Gracias un tipo de sexto sentido o su parte Demoníaca, la que le avisaba cuando algo malo estaba pasando con su Ángel, pudo pedir permiso en su trabajo y salir antes. Cuando llego a su casa se encontró con Camus visiblemente asustado.

- Camie, ¿Que paso?- dejo una de sus manos en sus hombros, Camus dio un salto del susto, supo inmediatamente que algo malo le había pasado.-  Ángelito mío, ¿Que tienes?

No le respondio solo se abrazo a su cuerpo con fuerza y escondiendo su cabeza en su pecho, negándose a mirarlo o separarse de él. Cuando logro que se tranquilizara, pudo preguntarle que le había pasado, apenas escucho el nombre de Saga quiso hacerlo pedazos, y esparcir sus restos por todas parte. Lo habría hecho pero para su mala suerte, ¡Era un niño! Un maldito mocoso que atormentaba a su Ángel de ojos rojos, malditas leyes humanas que no lo dejaban desmembrarlo como quería.No se quedaría quieto, eso si que no.

Al otro día, acompaño a Shion al colegio, al que le llamo mucho la atención que se quedara unos minutos después de que se fue. Espero el tiempo que fuera necesario hasta que vio llegar a su enemigo jurado, lo malo es que no venia solo, lo acompañaba su gemelo, para su suerte supo identificarlo, jamas se le olvidaría su rostro.

Lo detuvo de un brazo, Saga lo quedo mirando sin saber quien diablos era, aunque muy en el fondo se le hacia familiar.

- Tu vienes conmigo, no te preocupes devolveré antes de que entres a clases.

Sin darle tiempo a responder se lo llevo lejos de las miradas de los demas.

- Escúchame mocoso, te quiero lejos de mi esposo- recalco el mi lo más que pudo, Camus es suyo y nadie tenia derecho a lastimarlo.

- Oh, ese bello pelirrojo ¿Es tu pareja?- rió con malicia- eso no durara mucho tiempo, esa belleza será mía.

- No pudiste quitármelo la primera vez, ahora mucho menos.

- ¿Primera vez?

No recordaba nada, que se haya interesado en él fue pura coincidencia, pero tampoco le tranquilizaba,  en cualquier momento su obsesión por Camus podría volver en su totalidad y eso seria peligroso. Mejor se guardaba los detalles de esa "primera vez"

- Ya no importa mocoso, quedas advertido no te vuelvas a acercar o me olvidare que eres un niño.

Dio la vuelta dispuesto a irse, sin notar el cambio de actitud del menor, sin querer sus palabras habian despertado las memorias de Saga. Este rió con la misma maldad de antes.

- Milo...- se detuvo de golpe- No creas que por amenazarme me voy a detener, ese bello ángelito estará de nuevo entre mis sabanas.

Eso logro que sus institos demoniacos despertaran, quería matarlo a golpes, pero de nuevo las malditas leyes mortales se lo impedian, eso si de cierta forma tambien le servían. Se acerco a él tomándolo con brusquedad del cuello de su uniforme.

- Aunque no pueda matarte como antes, no creas que vas a salvarte. Ya debes ser mayor de edad ¿y que crees? La carcel te estará esperando.

Ahora si se fue, sin darle tiempo a responder, simplemente dándole la espalda para no ver su rostro burlesco. No dejaría que la historia se volviera a repetir, ni loco.

~•~

Los días seguian pasando demasiado lento para su gusto, la escurla era lo mismo de siempre, cosas sin sentido pero hasta hace poco había notado algo muy extraño, sus compañeros de clases y hasta completos desconocidos comenzaron a mirarlo como si fuera un loco, algunos hasta con asco, comenzaba a preguntarse que diablos estaba pasando, se dio cuenta de que era cuando un grupo de niños de no mas de 13 o 14 años molestaban a Dohko.

Escucho cosas muy hirientes, pero al castaño poco le importo, había escuchado cosas peores en su anterior vida. Lo que si lo dejo sorprendido fue cuando hablaron de la relación que tenia con su primo era asquerosa. ¿Como se habían enterado ellos de la relación que tenia con Shion? En la escuela casi siempre se escondian para que nadie los viera. Algun chismoso salio con el cuento.

Fingio que no le importo nada de lo que le dijeran y se fue de ahí, dejando a esos niños con las palabras en la boca. Se topo con su Demonio adorado al doblar una esquina.

- ¿Tambien te esta pasando esto?- asintio- Que tiene en la cabeza que no nos dejan paz.

- Piensan que somos primos de sangre, ninguno de ellos sabe que ambos somos adoptados, tampoco hay que darles importancia.

- Solo me importa lo que tú pienses de mi.

- Yo te amo, mi pequeño tigre.

Sin importarles las miradas de los demás se apropio de los labios de su amado primo, solo eso debía importarle el amor que sintieran el uno por el otro, y mientras su familia siguieran apoyándolos como lo hacian a ellos no les importaría nada más. Pero las demás personas no piensan igual.

- ¿Nos vamos juntos en la tarde?- Dohko le sonrio coqueto, eso solo significaba una cosa; comida.

- Me encantaría, pero debo una prueba y tengo que quedarme más tarde.

- Te espero.

- Si quieres que te salgan raíces. Sabes que me demoro un mundo entero en hacerlas, más cuando no estudio, te lo compenso mañana.- dejo un beso en su nariz.

Hubierna seguido conversando, dando rienda suelta a su amor y cariño, pero había sonado el timbre para entrar a la clases.

- Otra hora más de aburrimiento.

Las horas pasaban lentas de nuevo. Se partio la cabeza para poder responder bien cada maldita pregunta. Cuando al fin salio de clases se sentía observado, sus instintos le decían que estaba siendo perseguido y no se equivoco, una mano demasiado grande se coloco en su honbro deteniendolo, vio a un tipo más alto que él, el que le sonreía con una pizca de lujuria mal contenida.

- ¿Tu eres el mocoso que se besuquea con su primo?

- ¿Te importa acaso? - lo miro con la misma superioridad que cuando era el líder de los Demonios, ese tipo no lo iba a intimidar.

El otro agrandó su sonrisa, produciendole asco.

- Me gustan difíciles.

Sin poder evitarlo fue empujado contra la pared, pero si ese sujeto pensaba que se dejaría hacer lo que quisiera estaba equivocado. Dio pelea, no tenia la misma fuerza de antes, si recordaba como pelear y no se rendiría tan fácil. Al ser más pequeño que el otro le era más facil evitar sus golpes. En una distracción aprovecho para darle en donde a los hombres más les duele, dejo al otro tirado en el suelo y corrio lo más que sus piernas les daban.

Tantos años sin pelear una sola vez le estaban pasando la cuenta. Cuando se vio lo suficientemente lejos se apoyo contra una pared, resbaló hasta quedar sentado sus piernas ya no tenían fuerza alguna.

- ¿Shion? - dio un pequeño salto. Para su suerte esa voz la conocía.

- Abel...

- ¡Vaya! Si eres tú, hace mucho que no te veía has crecido mucho.- lo miro bien, dándose cuenta de que no estaba en buenas condiciones.- ¿Que te paso?

- Casi me roban.

Mentira, sin embargo no le diria lo que estaba pansando en su escuela, no es que esperara que lo protegiera como lo hacian antes él y su hermano. Tampoco entendía porque su estupido corazón se aceleraba ante esa idea.

- Te acompaño a tu casa, Caín puede esperarme unos minutos más.- lo ayudo a levantarse, pasando uno de sus brazos sobre sus hombros y afirmandolo de la cintura.

Se sonrojo un poquito, sin entender porque le pasaba todo eso. Abel no podía estar aún en su corazón, ahí solamente tenia lugar su amado Demonio castaño y su familia, era imposible a menos...

¡No podia ser posible! Las emociones que alguna vez tuvo por él se hubiera mezclado con las que sentía por Dohko.

No y un millon de veces no, al único que podia amar era a ese pequeño castaño... pero ¿Y si su corazón había decidido otra cosa? ¡No jamas!

"Es mi amigo solo eso, casi como si fuera un hermano, nada más"

~•~

Las alarmas sonaban por todas partes, dando aviso de una fuga de reclusos, oficiales y criminales peleando y corriendo por todas partes.

Uno de ellos ya habia logrado escapar, ahora solo debía buscar un lugar donde esconderse junto con ese pequeño Ángelito, al que aún queria torturar.

🐯🐏

¡Esto se va a descontrolaaaaaaaaaar!

Abel solo viene a confundir al borrego un tiempo, ese tigre esta bien metido en su corazón y nadie lo va a sacar de ahí xD.

Saga... ¡Puto Saga! 😐

¿Quién creen que de escapo de la carcel? 😱

ScorpioNoMilo. 💕