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Capítulo 64: La Verdad


Regresó luego de un arduo día de clases al apartamento, uno que se sentía vacío sin ella. Sonic vio su móvil una vez más, no había ni una llamada, ni un solo mensaje. Sólo silencio. Soltó un pesado suspiro para así quitarse su chaqueta y colgarla en el perchero.

Había pasado la primera noche sin dormir a su lado en meses, y su ausencia, aún más después de esa última discusión, había sido abrumadora. No había podido dormir bien, pues despertaba de tanto en tanto al sentir aquel espacio extra en su cama y al no sentir su calidez durante la gélida noche.

–A lo mejor exageré...– se dijo a sí mismo para lanzarse sobre el sillón. –No – sacudió su cabeza suavemente –No pienso hacer eso esto otra vez – endureció Sonic su mirada –Me mantendré firme – murmuró con un dejo de tristeza en su voz –No volveré a repetir los mismos errores de antes.

Sonic escuchó la puerta abrirse y por un momento realmente esperó verla entrar por la puerta; su corazón se aceleró ante la expectativa. Se reincorporó en su asiento con una mirada expectante, para ver a Silver pasar por el umbral sacudiéndose la nieve de su chaqueta.

–Oh... eres tú– soltó Sonic pesadamente para hundirse en el sillón de nuevo.

–¿Esperabas a alguien? – cuestionó Silver para quitarse su chaqueta amarilla y colgarla junto a la chaqueta del erizo azul.

–No – espetó desviándole la mirada –No realmente – dijo en un suspiro imperceptible.

Silver alzó una ceja al notar la actitud seria del erizo azul, no estaba su típico semblante juguetón. Las palabras de Tails la noche anterior vinieron a su mente de manera involuntaria, recordando aquello que aún lo atormentaba.

Silver se acercó con cierta timidez para fijar su atención al erizo, quien tenía su mirada en su teléfono de forma desinteresada. Carraspeó su garganta suavemente y con una valentía atípica las palabras salieron de su boca.

–Ammm... ¿Tendrás un momento? – pidió Silver con un dejo de vergüenza en su voz.

Sonic alzó su mirada para ver la expresión de bochorno en el rostro de Silver. Despegó su cara de su celular para poner toda su atención en él. No era normal verlo así, no con él de cualquier forma.

–¿Pasa algo? – inquirió Sonic.

–Es...– enmudeció. La valentía se había esfumado.

Silver sabía que Tails le había aconsejado hablar con Sonic, y aunque era uno de sus mejores amigos no veía cómo él podría ayudarlo en la situación que atravesaba en ese momento.

–Vamos, sabes que puedes contarme lo que sea ¿cierto? – ánimo el erizo azul con una amplia sonrisa que transmitía confianza.

–Bien – soltó Silver un suspiro lleno de resignación para sentarse frente a él –Es... bueno... respecto a lo que hablamos aquel día...– murmuró avergonzando, ocasionando que Sonic ladeara su cabeza, viéndolo confundido –En el viejo apartamento de las chicas – carraspeó su garganta –Cuando empacábamos... ¿recuerdas? – un tenue sonroje se pintó en sus mejillas.

–Ohhh... – dijo Sonic abriendo sus ojos ampliamente –¡No me digas! ¡¿YA LO HICIERON?! – exclamó con sorpresa.

–¡NO! – soltó avergonzado. No, eso no funcionaría. Tails estaba equivocado –¡Sabía que no podía hablar de esto contigo! – vociferó para ponerse de pie molesto.

–¿Eh? – exclamó Sonic un tanto asombrado por la clara molestia de su amigo –Espera, espera ¿qué sucede? – preguntó Sonic poniéndose de pie por igual.

–Nada, olvídalo – espetó Silver irritado para caminar en dirección a su habitación.

–Vamos, Silver – detuvo Sonic interponiéndose entre la puerta de la recámara y el erizo plateado –No te molestes, dime ¿qué pasa?

Silver le desvió la mirada, resoplando molesto. Fuera lo que fuera era obvio que era un tema delicado para el erizo plateado. Una expresión de consternación se posó en el rostro de Sonic, ante la espera de una respuesta por parte de su amigo, una que no veía llegar. Necesitaba encontrar una forma de hacerlo hablar, y en eso, una idea vino a él, una que siempre le había funcionado.

Sonic le sonrió divertido, ocasionando que Silver alzara una ceja ante la actitud traviesa de su amigo, para de nuevo fruncir el ceño ante la poca importancia que le daba a lo que intentaba transmitirle.

–¡Lo tengo! – soltó Sonic de pronto para luego dirigirse al perchero y tomar su chaqueta junto a la de él –Toma – lanzó su chaqueta amarilla ocasionando que Silver la atrapara con sus poderes mentales en el aire –Saldremos – le sonrió ampliamente.

Silver no supo cómo reaccionar ante el cambio de Sonic, sin embargo, no objetó. El conocía esa mirada traviesa y sonrisa cómplice. Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Silver para asentir con la cabeza, sin resistirse. Enfrente de él yacía el mismo Sonic que conoció en la preparatoria, aquel que lo había encontrado en la puerta de la escuela luego de aquel incidente con esas musarañas verdes, obligándolo a sentar con él, Tails y Knuckles en la cafetería y presentándolo como su nuevo amigo.

–¿A dónde vamos? – preguntó Silver con un suspiro de resignación, colocándose de nuevo su chaqueta amarilla.

Sonic le sonrió travieso para así señalar con su dedo índice al cielo del apartamento. Silver siguió con la mirada la dirección que el erizo azul indicaba para ver el techo, alarmado.

–¡¿Eh?! – exclamó Silver, espantado.

–¡Andando! – tomó su brazo enérgico para encaminarlo a su habitación.

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Amy llegó a su apartamento más tarde de lo que le hubiera gustado. El frío había empeorado en las pocas horas que había pasado con Shadow, pero sin lugar a duda, había sido una plática de lo más reconfortante. Estornudó nuevamente para buscar entre los bolsillos de su abrigo el pañuelo que Shadow le había dado, sonriéndole. Hace mucho tiempo hubiera guardado eso como un tesoro precioso, ahora lo miraba como el recuerdo de un día significativo.

Abrió la puerta del apartamento nuevo, sintiéndolo ajena a ella. No se sentía como su hogar. Ese pensamiento la hizo soltar un pesado suspiro para así ver su teléfono nuevamente. No había mensajes o llamadas de Sonic.

–Claro que no...– murmuró con pesadez.

–Amy – escuchó el saludo atento de Sally según pasaba por el umbral –Me pregunte a dónde habías ido después de clases – dijo con genuina preocupación –En especial con este frío – se quejó para abrazarse con fuerza –Aún no me acostumbro a él – se estremeció la ardilla.

–Lo sé – respondió apagada, para quitarse aquel pesado abrigo y colgarlo en el perchero a la par de la puerta –No ha dejado de nevar – murmuró para toser suavemente.

–¿Estás bien? – preguntó Sally al notar algo extraño por parte de la eriza.

–¿Eh? ¡Sí, sí! – tosió nuevamente –Es sólo el cambio de clima – rio nerviosa –¿Y tú? ¿Cómo seguiste de tu resaca?

–Luego de mi quinta taza de café, mejor – habló Sally para sentarse en la sala con una expresión endurecida –Aún no puedo creer que me haya desmayado en el baño –acarició sus sienes –Ni lo que dije...– murmuró Sally pesadamente al recordar lo que había pasado el día previo.

–Es normal, quiero decir el alcohol nos desinhibe baste –le sonrió Amy para sentarse a su lado –Por cierto, respecto a lo que pasó ayer...– murmuró apenas audible, tragando pesado –Quería hablarte sobre Sonic y...

–¿Te dijo algo? – se anticipó Sally a preguntar con nerviosismo. –Claro que te lo mencionó, quiero decir, básicamente me le declare – rio nerviosa para que su mirada se fijara a su regazo. –Pensé en si escribirle o no durante todo el día, pero no me arme de valor – admitió. Sus mejillas se sonrojaron ante el recuerdo de ella sentada sobre él –Realmente Sonic es alguien que nunca había conocido antes, es tan diferente a lo que pensé, quiero decir, me cuidó ayer y nunca hizo nada indebido a pesar de que pudo hacerlo con el nivel de embriaguez que manejaba – una sonrisa dulce se pintó sobre sus labios para que sus pálidas mejillas se encendieran ante el recuerdo, colocando su mano sobre su pecho sintiendo su corazón aletear cual colibrí. –Y realmente creo que él también siente...– una mano tímida sobre la de ella la hizo callar.

Sally volteó a ver a su amiga, quien tenía una mirada taciturna y una expresión desoladora.

–Sally... – soltó Amy en un suspiro para así negar suavemente con su cabeza –No lo hace – soltó al fin con un nudo en su garganta.

–¿A qué te refieres? – preguntó Sally sin comprender las palabras que se sentían como un puñal a su corazón.

–Sonic es sin lugar a duda es uno de los mejores amigos que podrás toparte, pero...– pausó por unos segundos apretando sus labios fuertemente –Él está interesado en alguien más... – apenas logró decir.

Sintió como una nube de pesar caía sobre ella. El maravilloso sueño en donde se había metido se convertía lentamente en una pesadilla, borrando cualquier prospecto o idea de lo que algún día ellos dos pudieron ser. Los ojos de Sally se desviaron lentamente hacia donde la mano de Amy, la cual sostenía la suya con fuerza.

Sally abrió sus ojos lentamente, pensando en todo lo que había hecho y dicho creyendo realmente que Sonic se interesaba de esa manera por ella. Le faltó el aire, sintiéndose estúpida ante todas las conjeturas que había hecho en tan poco tiempo.

–Ya veo – murmuró la ardilla ocultando su vista detrás de su flequillo.

–¡Realmente quisiera que todo fuera diferente! – exclamó Amy de pronto captando la atención de ella al instante –Quisiera que todo fuera diferente... – su voz se quebró mientras su mirada color esmeralda se llenaba de lágrimas –Nunca pensé que todo se daría así, nunca pensé...

–Hey, hey, hey – detuvo Sally con una sonrisa entristecida, colocando sus manos sobre los hombros de la abrumada eriza –Todo está bien, en serio – la vio con calidez –Quiero decir, esto no es tu culpa – intentó tranquilizar.

Los ojos de Amy se inundaron de lágrimas y una mueca de dolor y culpabilidad se pintó en su rostro para que lágrimas recorrieras sus mejillas libremente.

–No lo entiendes, yo soy...– un abrazo por parte de Sally la hizo callar.

–Gracias por preocuparte por mí, pero no...– calló de pronto. Sally la soltó para así ver a la eriza con ojos brillosos con extrañeza. Tocó su frente con su mano la cual tuvo que alejar ante el tacto caliente –¡Estás ardiendo en fiebre!

–¿Eh? – exclamó la eriza rosa tosiendo nuevamente. Desde que había dejado el apartamento de Shadow un dolor de cabeza la había acompañado, pero no le había puesto mucha importancia, aunque desde que había entrado el frío se había intensificado, así como el dolor de cuerpo y cabeza. –Eso no es importante ahora– negó suavemente –Debo de decirte...

–¡Blaze! – llamó Sally ignorando sus palabras para así ponerse en pie y buscar su bolso.

La felina salió de habitación para buscar con la mirada a Sally, quien ahora se colocaba su abrigo azul pavo con urgencia.

–¿Pasa algo? – preguntó Blaze caminando hacia ella.

–Necesito ir a la farmacia, Amy no se encuentra bien– explicó velozmente –¿Puedes encargarte que descanse y no salga mientras no estoy? – pidió sonriente.

–¡Espera! ¡No es nada grav...– Amy calló al sentir la mano de Blaze sobre su frente, quien abrió sus ojos con una leve mueca de sorpresa.

–Cancelare mis planes de hoy entonces – asintió Blaze estoica.

–Pero...

–Gracias – le sonrió Sally, ignorando las palabras de Amy –Regresaré en breve.

–¡Espera! – pidió Amy alarmada dirigiendo su atención a la ardilla –¡Aún no hemos terminado de...– el dedo índice de Sally sobre sus labios la prohibió de seguir hablando.

–Seguiremos después – le sonrió Sally con soltura –Pasaré comprando la cena ¿si? – le guiñó divertida –¡Ya regreso! – dijo por último para salir del apartamento aprisa.

Amy quiso volverla a detenerla, pero al ponerse en pie todo le dio vueltas, haciéndola tambalear torpemente, ocasionando que Blaze la tomará del brazo con rapidez evitándole caer.

–Será mejor que descanses un poco, luego terminaran su conversación – ordenó la felina obligándola a caminar en dirección a su habitación.

–Pero es muy importante...– murmuró Amy siguiéndola, sin poder resistirse.

–Y seguirá siendo cuando ella regrese, andando.

Sally cerró la puerta detrás suya escuchando la discusión que Amy y Blaze mantenían. Era obvio que Amy quería seguir con el tema referente al rechazo de Sonic hacia ella, pero ella ya no podía seguir hablando de ello. Su mohín sereno y templado se rompió para que una mueca entristecida se pintara en su rostro y las inevitables ganas de llorar se apoderaran de ella.

–Esto es tan estúpido – dijo restregando sus ojos con fuerza, en un intento de calmar el escozor en los mismos –No pasó nada entre nosotros – se dijo sintiendo como su guante blanco de mojaba con las lágrimas indeseables –¿Por qué duele tanto entonces? – se preguntó deteniendo su acción, dejando correr las lágrimas que no tenía intenciones de detenerse –... Sólo yo podía confundir tanto las cosas... que estúpida soy... – se maldijo en aquel vacío pasillo.

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Vio a Sonic correr sobre el techo con mucha emoción mientras él aún yacía resistente en estar ahí. Era en contra de las reglas del edificio estar en el techo, mucho menos acceder a este a través de la venta de uno de los apartamentos. Silver vio sobre su hombro el lugar de donde había llegado, pensando que tal vez ir a una cafetería pequeña y discreta hubiera sido mejor.

Silver sintió como una bola de nieve chocó contra su mejilla, regresando su atención al erizo azul quien ahora reía divertido, mientras jugaba con otra bola de nieve en su mano.

–Pareces un niño – se quejó Silver sacudiendo su cabeza en un intento de limpiar la nieve de su rostro.

–¿Ha? ¿Desde cuando eres demasiado mayor para jugar con... – Sonic calló al sentir una avalancha de nieve cubrirlo casi por completo.

Sonic sacó su cabeza de la nieve notando la mirada de Silver resplandecer con una sonrisa confiada. Gracias a sus poderes, Silver podía fácilmente crear una bola de nieve tan grande como el mismo.

–Pues cuando eras un niño entendía que no supieras con quien te metías para retarme en algo como esto– habló Silver haciendo levitar nuevamente una cantidad considerable de nieve –Aunque para este momento de tu vida realmente esperaba que ya supieras que perderías si me retabas a algo así – sonrió confiado.

Sonic escupió la nieve que había entrado a su boca para verlo con una expresión de pocos amigos, después de todo si algo se sabía de Sonic es que odiaba perder.

–Punto a favor – refunfuñó Sonic molesto –Tú ganas – dijo sacudiendo la nieve de su ropa.

–¿Cómo dices? – dijo Silver con una sonrisa maliciosa y una mueca juguetona –Me entró nieve en los oídos ¿Podrías repetirlo?

–No presiones – lanzó otra bola de nieve al erizo que esta vez esquivó sin problemas.

Silver rio divertido para que Sonic riera de forma contagiosa junto a él. Pasó su vista por el cielo parcialmente nublado, al menos ya había dejado de nevar. Aunque las nubes grisáceas le indicaban que no tardaría en empezar otra vez.

–Así que... – habló Sonic frotando sus manos en un intento de entrar en calor, después de todo era la primera nevada –¿De qué querías hablarme? – preguntó Sonic viéndolo consternado.

Silver endureció su mirada para así subir el cierre de chaqueta hasta su mentón, metiendo sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. Sabía por qué lo había obligado a subir, pero no estaba seguro aún si realmente podría confiarle ese tema a él.

–Se trata de...– murmuró a penas, ahogado en su bochorno. Silver volteó a ver al erizo azul, quien se miraba genuinamente atento a lo que él decía. –Es... quiero decir...– calló sonrojado. De repente ya no había tanto frío. –Pensé lo que me dijiste ese día... sobre lo que se esperaba ahora que Blaze y yo éramos pareja... ya sabes... sobre el siguiente paso – admitió con dificultad.

–¿Sexo? ¿Es eso? – simplificó Sonic volteándolo a ver con intriga, notando el intenso sonroje en las mejillas de su amigo –¿Primera vez?

–¡N-No es como que no haya hecho cosas antes! – se apresuró a defenderse para que Sonic alzara una ceja y lo viera con intensidad –... pero sí... primera vez – se ahogó en sus propias palabras.

–Lo sabía – sonrió Sonic victorioso para que Silver le desviara la mirada bufando con cierta molestia para así cruzar sus brazos sobre su pecho. –¡P-Pero no es que sea malo! – repuso Sonic alarmado al notar su expresión. Era más que obvio que las bromas casuales no sería tomadas con ligereza como en el pasado.

–¡Lo es para todos ustedes! – bramó molesto –¡Sino eres un semental capaz de conquistar a todo lo que respire no eres suficiente hombre! –explotó Silver iracundo, tomando a Sonic por sorpresa por sus palabras –¡Lo lamento sí! ¡Para mí el sexo es algo más que saltar encima de la primera chica que esté disponible!

Se sentó sobre la nieve sintiendo el enojo y la vergüenza abrazarlo con fuerza.

Silver siempre se sintió fuera de lugar, sus poderes siempre lo hicieron ser diferente y es porque lo era, pero con Sonic y los demás ese sentimiento se desvaneció casi por completo, a pesar de ello, aparentemente igual no encajaba del todo en su grupo de amigos. Él era muy tímido, no sabía cómo hablar con chicas y la única cita que había tenido lo había hecho sentir como un completo fenómeno. Por si eso no fuera poco, cuando cada uno de ellos empezó a volverse sexualmente activo por primera vez no se sintió parte del grupo, no por sus habilidades, sino por sus valores e ideales, los cuales cuestionó durante mucho tiempo, pero entre más lo pensaba, más sabía que él nunca podría ser ese hombre semental y conquistador, jamás podría encajar por completo.

Sonic se sentó a su lado, en silencio. Silver abrazó con más fuerzas sus piernas, evitando como le fue posible el contacto visual y físico.

–Lamento si te hemos hecho sentir así – dijo genuinamente. Silver lo volteó a ver con asombro; no esperaba una disculpa –, pero creo que tienes un muy mal concepto de todos nosotros si crees que lo único que buscamos es sexo con cualquier chica disponible – regañó frunciendo el ceño.

–¿No es acaso lo que tú y Knuckles hacen todo el tiempo? – espetó Silver rodando sus ojos.

–¿Bromeas, cierto? – soltó Sonic con una sonrisa socarrona –Knuckles sólo ha estado con una mujer, a lo mejor dos, y seguramente porque la segunda estaba demasiado ebria para tener algo de criterio – rio burlesco. –Pero desde su primera vez con Rouge, aunque él no lo admita, nunca ha estado con nadie más – le confesó ocasionando que Silver abriera sus ojos con sorpresa –Pero no le digas que yo te dije – pidió guiñando un ojo.

–Por todo lo que él dice siempre pensé que había tenido múltiples parejas – acusó Silver con una mirada curiosa.

–Bueno, creo que Rouge podría contar por cinco mujeres con su nivel de experiencia– explicó Sonic divertido –, pero al menos desde el lado de Knuckles, no, sólo ella –. Su mirada se fijó hacia el cielo para exhalar con pesadez y ver su tibio aliento frente a su rostro, mientras el suave arrullo de la ventisca invernal se dejaba escuchar –Y por mi lado...– continuo en suave voz –Sólo dos– admitió sin voltearlo a ver –Bueno, tres, aunque no me gusta contar mi primera experiencia si me preguntas – se sonrió para apoyar su mentón sobre sus piernas encogidas.

–¿Eh? – exclamó Silver con cierta sorpresa –Pensé que el primer año de la universidad tú habías estado con todas las chicas de...

–Hey, pude haber hecho muchas cosas, pero nunca llevé a nadie a la cama, no hasta que conocí a Fiona – alzó sus hombros al aire, excusándose.

–¿Y quién fue tu primera vez? – preguntó Silver, curioso. –¿Y por qué no cuenta? – alzó una ceja, intrigado –Pensé que el número lo era todo – desvió su mirada soltando un suave suspiro.

–Si es una sola vez ¿cuenta realmente? – sonrió Sonic forzosamente.

–¿Sólo una vez? ¿Tú? – señaló Silver, incrédulo.

–Digamos que no salió muy bien... – carraspeó el erizo azul su garganta, avergonzado –No pude hablar con Percy luego de eso, estaba muy avergonzado – soltó con un pesado suspiro.

–¡¿Percy?! ¡¿En serio?! – exclamó Silver asombrado. –¡Siempre pensé que tú ya habías...

–Como dije antes, que hubiera hecho cosas no significa que hubiera llegado hasta el final– se defendió con un dejo de vergüenza de voz.

–¡Pero ustedes se conocieron el último año de la preparatoria! – rememoró Silver, ocasionando que Sonic asintiera con la cabeza –Siempre pensé que, no lo sé... habías empezado desde secundaria o algo así... ya sabes, un poco más experimentado – rio nervioso.

–No necesitas múltiples parejas para tener experiencia, sólo un poco de imaginación – bufó Sonic con un puchero, irritado.

–Siempre asumí que todas tus relaciones habían sido un éxito sabes– admitió Silver sintiéndose más cómodo que antes –Jamás me dijiste lo de Percy.

–Claro que no, tú lo expusiste muy bien– se defendió Sonic –Si no eres un semental capaz de hacer las piernas temblar de cualquiera de tus parejas sólo serás objeto de burlas entre tus amigos– dijo con un suspiro –Aunque eso puede que no sólo se detenga con situaciones referentes al sexo... sino a tu opción de pareja – murmuró el erizo azul endureciendo la mirada.

Los ojos de Silver se abrieron con sorpresa. Parecía que no era el único que lidiaba sus batallas internas en cuestión de relaciones ¿Hablaría de Sally? Silver abrió la boca, listo para indagar un poco más cuando el erizo azul se le adelantó.

–Así que tu problema es sobre qué hacer o no con Blaze ¿ha? – desvió la atención de él.

–Ah pues... – enmudeció. Por un momento había olvidado por qué es que había iniciado esa conversación para empezar –Algo así...– desvió su mirada –Blaze y yo hemos sido amigos por mucho tiempo y ahora decidimos dar este nuevo paso, y la verdad es que ahora no debo de verla como una amiga o como una mujer que admirar a la distancia, las cosas han cambiado...– murmuró Silver ocultando su rostro de él –Pensamientos que antes me abstuve de tener ahora vienen... y golpean con fuerza.

–Entiendo ese sentimiento perfectamente – sonrió Sonic para fijar su mirada al cielo –Existe una barrera invisible que deja la amistad, es como saber que tienes la libertad de explorar todo lo que desees y a su vez, el instinto de mantenerte al margen – soltó un pesado suspiro.

–¡Sí, exactamente! – dijo Silver animado para voltearlo a ver –No puedo creerlo, Tails tenía razón – expandió su sonrisa.

–¿Tails? – alzó una ceja, confundido.

–Realmente hablé de esto primero con Tails, pero me dijo que él no podía aconsejarme y me dijo que hablara contigo pues tú tenías experiencia en esto de cambiar de amigos a pareja – explicó –Aunque realmente no le creí al principio – admitió con una sonrisa culpable –, pero es obvio que ya has pasado por este camino de amigos a algo más ¿verdad?

Sonic se sonrojó intensamente ante las palabras de Silver, lo cual lo tomó por sorpresa, parecía casi como si hubiera dicho algo malo.

–Hey, yo no soy quién para juzgar – intentó tranquilizarlo ante la reacción del erizo azul –Aunque debo de admitir que nunca pensé que tú y Sally fueran tan amigos antes de...

–No lo éramos– cortó Sonic con una expresión dura y fría. Su respuesta tomó a Silver por sorpresa –Y les agradecería que dejarán de intentar emparejarme con ella, pues no somos ni seremos nunca una pareja.

–Ammm... – Silver lo vio con obvia confusión. Se le miraba irritado. –¿Pasó algo entre ustedes?

–Nada... nunca pasó nada– reveló el erizo azul en un pesado suspiro –Jamás salí con Sally y estuvo mal de mi parte hacerles creer que sí.

–No lo entiendo, si no estaban juntos ¿Por qué dijiste algo como eso?

Sonic se sonrojó intensamente. Su corazón se aceleró y el aire le faltó. Sus ojos vieron de manera resistente a Silver, quien lo miraba con obvia curiosidad. Tragó pesado, mientras la ansiedad se llevaba lo mejor de él. Su cara ardía gracias al rubor que estaba seguro que se demostraba en sus mejillas.

–Miedo...– apenas logró decir. Silver lo observó atento –Tú conoces ese sentimiento – intentó el erizo azul desviar el tema lo mejor que pudo de sí mismo –Es decir, ¿no es el miedo de fallar lo que te animó a hablar conmigo? – le sonrió amigable.

–¡Ah pues...! – se sonrojó intensamente de nuevo ocultando su mirada de él –Es más bien una guía...– corrigió Silver con un dejo de vergüenza en su voz.

–Se honesto – puntualizó en suave voz.

Silver volteó a ver a Sonic para notar aquella expresión relajada en el rostro de su amigo. Su consejo era más que genuino, se notaba que había sido una conclusión a la que había llegado luego de algún tipo de batalla interna.

–La cosa es que nadie puede decirte cómo abordarlo, pues depende de ti y de tu pareja – continuó el erizo azul volteándolo a ver con esa expresión serena –Al final del día lo que sí puedo decirte es que no es fácil hacer el cambio, pero si ambos están en la misma página todo será más fácil – aseveró con una sonrisa tranquilizadora –No esperes hacerlo perfecto y seguramente cometerás muchos errores en el camino, todos aquí podemos concordar en ello; pero con el tiempo te volverás mejor. La irás conociendo y ella a ti y todo esto pasará a un segundo plano, pues la realidad es, el hecho que fuera tu amiga primero lo hace mucho mejor.

–... ¿Cómo es eso? – preguntó Silver tímidamente, colocando su mentón sobre sus rodillas nuevamente.

–¿Acaso ella no es alguien con quien puedes ser tú mismo? – le devolvió la pregunta con una expresión jovial –Esa es la mejor parte de iniciar una relación así, que existe esa confianza que no obtienes en una relación que únicamente salen por un par de meses o semanas – aseveró Sonic dirigiendo su mirada nuevamente al cielo, suavizando la misma.

Silver abrió sus ojos, ahora lo entendía. Sonic jamás había salido con Sally, él había salido con alguien más, alguien con quien había recorrido el mismo camino que él ahora empezaba a marchar, alguien significativo para él... alguien importante.

–Sonic, ¿con quién...– El sonido de su teléfono interrumpió su pregunta para ver el nombre de Blaze en la pantalla. Sonrojándose al instante y respondiendo al acto. –H-Hola, Blaze – saludó con un nerviosismo que no pudo ocultar –¿Sucedió algo malo? – su expresión cambio a preocupación –¿Amy está enferma?

Sus orejas se alertaron ante el nombramiento de ella para que su vista se fijara en su amigo. Silver asentía suavemente con la cabeza ante una conversación ajena a él. Sonic lo vio un tanto impaciente para escucharlo hablar de cosas un tanto tribales con la felina y luego terminar la llamada. Silver soltó un suave suspiro para que su intensa mirada sobre él provocara que Silver volteara a verlo.

–¿Pasó algo? ¿Qué tiene Amy? – preguntó Sonic apresurado.

–Oh, aparentemente pescó un resfriado – le respondió con una sonrisa tranquilizadora –Teníamos planes para hoy, pero Blaze se quedará con ella hasta...– Silver silenció al verlo ponerse en pie en un salto.

–Será mejor regresar, no tardará en empezar a nevar otra vez – soltó el erizo azul de pronto.

–Seguro – asintió Silver con la cabeza, imitando al erizo –Por cierto, gracias – le sonrió Silver con un dejo de timidez y vergüenza. La verdad es que entre la conversación entre Tails y Sonic, ya tenía una mejor idea sobre qué hacer.

–Puede que no lo parezca, pero puedes hablar conmigo de lo que sea– dijo Sonic con una sonrisa mientras sacudía la nieve de su ropa –Así que no vuelvas a dudar en hacerlo – regañó para golpear su hombro suavemente con su puño.

–Sí, sí, ya lo sé – espetó Silver tomando distancia y acariciando su hombro. Eso había dolido más de lo que le hubiera gustado, posiblemente por el frío.

–¡Andando! – habló Sonic energético para correr hacia el bordillo por el cual habían escalado.

–¡Por cierto! – exclamó Silver ocasionando que Sonic parara su carrera –Tú también – le dijo con una expresión seria, ocasionando que Sonic lo viera desconcertado –Puedes hablar de lo que sea – animó Silver. Sonic le sonrió agradecido para asentir con la cabeza y retomar su acción –Hablo en serio – insistió Silver, provocando que Sonic se detuviera nuevamente. –Cuando estés listo para hablar de las cosas malos o... las buenas que te han pasado... aquí estaré – le sonrió.

Sonic abrió sus ojos con sorpresa. Era obvio que su secreto no podría seguir siendo secreto si seguía actuando como actuaba; aunque realmente esperaba que pronto dejara de serlo.

–Gracias – sonrió Sonic con calidez –Prometo esta vez no encerrarme en mí mismo de nuevo– dijo con un dejo de confort en su voz.

–Con que no lo hagas en un bar me conformó – rio Silver divertido.

–Ja, ja muy chistoso – rodó sus ojos –Entremos, o nevara de nuevo.

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Tosió nuevamente mientras Blaze revisaba tu temperatura nuevamente y ver una expresión de consternación.

–No baja la fiebre – suspiró Blaze con una mueca de preocupación –No entiendo qué tanto le lleva a Sally – bufó molesta.

–Es posible que necesite algo de tiempo a solas antes de regresar – murmuró Amy, culpable, tosiendo suavemente.

–No es el momento para deambular bajo la nieve – regañó Blaze para ver a través de la ventana de la habitación de la eriza, había vuelto a nevar y no parecía que fuera a parar –Iré por un poco de té y algo para ayudarte a bajar la fiebre – dijo la felina para ponerse en pie –Intenta descansar – pidió antes de salir de su recámara.

Amy escuchó a Blaze cerrar la puerta, dejándola a solas. Soltó un pesado suspiro para que su mirada se fijara a una de las paredes desnudas de su habitación. Al final no había podido terminar de hablar con Sally, aunque ya había dicho gran parte de la información, aún no le revelaba lo más importante.

–Lo haré cuando regrese...– murmuró con pesadez estremeciéndose gracias al frío que se colaba entre sus huesos.

Se abrigó bien entre las colchas cerrando sus ojos con pesadez. Sentía tan extraño no tener a Sonic a su lado, la verdad era que no había podido dormir bien la noche anterior. Entre el estado delicado de su relación y la primera noche en meses sin tenerlo a su lado, la cama se había sentido como una piedra bajo su cuerpo y su mente había estado recorriendo sin césar la discusión de la noche previa, sin darle descanso.

Sus sienes empezaron a palpitar fuertemente, de nuevo aquel desagradable dolor de cabeza que ahora martillaba su mente, o así era hasta que sintió algo frío caer sobre su frente; dándole confort.

–Llevas un día fuera y ya estás enferma– escuchó decir a una voz familiar. Amy abrió los ojos de golpe y frente a ella ver a Sonic sonreírle con dulzura –Hey... – dijo a modo de saludo.

–¡¿Sonic?! – exclamó la eriza rosa para sentarse de golpe –¡¿Cómo...?! ¿Quiero decir qué haces...

–¿Aquí? – completó él para sentarse en el bordillo de la cama y enseñarle una bolsa con medicamentos en su interior. –Blaze le dijo a Silver que estabas enferma – explicó desinteresado para sacar diferentes remedios de la bolsa de papel marrón –Y Silver me lo mencionó, así que decidir venir antes de que nevara aún más – dijo tomando un par de pastillas y colocarlas en la palma de su mano –Blaze me dejó entrar cuando vio que traje medicamentos y bueno, heme aquí – dijo entregándole las pastillas en su mano –Tomate esto.

–Pero pensé... – silenció la eriza bajando sus orejas en señal de culpa, viendo las pequeñas pastillas blancas sobre la palma de su mano. –Creí que estabas molesto – murmuró sintiendo un nudo en su garganta.

–Llámalo tregua – alzó Sonic los hombros en señal de desinterés –Tu salud es más importante que una discusión – reiteró dándole un pequeño vaso con agua –Ahora tomate eso – ordenó para tocar su frente nuevamente y sentir como ésta calentaba su mano parcialmente congelada. Soltó un suave suspiro –Yo traeré un par de compresas frías para ayudarte a bajar...

Amy sujetó su mano con suavidad, mientras sus ojos tímidos y brillantes buscaban los de él, quien la observaba en silencia, a la expectativa.

–Tenías razón... – murmuró Amy en suave voz, ocasionando que lo viera atento –Nunca tuve que involucrarte a ti o a Sally en mis propios miedos e inseguridades – admitió pesadamente –Tenía miedo...

–¿A qué? – cuestionó el erizo azul acercándose un poco más.

–A que te fueras de nuevo...– admitió la eriza mientras sus ojos se cristalizaban ante el indeseable deseo de llorar que ahora se apoderaba de ella –A que no estuvieras seguro... a perderte nuevamente... – reconoció avergonzada, sintiendo una fuerte opresión en el pecho.

–Ames... – colocó una mano sobre la de ella viéndola con ternura ante su sinceridad.

–¡Pero quiero estar contigo! – aseveró Amy para verlo con decisión y así tomar su mano con fuerza –Quiero intentarlo, quiero que esto funcione y si no... – sintió un nudo formarse en su garganta, obligándola a pausar mientras sus ojos se nublaban por el mar de lágrimas que se acumulaba en estos –... y si no al menos sabré que no fue porque no tuve el valor de arriesgarme una vez más – una lágrima traicionera se deslizó por su mejilla.

Los ojos de Sonic se abrieron con asombro mientras un tenue rubor pintaba sus mejillas antes las dulces palabras de ella. Había deseado durante tanto tiempo escuchar eso, tal vez más de lo que quiso admitirse. Una sensación cálida se esparció en su cuerpo y el impulso de tenerla entre sus brazos lo invadió. Sonic sostuvo su mano con más fuerza aún, acortándola distancia entre ellos.

–Ya le he dicho a Sally que no tienes ningún tipo de interés por ella – soltó en un pesado suspiro –Aún no he podido decirle que tú y yo estamos en una relación pues fui interrumpida – rememoró Amy con molestia –¡P-Pero una vez estemos de nuevo a solas yo...

Un beso silenció su oración. Sintió como él posaba sus labios sobre los de ella con dulzura, robándole el aliento ante la inesperada acción. Ella correspondió al mismo, sintiendo como pequeñas lágrimas se deslizaban por su rostro y a su vez, la sensación de miles de mariposas ser liberadas dentro de ella la invadía, mariposas que revoloteaba y aceleraban su corazón ante su tacto, ante la suavidad de sus labios que jugaban con los de ella.

Sonic se separó lentamente ella para secar con dulzura su rostro mojado; una mirada que no supo descifrar se enganchó en la de ella.

–Gracias... – murmuró el erizo azul, sonrojándose intensamente –Por elegirme – admitió con un dejo de dolor en su voz.

Amy lo abrazó con fuerza para besarlo nuevamente. Por un momento había olvidado que su corazón no era el único que había sido maltratado en el pasado, no era el único que lidiaba con sus propios miedos y traumas.

–Cada día... lo prometo – le sonrió Amy rompiendo el beso.

–Lo prometo – le devolvió Sonic para besarla nuevamente.

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Vio de reojo por la pequeña ranura de aquella puerta abierta soltando un pesado suspiro. Su mejor amiga con el chico que le gustaba... no podía existir una historia más cliché, pero era obvio que su mala fortuna amorosa no tenía misericordia hacia ella.

Sally se alejó de aquella puerta en donde el erizo de sus sueños le declaraba su amor a su novia... Amy. Ahora entendía todo y muchas cosas empezaron a tener sentido, en especial, la traición de la eriza hacia ella... y el juego en el que ella la adentró por sus propias inseguridades.

–Es bueno saberlo – musitó para lanzarla bolsa de medicamentos que había llevado con ella al basurero.


¡Lo sé! Ha sido demasiado tiempo, pero este mes he tenido demasiados proyectos en el trabajo y me fue imposible poder actualizar antes. Intento hacerlo tan rápido como me es posible, pero a veces toma más tiempo del que quisiera ¡Pero no se preocupen que sigo actualizando!

¡Sally lo sabe! ¡Poco a poco este secreto ha empezado a salir a la luz del día! Poco a poco todo está tomando su lugar, lo que quiere decir que estamos a poco capítulos de terminar esta historia mis lectores, así es El Reencuentro está a muy poco de concluir ¡Pero! Aún hace falta, así que no se preocupen.

Tuve una petición muy interesante en uno de los comentarios pasados, y es (una vez terminada la historia) subir pequeños oneshots de la vida de nuestros protagonistas luego de su final, lo cual me pareció algo interesante y posible de hacer. ¿Les gustaría leer oneshots de forma aleatoria? ¡Déjenmelo saber en los comentarios!

¡Ahora sí! Sin más más que decir, su autora se despide. Kat fuera.

La fiesta de Tails ha llegado y cada uno de nuestros protagonistas deberá de lidiar con todo aquello que ha aplazado. Es momento de sincerarse y revelar lo que realmente sientes. Capítulo 65: El Cumpleaños de Tails.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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