Capítulo 8: El Cumpleaños
Luego de lo sucedido aquella noche y con sus horarios un tanto disparejos no había tenido la oportunidad de toparse con Sonic realmente, al menos no para entablar ningún tipo de conversación, sin embargo, durante esa semana la había dejado usar el baño sin problemas, asumía que era su manera de compensarla por lo sucedido el fin de semana anterior, aunque jamás se lo dijo explícitamente.
Para este punto era más que obvio que Sonic no le interesaba tener ningún tipo de amistad con ella y ella había aceptado que esa sería su relación de ahora en adelante, así que se mantendría al margen hasta que el apartamento donde convivía con sus amigas estuviera en condiciones para ser habitable nuevamente.
Amy regresó de sus clases ese jueves a penas con tiempo suficiente para poder llegar a la cita que había quedado con Sally. Corrió a su habitación para así buscar algo más acorde para la ocasión cuando se topó a Sonic dentro de la misma buscando ropa por igual.
–Hey... – dijo Amy a modo de saludo.
–Hey – regresó sin prestarle mucha atención mientras se medía dos camisas frente al espejo.
Un ambiente de tensión se empezaba a formar, uno al cual ya se estaba acostumbrado. Amy caminó en silencio dentro del cuarto para observar de reojo como el erizo azul colocaba frente a él una camisa negra para luego intercambiarla por una exactamente del mismo estilo de color blanco, en un obvio debate sobre qué usar.
–La blanca – soltó Amy de pronto, provocando que Sonic la volteara a ver al fin. –Creo que es más tu estilo – explicó para buscar una chaqueta de la cómoda de ropa.
–Fiona insiste que el negro se ve mejor – habló con un dejo de sonrisa –Dice que me hace ver con mayor presencia – dijo colocando la camisa negra frente a él con una amplia sonrisa.
–¿Y a ti? – cuestionó Amy –¿Esa es la que más te gusta? – aclaró tomándolo por sorpresa por su pregunta.
–Creo que está bien – respondió un tanto irritado por su cuestionamiento, sin entender muy bien el por qué –Será la negra – se decidió al fin.
La escuchó terminar de buscar lo que necesitaba, y tal cual había sido su relación durante esa semana, ella no le dirigió la palabra nuevamente, en un silencio un tanto incómodo. Sonic sabía que ella seguramente estaba molesta por su obvia petición para no asistir a su celebración, pero ella debía de entender, Fiona lo mataría si llevaba a cualquier mujer a un lugar como ese, en especial a una soltera.
–No fue personal – soltó Sonic quitándose un gran peso sobre sus hombros, captando la atención de la eriza –Lo de la celebración y eso... – murmuró para verla de reojo –, pero Fi...
–No te preocupes, yo tengo planes por mi cuenta – le cortó Amy con un amago de sonrisa, restándole importancia a su explicación que pretendía ser una disculpa a medias –Así que todo está bien – tranquilizó expandiendo su sonrisa.
Sonic la observó en silencio y así, esbozarle una pequeña sonrisa de regreso, dándole ambos conclusión a ese tema, aunque parecía que aún había mucho más que decir sobre el mismo; pero no era atípico entre la relación de ellos dos obviar cualquier tema que requiriera mayor profundidad.
Amy le asintió con la cabeza para caminar hacia la puerta deteniéndose frente a ésta y así, verlo una vez más.
–Ambas se te ven bien – murmuró Amy cual cumplido.
–Ah... gracias– agradeció el erizo para que ella le dedicara una sonrisa nuevamente.
–Feliz cumpleaños, Sonic – felicitó por último antes de salir de la habitación.
Sonic soltó un pesado suspiro, pues Tails se lo había dicho aquella noche:
"¿En serio crees que no le importa?"
Esas palabras, aunque intentó desmeritarlas, aún seguían persiguiéndolo. No pretendía lastimarla o ser cruel con ella, pero tampoco podía esperar que el hecho de compartir un techo los volviera amigos de algún tipo. Sólo era su compañera de habitación, una obligada compañera de habitación.
–He cedió bastante– se dijo para verse nuevamente al espejo –Demasiado diría yo – se convenció para lanzar la camisa blanca a un lado y ver de nuevo la camisa negra –Además, hoy es mi cumpleaños, si hay un día para ser un poco egoísta, es hoy – se habló con una gran sonrisa.
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Ya eran casi las ocho de la noche y Sally aún no aparecía en el lugar acordado. Amy tomó su teléfono, molesta por la falta de puntualidad de su amiga. Ella estaba más que consciente sobre el ensayo de literatura postmoderna de mañana, pero Sally le había prometido terminar a tiempo para verse esa noche en particular, después de todo no quería estar a solas en el apartamento lidiando con sus pensamientos... de nuevo.
–Aló, ¿Sally? – llamó desde su móvil –¿Dónde... 30 minutos más? – repitió rodando los ojos en señal de exasperación –Lo sé, lo sé, iré al restaurante y buscaré que nos aparten una mesa ¿de acuerdo? – resopló con cansancio para así jugar de forma desinteresada con las hojas de uno de los árboles de la calle –Ajá, es sobre el artículo de... – la voz de Amy se apagó lentamente al ver a Tails caminando por la calle con un par de pesadas cajas.
Amy dirigió su mirada a la pulsera de su reloj, cerciorándose de la hora; se suponía que ya deberían de estar todos en la celebración de Sonic. Sus ojos se fijaron en el zorro que aún tenía puesto el mandil de trabajo que usaba, al igual que sus guantes y googles. No se miraba listo para ir a ningún tipo de fiesta.
–Sally, te llamó luego – habló al fin para finalizar la llamada.
Se cruzó la calle vigilante hacia ambos lados por vehículos que transitaban y llegó hacia donde el zorro yacía terminado de colocar aquellas pesadas cajas sobre el suelo.
–¿Tails? – llamó curiosa.
–¡Hey, Amy! – saludó para estirar sus agotados músculos.
–¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás donde Sonic?
–El Dr. Eggman nos dejó entregar un proyecto para mañana y no he podido terminarlo pues mi máquina de protones decidió descomponerse – explicó con cansancio para ver las partes de su adorado invento en aquellas cajas manchadas de aceite hidráulico –Así que ahora llevo las partes dañadas con Wave, ella dijo que podría ayudarme a verlas – explicó para así alzar su mano al aire, pidiendo así un taxi.
–Pero qué hay de Sonic, de la fiesta y...
–¿Acaso no te enteraste? – inquirió para voltearla a ver con cierta sorpresa –Fiona parece haberlo dejado plantado por alguna razón que no me explicó bien – explicó –Además, Knuckles está atrapado del otro lado de la ciudad, pues hubo un accidente y lleva horas intentando regresar, mientras que Silver tuvo que salir a medio día de regreso a casa pues su madre se puso algo delicada de salud –dijo con cierto pesar –Los tres acordamos que se lo compensaríamos este sábado– manifestó viendo el vehículo amarillo orillándose donde él estaba.
–Pero su cumpleaños es hoy... – musitó la eriza desanimada.
–Lo sé, lo sé – habló Tails para cargar las pesadas cajas y colocarlas en el porta equipaje del vehículo –, pero si he aprendido algo con el pasar del tiempo, es que cuando Sonic y Fiona pelean es mejor dejarlo a solas. No me sorprendería que esté en este momento con ella haciendo... ¿eh? ¡Espera! ¿A dónde vas? – exclamó al ver a la eriza dar media vuelta y correr lejos de él.
–¡Nos veremos más tarde Tails! – se despidió con un ademan de manos alejándose de su vista.
Amy sacó su teléfono para así mandar un rápido mensaje a Sally.
–Algo se presentó, no podré verme contigo hoy después de todo–.
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Miraba a la bulliciosa ciudad desde el balcón del apartamento soltando lentamente el humo del cigarrillo contenido en su boca. Las luces de la ciudad iluminaban la noche y a él. Los mensajes seguían entrando, iluminando de tanto en tanto la pantalla de su celular. Docenas de amigos mandando mensajes de felicitaciones y mejores deseos en su día "especial".
–Felices 23... – se dijo para lanzar la tercera coletilla de cigarrillo al vacío.
–Por fin te encuentro – una voz irrumpió la comodidad de su soledad.
Sonic volteó a ver a la puerta de salida al balcón, distinguiendo a Amy llegar hacia él con una expresión cómplice y lo que parecía una bolsa de comida rápida en las manos.
–¿Amy? – soltó al verla caminar hacia él –Pensé que tenías planes – dijo para sacar otro cigarrillo y buscar su encendedor.
–Sí bueno, tuve que cambiarlos – explicó según se acercaba a él.
–Escucha– soltó en un pesado suspiro, regresando su mirada a la caótica ciudad frente a él; no tenía ánimos de estar con nadie, en especial con ella –Quisiera...
–Feliz cumpleaños Sonic – la escuchó decir provocando que volteara a verla nuevamente y así ella le extendiera aquella bolsa de comida rápida.
Sonic arqueó una ceja por el gesto. Guardó el cigarrillo para un poco dudoso tomar aquello que ella intentaba darle con tanta insistencia, abriendo la bolsa y ver su contenido.
–Es un chillidog con salsa extra, sin cebolla y un poco de picante – habló Amy con una sonrisa nerviosa –Recuerdo que eran tu comida favorita – confesó febril, ocasionando que él levantara lentamente la mirada y la viera de una manera indescifrable –...Es decir, al menos lo era en la secundaria – murmuró apenada, sin respuesta por parte de él.
Sonic la observó en silencio sin reaccionar o mover un músculo, haciéndola sentir inquieta por el prolongado silencio.
–O tal vez no... – soltó sintiéndose incómoda por la situación, ahora embarazosa. Amy soltó un pesado suspiro para dirigir su mirada a sus pies, avergonzada por el obvio acto que pensándolo bien se debía de ver ridículo –Claro que no, ¿cómo pude creer que aún gustarías de...
Silenció de golpe al sentir los brazos de él rodearla de pronto, sin dar oportunidad para reaccionar. Era la primera vez en su vida que Sonic la abrazaba a ella. Amy vio de reojo al erizo que ahora escondía su rostro en su cuello, quien en suave susurro le dijo:
–Gracias...
Sus mejillas se encendieron en la oscura noche. Un escalofrío recorrió su cuerpo ante el sincero agradecimiento, uno como nunca antes había recibido por parte de él. Amy tragó pesado mientras el nerviosismo se apoderaba de ella, era una situación demasiado inusual.
–D-De nada...– logró decirle febrilmente.
Amy sintió como el abrazo se afianzaba un poco más para así captar la atención de ella. Un suave suspiro se escapó de sus labios regresándole el abrazo suavemente y con sutileza apoyar su cabeza en la de él para transmitirle confort, permaneciendo en silencio por lo que pareció ser una eternidad.
–Bien, pero esto no debe de comerse a solas – cortó el erizo azul rompiendo el abrazo velozmente, terminando el momento, dándole la espalda al acto –Sería algo muy grosero comer yo sólo ¿no es cierto?
Amy prestó atención al erizo quien insistía en darle la espalda para notar como con una mano limpiaba su rostro de algo que no le permitió ver.
–¿Qué te parece si pedimos algo de comer? – preguntó Sonic al fin para voltearla a ver con una suelta sonrisa.
Su estado de ánimo había cambiado radicalmente.
–¿No prefieres salir? – curioseó.
–Creo que he tenido demasiadas salidas – respondió Sonic con cierto desanimo –Además, Tails y los demás no vendrá hasta muy tarde.
–¡Podríamos ver una película! – sugirió Amy con emoción –Sé que la última de Rápidos y Furiosos por fin está en Chaoflix.
–No sabía que te gustaban esas películas – habló un tanto sorprendido para darle la primera mordida a su chillidog.
–Prefiero las de comedia – concordó –, pero es tu cumpleaños así que es lo que quiera el cumpleañero – dictaminó Amy divertida.
Sonic esbozó una triste sonrisa ante sus palabras, captando la atención de la eriza.
–¿Todo bien?
–Es sólo que...– murmuró borrando el intento de sonrisa que había intentado mantener –Fiona siempre es la que elige... sin importar la fecha – musitó con una mirada apagada, perdiéndose en un recuerdo.
–¿Sonic? – llamó Amy consternada por de nuevo el cambio de ánimo del erizo.
–¿Qué te parece una de terror? – inquirió Sonic regresando al presente.
–¡Es mi segundo género favorito! – habló con emoción en su mirada.
–Lo imagine, tienes cara de ser una pequeña psicópata ¿te lo habían dicho antes? – bromeó juguetón para caminar a los adentros del apartamento.
–¡Ja!, y tú lo sabrás bien ¿no? – devolvió divertida para seguirlo.
–Yo he tenido que vivirlo de primera mano – bromeó de forma dramática –El Estrés Postraumático no será arreglado ni con años de terapia.
–¡Mejor cállate! – pidió Amy para empujarlo amistosamente según como andaban –Yo me encargaré de ordenar... ¿pizza?
–Suena perfecto – asintió él con una genuina sonrisa –Yo iré a quitarme esto – dijo viendo con enfado aquella camisa negra.
–Genial
Amy sacó su teléfono celular para así buscar en su directorio el número del restaurante que tenía en mente recostándose sobre el mostrador de la cocina.
–Por cierto – habló Sonic nuevamente para que ella subiera la mirada –...Gracias – musitó suavemente para cerrar la puerta luego de aquella frase.
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Tails llegó casi a la 1 de la mañana, tenía que levantarse en 5 horas y gracias a su pequeño contratiempo era obvio que no dormiría para poder concluir el trabajo de Eggman.
Se adentró al apartamento con las pesadas cajas para dejarlas sobre el recibidor, soltando un pesado suspiro y bostezar con cansancio. Se serviría una taza de café e iría directo a su habitación a terminar aquella tarea.
–¡No, no, te dije que no! – escuchó los gritos de Amy desde la habitación que compartía con Sonic, captando su atención.
Tails fijó su vista a su reloj de pulsera para cerciorarse que efectivamente era la hora que había visto y sí, 1:07 AM marcaba éste.
–No me digas que siguen peleando – una voz a sus espadas lo hizo soltar un grito del susto.
–¡Knuckles! – bramó viéndolo molesto hasta que se percató que tenía las llaves del apartamento en sus manos. –¡¿No me digas que acabas de llegar?!
–No quiero hablar del día que tuve hoy – soltó con cansancio.
–¡¿Por qué insistes en llevarme la contraria?! – la voz de Sonic captó la atención de ambos.
Knuckles frunció el ceño dirigiendo su mirada a la habitación con la puerta parcialmente abierta, no pensaba desvelarse aún más de lo que ya lo había hecho por las riñas infantiles entre ellos dos.
–Hoy no estoy de humor – masculló para caminar intimidante hacia la habitación que tenía su puerta semi-abierta.
–¡K-Knuckles, espera! – pidió el zorro que lo seguía de cerca al verlo caminar con determinación –Es su cumpleaños, al menos hoy...
–¡No me importa, él debe de aprender a...
Risas provenientes de la habitación de Sonic acallaron al equidna, provocando que tanto Knuckles como Tails se acercaran lentamente a la habitación, espiando por la pequeña ranura de la puerta para ver algo que no parecía concebible.
–¡Ja, te dije que el mayordomo sería el asesino! – señaló Sonic para tomar los poporopos que tenían sobre la cama lanzando uno al aire y atraparlo con la boca –Siempre es el mayordomo.
–... pero el vecino tenía motivos – murmuró la eriza quien mantenía la sabana sobre su cabeza con aquella mirada llena de temor.
–Insistente e ingenua – se burló Sonic para verla con soberbia.
–Prepotente y arrogante – devolvió con sonriente.
Sonic rio divertido para tomar el control remoto.
–Bien, veamos, ya vimos...
–¡Hey! – se quejó la eriza –¡Es mi turno! – le recordó para intentar arrebatarle el control.
–Mi cumpleaños, mi turno ¿recuerdas? – dijo Sonic alzando el control sobre el aire, imposibilitándole tomarlo.
–¡Na-ha! – negó la eriza –¡Son la una de la mañana, oficialmente ya no es tu cumpleaños! – señaló para seguir por la lucha del control.
–Bueno, es mi cuarto así que... ¡Deja eso! ¡Vas a...
Amy se abalanzó sobre él para que el cuerpo del erizo azul cayera sobre el colchón y ella se sentara sobre su espalda arrebatándole el control al fin.
–¡Lo tengo! – festejó Amy elevando los brazos en el aire y dirigir su atención a la televisión frente a ellos –¡Una comedia román...
El erizo se levantó de golpe haciéndola caer de espaldas en un grito ahogado interrumpiendo sus palabras. Amy escondió el control tan bien como pudo al enroscarse en ella misma, en un intento de mantenerlo alejarlo de él.
Sonic la sonrió divertido ante el desafío para abalanzarse sobre ella.
–Ya verás...– dijo cual amenaza para hacerle cosquillas y ella riera descontroladamente.
–¡E-Eso es...– rio Amy intentando alejarse de sus habilidosas manos –¡Trampa!
Tails y Knuckles se vieron de reojo en silencio, anonadados. Era la primera vez que lo escuchaban reír en muchos meses o juguetear de alguna forma desde que había empezado su relación insana con Fiona.
Ambos se alejaron lentamente mientras escuchaban la risa y alegatos de Amy ante las tácticas de Sonic por quitarle el control remoto.
–...Supongo que puedo usar tapones para los oídos – murmuró el equidna caminando de regreso a su habitación –No sería la primera vez.
–Pero esta vez será por algo bueno – murmuró Tails con una sonrisa alivianada para ver de reojo a la habitación del erizo azul –Algo muy bueno.
No se imaginan lo mucho que he deseado escribir algo sobre el cumpleaños de Sonic desde que me inicié como fanficker, pero por alguna razón nunca pude incluirlo en alguno de los capítulos de mis historias anteriores y por fin, ¡se me hizo! Y justo a tiempo para iniciar el mes de su 30 aniversario XD!!!
Bien, este ha sido uno de mis capítulos favoritos pues como vemos el inicio del sonamy (amo este capítulo por ello). Muchas cosas se vienen para nuestros protagonistas, su relación empezará a cambiar y esto traerá consecuencias para las que posiblemente no estén listos.
El día siguiente trae para ambos una nueva y algo extraña relación. Una sensación de calidez que se pensó olvidada. Capítulo 9: Mensajes.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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