🥀CAPÍTULO 4🥀
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La clase finalizó y es tiempo de poder irme a casa, veo unos cuantos chicos salir de la clase mientras siento mi teléfono vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón.
Saco el dispositivo rectangular de mis pantalones y doy un click en la pantalla para encenderla. Veo una notificación de mensajes y veo que es de Samantha.
Sammy:
Hefz, Malika y Enzo me comentaron lo del auto, ¿quieres que te lleve a casa?
Observo su mensaje y agradezco al cielo que preguntara. Genial, al fin algo bueno me pasa hoy. Le contesto lo más rápido posible para decirle que si y que ya terminó mi clase cuando una mano toca ligeramente mi hombro.
—Señorita Romero ¿Puedo hablar un momento con usted?—la voz de la señorita Evans hace que levante mi mirada sorprendida. Asiento, y cuando está apunto de iniciar cuando una voz masculina interrumpe de nuevo.
—Señorita Evans, ¿puedo hablar con usted sobre algo?—levanto mi mirada hacia él y miro a Aiden de pie a nuestro lado.
La miro a ella y solo suspira:-Si señor Hale, dígame—parece agotada, como si el hablar con él le molestara «si tan solo supiera lo que yo daría porque me hablara» pienso.
—Es algo sobre la clase, me gustaría hablarlo en privado con usted—. Mira hacia mi dirección y me siento enrojecer de la nada, avergonzada, evito su mirada de nuevo para que no lo note y solo miro a la profesora.
La señorita Evans le da una mirada de pocos amigos y se aclara la garganta un poco:—Ahorita preferiría hablar con la señorita Romero.
Aiden cambia su tono de voz y se le escucha más insistente:—Señorita Evans, por favor, lo mío es algo urgente, no puede esperar.
«¿Qué carajos pasa aquí? Y ¿Por qué se hacen esas miradas?»
La señorita Evans suspira y voltea a verme apenada:^Lo siento, ¿te molestaría venir a verme mañana cuando no tengas clases? O sino hasta la próxima clase.
Asiento rápidamente:—Si, mañana tal vez, sino yo la busco en mis horas libres—le doy una última mirada a Aiden y regreso mi mirada hacia ella—bueno, ya tengo que irme, hasta luego.
—Hasta luego señorita—me despide la maestra. Salgo del salón y no escucho que comiencen ningún tipo de conversación. Frunzo mi ceño y continuó caminando hacia la salida de la escuela.
Salgo rapidamente directo hacia el estacionamiento, para encontrarme con mi amiga. El deportivo rojo de Samantha esta estacionado con el motor encendido justo frente a la entrada de la escuela «esa chica si que sabia lucir un auto».
Se veía extremadamente atractiva con tan solo estar sentada en el asiento del conductor. Sammy tiene esa belleza que la hace ser codiciada por todos los chicos de la escuela. Claramente parece que ninguno está al alcance de ella ya que se la pasa ignorando a cualquier chico que intente pretenderla. Dice que esas cosas con romance no son su estilo, que prefiere estar sola ya que ningún chico de este pueblo parece tener el alcance intelectual que ella busca. Es demasiado inteligente y al igual que Ludo, tienen un carácter fuerte pero al mismo tiempo extrovertido y alegre. Son como una cajita de sorpresas y siempre tienen algo que nunca te podrías a llegar a imaginar.
Abro la puerta del carro y me meto a él, la rubia está terminando se de aplicar brillo labial mientras se mira por el retrovisor. Cuando por fin termina, sus ojos caen sobre mi y me regala una sonrisa llena de alegría haciendo que sus ojos celestes se achiquen un poco.
—¿Todo bien? Tardaste un poco en salir—me pregunta intentando sonar despreocupada, su pregunta no es acusatoria, ni arbitraria, es solo una simple oración como para saber si todo va bien. Solo asiento.
—¿Segura? ¿Te cansaste o algo?—vuelve a preguntar.
Se que no lo hace con mala intención, pero estaba tan acostumbrada a que me hicieran esas preguntas que comenzaban a ser un tanto irritantes. Habia crecido con ese tipo de preguntas como si de un mantra se tratara. Llevar la mayor parte de mi corta existencia escuchando ese tonillo de lastima y esas palabras cargadas con pena, no me hacía sentir más que lo que era, una enferma.
Como ya lo dije, el que se preocuparan por mí, me parecía un gran gesto de su parte, me demostraban su cariño de esa manera, pero, que actuarán como si no pudiera hacer nada por mi misma, me hacía sentir un poco inútil. «Pues que lo eres, solo te lo recuerdo» ignore a mi conciencia y preste mi atención hacia la rubia.
Asenti de nuevo y negué a su segunda pregunta.
—Todo está bien—dije por fin soltando un suspiro—nada fuera de lo normal, tarde un poco por que la maestra quería hablar conmigo.
—¿Ah si?—inquirió—¿Y qué quería?
—No lo sé, al final no me dijo nada—frunció el entrecejo y complete—dijo que tenía otros asuntos que resolver, y me pidió que la pasara a buscar otro día—me salté el tema de Aiden y la interrupción ya que sentía que así estaba mejor.
El castaño no era del total agrado de la rubia. Tanto él como una de sus amigas, Jade, la chica insoportable del accidente, ninguno era de su agrado. Sammy decía que tanto él como todos los chicos del equipo de americano, eran un tanto problemáticos por decirlo así. Puede que tenga razón, a esta edad, la mayoría de los chicos se la pasan llenos de hormonas y pensando con la cabeza equivocada.
Puede ser prejuiciosa por englobar a todos los chicos de esa forma, pero Sammy es así, es ese tipo de personas que se alejan de los problemas lo más que pueden, y el señor Aiden Hale, le parece la personificación de la palabra problemas. Ella es fiel creyente de todos los rumores que hay sobre él en la escuela, ya que aparte de mujeriego, tiene el título de "cabron" marcado por la frente.
Aparte, ¿qué le diría?; "Oye, ¿que crees? Hice un insignificante contacto visual con Aiden Hale e imagine que se sentiría besarlo, ¿tu crees que ya nos vamos a casar?
¿Ven lo estúpido que suena? No era nada real.
Me quedé pensando un rato y finalmente terminé:—Tal vez quería informarme de como iba a llevar mis clases, ya vez que esas clases de italiano no aplican para mi—dije intentando sonar graciosa.
—¿Tan rápido se dio cuenta que no eres de aquí?—levanto una ceja mientras soltaba sus palabras con ironía.
—Si, hizo que todos nos presentaremos, fue horrible— comencé a platicar le todo lo que había pasado en la clase.
Después de contarle todo por fin soltó:—Wow, ¿presentarse? ¿Really? Entiendo que eso fue muy difícil para ti—soltó riendo y la acompañe.
La verdad era que sí, ya había quedado muy claro que soy muy introvertida. Las siete personas con las que compartía el almuerzo eran mis únicos amigos, eran las únicas personas en las que yo podía confiar.
Eso es algo que nunca lograba entender de mi misma. Disfrutaba pasar tiempo con ellos, eran en realidad con las únicas personas con las que convivía, había pasado toda mi vida a su lado y aunque confiara demasiado en ellos, había algo que me hacía sentirme al mismo tiempo alejada. No lograba comprenderlo, y quería con muchas ganas dejar de sentir eso ya que me hacia sentir que era una mal agradecida con ellos.
Ellos daban todo por mi, algunas veces sacrificaban parte de ellos solo por acompañarme o estar para mi, ¿y que hacía yo? Ser una irritante chica a la que no le gustaba su atención. A veces me odiaba a mi misma.
Me miró por un rato y me di cuenta de lo que hacía. Inconscientemente me empecé a poner nerviosa, movía mi mano izquierda sobre la pierna del mismo lado mientras que con mi mano derecha rascaba mi antebrazo izquierdo sin ni siquiera sentir picazón. Ella ya conocía esas manías, siempre pasaba cuando me daban ataques de ansiedad por subirme a un auto, me dio una mirada con ternura y apoyo su mano libre sobre la mano que tenía en mis piernas, sentí como daba un ligero apretón.
—Nos iremos cuando estés lista, no hay prisa—dijo con una voz tierna y dulce—ademas, sabes que no conduzco rápido, todo estará bien...—la observo y también tomo su mano, entrelazando sus dedos con los míos sintiendo su calor y como si de alguna manera, con su tacto me estuviera transfiriendo algún tipo de confianza y seguridad.
Hay ternura en su voz, noto que quiere tranquilizarme, comienzo a hiperventilar un poco y lo siguiente que hago es sacar mi inhalador de mi bolsa y dar unos cuantos disparos hasta estabilizarme. Siento todo el conjunto de medicamentos pasar por mi garganta y mi respiración, poco a poco comienza a tomar un ritmo normal, levanto mi mirada hacia la de ella y sus preciosos ojos celestes me miran con preocupación.
—Gracias—le digo en un susurro. Tomo una gran bocanada de aire y me siento un poco más tranquila y estable-ya podemos irnos, estoy lista—le aviso.
—¿Estas segura?—pregunta para asegurarse y lo agradezco.
—Sí—murmuró un poco más tranquila—no puedo temerle a los autos toda mi vida—digo más para mí que para ella.
La rubia sólo me mira y veo como mueve la llave en el interruptor para arrancar el carro.
El camino a casa se torna silencioso, no mencionó nada más, mientras miro a través del cristal las casas y árboles que vamos dejando atrás. De repente la escucho tararear el ritmo de una canción mientras mi mirada da hacia las casas y árboles que pasamos.
Siento algo de incomodidad—no por ella, sino por su actitud—esta muy callada, ella nunca se queda callada, siempre suele hacer comentarios de cosas que nos gustan o se pone en una actitud gomelosa y no paramos de reír. Ahora no, está callada, la veo jugar con sus dedos sobre el volante y su mirada me recorre de momento a momento.
—¿No haz notado algo extraño en Ludo?—decido romper el silencio. Ella me mira y enarca su ceja.
—¿Algo como que?—pregunta ella como si no entendiera.
—No lo sé—decido evitar el tema. Pensé que ella lo notaría igual que yo, pero al parecer, tendré que estar sola al investigar que le pasa a la pelinegra—esta rara, ¿no lo crees?
—¿Rara?—bufa con ironía—Es Ludo, ¿qué esperabas?
Río un poco:—No esa clase de rara—digo—está algo distante, no lo se, tal vez solo sean alucinaciones mías.
—Preguntale a Ian—propone—ellos siempre andan muy juntitos. Tal vez sepa que le pase.
—Tal vez—murmuró.
De acuerdo, estoy sola en esto. No le podía preguntar solo a Ian, no me respondería, y si soy sincera, mi amigo me da algo de miedo. Además, al ser tan cercano a Ludo, tal vez él tampoco me quiera decir algo. Lo conozco y se que me dirá que no me meta en lo que no me importa.
Chamaco idiota. Yo me meto a donde quiera solo por mis amigos.
Volvemos a quedar en silencio y el ambiente tenso comienza a crearse de nuevo.
Sé que la rubia quiere decirme algo pero no encuentra las palabras correctas, tal vez. Lo se porque Samantha es de las personas que no se callan nunca, y siempre buscan sacar un tema de conversación sin importar cual sea, aunque parece que en este caso la rubia oculta algo.
—¿Cómo están yendo las cosas?—por fin pregunta después de un rato.
Por un momento pensé que pasaría como en las caricaturas y su cuerpo explotaría por retener las palabras.
—Pues supongo que bien, los doctores dicen que todo va mejorando, ya sabes el mismo tonto discurso de siempre—. Murmure recordando las palabras de mi doctor.
—Paciencia Hefz, ya veras que todo ira mejorando—dice mientras con su mano libre aprieta arriba de mi rodilla— ¿Cómo están las cosas con Ana?—empiezo a entender el nerviosismo y tensión que había entre nosotras. Gran pregunta Sammy.
Ana es la esposa de mi padre. La palabra "madrastra" nunca me ha gustado, así que prefiero llamarla solo por su nombre. Es la madre de mis hermanos y nuestra relación es algo complicada, de seguro que lo es. No lo dudo ni un poco.
—Pfff—suspiro—pues por donde empiezo. Las cosas han estado mejorando. Si te soy sincera, creo que ya todo esta bien, no hemos tenido ningún tipo de discusión en varios días, claro esta que no es perfecto pero hay cosas buenas—digo sintiendo un peso salir de mi cuerpo. Como algo hubiera estado apachurrando mi alma y el hablarlo con alguien me liberará de algún modo—. Sigue insistiendo en que debería de salir y vivir mi vida, ya sabes, lo de siempre...
—No se equivoca—me interrumpe—de hecho te quería decir algo—lo sabia—o bueno, mas bien recordarte lo—¡Rayos! Ya se a donde va esto—mamá quiere saber como estas, o bueno todos lo quieren saber—dice mientras estaciona el auto a unas cuadras de mi casa ya que su auto no puede pasar por la construcción—. Se preocupan mucho por ti...
—Estoy bien, tu ya lo sabes, ya me escuchaste—respondo tajantemente. La dirección que va a tomar esta conversación no me gusta nada, comienzo a desabrochar el cinturón de seguridad, cuando siento su mano jalando mi hombro para que la encare.
—Hefz tranquila, no te alteres—me pide cuidadosamente—. Mira, todos te extrañan, has estado muy alejada este ultimo año y ellos solo se preocupan por ti, entiéndelos. Eres importante para ellos—sin darme cuenta había estado aguantando mi respiración, no es hasta que mis ojos encuentran los suyos que la dejo salir—. Solo escucha, me pidieron de favor que hablara contigo y te tratara de convencer. Estamos a mediados de mes, falta poco para que sea octubre y sea 31, ellos te quieren ahí, quieren que estés presente como antes... solo piénsalo, por favor.
Pienso en lo que me esta pidiendo. Tiene dos años que no asisto a eso. Los he visto una que otra vez por separado, pero después del accidente, nunca me volví a reunir con ellos.
Había intentado alejarme de todo lo que me causaba dolor y eso significaba alejarme de ellos, que me recordaban todo lo que me dolía.
Comienzo a asimilar sus palabras y sé que mi respuesta no le agradara, así que solo me limito a decir:—¿Fue por eso que te ofreciste a traerme?—se queda en silencio, no tiene que responder, ya me ha dicho la respuesta solo con quedarse callada. Es increíble que esto sea así, aunque ya lo sospechaba un poco por su actitud.
—Pensaron que seria mejor que yo te lo dijera, la primera opción fue Malika y Ludo, pero todos saben que yo soy la mejor insistiendo— dice intentando ser graciosa y lo peor es que lo logra. Es increíble a que punto pueden llegar a insistir las personas cuando quieren algo—hasta les insistí para ser yo la que te insistiera—suelta riendo y a mi se me escapa una risa.
—Son increíbles—digo calmando mi risa.
—Solo asiste, por favor, te necesitamos ahí.
—No lo se, tengo que platicarlo con A...
—Por Ana no hay problema—me interrumpe—Por favor, creo que ella es de las que mas quiere que asistas, así que no tienes excusa—me da una mirada de superioridad mientras lo dice.
—Lo pensare, no prometo nada— digo abriendo la puerta del carro y bajando del mismo.
—¿O sea que eso es un "sí"?—dice cuando estoy apunto de cerrar la puerta.
—Oh, solo cállate, por favor— pronuncio en italiano y azoto la puerta del coche.
Alejándome de su carro sentí como algo vibro en el bolsillo trasero de mi pantalón, saque mi teléfono y visualice en la pantalla de este un mensaje de ella:
Sammy:
Muy graciosa, pero sabes que no entiendo, así que tu insulto no me afecto.
Sonrei mientras negaba con mi cabeza, me limite a solo enviarle el emoji con el pulgar arriba y comencé a caminar hacia mi casa.
Después de unos minutos caminando y bloqueando los pensamientos referentes al fin de mes de octubre, mi mirada cayo en todas las personas que estaban en la casa que seria de mis nuevos vecinos—los de la mudanza, supongo—bajando un montón de cajas, muebles y objetos que se veían muy valiosos. Les pase por un lado dirigiéndome a mi hogar.
No fue hasta que llegue a las escaleras de mi balcón que visualicé a una señora de cabello negro, muy guapa, en la entrada de esa casa. Como ya lo dije es muy guapa y estilizada, se ve muy elegante y tiene esa sutileza de verse formal aún estando usando un pantalón de mezclilla y una camisa de botines de color negro.
«¿Esta será mi nueva vecina?» Me pregunte. Subí a mi habitación, para evitar pasar por la estancia y que Ana me viera , era una gran ventaja que mi balcón tuviera unas escaleras para poder subir sin tener que hacer ese recorrido forzoso.
Antes de cerrar mi puerta de vidrio, vi a muchos hombres dejar demasiadas cajas en la habitación que daba justo enfrente de la mía. Tal vez eran libros o ropa, no lo se, ni me importaba, así que di por finalizado eso cuando me adentre en mi habitación.
Deje mis cosas en mi escritorio y me acosté en mi cama. Todo estaba tranquilo y en paz y sentía que podía volver a ingresar a mi burbuja y a lugar feliz. No fue hasta que mi mirada cayo sobre mi estante de libros y rápidamente note que no estaba como de costumbre, me levante y rectifique que tenia razón. Faltaban dos libros. Mis ejemplares de Harry Potter habían desaparecido.
¡Ay! Esos mocosos me la pagaran...
Baje las escaleras maldiciendo un par de cosas en italiano hacia el cuarto de juegos de mis hermanos—Tranquilos, no uno a lo Cristian Grey, no tenia tanta suerte, era un cuartito creado para tener entretenidos a mis hermanitos—y ahí me los encontré, sentados jugando videojuegos. ¿Qué diablos? ¿Para que tomaron mis libros sin mi permiso si no los iban a usar?
Esos chiquillos a veces llegaban a ser un verdadero dolor de cabeza.
Ellos ni siquiera se habían percatado de mi presencia, seguían jugando videojuegos muy en su mundo, mientras mis preciados libros estaban siendo ignorados en el sillón. Cuando por fin estuve a punto de mencionar algo, Ana salió del armario dándome una sonrisa de bienvenida.
—Hola cariño, no me había dado cuenta de que ya habías llegado, ¿Qué tal todo en la escuela?— pregunto mientras se acercaba con un canasto de ropa en las manos.
—Todo bien, normal, supongo—me limite a decir. Las copias vivientes de mis hermanos notaron mi presencia y se encogieron de hombros. Sí, los enanos ya sabían que habían hecho algo mal—. ¿Quién de ustedes, par de engendros tomo mis cosas sin mi permiso?—solté tratando de hacerme la enojada.
—Hefz, no les digas así, por favor— Ana pidió con dulzura. Sabia que no le molestaba que llamara a sus hijos de esa manera tan fea ya que nunca la utilizaba con el verdadero significado, solo que no quería que les causara un trauma de todos modos.
—Tranquila mamá—respondió uno de ellos—no me ofende—alzó su cabeza en alto con mucho orgullo. Como si algo hubiera dado un click en su cabeza, abrió sus ojos confundido—¿Qué es un "engendro"?—preguntó y no pude evitar reír. Siento la mirada de Ana mientras está recargada en el marco de la puerta, volteo a verla de reojo y esta intentando disimular una sonrisa.
—Nada enano, se parece a ti—le digo mientras le sacudo con una mano el cabello—¿Quién tomo mis libros?
Veo que su copia se pone de pie y camina hacia a mi y pone una cara de preocupación, es tan tierno:—¿Estas molesta?—dice mientras abraza mis piernas, su cabeza llegando a mi ombligo. Sí, Taylor era tan tierno...
—No—digo cayendo a sus encantos pero me retracto de inmediato—digo, sí, porque no me gusta que tomen mis cosas sin mi permiso. Ya se los he explicado, pueden tomar los libros que quieran pero solo si me los piden, los cuidan y los dejan como estaban. No me gusta que armen desastres en mi habitación—me encuclillo para ponerme mas a menos a su altura, veo como Tyler solo voltea los ojos mientras que Taylor solo asiente—ahora, ambos, denme un beso—digo poniendo mi rostro entre ambos para que besen mis mejillas.
Salgo del cuarto para ir a la cocina por un vaso de agua y me encuentro allí a Ana haciendo quehaceres hogareños.
—¿No vendrá Rosa hoy?—digo antes de que el agua pase por mi garganta refiriéndome a la señora de la limpieza.
—Sí, pero tampoco me gusta estar de inservible en esta casa los días que no trabajo—asiento sin nada mas que decir u opinar—No te escuche irte en la mañana, ¿saliste temprano?
Bien, aquí vamos:—Sí, Malika y Enzo no pudieron pasar por mi, así que tuve que irme temprano—dije sabiendo lo que se avecinaba.
—¿Te fuiste caminando?—inquirió y notó un tono de molestia en su voz. Solo asentí—Hefziba, es increíble que hagas esto, ¿Por qué no le dijiste al chofer que te llevara?
—Ya sabes que solo viajo con ellos, no me gusta irme con nadie más— ella rueda los ojos, se que se avecina una tormenta de regaños hacia mi irresponsabilidad así que la corto de inmediato—Estoy bien ¿okey? No me paso nada, tranquila.
Ella solo suspira, se que quiere decirme mas, pero también se que quiere evitarse una pelea. El silencio se vuelve incomodo así que lo rompe:—¿Viste que tendremos nuevos vecinos?
Suspiro tranquilamente al ver que ya ha cambiado de tema. Últimamente discutir con Ana se ha vuelto casi parte de la rutina. No me gusta discutir con ella, me cansa y siempre porque es por lo mismo. Se vuelve tedioso escuchar siempre lo mismo, tanto que ya hasta recuerdo todo.
—Si, hace rato que pase vi a los de la mudanza, y a una señora también—respondo tranquilamente después de asentir.
—Tendrás que irles a dar la bienvenida luego, de hecho, te aviso que los invite a cenar el fin de semana cuando regrese tu padre.
—¿Por qué hiciste eso? Que vergüenza—le digo siendo un tanto dramática.
—¡Por favor Hefziba! Son nuevos aquí, ni siquiera son americanos, hay que ayudarlos a integrarse— dice intentando ponerse en los zapatos de los vecinos—tienen dos hijos, uno de tu edad y uno unos cuantos años mas grande que los niños, se amable con ellos, por favor.
Hago un gesto indicándole que si y me doy vuelta para subir a mi habitación. Cuando estoy a punto de subir el primer escalón escucho de nuevo su voz.
—¿Hefz?–volteo a verla—Gracias...
Dice y se aleja para seguir en lo suyo. Se que se refiere a los niños y a la relación que tengo con ellos. No tendría que agradecer nada, ellos no tienen la culpa de nada de lo que pasa y en el fondo me agradan.
Nunca tuve hermanos de sangre y aunque ellos no lo sean, en mi extraña manera de ser, los quiero y se han vuelto parte importante de mi familia.
Aunque a veces era complicado, intentaba ser lo más amable que podía con esos pequeños niños, ellos al igual que yo, estaban experimentando cambios en su vida al momento en que su madre se casó con mi padre y ahora tenían me tenían a mi también, una extraña como su hermana mayor.
Mire hacia el piso y recordé como había sido tener que ser su hermana mayor, recordé todo lo que significaba ya no ser hija única. Recordé como había sido tener que adaptarme a tener a más personas en mi hogar.
Había sido un cambio nada grato al inicio, pero así como funcionaba mi vida y mi cuerpo con todo, tenía que hacerlo por los demás.
"Gracias"
Escuche su voz resonar por mi cerebro.
Tranquila An, fingir se ha vuelto mi especialidad.
Murmure para mí, a la hora de subir a mi habitación.
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N/a: Capítulo algo corto en comparación a los demás. ¿Que tal los cambios, les han gustado?
Yo sinceramente siento que esto está quedando mejor.
Ya saben que cualquier duda, pueden hacerla por mis redes y yo intentaré responderla lo antes posible, claro, sin nada de spoilers.
Espero les haya gustado el capitulo y si es así, me gustaría saberlo con un voto o algún comentario.
Sin nada más que decir, nos vemos en otra actualización.
Nah, broma, ¿de verdad creíste que sería solo esto?
Corre a leer, hoy es día de actualización triple por la linda noticia de que llegamos a las 3K leídas *inserte baile feliz*
Vayan a leer. Pero eso sí. Muchas gracias.
Besos <3
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