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Capítulo 74: Nuestro Amor al Descubierto


Buscó la habitación indicada dentro del pasillo de habitaciones cerradas. El lugar era más grande de lo que esperó. Siguió así hasta por fin localizar la habitación que tenía en su puerta lo que parecía ser una esmeralda blanca, cada habitación tenía una de diferente color.

Amy se adentró a la recámara viendo la habitación más grande que hubiera visto jamás. Paseó su mirada dentro de la vista para admirar el estampado floral sobre las paredes, la cama con dosel de roble que le daba un toque victoriano a la recámara y un armario y mesas del mismo estilo.

–Es hermoso– murmuró para acariciar con las yemas de los dedos las sábanas color ocre que cubrían el suave colchón.

Se sentó sobre la misma para así quitarse aquellos tacones que lastimaban sus pies, exhalando un suspiro de alivio y ver en su mano el tacón vagamente reparado con pegamento, el cual se había vuelto a separar al poco tiempo de haberse despedido de Sally.

Se dejó caer de espaldas sobre la cama recapitulando todos los acontecimientos de aquella noche. Sus amigos por fin sabían aquel secreto que tanto ella como Sonic habían guardado de manera recelosa, un secreto a voces aparentemente. Aún no estaba segura cómo los enfrentaría a todos, ya que parecían bastante molestos por su cobarde decisión.

–Al menos no deberé de enfrenarlos solas – murmuró con su mirada al techo.

Buscó sobre su pecho aquel collar plateado y acariciar la rosa que pendía del mismo. Cerró sus ojos con suavidad para que una pequeña sonrisa se pintara sobre sus labios y un recuerdo golpeara a su mente.


"De mí podrás decir lo que quieras, pero no permitiré que digas nada de la mujer que amo"


–Amor... – murmuró al viento sintiendo sus mejillas teñirse de un hermoso color carmín y su corazón palpitar apresuradamente sobre su pecho.

El sonido de su puerta abrirse la hizo regresar al presente para levantarse casi al instante y dirigir su mirada a la puerta que ahora se abría, notando a Sonic entrar por la misma.

–¡¿Sonic?! – se sonrojó intensamente al verlo llegar.

–¿Ames? – alzó una ceja el erizo azul un tanto asombrado por verla ahí, pues hasta donde su conocimiento llegaba se encontraba con María.

–¡Hola! – chilló Amy con intenso nerviosismo, sin entender muy bien el por qué. –Amm... ¿Qué haces aquí? – preguntó un tanto curiosa, poniéndose de pie.

–Vine a cambiarme – explicó para señalar su chaleco y camisa con rastros notorios de la bebida derramada –Champan, ¿recuerdas? – le sonrió ligeramente mientras un dejo de vergüenza se pintaba en su mirada.

–Oh, sí– asintió rememorando con enfado el momento en que Fiona le había lanzado su bebida encima. –Espera – indicó un tanto confundida –Pero esta es mi habitación– indicó para buscar con la mirada su pequeña maleta rosa, la cual seguía sobre la cómoda que la había dejado al llegar esa tarde.

–Si bueno, Blaze aparentemente decidió cambiarme de recámara – explicó recordando su breve encuentro.

Inicio del Flash Back

Sonic había terminado de bailar aquella pieza con Cream, que se le miraba de mucho mejor humor ahora. Sonrió aliviado ante ello, pues no deseaba que su preciada amiga sufriera, aunque sabía que era algo que no podía evitarlo.

–¡Cream, por fin te encuentro! – la voz de Charmy se elevó entre el bullicio.

–Hola Charmy – saludó Cream cordialmente.

–¡Vector me dejara poner una canción y Espio prometió bailar para variar! ¡¿Vienes?! – pidió animado.

–Este... – murmuro la coneja para ver a su compañero de baile.

–Ve – le sonrió Sonic dulcemente –Ver a Espio bailar no es algo de todos los días – alentó divertido.

Cream asintió para ver divertida a Charmy, y marcha con él, perdiéndose en la muchedumbre. Su sonrisa se expandió al verla seguir a la pequeña abeja por la pista de baile hasta que logró divisar a una muy molesta murciélago quien caminaba a la par de su hermano mayor justo a su dirección.

Sonic los vio alarmados sintiendo el terror invadirlo nuevamente. Sabía que debía de enfrentar a sus amigos en algún momento, pero definitivamente Rouge no sería la primera con quien hablaría, o en su caso, no solo. Retrocedió lentamente intentando no llamar la atención cuando tropezó con alguien al caminar de espalda.

–¡Lo lam...

–Estoy bien – interrumpió Blaze estoica.

–¡H-Hola! – saludó un nerviosismo que no pudo sacudirse –Yo sólo... este... justo ahora iba a...

–Deberías de cambiarte – cortó la felina impasible.

–Este... ¿Cómo dices? – parpadeó un par de veces confundido por su narrativa.

–Tu camisa – señaló para mostrar el lugar donde la marca de champan se extendía en su chaleco negro y el cuello de su camisa blanca –No es apropiado vestir de manera tan desprolija, menos aún si eres el mejor amigo del celebrado.

–Oh... – dijo para verse a sí mismo, sin realmente tomarle demasiada importancia a su vestuario –Es tu primera fiesta universitaria ¿cierto? – le sonrió Sonic juguetón, sonrisa que ella no compartió –Bueno, aunque amaría quitarme esto y ponerme algo más "pulcro" – dijo rodando sus ojos con comillas aéreas –Olvide mi otro traje formal en...

–Me tome la libertad de conseguirles una mudada extra de ropa a todos, debido a que no fueron notificados propiamente sobre su estadía – interrumpió ante lo que era obvio un comentario sarcástico de su parte. –Tus pertenecías están en tu habitación.

–Ammm...Este... Gracias – gesticuló un tanto incómodo –Por el increíble abuso a mi privacidad, pero seguro, me alegra saber que al menos no deberé seguir usando esto.

–Amy se encargó de traer tus cosas, lamento si fuimos muy lejos al no notificarte– se disculpó Blaze con un suave movimiento de cabeza.

–No, no, está bien – dijo Sonic con una suave sonrisa. A veces olvidaba lo educada y formal que podía ser la felina.

–Por cierto, antes que lo olvide – habló Blaze para buscar algo en el bolsillo de su abrigo – Esta es tu nueva llave – enseñó la misma en su mano –Debido a las circunstancias de ahora, creo que lo apropiado sería compartir tu habitación con Amy ¿no te parece?

Su rostro enrojeció con intensidad, sin realmente poderlo disimular en absoluto. Blaze acercó la llave hacia él para que Sonic la tomará febrilmente, sintiendo su rostro arder al igual que sus orejas.

–Este... ¿No estás molesta? – carraspeó su garganta para entregarle la otra llave que había recibido al llegar –Por no decirte y...

–Lo que ustedes hagan o dejen de hacer me tiene sin cuidado – explicó la felina puntualmente –Además, estoy segura que Amy tenía una buena razón para no compartir su nueva relación – murmuró suavizando su mirada y así buscar sin disimulo en el salón y ver a Sally bailar en medio de la pista de baile con un nuevo pretendiente. Una ligera sonrisa se pintó sobre sus labios ante la felicidad que su amiga expelía.

Sonic siguió su mirada para ver lo mismo que ella y un suave suspiro de alivio vino a él.

–Todo parece haber salido bien –completó Blaze regresando su mirada a él.

–Es un alivio escucharlo – le sonrió con cierto nerviosismo –Bueno, iré a cambiarme antes de...

–Pero – una mirada afilada y un semblante sombrío se pintó de pronto en la felina –Si lastimas a Amy de nuevo, si la veo llorar por tu culpa o hacer algo para hacerla sentir como si no fuera suficiente – elevó la palma de su mano a la altura de su rostro y una flama nació de la misma, alertando al erizo haciéndolo recular ante el calor de la llama frente a él –Prometo hacer de tu vida un verdadero infierno... – amenazó con su mirada dorada sobre él, la mirada de un cazador que ha divisado a su presa –No me interesa que seas el mejor amigo de mi novio, no pienso permitir que nadie vuelva a lastimar a Amy.

–Ja-Jamás haría nada para lastimarla intencionalmente – habló Sonic apresuradamente.

Blaze suspiró aliviada, desapareciendo la llama de su mano y recobrando aquel semblante serio e impasible.

–Me alegra escucharlo – asintió suavemente, como si sus palabras previas no hubieran hecho que el terror recorriera cada fibra de su ser –Cuida de mi amiga – pidió Blaze con una pequeña reverencia –Disfruta de la fiesta – concluyó su encuentro para empezar a caminar lejos de él.

Fin del Flash Back

–Debo de decir que tienes una amiga bastante escalofriante y ligeramente psicópata – se quejó con un falso mohín de molestia.

Amy rio forzadamente ante la imagen que Sonic había puesto en ella. Eso sin lugar a duda era algo que sonaba que Blaze haría.

–Lo lamento, Blaze pude ser algo sobre protectora – murmuró tragando pesado –Hablaré con ella.

–No, está bien – dijo para caminar hacia ella –Llevamos uno, nos faltan cinco – soltó un suspiró para recostarse sobre el dosel de la cama.

–Cuatro – corrigió Amy –Ya hablé con Sally.

–Oh – exclamó el erizo azul prestando atención –¿Todo bien? – inquirió curioso.

–Sí, sí – rememoró Amy con una sonrisa –Creo que más que bien... creo que incluso está coqueteando con un chico de la fiesta – rio divertida.

–Si bueno, no creo que los otros cuatro sean tan fáciles de manejar como tus mejores amigas – soltó un pesado suspiro –Esta será una noche larga – dijo Sonic para sentarse a su lado y dejarse caer sobre el suave colchón, tomando el primer respiro de todo aquel caos –Y no por la razón que esperaba que lo fuera – murmuró quejumbroso.

Amy rio divertida para imitarlo y recostarse a su lado, mientras ambos mantenían su vista fija en el techo sobre ellos.


"(...) la mujer que amo"


El recuerdo golpeó su mente nuevamente. Sus mejillas se tiñeron de un suave carmín, sintiéndose tan nerviosa como la primera vez que él reposo a su lado, como aquella noche en donde un silencioso abrazo la protegió del frío.

–... ¿Era cierto? – logró Amy decir a penas audible sintiendo su rostro arder, mientras su corazón se aceleraba de manera desembocada.

–¿Uh? ¿Qué cosa? – Sonic volteó su cabeza para ver a la eriza quien tenía su rostro cubierto en un manto carmín su mirada fija en el techo.

–Lo que dijiste antes... – tragó pesado mientras sentía la mirada persistente del erizo azul –A Fiona – aclaró, sin poder animarse a repetir esas palabras. –... Ya sabes... lo que sientes por mí– completó en un murmullo ahogado sin poder sostenerle la mirada.

Los ojos de Sonic se abrieron de par en par y como acto instintivo regresó su mirada al techo sintiendo como una oleada de rubor trepaba por sus mejillas, sonrojándose ante el recuerdo de su inesperada confesión.

–Mhm...– murmuró asintiendo suavemente con la cabeza. Su corazón latía en sus oídos.

Todo se quedó en un perpetuo silencio.

–¿Desde cuándo sabes...? – pausó la eriza sintiendo su labio temblar ante la expectativa y a su corazón golpetear su pecho.

Amy cerró sus ojos intentando alivianar la abrumadora ola de emociones que arremetía en su cuerpo, como una suave caricia que llenaba todo; como la ola del mar que abraza la arena en un inesperado y suave movimiento.

–Creo que desde nuestra primera cita en el planetario– respondió Sonic suavemente a su pregunta inconclusa para que una ligera sonrisa se pintara sobre sus labios. –O quizás un poco antes... – confesó sin poder encararla.

Amy lo volteó al acto viéndolo con una clara expresión de sorpresa ante sus dulces palabras. Él mantenía su mirada lejos de ella, pero a pesar de ello podía notar el color carmín que empapaba su rostro y la mirada cristalina e inquieta ante la confesión de algo tan íntimo como lo eran sus sentimientos hacia ella.

Amy bajó lentamente la mirada para notar su mano yacer a unos cuantos centímetros de la suya, para así acercar la misma lentamente y con el dedo meñique tocar el de él en una suave y delicada caricia.

Sintió como una cosquilleó subía de su mano por todo su brazo en una exquisita sensación eléctrica para voltearla a ver. Sonic tragó pesado ante la hermosa visión frente a él. Amy tenía sus mejillas sonrojadas, mientras una amplia y suave sonrisa se delineaba por sus labios cubiertos en carmín. Sus ojos yacían enganchados en él y de nuevo el nerviosismo se apoderó de él, como si fuese la primera vez que esto pasaba, como si fuera la primera vez que ambos yacían en completa intimidad, como si fuera la primera vez que hablaban sobre lo que sentían uno por el otro.

–Yo... – empezó Amy con su voz pendiendo en un hilo –Creo que fue cuando me sonreíste por primera vez – murmuró desviando su mirada mientras un intenso sonroje quemaba sus mejillas.

–¿Cómo dices? – inquirió Sonic confundido por lo que escuchaba.

–Te amo Sonic the Hedgehog– le sonrió ampliamente mientras su rostro se iluminaba ante el candor de sus sonrojadas mejillas –Te amo desde el primer momento que me sonreíste por el pasillo de la escuela, te amo desde la primera vez que me hablaste, te amo desde...

Sonic tomó su rostro con prontitud para así imprimir un beso en sus tersos labios, obligándola a callar. Un par de lágrimas rodaron por las mejillas de ella, pues todo aquel amor que se vio obligada a ocultar en un principio, y luego a dosificar, por fin podía salir libre y recorrerla como siempre anheló.

–Te amo, Amy Rose – susurró el erizo azul con sus labios pegados a su boca antes de volver a besarla.

Su beso era suave y terso. Sus brazos se enroscaron en el cuello de él para que él se posicionara sobre ella sin romper en ningún momento aquel beso que transmitía aquellas palabras que había brotado de su boca en un suave murmullo.

Sus manos pequeñas acariciaban su amplia espalda de arriba abajo, dejándose engullir en el momento. Los labios de él se resbalaron por su mentón, siguiendo la línea de su mandíbula para luego buscar su boca nuevamente. Amy se arqueó suavemente ante el contacto de sus labios en su piel expuesta mientras él baja lentamente por su cuello.

Las manos de él recorrieron con una inusual lentitud sus curvas haciéndola ahogar en un gemido ante el su tacto. Sonic pausó por un momento con su respiración acelerada para que sus ojos toparan con los de ella.

Una suave sonrisa se pintó en su rostro para con una mano acariciar con suavidad el rostro de ella, quien le sonrió de regreso.

El silencio quedó expectante ante el ambiente que se sentía diferente. Ante la tormenta de emociones que se derramaban de forma torrencial en aquella habitación, cubriéndolos con mil y un nuevas sensaciones. El latir de dos corazones que se habían reencontrado para amarse una vez más.

Él buscó sus labios imprimiendo de nuevo un suave beso, uno que jugó de forma dulce y apasionada con sus labios sabor a fresa. Amy buscó de despojarlo de aquellas ropas teñidas en champan con suave y calculados movimientos, en un vals de caricias silenciosas que ninguno de los dos había experimentado antes; era como si esas dos palabras hubieran cambiado todo en la relación; a lo mejor la completa libertad de estar juntos había hecho que su relación alcanzara un nuevo nivel.

Sonic se quitó la camisa con una urgencia disimulada para que ella le sonriera un tanto divertida, por su lado, ella se sentó sobre la cama para así buscar el nudo que mantenía ese vestido en su lugar.

–Permíteme... – pidió Sonic con una sonrisa juguetona –Prometiste quien sería yo quien te quitara esto al final de la noche ¿recuerdas?

–Tienes razón – le sonrió Amy de regreso. Se puso de pie para así darle la espalda enseñando su espalda desnuda cubierta pobremente por listones que se cruzaban sobre la misma –Por favor – dijo mordiendo suavemente su labio inferior, cual invitación a lo prohibido.

Él se acercó a ella para rozar con la yema de los dedos de manera exquisita su desnudez parcial haciéndola estremecer ante la delicada caricia. Tomó la punta del listo que amarraba aquel vestido para jalarlo delicadamente haciendo que éste cayera de manera lenta sobre su cuerpo para que ella lo volteara a ver.

–Eres hermosa – murmuró él para besarla con suavidad.

Ella estrechó su cuerpo hacia él para que él la tomara de las caderas y la posicionara nuevamente sobre la cama, rompiendo el beso entre ambos. Sonic se despojó de los vestigios de ropa que aún lo vestían para así regresar hacia ella, quien buscó sus labios con ímpetu.

Esta vez no hubo desesperación o urgencia. Sentía las manos de él acariciar su piel desnuda con una pericia que sólo él podía poseer. Los labios del erizo besaron suavemente su cuello, soltando ella un profundo suspiro para luego sentir como él la llenaba por completo de manera lenta y pausada. Un gemido escapó de sus labios y mientras él soltaba un pesado suspiro para así de nuevo adentrarse dentro de ella, obligándola a arquearse ante el cosquilleó que nacía de su vientre y se dispersaba por todo su cuerpo como la más dulces de las sensaciones.

Una danza entre dos cuerpos que se entregaban uno al otro se llevó a cabo en la intimidad de aquella habitación. Una danza que iba tomando velocidad al compás de la brisa del viento invernal y el cantar de la vida nocturna a través del cristal congelado de aquella habitación.

Amy buscó los labios de él nuevamente intentando aminorar los jadeos según las embestidas de él se intensificaban. Sus piernas se enroscaron sobre sus caderas, atrayéndola aún más a él, ocasionando que un gemido fuera exhalado de los labios de él para sentir como pronto llegaría al clímax de aquella noche.

Ella sintió como la llenaba por dentro dejándose caer exhausta sobre el colchón y él sobre ella.

Los ojos de Amy se engancharon en los de él para que ella le sonriera con dulzura y un breve besó se posara sobre los labios de él.

–Te amo – le susurró Amy sonrojándose suavemente.

–Creo que no me cansaré de escucharlo nunca – le sonrió con dulzura buscando nuevamente sus labios para transmitir todo aquello que no sabía cómo poner en palabras.

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Los primeros rayos de sol acariciaron su rostro obligándola a abrir los ojos con cierta pesadez. El sol aún no había despertado por completo, pues por el cristal podía ver el cielo aún teñido de tonos purpuras y rojizos.

Amy se sentó sobre la cama y así escuchar el suave respirar de su compañero, quien yacía durmiendo plácidamente a su lado; una amplia sonrisa se pintó sobre sus labios al verlo descansar junto a ella. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que ambos habían podido compartir una cama, no se diga pasar la noche juntos.

Amy besó suavemente su mejilla, para que él se acomodara aún más entre las sábanas como una queja silenciosa al mundo para no despertar.

–Iré buscarnos algo de comer – le susurró al erizo quien yacía en los brazos de Morfeo. –Regresaré antes de que despiertes – prometió.

Amy se puso de pie para buscar con la mirada su pequeña maleta rosa. Corrió hacia ella para buscar algo que colocarse encima, vistiendo un pants color blanco un tanto torpe mientras metía cada pierna en brincos aislados en un intento de no perder el equilibrio, y ahí, saltando como una tonta algo llamó su atención. Un sudadero azul oscuro doblado perfectamente en la maleta semiabierta del erizo.

Una sonrisa se pintó sobre su rostro para así tomar el mismo y colocárselo encima. Era varias tallas más de lo que ella vestía generalmente, haciéndola ver pequeña. Amy se vio en el espejo de pared de la habitación para ampliar su sonrisa al notar su conjunto.

El slogan "Gotta go fast" se leía en letras blancas mayúsculas sobre su pecho, siendo una de las pocas prendas de Sonic que tenía algún diseño. Sintió el aroma de él inunda su nariz para así abrazarse a sí misma ante lo que se sentía como un cálido abrazo de algodón.

El sonido de las aves despertando la alertaron. El sol no tardaría en elevarse por el cielo.

–Será mejor que me vaya antes de que todos despierten – se dijo apresurada buscando un par de zapatillas rojas que llevaba consigo para así correr hacia la puerta –Volveré pronto – le susurró Amy por lo bajo para salir en silencio lentamente de espaldas, procurando que la puerta no rechinara según la cerraba con cuidado.

Amy cerró la puerta hasta escuchar un suave click, sonriendo satisfecha, o así fue cuando escuchó un rechinido sonoro a sus espaldas, alertándola. Se dio la vuelta al instante para ver a Zooey salir de una habitación con sus zapatos en su mano y con la misma cautela que ella había intentado tener, pero sin éxito alguno.

Una expresión de terror se grabó en el rostro de la zorra al divisarla.

–¿Zooey? – soltó Amy alzando una ceja.

–¡Ammm! – exclamó la zorra, sonrojándose intensamente al ser descubierta por ella.

–¿Te quedaste a dormir en... – Amy calló al notar su vestimenta desprolija, su cabellera revuelta y su maquillas corrido. Fijó su mirada a la habitación de la que salía y regresó su mirada a ella. Esa era la habitación de Tails. –Oh.... – musitó sonrojándose al entender qué había pasado.

–Y-Yo...

–Eso fue divertido – una voz masculina inundó el silencioso pasillo captando la atención de ambas. Una de las puertas adyacentes de aquel pasillo de puertas cerradas se abrió para dejar ver salir a un primate, seguido de cerca por Sally –Espero que no sea la última vez – besó su mano galante en una sublime reverencia.

–Por supuesto que... – Sally enmudeció al ver a Amy y a Zooey de pie en el pasillo. Un intenso sonroje se pintó sobre todo su rostro.

Las tres se vieron en completo silencio y terror ante la explicita escena.

–Aparentemente no fui el único que pensó que sería muy temprano para ser visto por nadie – dijo un dejo de diversión Khan ante el ensordecedor silencio que inundaba el pasillo. –Prometo llamarte hoy más tarde – besó suavemente los labios de la ardilla, sin reacción por parte ella –Amy – asintió la cabeza a manera de despedida –Gracias por todo – reverenció suavemente antes de salir por el pasillo y dirigirse a las escaleras, perdiéndose de la vista de ellas.

Amy fijó su mirada al acto en la ardilla, quien se tensó al sentir su mirada clavada sobre ella.

–¡¿A-Acaso ustedes...

–¡Shhh! – silenció Sally a la eriza quien la miraba con sorpresa. –S-Sólo paso amm... este... – el rechinido de otra puerta al abrirse estridentemente la hizo callar para ver salir de éste a un rostro familiar.

Rouge salió de su habitación para detenerse al notar la inusual reunión en medio del pasillo. Un vistazo rápido le hizo saber lo que necesitaba para que una expresión pícara y un brillo libidinoso en sus ojos.

–Vaya, vaya, parece que no fui la única que se divirtió esta noche – celebró con complacencia en su voz.

–¡R-Rouge! – exclamó alarmada Amy para correr hacia ella al notar que sólo vestía su ropa interior de encaje y encima tenía una camisa de botones abierta, posiblemente de Knuckles –¡Tapate! – pidió en suplica al notar tanto a Sally como a Zooey sonrojarse ante la falta de pudor de ella.

–¿Eh? ¿Por qué? – se quejó para alejarse de los desesperados intentos de Amy de cerrar la camisa que apenas la cubría –Tus amigas parecen haberse divertido tanto como yo – una sonrisa afilada se pintó en sus labios, ocasionando que la zorrita y la ardilla se ruborizaran intensamente –Esta demás aparentar ser mujeres respetables ¿no es verdad?

–¡Ese no es el punto! – exclamó con molestia.

–¿Qué es todo este ruido? – la voz de Blaze se escuchó para ver a la felina salir con una bata de felpa lila sobre un pijama de dos piezas de seda purpura luciendo su cabello suelto. –Rouge, creo que no está demás decirte que aquí no sólo hay mujeres y que no es apropiado que estés... bueno, así.

–Estoy más que consciente – le sonrió Rouge a las demás de manera sugestiva –No pensé que sería necesario ya que sólo iba a buscar algo de tomar antes de regresar a... – pausó para que su sonrisa se ampliara y una mirada sugestiva se posara en su rostro – Ejercitarme antes del desayuno –completó.

–Eso es indiferente – reprochó Blaze, caminó hacia ella para quitarse su bata alargando su brazo para entregársela. –Ponte este si piensas salir así por la mansión.

–Bien– arrebató Rouge la bata de sus manos rodando los ojos para colocársela encima.

–¿Qué está pasando? – la voz de Silver se hizo notar, saliendo de la misma habitación que la felina.

–Quien lo diría, inclusive miss perfecta pasó una noche divertida – murmuró Rouge burlona mientras terminaba de amarrar la bata sobre su cuerpo.

Blaze volteó a ver con disgustó ante su comentario de mal gusto referente a su vida personal.

–¿Qué es todo el alboroto? – salió el equidna de la habitación soltando un pesado bostezo vistiendo únicamente unos pants deportivos color verde esmeralda que lucían un par franjas amarillas a los lados del mismo. Su pecho desnudo enseñaba una marca de nacimiento blanca en media luna que muy rara vez podía apreciase. –¿Por qué están todos en el pasillo? – inquirió.

–Aparentemente es el desfile de la vergüenza – rio Rouge divertido –Verás, Zooey estaba saliendo de la habitación de Tails a hurtadillas – señaló sin descaró para que la zorrita se sonrojaran con gran intensidad.

–Genial, entonces usó el regalo que le di – sonrió Knuckles complacido, ignorando la obvia incomodidad de la zorra.

–Ajá – asintió la murciélago – Blaze y Silver acaban de despertar seguramente luego de una noche bastante apasionada – habló sin más para que la felina le diera una mirada asesina –Es decir, ves los rasguños apenas cubiertos bajo la camisa de Silver

Tanto la felina como el erizo plateado se sonrojaron intensamente ocasionando que Silver colocara una mano sobre su cuello en un pobre intento de cubrir las marcas que aún se dejaban ver.

–¿Qué es todo este alboroto? – preguntó Tails para salir de su habitación con un sonoro bostezo, restregando sus ojos.

El sueño que aún se aferraba a él desapareció al ver a Zooey tensarse al notar su presencia. Tails abrió sus ojos con claro asombro, pues al no verla a su lado había asumido que se había ido en algún momento de la noche.

–Zooey... – soltó en suave suspiró, ocasionando que la zorrita se sonrojara ante la caricia de su palabra.

–De nada – habló Knuckles interrumpiendo el momento de los dos, captando la atención del zorro. –Por el regalo – guiñó.

–Si querías salir sin ser vista por tu amante creo que no te funcionó – rio Rouge divertida –Al menos el de Sally se despidió adecuadamente – señaló ocasionando que Zooey se hundiera en si misma con un claro dejo de vergüenza en su voz.

–¡Rouge! – regañó Amy.

–No me hagas seguir contigo – bufó con un dejo de malicia la murciélago.

El bullicio tomó como rehén la mansión, ante discusiones entre todos los que yacían en el pasillo. Una serie de acusaciones y reprimendas se escucharon de manera intangible, o así era cuando una voz más se sumó a los alegatos.

–¿Qué es todo este escan... – Sonic cortó su pregunta de golpe cuando todos callaron de manera abrupta para voltearlo a ver y ser de pronto el punto de atención.

La molestia por haber sido despertado tan temprano se disipó por completo y en su lugar, la sensación de estar expuesto vino a él. Tragó pesado, sintiendo como la tensión se arremolinaba a su alrededor, una tan palpable que podría cortarse con un cuchillo.

–Quien lo diría – sonrió Sonic con nerviosismo –Pasillo equivocado – rio forzadamente para dar un paso de regreso a su habitación.

–¡Ni se te ocurra Sonic the Hedgehog! –amenazó Tails para verlo con molestia.

–¡Es cierto, tenemos una conversación pendiente! – concordó Silver viéndola con la misma expresión de reclamo.

–¡TIENES MUCHAS EXPLICACIONES QUE DAR SONIC! – vociferó Knuckles iracundo.

De nuevo el bullicio llegó cual tornando, pero esta vez en contra de él. Sonic tragó pesado para dirigir su mirada a Amy quien se miraba igual de alarmada que él. La eriza caminó lentamente de retroceso, acercándose hacia donde él yacía mientras las voces molestas de sus amigos incrementaban.

–¡Amigos, amigos, suficiente! – detuvo Rouge la incesante ola de reclamos. –Este no es el lugar ni la manera de hacerlo – dijo la murciélago de forma cordial.

Todos la vieron con un claro asombro. Amy dirigió su mirada a su amiga para que una sonrisa se posara sobre sus labios ante el muy necesitado rescate.

–Es cierto – asintió Amy aliviada –Gracias Rouge.

–¿En serio? – Sonic alzó una ceja, incrédulo por la repentina compresión de la murciélago.

–Claro – le sonrió con soltura, haciéndolo sentir más desconfiado que antes –Porque no nos arreglamos, bajamos y jugamos un amistoso verdad o reto.

–¡¿Qué?! – exclamaron Sonic y Amy con horror.


¡He vuelto! Yo sé, han pasado meses de meses. Aunque el capítulo estaba planeado y casi terminado tuve un pequeño bloqueo de escritor y unas cuantas cuestiones de salud que me prohibieron subirlo cuando estaba planeado, pero por fin ¡Está listo!

Gracias mis queridos lectores por todo su apoyo y por sus mensajes tan lindos que he recibido en los últimos meses y más que nada por su infinita paciencia con estas últimas actualizaciones. Esta historia, como lo he mencionado antes, está grabada en mi corazón como una de las más especiales y complejas escritas hasta el momento, pero como todo, esta historia debe de llegar a su fin. Así es lectores, El Reencuentro verá por fin, luego de 74 capítulos, su final con el muy esperado capítulo 75. Con más de 100 hojas de material que no se agregó a la historia original, dos años en escribirse, y más de 200 horas invertidas para poder crear esta obra, por fin me despido de ella para dar paso a un nuevo proyecto y empezar este 2024 con el estreno de "Juegos de Media Noche" una nueva fic de mi ficverse donde Midnight y Dawn harán aparición en un nuevo drama que lleva más de un año planificándose (el cual estoy muy emocionada por empezar a escribir).

¡Gracias a todos por su apoyo tan incondicional! Espero hayan amado esta historia de amor y comedia, porque el drama se ve en el horizonte y viene con fuerza. Sin más que agregar el día de hoy su autora se despide. Kat fuera.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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