidratación o desnutrición mueres por falta de sangre en tu cuerpo y las heridas que provocan las dagas.

No sé de dónde las saca porque, parece que tiene infinitas además de que, las heridas que hagan estas no se curan, a no ser que uses una cosa especial.

Pero ese medicamento mágico lo tiene ella guardado en un cajón que está a gran altura.

El rincón es un sitio al que nadie quiere ir, es muy espeluznante.

Aparte de que a todos los niños les entran escalofríos cada vez que alguien habla de él.

Quienes salen de allí con vida son venerados arriba.

Es como que si saliera de allí vivo, parecías un Dios para los otros.

El rincón.

Es un agujero en el suelo con paredes, suelo y todo hecho de tierra con gusanos, lombrices, hormigas.

Y todos los bichos, insectos y demás que te puedas imaginar.

El rincón es un lugar muy estrecho y pequeño.

Aquellos que sufren de claustrofóbia se mueren estando allí.

Pero no se da cuenta.

Así que cada vez que alguien entra allí.

Se encuentra también a los cadáveres de las personas que faltan arriba.

Y he de decir que son bastantes.

En este orfanato habíamos empezado con treinta niños y veinticinco niñas.

Un total de 55 chicos y chicas.

Bueno, ahora solo hay dieciséis niños y cuatro niñas.

Un total de 20 chicos y chicas solo.

Da bastante miedo, yo estuve una vez.

Pero era extraño, los cadáveres a mí me hablaban y me decían porque sí :

- Princesa, ¿ Qué hace aquí ?

No los entendía.

Aunque claro, yo salí viva pero como soy la diferente, la rara, no me tratan especial.

Sino que me tratan peor, y se burlan aún más de mi.

Ahora tienen también al excusa de que hablo con los muertos.

Aunque solo bajé UNA vez.

Ya no me pueden dejar en paz.

Después ellos saben que me vengaría pero, les da igual.

Ya verán lo que les conviene, algún día mi venganza será de muerte.

Porque la venganza en una cosa que se sirve fría.

En este mismo instante estoy yendo a ver a la hermosa directora a su maravilloso despacho ( con mucho sarcasmo ).

Los niños se quejan demasiado.

Y hay muchos más que niñas.

Otras veces he hecho cosas bastante peores.

¿ Por qué ahora tendría que ir a su despacho y no antes ?

No lo sabía, no tenía lógica.

En realidad, si la tenía.

Ya llevaba acumuladas cuarenta bromas en un mes.

Cada cual peor que la anterior.

Menos esta, que ya como había probado con todo no se me ocurría algo lo suficiente ingenioso, despiadado y que les haga sufrir.

Así que opté por humillarlos.

Al parecer eso les duele más.

Apuntado en la libreta.

Ya voy a entrar, espero que no pase algo muy malo.

Pero, ¿ Qué sería más malo que me mande al rincón ?

Nick Pers-

Adiós fénix oscuros.