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Capítulo 45: Una Noche de Pareja


Entraron corriendo a la casa luego que la lluvia aparecía inesperadamente a la mitad de la cena.

–No lo puedo creer – murmuró Aleena exprimiendo su larga cabellera –Se suponía que no llovería – se quejó para ver con decepción el ventanal que daba al jardín –Mi cena se arruinó – dijo con pesar.

–Pues, ya casi habíamos terminado de comer – intentó animar Sonic con una cálida sonrisa a su madre.

–Concuerdo – asintió Shadow para ver los platos casi vacíos –A excepción del pastel – murmuró soltando un suspiro.

María rio por lo bajo ante las palabras de Shadow, quien al escucharla reír le desvió la mirada con sus mejillas teñidas de un suave carmín, ocasionado que la eriza de mechones dorados lo vieran con ternura, lista para decirle que ella se encargaría de conseguirle otro pastel cunado un ataque de tos se lo impidió.

–¿Estás bien? – preguntó Shadow al acto, para que ella asintiera con la cabeza, tosiendo fuertemente. El erizo negro la vio con preocupación. –Será mejor que nosotros nos vayamos, María debe de descansar y la lluvia parece que sólo empeorará.

–Oh, claro, entiendo – asintió Aleena que sabía del estado delicado de la eriza rubia –Entonces Sonic se quedara a ayudarme a limpiar todo.

–Espera ¿qué? – soltó el erizo azul para ver a su madre alarmado –La lluvia está empeorando, si no salimos ahorita no...

–Lo lamento Sonic, pero yo no puedo manejar de noche – interrumpió Aleena alzando los hombros en señal de desinterés.

–¿Qué? ¡No! Tú no tienes que conducir, yo...

–No esperas que te deje con mi automóvil ¿o sí? – le cortó Aleena para verlo con una mirada maliciosa –Tú y Amy puede quedarse a pasar la noche aquí, mañana yo te llevaré a tu apartamento.

–¡¿EH?! – exclamaron Sonic y Amy al unísono.

–Bien, todo resuelto – dijo Shadow para quitarse su chaqueta y colocarla sobre los hombros de María –Nosotros nos vamos.

–¡N-No! – detuvo Sonic –¡Podemos irnos con Shadow!

–No – espetó el erizo negro empezando a caminar.

–¡¿Qué?! ¡¿Por qué no?!

–No hay espacio – respondió Shadow sin interés –Hasta luego Madre – se despidió el erizo negro –Rose – asintió con la cabeza.

–¡Tienes un maldito Jeep! – se quejó Sonic para verlo con el ceño fruncido –¿Qué? ¿Acaso tu ego ocupa demasiado espacio?

–Suerte Faker – le sonrió con malicia, haciendo rabiar al erizo azul –La necesitarás – dijo por último para cruzar el umbral junto a su pareja.

–¡Eres un...

–Sonic – amenazó su madre al escucharlo hablar, obligando al erizo azul a callar quien bufaba molesto. –No veo por qué estás tan exaltado, Amy tiene ropa con ella ¿No es cierto linda?

–Ah... pues.... – murmuró la eriza, incómoda. Claro que la tenía, pero no significaba que quisiera quedarse a dormir ahí.

–¡Ves! Y tú tienes ropa aquí también, así que no hay problema – dijo Aleena con alegría para tomar rumbo de nuevo al jardín y buscar una sombrilla para entrar los platos.

Sonic la persiguió con el ceño fruncido en su rostro. Una cosa era obligarlos a participar de aquella estúpida cena familiar y una muy diferente obligarlo a quedarse a dormir junto a Amy. Algo no estaba bien.

–Dime la verdad – habló el erizo quien salió a la intemperie sin paraguas sintiendo la lluvia caer sobre él.

–Sonic, te resfriaras si no...

–¿Por qué quieres que Amy y yo nos quedemos? Deja los juegos mamá, te conozco, tramas algo ¡y quiero saber que es! – habló con fastidio.

La sonrisa de Aleena se borró al acto para que una mirada intensa se posara sobre su hijo, ocasionando que la expresión molesta del erizo azul se disipara ante la mirada gélida de su madre.

–Los vi peleando – musitó Aleena suavemente, ocasionado que Sonic alzara una ceja ante sus palabras –En el parque, escuche a la distancia la pelea, sé que no están bien y sé que lo que ella intentaba hacer antes de que yo intercediera – explicó, ocasionando que el erizo azul abriera sus ojos con sorpresa –Es obvio que sea lo que sea aún no lo han arreglado pues durante la cena no cruzaron palabra alguna.

–Mamá...– soltó Sonic un pesado suspiro para restregar sus ojos –No te metas – pidió con cansancio en su voz –Esto es asunto entre Amy y...

–No quiero volver a verte con el corazón roto otra vez Sonic – murmuró Aleena ocasionado que el erizo azul le desviara la mirada ante sus palabras. Aleena colocó una mano sobre su hombro cubriendo a su hijo de la incesante lluvia para así dedicarle una cálida sonrisa. –Además, Amy es una chica fabulosa y creo que necesitan un tiempo para estar a solas y hablar ¿no te parece?

–Mmm... sí, pero aquí no es el lugar para...

–¡Si te llevo a casa ella ira a su apartamento y tú al tuyo y el problema se hará peor! – dijo preocupada.

Sonic le desvió la mirada, incapaz de encararla; olvidaba que su madre no sabía de la situación de vivienda de Amy, tenía sentido que quisiera "ayudarlos" de esa forma. Soltó un suave suspiro para así asentir con la cabeza, tampoco se lo diría, después de todo ya era bastante complicada la situación en ese momento sobre lo que su madre pensaba de ellos dos.

–Así que ayúdame – habló Aleena para entregarle una pila de platos sucios en las manos –Y agradécemelo después – sonrió divertida.

–¡No, espera! – suplicó Sonic –¡No puedes...

–Puedo y lo haré – completó para adentrarse a la casa.

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Amy observaba la escena desde los adentros de la casa con curiosidad, parecía que Sonic le reclamaba por su decisión de obligarlos a quedarse. Realmente esperaba que pudiera convencerla de dejarlos ir, sin embargo, Amy observó como aquella expresión de molestia que Sonic había mantenido se desvanecía lentamente mientras Aleena parecía decirle algo en un tono más serio.

Amy soltó un pesado suspiro admitiendo la inevitable situación; distinguió a la distancia como la típica sonrisa traviesa de Aleena se posaba nuevamente sobre sus labios para luego encaminarse nuevamente a los adentros de la casa donde ella aguardaba por ellos.

Sonic había fracasado miserablemente; era obvio que se quedarían.

–¿Amy podrías ayudar a mi hijo con los platos? mientras iré a cambiarme estas ropas mojadas – pidió Aleena cordial al entrar –Esta anciana puede cachar una pulmonía si se mantiene así.

–Claro – asintió Amy con la cabeza.

–¡Genial!

Sonic entró con los platos de la cena, soltando un pesado suspiro mientras Amy miraba Aleena perderse en las profundidades de la casa. No había caso en luchar contra lo inevitable, ni contra las órdenes inflexibles de Aleena. Se dirigió a la cocina por igual para ver a Sonic quien ahora colocaba los platos en el lavatrastos. No se miraba particularmente feliz.

–Amm... – murmuró Amy para acercarse con cautela al erizo azul, si algo había aprendido en esos meses a su lado era no perturbarlo cuando estaba de mal humor –Supongo que no lograste convencerla...

–No– espetó Sonic irritado para abrir la llave del agua y dejar el agua correr –Nos quedaremos hasta mañana – soltó un pesado suspiro.

–No es problema, quiero decir ya dormimos juntos en...

Amy calló de golpe para desviar la mirada; el erizo azul la imitó, pues su enunciado podía interpretarse de otras formas. Un silencio incómodo se creó entre ellos, naciendo de la incapacidad de ambos de poder abordar el tema.

–Sonic – murmuró Amy en voz baja ocasionando que la volteara a ver atento. –Sobre... respecto a lo de antes... – intentó decir mordiendo sutilmente su labio inferior.

El erizo azul le desvió la mirada para que la culpa y tristeza se albergaba sobre sus pupilas, esa era la mirada expectante a una mala noticia. Amy se alarmó ante ello, no quería que pensara que terminaría con todo, aunque no podía culparlo por pensarlo. Tenía que hablar y tenía que hacerlo ahora.

–Amm... – calló ella abruptamente.

Eso era más difícil de lo que pensó ¿por dónde debería de empezar? Había tantas cosas que quería decirle y a su vez no sabía ni cómo abordar ninguna de ella. De nuevo aquella pared invisible empezaba a construirse en medio de ambos, imposibilitándole acercársele.

Amy sentía que la tensión entre ambos la asfixiaba y la distancia entre ellos acrecentarse; él estaba ahí, frente a ella, pero se sentía tan lejos, casi inalcanzable. Sintió la mirada expectante de Sonic sobre ella ante su diálogo inconcluso; tenía que decir algo ¡Lo que fuera!

–¡Y-Yo secó! – habló Amy nerviosa para buscar una toalla de cocina.

De acuerdo, admitía que eso no era.

Sonic la vio con cierta sorpresa, pero ahora se miraba más relajado; no le sorprendía, ellos nunca hablaban sobre sus problemas, ahora que lo pensaba siempre había sido así desde que ella había regresado a la ciudad. Una pésima costumbre si alguien le preguntaba.

–Seguro – asintió el erizo regresando su mirada a la tarea y empezar a lavar los platos en silencio.

Amy mantuvo su mirada en él, quien mantenía una expresión pensativa en su rostro. Sus ojos lo admiraron de forma indiscreta, era extraño verlo tan serio y debía de admitir que se le miraba muy guapo. Sus mejillas se pintaron de un suave carmín ante ese último pensamiento mientras una sombra de sonrisa se formaba en sus labios. No podía evitar pensar de él de esa forma y una de las ventajas de la relación que tenían en ese momento es que no tenía que hacerlo.

De nuevo su mirada traviesa recorrió su cuerpo de manera inconsciente, viendo su amplio tórax, y aquellos músculos marcados por los constantes entrenamientos, para así bajar a su abdomen para detener en su... Amy volteó su cabeza velozmente al frente, sonrojándose con intensidad. ¡No era momento de pensar en eso! ¿Qué estaba mal con ella? La eriza soltó un suave suspiro ante ese pensamiento; no era un lugar a donde quisiera ir en ese momento.

–Lamento lo de antes – soltó Sonic de pronto, tomándola por sorpresa –Sobre lo que dije antes– murmuró el erizo para verla al fin. –Lo siento...

Amy no supo cómo reaccionar, parecía que ella no era la única que estaba luchando con su mente tribulada.

–Yo también lo lamento – murmuró la eriza rosa, desviándole la mirada.

Ambos permanecieron en silencio, sin decirse nada más. Tanto Sonic como Amy sabían que una disculpa no sería suficiente esta vez para arreglar las cosas entre ellos, esta vez no. Ambos soltaron un pesado suspiro al mismo tiempo para voltearse a ver y sonreírse.

–Amm...– murmuró Sonic rascando la parte trasera de su cabeza –Será mejor terminar con esto antes que mi madre tenga otra brillante idea – soltó con un pesado suspiro y de nuevo prestar toda su atención hacia los platos sucios frente a él, evadiéndola.

Amy abrió la boca intentando decir algo más, pero la verdad era que las palabras no salían de ésta. Odiaba eso, estaba segura que su yo de secundaria habría soltando todo lo que sentía sin reparo. Amy abrió sus ojos de golpe ante ese último pensamiento para que un recuerdo llegara de pronto a su mente:


"Sonic es muy malo para usar las palabras, creo que por eso nunca pudo decirte lo que sentía en ese entonces, pero todos en casa sabíamos que gustaba de ti".


–Hey Sonic...– habló Amy para apretar sus puños con fuerza y con una mirada titubeante ver al erizo quien seguía ocupado con los platos frente a él –¿Es cierto que te gustaba en la secundaria? – preguntó sin reparo mientras un intenso rubor cubría su rostro por completo.

Sonic abrió sus ojos de golpe ante la pregunta que lo tomó por sorpresa, soltando el plato que tenía en sus manos ocasionando que éste se cayera al suelo quebrándose en mil pedazos.

–¡D-Demonios! – maldijo el erizo azul con nerviosismo para agacharse velozmente y tomar los pedazos del suelo.

–¡N-No, espera, vas a...

Un dolor punzante en su mano lo hizo soltar una de los pedazos maldiciendo por lo bajo mientras una expresión de dolor se pintaba en su rostro. Sonic vio la palma de su mano para ver una cortada sobre ésta que empezaba a teñir su guante de sangre. De nuevo había perdido el temple, pero esta vez no era de menos.

–¡¿Estás bien?! – la voz de su madre lo alertó para ver a Aleena aparecer de pronto en la cocina y correr hacia él.

–No es nada – habló Sonic tomando un trapo de cocina y presionar en la herida.

–Claro que lo es – contradijo Aleena con una voz seria –Ve arriba, ya preparé tu habitación y en el baño hay un botiquín, puedes limpiarte allá.

–De acuerdo – asintió Sonic sin pelear, pues eso le daba la perfecta excusa para irse y calmar un poco su mente.

–Amy ¿podrías ayudarlo? – pidió Aleena con dulzura –Sonic siempre ha sido muy torpe para...

–¡P-Puedo solo! – se anticipó Sonic a decir.

–No digas tonterías, además Amy también debe de ponerse ropa seca o se resfriara – ordenó –Vayan, yo me haré cargo de todo aquí.

Amy asintió con la cabeza para escuchar a Sonic intentar negarse un par de veces más, sin éxito alguno. Había olvidado lo autoritaria que la madre de Sonic. Soltó un suave suspiro para así tomar la mano sana de Sonic, haciéndolo callar ante el contacto para así decirle:

–Ven, déjame ayudarte – pidió con una pequeña sonrisa.

Sonic le desvió la mirada, resoplando en señal de resignación. Amy empezó a caminar fuera de la cocina para ser seguido por él, en silencio.

Según como andaban el nerviosismo empezaba a acecharla en la oscuridad, mientras su mente parecía darle una clara invitación al mismo, pues ahora que lo pensaba ambos iban a la habitación de él.

Amy sintió su corazón tamboritear sin control mientras sus manos empezaban a sudar por la ansiedad, agradecía que sus guantes blancos ocultaran lo que su cuerpo gritaba sin control. Se detuvo frente a las escalares para que su mirada siguiera las mismas a lo que sería la segunda planta, donde la recámara de él los esperaba. Amy sintió una ola de calor recorrerla ¿En serio acompañaría a Sonic a su habitación? ¿Por qué aquello se miraba tan inadecuado?

–Andando – ordenó Sonic en suave voz para así adelantársele, sin soltar su mano.

El rostro de la eriza rosa yacía cubierto de un manto color carmín mientras ella lo seguía sin poder articular palabra alguna, sintiendo su corazón en su garganta. No entendía qué le pasaba, es decir ellos ya compartían una habitación en el apartamento de él ¿por qué esto se sentía diferente? Tal vez era porque ella no conocía la habitación de Sonic de su casa de infancia o porque siempre pensó que el día que él la llevaría a ésta sería con intenciones que él claramente indicó no se darían.

Después una silenciosa caminata Sonic se detuvo frente una puerta color marfil para así abrir la misma con aquella expresión estoica, soltando al fin su mano. Amy dirigió su mirada a la misma, sintiendo la falta de su tacto sobre ésta, casi como informando que dentro de su recámara no eran una pareja. Ese último pensamiento dolió.

–Pasa – habló Sonic al verla de pie en le umbral.

–¡A-Ah, sí, sí! – asintió Amy entrando a prisa y cerrando la puerta tras de ella.

Escuchó el sonido de la puerta al cerrarse quedando a solas en la recámara. Sonic tragó pesado sintiendo sus manos temblar de manera imperceptible, mientras un vacío en su estómago empezaba a formarse ¡¿Por qué demonios estaba tan nervioso?! Ambos ya compartían una habitación, incluso una cama y jamás había sido un problema ¿por qué esta vez se sentía tan diferente?

Sonic desvió su mirada de ella para fijar su atención a la cama pulcramente arreglada en donde la mochila rosada de ella yacía encima, su madre seguramente la había dejado ahí. Un momento... el reconocía esa mochila, esa mochila era la misma que ella había llevado aquel día en las duchas, aquel día en donde ellos casi...

–Porque no te cambias, mientras yo iré por el botiquín para arreglar esto – dijo Sonic tan casual como le fue posible en un intento de acallar sus propios pensamientos.

Quería verse tranquilo ante la situación que era obviamente sólo estresante para él. No le dio tiempo a responder para así buscar refugió en el baño cerrando la puerta detrás de él en un patético intento de huir de ella o tal vez, de sus propios pensamientos.

Sonic apoyó sus manos sobre el lavabo por unos segundos soltando un pesado suspiro para así ver su reflejo. Tenía que guardar la compostura, la cual para empezar no sabía por qué estaba perdiendo; tal vez porque nunca antes Amy había entrado a su habitación en la casa de sus padres, la realidad era que ninguna chica lo había hecho; o tal vez era por las miles de insinuaciones que su madre le había dicho durante su estancia, las cuales ahora arremetían contra él sin descanso... o tal vez, tan sólo tal vez, era porque él sabía que el problema silencioso yacía encima de ambos cual pesada cruz era el hecho que él se resistía fervientemente a dar el siguiente paso, uno que podría solucionar en ese momento si así se lo proponía.

Sonic sacudió su cabeza bruscamente. Endureció su mirada ante el persistente deseo de su cuerpo y la resistencia de su mente, la cual le impedía llevarlo a cabo, es decir, ¡Carajo! Cada vez era más complicado simplemente mantener la distancia con ella; y no era de menos, después de todo su cuerpo había desarrollado exquisitas curvas que se moría por volver a recorrer con sus manos, su mirada antes llena de inocencia infantil ahora tenía una picardía que se disfrazaba tras una cálida mirar. Moría por verla una vez con aquellos ojos inundados en lujuria y...

–Maldita sea...– murmuró para colocar una mano sobre su rostro.

Sonic soltó un suspiro intentando no dejar que su mente divagara en lugares que no era momento de divagar, tenía suficientes problemas, demasiados realmente para agregarle otro a la lista.

Sonic observó su mano lastimada para así ver una herida superficial, ya no sangraba.

–Les dije que estaba bien– bufó molesto.

Sonic buscó bajo el lavabo para ver la pequeña caja con implementos médicos que su madre le había dicho, por el momento atendería un problema a la vez, el más pequeño de todos, pues si no vendaba aquella ridícula cortada su madre era capaz de tenerlo como rehén en su propio hogar por una semana completa.

–Déjame ayudar – la voz de Amy a sus espaldas lo estremeció para soltar el botiquín, esparciendo su contenido.

–¡Rayos! – soltó, perdiendo todo el temple que había intentando mantener. No la había escuchado entrar al baño, el cual ahora estaba con su puerta abierta.

–Lo lamento, no pretendí asustarte – dijo Amy con una sonrisa nerviosa para así hincarse y recoger los diferentes suplementos médicos velozmente. –Yo me encargó.

Sonic la observó extrañado; ahora que lo pensaba desde que había regresado de su ridícula ida al centro Amy se miraba de mejor humor, incluso parecía haber olvidado la pelea de aquella tarde.

Sonic suspiró de forma imperceptible. Seguramente Shadow había conversado con ella y había logrado hacer lo que él no podía... hablarle y resolver el problema. Ahora entendía por qué ella había gustado de su hermano, su relación distaba por mucho de la que ellos ahora mantenían, una llena de tensión y malos entendidos. De no ser porque Shadow ya tenía pareja, él mismo le recomendaría olvidar esa pequeña aventura e intentar volver a conquistar a su fastidioso hermano mayor.

–¿Qué? – soltó Amy al sentir su mirada sobre ella.

–A-Ah... nada – desvió su mirada velozmente.

Tenía que ser una broma; ahora estaba celoso de su hermano. No podía haber caído más bajo.

–Ven, dame tu mano – pidió Amy ya habiendo terminando de guardar todo y así ponerse en pie.

–No tienes que hacerlo – se negó. Estaba irritado, irritado por una estúpida razón y él lo sabía. Sonic soltó un suspiro para pasar su mano entre sus púas, cansado de todo ese día que no parecía tener fin –Dame acá, yo...

–Oh vamos, dame tu mano – insistió Amy con un tono de voz más serio alejando el botiquín de su alcance.

–En serio, puedo hacerlo por mi cuenta – dijo Sonic intentando alcanzar el botiquín, el cual ella de nuevo movía lejos de su alcance nuevamente para retroceder un par de pasos de él.

–Ya te dije que me dieras tu mano – frunció Amy el ceño al ver como él insistía en quitarle el botiquín retrocediendo de su alcance y salir del pequeño baño seguido de cerca por el erizo azul.

–Y yo te dije que puedo hacerlo por mi cuenta – espetó Sonic viéndola con el ceño fruncido por igual.

–¡Sonic the Hedgehog dame tu mano! – ordenó Amy con molestia.

–¡Maldición Amy dame el maldito botiquín! – exclamó él para intentar arrebatárselo.

Amy alzó su brazo al aire moviendo el botiquín lejos del alcance del erizo azul, quien era persiste, haciéndola retroceder a ciegas en un intento de evitar que le arrebatara aquella caja de insumos médicos cuando sintió como sus piernas topaban con algo tras de ella para sentir su cuerpo caer de espaldas y como acto reflejo tomar a Sonic por la playera arrastrándolo junto a ella.

Ambos cayeron sobre la cama de él. Sonic sintió como el pequeño cuerpo de ella amortiguaba su caída y como acto instintivo colocó ambas manos de lado a lado de la cabeza de la eriza rosa levantándose sutilmente para fijar su vista sobre ella. Sus cortos mechones de cabello yacían de forma dispersa sobre las sábanas azul oscuro; observó las mejillas de Amy teñirse de un suave color rojizo ante la posición comprometedora, haciéndolo tragar pesado.

Sonic observó el pecho de la eriza subir y bajar de forma acelerada, seguramente por la cercanía; sus ojos se situaron sobre la expresión de exquisito bochorno que se dibujaba en aquellos ojos esmeraldas que lo miraban de forma febril, casi como queriendo ocultar lo que realmente deseaba. Sonic tragó pesado para ver la boca entreabierta de ella, una que lo invitaba abiertamente.

Amy sintió su rostro sonrojarse intensamente para con un vistazo rápido fijar su mirada en la rodilla del erizo que yacía entre sus piernas, haciéndola sonrojar intensamente al sentirlo tan cerca de su intimidad, la cual gracias a la falda que llevaba se sentía expuesta. Amy ladeó su cabeza a un lado para apartar su mirada de él, viéndose atrapada entre sus brazos, tragando pesado. Cerró sus ojos con fuerza en un intento de calmar su cuerpo empezaba a reaccionar a la adrenalina y la excitación.

–L-Lo lamento...– farfulló la eriza rosa, intentando distraer su mente –N-No fue mi intención –completó Amy con nerviosismo para así abrir sus ojos lentamente y dirigir los mismos a la mano herida del erizo azul –Ammm... será mejor atender eso – murmuró para por fin atreverse a verlo, quien tenía una extraña mirada en sus pupilas –¿Sonic? – llamó.

–Dime algo – habló con una grave voz, haciéndola estremecer ante la caricia auditiva – ¿Por qué deseas estar conmigo? – preguntó suavizando su mirada.

–¿Eh? – exclamó para verlo con clara sorpresa.

–Sólo... – intentó el erizo azul poner en palabras aquello que su corazón le gritaba y su mente contradecía.

Para este punto ya no estaba seguro qué era lo que los hacía insistir, al menos, no del lado de ella. Él cometía error tras error y ella, y ella seguía ahí... o eso creía, ya no estaba seguro.

–Porque...– murmuró Amy sintiendo sus mejillas emitir un suave sonroje por el calor sobre éstas –Realmente... realmente creo que nos complementamos – respondió con bochorno.

No era fácil hablar de nada de eso, menos en la posición indecorosa en la que se encontraban y a su vez, estaba logrando por fin comunicarse con él, posiblemente porque no tenía escapatoria esta vez.

–Eres amable y aventurero – continuó Amy para que una pequeña sonrisa se posara sobre sus labios color cereza –Tus amigos están antes que cualquier cosa, incluso antes que tú; y aunque no lo admitas – pausó para expandir su sonrisa y así acariciar su rostro afectuosamente con una mano, ocasionando que el erizo se estremeciera ante el gentil contacto de su mano sobre su mejilla –Eres tierno y muy considerado – soltó con dulzura –Eres de lo peor para hablar sobre lo que sientes o piensas realmente, pero luego haces los gestos más dulces que me hacen saber de forma transparente qué piensas o... – su sonrisa se empezó a desvanecer lentamente –O casi siempre – completó con un dejo de decepción en su voz.

Amy le desvió la mirada alejando su tacto de él. Siempre había pensando que podría leer a Sonic por sus acciones y que sus palabras no serían necesarias, pero ese no era el caso. Sus acciones ahora la confundían y la lastimaban, quería creer y confiar en lo que Shadow le había dicho, pero la verdad era que no sabía si podría...

–Me gustas...– la voz de Sonic navegó en el viento.

Los ojos de Amy se fijaron atentamente al erizo azul, quien tenía sus mejillas pintadas de un intento carmín, uno que iluminaba su rostro. Era la primera vez que lo escuchaba decir eso... la primera vez que se lo confesaba.

–Y he pasado la mayor parte de mi vida negándolo – admitió el erizo amargamente, sintiendo el sonroje intensificarse.

–¿Por qué? – le cuestionó.

–Porque si me enamoro de ti... – susurró Sonic con su voz en su hilo –Y te vas... sé que no podré manejarlo – confesó desviándolo la mirada.

Amy abrió los ojos de par en par ante la confesión de él. Si algo sabía sobre Sonic era que odiaba mostrarse vulnerable, jamás decía lo que sentía realmente, menos sus profundas inseguridades y pensamientos; por lo general desviaba el tema con alguna broma tonta o un comentario mordaz. Él lo estaba intentando, realmente estaba intentando hacer que eso funcionara. Sus ojos se nublaron para que lágrimas que nacían de una felicidad que se entremezclaba con un dolor latente brotaran de ella.

Sonic observó con sorpresa a la eriza quien ahora tenía sus ojos ahogados en lágrimas no estaba seguro cómo interpretar eso.

–¿Am...

–¡Tengo miedo de perderte! – exclamó Amy de pronto, ocasionando que Sonic la viera con sorpresa ante su abrupta confesión.

–Ames...– susurró el erizo azul sintiendo una extraña calidez recorrer su pecho, suavizando su mirada.

–Vivo aterrada a nunca ser suficiente para ti y que me dejes por no llenar las expectativas – admitió Amy sintiendo una punzada de dolor atravesar su pecho –Tengo miedo de...

Los labios de él sobre ella la hicieron acallar. Amy sintió como los suaves labios de él presionaban los de ella con dulzura borrando en ese momento cualquier miedo irracional que alguna vez invadió su mente y su ser. Cerró sus ojos lentamente para ceder ante el mar de emociones que ahora la invadía sintiendo como una lágrima se deslizaba de entre sus ojos para así enroscar sus brazos alrededor del cuello de él, atrayéndolo aún más hacia ella.

Amy sintió el cuerpo de él recaer suavemente sobre el suyo; pudo sentir su aroma embriagarla, su corazón golpetear su pecho y su mente nublarse de cualquier miedo o inseguridad. Él estaba ahí en ese momento, dándole el beso de su vida, uno que borraba con lentitud toda la inseguridad previa, toda las dudas, todo el miedo, o al menos así se sentía. De nuevo aquella hambre por cercanía brotaba en ella floreciendo como aquel pecado que se suponía no debería de cometerse jamás, sin embargo, esta vez no pensaba ver de guardarla... no más. Haría aquello que naciera de ella, recuperaría a la Amy que pensó que debía de borrar.

Entreabrió su boca para darle paso a la lengua de él y escuchó lo que era un jadeó ahogado por parte de él aferrándose aún más al erizo, sintiendo como la pasión empezaba a invadirla. Amy lo abrazó con fuerza y con un hábil movimiento lo hizo caer a su lado para así rodar junto a él y esta vez posicionarse sobre él.

Sonic vio a la eriza separarse de él luego de su pequeña hazaña y verlo así con una mirada ahogada en bochorno mientras una mueca que expresaba picardía se realzaba en la tenue luz de la recámara. Era la primera vez que la miraba así, y debía de admitirlo, le encantaba. Amy le sonrió de forma sugerente para que él le devolviera la misma sonrisa.

–Quiero estar contigo...– retomó Amy pausando unos instantes para que un suave sonroje se pintara sobre sus blancas mejillas por lo que le diría a continuación –Porque me gusta el erizo en el que te has convertido, Sonic– confesó con una mirada apenada y expresión de bochorno –Me gustas – completó dibujando una tímida sonrisa sobre su rostro.

Los ojos de él se abrieron de par en par ante la dulzura de sus palabras; ahora estaba más seguro que antes. Quería estar a su lado.

Sonic acarició suavemente su cabello entre sus dedos captando la atención de ella. Tomó su rostro suavemente para así imprimir un suave beso sobre sus tersos labios y por unos instantes quedarse viéndose fijamente, en silencio.

–Te lo había dicho antes ¿no es cierto? – le susurró Sonic con un dejo de diversión en su voz mientras pasaba un mechón de su cabello entre sus dedos, ocasionado que Amy lo viera con sorpresa –No es bueno que le digas cosas así a alguien como yo.

–¿Eh? – exclamó Amy para verlo sin realmente comprender sus palabras.

–Porque...

Sonic la tomó de los muslos para así halarla cerca de él y así él poder incorporarse. Amy quedó sentada sobre su regazo con sus piernas alrededor de su cuerpo para que una mirada juguetona y sonrisa sugerente se pintaran en el rostro del erizo azul.

–No me hago responsable de lo que pase después – completó Sonic, divertido.

Amy se ruborizó intensamente por la intrépida acción del erizo para acto seguido sonreírle sueltamente. Acarició con lentitud su pecho sintiendo su torso sobre la humedad playera que llevaba puesta; una dulce sonrisa de grabó en su rostro para que una mirada desafiante y juguetona se posara en sus pupilas.

–A lo mejor... – murmuró Amy un tanto resistente, pero sin poder borrar aquella boba sonrisa de su rostro; se sentía feliz. –Es justamente lo que estoy buscando – completó para morder su labio inferior de forma sugerente.

Sonic le sonrió divertido por igual para así tomar su rostro con gentileza y aprisionar sus labios contra los de ella. Sus labios jugaron con los de ella para que la mano de él se deslizara lentamente hacía su cuello acariciándolo delicadamente, haciéndola estremecer por el contacto de las yemas de sus dedos sobre su cuello desnudo; continuó aquel camino trazado hasta tocar los pequeños huesos de su clavícula deslizándose lentamente hasta el borde de aquel suéter blanco escotado que vestía y que le permitía acariciar el nacimiento de sus senos, deteniéndose al acto.

Sonic rompió el beso entre ambos para que un mohín de abatimiento se pintara en su rostro. Amy lo vio expectante, con aquella respiración acelerada escuchando la suplica silenciosa de continuar.

–Lo lamento... – murmuró Sonic sin poder encararla –, pero no puedo...

–¿Qué? ¿Por qué? – inquirió Amy. De nuevo sus acciones se contradecían con aquello que él le había dicho recién.

Un silencio insufrible recorrió la habitación, uno que pesaba tanto como todas aquellas palabras que buscaban la salida de su boca. Sonic subió su mirada para ver la expresión disconforme en el rostro de ella, era obvio que ella no miraba las cosas como él lo hacía.

–Sé exactamente lo que ibas a decirme está tarde en el parque, Ames – soltó un pesado suspiro para cerrar sus ojos con pesar.

Los ojos de Amy se abrieron de golpe para que una expresión de culpa y vergüenza se pintara en su rostro. Era cierto, ella había pensando en terminar todo luego de su acalorada pelea, pero no era algo que pensaba en ese momento.

–La cosa es Amy– empezó soltando un suspiro –Sé que cometo errores y estoy consciente de todas las veces que te he lastimado por las cosas que he hecho o por mi falta de filtro al momento de hablar – admitió con una culpa tan pesada como el deseo que ahora lo consumía –Y lo cierto es que no puedo prometer que no cometeré algún otro error tan grande que tú... – calló para sintiendo un dolor intenso en su pecho; decirlo en voz alta era más doloroso de lo que pensó. Sonic soltó un pesado suspiro para verla con incertidumbre y miedo –Si damos el siguiente paso y lo estropeo, te perderé para siempre... lo sé – admitió amargamente para cerrar sus ojos con pesadez –Por eso no quiero apresurar nada antes de...

Amy lo besó dulcemente en los labios, haciéndolo callar, para que una expresión de sorpresa se grabara en el rostro del erizo azul. No esperaba esa reacción.

–Entiendo – habló Amy separándose unos cuantos centímetros de él.

Los ojos de ella se engancharon en los de él mientras una pequeña sonrisa se esboza en su rostro, robándole el aliento.

–¡P-Pero no es que no quiera! – se apresuró Sonic a decir, evitando crear más malos entendidos –¡Por favor no pienses que no te deseo porque no es el caso!

La expresión de Amy cambió radicalmente ante sus palabras, viéndolo de una forma que no supo interpretar. Demonios, ¿De nuevo lo había arruinado? Sonic se quedó sin respirar, esperando una respuesta por parte de ella, un sonido, una mirada, algo que... un abrazo repentino interrumpió sus pensamientos. Sonic sintió los brazos de ella rodearlo febrilmente. Amy hundió su cabeza entre su cuello, ocasionando que él la viera anonadado por la reacción atípica a su parecer.

–Gracias... – la escuchó decir mientras afianzaba su abrazo.

Sonic soltó el aire retenido para así corresponder el abrazo sintiendo que podía respirar nuevamente, esbozando una sonrisa imperceptible, embriagándose de la calidez de aquella sincera muestra de afecto. Amy era tan pequeña, tan frágil y tan suya... ese pensamiento lo hizo intensificar su abrazo.

La eriza rosa se separó de él para sonreírle abiertamente ocasionando que él le devolviera la sonrisa; por primera vez desde que habían empezado a salir todo se sentía en su lugar, todo se sentía correcto.

–Será mejor quitarnos está ropa mojada y ponernos algo seco – habló Sonic con una pequeña sonrisa, dando por concluido aquel momento de vulnerabilidad. Había sido demasiado, especialmente para él. –Tu suéter parece estar igual de húmedo que mi playera – señaló el erizo azul para acariciar suavemente sus brazos, sintiendo la tela fría debajo su tacto –No quiero pensar la pesadilla que será mi madre si ve que alguno de los dos se enferma – se quejó rodando sus ojos en señal de fastidio.

Amy rio divertida ante su ultimo comentario.

–Supongo que tienes razón – concordó la eriza sonriéndole abiertamente.

Sonic le sonrió para así soltarla en espera que se levantara de su regazo, o así fue cuando vio a Amy quitarse lentamente aquel suéter blanco que había vestido hasta ese momento y quedar así únicamente con delgada una blusa de tiras blancas que entallaba todo su cuerpo.

–¡¿Pero qué haces?! – Sonic sintió su rostro enrojecer de golpe viendo como Amy le sonreía abiertamente.

–Quitándome la ropa, como dijiste – habló cual hecho obvio.

–¡N-No me refería a...

Sonic silenció ante la sonrisa divertida en los labios de ella para que una mirada juguetona se albergara en sus pupilas color esmeralda de la eriza ¿Un juego? Sonic elevó la comisura de sus labios lentamente para que un brillo malicioso iluminara su mirada.

–Hmph, bien – bufó el erizo azul con una sonrisa escondida –Si ese es el caso...

Sonic tomó el extremo inferior de la fina blusa que ella vestía y con delicadeza levantarla lentamente empezando a ver su piel bajo ésta según como alzaba la misma. Subió su mirada para toparse con los ojos color esmeralda de ella, uno que lo miraban con clara sorpresa y anticipación, era obvio que ella no sabía que él era un experto en esos juegos. Una sonrisa confiada se pintó en los labios de él; Amy le sonrió complacida para así alzar los brazos al aire. Sonic la vio con cierto asombro, pues la expresión en el rostro de ella era una mezcla entre un claro deseo y a su vez... amor. Ese pensamiento lo hizo ruborizar. Era doloroso admitírselo a sí mismo, pero nadie lo había visto así antes.

Siguió con el recorrido quitando aquella blusa de manera lenta, dejando que sus ojos recorrieran la silueta de ella de manera escrupulosa, tragando pesado ante ello. Él se prometió no llevar la relación al siguiente nivel, pero Sonic estaba consciente que había muchos pasos para alcanzarlo; avanzar unos cuantos no estaría mal.

Sonic terminó de quitarle la blusa con extrema delicadeza, haciéndola tragar pesado. Sintió una onda de calor arremeter contra su cuerpo; sus mejillas, bañadas de un intenso carmín, demostraban bajo la tenue luz que la habitación les proporcionaba, sus emociones alborotadas.

Amy se puso de pie un tanto resistente por la distancia. Se puse de pie frente a él, quien lo miraba expectante; le sonrió con dulzura mientras una mirada de nerviosismo y emoción se albergaba en sus ojos. La mirada de Amy bajó lentamente para situarse sobre el cierre de su falda y luego dirigirse al erizo, quien captó su petición silenciosa. Sonic esbozó una sonrisa ladeada para acercar sus manos al cierre de aquella falda rojiza con unas manos temblorosas y así bajar el mismo lentamente.

Amy sintió una corriente eléctrica recorrerla ante la suave acción y ni siquiera la había tocado. Su falda cayó a sus pies quedándose únicamente en ropa interior frente a él. Retuvo el aire ante la parcial desnudes; observó a Sonic quien mantenía su mirada sobre ella, atento, sus ojos la acariciaban en silencio ocasionando que su cuerpo respondiera a ello. Cerró sus ojos sintiendo su cuerpo estremecer mientras una onda de calor que recorría desde su vientre se esparciera a todo su ser. En ese momento lo único que deseaba es que él la tocara, de alguna forma como fuera, de... Amy sintió algo abrigarla haciéndola abrir sus ojos al acto. Sonic había colocado sobre ella una blusa suelta, era la misma blusa de pijama que había llevado a la casa de Blaze y que yacía en su maletín.

–Te resfriaras – dijo Sonic de pronto para sonreírle dulcemente.

Amy le devolvió la sonrisa para asentir suavemente con la cabeza. Sus mejillas se pintaron de un suave color carmín ante la dulzura de su acción arreglándose correctamente aquella blusa y ver de pronto a Sonic con una rodilla en el suelo con el pantalón que complementaba el atuendo, en sus manos; ahora la estaba vistiendo. Amy sonrió ante eso viéndolo con gran ternura.

Colocó lentamente un pie tras otro en la prenda para acto seguido sentir como Sonic subía el pantalón de pijama lentamente mientras acariciaba de forma adrede sus piernas en el recorrido. Amy soltó un gemido silencioso al sentir el contacto de sus manos a través de la tela ocasionado que sus piernas temblaran sutilmente ante la caricia. Amy vio con deseo al erizo quien le esbozo una sonrisa ladeada y un tanto arrogante para así completar la tarea.

–Listo – habló Sonic acariciando su rostro suavemente con su mano para que ella se sonrojara ante la dulce caricia. –Será mejor que ambos descansemos– completó. Amy asintió con la cabeza.

El frío descendió mientras el tenue sonido de la lluvia que por fin se detenía armonizaba todo con su melodía nocturna. La tormenta se había disipado por fin y las nubes que una vez eclipsaron la luna se alejaban, dejando que el brillo de la misma alumbrara la habitación en penumbras. Amy se abrigó bajo las sabanas para así colocar su cabeza sobre la almohada y voltear al erizo azul quien soltaba un suave suspiro mientras dejaba caer su cuerpo sobre el suave colchón. Había sido un par de días extenuantes. Sonic la volteó a ver al sentir la mirada sobre ella y así sonreírle suavemente.

Amy se abrazó de él en un acto que tomó por sorpresa al erizo; colocó su cabeza sobre el pecho de él sintiendo sus mejillas sonrojar, ocultando sus ojos de él, un tanto avergonzada para encararlo; era la primera vez que hacía algo como eso.

Sonic rodeó sus brazos alrededor del cuerpo de ella en un cálido abrazo haciéndola sentir segura.

–Sonic... – murmuró Amy en suave voz, sintiendo como el sueño empezaba a invadirla.

–Mhm...– apenas respondió el erizo azul que poco a poco empezaba a cerrar sus ojos, cediendo ante el cansancio.

–Te quiero.

Los ojos de Sonic se abrieron de golpe para bajar su mirada a la eriza, quien persistía en ocultar su mirada de él.

–¿P-Por qué me dices eso de repente? – preguntó Sonic sintiendo como un intenso sonroje cubría su rostro.

–...Porque se siente correcto– murmuró Amy afianzando su abrazo un poco más, ocultando su rostro de él.

Sus mejillas ardían ante su suave confesión; jamás le había dicho nada como eso antes, ni siquiera como amigos, pero eso se sentía bien, se sentía correcto, por primera vez todo se sentía así.

Amy empezó a cerrar sus ojos dejándose llevar en aquel sueño maravilloso.

–...Yo también– el suave sonido de su voz la alertó, ocasionando que Amy subiera su mirada.

Sonic mantenía sus ojos lejos de ella y a pesar de la pesada oscuridad podía distinguir un intenso rubor cubrir las mejillas del erizo. Amy asintió con la cabeza mientras la felicidad la invadía para así acomodarse nuevamente sobre él. Esa era la primera noche que sentía que ellos eran una pareja real, que sentía que aquellas paredes que ambos habían construido tan fervientemente caían a sus pies.

¡Hola mis queridos lectores! Lo sé, casi dos semanas sin actualizar. Lo lamento, estuve sacando un curso y no tuve tiempo para poder terminar este capítulo (que podrán apreciar, es más largo de lo habitual) ¡Pero he regresado! El siguiente capítulo está en proceso y espero tenerlo listo para este viernes, sino, les pido un poco de paciencia pues esta semana se me ha juntado un poco más de trabajo de lo habitual.

¡Gracias a los que me escribieron para saber si estoy bien! No se preocupen estoy bien!!! Prometo notificar si vuelvo a atrasarme en lugar de desaparecer XD!!! 

En fin mis queridos lectores, sin mucho que decir hoy (o no publico dentro del fin de semana XD) su autora se despide. Kat fuera.



¡Gracias @La_Rola por esta hermosa imagen! Realmente estos pequeños detalles me inspiran tanto a escribir ¡Muchas gracias por el hermoso regalo!


¡GrAcIaS pOr LeEr!

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