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🌹CAPITULO 31🌹

🌹Hefziba🌹


Verlo ahí me heló la sangre.

Pálido. Furioso. Con la mandíbula apretada. Parecía que quería hacer pedazos el pomo de la puerta.

Que me descubriera en esta situación me hacia sentir avergonzada.

Su mirada me hacia sentir un hueco en el estomago y no lo comprendía.

Aun con las manos de Aiden en mi cintura, me baje de la mesa. Se le veía confundido—todo lo contrario al pelinegro—. Con su apariencia un poco hecha un desastre. Al contrario de Damian, él tenia las mejillas sonrojadas y los labios mojados. El cabello todo revuelto y con la respiración tan acelerada como la mía.

Él me miraba a mi en silencio, después su mirada fue dirigida a Damian sin siquiera comprender. Su cuerpo me cubrió entonces, casi en su totalidad. Como si no quisiera que nadie mas que él me viera me esa situación.

Suspire. Pude sentir como sus manos me afianzaban más a él.

—Hefziba—murmuro el pelinegro. Su voz no la pude descifrar.

En ello, sentí una ligera presión en mi cintura. Las manos de Aiden se habían tensado.

—¿Acaso no conoces la privacidad?—la voz de él se me adelanto.

Casi pude asegurar  que Damian volcó los ojos. Lo oí resoplas ademas, cosa que me hizo darme cuenta que estaba exasperado. Aiden volteo hacia él, su espalda se enderezo a su totalidad y en la tela pude ver como su espalda ancha se remarcaba.

—Discúlpame por no tener la misma definición de "privacidad" que tu, pero un espacio educativo con la puerta entreabierta y con la accesibilidad de que cualquiera pueda entrar, no cumple con ello—escupió Damian con su usual sarcasmo—Ademas, Luna y yo tenemos que irnos ya y tu nos estas interrumpiendo.

No supe identificar porque todo en ese momento me resultaba incomodo. Damian. Aiden. Yo. 

Me sentía llena de tensión en ese espacio y a Aiden no le había agradado para nada su comentario.

—¿Quien te crees tu para hablarme así?—el castaño vocifero.

—¿Y quien mierda te crees tu como para merecer un trato mejor que ese?—Damian contraataco.

Hasta a mi me molesto su actitud. 

Sabia bien que Damian era como un gato negro huraño, pero realmente no tendría porque estarle hablando así a él. Aiden no le había hecho nada. No tenia motivos como para estar enojado.

Antes de que Aiden hablara me adelante.

—Ahorita te alcanzo, no tardo en salir—él negó.

—Nada de eso Hefziba, ya nos vamos—exigió.

—Damian—trate con mi mirada decirle algo peso su temple enojado no le permitió leer mi mensaje.

—Ahora Hefziba, que si no sales y te subes al auto te vas caminando—sus palabras me indignaron. Me estaba haciendo enfurecer.

No tenia el derecho de hablarme así y se estaba comportando igual o mas idiota que cuando nos habíamos conocido.

Aiden volvió a hacer un intento por hablar pero lo retuve tomándolo del brazo y baje mi mano hasta la suya. Los latidos me comenzaron a ir mas rápido, y no sabia si era el enojo hacia Damian o por estar tocando la piel de Aiden y sentir sus dedos entrelazados con los míos.

Damian nos miro, justo hacia nuestras manos y su mandíbula se contrajo. 

Comencé a tensarme yo también. Ya quería salir de ahí.

Trate de relajarme. De respirar. Sentía frió en mi espalda y esa sensación no me gusta. Me tenia que calmar.

Mire por ultima vez a Damian. Sentía que sus ojos me miraban con una especie de desprecio y es me apretó el corazón.

—Damian...—suplique y con mis ojos apunte hacia la puerta. Él suspiro. Pareciera que se estaba cuestionando algo. ¿Que tan difícil era dejarme sola? ¿Porque rayos actuaba así? —Ahora salgo, ¿okey?

—Hefziba...—Aiden me llamo, interrumpiendo cualquier respuesta de Damian. 

—¿Okey?—ahora yo fui la que lo interrumpió.

Él pelinegro solo suspiro.

—Diez minutos, sino te vas sola.

Su comentario hizo que me dieran ganas de ahorcarlo. ¿Porque mierda me hablaba así? ¿Porque rayos actuaba de esa forma? Era una estupidez que se pusiera con esa actitud. Ni que fuera mi niñero.

Lo vi salir en contra de su voluntad por esa puerta. Con él una vez fuera de esa habitación, sentí que pude respirar.

Acomode mi cabello detrás de mis orejas. Exhale sonoramente y frote mis ojos.

Aiden carraspeo. Su cara me decía que no había comprendido nada. También estaba molesto. El vistazo del bulto que se marcaba entre sus piernas me daba una idea de porque mas podría estar así.

—¿Lo conoces?—su voz hizo que levantara mi mirada hacia su rostro. Me sonroje, no sabia porque me había quedado mirando hacia allá abajo. Solo esperaba que él no lo hubiera notado—¿Es algo tuyo?

Negué.

—Solo un conocido—sus cejas se fruncieron—, bueno, de hecho es mi vecino. Tiene un trato con mi madre de traerme y llevarme a casa. A veces es algo pesado, pero hoy no se porque ha actuado así.

Sus cejas se levantaron.

—Yo creo saber el porque—aseguro luciendo despreocupado.

No comprendí. 

Él comenzó a acomodar su ropa y yo copie su acción al notar que mi ropa también estaba hecha un desastre. Nadie dijo nada en un buen rato y lo agradecí, aun seguía procesando todo lo que había pasado. 

Desde lo de Damian, hasta lo que había sucedido minutos atrás con Aiden.

«Con fuerza siento como me muerde mi labio.

—Stronzo...—«Idiota» jadeo en su boca.

Siento como su respiración incrementa presionándome con mas fuerza hacia él, y lo vuelvo a sentir.

—No sabes como me la pones cuando hablas en Italiano—sus labios dibujan una sonrisa contra los míos, apretando mis piernas al rededor de él para abrazarlo»

—¿Hefziba?—su voz y la caricia en mi mejilla me hace reaccionar—¿Recordando algo que te guste?

La sorna en su voz es notable, pero mas que sentirlo como una burla, su voz esta teñida de un orgullo casi sorprendente al acertar en lo que estaba pensando. Automáticamente me sonrojo.

—Tranquila—lo siento hablarme al oído mientras quita un mecho de mi cabello de mi cara y lo coloca detrás de mi oreja—yo tampoco puedo dejar de pensar en los deliciosos gemidos que soltaste hace un rato.

Siento que el rostro esta a punto de explotarme por el calor en mi sangre y al ver hacia el suyo veo la sonrisa de oreja a oreja que se dibuja en sus labios.

—Nunca dejas de ser un idiota, ¿verdad?—inquiero con la voz algo nerviosa.

—Hace un rato le gemias muy bien a este idiota—se mofa orgulloso.

—Sí, creo que ya me estoy arrepintiendo—blanqueo los ojos moviendo mi cabeza en señal de negación, y la vergüenza me hace comenzar a reír.

Él también ríe y me encuentro fascinada por el sonido de su risa. Natural, grave, espontánea. Sin una gota de sarcasmo en ella. Siendo sincera y para mí.

Lo había visto llegar a sonreír algunas veces, pero nada se podía comparar como tenerlo a escasos centímetros de mi, sin perderme ningún detalle de su rostro.

Labios arqueados, hoyuelos marcados en sus mejillas, y las pequeñas rendijas azules en las que se han convertido sus ojos que no me dejan de mirar.

Me da escalofríos. Su mirada es tan intensa y yo tan débil como para no sucumbir.

Su sonrisa se neutraliza y siento como toma un porte serio. Me analiza, sus ojos me observan, mi alma ya no puede con más y él solo lo empeora.

—Deberías acompañarme a mi casa—propone de pronto con la voz muy seria—. Nos la podríamos pasar muy bien.

Su propuesta desestabiliza a mi cerebro.

¿Que quiere decir?

Bueno, bueno. Tampoco me haré la mojigata. Sé muy bien lo que quiere decir y comprendo hacia donde quiere llegar. Mi duda es: ¿Me lo está diciendo de verdad? ¿A mí?

En sus ojos no hay ningún toque de burla, al contrario. Veo en ellos toda la sinceridad y seriedad que he podido llegar a ver en él.  

Eso me pone mas nerviosa. ¿De verdad me lo esta diciendo enserio?

—¿Que pasa? ¿No quieres?—con suavidad levanta mi rostro para que lo mire a la cara y con su pulgar lo siento acariciar mi mejilla—. Escucha—sonríe y hasta pareciera que esta nervioso—, sé como suena lo que te dije, pero...

El sonido de mi teléfono interrumpe sus palabras y se detiene. Veo la pantalla de mi celular y al leer el nombre de Damian mi mal humor regresa. Cuelgo de inmediato la llamada. No me interesa volver a hablar con él en este momento.

—Lo siento—lo miro apenada y no se como decirle que me tengo que marchar—¿Que decías?

Miro su rostro algo inseguro y mi teléfono vuelve a sonar. Esta vez son mensajes y al leerlos siento que me hierve la sangre y entro en desesperación.

Zángano:

Te dije 10 minutos, Hefziba.

¿Que es lo que esperas para salir?

Mas te vale llegar ahora, sino te juro que me voy.

Apresúrate.


Resoplo. Me va a volver loca.

Escucho a Aiden carraspear y vuelvo a prestarle atención. En su mirada veo que ya sabe de quien se tratan los mensajes. Él suspira.

—Tengo que irme ya—su semblante se oscurece y parece que lo que le digo no le toma importancia.

No me odien, pero de verdad no sé qué hacer. ¿Qué se supone que tengo que decirle? Ni siquiera sé lo que todo esto significa. Hace unos días ni siquiera sabía si le era significante y ahora sale con estas propuestas a las cuales no sé qué responder. ¿Por qué se comportaba de esta forma conmigo? ¿Va a comenzar a tratarme como a todas las demás chicas que entran a su habitación? ¿O de otra forma para que me querría?

—Me gustaría que fueras a mi casa, Hefziba—vuelve a hablar de pronto deteniendo mis antiguos pensamientos.

—Aiden...

—Hefziba, por favor—insiste—. Sé como suena con mi reputación, pero juro que no te haré nada que no quieras.

—Aiden...

—¿Sí?—volvió a tomarme del rostro con suavidad—¿Confiarías en mi?—mire el océano de sus ojos y maldije esa acción porque sabía que al mirarlos me perdería en la profundidad de su azul hasta ahogarme completa en él.

Con una lentitud casi torturante volvió a unir nuestros labios en un cálido beso. Suave. De esos de los que aceleran el corazón.

Él sabía justo lo que hacía. Y yo sabía que eso era lo único que faltaba para no querer dar marcha atrás.

Listo. Estaba perdida.

Y esa idea no me molestaba.

Relamiendo mis labios trate de aclarar mi voz. Salió como un susurro pero hubo seguridad en mi voz. No tenía que pensarlo dos veces.

—Sí, confío en ti...





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N/a: Holi, aquí andamos de nuevo por aquí. ¿Cómo están? ¿Que tal el capítulo?

He disfrutado mucho escribir de nuevo capítulos cortos, ¿A ustedes que les parece? ¿Que tal sienten este pequeño cambio?

Amo poder volver a escribir sin tantas complicaciones, no saben cómo me encanta que todo fluya al escribir, y este capítulo y lo que tengo planeado para los próximos de verdad que me emociona.

Espero que a ustedes también.

¿Que creen que vaya a pasar? ¿Tienen alguna teoría? Yo lxs leo👀

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