Capítulo 10
Danny sabía, sin duda alguna, que había mejorado mucho su vuelo desde la primera vez que descubrió que podía volar.
¿Se estrelló varias veces en las paredes? Por supuesto. ¿Cómo olvidar las dolorosas tardes en la que Sam tuvo que enderezarle la nariz?
¿Cayó sin gracia desde el cielo como aquellos dibujos animados? Bueno, estaba bastante seguro de que todavía no han logrado reparar varios de los agujeros o baches que creó con su silueta sin querer.
Aun así, con todos esos tropiezos, Danny mejoró su vuelo con el pasar del tiempo y estaba bastante seguro que seguiría haciéndolo por cada día que pasaba. Sin embargo, en esa noche en particular, Danny estaba bastante seguro que rompió todos sus récords anteriores.
Lastimosamente, dado la gravedad de la situación en la que se encontraba y por la falta de tiempo, el joven héroe ignoró su nuevo logro y miró en silencio la mansión de Vlad Masters.
No ha pasado ni un mes desde la última vez que visitó la mansión de su némesis para una investigación. Si bien Vlad continuó jodiendo su vida al aprovecharse de su estatus como el alcalde de Amity Park, había... algo diferente en los últimos planes que lo desconcertaron.
Vlad Masters siempre tuvo dos objetivos; matar a su ex mejor amigo (es decir, a su padre) Jack Fenton y tener a Maddie Fenton (su madre) como su esposa. Fue solo después de conocerse que se agregó un nuevo objetivo; tener a Danny Fenton (o sea a él) como su hijo mitad fantasma.
Vlad era poderoso. La única razón por la cual todavía no estaba bajo sus garras se debió únicamente a la extraña suerte que tenía de su lado.
El halfa mayor pareció estar tan obsesionado con sus tres objetivos principales, que por esa misma razón, cuando los últimos planes de Vlad parecían ser más simples y solo estaban ahí por molestar, lo desconcertó demasiado.
Bueno, para ser sinceros, él no se dio cuenta de eso hasta que Sam se lo señaló.
Había estado tan perdido tras la desaparición de Wes, de su secuestro , que Danny simplemente no se tomó la molestia de buscarle sentido ante la falta de creatividad de Vlad.
Pero... ahora que estaba frente a la mansión, Danny no pudo evitar sentirse estúpido y ciego.
Wes había desaparecido sin dejar rastro, de un momento a otro, los planes de Vlad comenzaron a ser simples y ahora, a poco de cumplir un año desde que el multimillonario se robó la alcaldía, se corrió el rumor de que él no estaba interesado en continuar con el mandato de su ciudad.
Ya había visitado la mansión de Vlad con anterioridad e investigó cada rincón que pudo encontrar, pero después de recibir ese mensaje misterioso, Danny cree que no hizo lo suficiente.
Wes habría conectado todos los puntos en menos de una semana. Estaba bastante seguro de ello. Su rival era demasiado inteligente y observador para su propio bien.
—¿Danny? —una voz joven lo sacó de sus pensamientos —. ¿Te encuentras bien?
El dueño de aquel nombre parpadeó y volteó.
—Oh, eh... Sí, estoy bien —mintió, con una pequeña sonrisa —. Simplemente, me quedé un poco perdido ahí.
La joven mitad, la misma joven que una vez lo engaño y trabajó en secreto para Vlad, le dio una mirada poco impresionada. Claramente, su mentira no la engañó ni un poco.
—Pues no te vuelvas a perder, Phantom —dijo una voz a su otro lado —. Estamos a punto de invadir la mansión de Vlad y no podemos darnos el lujo de distraernos. Hay una vida en peligro.
Danny exhaló fuertemente. Estaba bastante agradecido por la compañía de Valerie y el inesperado encuentro de Dani fuera de la ciudad, sin embargo, se llegó a preguntar si valió la pena traerlas consigo sabiendo que las estaría llevando al peligro.
—¿Están seguras de que quieren venir? No me enojaré con ustedes si deciden irse ahora.
La pregunta casi pareció un insulto. Tanto Valerie como Dani, ambas lo miraron con una expresión para nada sorprendida.
—Es broma, ¿verdad? —cruzó los brazos —. Estamos hablando de Vlad. Si ese idiota billonario secuestró a Wes, entonces tengo que ir sí o sí. No me importa si Wes era un idiota por acusar a Fenton de ser tú, pero él es una persona en peligro y no dejaré que Vlad le haga daño.
—No tengo idea de quién es Wes —dijo Dani justo después de Valerie —, pero estoy dispuesta a ayudar si es para frustrar otro plan de Vlad —crujió los nudillos de sus manos —. Vamos primo. ¿No quieres ver su rostro cuando nos vea a los tres juntos?
Danny casi quería reír. ¿En verdad creyó que Valerie y Dani se irían y lo dejarían enfrentarse solo a Plasmius? Los tres eran diferentes en varios aspectos, pero tenían algo en común; en un tiempo confiaron en Vlad, pero luego se dieron cuenta de lo malvado que era y ahora solo deseaban detener sus planes para siempre.
—Vamos Phantom. No creo que sea buena idea darle ventaja a Vlad —sacó sus binoculares y miró la mansión —. No tengo idea de lo que quiere Plasmius con alguien tan molesto como Wes, pero no puedo permitir que alguien sufra a menos de él.
—Yo... yo creo saber exactamente lo que quiere hacer Vlad con Weston. Pero espero estar equivocado con mi suposición.
Valerie bajó los binoculares de alta tecnología y lo miró en silencio con varias preguntas en su rostro, al igual que Dani.
—Espera... —dijo lentamente su prima —. ¿No creerás que él?
—Yo realmente espero estar equivocado, Dani. Realmente lo espero —hizo una mueca —. Pero una de las razones principales por la cual Wes siempre estuvo obsesionado conmigo fue por aquella vez que lo acusaron de ser yo, por creer que ambos éramos la misma persona.
Dani abrió los ojos como platos.
—Entonces no hay tiempo que perder primo—se levantó del suelo y mirar la mansión con una expresión bastante sombría para alguien de su edad—. Si ese tal Wes se parece a ti, entonces creó saber lo que estás pensando.
Valerie, confundida, miró ambos halfas antes de suspirar y levantarse igualmente.
—No tengo ni la menor idea de lo que están hablando ustedes dos, pero no pienso abandonar a un compañero de mi clase bajo las sucias garras de Vlad.
Danny, tras escuchar las palabras de ambas, cerró los puños con fuerza y se levantó del suelo para mirar igualmente la mansión de Vlad con seriedad.
—No podemos dejar que Vlad consiga lo que quiere —frunció el ceño y señaló las torres de la mansión —. Pero primero debemos encargarnos de esos dos.
Ambas chicas miraron hacia la dirección en la que señaló. Dani no tuvo problemas en ver lo que su primo había señalado, sin embargo, Valerie tuvo que volver a usar sus binoculares para ver lo que los otros dos estaban viendo.
—Así que aquellos dos pajarracos están sirviendo como guardias —frunció el ceño antes de bajar los binoculares de su rostro —. Parece que Vlad realmente está planeando algo grande. Él rara vez usa guardianes para algo, pero... ¿Dónde estará el tercer buitre?
Danny y Dani se miraron entre sí. Valerie tenía razón, Vlad nunca usaba guardias. Si aquellos dos buitres estaban sirviendo como guardias en su mansión, eso significaba que algo importante estaba sucediendo.
—Si queremos atacar por sorpresa, entonces primero hay que atrapar a esos dos —palmeó el termo colgado en su cinturón —. Dani y yo nos encargaremos de esos dos. En caso de que veas a alguien más...
—No se preocupen —sacó un rifle de ectoplasma —. Yo les cubro la espalda.
Con un asentimiento en silencio entre los tres, los dos halfas de cabello blanco se volvieron invisibles y se fueron volando hacia la mansión de Vlad mientras que Valerie, usando los arbustos como camuflaje, vigiló a los dos lacayos emplumados con su arma de largo alcance.
—Weston, ¿qué carajo hiciste ahora?
—————————
Wes estaba temblando de miedo. Aceptar que sería hijo de Vlad fue algo difícil de asimilar, saber que se convertiría en un mitad fantasma lo fue aún más, pero... ahora que una puerta de madera era lo único que lo protegía de lo que podría ser un viaje sin retorno, él se llegó a preguntar si era lo correcto.
Deseaba huir.
Deseaba llorar.
Deseaba gritar.
Wes era muy joven para morir. Todavía no había dado su primer beso, todavía no sabía lo que era el amor, todavía no sabía lo que era tener un mejor amigo y, sobre todo, todavía no sabía lo que era estar conviviendo con una familia de verdad.
Vlad dependía de él para que ambos fueran felices. Ambos deseaban tener una familia y la única forma de serlo era si él, Wesley Weston, dejaba atrás su humanidad y su antiguo nombre para convertirse en un híbrido de dos especies con una nueva identidad.
Cambiarse a sí mismo por la aprobación de otra persona estaba mal, Wes lo sabía a la perfección. Pero... nunca antes alguien se había preocupado de él, Vlad dependía de él y viceversa.
La relación padre e hijo que ambos deseaban, anhelaban, estaba detrás de esa puerta de madera y Wes no podía evitar sentirse en conflicto.
No quería morir, no quería cambiarse así mismo por alguien, pero él deseaba tener un padre, y Vlad deseaba tener un hijo.
Justamente cuando estaba a nada de decir algo, la puerta del laboratorio se abrió y Vlad Masters, formal y elegante como siempre, salió con pasos tranquilos y serenos hasta quedar frente al pálido pelirrojo.
Ojos azules, fríos y serios como los de un asesino, se encontraron con los ojos color esmeralda de Wes.
—Tu trabajo aquí ya terminó —dijo Vlad, mientras rompía el juego de miradas y veía al buitre que lo escoltó desde su habitación —. Ahora ve afuera con los demás en caso de que surjan problemas.
El buitre fantasma asintió en silencio.
Una vez que el buitre desapareció en el extenso pasillo, Wes volvió a concentrar su mirada en Vlad quien, para su no sorpresa, este lo miró como si fuera lo más importante del mundo.
Esa expresión en su rostro lo hizo temblar de la emoción. Vlad ya había dejado muy en claro que Wes era todo lo que él había deseado. Era la clave para su felicidad y para calmar su obsesión descontrolada, pero ver esa sonrisa amorosa siempre lo tomaba con la guardia baja. No importa si ya la vio varias veces.
—Es la hora, hijo mío —tomó su hombro —. Hoy finalmente te convertirás en mi hijo mitad fantasma y juntos podremos ser felices. Justo como te lo prometí.
Un suspiro tembloroso salió de los labios de Wes ante esas palabras.
El nerviosismo estaba en conflicto con la emoción, una combinación para nada agradable, sabiendo que solo existían dos resultados y uno de ellos claramente no era bueno.
—S-sí... —tragó duro —. El tiempo pasa volando. ¿No es así? Finalmente... finalmente llegó el día en el que todo puede cambiar para bien o para mal.
La mano en su hombro se apretó de manera reconfortante.
—Todo saldrá bien —sonrió —. Te prometo que todo terminará antes de darte cuenta y mañana, justamente cuando abras los ojos, tu percepción de la realidad será completamente diferente. Tú y yo estaremos juntos como lo había prometido y nada podrá separarnos.
Todo sonaba bien. Casi parecía que los cuentos de hadas podían ser reales después de todo, pero... todavía había algo que estaba molestando a Wes, y no precisamente se debía a su posible muerte.
—¿Es así? —retiró la mano que sostenía su hombro—. ¿Cómo sé que no me abandonarás ante la primera oportunidad que tengas? ¿Cómo puedes asegurarme de que no me desecharás como otro experimento fallido? Tu objetivo principal siempre fue Danny. ¿Cómo sé que no me cambiarías por él?
Para su sorpresa, Vlad se terminó arrodillado frente a él.
—Pequeña comadreja —antes de que el pelirrojo tuviera tiempo de decir algo, Vlad continuó hablando —. Tienes toda la razón. Si Daniel hubiera aceptado la oferta de ser mi hijo en los últimos meses, antes de saber tu parentesco con él y con mi amada Maddie, no cabe duda que te habría abandonado por él.
Wes deseaba sentirse molesto, traicionado por las palabras del hombre frente a él, pero no podía, no cuando este se humilló así mismo de esa forma.
Si no fuera suficiente sorprendente ver a Vlad Masters de rodillas, la forma en la que este se tiró aún más en el suelo sí lo hizo.
—¡He-hey! —gritó sorprendido mientras se tiraba al suelo y lo ayudaba a levantarse —. ¡N-no es necesario hacer eso!
—¿No lo es? —dijo simplemente mientras ambos se levantaban —. ¿De qué otra forma puedo demostrar la veracidad de mis palabras? Todo lo que te he dicho hasta ahora es verdad, hijo mío.
Wes, todavía en conflicto, miró el traje empolvado de Vlad.
Una parte de él continuó con el temor de ser abandonado, pero acababa de ver a uno de los hombres más importantes del mundo tirarse al suelo para demostrar que estaba diciendo la verdad, acababa de ver a un hombre arruinar un traje que podría costar miles de dólares solo para demostrarle que estaba diciendo la verdad.
—¿No me abandonarás?
—No —espetó firmemente mientras lo rodeaba con sus brazos—. No pienso cambiarte ni abandonarte por nadie más, pequeña comadreja. Eres todo lo que necesito y nadie, ni siquiera Danny, podrá reemplazarte.
Wes, con ojos picando de la emoción y con brazos temblorosos, devolvió el abrazo.
—¿Lo prometes? —susurró.
—Lo prometo.
Todavía había dudas, todavía había preguntas y, sobre todo, todavía había un miedo arraigado en su corazón. Pero, tal vez, lo mejor sería quedarse así. No estaba del todo asegurado que fuese a volver a ver un nuevo amanecer.
Con ese pensamiento, con ese abrazo reconfortante de la única persona que pareció estar interesada en él, Wes se dio el lujo de relajarse de lo que podría ser su último contacto humano.
Si fuera posible, Wes le hubiera encantado haberse quedado ahí para siempre con Vlad, pero el tiempo estaba pasando y Vlad se encontró ansioso.
Wes no luchó contra el hombre cuando este rompió el abrazo, tampoco cuando este lo tomó de su mano y lo llevó hacia su laboratorio.
Dejarse llevar por la marea fue muchísimo más fácil ahora que dejó de preocuparse por las cosas.
Fue liberador.
Sentirse libre de dudas o preguntas fue el mejor sentimiento que Wes había sentido en mucho tiempo.
Una vez llevado hasta la planta baja de las escaleras, Wes no pudo evitar abrir los ojos como platos por la enorme estructura que ocupaba la mayor parte del lugar.
La extraña máquina que lo convertiría (o mataría) seguía con la estética visual ya vista; cromado, brillante y con líneas rojas como el armamento personal de Vlad.
Era enorme, voluminoso e intimidante.
Wes, completamente enfocado en dejarse llevar, no cuestionó el funcionamiento de la máquina, tampoco cuestionó la presencia de Ember y Skulker.
No pensar, solo dejarse llevar. Fue un pensamiento constante el cual le hizo preguntarse del porqué no lo había hecho antes.
Después de ver un poco más la máquina, Wes estaba a punto de ir hacia su inminente destino hasta que Vlad lo detuvo. Confundido, el joven pelirrojo giró la cabeza hacia el hombre que impidió que avanzara, solo para darse cuenta de que este mismo se encontró con lo que parecía una bata de hospital.
—Realmente no afecta en nada la ropa que llevas puesto durante la transformación—dijo mientras le entregaba la bata blanca —. Pero estoy bastante seguro de que preferías tener algo más encima.
Una mueca apareció en el rostro de Wes. Todo había sucedido tan rápido una vez que despertó que simplemente se le olvidó por completo que lo único que tenía en la parte superior de su cuerpo fue el vendaje ligeramente verdoso que le había puesto Vlad
Una vez con la bata puesta, Wes miró al hombre de cabello plateado.
—Entonces... ¿Todo listo?
Vlad no respondió al instante. En su lugar, lo observó de pies a cabeza, como si intentase ver si había algo malo en él.
—No traes nada contigo, ¿verdad? —preguntó con una ceja alzada —. Si bien mis pruebas han demostrado que portar objetos durante la transformación no afecta en nada con el resultado, no me gustaría arriesgar tu vida por una simple pieza de lego escondida en el bolsillo.
Wes negó con la cabeza.
—Mi liga para el cabello se perdió durante el clímax de la noche anterior. Mi ropa y estos vendajes es todo lo que traigo conmigo.
Vlad lo miró durante unos segundos antes de sonreír y asentir suavemente con la cabeza.
—Muy bien, pequeña comadreja —lo tomó de su hombro y lo comenzó a llevar hacia la intimidante máquina —. Es hora de comenzar una nueva página en nuestras vidas. Tú y yo, juntos, como padre e hijo; justo como te lo prometí.
Wes devolvió la sonrisa y se dejó llevar hacia la mesa de metal que estaba en la entrada de lo que supuso era un portal, una mesa donde una vez fue su peor pesadilla durante su cautiverio. Pero, sin que Vlad o Wes lo supiera, justamente en el bolsillo trasero de los pantalones cortos del adolescente, se encontraba una credencial escolar, una credencial en la que estaba la vieja imagen de Wes y de lo que podría ser su antiguo nombre.
Una vez que sus muñecas y piernas fueron aseguradas firmemente en la fría mesa de metal, Wes observó a Vlad apretar unos botones en el panel de control que estaba en la entrada del túnel.
De repente, el túnel oscuro se iluminó con una cegadora luz azul, al mismo tiempo que la mesa en la que está asegurado comenzara a moverse hacia atrás, llevándolo más adentro del túnel.
Inesperadamente, una vez estando dentro del portal, un casco salió disparado del techo y se adhirió firmemente en la cabeza del adolescente.
Podría haber jurado sentir dos pequeños pinchazos en los costados de su cabeza, pero... ¿Tal vez se lo imaginó?
El casco fue una sorpresa, no sabía exactamente para qué era o para qué serviría (esperaba que no fuera para electrocutar), sin embargo, cuando una mascarilla tipo venturi salió igualmente del techo para colocarse en su rostro, las preguntas comenzaron a molestar su cabeza nuevamente.
¿Oxígeno? ¿Aquella máscara le proporcionará oxígeno?
Podía sentir la pequeña corriente de aire dentro de la mascarilla, una de la cual tuvo que comenzar a respirar por estar completamente atrapado sin la posibilidad de poder quitarla de su rostro.
Sea lo que sea, lo que estaba respirando en esos instantes era inoloro.
—No te preocupes —Wes, sorprendido, alzó la mirada y miró hacia la entrada del portal —. La próxima vez que abras los ojos, todo será diferente —una suave sonrisa apareció en su rostro —. Justo como lo prometí.
De repente, una sensación bastante conocida y molesta comenzó hacerse presente en el pelirrojo.
Sueño.
Wes comenzó a sentir el peor sentimiento de sueño en su vida. Era como si hubiera pasado días enteros sin pegar la cabeza en una almohada y decidiera una noche asaltar el botiquín de un anciano para tomar el medicamento con el somnífero más potente que el humano decidió crear y sacar al mercado.
Wes deseó sentirse enojado con Vlad, traicionado por haberlo sedado sin ninguna advertencia de antemano, sin embargo, fue difícil sentir otra cosa que no fuera sueño.
Por cada segundo que pasaba, por cada respiro que daba, Wes sintió que su percepción de la realidad era cada vez menos coherente.
Antes de que toda la visión de Wes se oscureciera por completo, él juró que sintió una extraña e incómoda sensación en la cabeza.
¿El casco estaba haciéndose más chico? No. Lo que sintió no cabía en esa descripción. Lo que sintió fue diferente, casi como si una aspiradora de muy baja potencia fuera colocada dentro del casco y... y...
...
...
...
¿Por qué tenía un casco en su cabeza de nuevo?
Ese fue el último pensamiento de Wes antes de caer en un profundo sueño sin sueños.
—————————
—Entonces... —dijo el fantasma de cabello azul —. ¿Qué vamos a hacer ahora?
Vlad no respondió. En su lugar miró en silencio el panel de control, asegurándose de que todo estuviera funcionando correctamente antes de finalmente asentir la cabeza para sí mismo y mirar a la pareja.
—Ahora solo hay que esperar —caminó lentamente hacia ellos con los brazos cruzados detrás de su espalda —. Tenemos que proteger a mi hijo de posib-
Justo cuando Vlad iba a terminar de hablar, el techo del laboratorio explotó, lanzando en el proceso varios escombros hacia su dirección.
Skulker y Ember tuvieron que hacerse intangibles momentáneamente para esquivar los grandes trozos de concreto que, por el simple tamaño, pudo haber matado a un humano o a cualquier ser vivo. Vlad, por el contrario, volteó parcialmente la cabeza hacia arriba, ignorando los afilados trozos de piedra que rozaron su cabeza.
Una vez que la tierra y el humo de la explosión se disipó, todos comenzaron a ver una silueta en el aire, una silueta demasiado familiar.
Ember y Skulker se tensaron, sin embargo, Vlad miró con un pequeño tic en el ojo al intruso de su mansión.
Danny Phantom, el chico fantasma y héroe de Amity Park, estaba a unos cuantos metros de distancia, observándolos seriamente como si ellos mismos hubieran insultado a su madre y pateado a su perro personalmente frente a su cara.
—¿Interrumpo la fiesta? —apretó los puños que brillaban de un tono verdoso.
—Ah, Daniel —dijo Vlad con una falsa y tensa sonrisa —. Qué visita tan inesperada... — continuó sonriendo mientras se transformaba —. Y con inesperada me refiero a... ¡Completamente esperada!
Y, con ese grito de batalla, Vlad disparó un potente rayo fantasma hacia el adolescente volador, un rayo el cual casi termina impactando en el pecho del chico de no ser porque este último se hizo a un lado de manera dramática en el último segundo.
—Vaya, ¿mal momento para venir a frustrar tus planes, cabeza de croissant?
Vlad se veía furioso, un hecho que enorgulleció enormemente a Danny y le hacía sonreír de oreja a oreja, sin embargo, esa sonrisa se congeló en su rostro cuando se percató de la monstruosidad de máquina que estaba a pocos metros de donde estaba... y de la persona que estaba dentro de ella.
—... ¿Wes?
Justo al terminar de decir ese nombre, Vlad se abalanzó hacia el adolescente fantasma y lo tomó de su pierna para después lanzarlo bruscamente hacia el otro lado del laboratorio.
El movimiento de Vlad, combinado por el shock inicial de volver a ver su rival después de varios meses, Danny no tuvo la oportunidad de liberarse ni mucho menos de evitar el fuerte impacto que terminó recibiendo contra la pared.
Con la cabeza dando vueltas y viendo doble, el halfa más joven se enderezó e intentó enfocar su visión hacia lo que parecía ser otro portal fantasma.
—E-entonces es verdad —parpadeó ferozmente —. El extraño mensaje había estado diciendo la verdad; Wes había estado aquí todo este tiempo —sus ojos brillaron ferozmente al darse cuenta de la situación—. ¡Tú secuestraste a Wes!
Danny, cegado por la rabia de saber que su compañero de clase (y rival) sufrió posibles horrores por parte de Vlad, este contraatacó con un potente rayo fantasma que tomó al halfa más experimentado por sorpresa.
En otras instancias, Vlad se habría sentido orgulloso de ver al más joven perderse en sus emociones, sin embargo, en esos precisos instantes, fue molesto. Ahora no era el mejor momento de tener a un halfa emocionalmente inestable cuando su hijo, completamente indefenso, estaba detrás de él.
—¿Mensaje? —logró decir antes de crear un ecto-escudo semi estable, protegiéndolo de un posible daño severo.
Una vez que logró protegerse del ataque del adolescente, Vlad volvió a tomar represalias, mientras pensaba sobre quién o qué lo delató con el hijo de Jack.
La respuesta no tardó en llegar una vez que su visión distinguió a uno de sus cañones destruidos.
—¡Esa IA traidora doble cara! —apretó los puños de la rabia —. ¡Debí haberme librado de ella después de todo el fiasco de los clones!
—E-espera... —Danny paró en seco—. ¿Tu propia IA te traicionó? Uhm... me reiría ante la ironía de la situación, pero si esa inteligencia artificial que mencionas es la misma que tenía la forma de mi mad...
Danny no pudo terminar de hablar, ya que Skulker finalmente decidió dar acto de presencia en la batalla y disparó un misil a sus espaldas, un misil que, al impactar contra él, lo sacó a volar convenientemente hacia la misma dirección en donde estaba parada Ember.
Una sonrisa, divertida y malvada, se formó en los labios del fantasma de cabello azulado al comprender lo que estaba pasando y, justamente cuando Phantom estaba a punto de recuperar el control de su vuelo, Ember volvió a sacar su guitarra y tocó una nota musical, una nota musical altamente explosiva.
Por segunda ocasión en la noche, Danny terminó impactando contra una pared de metal.
—Ser traicionado por algo que yo mismo creé no es algo nuevo para mí—dijo seriamente Vlad mientras Skulker y Ember aparecían a sus costados —, pero sigue siendo demasiado molesto y desalentador.
Danny gimió mientras intentaba salir de la pared.
—Estoy cansado de este juego, Daniel. Ya tuve suficiente de que tus patéticos amigos y tú intervengan siempre en mis planes —una sonrisa se formó en su rostro —. Esta vez las cosas serán diferentes.
Skulker convirtió su mano en un cañón y apuntó a su dirección. Ember, por el otro lado, comenzó a tocar suaves notas, esperando el momento adecuado para tocar una con fuerza.
—La mayoría de mis planes consistía en convencerte verbalmente para que te convirtieras en el hijo mitad fantasma que tanto deseé tener —entrecerró los ojos—. Viendo que las palabras y la muestra de mi poder no iban a funcionar para convencerte, capturarte y obligarte a serlo pareció ser la clave de todo.
Danny siguió con su lucha para poder moverse.
—Lamentablemente, eso tampoco funcionó y tuve que tomar la drástica decisión de crear clones de ti—su expresión se volvió sombría —. Vaya error mío. ¿Quién hubiera imaginado que incluso en tus propias copias seguiría estando esa rebeldía tuya contra mí?
—¿Será porque eres un demente como la mierda? —gruñó ante el dolor que sentía su cuerpo —. Has perdido la cabeza, Vlad.
El halfa mayor empezó a reír.
—Puede que tengas razón—sus dientes, filosos como los cuchillos de un carnicero, se mostraron cuando sonrió de oreja a oreja —. Pero eso está bien, muy pronto volveré a ser el hombre que solía ser antes de conocerte.
—E-espera... —abrió los ojos como platos —. ¿Qué estás haciendo?
—Estoy haciendo lo que debí haber hecho desde un principio —sus manos comenzaron a brillar intensamente—. Ya no te necesito, Daniel. Tú eres ahora un obstáculo para mis futuros planes y eso, eso es algo que no puedo permitir.
Danny, ahora completamente en shock por lo que acababa de escuchar, intentó desesperadamente salir de la pared mientras que Plasmius, Skulker y Ember se preparaban para atacar.
Intentó crear un escudo. Eso no funcionó.
Intentó volverse intangible. Eso tampoco funcionó.
Intentó mover su cuerpo para salir de la pared. Oh, sorpresa, eso tampoco funcionó.
El último ataque que recibió por parte de Ember lo dejó de cierta forma paralizado. No importaba si se esforzaba, su cuerpo y sus poderes se negaban a cooperar.
Dándose cuenta de que no podía escapar, Danny miró con horror a sus tres enemigos listos para disparar.
—¡Fue...!
Plasmius fue bruscamente interrumpido cuando el rayo rojizo de un ecto-gun lo golpeó en el pecho.
Antes de que Skulker o Ember tuvieran la oportunidad de mirar hacia arriba, ambos fantasmas fueron igualmente golpeados en el pecho, la diferencia, sin embargo, fue que el ataque que recibieron fue de color verde neón y no rojo.
Danny suspiró, aliviado, al saber quiénes fueron los autores de dichos ataques. Sus sospechas se confirmaron una vez que vio a su prima Dani y a la cazadora roja descender por el agujero en el techo que él había hecho al entrar.
—¿Necesitas ayuda ahí, primo? —dijo Dani, divertida de haber salvado al otro —. Parece que tu plan de adelantarte no funcionó muy bien que digamos.
Danny soltó un gemido lastimero cuando el halfa más joven lo sacó de la pared.
—Sí, bueno, en mi plan no estaban contemplados ciertos invitados.
—Y hablando de invitados —Valerie frunció el ceño —. No me sorprende ver a Skulker aquí. No es la primera vez que lo veo trabajar para Plasmius pero... ¿Ember? ¿Ella en dónde entra?
—Eso es lo de menos —Dani dijo, mientras se tronaba los dedos de las manos—. Somos héroes, ellos no. Les pateamos el trasero y salvamos el día, fin de la historia.
Danny normalmente estaría de acuerdo con ese plan, pero esta vez todo parecía diferente.
Vlad era diferente.
—Esta vez no, Dani.
—¿Eh? —parpadeó hacia su dirección —. ¿Por qué?
—Vlad parece más inestable que antes—miró al halfa mayor que comenzó a enderezarse del suelo —. No necesitamos ganar nada. Solamente necesitamos sacar a Wes de aquí y alejarlo de lo que sea que Vlad haya preparado para él.
—¿Y ya? ¿Eso es todo? —Valerie, molesta por el plan a medias, miró al Danny —. No tengo ni la más remota de lo que Vlad quiere con Wes, pero llevarlo a Amity Park no ayudará en nada. Podría volver a secuestrarlo a los pocos minutos de haberlo llevado a casa.
—Estoy de acuerdo con ella, Danny —su joven prima continuó—. Rescatar a ese chico no solucionará nada.
Antes de que Danny tuviera tiempo de decir algo, una voz robótica sonó en el laboratorio.
Atención.
Neuro-Portal cargado al quince por ciento.
—Okay... eso no es bueno —Dani miró el techo.
—No. No lo es —Valerie agarró el ecto-gun que estaba colgando en su espalda y miró al fantasma de cabello blanco —. Sigo pensando que no vamos a resolver nada si solo sacamos a Wes de aquí, pero creo que lo mejor será movernos de una vez.
—Sé que es un plan a medias, pero lo principal aquí es la seguridad de Wes. —una mirada afligida apareció en su rostro —. Tardé demasiado en encontrarlo, no pienso dejarlo un minuto más bajo las garras de Vlad.
—Bien, bien, bien —interrumpió Dani —. Ya pensaremos lo que haremos después con ese tal Wes una vez que lo rescatemos. ¿Qué hacemos, Danny?
—Ustedes distraen a Vlad y sus secuaces mientras yo rescato a Wes. Una vez que él esté conmigo, nos vamos —miró al frente con una expresión determinada —. Ya se nos ocurrirá algo después.
Valerie y Dani no parecían encantadas con la idea, sin embargo, ambas inmediatamente saltaron hacia el ataque una vez que vieron a Skulker y a Ember enderezarse.
El plan de distracción pareció haber funcionado a la perfección. Vlad, Skulker y Ember, los tres inmediatamente se lanzaron al ataque contra las dos chicas. Aprovechando que sus dos compañeras se encontraban distrayendo al enemigo, Danny voló silenciosamente hasta la máquina de aspecto extraño.
Una vez estando frente a la boca del lobo, Danny sintió que su cuerpo se congelaba.
Wesley Weston, su compañero de clases y rival inesperado, se encontró sombríamente inmóvil en una mesa de metal a pocos metros de distancia.
Verse atrapado en una mesa de metal, esposado e indefenso, fue algo que nunca le ha pasado y esperaba que nunca fuera a suceder, pero ver a Wes, un chico que tenía un parecido sorprendente a él, en esa posición... Danny simplemente no pudo evitar estremecerse ante el simple pensamiento.
De no ser por la batalla que se desarrollaba detrás de su espalda, Danny se habría quedado más tiempo congelado observando la perturbadora escena.
Una vez estando dentro, Danny ignoró la incómoda sensación de déjà vu que le provocó estar dentro del portal. También ignoró el deplorable estado en que se encontró su compañero de clases y, para evitar una crisis emocional en medio de una máquina de muerte, dolor y sufrimiento, evitó mirar el rostro dormido de Wes, un rostro que casi funcionaba como un reflejo del suyo.
Sabiendo que el tiempo era esencial, el héroe fantasmal inmediatamente tomó los hombros del pelirrojo y activó su intangibilidad para sacarlo de ahí. Lamentablemente, pese a que el cuerpo del pelirrojo reaccionó de manera inmediata con aquella habilidad fantasma, el cuerpo de Wes no se alejó ni un poco de la mesa y de los cables que estaban conectados en su cabeza
Danny maldijo en voz baja. Por supuesto que Vlad tuvo que encadenar a Wes en una mesa contra fantasmas.
Una explosión en el exterior y un grito de furia del halfa mayor fue todo lo que necesitó el joven héroe para lanzar su sutileza por la ventana.
Con un movimiento rápido, Danny retiró la máscara de... ¿Oxígeno? Sea lo que sea, Danny se lo quitó e intentó destruir los grilletes que impedía que el cuerpo de Wes fuera libre.
No funcionó, obviamente. Si la mesa de metal era a pruebas de fantasmas, ningún ataque suyo lograría funcionar. Aun sabiendo todo eso, Danny continuó aferrado a la idea de liberar a su compañero de clases con sus poderes.
Los rayos fantasmas no funcionaron, tampoco su superfuerza pareció mover algún tornillo y sus habilidades de hielo terminaron siendo todo menos eficaz. La falta de resultados comenzó a ser frustrante para el joven héroe fantasmal.
Gracias a todo el ajetreo y ruido de fondo, los párpados del pelirrojo comenzaron abrirse lentamente ahora que la droga no se encontró circulando en su sistema.
Aturdido y confundido, Wes se percató que una persona se encontraba frente a él.
El traje de materiales peligrosos de color negro con blanco le resultaba tan familiar que una extraña sensación de anhelo se instaló en su pecho, pero no fue hasta que su visión captó el logo del héroe de Amity Park que finalmente reconoció a la persona que estaba frente a él.
—¿Da-Danny? —parpadeó y alzó la mirada —. Danny... ¿Eres tú?
El dueño de aquel nombre paró en seco.
Había pasado tanto tiempo de haber escuchado aquella voz, de escucharla decir su nombre, que fue imposible para él no quedarse congelado por la conmoción.
Después de un momento de silencio, Danny recuperó la compostura e intentó una vez más liberar al pelirrojo de sus ataduras.
—Cuanto tiempo sin vernos, ¿no es así? No te preocupes Wes, te sacaré de aquí antes de que te des cuenta.
—¿Tú... ? ¿Tú viniste por mí? —parpadeó—. ¿Viniste a rescatarme? ¿Incluso después de lo que te hice?
El corazón del pelirrojo se apretó ante la idea.
Vinieron por mí.
Danny vino a rescatarme.
—Sí, Wes, vine a rescatarte de Vlad —sacó la lengua mientras se concentraba.
Wes vagamente fue consciente de que la mano de Danny fue envuelta en ectoplasma y tomó la forma de un cuchillo.
—¿Por qué?
—¿Cómo que por qué? —espetó con el ceño fruncido mientras intentaba inútilmente cortar los tubos de metal que estaban conectados al casco —. Vlad te secuestro. No importa nuestras diferencias, no te puedo dejar con ese demente, incluso si intentaste revelar mi identidad en el pasado.
—Danny...
—Ahorra energía, Weston. Tengo que encontrar la forma de sacarte de aquí mientras tengamos tiempo.
—Danny, escúchame por favor.
—No tenemos tiempo para charlas —gruñó con molestia—. Demonios, ¿tal vez si intento...?
—¡No fue mi culpa!
El grito de Wes congeló al adolescente de cabello blanco.
Sabía que no había tiempo para hablar, Dani y Valerie contaban con él y no podía perder valiosos segundos haciendo una charla emocional con Wes. Pero, la forma en la que Wes le grito... pareció desesperado.
—¿Qué cosa no es tu culpa? —preguntó Danny curioso antes de darse cuenta de que su mano en forma de cuchillo estaba demasiado cerca del rostro pecoso de Wes.
—De todo —dijo, como si aquellas palabras fueran a responder algo —. M-mi obsesión contigo, mis teorías, el acoso... todo.
Danny suspiró y negó con la cabeza.
—No tenemos tiempo para esto, Wes. Si quieres pedir perdón, está bien, pero primero déjame sacarte de aquí.
—Tú no lo entiendes —ahora fue él que negó con la cabeza —. Yo solo quería acabar con los rumores, intenté demostrarle a los demás que no era un fantasma. Intenté demostrar que yo era real.
—¿Eh... gracias?
—Perdón, no quise decir... argh, mierda, ¿por qué todo tiene que ser tan difícil?
—Por mucho que me gustaría reír ante la insensibilidad de tus palabras, tengo que sacarte de aquí.
Wes estaba confundido. Sus recuerdos eran bastante borrosos y el dolor de cabeza solo comenzó a irritarlo.
Tenía tantas preguntas, pero las ansias de disculparse con su rival fue más fuerte que aquella voz molesta en su cabeza que exigía respuestas.
—Lo siento Danny, en verdad lo siento —tembló cuando vio la mano en forma de cuchilla golpear una de sus ataduras —. Y-yo solo intenté demostrar que no era invisible. Ser llamado fantasma me hirió. Siempre fui ignorado, incluso si intenté varias cosas —su expresión decayó —. Dejé de importarle a mi padre cuando mi madre nos abandonó. No importa lo que hiciera, no importa lo que diga. Siempre fui un fantasma para él.
Danny dejó de golpear los grilletes y miró a Wes.
—Cuando me llamaron fantasma, me sentí triste y enojado. He intentado de todo para encajar, pero por alguna razón nada funcionó y cuando me propuse a revelar tu identidad... yo... yo creí que la gente me iba a notar.
—Creo que era vagamente consciente de ello —dijo finalmente Danny —. Nunca había escuchado nada de ti hasta que Dash y el resto de los A-Listers esparcieron ese rumor. Y lo siento Wes, realmente no fue mi intención meterte en todo este lío.
Wes negó con la cabeza, ajeno a que su cabello era más largo de lo que recordaba.
—No fue tu culpa —una débil sonrisa se formó en su rostro —. Nadie la tuvo. Simplemente... sucedió.
Danny casi quería reír, por primera vez tuvo una conversación amistosa con Wes y por unos segundos, se dio el lujo de imaginar futuras conversaciones así.
—Danny —la pequeña y triste sonrisa del pelirrojo desapareció —. Sé que acabo de decir que no fue culpa de nadie, pero... —sus ojos se entrecerraron, mientras forzaba su cerebro a recordar—, ese acoso que te di no fue normal.
—Ah, sí. Un poco espeluznante de tu parte, pero no te preocupes —sonrió —. Ahora que te diste cuenta de lo malo que fue, me hace ver que eres una buena persona. Te arrepientes de tus acciones, y eso ya es una buena seña-
—No. No. No —interrumpió bruscamente —. Me refiero a que yo no soy así. ¿Recuerdas esa noche en especial? ¿En el bosque? Estaba nadando en un pequeño claro, lo llamaba; "mi lugar secreto". Llegaste por accidente junto con Vlad en una pelea. ¿Lo recuerdas?
—S-sí. Lo recuerdo bien...
Por supuesto que lo recordaba. ¿Cómo no iba a acordarse de aquella noche en especial donde escuchó a Wes gritar a todo pulmón que revelaría su identidad sin importar nada?
Esa sonrisa demente de Vlad en el rostro de Wes es algo que nunca olvidará.
—¡Fue Vlad! —alzó la voz, sacando sin darse cuenta a Danny de sus pensamientos —. ¡Él me lavó el cerebro aquella noche! Yo nunca antes me había obsesionado tanto con algo.
—¿Te lavó el cerebro? —arqueó la ceja —. ¿Y exactamente cómo pudo él...?
Danny se quedó congelado cuando el recuerdo de aquella noche apareció en su mente.
Recuerda estar en el aire, sonriendo divertido de ver al engreído de Vlad en el suelo, recuerda la mirada que hizo Vlad cuando vio a Wes en el árbol, recuerda el momento exacto cuando el halfa mayor desapareció dentro de su compañero de cuarto.
Recuerda aquella sonrisa espeluznante de Vlad plasmada en el rostro de Wes.
"¡La verdad será revelada!".
Ahora todo tenía sentido.
—El eclipsamiento... —susurró, antes de abrir los ojos como platos —. V-Vlad te eclipsó, é-él te dejó esa obsesión de querer revelar mi identidad cuando te eclipsó —golpeó su puño en su mano —. Por eso tu obsesión conmigo. No importaba si tu vida estaba en riesgo, Vlad te dejó ese pensamiento fuertemente incrustado en tu cabeza.
—¡Sí! —gritó, como si hubiera descubierto el misterio del siglo —. Vlad me liberó de esa obsesión una vez estando aquí. Ahora... ahora.... ¿ahora?
—¿Wes? —parpadeó confundido ante la expresión del otro —. ¿Estás bien?
—Yo... ¿Yo creo que sí? —frunció el ceño y gimió —. Oh, mierda. ¿Por qué de repente me duele la cabeza? —una tímida sonrisa se formó en su rostro al darse cuenta que lo miraban—. Uhm... ¿de qué estábamos...?—Wes dejó de hablar y abrió los ojos del horror —. ¡Danny cuidado!
Antes de que tuviera tiempo para reaccionar, unas fuertes manos enguantadas los tomaron desprevenidamente de sus hombros y una fuerte descarga eléctrica comenzó a ser descargada en él, haciéndolo gritar a todo pulmón.
—¡No! —gritó Wes, mientras intentaba liberarse de su prisión —. ¡Suéltalo ya maldito bastardo!
Wes ya había visto a Danny luchar, pero era la primera vez que escuchaba un grito así de él.
Fue tan desgarrador, fue tan doloroso.
Una vez que la descarga eléctrica cesó junto con los gritos, Plasmius tomó a Phantom de su brazo y lo lanzó bruscamente hacia la entrada del portal, completamente desinteresado de la seguridad del chico que una vez deseó como familia.
Los ojos rojos de Vlad dejaron de mirar el cuerpo temblante de su némesis y en su lugar volteó hacia el pelirrojo que lo miraba con odio puro.
—¡No te saldrás con la tuya! —escupió mientras lo veía flotar hacia él —. Sea lo que sea que estés tramando, créeme. ¡No funcionará!
La expresión de Vlad no cambió. ¿Debería estar sorprendido ante la hostilidad Wes? Por supuesto que no. Después de todo, él ya había previsto eso.
—Descuida, hijo mío—tomó la mascarilla y la volvió a colocar en su rostro —. Una vez que todo esto acabe, te prometo que tú y yo estaremos juntos como lo prometí.
—¿De qué demonios estás...? —parpadeó —. ¿De qué estás...? —sus ojos comenzaron a cerrarse nuevamente —. ¿Por qué de repente es tan difícil pensar...?
Una vez que Wes volvió a quedar inconsciente, Vlad soltó un suspiro que no sabía que estaba conteniendo.
—¿Qué...? ¿Qué le hiciste?
La voz molesta del halfa más joven lo hizo apretar los puños.
Lentamente, Vlad se dio la vuelta y miró los ojos verde tóxico del hijo de Jack.
—Fuiste tú todo este tiempo, ¿verdad? La razón por la cual Wes arriesgó su vida para demostrar mi identidad —se levantó a trompicones del suelo, mientras el humo seguía saliendo de su cuerpo chamuscado—, todo fue por ti. Le lavaste el cerebro a Wes.
—Ah, sí —caminó con pasos pesados hacia él—. Finalmente, sabes la verdad detrás de los actos imprudentes de Weston. Pero no te preocupes, una vez que él asuma el papel de mi hijo mitad fantasma, el papel que tú rechazaste, todo quedará en el pasado y posiblemente riamos de ello.
—Tu maldito...
Vlad rápidamente lanzó otra descarga eléctrica hacia su dirección, un ataque que obligó al halfa más joven huir del estrecho camino del Neuro-Portal.
Danny no tuvo tiempo de tomar un respiro. Una vez estando fuera del portal, Skulker se abalanzó hacia él con una gran cuchilla saliendo de su antebrazo.
Apenas teniendo tiempo de esquivar el primer intento de asesinato, Danny volvió a crear su propia cuchilla y luchó esgrima contra Skulker durante unos segundos antes de darse cuenta de que solamente lo estaban distrayendo.
Con un grito de advertencia de su prima, Danny miró hacia arriba. Al hacerlo, sus ojos se abrieron de sorpresa al ver que Ember estaba ahí, flotando a pocos metros de él con la plumilla de su guitarra brillando intensamente mientras sus ojos lo miraban con un hambre feroz.
—Esta nota está dedicada especialmente para ti, Phantom .
Skulker, igualmente con una sonrisa en su rostro, se alejó rápidamente de él y dejó que su pareja tocará una nota que el joven halfa no podría evitar a tiempo.
Inconscientemente, Danny activó su intangibilidad, como si eso fuera a protegerlo del ataque de otro fantasma.
Si bien ser intangible no lo protegió del último ataque de Ember por ser el ataque de un fantasma, este sí lo protegió de golpear algo duro nuevamente. Lo malo, sin embargo, fue que la tierra lo tragó una vez que el golpe lo empujó hacia abajo.
Mientras escuchaba la voz de Dani gritar su nombre a través del comunicador, Danny intentó frenar su caída de lo que pareció ser un pozo sin fondo. Justamente cuando creyó que había disminuido la velocidad de su caída, la luz regresó a su visión, un hecho que lo tomó con la guardia baja y lo hizo perder la concentración.
Con un grito de sorpresa, Danny agitó los brazos frenéticamente como una ave en su primer vuelo antes de besar el suelo.
Gimiendo de dolor, el héroe adolescente se levantó del suelo y se frotó el rostro.
— ¿Danny? —la voz preocupada de su prima lo hizo entrar en razón —. ¿Estás bien?
—S-sí —se levantó del suelo y miró alrededor con una ceja levantada —. Estoy bien. Solo un poco magullado.
— Es bueno escuchar eso —dijo Valerie —. ¡Ahora trae tu trasero de vuelta! Vlad realmente parece que quiere cometer un asesinato.
—Y no está muy alejado de hacer eso... —susurró para sí mismo.
Danny realmente no le gustaba la idea de dejar a Dani y a Valerie contra Vlad, pero la habitación en donde terminó parando fue sumamente extraña como para dejarlo pasar.
La forma en la que todo estaba acomodado, el diseño y decoración, fue similar a las habitaciones lujosas del billonario engreído que hace nada lo acababa de electrocutar, pero, ¿dónde estaba exactamente? No pudo ver nada durante su descenso, pero estaba bastante seguro que había descendido algunos cuantos metros y fue imposible para él ver alguna salida.
¿Por qué Vlad tendría una habitación lujosa sin entrada o salida? La única puerta que había visto lo llevaba a lo que parecía ser un baño. ¿Por qué...?
Danny no terminó aquel pensamiento cuando se dio cuenta de algo; él ya había ido a la mansión de Vlad durante el secuestro de Wes. En todas las veces que fue, y todas las veces que investigó, él nunca encontró nada fuera de lo común.
Nunca hubo ningún indicio de que el hombre de negocios tuviera algo que ver con el secuestro de Wes, pero ver esa habitación sin ninguna salida...
El joven adolescente solamente tuvo que dar un pequeño vistazo alrededor para confirmar sus sospechas.
Wes había estado viviendo ahí. Por eso nunca lo encontró cuando investigo o invadió la mansión de Vlad; su compañero de clases había estado todo ese tiempo ahí abajo, alejado de todo contacto humano y sin la posibilidad de pedir ayuda.
Danny estaba tan enojado por ese descubrimiento que sus ojos brillaron intensamente y el piso donde estaba parado se llenó de escarcha.
Con la ira ahora hirviendo en sus entrañas, el joven fantasma se volvió intangible y salió disparado hacia el techo. Una vez atravesando el techo, Danny voló por varios segundos antes de finalmente emerger en el laboratorio de Vlad.
Nuevamente estando en el campo de batalla, sus ojos se posaron inmediatamente con los ojos rojos de su némesis y, al hacerlo, ambos halfas se lanzaron contra el otro.
Valerie y Dani al escuchar la colisión voltearon la cabeza. Al ver que su compañero estaba luchando contra el premio gordo, ambas inmediatamente se miraron entre sí antes de asentir la cabeza.
Si Danny se iba a enfrentar con Vlad, entonces ambas tenían que concentrarse con alguien más.
Ember y Skulker aparentemente pensaron lo mismo y, en consecuencia, cada uno se lanzó contra su propio rival.
Dani, aprovechando su gran agilidad y velocidad, esquivó a diestra a siniestra cada ataque de Ember, provocando que esta última comenzará a tocar notas cada vez más espontáneas pero menos poderosas.
Valerie, por el otro lado, se encontró persiguiendo a Skulker en el aire a bordo de su planeador, disparando cada vez que veía la oportunidad de asestar un golpe directo.
Y, durante unos minutos, los seis integrantes de aquella batalla se encontraron perdidos en la lucha, ajenos a lo que le estaba pasando a su premio.
O al menos así fue hasta que la voz robótica volvió a hablar.
Atención.
Neuro-Portal cargado al treinta y cinco por ciento.
Danny, aprovechándose de que Vlad se había distraído por la voz robótica de su laboratorio, canalizó el ectoplasma en sus manos antes de lanzar un potente rayo fantasma hacia su dirección. Al ser tomado con la guardia baja, el halfa de piel azulada no pudo evitar ser expulsado hacia unos estantes con varios vasos precipitados por el fuerte impacto que recibió en el pecho.
Mientras el vidrio crujía y se rompía en el suelo, Danny miró hacia la dirección de Valerie y Skulker.
Normalmente, él no se metería en una pelea ajena, en especial una donde estaba Valerie, pero había perdido demasiado tiempo y necesitaba sacar a Wes de ese extraño portal.
Con ese último pensamiento rondando en su cabeza, Danny inmediatamente se abalanzó hacia la pelea de ambos cazadores y disparó.
—¡¿Pero qué?! —exclamó la adolescente cuando su contrincante fue alejado de ella por un ataque ajeno.
Sorprendida, la cazadora volteó la cabeza hacia la dirección en la que vino el ataque. Al encontrarse con el dueño, su sorpresa rápidamente cambió a una de molestia.
—¡Hey! Casi lo tenía.
—Y no lo dudo, pero necesitaba tenerte libre por unos segundos.
—Bueno, estoy libre ahora —cruzó los brazos —. ¿Qué necesitas?
—Creo que en este punto es bastante obvio, pero te lo diré de todas formas. Wes está atrapado dentro de ese portal. Si no lo sacamos de ahí antes de que se active, él podría morir o convertirse en un halfa cómo lo es Vlad, como lo es Dani —colocó una mano enguantada en su pecho —, como lo soy yo.
Valerie pareció alarmada ante esas palabras. Sin poder evitarlo, su mirada rápidamente se dirigió hacia la misma dirección en donde estaba el portal, un portal que, para el horror de ambos, el interior pareció comenzar a moverse lentamente.
—No pude liberarlo —Valerie volvió a mirarlo —. Vlad debió suponer que iba a venir. Todo es a pruebas de fantasmas; lo que se traduce a que soy completamente inútil para poder liberar a Wes, al igual que Dani —le señaló con el dedo —. ¿Tienes herramientas en tu traje verdad?
—Por supuesto —alzó una ceja y colocó ambas manos en su cadera—. No todos podemos atravesar puertas o paredes como tú.
—Bien —asintió —. Entonces eres el jugador MVP de esta noche. Dani y yo nos encargaremos de los demás, tú encárgate de liberar a Wes. Una vez que lo tengas contigo, huye, no importa lo que pase; debes llevar lejos a Wes.
Valerie apenas tuvo tiempo de asentir la cabeza antes de que Dani se interpusiera en medio de los dos tras estrellarse dolorosamente en el suelo.
—¡Oh demonios! Dani, ¿estás bien?
El adolescente fantasma, ansioso y preocupado por la seguridad de su familiar, se arrodilló en el suelo para ayudar al fantasma más joven a levantarse, un gesto que fue bien recibido por la menor.
—Sí, sí, sí —respondió con la cabeza dando vueltas mientras su primo le ayudaba a levantarse del duro suelo —. Sea lo que sea que estén tramando ustedes dos, será mejor que lo hagan rápido. A diferencia de ti, primo, yo no puedo durar tanto en una pelea sin sentir esa incómoda sensación de querer convertirme en un charco de baba.
Danny, alarmado ante aquellas palabras, abrió la boca para preguntarle si estaba segura de que podía continuar en aquella batalla cuando de repente, y tomando a todos por sorpresa, un pesado cuerpo lo embistió dolorosamente en el hombro y lo alejó rápidamente del lugar.
Danny vagamente logró reconocer las voces de Dani y Valerie a la distancia, pero con todo el ruido del viento gritándole en los oídos, él no tuvo el tiempo suficiente para asimilar las palabras.
Y, de repente, en lo que pareció ser un simple parpadeo, todo tipo de ruido y movimiento brusco paró en seco; dejando al joven héroe momentáneamente confundido.
Abriendo los ojos, Danny se dio cuenta de que terminó siendo llevado al exterior del castillo. Al mirar hacia abajo, el espeso y profundo bosque de Wisconsin le saludó.
Un estremecimiento, seguido de una bocanada de aire azul saliendo de su boca, fue todo lo que necesitó el halfa adolescente para voltear hacia atrás.
Sus sospechas sobre quién o qué pudo haberlo sacado de la mansión tan bruscamente se confirmaron una vez que los colores del fantasma translúcido regresaron.
Vlad Plasmius, su némesis y dolor de cabeza del último año, se encontraba flotando frente a él mientras la luz bañaba su azulada piel.
Ambos halfas se miraron a los ojos. Incluso si Danny fue sacado bruscamente de la mansión y alejado de sus amigos, él no atacó de inmediato al otro.
Después de lo que pareció una eternidad, el fantasma de aspecto vampírico cerró los ojos y habló.
—Mi obsesión me ha estado consumiendo, Daniel —dijo con voz plana —. Siempre he anhelado una familia, tener un final feliz con tu madre. Conocerte solo me hizo desear aún más eso.
Una fuerte brisa pasó por el cuerpo de ambos, mientras el cabello blanco de Danny bailaba suavemente, la capa de Vlad danzó elegantemente hasta ser algo hipnótico de ver.
—Admito que nuestro primer encuentro no fue del todo agradable —Danny casi resopla ante aquellas palabras —. Tal vez en otra línea de tiempo, en un universo alterno, nuestro primer encuentro pudo haber terminado de manera diferente.
De repente, los ojos del halfa mayor se abrieron.
—Hubiera sido agradable tenerte como aprendiz. Tal vez eso me habría ayudado a calmar mi obsesión de formar una familia con tu madre —sus ojos se entrecerraron y sus manos brillaron con intensidad —. Pero el pasado es pasado. No tiene sentido lamentarse por decisiones que ya hemos tomado y que no podemos cambiar.
El adolescente igualmente hizo brillar sus puños, preparándose para la inevitable batalla que estaba a punto de suceder.
—Escúchame bien, Daniel —su voz serena y tranquila contradecía la rigidez y la expresión de su rostro —. Tu intervención en mis planes ha sido una molestia. Has impedido que tenga una familia, me has impedido ser feliz —su expresión cambió —. No esta vez.
Y con esas últimas palabras, una batalla entre los dos halfas se desató con gran intensidad en el exterior de la mansión. Ahora que ninguna pared, humano o fantasma se interponía entre los dos, contenerse era palabra inexistente.
Mientras tanto, Dani y Valerie, ajenas a la batalla que se desarrollaba en el exterior de la mansión, miraron intensamente a la pared en donde vieron por última vez a los dos halfas.
El fantasma más joven, preocupado por la seguridad de su primo, estuvo a nada de correr hacia esa misma dirección hasta que un fantasma de cabello azulado se interpuso en su camino
—¿A dónde crees que vas? —cuestionó con una sonrisa arrogante en el rostro—. ¿Acaso creen que esto ha terminado?
Como si la presencia de aquel fantasma no fuera ya una molestia para ambas, Skulker finalmente apareció en sus espaldas.
—Ni crean que se librarán tan fácil de nosotros —su mano se transformó en un lanzallamas y les apuntó —. Esta noche, ustedes dos, junto con Phantom, terminarán adornando mi pared de trofeos.
—Dudo mucho que Vlad quiera que hagas eso —replicó Dani —. ¿Tengo que recordarte la razón de mi existencia?
Una sonrisa se formó en ambos fantasmas.
—Ya no más.
—... ¿Qué?
Dani estaba sorprendida, confundida. La mera razón de su existencia fue principalmente para reemplazar a Danny y ser el heredero de Vlad. Que su propio creador decidiera ya no querer al ser original, es decir, su primo, fue sumamente sorprendente.
La flama del lanzallamas de Skulker se encendió, esperando pacientemente a que su portador apretara el gatillo.
—¿Acaso no lo comprendes? —sonrió —. Phantom, al igual que tú, ya no forma parte de ningún plan de Plasmius. En el mejor de los casos, ustedes solo son una piedra en su zapato. Ahora todo gira en torno a Wes.
Valerie apretó los puños y miró a Ember.
—¿Tú lo sabías?
Ember frunció el ceño, aun con la punta de su guitarra apuntando hacia su dirección.
—No estás en posición para exigirme algo, cazadora roja —pausó, mientras la miraba intensamente a los ojos antes de soltar un resoplido molesto —. Pero no. Yo estoy en la misma posición que ustedes. No tenía ni la más mínima idea de que aquel chico lo había atrapado Plasmius, ni mucho menos de su plan de convertirlo en un halfa.
Valerie quería replicar ante sus palabras. Incluso si Ember parecía sonar verdaderamente honesta, ella seguía sin creerlo.
Lamentablemente, Skulker habló antes que ella, quitándole por completo la oportunidad de exigir una "verdadera" respuesta.
—Sobre si Ember lo sabía o no es irrelevante. Plasmius perdió por completo el interés por el chico fantasma y eso... Bueno, creo que no hace falta decir que nos da rienda suelta de hacer lo que queramos con él.
Ember volvió a sonreír y la plumilla de su guitarra se prendió en llamas.
—¿Libertad de acabar con Phantom? ¿Un nuevo halfa? Y lo mejor de todo... ¿De nuestro lado?—alzó el brazo con una expresión alocada—. ¡Demonios, sí!
Y con ese grito de batalla acalorado, Skulker y Ember dispararon al mismo tiempo hacia su dirección, obligando tanto al joven halfa cómo a la cazadora roja a separarse.
Una vez alejadas del impacto, las flamas verdes de Skulker chocaron y se mezclaron con las flamas azules de Ember; creando sin querer una hermosa, pero peligrosa, danza de fuego que poco después terminó creando una explosión acalorada, una explosión que hizo temblar el laboratorio e hizo titubear a ambas chicas en el aire por la onda explosiva. No obstante, estas últimas tuvieron que recomponerse rápidamente cuando los dos fantasmas de fuego se abalanzaron hacia ellas.
Dani era rápida y ágil en el vuelo, una característica suya que había estado usando a su favor la mayor parte del tiempo, pero Ember, cansada de aquel juego sin final aparente, comenzó lanzarle ataques más instintivos y más precisos, un hecho que no fue para nada favorable para la joven halfa.
Valerie, por el otro lado, se encontró en una situación similar. Al ser una simple humana con un planeador volador, sus movimientos en el aire no eran tan fluidos o precisos como los de un fantasma. Evidentemente, Skulker sabía muy bien eso y aprovechó dicha debilidad al reemplazar su lanzallamas con un arma similar a una ametralladora.
Valerie y Dani tenían que cambiar el rumbo de esa pelea si querían ganar. Ambas lo sabían muy bien, en especial cuando la voz robótica volvió a hablar.
Atención.
Neuro-Portal cargado al cuarenta por ciento.
Dani, sabiendo que la estrechez del lugar terminaría siendo su fin, giró bruscamente en el aire y lanzó un rayo de hielo a su perseguidor. El ataque fue tan inesperado que Ember no tuvo tiempo de evitar dicho movimiento por estar a pocos metros de su presa.
Con el fantasma de cabello azul cayendo bruscamente en el suelo, Dani se permitió un pequeño momento de paz.
—¡Cazadora! —gritó la joven fantasma entre jadeos—. ¡No sé si pueda continuar con esto! ¡Este lugar no se ajusta a mi estilo de pelea!
Valerie, todavía esquivando en zigzag los proyectiles de ectoplasma, gritó una respuesta rápida y directa.
—¡Vete! —exclamó, aun evitando los proyectiles—. ¡Yo me encargo de Skulker!
Dani quería objetar, no le gustaba la idea de dejar a un amigo con el despiadado cyborg, pero la mirada confiada y determinada que le dio su mejor amiga fue todo lo que necesitó para finalmente tomar una decisión.
—Está bien. Vendré tan pronto como logre librarme de Ember.
De repente, una onda sonora fue disparada hacia su dirección, obligando a la joven fantasma a huir por el agujero que llevaba hacia los pasillos vacíos de la mansión.
—¡¿A dónde crees que vas pequeña mocosa?!
Ember, furiosa por aquella última humillación que sufrió a manos de la pequeña fantasma, no se permitió el lujo de pensar sobre la posibilidad de ir hacia una trampa. No. Ella estaba tan enojada con la joven halfa que al verla huir inmediatamente se abalanzó para perseguirla, dejando a Skulker y a la cazadora roja en el laboratorio con el botín que en teoría debía proteger.
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