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12.

Su pecho subía y bajaba de una forma irregular, los toques que su amado castaño le daba a su cuerpo le encantaban, no eran suaves pero tampoco bruscos, la medida perfecta para que su cuerpo reaccionara a él.

Las hábiles manos recorrían sus piernas y muslos, seguidos de ellas los labios dejaban un camino de besos por cada una de las sicatrices de batallas que poseía, dándole a entender que amaba cada parte de su cuerpo tal cual era. Soltó un fuerte gemido al sentir la traviesa lengua jugar en sus testículos, subiendo por su miembro que comenzaba a despertar.

- Tan pronto te has excitado, mi gema.- Shion solo pudo mirarlo directo a los ojos rogándole con la mirada que continuara con su trabajo.

- Sigue...- dijo apenas.

- Tus deseos son ordenes mi amor.

Con sus alas extendió las contrarias para que no le molestaran. Subió, dejando besos humedos por todo su abdomen, deteniéndose en la clavícula, lugar que sabia era muy sensible. Lamía, chupaba y mordía, dejando ligeras marcas rojizas que al otro día se notarían más. Sus manos recorrían su cuerpo mientras sus labios se devoraban. Shion tomo con fuerza las hebras castañas cuando Dohko lo beso con mayor intensidad.

- Ah...no te detengas.

- No tengo intenciones de hacerlo, mi amado esposo.

- Repitelo.

- Mi amado esposo.

Esta vez fue Shion quien tomó la iniciativa, comenzó a besar el cuello de su pareja mientras sus manos recorrían la fuerte espalda, rasguñandola de vez en cuando. Dohko por su parte lo sentó en sobre sus piernas para apretar su trasero a su antojo, los suaves gemidos que su adoración dejaba salir lo volvían loco y lo invitaban a seguir. En cada apretón se acercaba más a su entrada la cual preparaba con devoción.

Con un dedo en su interior comenzó a moverse buscando más contacto, cuando entro el otro sus movimientos fueron más frenéticos y los gemidos más altos, sus miembros se frotaban el uno al otro, algo muy placentero para los dos.

Cuando lo supo listo lo tomo de las caderas y fue el propio Shion quién se encargo de que entrara en él. Las primeras embestidas fueron lentas, placenteras, que de apoco se intensificaron hasta llegar a un ritmo descontrolado. La habitación estaba llena de sonidos morbosos, jadeos, gemidos y maldiciones.

Salio de él solo para cambiar de posición, con Shion acostado boca arriba podía ver cada uno de los gestos de su pareja, volvio a entrar lentamente disfrutando de como el rostro de su amante cambiaba uno lleno de placer, como sus mejillas se enrojecian, como se le pegaban algunos cabellos a la frente y al cuerpo por culpa del sudor, la saliva que bajaba por su menton. Dio una embestida con mayor fuerza logrando que las bellas amatistas se perdieran.

- ¡Ah, por todos los infiernos, eres un salvaje!

- Pero así te gusta.

No podía negar lo que era cierto, le encantaba sentir como entraba y salia de él casi de una manera salvaje y despiadada, en ese momento no le importaba no poder caminar al otro día. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una mano de su Demonio comenzó a tocar su miembro al ritmo loco las embestidas.

Así siguieron hasta que sus cuerpos no pudieron más y casi al mismo tiempo el orgasmo se desato. Dohko se acomodaba sobre su pecho, mientras le besaba el dorso de una mano.

- Lo repito, eres un salvaje.

- Lo sé, pero este salvaje te vuelve loco.- levanto un poco la cabeza para poder verlo mejor, sus labios estaban a centimetros de distancia.

- Más que eso.- un casto beso en los labios fue suficiente para finalizar la noche.

~•~

Los ultimos días las cosas habian estado más extrañas, Dégel evitaba lo más que podía a su hermano menor y trataba de pasar el mayor tiempo posible con Kardia. Camus no entendia que fue lo que paso entre ellos que de la noche a la mañana eran tan unidos, él mismo estaba consciente que algo similar le pasaba con Milo, pero lo de sus hermanos era algo mucho más cercano, más intimo, casi parecía que de hace muchos años. Y eso le intrigaba, era imposible que siendo niños tuvieran algo más haya de una amistad.

Desde el balcón de su habitación trataba de dibujar el paisaje que se veía, pero la concentracion no lo acompañaba, ya había tirado lejos más de una hoja, y esta hubiera sido la siguiente de no ser que alguien le quitara la coquera de las manos.

- Que diab... ¿Milo, que haces?- quedo mirando al griego entre asustado y enojado, si hubiera sido otra persona le habría tirado el lapiz por la cabeza.

- Evitando que botes esto, ¡Esta genial!

- Esta mal hecho.

- No. A mi me costaría un siglo hacer algo así.- daba vueltas el dibujo para todos lados, no pudiendo creer que el francés lo fuera a tirar- Cam, no mires en menos tus trabajos.

- Siempre subiendome el animo, ¿Como lo haces?- le sonrió de la manera más dulce que podía. Aun no entendía como Milo podía tirar sus barreras.

Su mano viajo a la mejilla del otro acariciando con ternura. Milo la tomo entre sus manos para llevarsela a los labios y depositarle un beso.

Desde lejos Dégel los observaba, a leguas se notaba que ya no eran solamente amigos. Él sabia que una vez que ellos recordaran su pasado las cosas se pondrían feas, y no quería que todo lo que se estaba construyendo se fuera abajo, intuía que ellos siendo un Ángel y un Demonio habían sufrido tanto o más que él y Kardia.

- Solo pido que la historia no se vuelva a repetir.

Se fue de donde estaba antes que los menores notaran que estuvo ahí.

~•~

- Son un estorbo, los cuatro.

- Para ti tal vez, pero mis hijos no.

Mystoria no quería aceptar su propuesta, sabia que por un lado era buena, pero por otro, aun no queria separarse de sus gemelos, mucho menos por un capricho de su amante.

- Mys, solo piénsalo, estarán más cerca de la Universidad, tendrán su propio espacio, ya no correremos el riesgo de que ellos nos descubran, entiendelo.

- ¡Entiendeme tú a mi!- golpeo la mesa que se encontraba frente suyo- mis hijos tienen solo 18 años y tu me pides que me separe de ellos tan pronto, para ti no seria tan duro Écarlate, solo porque Dégel ya puede cuidarse solo y a Camus tambien... a Kardia no puedo descuidarlo de esa manera, y no pienso darle esa carga a Milo.

El pelirrojo no sabia como convencerlo, sabia que Kardia era un tema delicado, pero estaría con Dégel quien estaba apunto de salir de una carrera relacionada con la medicina... Hay estaba la solución, ocuparía al mayor de sus hijos a su favor.

El Demonio lo veía complacido él no había metido mano esta vez. Los dejo solos para irse al lugar  de encuentro con el Caído.

- No creo que deba seguir vigilandolos.

- De todos modos te quedaran con ellos, no quiero errores Io.

- Ya lo sé, ¿Cuando te he fallado? Que yo recuerde ninguna vez. Eres tú el que debe dar el próximo golpe, borreguito- se le acerco hasta quedar a escasos centímetros de él- me gusta el caos y no lo estoy obteniendo contigo.

- Aun falta, pero no te impacientes tendrás tu preciado caos y yo mi venganza.

🔹🔹🔹

Hola!

Perdón por desaparecerme! Pero tengo una justa razón: el Aniversario en mi colegio, los cuartos medios tenemos que encargarnos de todo lo que es la organización de las alianzas y no creí que se me fuera tanto el tiempo, eso si ya termino, no me volvere a atrasar tanto.

Peroooo! Me dio tiempo para traerles ese pequeño lemon 😏

Chaito.

ScorpioNoMilo. 😙

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