Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 40: Pasiones Prohibidas


Salió tarde ese día de la universidad, era la tercera vez esa semana. Amy subió su mirada, el cielo aún se miraba parcialmente nublado, pero los cálidos rayos de sol podían colarse de tanto en tanto entre las nubes. Al menos no parecía que fuera a llover.

–No todavía – soltó Amy con una pequeña sonrisa según como caminaba por el campus vacío.

–¡Hey Sonic! – escuchó decir a sus alrededores.

Amy buscó el origen de aquella voz para ver la pista de atletismo a la distancia en donde el equipo parecía terminar su práctica. Caminó hacia la pista cercada por una malla de acero, quedando de pie tras la barrera cuadricula y ver así al equipo de atletismo reunido en la pista con una expresión de cansancio en su rostro.

–¡Debemos de mejorar esos tiempos azul, en especial si deseas ir a las nacionales! – habló el entrenador barrigón de pelo grisáceo mientras palmaba amistosamente la espalda del erizo.

Sonic le sonrió amistoso para asentir con seriedad y así tomar un largo sorbo de su botella de agua.

Amy dio un paso al frente al distinguir a Sonic entre todos. Una cálida sonrisa le fue arrebatada. La mirada de la eriza se prendió en él, sintiendo como la imagen frente a ella le robaba el aire. Sus ojos escudriñaron sin escrúpulos al erizo azul, fijándose como las gotas de sudor se deslizaban de manera lenta por sus largas púas; gotas que mostraban su iridiscencia a través de la poca luz que el día aún les proveía. El uniforme del equipo de atletismo era entallado al cuerpo para hacerlo aerodinámico, lo que permitía que pudiera apreciar los tonificados músculos a través de éste, cosa que no podía apreciarse en las playeras sueltas y chaquetas que Sonic tendía a usar en el día a día.

Amy se sujetó de la malla que la mantenía a una distancia más que considerable. Se dejó llevar en la seguridad del anonimato, recorriendo con su mirada el torneado cuerpo del erizo, admirando los músculos tensos por el ejercicio del día. Llevaba tiempo sin verlo así o de cualquier manera.

Luego de su cita en Casino Park sus horarios se habían traslapado y si tenía suerte lo miraba al llegar tarde de la universidad durmiendo plácidamente o bien, en las mañanas muy temprano; para este punto ambos sólo dejaban pequeñas notas en lugar muy específicos dejando algún mensaje que no pudiera mal interpretarse por si alguien lo encontraba, idea que había iniciado él sin previo aviso una mañana. Amy se ruborizó al recordar la pequeña colección de notas que ahora tenía, sintiendo su ritmo cardiaco acelerarse para que su sonrisa se ampliara.

Amy mordió su labio inferior, con su mirada clavada en él, mientras su mente traía el último beso que él le había robado bajo aquella noche de fuegos artificiales en donde había podido permanecer dentro de sus brazos. Sus mejillas se sonrosaron al recordar el calor de su cuerpo protegerla del frío y sus manos hacerla sentir aquella, ahora cada vez más común, sensación eléctrica con el simple roce de sus dedos.

–¡No se les olvide, mañana a las 6 en punto aquí! – escuchó decir al entrenador, despertándola. –¡Eso va para ti azul! – amenazó para que Sonic le sonriera divertido, sin descaro por sus atrasos matutinos –¡Buena práctica muchachos, hora de ir a las duchas!

Un intenso rubor pintó sus mejillas ante las últimas palabras del entrenador, sin poder desprender la mirada del erizo azul. Desde que habían empezado a salir Sonic ya no se cambiaba en su habitación o duchaba en el baño que compartían, así estuviera disponible. No entendía el por qué de repente había dejado de hacerlo.

–¡¿Qué estoy pensando?!– se dijo para darle la espalda al equipo, recostando la misma sobre la malla.

Amy tocó sus mejillas que ardían ante lo que su mente parecía sugerir. Deseo, uno que sólo se acrecentaba según la cercanía que formaba con él. Sacudió su cabeza suavemente, a penas estaban empezando a salir, ni siquiera podía pedirle un beso o mucho menos darlo para querer hacer algo más.

–...Además, una dama no debe de mostrar ese tipo de conductas– se recordó amargamente para estrujar su camiseta.


"¡Sólo las cualquieras buscan tanto el sexo como tú!"


Las crueles palabras de Infinite la golpearon. 

Amy sintió un escozor en sus ojos, mientras su mirada empezaba a empañarse por una serie de recuerdos dolorosos que, aunque no quisiera, aún la acompañaban.

Amy restregó sus ojos con fuerza, limpiando el dolor de su trauma; ella eso lo sabía. Las mujeres debían de ser siempre estas mujeres tímidas y abstenidas o de lo contrario nunca serían bien vistas... o jamás serían amadas correctamente.

Soltó un suspiro para así elevar sus ojos al cielo. Endureció su mirada, ¿por qué ella no lograba entrar en ese perfil? ¿por qué ahora que salía con Sonic empezaba a ser un poco más complicado lograr mantener el papel de mujer ideal? ¿Si ella se mostraba por su verdadera naturaleza sería rechazada nuevamente?

Amy cerró sus ojos ante ese último pensamiento, pues lo único que conocía era el rechazo. No podía ser muy cariñosa, o afectuosa; no podía decir cuánto amaba a alguien, ni ser provocativa; no podía tomar la iniciativa, ni enojarse demasiado... no podía reír muy fuerte, ni debía de ponerse de primero. Todo eso lo había aprendido en el pasado y había desembocado en quien era ahora, y si bien era cierto que ciertas cosas de su nuevo yo le agradaban más que el anterior, como no sofocar a otros o imponerse por sobre los deseos de alguien más, había otras cosas que no había podido borrar de ella, no realmente; sólo adormitaban... esperando su dulce despertar.

Suspiró pesadamente, no quería que despertaran, pero cada vez era más complicado dejarlas adormitadas, mientras que otras no parecían querer despertar así su vida dependiera de ello, como el poder hablar de todo eso con Sonic, como lo hubiese hecho posiblemente años atrás.

–... ¿Acaso Sonic pensará lo mismo que él? – murmuró Amy para que la imagen de Infinite llegara a ella, endureciendo su mirada.

Era posible que todos los hombres pensaran lo mismo. Soltó un suspiro. No tenía caso pensar en eso, pues de igual forma jamás se armaría de suficiente valor para preguntárselo a ninguno que ella conociera y confirmarlo.

–Pero...

La imagen de Fiona apareció en su mente. Ella seguramente no era en nada como ese ideal de mujer que se suponía los hombres adoraban; ella era directa, sin escrúpulos para hablar, siempre mantenía este aire de superioridad con cualquier y no tenía miedo a mostrarse libidinosa frente a nadie.

–En especial con él– masculló Amy con un obvio dejo de celos en su voz.

Aún recordaba aquella conversación entre Fiona y Sonic,  cuando ella había terminado encerrada en el baño del cuarto de Sonic en la fiesta que sus amigos organizaron los primeros días al ella llegar a la ciudad, una conversación que la había hecho perder el sueño las noches subsecuentes.


"Sé que te encanta ponerme en contra de la pared y luego sólo..."


Amy se abrazó sutilmente, cerrando sus ojos para que su imaginación la transportara a un lugar peligroso en su mente, uno al cual se abstenía en visitar. Se dejó envolver por aquella oleada de calor, mientras una fantasía demasiado familiar llegaba a ella. No podía evitarlo; se estremecía de sólo pensar en un Sonic dominante que gustaba de...

–¡Basta, basta, basta! – se regañó abriendo sus ojos de golpe y así revolver su cabellera, sacando aquel virus que empezaba a infectarla nuevamente. –...Eso era con ella– habló amargamente para recostar su cabeza en la malla.

Amy observó las nubes pasar sobre el paisaje de colores otoñales que se pintaba por el ocaso que anunciaba el fin del día, suavizando su mirada, soltando un suspiro de decepción.

Sonic era un erizo altamente sexual, ella lo sabía, todos lo sabía, y a pesar de ello, no había hecho ni el más mínimo intento por ponerle una mano encima o insinuarle nada fuera de lugar, no desde que habían decidido empezar a salir ¿Por qué? ¿Por qué sí lo hacía como amigos, pero ahora que estaban saliendo todo eso había parado?

Abrió sus ojos de golpe ante ese último pensamiento ¿Acaso quería que él hiciera esas cosas con ella?

–¡No, no, no! – sacudió su cabeza fuertemente. –Así está bien, nosotros somos diferentes – habló forzando una sonrisa, una que se empezó a desvanecer para que un cruel pensamiento anidara sobre sus inseguridades –¿O acaso hay una razón para que te contengas? – soltó al viento para ver de reojo a la pista detrás de ella, ahora vacía –¿Acaso hay algo mal en mí?

De nuevo los pensamientos negativos y destructivos llegaban a ella llenándola de inseguridad y miedo. Años atrás Amy era una eriza segura de sí misma que sabía lo que quería y no tenía miedo de tomarlo o pedirlo, pero luego de Infinite todo eso había cambiado, casi como si se lo hubieran robado.

–No, no hay nada malo – intentó convencerse, sin éxito –Deja de pensar tonterías Amy – se regañó cabizbaja.

Estrujó con fuerza su mochila, no pensaba pensar en eso, no pensaba volver a tomar esa línea de pensamiento que sabía exactamente donde terminaba y no era un lugar feliz.

Suspiró suavemente, lista para irse cuando vio como el equipo de atletismo empezaba a abandonar los vestidores tomando camino fuera del área de práctica.

Amy vio de reojo el sendero que debería de tomar para ir al apartamento donde sabía que debía de guardar las apariencias actuando como la amiga cordial de todos, en especial de Sonic, y luego regresó su mirada al frente, donde observaba a todos salir, a todos menos a él.

Caminó con sigilo hacia los vestidores, viendo a todos tomar rumbo menos al erizo azul, dejando el lugar desértico.

Amy mordió suavemente su labio inferior, para moverse inquieta frente a la entrada de los vestidores vacíos, a excepción de alguien. El entrenador y el resto del equipo ya se habían perdido de su vista, si entraba nadie lo sabría... ¿pero y si había alguien más?

Sacudió su cabeza para dar media vuelta con una mueca de bochorno y una sonrisa llena de vergüenza, ¿Qué tonterías pensaba hacer? Dio el primer paso de regreso cuando el sonido del teléfono de Sonic invadió todo el recinto gracias al eco.

Él seguía adentro.

0-0-0-0-0

El entrenamiento había sido brutal, más de lo usual. El entrenador cuando le había prometido la posición de la estrella del equipo a cambio de su arduo trabajo y un entrenamiento intensivo no había bromeado. Sonic sintió el agua fría recorrer su espalda, para que la voz de sus compañeros de equipo se escuchara dejar el recinto, despidiéndose de él. Llegaría tarde nuevamente al apartamento.

Sonic cerró la llave sin poder evitar pensar en Amy. No habían podido hablar desde aquel día. Ella llegaba muy tarde por la noche, cuando el sueño acababa con él gracias a esos entrenamientos y él se iba muy temprano gracias a las prácticas matutinas, para verla dormir apaciblemente.

–Lo siento, Ames – murmuró con desgano –Te lo recompensaré – se dijo con una media sonrisa.

Salió de la ducha para secarse rápidamente y así colocarse sus pantalones, sintiendo como el simple hecho de mover las piernas hacía que sus músculos se sintieran en llamas. Realmente le hacía falta entrenar más si pensaba estar al nivel de las competencias nacionales, pues según su entrenador su nivel actual no era suficiente.

Sonic escuchó el sonido de su teléfono sonar, captando su atención. Había dejado su mochila con su celular en los casilleros, fuera de las regaderas. Sonic corrió fuera de las mismas para intentar alcanzar la llamada, pero ésta terminó antes de poder llegar a su mochila. Cruzó en la hilera de los casilleros donde sabía que estaba su teléfono junto a su mochila para detenerse abruptamente ante la inesperada sorpresa.

–¿Amy? – soltó al ver a la erizo azul parada en medio del pasillo con una mirada curiosa, alarmándose al escucharlo decir su nombre, soltando su mochila al acto –¿Qué haces aquí? – inquirió Sonic verificando con un rápido vistazo que no hubiera nadie más o sería un problema.

–¡A-Ah! – exclamó sonrojándose violentamente.

Amy vio al erizo azul sin camisa aún con gotas resbalando por su pecho, ahora desnudo. Le desvió la mirada velozmente, no esperaba encontrárselo a medio vestir, de hecho, no estaba segura qué esperaba encontrar.

–¡Perdón! – dijo para darle la espalda velozmente, se sentía más intranquila de lo normal –¡E-Escuché el sonido de tu celular y vi que el equipo de atletismo ya se había marchado así que pensé que tal vez lo habías olvidado! – mintió, no podía revelarle lo que hacía, porque la realidad era que ni ella lo sabía con exactitud.

–Generalmente salgo más tarde que el resto – explicó Sonic con una sonrisa para caminar hasta su casillero, a un lado de donde ella estaba –Los entrenamientos han sido brutales – soltó con un pesado suspiro viendo su teléfono. Era una llamada perdida de Silver. No le dio importancia, le hablaría cuando saliera de ahí –Entonces me quedó un poco más en la ducha, ayuda con el dolor muscular.

–Amm... sí, sí– soltó Amy nerviosamente, sin encararlo.

–Espérame afuera, saldré pronto y podemos regresar juntos – habló Sonic con naturalidad, un tanto extrañado por la actitud de la eriza. –¿De acuerdo?

–¡Sí, afuera! – asintió Amy de forma rígida.

–Grandioso... – alzó una ceja ante su extraño comportamiento. Le preguntaría una vez salieran.

Sonic dio media vuelta para caminar con desinterés sobre sus pasos y regresar a las duchas donde su maletín yacía con el resto de su ropa.

–¡Amm! – la voz de Amy lo hizo detenerse para voltear a ver a la eriza, quien por fin lo encaraba.

Sonic se dio la vuelta para ver el rostro de ella enrojecido. El atardecer yacía a las espaldas de ellas, iluminando aquella mirada cristalina y expresión llena de nerviosismo. Ahora estaba seguro, algo raro le pasaba.

–Quiero... – empezó Amy apretando sus labios en una fina línea. Sus ojos se fijaron en él, sintiendo de nuevo aquel tamboriteo, su cuerpo le pedía a gritos cercanía de cualquier tipo –Es decir... me gustaría...– tragó pesado –Un abrazo – pidió sintiendo todo su rostro enrojecer.

Abrió sus ojos un tanto intrigado por su petición. Ahora todo parecía tener un poco más de sentido. Sonic se ruborizó suavemente por la petición de ella, elevando la comisura de sus labios ante la lindura frente a él. Eso había sido inesperadamente dulce.

–¡¿Qué estoy diciendo?! – se regañó Amy para darle la espalda nuevamente, sintiendo su corazón latir de manera descontrolaba. ¡No, no, no! Ella no necesitaba de nada, así estaba bien ¡Ellos tenían una relación diferente! No necesitaba nada más. –¡O-Olvida lo que dije! – soltó ahogada en vergüenza –¡Iré afue...

Amy silenció al sentir como Sonic la tomaba por la espalda para abrazarla suave y firmemente. Sus brazos la rodearon con calidez por debajo del busto apenas rozando éste, acto que no puedo omitir; Amy pudo sentir el frío de su tórax en su espalda gracias a la ducha reciente, así como el aroma de lavanda y pino de su loción, embriagándola. Un intenso sonroje se posó sobre sus mejillas ante la sensación de su piel a través de su blusa ligera de algodón entallada a su cuerpo.

Amy sujetó con fuerza los brazos que la rodeaban por detrás soltando el aire retenido en un suave jadeo, y de forma involuntaria acarició los mismo con un tacto firme pero ligero, sintiendo todo su cuerpo estremecerse ante esa sencilla acción.

Sonic borró aquella sonrisa dulce que había tenido hasta el momento al escuchar lo que podía jurar había sido un jadeo por parte de ella. Separó su rostro que se había apoyado sobre la cabeza de ella hasta hace poco para verla con clara sorpresa, sin romper el abrazo en ningún momento, sintiendo como la eriza pasaba la yema de los dedos sobre sus brazos desnudos de una manera sugerente. Él tenía que estar leyendo mal la situación... ¡Terriblemente mal!

Tragó pesado sintiendo todo el cuerpo de ella tensarse bajo el suyo, acción que bastó para que aquella ducha de agua fría perdiera todo efecto, pero no fue hasta que sintió como ella alzaba, en lo que parecía un acto involuntario, sus caderas, rozando su pelvis, percatándose que no estaba entendiendo mal la situación.

Sonic soltó un gemido ahogado ante el contacto de sus glúteos contra su entrepierna; una onda de calor lo recorrió para que una corriente eléctrica despertara a la bestia dentro de él. ¡No, no, no! ¡Estaba trabajando tan duro para mantener aquella bestia interna lejos de ella! ¡Lejos de la eriza tierna y tímida que conocía!

Amy lo volteó a ver de reojo ante la exclamación de aquel gemido involuntario, alzando las orejas en señal de alerta al ser descubierto sonrojándose tenuemente por la vergüenza, o así era cuando la vio esbozar una sonrisa sugerente, viéndola con sorpresa por ese pequeño gesto. Las mejillas de ella yacían pintadas de un exquisito color carmín para que las pequeñas manos de ella se aferraran con aún más fuerza de sus brazos, casi en lo que parecía un intento de contención de algún impulso.

La mirada de Amy tenía un brillo diferente, una mirada que lo observaba atentamente, hablándole en silencio. Pudo distinguir en sus ojos color esmeralda como estos acunaban una lujuria que jamás había visto antes, una mirada que lo estremeció, robándole el aliento. Tenía que ser una broma... por Chaos... él tenía que estar imaginando cosas.

Amy le esbozó una sombra de sonrisa para acto seguido morder de forma sugerente su labio inferior ¡No, no era ninguna jugarreta de su imaginación! Tragó pesado, sintiendo un golpe de calor en su cabeza sin poder apartar su mirada de aquella mueca libidinosa, era la primera vez... la primera vez que la miraba así.

Sonic gruñó ante la imagen frente a él para que un brillo malicioso iluminara la mirada él; él no podía con eso ¡No podía! ¡Nadie podía ser tan fuerte!... Sabía que él no lo era.

Lo que pasó después fue ajeno a cualquier lógica, como si algo en él lo poseyera, algo que había intentando mantener a raya, pero que había despertado de manera abrupta y que no pensaba ir a dormir, no todavía.

Sonic chasqueó para con un rápido movimiento romper el abrazo y así sujetarla por ambas muñecas, aún de espaldas, y levantar sus manos al aire arrinconándola contra los casilleros escuchando el sonido metálico rezumbar por los vestidores. Un golpe de adrenalina lo golpeó de manera exquisita. Sonic pegó su cuerpo por completo al de ella soltando un gemido ahogado, sometiéndola. Eso se sentía bien... demasiado bien.

Amy sintió el frío de los casilleros sobre su mejilla soltando un gemido apenas audible ante la repentina acción de él. Una corriente eléctrica la recorrió de manera deliciosa todo su cuerpo, dejando a un lado cualquier pensamiento previo sobre pudor o recato, todo eso se había ido por el caño en el momento que la había arrinconado contra la estructura de metal. Lo escuchó gruñir en su oreja ante lo que parecía ser un intento de autocontrol de su parte, uno que no estaba buscando... No, no quería autocontrol, en ese momento, quería todo menos autocontrol.

Amy alzó sus caderas contra las suyas adrede, escuchándolo soltar un gemido ante su acción, uno que la hizo estremecerse ante el ronco sonido de su voz ahogada sobre su oído, cediendo toda su fuerza de voluntad ante aquel sonido que ahora la estremecía.

Sintió el cuerpo del erizo pegarse aún más contra ella, ocasionando que su respiración se aceleraba ante el incremento de temperatura y presión. La pelvis de él golpeó de forma contenida contra sus glúteos, exclamando un gemido bastante audible ante ello, nublando cualquier parte de su juicio o raciocinio que aún pudiera tener, si es que todavía tenía alguno.

–¡Creo que lo deje en los vestidores! – escucharon decir ambos, deteniéndose en seco. Ambos tomaron distancia rápidamente, con su respiración acelerada, para dirigir su atención a la entrada de los vestidores frente a ellos –Iré a ver – la voz se acercaba.

Amy no dudó, tomó a Sonic rápidamente de la muñeca para así obligarlo a seguirlo a prisa y esconderlos a ambos tras una de las hileras de casilleros, distante a la entrada a los vestidores.

Pasos se escucharon entrar al recinto. Ambos yacían con su espalda pegada a los casilleros, en un silencio que daba paso a una tensión casi insufrible y a la adrenalina que empezaba a recorrerlos.

Sonic asomó su cabeza disimuladamente tras los casilleros que los resguardaban para ver al entrenador, y así escucharlo buscar algo en alguno de los casilleros distantes. No se había percatado de la presencia de ellos dos.

Sonic soltó un suspiro silencioso, pegando su cuerpo a la estructura metálica. Eso había estado demasiado cerca. Cerró sus ojos para que una sensación de alivio lo recorriera, o así era cuando sintió como un beso le era arrebatado en medio de la conmoción. Sonic abrió los ojos de golpe sintiendo los suaves labios de Amy buscar los suyos con un hambre inusual, una que lo hizo sentir de nuevo aquella corriente eléctrica recorrer su cuerpo desde su cabeza hasta su vientre.

Sonic la vio alarmado por la inesperada acción de ella. ¡Tenía que haber perdido la razón!, si descubrían que él estaba ahí con ella ¡Así! ¡A medio vestir! Las consecuencias serían... la sensación del busto de ella tras esa camiseta contra su piel desnuda lo hizo disipar cualquier pensamiento previo. El busto de ella se recostó contra su pecho desnudo, sintiendo la suavidad de ellos sobre su tórax descubierto, embelesado por la sensación ante la presión.

La eriza enroscó sus brazos alrededor de su cuello atrayéndolo aún más hacia ella ¡Maldita sea! ¡Lo estaba enloqueciendo! Sentía su deseo, sentía la necesidad de ella por tenerlo más cerca. Sonic la sujetó por las caderas para atraerla de forma dominante hacia él, enterrando sus dedos en su piel con deseo ¡Por mil demonios, eso se sentía demasiado bien!

Sus manos se adentraron bajo la blusa rojiza que vestía para sentir la piel desnuda de su espalda contra sus manos, tal cual recordaba el día que había masajeado su cuerpo, el día que había despertado sus más bajas pasiones ante algo tan sencillo.

Amy ahogó un gemido en aquel beso hambriento, hambriento de cercanía, de él... quería sentirlo aún más. Junto todo su cuerpo, terminando con la poca distancia para sentir la excitación de él contra su vientre bajo; ahogó un suspiro en los labios de él, sintiendo como las manos de él se movían traviesas por debajo de su blusa para así rozar adrede la parte inferior de sus senos cubiertos por aquel sostén que empezaba a estorbar, ahogando un gemido, quería más, necesitaba...

–¡Hey Sonic! ¿Aún estás aquí? – la voz del entrenador retumbó.

Los ojos del erizo azul se abrieron de golpe, haciéndolo chocar contra la realidad como si hubiera caído de golpe contra el concreto. Ambos se separaron de forma instantánea para tomar unos cuantos pasos de distancia del otro y verse en silencio por unos segundos con aquel rostro enrojecido; ambos se desviaron la mirada la acto, una lujuriosa mirada que llamaba a lo prohibido al otro.

–¿Sonic? – escuchó al entrenador llamarlo de nuevo. El erizo azul se alertó ante su nombre, no podía seguir escondido.

Sonic carraspeó suavemente para aspirar profundo, listo para salir y responder de forma amigable y desinteresada como era su costumbre cuando sintió como Amy lo tomaba febrilmente del brazo, evitándolo de realizar su acción. Sonic la volteó a ver confundido cuando en silencio ella señaló su entrepierna, avergonzada. Entonces entendido. Maldición...

–¿So...

–¡Entrenador! – el erizo salió con mientras parecía secar sus manos con una toalla azul que mantenía frente a él, una larga de cuerpo –Lo siento, me estaba terminando de bañar.

–¿Todavía aquí? – preguntó el viejo barrigón con una sonrisa.

–Justo iba a irme, sólo iba a terminarme de cambiar – respondió con una sonrisa nerviosa. –¿Qué hacen por aquí tan tarde entrenador?

–Pensé que había dejado por aquí mi silbato– respondió alzando las manos con desinterés –Creo que no; por cierto – habló un poco más serio –¿Sabes de quién es esa mochila rosada?

Sonic vio con horror la mochila de Amy, que yacía en el suelo, justo al lado donde ellos estuvieron a punto...

–¡E-Es mía! – habló con nerviosismo, para que el entrenador alzara una ceja en señal de confusión –¡E-Es decir! – intentó arreglar –Amm... pertenece a la novia de mi amigo Knuckles y prometí írsela a dejar luego del entrenamiento, je, je.

–Oh, de acuerdo – habló restándole importancia –Apresúrate que pronto vendrán a limpiar y cerrar, y ya está anocheciendo.

–Claro entrenador – asintió para despedirse con un ademán de manos.

Lo vio salir del lugar soltando un pesado suspiro, aliviado. Amy salió de su escondite para ver al hombre barrigón marcharse, soltando un suspiro, al igual que Sonic. Se había salvado, por poco.

–Mmm... Lo siento – se disculpó la eriza tragando pesado.

No tenía idea de qué se había apoderado de ella, pero había parecido que la necesidad de cercanía la había sobrepasado y gracias a su imprudencia pudo haber perjudicado a Sonic, pues era contra las reglas de cualquier institución que hubiera una mujer en los vestidores, en especial haciendo lo que ella estaba haciendo.

–...No fue tu culpa– una voz ahogada en excitación le respondió. –Yo lo lamento – habló Sonic apenado. De nuevo no había podido controlarse –No volverá a pasar.

Sonic dio media vuelta para así caminar de regreso a los vestidores a paso apresurado sin atreverse a verla. Amy abrió sus ojos con gran sorpresa, esas no eran las palabras que quería escuchar ¿A qué se refería con que no volvería a pasar?

El sonido del teléfono de Amy sonó escandalosamente para así ver un nombre familiar en la pantalla, respondiendo al acto.

–¿Aló? – soltó sin poder quitar su mirada del camino que él había tomado –Blaze tranqui... sí, sí, nos vemos allá – dijo con su mirada en su móvil –En 15 minutos, saldré enseguida.

No estaba segura si había sido una llamada justo para empeorar o salvar el momento, pero su amiga necesitaba de ella por algo que no había realmente entendido, posiblemente porque no le había puesto mucha atención.

–Amm... – murmuró a una puerta cerrada –Blaze me necesita para algo, me adelantaré ¿está bien?

–¡No te preocupes, nos veremos en el apartamento! – se despidió con lo que sonaba su energía usual.

Amy asintió con la cabeza, sintiendo que irse no era lo correcto, pero tampoco quería enfrentar lo que debía si se quedaba.

–Adiós...– se despidió para tomar su mochila del suelo y salir con sus orejas gachas.

Sonic la escuchó marcharse. Yacía recostado sobre la pared detrás de aquella puerta sin moverse, conflictuado entre lo que sentía y sobre la bestia que sabía que existía dentro de él. Endureció su mirada, eso no podía volver a pasar, si ellos daban ese paso... si él se atrevía a dar ese paso y algo entre ellos no funcionaba, la perdería por siempre.

Su amistad podría recuperarse de un abrazo, de una mano que era tomada con afecto e incluso de un beso... pero jamás de eso. Si ellos traspasaban esa línea, no habría vuelta atrás.

–Esto no puede volver a pasar– se dijo severamente.



He reescrito el capítulo tres veces, cambiado el escenario en dos, pedir asistencia a una persona (LoL eso fue divertido) y releer la historia completa para poder llegar a esto... ¿valió la pena? ¡VALIÓ TODA LA PENA DEL MUNDO! He escrito varios lime para este punto y este ha sido mi favorito por mucho!!!! Realmente espero que les haya gustado y me den un poco de retroalimentación XD!!! En fin, pero sigo con la historia...

No es un secreto ya para muchos que Amy no es ninguna niña inocente y este capítulo nos viene a contar un poco el porqué y a sacar a relucir un poco más este aspecto de su personalidad que ha tenido escondida en los últimos 40 capítulos (Ay Dios, ¿por qué en lugar de ver que me acerco al final sólo parece que extiendo más la historia?) Como les dije, la relación de ellos traerá muchos retos y nuevos se asoman a la vista, en especial para Sonic.

¡Bien lectores! Gracias a todos por su apoyo en este largo viaje, esta historia según como la enriquezco (como bien alguien me dijo, de subtramas), más compleja y larga se vuelve, pero todo para que el desarrollo de línea de tiempo de cada personaje caiga en su sitio justo donde debe de ser, mi plan son 55 capítulos en total, pero siendo honestos... creo que posible lo supere ¡Pero ya veremos!

Alguien tiene que darle muchas respuestas sobre la cita en la que se ha envuelto por accidente. Miedos jamás pronunciados saldrán a la luz en una noche de tormenta, confesiones que no sólo contarán un poco sobre el pasado que los une, sino también que complicarán todo. Capítulo 41: Miedos.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro