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19.

Kardia - obligado por Dégel - tuvo que ir al medico para ver en que estado se encontraba su corazón, el diagnostico fue más o menos el que esperaban y por una semana tendría que guardar reposo y no exaltarse por nada. Y era eso ultimo lo que lo tenia más enojado, llevaba tres días en casa, los más aburridos de su existencia, solo tenia de compañía a dos gatitos que su pareja rescato de la calle.

Otra cosa que lo tenia con la cabeza humeando, era que Dégel estuviera solo en la universidad, con el desquiciado de Hades rondando no estaba tranquilo, asi que le había ordenado a Milo que vigilará que nada le pasara a su tomatito lector. Se preocupaba muchos más por su pareja que por su propia salud, eso en el pasado le habia costado la vida, pero estaba seguro que la volveria a dar con tal que su adoracion francesa estuviera sano y a salvo.

Las patitas de la gatita blanca en su mano lo sacaron de sus pensamientos.

- ¿Tienes hambre, Zaphiri?- se levanto de la cama por primera vez en el día, para darle de comer a la pequeña que llego antes que él a la cocina donde ya encontraba el otro gatito uno negro, llamado Krest- a ver enenos, no sean glotones que esto les tiene que durar.

Los días que aun le quedaban en casa se quedaría cuidando de ellos dos, pero sus preocupaciones seguirían bien metidas en su cabeza, en especial el paradero de su padre. Desde el día que los descubrieron Mystoria había desaparecido sin dejar rastro alguno, solo una nota para su esposa diciendo que la seguiría ayudando con los gastos de la universidad. Eso lo hacia dudar ¿en verdad había sido elección suya el engañar a su mamá, o había algo más de por medio?

~•~

Desde lejos vigilaba cada uno de los movimientos de ese Ángel Caído que alguna vez fue su prisionero, en esta vida no se salvaría, se apoderaría de su cuerpo cobrandole que lo matara. Él no era alguien del que se pudieran burlar y aprovechando que su pareja no molestaria por unos días le haría la vida a cuadros.

Cuando lo vio finalmente solo sonrió con algo de maldad, daría el primer paso para ganarse el miedo y el terror del pelirrojo. Con pasos lentos y silenciosos consiguió acercarse lo suficiente y sin que el otro se lo esperara cubrió sus ojos y boca.

Dégel quería gritar, soltarse de quien fuera que lo tuviera preso, pero no podía esa persona tenia mucha más fuerza que él, sintió como lo guiaba a quién sabe donde, pensó lo peor y solo un nombre se le vino a la mente.

"Kardia..."

Se amado griego estaba en casa confiando de que nada malo le pasaría, no podía defraudarlo ya había dado su vida por él una vez no tenia la obligación de hacerlo de nuevo, por ello trato de pelear hasta que lograra liberarse de su captor. De la nada logro soltarse, encontrandose de inmediato con la mirada descarada de Hades. Se encontraba en una parte de la universidad muy poco concurrida.

El de hebras oscuras lo tomo con brusquedad de un brazo.

- ¡Sueltame!

- Vaya, ratita no te pongas agresivo, o las cosas se pondrán peor para ti...- se acerco a su rostro lo suficiente para hacerlo retroceder de manera inmediata- no creas que te dejare tranquilo, seras mío tarde o temprano... me lo debes, Deggie, te cobraré mi muerte...

Abrió los ojos al maximo, no pudiendo creer lo que escuchaba. Hades había recuperado sus memorias, y junto a ellas volvieron los deseos de poseerlo como no pudo hacerlo en su anterior vida. La sonrisa ladeada que le dio logro que comenzara a forcejear de nuevo, al ver que no tenia salida decidió arriesgarse. Un fuerte puñetazo le llego de lleno en la cara pero al contrario de lo que Dégel creia solo logro que se interesara más en él.

- Mala idea.- con un golpe con el doble de fuerza lo tiro al suelo, partiendole el labio inferior el cual sangraba.- Ay ratira, no creí que fueras tan salvaje e impulsivo...- volvió a tomarlo de la muñeca- veremos si alguien escucha tus gritos.

Le dio una fuerte patada en el vientre la que le quito el aire, aguanto un gemido de dolor, no le daría el gusto de escucharlo gritar.

- ¡Vamos, quiero escucharte suplicar!- seguía golpeándolo con mayor fuerza.

- ¡El único que va a suplicar aquí seras tú!- una patada que Hades no vio venir lo alejo varios pasos del francés que seguía tirado en suelo, recuperándose de los golpes.- ¿Dégel, estas bien?

Milo, que pasaba por ahí por mera casualidad había visto como ese desquiciado golpeaba a su cuñado no lo pensó dos veces y golpeo al otro. El griego menor ayudaba al pelirrojo a que se sentara apoyado en la pared.

- Gracias, Milo.- le costaba hablar.

El de cabellos azules miraba con desprecio a Hades, si no hubiera llegado en el momento justo quien sabe que le hubiera hecho a Dégel.

- Por hoy te salvas, ratita.

Se fue sin más, pero no seria la ultima vez que reclamara lo que - para él- era suyo.

- Kardia va a matarlo.

- ¡No le digas nada! Suficiente tiene con preocuparse por su corazón, como para agregar a ese loco.

- De acuerdo, pero ¿como le explicaras lo del labio?

- Ya veré que le digo, no te preocupes, y Milo, de nuevo gracias.

~•~

Por otra parte, Camus preparaba sus cosas para salir del aula e irse a su casa, cuando abrió su mochila vio una nota en el interior de esta. La miro por todos lados, la letra le era desconocida y no había visto a nadie acercarse como para identificar a su dueño.

"No creas que me quedare quieto, no saldrás ileso, cobraré lo que me quitasté, Ángel de la Muerte"

Nadie la firmaba.

Sudo frío, ¿Quién conocía su pasado como Ángel?

🔹🔹🔹

Hola!

Amare mucho a mi adorado Hades pero... ¡sostenganme que yo misma le parto su madre!

¡"Alguién" amenaza al cubo menor!

Las cosas se pondrán más densas 😐

¡Próximo capitulo: El porqué de la venganza!

Chaito.

ScorpioNoMilo ✌

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