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Capítulo 73: Rompiendo el Silencio


María había intervenido justo a tiempo. Luego de darle las gracias de manera profusa por su conveniente intervención Amy se despidió velozmente disculpándose con una corta reverencia y así buscar por el salón a Sally, sin saber qué esperar de ella. ¿Estaría tan molesta como Rouge y los otros? A lo mejor peor.

Amy caminó durante más tiempo del que quisiera sin señales de la ardilla. Soltó un pesado suspiro para así encaminarse a la entrada de aquella gigantesca mansión y sentir el aire frío rodearla. Se sentó en las escaleras de la entrada principal, sintiéndose como un fracaso. Debido a que su teléfono seguía perdido en algún lado ni siquiera podía escribirle una disculpa larga y extensa que sabía que sería ignorada.

–¿Hay lugar para alguien más? – escuchó decir, sobresaltándose.

–¡¿Sally?! – chilló Amy sorprendida al ver la cálida sonrisa de su amiga. –S-Sí, siéntate – pidió corriéndose un poco, sintiéndose intranquila ante la inesperada pero buscada compañía.

–Pensé en acercarme antes, pero vi que tenías las manos llenas – habló Sally sentándose a su lado, manteniendo aquella sonrisa en su rostro –¿Tú estás bien? – inquirió la ardilla volteándola a ver con un dejo de consternación.

–Este... ammm... ¿no estás molesta? – inquirió Amy confundida por la genuina amabilidad de la ardilla.

Sally rio delicadamente tomando a Amy por sorpresa por su actitud relajada.

–Al principio sí, debo admitir – confesó Sally fijando su mirada a su pomposa falda. –Pero luego te escuché hablando con Rouge y sobre todo lo que has pasado durante este tiempo... y entonces entendí – pausó para voltearla a ver con una amplia sonrisa –De la buena amiga que tengo a mi lado.

–¡Pero yo...

–Amy, si me hubieras dicho que tenías sentimientos por Sonic, así él no gustara de ti, jamás me hubiera involucrado con él – interrumpió velozmente las palabras de ella –Ahora que lo pienso, realmente sabiendo la historia que ustedes compartían y lo mucho que sufriste en la preparatoria por él fui una tonta y egoísta por siquiera poner mis ojos en él – suspiró culpable.

–¡C-Claro que no! – negó Amy velozmente –Es decir habían pasado años desde...

–Aun así – insistió –Lamento eso.

–¡No te disculpes! – pidió Amy sujetando sus manos con celeridad –Yo soy la que tiene que disculparse, no fui honesta contigo y lo peor aún busqué maneras de dejarte a solas con él en un intento de verte sonreír sabiendo que...

–Si bueno, eso estuvo mal de tu parte – concedió viéndola con reproche ante sus acciones, ocasionando que Amy bajara sus orejas, culpable. Sally soltó un suave suspiro apretando sus manos de manera afectuosa –Por eso te encargarás de la limpieza del apartamento los siguiente tres meses.

–¿Cómo dices?

–Y de cocinar el desayuno – sentenció con una falsa expresión de seriedad.

–Pero lo que hice...

–Estuvo mal, ¡Más que mal! – regañó viéndola con seriedad –Pero no por las razones que tú crees – suavizó su expresión –Por no decirme la verdad, por no tomarte el tiempo de expresarme lo que sentías y lo peor, involucrar a alguien que estaba enamorado de ti para seguir el juego de mentiras.

Amy desvió su mirada sintiendo como un nudo se formaba en su garganta. Cerró sus ojos con pesadez, en un intento de contener las emociones que quería colarse por las cuencas de sus ojos. Ella sabía que lo había hecho era algo malo, a su punto de vista imperdonable, después de todo cómo se le ocurrió involucrar a los dos seres más importantes en su vida en una mentira que de cualquier manera iba a terminar explotándole en la cara.

–Tienes un buen hombre a tu lado – continuó Sally en un suave susurro –Y no debes de preocuparte por mí, yo estaré bien – Le sonrió abiertamente –Sin embargo, de ahora en adelante te pidió que seas honesta conmigo y no intentes protegerme de la desilusión o del dolor del rechazo, nadie puedo hacerlo – dijo viéndola impertérrita ocasionando que la eriza desviara su mirada culpable –Pero... entiendo el por qué lo hiciste – continuó Sally suavizando su expresión para así abrazarla delicadamente –Gracias por cuidarme tanto, Amy.

Sally acarició su cabello en una suave caricia sintiendo como Amy se aferraba a ella de pronto escuchando un sonoro sollozó escaparse de los labios de su amiga para así ella afianzar su abrazo. Su corazón aún dolía ante el recuerdo de aquel que nunca podría florecer, pero el dolor encontraba consuelo en saber que su mejor amiga yacía feliz al lado de un hombre que, a diferencia de sus previos prospectos, la cuidaría y valoraría como nadie antes. Eso la hizo ampliar su sonrisa.

–No llores– pidió Sally separándose de ella viendo la mirada de la eriza empañada por una cortina de lágrimas. –Estoy bien – le sonrió abiertamente –Estamos bien – consoló cálidamente.

–¿Lo estamos? – limpió con el dorso de su mano las lágrimas que seguían cayendo de sus ojos.

–Lo prometo – le sonrió –Además, no estoy segura que él y yo hagamos una buena pareja – alzó los hombros al aire intentando aligerar el ambiente –Quiero decir, ¿realmente crees que pueda aguantar dos horas en una de las beneficencias de mi familia? o ¿Viendo una película ucraniana sobre los problemas sociales de la década?

Amy rio divertida mientras terminaba de secar sus lágrimas sintiendo como aquella pesada carga que había llevado por tanto tiempo ya caía de sus hombros.

–No, creo no – le sonrió Amy divertida –Siendo justo, creo que pocos podrían.

–Bueno, pues...

–Señorita Sally – una voz las interrumpió para ver a un caballero con una vestimenta formal y pulcra llegar hacia ellas –Perdoné, no quise interrumpirla – se disculpó el primate. –Es sólo que la música ha vuelto a sonar y me gustaría poder compartir la siguiente pieza a su lado, si así me lo permite.

–¡Khan! – se sobresaltó la ardilla poniéndose en pie al acto, sonrojándose ante la galante e inesperada invitación.

Amy fijó su mirada en Sally, quien se miraba nerviosa ante la presencia del joven, algo atípico de ella. La mirada de Sally yacía enganchada en el primate quien ahora le sonría de manera galante. Ella conocía esa mirada, después de todo, ella misma tenía aquel brillo peculiar en sus ojos cuando Sonic estaba cerca.

–¿Me concede la siguiente pieza? – reitero el primate ante el prolongado silencio.

–Este... sí, quiero decir, sólo estaba...

–Ve – se puso Amy de pie para sacudir suavemente sus ropas en un intento de eliminar las pequeñas arrugas sobre su vestido de color rojo escarlata. –Creo que es tu momento de regresar a la pista y bailar de nuevo ¿no crees? – le sonrió Amy de manera cómplice.

–Este... – silenció Sally ruborizándose suavemente por lo que parecía ser una muy sutil metáfora.

–Amy Rose, la mejor amiga – se presentó Amy.

–Monkey Khan – le devolvió educadamente –El pretendiente supongo – se presentó divertido ocasionando que Sally se tensara para que su rostro se enrojeciera por completo.

–Cuida bien de mi amiga – pidió Amy sonriendo divertida viendo como Sally perdía la compostura por el dulce e inocente comentario.

–Así será – asintió suavemente con la cabeza.

–S-Será mejor regresar a la pista de baile – pidió Sally para empezar a caminar de regreso a la mansión.

Khan asintió para seguirla y despedirse de Amy con un suave movimiento de cabeza.

Amy sonrió ampliamente la ver a su amiga irse con su nuevo interés. Soltó un suave suspiro sintiéndose infinitamente agradecida por su amiga y su inmensa capacidad de comprender y perdonar.

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La celebración continuó su curso luego de la breve e indeseable interrupción de Fiona. La alegre música aligeró cualquier tensión restante en el ambiente y por primera vez Tails se sintió parte de aquella fiesta en lugar de alguien ajeno a ella, posiblemente porque Zooey lo acompañaba.

El tiempo se volvió sólo un concepto, pues perdió la noción del mismo luego de ser forzado en un tonto concurso de shots tequila con Silver como su oponente. Aunque realmente tomar no era lo suyo no quería quedar como un niño ante el reto, no frente a Zooey, no después de que Knuckles enfatizara que únicamente los niños se negarían a un reto de hombres verdaderos, frase que utilizó como método persuasivo con él y Silver para ponerlos como los únicos contrincantes, lo más seguro porque ninguno de los dos se conocía por tomar mucho o ser el alma de la fiesta en ninguna celebración.

Una animada y reñida competencia entre ambos se llevó a cabo con el único fin de impresionar a sus compañeras y verse como algo más que el chico amable o el intelectual. Aunque ese tipo de competencias no eran lo suyo, debía de admitir que se había divertido bastante, en especial al ver a Zooey vitorearlo en su victoria al ser el último en pie.

–¡Viste que le gane a Silver! – celebró Tails un tanto mareado mientras Zooey lo ayudaba a caminar derecho a un rumbo desconocido, dejando la fiesta atrás. –¡Apuesto que nadie creía que podría! – celebró sintiendo todo a su alrededor darle vueltas.

–No puedo creer que aun puedas caminar – sonrió Zooey divertida viendo como el zorro se ladeaba ligeramente para tomarlo apresurada del brazo evitándolo de caer –O algo así – rio con delicadeza.

–¿Bromeas? Si quieres ser amigo de Sonic debes de poder con ese tipo de cosas – habló con una falsa seriedad –¡Y yo soy su mejor amigo! – celebró caminando a ciegas por el pasillo silencioso, dejando cada vez más atrás la fiesta –Eso le enseñará a Silver quien es el mejor amigo – bufó con satisfacción.

–Estoy segura de que obtuvo su merecido – le sonrió Zooey ante la aparente rivalidad secreta que tenía por la preferencia del erizo azul.

–Cree que ellos dos son más unidos que nosotros dos, pero no es así – enfatizó el zorro con sus palabras arrastrarse al igual que sus pies gracias a la ingesta de alcohol –Puede tener a Knuckles, Knuckles merece un buen mejor amigo – asintió seriamente.

Zooey observó a Tails con diversión y fascinación. Tails era un zorro tan prudente para hablar, así como propio y coherente, era la primera vez que miraba esa faceta de él, una desaliñada, divertida y un tanto combatiente.

–Llegamos – dijo Zooey para sacar una pequeña llave y abrir la puerta.

–¡Genial! – exclamó alegremente –¿A dónde? – inquirió para seguirla a una habitación en penumbras.

–A tu habitación Tails –informó Zooey –Blaze cree que es mejor que descanses un poco antes de seguir con la fiesta – explicó cerrando la puerta a sus espaldas.

–Pero se supone que la fiesta es para mí – debatió el zorro con sus palabras arrastradas con una falsa resistencia.

–Y seguirá siendo una vez descanses un poco y saques un poco todo aquel alcohol en tu sistema – dijo para ayudarlo a sentarse en el borde la cama. –Ahora descansa un poco y yo iré por un vaso con agua ¿de acuerdo?

Tails no siguió discutiendo para así dejarse caer sobre la cama sintiendo su cabeza dar vueltas. Tal vez había tomado más de lo que debía. Entre la champaña fina que lo ayudó a bajar su nerviosismo y la boba competencia de Knuckles su mente yacía por todos lados, sin frenos y sin pensamientos indeseables, era un tanto agradable, aunque se sentía realmente sin control de sí mismo.

–Toma – la voz de Zooey lo trajo de regreso para verla sentada en el borde la cama con un vaso de agua –Te sentirás mejor – le sonrió.

Tails se sentó como pudo sintiendo sus sienes palpitar.

–Gracias – murmuró para tomar un buen sorbo de la bebida.

Se sentía bien y refrescante, alineando un poco sus sentidos. Tails observó a su alrededor la habitación en donde ambos yacían. Zooey había encendido las luces que apenas daban la luz suficiente para poder apreciar los finos muebles de caoba, la cama de sabanas de terciopelo verde esmeralda y los cuadros con pinturas de lo que parecía ser hermosas esmeraldas de diversos colores.

Regresó su mirada a su compañera quien mantenía su mirada sobre él, una mirada fija y llena de lo que parecía expectativa. Su sonrisa curveada llevó su atención a sus carnosos labios que brillaban bajo aquel bálsamo labial rosa pálido y sin poder evitarlo su mirada bajo un poco más al ver el ceñido vestido en el área del busto.

Tails se sonrojó intensamente ante ese acto que esperaba que habría pasado desapercibido para tomar de un sorbo el restante de aquella bebida, sin lugar a duda el alcohol estaba haciendo más estragos en él de lo que pensaba.

–Lo lamento– se disculpó Tails para colocar el vaso vació en la mesa a su lado de la cama. –Se supone que esto es una cita y yo...

–Es tu cumpleaños – interrumpió Zooey captando la atención del zorro, viéndola sonreír amena –Además, ha sido muy divertido verte así.

–¿Ebrio? – devolvió con una sonrisa irónica.

–Desinhibido – corrigió ella con un brillo malicioso en su mirada y suavemente relamer su labio inferior.

Una corriente eléctrica recorrió su columna vertebral sintiendo como todo el vello de su cuerpo se erizaba de pronto. Una oleada de rubor cálido le trepó por el cuello y las mejillas sonrojándose ante el inocente comentario. De pronto toda la neblina mental se disipó abruptamente, percatándose que estaban a solas en aquella habitación a puerta cerrada.

Tails restregó sus sienes intentó calmar la onda de calor que se regaba deliciosamente por todo su cuerpo ¿Por qué aquella inocente frase se había escuchado sugerente? Definitivamente había tomado demasiado.

–¿T-Tú crees? – rio Tails nerviosamente para verla con un dejo de timidez en su voz –Tal vez sólo un poco – tragó pesado sintiendo su corazón latir de forma ensordecedora en sus oídos.

Sus largas pestañas se abanicaban de manera hermosa y sensual ante aquel lento parpadeo, una mirada que parecía invitarlo a lo prohíbo de manera muy atrayente. Zooey dibujó una media sonrisa en su rostro y con una mano jugar de manera delicada con uno de los mechones de pelo que enmarcaban su rostro, causando que el ambiente de la habitación cambiara, o eso sintió él.

–S-Si quieres regresa con los demás – intentó Tails aligerar el ambiente para desviarle la mirada al acto. Todo lo que hacía de pronto le parecía sensual –Yo me uniré en unos minutos – dijo sintiendo como se quedaba sin aire.

–Me gusta estar aquí – murmuró ella para así acercarse un poco más a él, acortando el espacio entre ambos –Me gustaría acompañarte – pidió colocando su mano sobre la de él –Si no te molesta.

Su toque eléctrico despertó todos sus sentidos. La volteó a ver con una intenso sonroje carmín sobre sus mejillas. Aparentemente no era el único que había tomado demás en esa fiesta. Los recuerdos de cómo Rouge había sido increíblemente insistente en que tomara champaña durante su ridícula competencia vino a él, y como la murciélaga se había encargado de rellenar su copa en todo momento. No estaba seguro cuánto había tomado, pero parecía que había sido suficiente para que su acostumbrada timidez se disipara por completo.

La habitación se llenó de un silencio ensordecedor para que sus miradas se conectaran en la penumbra de la habitación vagamente iluminaba por la luz tenue.

Zooey se acercó un poco más al zorro sintiendo como la agitada respiración de él rozaba su rostro en cada exhalación. Su cara yacía cubierta por un manto carmín ante su osadía, pero toda la atracción que había contenido y mantenido en las sombras le era imposible de contener por un segundo más.

Los recuerdos de Tails llegando a su apartamento cayeron sobre ella como las nevadas de invierno. Recordaba aquellas tardes en donde él ayudaba con algún desperfecto en su apartamento, sobre todo, aquellos momentos en donde se quitaba su chaqueta color mostaza para arremangarse las mangas hasta los codos para luego con sus masculinas manos tomar sus herramientas en un intento de arreglar de aquellos electrodomésticos que ella se había vuelto experta en arruinar.

Zooey siempre lo admiraba en la distancia, observando aquel semblante serio lleno de concentración, fijando sus profundos ojos color cielo en la tarea frente a él. Sus ojos tendían a pasear de manera inadvertida sobre los rasgos apuesto del zorro, deteniéndose en sus manos, viendo como éstas tocaban con pericia los botones de aquel artefacto para con minuciosidad y delicadeza acariciar los tornillos colocándolos en su lugar con un tacto terso pero firme, imaginando en qué más podría usarse esas habilidades de genio inventor; ese pensamiento intrusivo llegaba a ella más frecuentemente de lo que quisiera, uno que tendía a reprimir en cuanto llegaban, y que ahora navegaban con pase libre por su mente, una que le gritaba por apagar el incendio que crecía dentro de ella.

Zooey mantuvo su vista sobre él, quien no había retrocedido ni un paso ante su cercanía, y así, gracias al alcohol que ahora recorría sus venas y a la urgencia de su compañía dijo:

–Bésame – pidió Zooey en un tono suplicante.

Sus palabras despertaron algo en él, aquella suplica cargada de expectativa. Tails cortó el espacio entre ellos imprimiendo un suave beso sobre sus labios, entreabriendo su boca ligeramente para encajar sus labios de manera perfecta con los de ella.

Un gemido ahogado se le escapó de los labios al sentir los suyos sobre los de ella. Tails se separó al acto viéndola con sorpresa por el sonido de placer que había escapado de su boca por un simple beso.

Zooey tapó su boca de forma instantánea sonrojándose intensamente por su falta de temple, pero no pudo evitarlo. Eso había sido lo más inapropiado que hubiera hecho en una cita, posiblemente en su vida... pero se había sentido tan bien. Una sonrisa llena de satisfacción se dibujó detrás de las manos que aún ocultaban parcialmente su rostro.

–P-Perdona – balbuceó Tails de repente, desviándole la mirada, apenado –Creo que bebí demasiado...– se excusó avergonzado –Y creo que tú también – carraspeó su garganta para ponerse de pie y tomar cierta distancia de ella en un intento de mantener la poca compostura que aún mantenía.

Un mohín de sorpresa invadió su mirada. No, no, no, el Tails cauto y sereno estaba regresando de su hibernación y pronto tomaría control completo del zorro, y ella no quería eso... no aún.

Zooey sabía que sólo había dos posibles finales para esa noche, uno en donde ella retomaba el rol de niña pudiente y educada que asentiría en silencio y se despediría de él para terminar su noche, guardando todas aquellas sensaciones alborotadas en lo más profundo de su ser, como lo había hecho en el último año. Zooey suspiró con pesar para subir su mirada y notar la respiración acelerada del zorro y el claro sonroje sobre sus mejillas. Mordió suavemente su labio inferior, sabiendo que existía otro final, uno en donde dejaba salir sin tapujos todo aquello que su mente y cuerpo le gritaba le había rogado en los últimos meses. No más niña buena. No más mujer tímida de alta sociedad.

–Si me preguntas...– murmuró ocasionando que Tails la volteara a ver. Se puso de pie y con un delicado movimiento acarició su cabello para que éste se liberaba de aquel formal peinado. Zooey sacudió su cabeza suavemente sintiendo sus largos mechones de cabello caer con suavidad sobre su pecho –Sólo tome lo suficiente para poder agarrar coraje – continuó viéndolo de manera sugerente para así caminar hacia él, ocasionando que él chocara contra la pared a sus espaldas. Ya había tomado una decisión, y gracias al alcohol no tenía por qué pensar en las consecuencias en ese momento, mañana la Zooey pensante y tímida se encargaría de arreglarlo todo. –Hay otra parte de mí que no conoces – soltó en un erótico susurro.

Su respiración se aceleró sintiendo su rostro enrojecer con fuerza al sentir el muro frío contra su espalda. Tails tragó pesado, viendo aquella mueca llena de confianza y soltura que ahora lo cautivaba y lo invitaba a lo prohibido; esa no se parecía a la zorrita que él había conocido al llegar a complejo de apartamentos, la tímida mujer que ni siquiera podía verlo a los ojos cuando le preguntaba sobre si esa era su correspondencia o la que siempre esperaba que él terminara los de arreglar aquello que se había descompuesto en una habitación lejos de él para no quedarse a solas en alguna habitación.

–Ammm... – balbuceó Tails torpemente viendo como ella acortaba el espacio entre ambos con cada paso que daba hacia su dirección –Este...– las palabras no lograban salir de su boca. Sabía que él sí estaba bastante más tomado que ella, pero en este escenario parecía todo lo contrario.

–Mhm... dime... – murmuró Zooey en un tono seductor posando sus manos sobre el pecho del zorro y así éstas se deslizaban sobre su pecho debajo de aquel sacó café ocasionado que éste cayera al suelo, notando como un suspiro de placer era exhalado por parte del zorrito ante la suave caricia.

Zooey se inclinó suavemente sobre él y con sutileza posar sus labios contra los de él, sintiendo de nuevo aquella ráfaga de energía que la recorría ante el simple contacto. Una atracción magnética que la hacía perder cualquier rastro de serenidad y cordura.

Se separó por poco para verlo directamente a sus curiosos ojos color cielo.

–Si no deseas esto...– murmuró Zooey con una voz ahogada en la agonizante excitación –Puedo irme – completó un tanto forzada –Aunque preferiría no hacerlo – admitió con un dejo de picardía y vergüenza en su voz.

–Yo...– soltó el zorro aparentemente indeciso.

Zooey podía sentir el rápido latido de su corazón bajo su mano que yacía sobre su pecho, así como la respiración aceleraba que intentaba controlar; tal vez sólo necesitaba un poco más de incentivo...

Zooey imprimió un beso sobre la línea de su mandíbula, besando suavemente el camino marcado y así escuchar un ahogado suspiro por parte del zorro. Pegó su cuerpo completamente contra el de él, sintiendo como encajaba de manera deliciosa contra el de ella y así, bajando delicadamente en una serie de besos por el cuello descubierto del zorro hasta llegar a su clavícula sintiendo como se estremecía ante la caricia.

–No pares...– soltó Tails en una voz ronca, apenas audible.

Tails abrió sus ojos de golpe ante las palabras que se habían deslizado de su boca, notando la sorpresa y complacida expresión de la zorra, sonrojándose intensamente por su confesión. No pretendía decir eso, es decir, no es como que no hubiera fantaseado con una situación así por las noches encontrando una dulce liberación al idealizar este tipo de encuentro; pero eso era todo. Nunca imaginó que algo así podría pasarle, mucho menos con ella.

Su voz hizo que su cuerpo se estremeciera ante la expectativa de lo que él había consentido que pasara. Una sonrisa afilada se dibujara en ella.

–No lo haré – prometió Zooey para besar suavemente su mejilla en un beso que quemó con su seducción y suavidad.

Tails la vio expectante sintiendo como las manos de ella desabotonaban con delicadeza y agilidad los botones de su camisa dejando su pecho al descubierto. Zooey acarició su pecho desnudo en un suave movimiento ocasionado que su camisa cayera al suelo en un sonido seco. Tails cerró sus ojos ante la ola de placer que su simple roce ocasionaba en él.

–Siéntate – ordenó en suave voz para empujarlo suavemente hacia la cama.

Obedeció ciegamente, provocando que ella le sonriera con cierta altanería y soberbia, una muy atrayente considerando el contexto. Zooey se detuvo frente a él, admirando en silencio, ocasionado que su mirada fija lo hiciera sentir consciente de su cuerpo semi desnudo, preguntándose una vez si eso sería lo correcto.

–Este... – murmuró Tails captando la atención de Zooey –Esto... ammm ...

–¿Qué sucede? – murmuró para inclinarse sobre él ocasionando que él se recostara sobre sus antebrazos sintiendo como largos mechones de cabello acariciaban su rostro –¿No estás acostumbrado a recibir órdenes de mujeres? –rio divertida.

–N-No es eso – se ruborizó fuertemente –Es decir, no realmente, pero esto... – Tails calló de golpe al sentir como ella besaba suavemente su pecho haciendo un camino de besos desde su tórax bajando por su blanco hasta su abdomen.

Un gemido salió de sus labios ante la sensación de los húmedos labios de ellas recorrer su piel, sintiendo una placentera tensión en su entrepierna. Su respiración se aceleró lanzando su cabeza hacia atrás ante las caricias que había despertado algo dormido en él durante mucho tiempo ya. Zooey detuvo su caricia para fijar su mirada entre su entrepierna sonrojándose intensamente.

–¡E-Este! – exclamó Tails al ver donde la atención de Zooey yacía en ese momento –L-Lo lamento, es... – silenció desviando su mirada con clara vergüenza.

–¿Por qué te disculpas? – inquirió Zooey poniéndose de pie y con una mano febril buscar el moño que yacía en su cuello y que sostenía la parte de su vestido y con un suave tirón deshacerse del mismo. –Esa es la idea de esta noche ¿no? – murmuró con un dejo de vergüenza en su voz al sentir como la parte superior del vestido caí suavemente quedándose parcialmente expuesta –Deshacernos de las máscaras... y mostrarnos como somos realmente ¿no es cierto?

Zooey observó los ojos de Tails abrirse por completo ante la imagen frente a él y sin poderlo evitar desvió su mirada de la de él, sintiendo su rostro arder bajo el escudriño de sus ojos y la desnudez que ahora exhibida, pues sus pechos desnudos eran ahora el punto focal de él.

Tails se sentó sobre la cama, atraído hacia ella. Tragó pesadamente para así acercar sus manos y tocar delicadamente el abdomen semi desnudo de ella, un gemido salió de los labios de ella ante el breve contacto. Sus orejas se elevaron, atentas, sintiendo como una oleada de placer lo recorría ante la dulce melodía que era aquel gemido ahogado en excitación pura. Relamió sus labios para así con la yema de sus dedos esculpir con las mismas las curvas de su pequeña cintura hasta llegar a donde sus pechos desnudos yacían. Su mirada se deleitó de ellos en silencio, y sin poder evitarlo buscó los ojos de Zooey, quien lo observaba con clara impaciencia. Una mirada llena de súplica era albergada en los ojos color zafiro de la zorra.

Lo deseaba.

Ella tomó sus manos, las cuales había frenado su recorrido para así colocarlas impaciente sobre sus senos, alarmando al zorro por la inesperada acción.

–Por favor... – murmuró Zooey con una mueca de vergüenza pintada en su rostro –No pares – dijo con su voz pendiendo en un hilo.

No necesitó más que eso para poder tocarla con libertada y acariciar con pericia sus senos escuchando nuevamente el gemido ahogado de la zorra. Uno que causaba que una corriente eléctrica se disparara por todo su cuerpo. Tails se puso de pie enredando una de sus manos en la parte trasera de su cabeza buscando sus labios con impaciencia y dominancia. Su lengua buscó camino dentro de la de ella presionando con fuerza hacia él. Su mente se nubló por deseo y su cuerpo ardía en excitación, y debía de admitirlo, le encantaba.

Los brazos de Zooey se enroscaron en su cuello para atraerla a él y con hambre responder el beso. Sentía su lengua bailar un húmedo vals al compás de él. Una mano halaba su cabellera con desesperación mientras la otra subía y bajaba de su espalda desnuda. Sentía sus senos ser rozados contra el suave pelaje del torso desnudo de él, en suave y erótica caricia como nunca había sentido antes. Su excitación crecía en su vientre y su entrepierna se humedecía ante contacto entre sus cuerpos.

–¿Estás segura de esto? – habló Tails entre besos para obligarla a caer suavemente en la cama y él posicionarse encima de ella, rompiendo el beso, viéndola de manera con su respiración acelerada y sus mejillas sonrojadas.

–No es propio preguntar eso – regañó Zooey para así sujetarlo de los hombros y obligarlo a caer a un lado, logrando posicionarse sobre él –En especial si tu compañera se ha desnudado ya – completó con una ligera sonrisa para ponerse en pie y con un ágil movimiento dejar caer aquel vestido por completo.

Los ojos de Tails recorrieron la hermosa figura generalmente cubierta por las ropas holgadas que ella tendía a usar a manera de esconder su cuerpo de las miradas curiosas. Zooey le regaló una sonrisa seductora y con su larga y esponjosa cola cubrir parcialmente su cuerpo desnudo.

Ella caminó hacia él sentándose sobre su regazo buscando sus labios nuevamente y con suave pero calculado movimiento de cadera rozar su intimidad contra la erección del zorro. Tails rompió el beso, lanzando su cabeza para atrás ahogado, provocándole un delicioso y frenético hormigueo en todo su cuerpo.

Zooey sin lugar a duda era algo muy diferente a lo que espero, pero empezaba a gustarle. Ella parecía gustar de tener el control y si algo había aprendido él con el pasar de los años y con sus problemáticos compañeros de piso, era a tomarlo de regreso.

La besó con pasión y desespere mientras una de sus manos descendía lentamente por la parte interna de su muslo y con mucha delicadeza subir lentamente sobre su feminidad sintiendo su ropa interior mojada. Abriendo sus ojos con cierta sorpresa, sabía que era algo normal entre las mujeres, pero no imaginaba que pudiera ser tanto.

Buscó a ciegas aquel pequeño botón que sabía que abriría el paso a la experiencia de placer de Zooey, y sobre su ropa interior pudo sentir la excitación del clítoris. Bingo. Lo presionó con suavidad mientras con su otra mano libre masajeaba con habilidad su seno. Ella se arqueó completamente ante su caricia provocando que una sonrisa llena de satisfacción se pintó sobre los labios del zorro. Si perder el tiempo metió uno de sus senos a su boca para lamer delicadamente uno de los pezones erectos sintiendo una ráfaga de calidez recorrer su entrepierna, desesperado por sentir un poco más.

–No aguanto más Tails – balbuceó con su voz entrecortada por la excitación –Te quiero en mí... – pidió sonrojándose intensamente.

Tails se enterneció ante la petición más erótica que nunca le hubieran dicho antes.

La posicionó a su lado y así muy diestramente deshacerse de aquellos pantalones y ropa interior quedando completamente al desnudo, algo que lo hizo detenerse por un momento, tragando pesado, un tanto ansioso por ello. Tails dirigió su mirada a Zooey, quien lo miraba con clara impaciencia, deshaciendo con desesperación de los pantis que aún la cubrían.

En su mente el recuerdo de aquel regalo mal intencionado de Knuckles vino a él para buscar alrededor de la habitación en donde se suponía que sus pertenencias debían de estar, divisándola en una mesa de caoba con lo que parecían algunos otros presentes en el mismo lugar, seguramente Blaze había solicitado colocarlos todos a esa habitación.

Tails tomó uno de los condones para colocárselo con impaciencia y así, posicionarse sobre ella. Su mirada quedó prendida en ella por un instante. Tragó pesado sintiendo su corazón latirle en los oídos y su respiración acelerada debido a la excitación.

–Es... – murmuró Tails con una voz trémula, sintiendo como los nervios empezaban a despertar del sueño inducido por el alcohol. –Es la primera vez que hago esto en mucho tiempo – confesó con un dejo de vergüenza en su voz.

Zooey le sonrió con dulzura para así tomar su rostro con sus manos y proporcionarle un suave y dulce beso.

–Yo también – le confesó con cierto sonroje –, pero en serio me gustas, Tails – sintió sus mejillas arder ante su directa confesión –Y en serio quiero hacer esto – pausó para besarlo nuevamente –Contigo – completó.

Los ojos de él se abrieron por completo al escuchar su declaración de su boca. Una boba sonrisa se posó sobre sus labios para que un tierno beso se imprimiera en los suaves labios de ella, y así adentrarse lentamente. Un gemido se ahogó en medio de ese beso para así entrelazar su mano con la de ella y moverse en un suave y rítmico vals.

Zooey rompió el beso al sentir como él la llenaba por completo arqueándose ante la corriente de placer y éxtasis que se extendía desde su vientre hasta el resto de su cuerpo, ocasionando que éste titiritara ante el embelesamiento del vals que sus cuerpos compartían. Una mirada silenciosa quedó enganchada en la expresión llena de placer que él tenía dibujada en su rostro, afianzando aún más su agarre.

Tails la escuchó gemir ante cada pequeña embestida propiciada por él sintiendo como una oleada de placer lo recorría, eso sentía mejor de lo que podía recordar, pero la mejor parte de ello era que lo hacía con ella, con un nuevo amor. Tails fijó su mirada en Zooey quien buscó sus labios nuevamente, enroscando sus piernas alrededor de su cintura para atraerlo aún más a él, acto que lo hizo aumentar la velocidad, sintiéndose cada vez más cerca del final.

Zooey sintió como él rompía el beso para aumentar la velocidad arqueándose ante las embestidas sintiendo como una corriente eléctrica se disparaba por todo su cuerpo hasta sentir una última embestida y una sensación de presión en su interior escuchándolo exclamar un gemido lleno de éxtasis.

Tails jadeó pesadamente para tomar distancia de ella y desviarle la mirada, un tanto avergonzando.

–¿Sucede algo? – inquirió Zooey para voltearlo a ver un tanto confundida por la actitud del zorro.

–Fue... – silenció por unos segundos –Rápido – murmuró apenas audible, avergonzado.

–Sí bueno – tomó su rostro gentilmente para obligarlo a verla. Zooey mantenía una amplia sonrisa en su rostro, no había recelo o decepción por ninguna parte –Creo que aún tenemos muchas oportunidades para rectificarlo ¿no crees? – dijo para ver de reojo la caja de condones que yacía a medio abrir. Una sonrisa sugerente se pintó en su rostro.

Tails le sonrió de regreso, sintiéndose increíblemente aliviado –Prometo rectificarlo– dijo y una vez más buscar sus labios fundiéndose en un perfecto beso.


¡He regresado! Luego de meses de ausencia he vuelto. Gracias a todos por sus hermosos mensajes y por todo el amor que tuvo el capítulo pasado. Primero que nada, quiero pedir una disculpa por la larga ausencia. La verdad es que entre el trabajo y una pequeña obsesión con una saga de libros deje la escritura a un lado, pero por fin termine este capítulo ¡y que capítulo!

Este es el primer Lemon que escribo de Tails como protagonista, la verdad es que este lemon llevaba guardado en mis archivos casi dos años!!! (a veces no puedo creer la cantidad de tiempo que lleva esta historia en emisión) y por fin vio la luz (con ciertas variaciones de la versión original). No estaba segura en hacerlo, pero fue una petición creo que desde el capítulo 28 (Mentiría si les digo quienes me lo solicitaron, ¡Pero prometí traerlo y lo cumplí!) y la verdad es que me emocione mucho en hacerlo!!! Espero les haya gustado tanto como a mí escribirlo!!

Sé que en este capítulo Sonic y Amy no tuvieron su momento bajo los reflectores, pero no preocupen, ¡¡¡que en el siguiente los tendremos de sobra!!! Lo cual me lleva al siguiente punto y a algo que me tomó más tiempo de decir de lo que pensé, pero... ¡El Reencuentro está por terminar! Así es mis lectores, si mis cálculos no me fallan (que pasa más seguido de lo usual) nos quedan dos capítulos más antes del gran final de esta historia. Así es mis lectores, El Reencuentro está por acabar.

Esta historia ha sido un viaje personal para mí y hoy quiero tomar un poco de tiempo para hablar de ello:


"Esta historia está basada en muchas de vivencias personales, en donde viví en carne propia las experiencias tanto de Amy como de Sonic. No puedo empezar a describir lo sanador que fue leer todos los hermosos comentarios llenos de amor y que incitaban a la valentía en los momentos difíciles que tanto Amy como Sonic vivieron en a través de estas páginas, comentarios que puedo decir sinceramente sanaron algo que dentro de mí también se había roto gracias a un mal amor y un duro pasado.

Esta historia la escribí con el propósito, que si tu lector, pasas por algo similar o si algún día te invade el miedo o la culpa, encuentres confort en estas páginas y un poco de orientación; y así como yo, leas los hermosos comentarios de los maravillosos lectores que tengo y te recuerdes que debes de ponerte primero, y que todo pasa, siempre pasa... Quiero que sepas que cuando Sonic o Amy o cualquier otro de los personajes hace un comentario de ánimo, de consuelo o confort, fue dirigido a ti, para que recuerdes, que vales la pena, sin importar quién te haya dicho lo contrario, lo haces."


Hoy quiero dejar estas palabras como un sincero agradecimiento a todos aquellos que desde la distancia me dieron un abrazo y sanaron un corazón que durante mucho tiempo pensó al igual, que Amy, Sonic y Tails, no podría sanar o encontrar a alguien más. Todos ustedes me han acompañado en estos años en un viaje de sanación personal y han sido una parte importante de ello. Gracias a todos, gracias por ser los maravillosos lectores que son y por seguir aquí a pesar del tiempo y las demoras.

Bien, dejando lo emotivo a un lado, estamos a punto de cerrar esta historia y ha sido una maravillosa historia, pero es hora de seguir adelante. Aun así, no se preocupen, subiré pequeños Oneshots que serán el epilogo de situaciones que pasaron nuestros personajes luego de escrito el final. Aunque no puedo decir cuántos serán ni cada cuanto, prometo que los habrá.

¡En fin! ¡Creo que me he extendido demasiado! Realmente trabajaré duro para que el siguiente capítulo esté listo a la brevedad posible, pues mi siguiente historia "Juegos de Medianoche" me llama desde las profundidades del inframundo!!! Tomando inspiración de varias fuentes, entre ellas: Sonic Frontiers, Sonic Prime y Alice in Borderland. La historia promete traer todas las nubes negras que esta no tuvo >:D Así como un nuevo personaje de la franquicia que me muero por explotar (pero sabrán de esto más adelante). Por el momento basta decir que el siguiente capítulo ya se está cocinando y espero terminarlo a tiempo!

Ahora sí, sin más que decir, su autora se despide ¡Kat fuera!

Un amor que se ha declarado a voces uno que ahora debe de confrontar a quienes se los había ocultado. La mañana siguiente al cumpleaños ha llegado y todas aquellas preguntas que estuvieron evadiendo tendrán que ser confrontadas, y Rouge se encargará que cada duda sea respondía de la única manera que conoce ¡Un juego! Capítulo 74: Nuestro Amor al Descubierto

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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