Capítulo 67: Primera vez
La lengua de Silver se aventuró adentro de su boca tomándola por sorpresa, cayendo prisionera del juego de su lengua con la de ella; era la primera vez que él la besaba de esa forma. Blaze se separó de él intentando recuperar el aliento para así fijar su mirada en los ojos dorados de él, quien la observaban expectante.
La felina se sentó sobre su regazo, y con un dejo de timidez, dejó caer su chaqueta lentamente al suelo, haciéndolo tragar pesado al notar la blusa ligera de manga corta que ahora exhibía. ¿Estaba pasando? ¿En serio estaba sucediendo?
Silver tragó pesado para acercar sus manos hacia el cuerpo de ella con timidez, reteniendo el aliento según se aproximaba.
–Amm... – murmuró el erizo plateado para verla de manera febril, deteniéndose a unos centímetros de ella –¿Puedo...?
Blaze suavizó su mirada y así sujetar sus manos con seguridad.
–Eres el único que puede – respondió Blaze con un dejo de vergüenza en su voz y una expresión de bochorno en su rostro.
Los ojos del erizo plateado se abrieron con cierta emoción mientras ella guiaba sus manos hacia su abdomen. Silver aspiró profundo acariciando su abdomen con delicadeza para que sus manos se colaran bajo su blusa sintiendo su piel suave y tersa la cual yacía más caliente de lo usual al contacto, pero no era desagradable o doloroso al tacto. La acarició suavemente para subir lento y pausado, acariciando las curvas marcadas de su cintura, viendo su abdomen desnudo según como iba quitando su blusa del camino según sus manos esculpían su cuerpo hacia arriba.
Su respiración yacía entrecortada según avanzaba, o así fue hasta llegar al borde que daba inicio a sus senos. Su corazón se aceleró, dándole una mirada rápida a la felina, quien mantenía aquella expresión abochornada mezclada con gozo sin poder mantener el contacto visual.
–...Prosigue – pidió Blaze con una voz temblorosa e intenso sonroje al notar que su acción había detenido.
Escucharla pedir por su toque borró de él toda duda. Silver tragó pesado para así subir sus manos temblorosas sintiendo la forma esférica y suave bajo resbalarse bajo sus dedos y encajar de manera perfecta en las palmas de sus manos. Apretó con suavidad sus senos sobre aquel brasier blanco que vestía, escuchándola soltar un gemido casi inaudible. Un delicioso sonido que despertó todo en él.
Masajeó con delicadeza sus pequeños senos con un toque sutil que poco a poco agarró avidez a uno más candente. Silver se reacomodó para quedar frente a frente a ella sin romper el contacto en ningún momento y con una mano algo torpe buscar poder quitar el seguro de aquel sostén, lo cual, al intentarlo, fue mucho más complicado de lo que esperó luchando en vano por quitar el broche.
–Yo puedo...– las palabras de Blaze se cortaron cuando sintió un tirón brusco para escuchar un sonido rasgado al mismo tiempo que los ojos del erizo plateado se iluminaban brevemente.
–¡L-Lo lamento! – se disculpó Silver velozmente, soltándola al acto. Sus poderes se habían activado sin su consentimiento –¡No fue mi intensión...
–Esta bien – respondió la felina calmadamente para así remover su blusa por completo y dejar caer aquel sostén blanco sencillo al suelo y notar los broches arrancados, esbozando una sombra de sonrisa –¿A-Así está mejor? – inquirió Blaze dejando ver su torso descubierto para la vista de él.
Blaze tragó pesado, sintiendo los ojos de Silver recorrerla sin discreción en completo silencio. Escuchó su corazón rezumbar en sus oídos, así como se quedaba sin respirar ante la mirada meticulosa y fija de él. Su rostro se bañó de un intensó carmín mientras la ansiedad empezaba a caer sobre ella como una tormenta inoportuna. Sintió su cuerpo empezar a subir la temperatura de manera dramática, abriendo sus ojos con espantó ante las llamas que empezaban a nacer dentro de ella. ¡Necesitaba tranquilizarse! ¡Necesitaba...
–Eres tan hermosa... – salió de los labios de Silver como una suave melodía.
Sus ojos se movieron lentamente para fijarse en la mirada dorada iridiscente de él, que la miraba con admiración y dulzura. Sus palabras apagaron el infierno interno que vivía en ella, como el simple soplido a una vela. Un tenue rubor se pintó en sus mejillas, desviándole la mirada.
–¿No crees que son muy peque... – Los labios de él atraparon los suyos ahogando sus palabras, sintiendo a Silver más decidido y seguro que antes.
–Son perfectos – habló Silver para verla con una dulzura que la hacía olvidar el pudor o cualquier otra inseguridad.
Sus labios buscaron con avidez los de él, sumergiéndose en un beso como ningún otro antes. Suspiros entrecortados salieron de su boca al sentir la intensidad y pasión en aquel beso que él propiciaba, sintiendo todo su deseo y pasión. Blaze coló sus manos inquietas debajo del abrigo de él deshaciéndose de una vez por todas de aquella chaqueta amarilla. Deseaba sentirlo más cerca de ella. Buscó a ciegas el borde de su camiseta blanca para así ver de removerla del camino.
Silver rompió el beso para quitarse su playera de un tirón acomodándola sobre el sillón con su respiración acelerada, para así colocar ambas manos de lado a lado de ella, quedando sobre ella. Tragó pesado al ser consciente de la posición en la que se encontraban, sintiendo como la adrenalina y la lujuria empezaba a recorrerlo. Buscó sus labios para robarle un beso apasionado y con una mano masajear uno de los senos desnudos de ella ocasionando que ella rompiera el beso soltando un gemido sonoro mientras una mueca de placer se dibujó en el rostro de ella, haciéndole saber que era agradable lo que hacía, dándole valor para hacer algo que deseaba desde hace cierto tiempo.
Silver se inclinó sobre ella de forma febril para que el otro seno de ella quedara frente a él, admirando como el pezón se ponía erecto ante su toque, era asombroso. Las mujeres también tenían una parte de su cuerpo que tenía erecciones. Lo sopló con delicadeza, ocasionando que Blaze se arqueara bajo tan sencillo estimuló, erizándose por completo ante ello. Parecía gustarle.
Su lengua tocó de manera febril la punta de su pezón y así escuchar un gemido contenido por parte de ella, haciéndolo retroceder brevemente fijando su mirada en la felina, quien mordía su dedo índice para evitarse de ser más escandalosa y perder la compostura; pero él no quería eso, quería más. Lamió suavemente el pezón erecto viéndola retorcerse bajo su caricia, y sin poder esperar más, succionó suavemente el mismo saboreándolo por primera vez. Una corriente eléctrica lo atravesó desde sus pantaloncillos hasta su cabeza, aumentando la intensidad de la succión, así como el masaje del otro seno. La escuchó gemir mientras arqueaba su espalda, aumentando la velocidad del masaje y la succión de su seno desnudo. Eso era sin lugar a duda el paraíso... pero su cuerpo le pedía más, le pedía sentir más.
Blaze jadeaba de forma involuntaria, su mente yacía en blanco, nunca había experimentado algo como eso. Sus ojos cristalinos y mirada abochornada buscaron al erizo, quien se notaba particularmente emocionado mientras succionaba con gran ímpetu sus sensibles pezones. Un intensó rubor cubrió sus mejillas mientras cientos de mariposas revoloteaban en su interior. Era una mezcla de emociones extraña; por un lado, habitaba un deseo ardiente y desesperado que brotaba como un incendio forestal imposible parar dentro de ella, y por el otro cohabitaba toda esa ternura y amor que despertaba y sólo se acrecentaba al estar al lado de él. Era un amor que quemaba con la intensidad de miles de soles haciéndola sólo desear más, más de sus palabras, de sus sonrisas, de su toque...
Blaze lo sujetó por los hombros para así obligarlo a soltarla y tomar un poco distancia de ella, tomándolo por sorpresa. Jadeaba de manera intensa y profusa. Carraspeó suavemente en un intento de recobrar la compostura y así empujarlo suavemente al otro lado del sillón y verlo con determinación y agudeza, como un tigre observaría a su presa antes de atacar.
–No es justo que sólo yo...– calló ahogada con una vergüenza que ya no se molestaba en ocultar.
El erizo la vio un tanto confundido por sus palabras, alzando una ceja. Blaze tragó pesado por lo que pensaba hacer a continuación, sin embargo, la pena o su refinado pudor no la detuvo esta vez; ella también deseaba ver en los ojos de él el mismo nivel de deseo y excitación que ella transmitía ahora. Fijó su vista en el cinturón que sujetaba sus pantalones negros. Con un par de manos temblorosas tomó la correa con la intensión de poder remover el cinturón, pero éste se carbonizó al contacto de su mano sobre éste, esfumando del mapa un pedazo de cuero negro.
–¡Lo siento! – chilló para retroceder asustada.
La suave y dulce risa de Silver hizo que su mirada se posara en la suave expresión de su rostro y en aquella sonrisa tranquilizadora y divertida que le dedicaba a ella. La simple imagen la hizo ruborizar.
–Creo que deberemos ir de compras luego de esto – dijo Silver divertido para quitarse lo que aún quedaba de su cinturón quemado.
Blaze asintió con una expresión de bochorno y una ligera sonrisa por su increíble compresión y falta de miedo hacia ella. Lo vio removerse con cierto nerviosismo e impaciencia sus pantalones; posiblemente porque sería más seguro que lo hiciera él a que ella quemara algo un poco más que la ropa. Blaze lo vio quedarse únicamente en ropa interior, sin embargo, un bulto captó toda su atención en ese momento, era más grande lo que esperaba.
Los ojos de Blaze se dirigieron al erizo plateado quien mantenía su vista lejos de ellos con una clara expresión de vergüenza pintada en su rostro. Se le miraba tan adorable.
–No es justo...– murmuró Silver con su voz en un hilo y su rostro cubierto en un manto rojizo –Tú tienes más ropa que yo – apenas logró decir tapando parcialmente su rostro con su mano en un intento de ocultarlo de los ojos fijos de ella.
Blaze esbozó una suave sonrisa. Se puso de pie para mantener sus ojos color oro sobre el erizo plateado, quien la observaba expectante. Con sus manos removió el broche de sus pantalones blancos para así removerlos lentamente con la gracia que sólo ella podría tener. Silver la vio embobado ante la elegancia que ella expelía.
Se quedó en ropa interior, de pie por unos instantes, siendo admirada en silencio por él. Empezaba a gustarle que él la observara, posiblemente porque la miraba con emoción y admiración, y no con perversión o hambre. Blaze caminó hacia el nuevamente para así inclinarse hacia Silver y darle un beso pequeño sobre su boca entreabierta mientras una sonrisa sugerente se pintaba en los carnosos labios de ella. Silver retuvo el aliento ante esto.
Blaze acarició el pecho de él con sus manos, eran tan suave. La única vez que lo había visto había sido en su viaje a la playa y desde entonces, siempre quiso tocar su blanco pelaje, y era aún más suave de lo que pensó. Se sentó sobre su regazó sintiendo su masculinidad contra ella, ocasionando que una pequeño jadeó fuera expelido de sus labios. Estaba más rígido de lo que imaginó. Silver por su lado exclamó un gemido tirando su cabeza hacia atrás al sentirla rozarlo. Los ojos de Blaze se abrieron con sorpresa, era la primera vez que lo veía de esa manera, y era exquisito... quería más.
Sentía a Blaze sentada sobre él, separándolos tan sólo una pequeña capa de ropa, y la necesidad de quitarla estaba volviéndolo loco. Silver nunca había hecho eso, pero su cuerpo sabía exactamente donde quería estar. Respiró de forma acelerada al sentir como Blaze se inclinaba hacia él para sentir como ella besaba de forma dulce y tierna su hombro, el contacto de sus suaves labios lo hicieron soltar un pequeño jadeo. Su cuerpo estaba demasiado receptivo a los estímulos externos en ese momento. Sus suaves y húmedos labios recorrieron en pequeños besos su hombro hasta que una pequeña mordida arrebató de su boca un gemido. Silver abrió sus ojos al sentir sus pequeños colmillos presionarse contra su piel. Una oleada de placer lo invadió y su erección aumentó en ese momento, acción que provocó que ella lo soltara exclamando un gemido al sentirlo rozarla.
Silver la abrazó por su pequeña cintura para en un movimiento osado posicionarla bajo de él con cierta desesperación viéndola con impaciencia, una que ella parecía compartir. Con sus manos buscó de manera febril aquella última pieza blanca de ropa interior que aún cubría a la felina para así removerla con extremó cuidado, observándola de tanto en tanto para asegurarse que estaba bien lo que hacía, pero ella se notaba igual de ansiosa que él. Removió por completó los pantis blancos dejando a la vista la feminidad de ella, observándola con genuina admiración.
Blaze ocultó su mirada de él con su antebrazo mientras pequeños suspiros entrecortados eran expelidos de su boca. Silver se inclinó sobre su feminidad para admirarla de cerca y notar lo humedecida que ésta yacía. Tragó pesado ante ello, y sin realmente pensarlo, sólo dejándose guiar, lamió sutilmente aquel líquido que ahora era segregado por ella. Blaze se arqueó al instante para soltar un sonoro gemido, tomándolo desprevenido. Al parecer le gustaba. Una sonrisa se esbozó en los labios de Silver para lamer un poco más y ver como la felina perdía cualquier rastro de control o serenidad, era increíble ver esa faceta de Blaze. Silver sujetó sus muslos que yacía a los lados de su rostro para restringirla de alejarse de él y así saborearla con dedicación.
Quería mantener la compostura, pero no era posible. Su lengua era suave y delicada, adentrándose en ella, sintiendo como pequeños impulsos placenteros recorrían su vientre hasta su cabeza. La sensación era extraordinaria. Gemidos ahogados se escapaban de sus labios para ver al erizo plateado de tanto en tanto quien mantenía aquella mirada serena y confiada.
Silver la observó regocijar bajo su tacto y su feminidad humedecerse ante sus caricias, sintiendo como su propia ropa interior empezaba a ser una verdadera molestia. Se separó de ella para verla con impaciencia y deseo.
–Este... ¿puedo...? – intentó decir Silver con su voz ahogada en excitación.
–S-Sí – respondió con un suave movimiento de cabeza, entendiendo perfectamente a lo que se refería.
Silver asintió sin poder ocultar su emoción para deshacerse velozmente de su ropa interior y por fin quedarse completamente al desnudo frente a la felina, un tanto avergonzado por su pulsante erección. Blaze lo vio con claro asombro, haciéndolo sentir observado y obligándolo a desviar su mirada de ella.
–Impresionante – soltó ella con aquella voz inmutable y serena como era su costumbre. Silver la volteó a ver al acto. –Por favor... – le murmuró para abrir sus piernas con cierta resistencia y una mueca de vergüenza al sentirse expuesta –Se gentil – pidió con una sonrisa encubierta.
Silver se sonrojó intensamente ante la petición. Aparentemente había sido un halago a su tamaño; eso lo hizo sentir con confianza nuevamente. Una sonrisa se pintó en sus labios, para asentir con la cabeza. Colocó sus manos sobre las rodillas de ella y con extremo cuidado rozar suavemente su erección en la entrada de su feminidad, ambos exhalaron un pesado jadeo ante la abrumadora sensación; se sentía demasiado bien, tanto que creía que enloquecería.
–E-Espera...– murmuró Silver en un jadeó ahogado pausando su acción –No tengo... – intentó decir con su respiración agitada –Amm... protección – aclaró apenado.
–Oh... – murmuró Blaze con un intenso sonroje. Tragó pesado para lo que diría a continuación: –E-Es un día seguro – murmuró con una voz temblorosa –Sólo... – calló sintiendo su rostro enrojecerse por completo –No acabes adentro... por si acaso – pidió sintiendo como la vergüenza la mataría ahí y ahora.
Asintió con un trago pesado. Silver soltó un pesado suspiro para así posicionarse nuevamente, tomando valor nuevamente. De nuevo rozó su erección sintiendo aquella oleada de placer recorrerlo y con cierta torpeza buscar la ansiada entrada, sintiendo como la punta lograba adentrarse apenas ante el apretado espacio.
Blaze soltó un gemido, uno mezclado entre placer y dolor, haciéndolo detenerse de inmediato.
–¡¿Estás bien?! – se apresuró Silver a decir, para verla consternado.
Blaze asintió pesadamente con la cabeza
–S-Sí... – respondió con un dejo de incomodidad en su voz.
–Si esto te molesta podemos...
–Continua – interrumpió viéndolo con decisión.
Silver asintió suavemente para adentrarse lo más lento posible dentro de ella. Soltó un gemido según su miembro era abrazado por la calidez interna de ella. Se deslizó casi sin ningún esfuerzo, abriéndose paso entre las estrechas paredes lentamente. Observó a Blaze morder sutilmente su labio inferior mientras se adentraba en ella y aquella mueca de placer y dolor aún seguía en su rostro.
Silver soltó un jadeo al sentirse dentro de ella por completo sintiendo como las pequeñas contracciones internas masajeaban su miembro de una manera que creía que lo volvería loco.
–¿E-Estás...bien? – preguntó Silver con su voz ahogada en éxtasis.
–T-Todo está bien – tragó ella pesado, sintiéndolo por completo.
–Voy a... – otro jadeó salió de sus labios –Voy a moverme... ¿de acuerdo?
Blaze asintió con la cabeza para sentir como empezaba a moverse lentamente dentro de ella. Arqueó su espalda ante el rítmico vals que sus cuerpos empezaban a danzar. La incomodidad y el dolor se desvanecía en cada movimiento, empezándose a sentir extraña... bien, tal vez demasiado bien. Los movimientos de Silver empezaron a subir de tono, un poco más acelerados. Los ojos de ella se posaron en el erizo plateado, quien se notaba que intentaba contenerse con el fin de no lastimarla. Blaze tomó su rostro con sus manos para así plasmarle un beso dulce y apasionado, uno que el correspondió mientras se movía lenta y pausadamente. La felina enroscó sus piernas alrededor de él y empezó a mover sus caderas al ritmo de las de él. Silver rompió el beso para soltar un sonoro gemido ante la inocente acción y aumentar el ritmo de forma impaciente.
Blaze lanzó su cabeza hacia atrás, arqueándose ante las embestidas que ahora no podía ni quería controlar. Se sentía demasiado bien. Silver embistió con más fuerza sintiendo el clímax llegar en cualquier momento. Su respiración se aceleró y su mente se puso en blanco, únicamente enfocándose en la felina que perdía cualquier refinamiento previo. Buscó con desespere uno de los senos que se movían al compás de su nueva melodía favorita para introducirlo a su boca y aumentar el ritmo, todo se sentía demasiado bien, sólo quería más de ella, la deseaba más que nada en este mundo.
Blaze se aferró de la espalda de él para que Silver la levantara sin fuerzo y quedaran sentado un frente a otro mientras seguía penetrándola hábilmente. Jamás pensó vivir algo como eso, mucho menos con ella.
Blaze soltaba gemidos ante cada pequeña embestida que él daba mientras sus caderas se movían de arriba abajo en una sincronización embriagante y exquisita. Se aferró con más fuerza en él soltando gemidos que inundaban el apartamento, ya sin vergüenza alguna, para que algo llamara su atención. Blaze observó pequeños objetos levitar de su lugar y acto seguido dirigir su mirada a Silver, quien tenía sus ojos iluminados con un tenue brillo mientras se dejaba llevar por ella.
–E-Estoy a punto de...– farfulló Silver con su voz entrecortada.
Sentía como se liberaría dentro de ella, y como pudo, sujetó a la felina de las caderas para elevarla lo suficiente saliendo por completo y así sentir el orgasmo recorrerlo sintiendo como la sensación liberadora se esparcía sobre su compañera.
Un sonido secó a sus alrededores borró su expresión de éxtasis al notar que varios adornos pequeños caían por todo el apartamento. Silver volteó a ver a sus alrededores, asustado, sin entender qué acababa de pasar.
–Aparentemente las cosas levitan antes de que termines – murmuró la felina para notar la sustancia blancuzca sobre su vientre como explicación a la obvia confusión del erizo –Creo que ayuda mucho para medir el tiempo– dijo con su mirada en su mano y la consistencia de lo que ahora la cubría.
–¡L-Lo lamento! – se disculpó Silver con un dejo de vergüenza en su voz.
–Está bien – negó suavemente con la cabeza –Yo te lo pedí – le sonrió.
–Este... ammm... – Silver silenció desviando la mirada, apenado por lo que preguntaría a continuación –Termine muy pronto ¿no es verdad? – inquirió para captar la atención de ella, quien no respondió a su pregunta –¡Lo siento, en serio no era mi intención... – un beso acalló su disculpa.
–Todo está bien – tranquilizó Blaze –Además, Amy no regresara hasta en un par de horas – explicó con una sonrisa sugerente –Y me parece que aún tienes energía – dijo viendo de reojo a la erección que permanecía. Silver se sonrojó intensamente por lo que ella estaba proponiendo sin reparo alguno. –¿Qué me dices? ¿Nos movemos a mi habitación? – le sonrió con sensualidad.
Silver le sonrió un poco más tranquilo asintiendo con la cabeza.
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Se dejó caer al lado de ella mientras su respiración acelerada le hacía saber que mañana saldría a correr junto a Sonic para obtener aún más resistencia. Blaze yacía también con su respiración acelerada y con su pelo suelto y un tanto alborotado, era algo raro de ver, pero en algún momento había perdido la liga que sujetaba su hermosa cabellera lila.
–Este... – intentó decir Silver –¿Te gustó? – se atrevió a preguntar, exhausto.
Blaze lo volteó a ver para sonreírle ampliamente y asentir con la cabeza de manera refinada, haciéndolo sonreír a él de regresó.
–¿Dónde conseguiste protección? – preguntó la gata para ver el par de condones usados que yacían en su basurero.
–Cuando levante nuestra ropa de la sala había una cesta tirada en el piso y vi la pequeña caja – admitió avergonzado –Pensé que todo sería menos...– silenció por unos instantes –Esparcido, si usaba eso– carraspeó con un intenso sonroje.
–Lo fue – concordó Blaze –Aunque creo que me gusta más sin – admitió con un tenue sonroje.
–Concuerdo – asintió Silver para admirarla en silencio, sintiéndose como el ser más afortunado de ese planeta. –¿Fue una buena primera vez? – se cercioró.
–Una maravillosa primera vez – le sonrió con calidez, iluminando su mirada ante la respuesta de ella –¿Para ti? – inquirió Blaze seriamente.
–¡Bromeas! ¡Fue estupendo! – dijo emocionando para sentarse sobre la cama –¡Tres veces en una tarde es el sueño de cualquier... – calló al sentir una sensación dolorosa.
Silver vio sobre su hombro y así visualizar su espalda enrojecida, notando lo que parecían ser arañazos sobre ésta.
–¡Por Chaos, lo lamento! – se disculpó Blaze al ver las marcas sobre la piel de él; caminos enrojecidos formados por sus pequeñas garras, las cuales habían rasgado el pelaje de él.
–Que bueno que es invierno – le sonrió Silver ameno –Aunque deberemos de pensar que hacer en verano, no tendré sudaderos que lo cubran– dijo pensativo
–Perdóname, no fue mi intención... – se disculpó Blaze bajando sus orejas.
–Bueno, yo podría decir lo mismo por el florero y la cámara digital – rio avergonzado rascando la parte trasera de su cabeza –No quise tirarlas de su lugar... o levitarlas – carraspeó su garganta.
Blaze vio de reojo su florero hecho pedazos en el piso y la cámara a los pies de su cama con la pantalla desquebrajada.
–Supongo que buscaré adornos de plástico y guardaré lo demás en cajones – alzó los brazos sin interés, ocasionando que Silver le sonriera aliviado.
Silver se acercó a ella para imprimirle en suave beso en los labios, el cual ella devolvió con una tímida sonrisa.
–No puedo creer que te haya encontrado – musitó Silver para jugar libremente con su cabello con una mano. –Me siento como el hombre más afortunado del mundo – le sonrió de manera encantadora.
Blaze lo vio con cierta sorpresa ante las palabras que él pronunciaba ahora. Un suave rubor bañó sus mejillas sintiendo como su corazón se aceleraba y sus ojos se cristalizaban sin una buena razón aparente.
Durante toda su vida jamás se había sentido realmente aceptada, siempre había sido una paria, un ser temido por todos y visto con lástima por muchos otros desde la muerte de sus padres. Ella era una mujer fría que no sabía cómo expresar lo que pensaba o sentía adecuadamente, lo que la había convertido en un ser solitario y distante. Durante muchos años nunca sintió que valiera algo más que el renombre del apellido que sus padres le heredaron, ¿ya que quién la podría quererla por algo más? Siendo buscada únicamente por lo que podía ofrecer o el beneficio que pudiera proporcionarle a alguien, Blaze ya se había resignado a una vida de soledad como único camino para alguien como ella.
Lo abrazó con fuerza, tomando por sorpresa al erizo plateado por la inesperada muestra de afecto. Sus ojos se llenaron de lágrimas traicioneras.
–¿Sucede algo? – inquirió Silver con tanto consternado por la atípica muestra de cariño.
Un nudo en su garganta le impidió responder. Blaze ocultó su rostro entre su cuello sintiendo como él le devolvía el abrazo de una manera tierna y dulce. Soltó un suspiro de alivio al sentirse entre sus brazos, aspirando su aroma único. Su pecho desnudo yacía pegado al de él, sintiendo el retumbar de sus corazones en una misma sincronía.
–Creo que...– pausó febril –Te amo – se escabulló de sus labios de manera inaudible, o eso espero.
Un cómodo silencio se mantuvo como observador de aquel abrazo que transmitía tanto sin decir mucho. Blaze sintió como él afianzaba su abrazo, hundiéndose delicadamente en el suave y blanco pecho de él. El único lugar en donde quería estar en ese momento.
–No más que yo... – lo escuchó decir de pronto.
Blaze se separó al acto de él ante lo que parecía haber sido una respuesta a su enunciado previo. Sus ojos grandes y atentos lo vieron incrédula, sintiendo como su mirada, empezaba a empañarse gracias a las emociones que empezaban a abrumarla de golpe. Silver le sonrió suavemente ruborizándose ante lo que acababa de confesarle, un tanto avergonzado.
Silver tomó su mentón con suavidad sellado aquellas palabras con un suave beso, el cual ella devolvió de manera febril. Notó una lágrima recorrer las blancas mejillas de ella para así secarla con su pulgar, secaría todas las lágrimas de ella de ahora en adelante, pues ese era el lugar donde quería estar.
¡No lo sé! Pero creo que este es el lemon más largo que he escrito hasta ahora (y el más romántico). Realmente ame poder escribir algo como esto entre Silver y Blaze, es que era algo que le hacía falta a mi vida y no lo sabía XD. No se preocupen, que no es el último lemon de esta historia (Así es AnddyStudios, los lemons regresan!) Pero creo que es uno de mis favoritos <3 En fin mis lectores. Ok, sé que este capítulo era Detalles Finales, PERO!! El lemon salió ridículamente largo así que lo tuve que partir.
Para aquellos que estuvieron preguntando (y preparándose para mi nueva fic) les traigo un poco más de información al respecto. El nombre de esta nueva fic será:
"Juegos de Medianoche"
Sinopsis: Sonic se ha mudado a Oil Ocean para encontrarse con una ciudad grisácea con individuos hostiles y apáticos que le harán saber que la amabilidad se castiga duramente; sin embargo, una serie de desapariciones ha alarmado a la ciudad pues todos son adolescentes de una escuela local, sin pista alguna del responsable. Un mensaje que promete cambiar su vida lo arrastrará a esta nueva pesadilla.
¡Bueno! Esta es la nueva premisa. No es la sinopsis oficial pues aún se encuentra en borrador la idea y puede que existan un par de variaciones, sin embargo, quería compartirles el concepto para quienes está interesados en este nuevo proyecto. El drama y el angst será predominante en esta historia, ¡sin embargo! El romance jamás podría faltar pues otro hermoso sonamy será nuestra pareja principal.
¡Gracias a todos por su interés en este nuestro proyecto! Y para los interesados en cómo leer o cuál es el orden el ficverse de Underworld sería de esta manera:
1.Underworld
2. A Curse Rose
3. Amy's Nightmare
4. Twist
5. Bloody Rose
En todas, los espíritus de la luz y la oscuridad tienen relevancia o aparición (o se basa en ellas) Aunque no es necesario leerlas todas para entender esta historia, en definitiva, la historia tendrá varias referencias sobre estas cinco lo que hará que la misma se entienda mejor, así como las motivaciones de los personajes.
¡Regresando a esta historia! Bien mis lectores, me sorprendió la abrumadora emoción porque Rouge hiciera que Amy cumpliera su parte de la apuesta y les prometo que será un elemento clave para lo que se viene. ¡Gracias a todos por sus mensajes y por compartirme que esperan/ les gustaría leer! Nos leeremos en el siguiente capítulo, hasta entonces, Kat fuera.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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