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Capítulo 4: Confusiones


Todo se detuvo al verlo ir hacia ella, Shadow no la había plantado, claro que no, él siempre había llegado a ella sin importar la hora, sin importar el momento, él siempre había estado ahí para ella.

–¿Cómo exactamente es que ustedes... quiero decir...

La pregunta de Sonic la despertó. Notó la expresión de obvia sorpresa por parte de él y parecía que no le había costado mucho entender que Shadow era el amigo del cual ella se había referido hace poco.

–¡Ah!, eso es... pues... nosotros... – intentó decir la eriza sin encontrar las palabras exactas.

–¿Recuerdas el entrenamiento que tuve por parte de los G.U.N en programa para novatos hace un par de años?

–¿Cómo olvidarlo? te fuiste tres meses a The Mystic Jungle– rememoró –Fue divertido ser hijo único, recuerdo que vendí tu cama por internet– rio divertido.

Shadow goleó su brazo fuertemente haciéndolo tambalear.

–¡Hey! – exclamó adolorido por golpe sosteniendo su hombro con un mohín de dolor –Tuve mi castigo por eso, el golpe no era necesario – recriminó molesto.

–Resulta que Rose estaba en el mismo lugar – retomó su historia haciendo caso omiso a sus quejas –La ayude con un par de problemas y nos hemos escrito de tanto en tanto – completó sin mayor efusividad.

–¡Sí, sí! – asintió con emoción la eriza rosa –Shadow se ha mantenido en contacto conmigo desde entonces y hoy nos vemos por primera vez en tres años – habló para verlo con ensoñación.

–Vaya, el mundo es un lugar pequeño ¿no es cierto? – dijo Sonic divertido –Bien, ahora que estás aquí por que no... – un zumbido en el bolsillo de su pantalón lo acalló para sacar su celular y ver el número de Fiona –¡Ah, debo de contestar esto! – se disculpó con ambos –Hay cervezas en la nevera y creo que Silver ordenó algunas pizzas – dijo sin importancia para responder la llamada –¿Fi? ... no, no, mi hermano vino y...

Shadow frunció el ceño al escuchar que se trataba de Fiona para ver al erizo azul con intensidad. Amy vio con disimulo al erizo negro, quien tenía una obvia postura intimidante, lo cual Sonic no pasó por desapercibido.

–Sí, sí, te manda saludos – mintió Sonic divertido

–No es cierto – enfatizó el erizo negro en voz alta.

–Espera un momento, iré a mi cuarto para hablar mejor– se despidió el erizo azul con un ademán de manos y así adentrarse hacia los interiores del apartamento. Dejándolos a solas.

–Veo que tampoco eres fan de Fiona – murmuró Amy en un intento de hacer conversación.

–¿Lo es alguien?

–No que yo conozca – apoyó Amy con una sonrisa cómplice.

–Ven, entremos, necesito una cerveza – dijo Shadow soltando un suspiro.

–¡Ah! ¡Espera! – pidió para tomar su mano –Y-Ya que estamos aquí... yo...

Shadow la volteó a ver, curioso por su extraña reacción. Amy lo soltó al acto, ruborizándose por su osadía. Sintió su corazón latirle en los oídos. Necesitaba hacer eso, necesitaba decirle que ella no lo miraba sólo como un amigo, necesitaba que él supiera que para ella él era mucho más que un buen amigo.

Aspiró profundamente para soltar su respiración, en un intento de controlar su alborotado corazón.

–¡Con que aquí estaba la fiesta! – la voz de Rouge irrumpió su conversación. –Ve, ve, ve... veo que alguien decidió tomar un descanso en una fiesta de universitarios.

–Rouge – llamó Shadow con una sonrisa –¿No deberías de estar robado joyas para los G.U.N? – bromeó divertido.

–Eso fue sólo un campamento de verano, cariño – le recordó divertida –Ven, vamos por un trago, yo invito.

–Sabes que el consumo es gratis ¿verdad? – dijo para caminar hacia ella.

–Con más razón para invitarte – le sonrió divertida.

Shadow le sonrió de regreso para seguirla cuando la presencia de Amy lo hizo detenerse para verla de reojo, recordando que habían sido interrumpidos.

–Sabes algo, adelántate – pidió a la murciélago –Rose tenía algo que decirme.

Rouge vio a Amy quien tenía una extraña mirada, parecía decepcionada, aunque no comprendía muy bien el por qué.

–De acuerdo, buscaré si tienen algo más fuerte que cerveza – dijo con una sonrisa traviesa –No tardes.

Shadow se despidió de ella con un suave movimiento de cabeza para regresar sobre sus pasos y acercarse a la eriza, quien seguía de pie, inmóvil.

–Lo lamento, ¿decías?

–Eh... no... vamos adentro – murmuró Amy con una triste sonrisa –Si alguien puede encontrar el licor fino de Sonic es ella ¿no es cierto? – habló un dejo de diversión en su voz.

–No voy a discutir eso – concordó Shadow con una sonrisa divertida para ver a sus espaldas –¿Segura que estás bien?

–Eh... sí, sólo...

–Ven – Shadow cerró la cremallera de la chaqueta que Sonic le había prestado, una que le quedaba bastante más grande y la hacía ver seguramente como una pequeña niña –Te resfriaras, vamos – pidió gentilmente.

Sus ojos se prendieron en los ojos color carmín de él. Shadow la miraba diferente, y no necesariamente diferente bien. Cuando él hablaba con Rouge él la miraba como su igual, alguien con quien podía divertirse en un lugar como ese, pero cuando la miraba a ella, la miraba como a una niña que debía de velar que estuviera bien.

No podía confesarle lo que sentía, se reiría o de ella, o peor aún, la vería con lastima, una que no necesitaba.

–Ven – insistió el erizo negro para regreso sobre sus pasos –Es momento de entrar.

–Sí... – asintió desanimada.

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No supo qué hora era cuando Blaze llegó a ella a levantarla del sillón en donde había quedado dormida. Amy se levantó con el pelo enmarañado y pegado a su rostro para así restregar sus ojos con fuerza en un intento de despabilarse.

–Hora de irnos – murmuró la felina.

–¿Qué horas...

–Tarde, andando – ordenó para tomar su mano y ayudarle a levantarse un tanto tambaleante.

–¿Estás bien?

–Sí, andando.

Amy asintió para así seguir a la felina en el ahora silencioso apartamento. Caminó con cuidado pues parecía una gran pijamada, ya que había estudiantes de todo el campus durmiendo por todos los rincones posibles.

Siguió a la felina quien intentaba mantenerse coordinada según marchaba, era obvio que incluso ella había tomado de más.

–Pediré un taxi para... – Blaze buscó en las bolsas de su pantalón y su chaqueta, pero no encontró su teléfono –Maldición, seguramente lo deje cargando – dijo para ver la habitación donde había conectado su celular. –Iré por... – Blaze se tambaleó sujetándose de la pared en un intento de no caer, irrumpiendo su frase.

–Yo iré ¿dónde lo dejaste? – preguntó Amy.

–Esa habitación – señaló con una mano para colocar otra su mano sobre su cabeza.

Amy asintió con la cabeza para así caminar con cuidado sobre los cuerpos regados sobre el suelo del apartamento quienes dormían plácidamente.

Entró en silencio a la habitación que estaba casi en completa oscuridad. Por la ventana pudo distinguir aún las estrellas en el firmamento, unas que acompañaban a una luna menguante, la cual a penas le daba algo de visibilidad.

La eriza se adentró silenciosamente, apenas podía ver donde estaban sus pies. Siguió con cautela mientras sus ojos se ajustaban a la escasa luz para distinguir un bulto entre las sabanas, seguramente alguno de sus amigos que había logrado llegar a su habitación.

Amy distinguió un teléfono sobre la mesa noche esbozando una sonrisa para caminar hacia éste y tomarlo con emoción hasta que vio la imagen de Sonic con una zorra conocida como fondo de pantalla. Ese no era el teléfono de Blaze, y si ese era el teléfono de Sonic...

–Entonces este cuarto es... –silenció volteando a ver a la cama a su lado y apenas lograr distinguir sobre ésta a Sonic dormir plácidamente.

Amy retrocedió al acto topándose contra la pared al ver al erizo dormir sin camisa entre las sabanas blancas.

La luna acariciaba la piel desnuda del erizo azul mientras soltaba uno que otro suspiro ocasional haciéndole entender que yacía en un profundo sueño. Amy se sonrojó fuertemente ante la imagen, desviando la mirada, después de todo jamás lo había visto así.

Estuvo a punto de marcharse cuando escuchó el sonido de una notificación entrante, era el mismo sonido que tenía Blaze en su móvil. La eriza buscó la luz de la pantalla que iluminaba su habitación para así ver en el otro extremo de la cama el celular de Blaze, cargándose.

–Claro... porque no podía estar simplemente en la mesa de noche – se quejó, soltando un pesado suspiro.

Se subiría en silencio, tomaría el teléfono y se marcharía sin que Sonic supiera que ella o cualquiera había estado en su recámara.

Amy tragó pesado para así ver el teléfono que aún emitía su tenue luz; debía de hacerlo antes de que se apagara por completo y no pudiera distinguir nada. Colocó una rodilla en el borde del suave colchón y con una mano temblorosa se sujetó de la cabecera de la cama y así estirar su otra mano para intentar tomar el teléfono, el cual a penas lograba tocar con la punta de los dedos.

–Ya... casi... – se dijo para sí para lograr tomar el celular en su mano y sonreír de manera automática hasta que sintió como un par de brazos rodeaban su cintura –¡¿Pero que...– silenció al caer sobre la cama para que él la abrazara por la espalda acomodando su cuerpo contra el suyo, quedando abrazados en cucharita.

Amy sintió el tamboriteo de su corazón en sus oídos, no entendía qué acaba de pasar; había estado tan cerca de irse en silencio.

–No creí que vendrías – le susurró Sonic suavemente, estremeciéndola por la dulzura de sus palabras.

–¿Eh? – logró soltar a penas. Era obvio que Sonic había despertado.

–Escucha... por lo que te dije antes en el balcón... yo... – silenció unos instantes para que ella lo viera de reojo, atenta a sus palabras –Quiero que sepas que en serio lo lamento – se disculpó para afianzar su abrazo, uno tan cálido que la hizo sujetar las manos que la aprensaban de forma febril –No quiero que pienses que no te deseo aquí, conmigo.

Un sonroje indeseado pintó sus mejillas ante sus palabras. Asintió suavemente cual respuesta silenciosa, una que él pareció entender pues lo escuchó sonreír ante la misma.

Amy sentía su cuerpo ahogarse en el calor que él le brindaba mientras su corazón latía a mil por hora por la sorpresiva confesión por parte del erizo; una que realmente se alegraba de oír, especialmente luego de su trato hacia ella.

–So...

–Si lo que deseas es que busque un lugar para nosotros prometo hacerlo.

–¿Eh? – soltó Amy rompiendo la hermosa burbuja que ella misma había creado.

–Lo prometo Fiona – continuó para hacerle entender que él aún no se había percatado de quién estaba compartiendo su lecho –No deseo pelear más – le susurró para atraerla contra su cuerpo sintiendo un bulto contra sus caderas, provocando que una honda de calor recorriera cada centímetro de su cuerpo. –Hagamos las paces... – le susurró para romper su abrazo y así con sus manos recorrer lentamente su cuerpo.

Sonic pasó sus manos por los muslos tersos y desnudos de ella y con deseo apretó suavemente el busto de su amada escuchándola soltar un gemido ahogado, uno que lo hizo sonreír hasta que hubo algo que lo hizo detenerse. El tamaño no era correcto, eran más pequeñas de lo usual.

Un codazo lo hizo despegarse de ella para así despertarse por completo. Se reacomodó sobre su colchón encendiendo la luz de su lámpara de noche al acto para ver con atención a quien ahora compartía su cama. Vio a Amy voltearlo a ver sonrojada para así tomar componer sus ropas velozmente, y sin poderlo evitarlo, retroceder aún así más de ella cayendo de la cama junto a las sabanas en las que yacía envuelto.

–¡¿Q-Qué demonios haces en mi habitación?! – exclamó sintiendo su cara arder de la vergüenza.

–E-El teléfono... – respondió la eriza febrilmente mientras abrazaba aquel aparato con todas sus fuerzas –S-Sólo... Blaze m-me pidió que...

–¡¿A qué te refieres con que qué hago aquí?! – escucharon decir fuera de la habitación.

Sonic abrió sus ojos atentamente al reconocer esa voz, era la voz de Fiona.

–Oh no... – murmuró Sonic para voltear a ver a Amy con espanto –¡No puede verte aquí!

Se levantó del suelo con rapidez para tomar a la eriza del brazo y obligarla a bajar de su cama casi a rastras.

–¡Escóndete! – ordenó mientras buscaba un lugar adecuado para ocultar su presencia. –El baño... – vio de pronto la puerta a su lado.

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Fiona caminó a paso apresurado para dirigirse a la habitación de Sonic, seguida muy de cerca de su odioso mejor amigo.

–Te lo he dicho miles de veces, debes de llamar antes de venir – le recordó Tails según la miraba andar con una expresión de cansancio. –Y podrías ser más silenciosa hay gente durmiendo aquí – pidió para ver a los borrachos en su piso, aunque dudaba que algo los despertara con el grado de intoxicación que tenían.

–Vine porque quise, después de todo este sigue siendo el apartamento de Sonic – habló ignorando el mal recibimiento del zorro –Así que te aconsejo encerrarte en tu habitación Miles – sugirió con una sonrisa divertida para así encerrarse en la habitación del erizo azul.

Fiona soltó un pesado suspiro cerrando la puerta detrás de sí y escuchar un portazo de pronto. La zorra volteó a ver la causa de dicho sonido y así ver a Sonic, quien había imitado su acción al cerrar la puerta del baño detrás de él efusivamente.

–F-Fiona – murmuró nerviosamente.

–Sonic – llamó con cierta sorpresa –¿Qué haces despierto tan tarde? – preguntó.

–Ah... el baño... ¡Me levante al baño! – respondió con una risa nerviosa –, pero ¿tú qué haces aquí? Quiero decir...

–Me pediste que viniera ¿recuerdas? – dijo para enseñarle el celular cual hecho obvio.

–Ah... Sí...– asintió sorprendido –Pero generalmente tú no...

Fiona caminó hacia él para empujarlo suavemente contra la puerta, haciéndolo callar. Sus dedos recorrieron el pecho desnudo del erizo azul con suavidad y así verlo de forma lasciva.

–Digamos que hoy estoy de buen humor – ronroneó con una mirada ardiendo en picardía –Además... – le susurró pegando su cuerpo al de él. Bajó lentamente su mano hasta el pants negro que vestía para mover la banda elástica a un lado y así adentrarse en el mismo –¿No quieres que lama todo tu...

–¡Sabes que! – cortó para tomar sus muñecas suavemente y subiéndolas hacia la altura de su pecho y con su hábil movimiento obligarla a dar media vuelta, abrazándola por detrás –¿No deseas salir mejor?

–¿Salir? – repitió Fiona sin entender la extraña actitud del erizo.

–¡Sí! – asintió apresurado –Había un lugar al que querías ir a comer en...

–Sonic, son las tres de la mañana – espetó para soltarse de su agarre y voltearlo a ver –Además, creo que hay cosas más divertidas que podemos hacer aquí – tentó con una sonrisa afilada. Fiona lo tomó del cuello en un acto sin previo aviso y así robarle un beso apasionado, aprisionando al erizo contra la puerta a sus espaldas –Vamos Sonic... – habló con deseo, separándose a penas lo suficiente para soltar un apasionado suspiro –Sé que te encanta ponerme en contra de la pared y luego sólo...

–¡Y si mejor vamos a tu apartamento hoy! – chilló alarmado, interrumpiéndola, para que ella lo viera extrañado –Es decir, no creo que quieras que todos escuchen... ya sabes... – silenció avergonzado sin poder evitar de reojo a sus espaldas; no quería ser más explicitó de lo que ella ya había sido.

Fiona le sonrió nuevamente para así tomar distancia y sentarse al borde la cama viéndolo de manera sugerente.

–Piensas ser malo conmigo esta noche ¿Eh?

–...Sí – se obligó a decir, tragando pesado y rogando que su voz no pudiera llegar a la eriza que sabía que tenía atrapada en el baño de su habitación –, p-pero en tu cuarto – insistió –Sabes cómo me gusta tu cama... es más cómoda – inventó sintiendo como la vergüenza lo consumía por completo.

–Está bien – accedió ella para ponerse en pie en un pequeño salto.

Sonic soltó un suspiro de alivio ante su respuesta.

–Además, compre aquel atuendo de enfermera que...

–Sí, sí, sí – exclamó en voz alta tomándola de los hombros para encaminarla a la puerta apresurado.

–¿Qué sucede contigo? – preguntó Fiona molesta por su actitud.

–¡Nada, nada! – negó para tomar una camisa limpia de su armario y ponérsela tan rápido como pudo al igual que sus zapatillas rojas –Es sólo que no puedo esperar más – respondió con una sonrisa pícara, a lo que ella correspondió igual –Ahora vamos – rogó tomando su mano y sacándola de su habitación casi a rastras.

Sonic salió de su recámara para ver a Tails hablando con una gata lila. Una expresión de miedo estaba grabada en el rostro del zorro mientras ella parecía explicarle algo.

–¡Tails! – llamó Sonic para que el zorro lo viera con sorpresa, seguramente por aún seguir con vida –Amigo, sabes, creo que la tubería del baño se arruinó nuevamente – le dijo.

–¿Cómo dices?

–Podrías hacerme el favor de sacar lo que se haya quedado atrapado ahí y llevarlo tan lejos de mí como sea posible – ordenó para verlo con su ira reprimida –¿Puedes?

–¿Sacar lo que... – Tails calló al entender lo que su amigo quería decirle –Claro, claro, déjamelo a mí.

–Genial, vendré luego.

–Hasta pronto Miles – se despidió Fiona con una sonrisa sugerente y seguir a Sonic hacia la puerta principal, dejando ambos el apartamento.

Tails y Blaze se vieron al instante en un silencio perpetuó para luego dirigir su mirada a la habitación del erizo azul y correr hacia la misma.

–¡¿Por qué rayos no me pediste a mí que cargara tu teléfono?! – reprochó el zorro, que era seguido por la gata.

–¡No tenía idea que... – Blaze calló al ver a Amy salir apresurada de la habitación del erizo azul –Amy, ¿estás...

–Toma tu teléfono – interrumpió para brindarle el aparato a la felina y pasarlos de largo.

–¡E-Espera! ¿Todo está bien? – preguntó Blaze siguiéndola de cerca.

–Bien, claro que todo está bien ¿por qué debería estar mal? – respondió para buscar su bolso entre los abrigos y bolsos sobre la mesa del recibidor –No es como que hubiera escuchado los fetiches de Sonic ¡o las cosas que le gusta que le hagan en la cama! – exclamó para correr hacia la puerta cual rayo sintiendo su rostro enrojecer.

Amy estaba alterada, no estaba segura qué la había perturbado más, lo que había escuchado, como él la había tocado o la forma en que su corazón había reaccionado ante la disculpa que no era para ella.

–¡Andando! – ordenó la eriza al notar la expresión estupefacta de la gata, quien reaccionó ante su mandato –Y Tails, no te lo tomes a mal, pero dudo mucho regresar a este apartamento.

–Ammm... no, claro que no – logró decir el zorro que se encontraba en la misma posición que la felina –Hablaremos luego ¿de acuerdo?

–No en un buen tiempo, adiós – dijo a modo de despedida y salir por la puerta.

La gata soltó un pesado suspiro y alzó sus hombros en señal de desinterés.

–Gracias por todo y lamento las molestias – se despidió Blaze cordial, para que el zorro le sonriera con una expresión apenada –Por cierto... – se detuvo en el marco de la puerta –Despídete del erizo plateado por mí ¿bien? – pidió en susurro.

–¿De Silver? – inquirió para buscarlo entre los presentes que aún no sabía como podían seguir durmiendo luego de todo el escandalo que había pasado –Ammm, claro.

–Hasta pronto – se despidió la felina.


Este es uno de mis capítulos favoritos de esta historia, realmente me divertí muchísimo escribiéndolo, y aún hay más de donde salió éste XD!! Me alegra mucho que les este gustando la historia hasta donde va, y no se preocupen, que estos universitarios aún tienen más situaciones embarazosas por delante.

Como verán en esta oportunidad agregue un pequeño plano del apartamento de Sonic y sus amigos para una mejor referencia del lugar (pues mucho de esta historia pasara en este singular hogar), aunque no es perfecto, espero se logré visualizar el concepto que intente transmitir; siendo honesta el diseño lo hice antes de escribir la historia, pero un borrador que no valía subir como imagen, así que busque un programa que me permitiera hacerlo y bueno, he ahí el resultado XD!

Varios me escribieron que esperaban esbozos de Shadamy, pero como se pudieron dar cuenta eso parece no vislumbrarse en un futuro cercano (por el momento), pero no se preocupen que interacciones entre ellos habrá durante la historia. Bueno, ya sin más que agregar, su autora se despide. Kat fuera.


Las cosas están a punto de complicarse más, un incidente inesperado traerá noticias que cambiara aquel apartamento de solteros, noticias que tendrán a un afectado por sobre todos. Capítulo 5: Nuevos Recuerdos.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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