Capítulo 63: Consejos
Jet escuchó a su amigo soltar un pesado suspiro ante sus consejos. Tomó otro trago de su cerveza para ver atento al erizo plateado, realmente se miraba perturbado. Un resoplido salió de su boca para ver a Silver con reproche.
–No entiendo por qué lo piensas demasiado – habló Jet ocasionando que la mirada de Silver se topara con la suya –¡Sólo haz lo que te nazca!
Silver estrujó su nariz ante sus palabras. No era así de sencillo, no para él, menos si se trataba de Blaze. Estaba listo para responderle a su comentario cuando fueron interrumpidos ante el sonido de la puerta principal abrirse.
–¡Deja de quejarte, te invite a comer! – escucharon la voz de Tails según atravesaba el umbral. El causante de su interrupción.
–¡Bromeas! Eso con suerte pagara una hora de mis servicios como ayudante de mudanza– lo vio Knuckles con reproche.
–Te lo ganaste por estar diciendo... –Tails silenció al percatarse de a Jet y Silver, quien yacían en la isla de la cocina –Hey – dijo a modo de saludo para caminar hacia ellos y así dar por concluido el tema con el equidna, uno que llevaban discutiendo demasiado tiempo ya. –¿Sonic está en su habitación? – preguntó para con un vistazo buscar al erizo azul por el apartamento; extrañándole que ya estuviera descansando.
–Aún no ha regresado – negó Silver suavemente con la cabeza.
–Aparentemente Sonic se quedó a darle un poco de amor a su nueva novia en el nuevo apartamento – rio Jet divertido dándole otro sorbo a su cerveza.
–¿Cómo dices? – alzó Tails una ceja ante sus palabras.
–Puede que Amy y yo le hayamos dado un poco de tiempo a solas – admitió Silver con una sonrisa culpable.
–¿Hablas de que dejaste a Sonic y a Sally a solas? – corroboró el zorro para abrir sus ojos completamente ante la sorpresa.
–Oh cielos...– soltó Jet borrando su sonrisa. Se levantó de su lugar dirigiéndose a la nevera y de ahí sacar otra cerveza, la cual colocó sobre el mostrador de granito –Te dejo está aquí.
–¿Para qué? – preguntó Silver viendo la lata a su lado, confundido.
–Para el perdedor de tu amigo – respondió el halcón mientras tiraba la lata vacía de cerveza en su mano, empezando a caminar en dirección a su recámara –La necesitará cuando regrese – continuó –Ya que seguro se habrá metido en graves problemas.
–¿Eh? – exclamó Silver abriendo sus ojos, sin entender las palabras de Jet.
Jet no dijo nada más para así dirigirse a su habitación, cerrando la puerta de un golpe. Silver volteó a ver a Tails que le sonrió nervioso encogiéndose de hombros, dándole a entender qué él tampoco entendía las palabras del halcón.
–Yo me iré a dormir – habló Knuckles sin tomarle importancia a las palabras sin sentido de Jet y al igual que el halcón, encaminarse a su recámara –Estoy muerto – soltó un suspiro de cansancio –¡Y no piensen volverme a involucrarme en ninguna de las aventuras de Sonic con su nuevo romance! – amenazó para encerrarse en su habitación de un puertazo.
Tails soltó un suave suspiro. Ese día había sido más caótico de lo que hubiera imaginado. Realmente esperaba que una noche de sueño hiciera que Knuckles dejara el tema por fin, o estaba seguro que sería de lo único que hablaría por las siguientes semanas.
Se dirigió a la cocina en busca de un poco de café antes de, como Knuckles y Jet, dirigirse a descansar; al igual que ellos, Tails se encontraba exhausto, y mañana tenía clases a primera hora. Prendió la cafetera, en la espera del anhelado líquido amargo sin muchos ánimos de conversar cuando notó la extraña mueca que Silver mantenía en su rostro.
–¿Todo bien? – preguntó Tails para verlo de frente al otro lado del mostrador.
–Mmm... ¿Puedo preguntarte algo? – musitó Silver sin poder elevar su mirada.
–Claro – asintió el zorro para tomar asiento frente a él – ¿Qué sucede?
–Es acerca de...– un intenso rubor se pintó en su rostro. Sintió como un calor asfixiante lo abrumaba. Eso era de lo más humillante. –O-Olvídalo – río nervioso –No es nada...
–Silver quiere saber cuándo es un buen momento para tener sexo con su novia – las palabras de Jet golpearon ante su inoportuna aparición.
Silver se tensó al sentirse al descubierto. Jet llegó hacia ellos con una expresión de desinterés. Una mirada fulminante se colocó en los sus ojos de Silver, quien observaba con intensidad al halcón, el cual no parecía inmutarse por su comentario poco sutil.
–Mi celular – explicó Jet su interrupción tomando su teléfono del mostrador de la cocina. –Ya me voy – dijo caminando sobre sus pasos.
–Oh, ya veo – rio Tails nervioso dirigiendo su atención al erizo plateado –No siento ser el mejor para aconsejarte en el tema – se expresó con claro dejo de vergüenza en su voz –Pero creo que tal vez...
–Es la primera vez de Silver– cortó Jet las palabras del zorro mientras caminaba de regreso a su habitación –Y tú eres él único que realmente cree que se trata de "hacer el amor" y no de coger – apuntó con desdén el halcón –¿No es tu situación actual con la vecina? – descubrió Jet ocasionando que Tails se sonrojara intensamente –Si alguien puede aconsejar a un virgen es un mojigato como tú.
–¡VETE DE UNA VEZ! – exclamaron Silver y Tails al unísono con gran sonroje.
Jet alzó los hombros en señal de desinterés para encerrarse nuevamente en su habitación. Silver y Tails resoplaron con molestia para así verse a los ojos y reír de forma incómoda.
–Recuérdame subirle la renta – bufó Tails viendo iracundo la puerta ahora cerrada.
–Yo mismo lo haré – concordó Silver iracundo para estrujar la lata frente a él.
De nuevo silencio. Tails observó a Silver con curiosidad, notando como aquel mohín de molestia cambiaba a uno de preocupación. Parecía que Jet no estaba molestando con su comentario.
–Ammm... ¿Eso era lo que querías preguntarme? – carraspeó Tails su garganta, aún incómodo por el tema. Obtuvo un sí silencio por parte del erizo plateado, quien asentía con la cabeza. –Pues... ammm... – rascó la parte trasera de su cabeza, ya que jamás imaginó que algún día estaría en una posición como esa, no con Sonic y Knuckles como sus amigos –Creo que realmente el momento no es tan importante, quiero decir, todo pasa de forma natural – sonrió con una mueca nerviosa y así buscar su café, dando por concluido el tema.
–¿Eso hiciste tú? – habló Silver para verlo por fin, sin intenciones de terminar con el tema –Con Cosmo quiero decir.
Los ojos de Tails se abrieron por completo mientras un intenso rubor se pintaba sobre sus blancas mejillas. Silver se tensó al ver la reacción de su amigo, era obvio que había cruzado una línea que por un momento olvidó que existía.
–¡LO LAMENTO! – se disculpó el erizo plateado poniéndose de pie en un salto, profundamente arrepentido –¡N-No quise hablar sobre... ¡Rayos! – maldijo encogiéndose de hombros –Lo lamento, olvida el tema, será mejor que vaya a dormir o...
–¡No, espera! – detuvo Tails velozmente al notar la intención del erizo plateado de refugiarse en su habitación –Siéntate – pidió aún con aquella expresión de bochorno en su rostro.
Silver lo vio con cierta duda, sin embargo, obedeció en silencio, tomando asiento con cierta resistencia, tan incómodo con él.
Tails soltó un suave suspiro restregando sus ojos, rogando que el ardor que sentía en sus mejillas no fuera tan obvio como para mostrarse ante su amigo. Tomó aquella taza de café que se había servido antes para lanzar su contenido por el drenaje, soltando el aire retenido.
–Algo me dice que necesitaré algo más fuerte para esto – dijo Tails para dirigirse a la nevera en busca de una cerveza.
–No es necesario que hables de...
–Sí, lo es – interrumpió Tails cerrando la puerta de la nevera y así abriendo la lata –Si acudes a mí en lugar de Knuckles o Sonic, eso significa que sus métodos no son exactamente lo que buscas –. Silver asintió forzadamente ante sus palabras –Además... – suavizó su expresión para tomar asiento frente a él –Me hubiera gustado escuchar una perspectiva diferente cuando... ya sabes... pasó... – se atragantó con sus palabras –Y supongo que si puedo de hablar con esto de alguien sin ser víctima de malas bromas es contigo – dijo con cierta suplica en su voz.
–Jamás haría eso – le sonrió Silver cordial.
Tails expandió su sonrisa. Realmente nunca había compartido nada de su vida privada con sus amigos pues sabía que las bromas y preguntas invasivas serían más que lo que su pequeña mente podría soportar, pero estaba seguro que con Silver no sería el caso, en especial porque era obvio que él le ganaba por experiencia, y eso era mucho que decir.
–Así que ya decidiste dar el siguiente paso con Blaze – retomó Tails para sorber el primer sorbo de cerveza.
–¡N-No, no es así! – corrigió Silver velozmente, avergonzado –No realmente... quiero decir... – apretó sus labios hasta dejarlos en una fina línea, pensativo –Sonic dice que el sexo es algo que... bueno... se supone que...
–¿Piensas dar el siguiente paso porque Sonic lo dijo?
–¡No! – negó apresurado –Pero...
"¿Por qué no harías nada? Ya son pareja, sería sólo el siguiente paso natural de su relación"
Las palabras de Sonic en el apartamento lo acechaban. Mientras las chicas yacían en el cuarto de Sally empacado, Sonic y él por su lado tuvieron una pequeña charla sobre qué se esperaba al ya estar en una relación; y debía de admitir que eso había ocasionado que esos pensamientos e ideas hicieran casa en su mente.
–Creo que nunca fue algo en lo que realmente le prestará atención... hasta ahora – continuó Silver –Y ahora cuando la beso o con tan sólo el simple roce de su mano simplemente algo... – calló abruptamente sonrojándose con intensidad.
–¿Despierta? – se atrevió a completar Tails, sonrojando por igual debido a la connotación en doble sentido.
–Sí... – suspiró Silver con pesadez para dejar caer su cabeza en sus manos –Me siento como todo un pervertido.
–Te atrae tu pareja, es normal – tranquilizó Tails ocasionando que el erizo plateado subiera su mirada hacia él, atento –No hay nada malo en ello.
–¡Acabamos de empezar! – exclamó Silver en pánico –No quiero que Blaze piense que soy un pervertido ¡O peor aún, que soy inexperto! – confesó mientras la ansiedad se apoderaba de él –¿Acaso ella espera que yo dé el primer paso? ¡¿Qué pasa si lo doy y leo mal las señales?! ¡¿O si espero demasiado y ella se frustra?! ¡¿O...
–Tranquilízate quieres – pidió Tails al notar el ataque de pánico de su amigo y que éste de nuevo volviera a costarle otro amueblado de sala –Creo que estás pensando mucho las cosas – calmó con una voz serena, que no pareció ayudar, pues su amigo endureció sus facciones. Tails exhaló pesadamente, sabiendo que no podía evitar más el asunto, no si quería ayudar a Silver –Te entiendo ¿sí? – murmuró con un dejo de timidez en su voz –La primera vez que pasó estaba aterrado... No sabía qué hacer o por dónde empezar... ya sabes, nerviosismo a su máxima expresión – tomó un trago largo de cerveza.
–¿Cómo lo manejaste? – se atrevió Silver a preguntar.
–Honestamente, todo se dio natural – le sonrió Tails, ameno –Una vez estás en el momento sólo es dejarte llevar – explicó notando una sombra de sonrisa en su amigo; parecía que eso había logrado tranquilizarlo –Aunque no demasiado o todo termina demasiado pronto – rio nervioso, risilla que se contagió al erizo plateado, sonriéndole sueltamente. Por fin se le miraba relajado.
–Espero tengas razón y todo se dé así, natural y sencillo – dijo Silver sintiéndose más liviano con el tema.
–Bueno, tus instintos definitivamente te dictarán dónde poner qué – rio Tails nervioso, aún un tanto incómodo por el tema –, pero lo demás no será tan sencillo. Uno está generalmente muy nervioso y ella también, más si es su primera vez; no sabes qué le gusta o que no, cuánto tiempo tomarte o si vas muy rápido o muy lento – soltó un pesado suspiro ante esas palabras que traían consigo recuerdos indeseables a su mente – Sé que cometí muchos errores esa primera vez – admitió avergonzado. –...Tal vez demasiados.
–... Esto suena una pesadilla – murmuró Silver endureciendo sus facciones; cualquier rastro de calma o tranquilidad se había evaporado.
–Al principio sí, un poco, pero hey, todo mejora según vas conociendo a tu pareja y vas hablando de estas cosas, ya sabes, estar en la misma página – calmó Tails para tomar otro trago de cerveza.
–¿Así es contigo y Zooey? – curioseó Silver.
Tails escupió su bebida tosiendo con fuerza, por su lado Silver sacudió su cabeza ante el baño no deseado de cerveza por parte de su amigo, viéndolo con molestia.
–¡¿Q-Qué?! ¡No! ¡C-Claro que no! – negó Tails inmediatamente limpiando su boca con su mano y tomando un par de toallas de cocina para limpiar lo demás, sin poder disimular su vergüenza.
–Pensé que ustedes estaban saliendo– alzó Silver una ceja, ayudándolo.
–N-No, sólo somos amigos... quiero decir, nos llevamos bien y salimos de vez en cuando, pero nosotros no... digo... ella no me ve... o... –calló sintiendo aquel intenso rubor se mantenerse en sus mejillas, las cuales ardían bajo su piel.
–Pero ella te gusta ¿verdad? – preguntó Silver, sin obtener respuesta por parte del zorro, quien no se atrevía a verlo. La respuesta era obvia.
Silver le sonrió mientras el zorro se hundía en su asiento, evitando su mirada. Llevaba muchos años sin ver a Tails de esa manera, parecía que realmente estaba sanando esas viejas heridas del pasado.
–Dime...– continuó Silver tomando un pequeño trago de su cerveza –Si algo llegará a pasar entre ustedes ¿Tú primero hablarás con ella o esperarás que todo pase de forma natural para hacerlo? – cuestionó genuinamente, curioso. –¿Y eso lo harías hasta estar en una relación o no es importante para ti?
Tails sintió su rostro enrojecer con intensidad ante las inocentes y aun así íntimas preguntas del erizo plateado.
–Yo... este... posiblemente... quiero decir – el bochorno se llevó su facilidad de palabra – No lo sé, eso creo...
–¿Entonces tendrías sexo antes de tener una relación formal? – Silver alzó una ceja, sin poder entender el balbuceo del zorro.
–No, tal vez, ¡No lo sé! – soltó Tails avergonzado. Aspiró profundamente en un intento de recobrar la compostura –Escucha, creo que eso funciona para ciertos seres, pero no para otros... al menos no para mí – aclaró suavizando su expresión –Supongo que es como Jet dijo... – una sombra de sonrisa se pintó en sus labios –Creo que el sexo es algo más que sólo un acto de placer, debe de haber más que sólo atracción... mucho más.
–¡Sí, exacto! – concordó Silver posando su mirada en la lata frente a él. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios –Debería de haber amor de por medio – se ruborizó tenuemente ante esas palabras.
–Dime algo... ¿Estás enamorado de Blaze?
Esa pregunta lo tomó por sorpresa. Silver subió la mirada, fijándose en el mohín condescendiente del zorro; realmente no era algo en lo que hubiera reparado, es decir, sabía que Blaze realmente le gustaba, pero ¿Amor? ¿Acaso esa era la razón por la cual de repente la idea de dar otro paso se escuchaba tentadora? ¿Era posible en tan poco tiempo? No, claro que no.
–N-No, yo no...
–He visto como hablas de ella – interrumpió Tails con una expresión serena –Como la miras – le sonrió cálidamente. Eso último ocasionó que Silver se sonrojara intensamente, sin poder debatirle nada. –Si realmente quieres saber qué hacer respecto a esto, creo que Sonic puede darte una mejor perspectiva – dijo Tails para tomar el último sorbo de cerveza.
–¿Cómo dices? – inquirió Silver, confundido.
–Yo sólo he estado con una chica de la cual estaba perdidamente enamorado y espere varios años dentro de la relación antes de dar cualquier paso – explicó –Era muy inmaduro en muchos aspectos... Tal vez aún lo soy – soltó un suave suspiro, relajando su expresión –El miedo de seguir con mi vida aún es algo con lo que luchó cada día desde que Cosmo murió – se sinceró de manera asombrosa –La realidad es que posiblemente no he intentado nada con Zooey porque me aterra descubrir que nunca podré volver a amar como alguna vez hice – una triste sonrisa se pintó en su rostro –Por ese motivo, no creo que mis consejos ayuden, no realmente, pues vivimos dos momentos diferentes de nuestra vida. Cuando yo lo hice era un adolescente muy enamorado, tú eres un adulto que está empezando abrir su corazón por primera vez y sin lugar a duda eres mucho más centrado y maduro de lo que yo fui en ese momento.
Silver suavizó su mirada. Era la primera vez que Tails se abría de esa manera con él; tenía miedo de decir algo que provocara que su amigo se volviera a recluir en sí mismo, así que únicamente se dedicó a escuchar.
–Por eso creo que deberías de hablarlo con Sonic – insistió de pronto.
–¿Por qué él? – soltó Silver con sorpresa.
–Bueno, es alguien que como tú empezó a ver a una amiga de forma diferente y está más familiarizado en cómo dar el siguiente paso, después de todo, primero se enamoró antes de dar cualquier paso – explicó Tails.
–¿Sonic? ¿Enamorado? – repitió Silver alzando una ceja, incrédulo.
–O al menos eso creo yo – le sonrió divertido –Mira, sé que puede parecer un completo tonto con este tipo de temas, pero te aseguro que si le hablas seriamente él te responderá de la misma manera – aseguró Tails para tirar su lata vacía a la basura –Después de todo, Sonic siempre parece tener las palabras correctas en asuntos como estos. –Una sombra de sonrisa se pintó en los labios del zorro al recordar su conversación en el techo de los apartamentos –Dale una oportunidad, podrías asombrarte.
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Subió la mirada para notar los copos de nieve de bailar en un pequeño vals. Shadow subió el cierre de su chaqueta negra abrigándose del frío, al igual que todos los estudiantes que iban y venían a prisa por las calles, pues nadie deseaba permanecer más tiempo del necesario en las frías calles.
Shadow observaba el paisaje congelado, uno que limpiaba con su blancura la naturaleza que se había marchitado durante el otoño. El año estaba llegando a su fin.
Exhaló suavemente sobre sus guantes helados para frotarse las manos, en un intento de entrar en calor mientras caminaba de regreso a su habitación en el campus. No le gustaba el frío, era su estación del año menos favorita.
Siguió su camino cuando algo llamó su atención, había alguien en medio de los jardines del campus con su mirada al cielo. Era Amy, quien resaltaba entre la tundra congelada con aquel abrigo azul y su cabellera rosada, ahora cubierta parcialmente por nieve.
–¿Rose? – llamó para caminar hacia ella, abrigándose aún más por la suave ventisca que se colaba entre tus huesos –¿Qué demonios haces de pie en medio de esta nevada? – regañó.
–Shadow – soltó en suave vez para voltearlo a ver con una expresión taciturna. Shadow abrió sus ojos atentos, era obvio que había algún problema. –Estaba buscándote, pero no sabía cuál era tu habitación y te escribí, pero no respondiste, entonces...– un estornudo la hizo acallar su explicación.
–Me quede sin batería– respondió para buscar del bolsillo de su pantalón un pañuelo y entregárselo –Y es 307– dijo hablando sobre su número de habitación –Ven – pidió para caminar de regreso sobre sus pasos –Hablemos en un lugar más cálido.
Amy asintió en silencio para seguirlo a través del campus. Una nube de pesar estaba situada sobre su cabeza y sintiéndose más sola que nunca respecto a lo que la atormentaba acudió al único ser que podría guiarla un poco, como siempre lo había hecho. Tosió suavemente, titiritando por el intenso frío.
–Será mejor que te quites ese abrigo una vez dentro, o te enfermarás – habló el erizo negro deteniéndose frente a una puerta de madera oscura con el número 307 sobre ésta. –Pasa – invitó para abrir la puerta que mostraba la penumbra dentro del recinto.
–Gracias– asintió con la cabeza.
Amy se percató que esta sería la primera vez que entraría a la habitación de Shadow. Eso la hizo sentir extrañamente nerviosa. Siguió al erizo negro, quien encendió la luz para ver una habitación tipo estudio frente a ella. Había una cama con sabanas negras de satín, un sofá de cuero negro a los pies de la cama y enfrente de éste una televisión empotrada en la pared; junto a la puerta de entrada una pequeña cocina se dejaba ver. Las cortinas de sus ventanas eran de un color bermellón y en la pared adyacente había libreras del piso al techo llenos de libros.
–Wow – soltó Amy para encaminarse a los libros e indagar los mismos con la mirada con una emoción infantil –¡¿Has leído todo esto?! – preguntó entusiasmada mientras inspeccionaba la habitación con la mirada.
–Lo prefiero a la televisión – explicó Shadow quitándose su chaqueta helada, colocándola en un perchero –, pero es necesario ver las noticias si quiero pertenecer a los G.U.N – explicó para encaminarse a la cocina y encender la cafetera. –Además, a María le gusta ver películas – dijo casual.
–Esto es...– Amy sintió como un libro caía sobre su cabeza soltando un quejido gracias al golpe.
–¡Kuro! – regañó Shadow de pronto.
Amy subió la mirada para distinguir un chao negro de ojos azul cielo y sonrisa afila. Se parecía mucho a Cheese, pero éste era negro y en sus extremidades el color carmín resaltaba, así como sus pequeñas alas de murciélago. Un detalle peculiar llamó la atención de Amy, una sobresaliente moña roja adornaba su cuello, una que trajo un recuerdo a su mente:
"–Sí, sí – asintió María con la cabeza –Siempre quiso uno y luego de mover ciertos contactos le conseguí un Dark Chao como regalo – explicó orgullosa."
Ese era el chao que María le había regalado a Shadow por su cumpleaños. Kuro le enseñó la lengua, traviesa, para luego volar de entre la librera y aterrizar en la cama de Shadow, jugado con una pelota brillante color verde que sacó debajo de las almohadas.
–Lo lamento, le gusta hacer travesuras – se disculpó el erizo negro para llevarle una taza de café caliente.
–No es problema– dijo sobando su cabeza suavemente y así colocar el libro en su lugar –Nunca había visto un Dark Chao antes, pero Cream siempre dijo que era muy traviesos – le sonrió Amy divertida tomando asiento en el sillón frente a la cama de él, para así fija su mirada en Kuro, quien le mostró la lengua nuevamente. –Y posesivos – rio un tanto nerviosa por el obvio deprecio del Dark Chao.
–Bastante – asintió el erizo negro para ver con una mirada disconforme a la chao quien ignoró su mirada y siguió su juego.
–No puedo creer que tengas tanto espacio– habló Amy recorriendo la habitación con la mirada –Pensé que si te quedabas en el campus debías de compartir habitación.
–Digamos que mis compañeros prefirieron mudarse – sonrió un tanto macabro –Así que soy sólo yo – explicó sentándose a su lado. –Ahora bien, dime, ¿Qué hizo Sonic esta vez? – preguntó para tomar un poco de café.
Su pregunta la tomó por sorpresa, una parte de ella había olvidado por un momento aquello que la atribulada. Amy bajó sus orejas para que la expresión alegre y amena desapareciera por completo.
–Nada – murmuró Amy desganada –Esta vez soy yo – admitió amargamente.
–¿Tú? – alzó Shadow una ceja un tanto incrédulo.
Amy soltó un pesado suspiro, y así, en una voz apenas audible, y sin poder verlo a los ojos, relató los sucesos entre Sonic, Sally y ella. Revivió a través de sus palabras los buenos momentos, sacándole una sonrisa de tanto en tanto, y asimismo, los malos que ocasionaban que estrujara aquel abrigo de manera imperceptible.
–Déjame entender esto, son novios – dijo Shadow, intentando resumir lo que había escuchado; Amy asintió con la cabeza, en silencio –Nadie lo sabe – Amy asintió nuevamente –, sin embargo, tú no has querido hacer la noticia pública porque tu mejor amiga está enamorada de mi insufrible hermano menor, y tú, sabiendo esto, has complotado para hacerle creer que tiene una oportunidad – vio con desaprobación, sin lograr que Amy lo viera en ningún momento –¿Y Sonic no piensa hablarte o continuar con la relación hasta que se lo digas a tu amiga?
–¡Sé que suena terrible! – lo vio sintiendo sus ojos escocer por las lágrimas acumuladas en estos –¡Me siento terrible! – admitió Amy mientras un remolino de emociones se amedrentaba dentro de ella. –... ¿Dime por qué no puedo simplemente decirle la verdad? – habló con una voz quebrantada.
–¿Por qué le mentiste para empezar? – curioseó Shadow –Quiero decir, es obvio que ya sentías algo por mi hermano cuando ella te habló sobre sus sentimientos.
–Porque cuando eso pasó, nunca imagine que Sonic correspondería a mis sentimientos– murmuró sintiendo un nudo en su garganta –Quiero decir, luego de tantos rechazos jamás pude imaginar que él se fijaría en mí – una sombra de sonrisa se posó sobre sus labios.
–¿Y qué te detiene ahora? – inquirió el erizo negro tomando un poco más de la bebida caliente.
–Sally estuvo para mí cuando Sonic cortó toda comunicación conmigo, ella me reconfortaba entre sus brazos o con palabras de ánimo ante mi destruido corazón. Siempre ha velado por mí y por Blaze – explicó entristeciendo su mirada –¿Cómo puedo yo ahora hacerla pasar por eso? De tan sólo pensar que sufrirá como yo lo hice, que su mundo se hará añicos, que el hombre que ha creído que era destinado para ser para ella no...
–¿Intentas protegerla a ella o a ti? – interrumpió Shadow su monólogo. La mirada de Amy se fijó en él con clara sorpresa ante lo que decía –Me parece que proyectas todo el dolor que has vivido con mi hermano en una situación familiar – puntualizó sorbiendo un poco más de café.
–¿Qué? ¡No! – negó sin convicción –Tú no entiendes ¡Yo la vi sufrir mucho antes! No quiero que vuelva a sufrir nuevamente, no quiero ser yo quien cause ese sufrimiento... no puedo ser yo quien la haga saber que el amor predestinado no existe... que su cuento de hadas...
–Madura de una vez, Rose – regañó Shadow, ya cansado de escuchar las patéticas excusas de la eriza –El amor de cuento de hadas no existe, y no importa que tanto quieras hacerle creer que habrá alguien perfecto para ella, la realidad es, que es posible que eso jamás sea así – los ojos de Amy se inundaron de lágrimas ante sus crudas palabras –Es mejor romperle sus ilusiones ahora, sea como sea pasará de cualquier manera.
–¡¿Tú cómo lo sabes?! – espetó Amy molesta –¡Jamás te han roto el corazón! ¡Tienes una relación perfecta, una novia perfecta! ¡¿Cómo sabrás sobre el miedo de no ser suficiente?! ¡El saber que afuera hay alguien mejor que...
–¿Acaso estás loca? – interrumpió Shadow viéndola con molestia –Mi relación dista en ser "perfecta" – aclaró, bufando con molestia –¿Crees que es fácil para alguien como yo abrirse emocionalmente con alguien? o ¿Qué esto no ha causado más de una vez conflictos entre María y yo?– resopló con molestia, enfatizando su ceño fruncido –¿Tienes una idea de lo duro que es saber que eres tú el del problema y a su vez no saber cómo arreglarlo porque simplemente no puedes confiar en que tu pareja realmente quiera quedarse a tu lado por considerarte el peor partido posible?
Los ojos de Amy se abrieron de par en par ante la confesión del erizo negro; era la primera vez que Shadow hablaba de algo tan personal y delicado, jamás lo había hecho antes.
Shadow la vio con espanto al notar que había dicho demás. Un intensó sonroje cubrió su rostro y de forma inmediata le desvió la mirada, ocultándola de la curiosa de la eriza. Amy suavizó sus facciones para verlo con condescendencia.
–No sabía que te sentías así– murmuró la eriza con suavidad –Si necesitas hablar...
–Esto no se trata de mí – cortó para verla con una mirada afilada y un mohín de pocos amigos –Y no necesito esa mirada de lastima sobre mí – se paró enfurecido para encaminarse a la cocina.
–¡N-No es mi intención! – se disculpó Amy de forma precipitada –¡No quería...– una pelota golpeó su cabeza con fuerza haciéndola callar abruptamente.
Amy volteó a ver a Kuro, quien la miraba con molestia para así sacarle la lengua y luego volar hacia la cocina donde yacía Shadow, dejando su taza en el lavatrastos. Vio a la chao buscar con cierta timidez la mano del erizo negro, quien le dedicó una sonrisa, para así acariciarla suavemente; disipando cualquier expresión de molestia previa.
–El amor es difícil – habló Shadow nuevamente mientras acariciaba a Kuro, sin ver a la eriza en ningún momento –En especial cuando te han lastimado antes – sus ojos se fijaron en Amy de manera penetrante –Y tú no puedes evitar a nadie de pasar por el rocoso camino de la decepción, ni siquiera a tu mejor amiga.
Amy no respondió a sus verídicas palabras, de nuevo esa mirada distante y taciturna se albergó en sus orbes color esmeralda. Shadow caminó de nuevo hacia ella para con delicadeza colocar a Kuro sobre sus piernas, tomando a la eriza por sorpresa al ver al Dark Chao que ahora le sonreía y con afecto buscaba su mano, incitando a una caricia. Amy sonrió ante eso.
–Hay algo que creo que no entiendes – habló el erizo negro, captando su atención –Tú ya no eres la misma niña de 12 años que rogaba por un amor no correspondido – le recordó –Y Sonic no es el mismo atarantado que no sabía qué quería o cómo expresar lo que se siente; ambos son adultos que a pesar de sus defectos y errores han decido emprender una relación adulta y funcional.
–Tal vez hay demasiados defectos... – murmuró Amy sintiendo sus ojos inundarse de lágrimas nuevamente, las cuales empezaron a sobresalir de sus ojos –A veces me siento como alguien defectuosa – su voz se quebrantó para que las primeras lágrimas recorrieran sus mejillas –Realmente quiero estar con él... pero alguien me destruyó hace tanto que no estoy segura de haberme reconstruido del todo...– un dolor en su pecho se hizo sentir– Antes creía que el amor lo vencía todo, que si hacía todo bien él me elegiría siempre, que si le demostraba una y otra vez que no habría nadie mejor para él que yo, me amaría con locura y todo estaría bien– un mohín duro y déspota se pintó en su rostro –Pero no fue así, no fue nada parecido. Alguien no sólo destruyó mi idea del amor, sino de todo lo que representa– confesó sintiendo de nuevo las lágrimas recorrerla –Tengo tanto miedo a que esto sólo sea una burbuja que explotara en mi cara de nuevo, solo para hacerme ver que yo no estoy destinada a ser amada de verdad– un sollozo se escapó de entre sus labios –No quiero pensar eso, pero no puedo evitar estar aterrada constantemente – reveló sintiendo como todo ese dolor guardado salía por fin.
Kuro limpió gentilmente su mejilla viéndola curiosa ante el despliegue de emociones de la eriza.
–Rose – murmuró Shadow suavizando su mirada.
–¿Y si él hace lo mismo? ¿Y si también se va y me termina de destruir? – un sollozó desconsolado salió de sus labios –No creo poder volverme a poner en pie, no creo...
Amy sintió como Shadow colocaba su mano sobre la de ella, captando su atención. Su mirada bañada en lágrimas se dirigió a él. Era la primera vez que Shadow tenía alguna muestra de afecto hacia ella.
–Te pondrás de pie – aseguró Shadow apretando su mano con fuerza –Si él se va y caes, te pondrás de pie – aseveró para que las lágrimas de ella cayeran como cascadas por frías mejillas –Pues yo estaré ahí para asegurarme de que pase.
Amy recostó su cabeza sobre el pecho del erizo negro, sintiendo una mezcla entre desolación y confort al mismo tiempo mientras las lágrimas del desahogo seguían su curso. Shadow soltó un suave suspiro para así rodear un brazo alrededor de la eriza, quien se aferró a la playera negra del erizo y ahí, en medio del abrumador silencio, no hizo falta decir palabras.
¡Hola mis queridos lectores! ¡Lamento la tardanza! Pero mi trabajo me ha consumido mucho más de lo esperado, sin embargo, aquí regreso, tarde, pero aquí estoy. ¡Gracias a todos por sus comentarios del capítulo anterior! Yo sé que todos desean que Amy pueda empezar a ponerse de primero, pero como vemos sus motivos son un poco más complicado que sólo no lastimar a Sally.
En fin, sin decir mucho, más que nos estamos acercando a la recta final de esta historia luego de dos años!!! Su autora se despide. Kat fuera.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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