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🥀CAPÍTULO 3🥀

🥀🥀🥀




Después de dos horas de clase, por fin ha terminado mi martirio, a lo lejos escucho sonar el timbre que anuncia que el descanso llegó.

Si debo ser sincera, la clase con el maestro no estuvo nada mal, fue un poco aburrida al inicio—como todas las otras—, pero me interesó mucho el tema que estaba tratando.

Habló sobre la Guerra Civil de Estados Unidos, un tema que no me interesaba mucho al inicio a decir verdad. Pero con el paso que iba tomando la clase se me hizo interesante solo por el simple hecho, de que yo había leído una novela que había estado ambientada en esa época; Little women de Louisa May Alcott.

Ese libro me había gustado demasiado ya que sentía que hablaba sobre temas interesantes sobre cómo era vivir en una familia demasiado grande, sin un padre—que había sido enviado a la guerra—, con una hermana enferma y algunos problemas económicos. Me había gustado leer sobre el avance de la protagonista, Jo, y sobre como se había logrado como persona.

Lo único que no me había gustado era que (spoiler) Jo no se quedara con Laurie. Para mi hubieran sido la pareja perfecta, complementaban casi en todo y la química me parecía increíble, aunque bueno, después de unas cuantas releidas comprendí un poco más el final y pude estar en paz. (Aunque la espinita a veces se clavaba un poquito en mi corazón).

Esa lectura había sido un regalo de cumpleaños de hace ya unos años, creo que aproximadamente cuando tenía unos doce. No había sido nada comparado con lo que había estado leyendo antes, basándonos desde el tipo de narración, la época y por el mensaje que este había tenido. Hablaba de temas demasiado importantes como ya lo había dicho, no solo se trataba del amor o cosas "triviales" como una relación. De verdad que Jo había sido como un ejemplo de empoderacion, hablando de la época en la que esta escrita la obra. Y como también ya lo dije, que no aceptara a Laurie me había destrozado el corazón, pero con el tiempo entendí que eso para Jo, en ese momento, no era importante.

Había escuchado muchas veces el término "almas gemelas" o que son las personas correctas en tiempos equivocados. Definitivamente eso eran Jo y Laurie para mi. De alguna manera eran perfectos el uno para el otro, pero tal vez ese no era el momento indicado.

¿Existirá un universo alterno en donde si puedan estar juntos? ¿Que hubiera pasado si Jo lo hubiera aceptado? ¿Habrían sido felices?

No lo sé, pero eran preguntas que hace mucho no me dejaban dormir.

Eso era a veces lo malo de los libros, aceptar que son libros y que en algún momento lo tendrás que acabar despidiendote de todo lo que haz vivido junto a él y despedirte de cada personaje del que te enamoraste y amaste. Eso era lo que más me costaba hacer cada que terminaba un libro.

—Apresurate—escucho a la pelinegra exigir mientras caminamos por el pasillo.

Vamos de camino hacia la cafetería para comprar nuestro almuerzo, como es de costumbre los demás chicos ya nos están esperando para almorzar.

Nada de lo que veo en realidad se me antoja, pero Ludo me insiste de que por lo menos me coma un emparedado. Le hago caso, lo tomo y salimos hacia el campo de fútbol, no sin antes detenernos en una máquina expendedora y comprarnos unas bebidas—ella compra una lata de Coca cola, y yo un Té helado de durazno—.

Me apoyo en mi amiga y cruzo mi brazo con el de ella para intentar mantenerle el ritmo. Por ir tan deprisa, ni siquiera me da tiempo de mirar por donde camino y tropiezo ligeramente con un escalón al salir al pateo. Afortunadamente estaba agarrada de Ludo y no caí, pero si noté algo que llamó mi atención.

Ludo hizo una mueca al momento en el que me apoyé de su brazo y lo apreté ligeramente.

—Lo siento, ¿te lastime?—la mire y sentí como se tensó un poco.

—No, no sucede nada—dice intentando sonar despreocupada. Me lo tragaría si no la conociera tan bien y me hiciera creer que nada está pasando en realidad. Pero como la conozco, sabiendo que algo pasa en realidad, decido revisar su brazo.

Ella se tensa a la hora de mi contacto y levanto su brazo derecho encontrándome una hematoma de un tamaño llamativo adornar la parte interna de su antebrazo. Los colores azulados y verdosos arruinando la blanca y fina piel de la pelinegra. La miro a los ojos y evita mi mirada de inmediato apenada.

—¿Ahora que fue?—le pregunto ya cansada de lo mismo. Como si mi tacto la incomodara, ella aleja tu brazo de mis dedos y lo intenta ocultar llevándolo detrás de su espalda.—¿Ludo?—le pregunto al ver cómo sobre piensa las cosas.

—No es nada importante, Hefz...—murmuró mirando hacia los lados.—solo ignoralo, ¿quieres?

—¿Que lo ignore?—pregunto con ironía—Traes un maldito moretón en el brazo, ¿¡como quieres que lo ignore!?

—Fue un accidente, ¿okey?

—¿Que clase de accidente?—pregunto sin creerle nada.

—Estaba bajando algo de mi estante cuando la tabla cayó sobre mi brazo, ¿feliz?—explica con desesperación. La miro y no le creo absolutamente nada, se que algo oculta y me duele saber que alguien puede estar haciéndole daño—. Vamos a comer, ¿sí? Solo ignoralo—. Asiento pero es claro que no voy a ignorarlo, pero prefiero dejar de discutir en medio del pateo de la escuela y averiguar lo que oculta con más tiempo y cuidado.

La vuelvo a tomar de brazo aunque con un poco más de cuidado y salimos hacia el campo, lo poco que puedo ver a través de mis anteojos, puedo distinguir a mis amigos sentados en unas mesas de concreto que están instaladas en las afueras del colegio. Miro a Ludo y la noto nerviosa, ese es el primer error que está cometiendo si en verdad quiere que lo ignore, si tan solo fuera un golpe insignificante, no estaría preocupada por intentar hacerme creer eso.

Al llegar a la mesa veo a Adeline, a Samantha y a Evan comiendo su almuerzo. Ludo y yo llegamos y los saludamos, yo hago un intento de sonrisa—sonrisa que más bien se termina convirtiendo en una línea dura formada por mis labios—y Ady se encarga de darme una de sus más bellas y sinceras sonrisas.

Nos sentamos a comer y empiezo a escuchar como ellos se ponen al día con todo lo que hicieron, escucho un poco lo que dicen sobre como fue su mañana o si tuvieron algo interesante en las clases de hoy. Yo no digo nada, solo escucho como ellos se la pasaron bien mientras yo estoy pensando en que le puede estar ocurriendo a mi amiga.

Si esto tiene que ver con Lion juro que lo mataré.

Comienzo a perderme en mis pensamientos y lo último que logro escuchar es que Evan e Ian ataron la mochila de un chico al ventilador que estába en el techo y casi los llevan a la oficina del director, si no estuviera tan distraída me reiría, claramente es un escenario que imagino y me reiría a carcajadas—no por lo que hicieron, sino por como casi son castigados—.

Este último llega a la mesa y se sienta al lado de Ludo, entre Evan y la pelinegra, ocupando el lado posterior de la mesa dejándome  sola en la banca en donde estoy sentada. Sammy y Ady están sentadas al frente mío, dejando la banca del lado izquierdo vacía.

—Hola extraña—escucho una voz dulce que viene detrás de mi, mientras siento unos brazos rodeando me desde atrás—Mi dispiace molto per questa mattina ¿stavi bene?*

Me separo un poco y volteo mi cuerpo hacia atrás, encontrándome con la figura de la morena de largos rizos junto a su hermano, y ambos me regalan una sonrisa.

—Sì, tutto bene, sai, normale, sono solo un po 'stanco*—le digo a Malika mientras le doy una sonrisa tratando de aparentar que esta mañana no fue una de las más difíciles de mi vida.

Enzo se sienta al lado de Ady, justo en medio de ella y Ludo mientras que Malika se sienta en la banca vacía que está a un lado de mi. Escucho como Enzo comienza a decir:—Ci dispiace tanto, papà non ci ha detto niente fino a stamattina, dovevamo prendere l'autobus ed eravamo un po 'in ritardo*

Siento tanta preocupación de su parte por querer demostrarme que si por ellos fuera, hubieran pasado por mi esta mañana.

Mis amigos son así, agradezco al cielo por haber puesto personas tan increíbles como ellos en mi vida, ellos saben de mi enfermedad y siempre tratan de procurarme, siempre se los agradecía, aunque a veces llegaba a ser sofocante tanta atención, es por eso que no la prefería, me gustaba más el descanso y el silencio de la falta de atención. Veo el chico de ojos claros que sigue con su cara de preocupación, así que intento calmarlo un poco y asegurarme de que ya no se sienta así.

—Rilassati, non succede niente, mi sono svegliato prestissimo, infatti sono arrivato prima di tutti in camera*

—Sicuro?*—pregunta Malika mientras siento como coloca su mano sobre la mía.

—Sicu...

—Chicos, enserio me encanta escucharlos hablar en italiano porque sinceramente me parece muy sexi, y me parece genial que se mantengan apegados a sus raíces—. Me interrumpe Ludo un poco chillona—. Pero por dios, recuerden que están rodeados por chicos americanos y no les entendemos ni mierda.

Malika, Enzo y yo compartimos una mirada divertida y no nos aguantamos nuestra risa ya que la cara que está haciendo es muy graciosa.

—¿Es enserio?—Enzo frunce su ceño dramáticamente—Tantos años con nosotros y ¿no has podido aprender? Che cazzo*—le dice tratando de sonar ofendido, pero de lejos se escucha que solo lo hace para molestarla.

Todos nos miramos entre sí mientras vemos como la pelinegra entre cierra los ojos intentando parecer ofendida también «Ay me encantan estos juegos» pienso y veo como Ludo esta pensando en que responder.

—Quando parlano così velocemente è difficile capirli, specialmente voi due*— escucho como Ludo emplea sus pocos conocimientos italianos y logra formular una buena oración mientras señala a Malika y a Enzo —Su acento Árabe me confunde. Es muy difícil comprender cuando hablan italiano teniendo ese acento.

Malika y Enzo se ríen de ella. Mientras comprendo un poco a Ludo, el acento Árabe de los morochos le da un toque diferente a su italiano, aunque bueno, hasta cuando hablan normal se escucha un poco raro. Malika, Enzo y yo tenemos una historia familiar muy larga; por su lado, ellos son mitad italianos por su madre y mitad árabes por su padre, ambos practican los dos idiomas, y eso es lo que le da un toque diferente cuando hablan.

Fiorella—la madre de los mellizos—y la mía, eran amigas desde la universidad, aunque también nos habían contado que cuando eran niñas, se habían criado en la misma provincia de Italia. Recuerdo que dijeron que al inicio no fueron amigas, si no que ambas se desagradaron de solo verse. Al parecer el mundo las quería unidas ya que muchísimos años después, se reencontraron de nuevo en la universidad, se dieron otra oportunidad para iniciar de cero, y formaron una bella y duradera amistad.

Eso es lo que me fascinaba del universo, ¿acaso él se encargó de unirlas? ¿Era algo que ya estaba escrito o fue una simple casualidad?

No lograba comprender como dos personas se volvieron a encontrar justo en la misma universidad, viniendo ambas de muy lejos. Eso es algo que me encantaba escuchar de todos ellos— nuestros padres, los de todos—. Todos ellos se habían conocido en un programa de intercambio en la universidad y al parecer, fue el mejor cambio de sus vidas, ya que formaron lazos que aún se seguían manteniendo entre todos.

La historia familiar—ya que entre todos nos consideramos una familia—era muy curiosa y divertida, me encantaba que la contarán mil veces si era posible, aunque ahora ya no me traía nada más que tristeza escuchar ese recuerdo.

—¿Y que culpa tenemos nosotros?—Enzo habla haciendo que me enfoque de nuevo en ellos.— Nosotros no les dijimos a nuestros padres de diferentes culturas que se casaran y tuvieran a estos chicos—le dice levantando el tono de su voz, no se escucha para nada molesto, más bien es muy chistoso escucharlo hablar así solo para provocar a la pelinegra—Además, yo se que a ti te encanta cuando hablo en italiano—él le guiña el ojo, coqueteando con ella de broma.

Ludo emite una risa mientras le voltea los ojos divertida:—Vorresti che fosse così*

Los miro un poco divertida yo también mientras veo que Enzo y Malika también se están aguantando la risa. Enfoco de nuevo al morocho y la pelinegra y disfruto del show que nos están brindando:—Ah pero mira, lo bueno que no entendías, si quieres te puedo hablar en árabe—Enzo le ofrece mientras se que acerca coqueto.

—Mjum—escucho que Ian se aclara la garganta a un lado de Ludo—más respeto musulmán—le dice mientras pasa un brazo sobre el hombro de Ludo y la abraza de lado, veo la sorpresa en el rostro de mi amiga y miro a Ian, que solo se mantiene serio.

Veo como Enzo se lleva las manos dramáticamente al corazón simulando un gesto de dolor:—Uuuuh, eso sí es cruel, hermano—el pelinegro solo le hace un gesto simulando una sonrisa sin nada de humor—Tranquilo bro, tu sabes mi corazón es solo tuyo—. Ian solo le voltea los ojos soltando una pequeña risa un poco grave.

—Por favor, ¿podríamos tener un almuerzo típico Americano sin tener choques culturales?—la voz de Samantha hace acto de presencia despues de estar bastante rato en silencio, es muy divertido ver como se estresa por no comprender lo que decíamos y ver como se pone.

Enzo, Malika y yo volvemos a compartir una mirada divertida riéndonos un poco de ella:—Lo intentaremos—responde por fin Malika.

—Por favor, no todos comprendemos bien el italiano— dice Adeline dando una sonrisa lo más tierna posible.

Dejamos la charla y nos ponemos a comer antes de que se acabe el descanso. Bueno, ellos, yo apenas y toco mi comida, no puedo enfocarme en comer cuando mi mente esta maquillando millones de cosas por mi cabeza, una de ellas es el golpe que tiene mi amiga en el cuerpo. Me preocupaba de verdad verla lastimada, no podía ni siquiera imaginar que alguien se atreviera a ponerle un dedo encima.

Ludo no era de las personas que se dejaran de otras, la personalidad de la pelinegra es burlona y fuerte. Es demasiado independiente y siempre ha buscado hacerse notar por el valor como mujer que tiene. Pensar que alguien de verdad la lastimó no tendría sentido tratándose de ella, más porque ella no lo permitiría, nunca ha permitido que nadie nunca que falte el respeto ni le ponga un dedo encima.

De verdad, si Lion le había puesto una mano encima a mi amiga, era hombre muerto.

Lion era el chico con el que Ludo había estado saliendo los últimos meses. ¿Quieren saber mi opinión? No era más que un chicho estupido con el ego hasta los cielos solo por ser el capital del equipo de su escuela. «Ah mira, ¿a quién nos recuerda eso?» sacudí mi cabeza de inmediato. Lion no era nada comparado a como era Hale. El chico de ojos cafés y cabello negro llamado Lion, era un ser sumamente insoportable y problemático. Se le veía en su aura, lo podías percibir desde el principio, si Aiden era un hijo de puta, ese joven le ganaba por mucho.

Ludo y él se habían conocido en un partido que tuvo su escuela—la única otra preparatoria en este pueblo—y la nuestra. Ludo había insistido en que fuéramos al partido, y lo único que bastó para convencerme era ver a Aiden con su uniforme deportivo—creo que ya quedó claro que con Ludo no puedo ocultar lo poco que siento por él—así que acepte.

El supuesto chico había sido un dolor de cabeza para los árbitros en todo el partido, les buscaba pelea a los jugadores y había mandado al hospital a un chico que ni siquiera se le había acercado en lo que llevaba del partido. De verdad era una asquerosidad de chico, era tramposo, pesado, cavernícola y sin cerebro, no comprendía como Ludo había comenzado a salir con él. De verdad que no lo hacía, no era el tipo de chicos con los que se solía relacionar ella.

Tal vez le sucedía como a mi, que sentía cosas por alguien por el que no debería sentir nada, pero claro esa no era una justificación como para que aquel maldito llegara a ponerle una mano encima.

Decido mejor dejar de pensar e idear cosas que tal vez ni son ciertas, debo averiguar enserio que le paso antes de ponerme a suponer cosas que tal vez ni son reales.

Espabilo un poco viendo amis amigos presentes a mi alrededor; Samantha ya terminó de comer desde hace ya un rato, la observo estar con su celular y se que se esta tomándo una foto para seguro subir a su Instagram. Ella era la típica chica rubia de ojos azules y gomela que se encontraba en cualquier grupo de amigos. Aunque parezca que tiene una personalidad fría y hueca, a mi me parece una chica bastante fuerte, inteligente e interesante.

Como dicen, "las apariencias engañan" y esta chica si que te podía llegar a sorprender.

Adeline por otro lado creo que se está mensajeando con un ligue mientras su larga cabellera pelirroja cae por un lado de su cara. Veo como sonríe emocionada mientras teclea algo en su teléfono haciendo que sus pómulos se sonrojen y la hagan ver más tierna de lo que ya me parece. Su hermosa piel bajo el sol mostrando lo perfecta y tersa que es, dándole un toque especial a esos ojos verde esmeralda que tiene.

Ludo e Ian están juntos en la banca a mi izquierda, están medio manteniendo una conversación. Digo "medio" ya que parece que algo pasa con la pelinegra que se nota preocupada, mientras que Ian solo la mira con esos orbes oscuros que tiene como ojos.

La forma en la que Ian la mira me hace quedar fascinada por la intensidaden sus ojos. Una tensión que fácilmente se podría palpar en el aire. La intensidad en todo el rostro de Ian no tendía comparación alguna, su mirada es fuerte, sus rasgos son recios, y te puede hacer decir un millón de cosas tan solo con verte fijamente a los ojos, me hacen intimidarme hasta mi, haciendo que no me pueda mantener la mirada por más de cinco segundos, no lograba entender como Ludo podía mirarlo perdidamente cada que tenían una conversación. Eran los más cercanos y los que tenían más conexión entre nosotros.

Los observo durante un rato y escucho como un pequeño pitido interrumpe lo que sea que estaban hablando. Ludo se pone de pie a contestar su teléfono y dejando de oír su voz, solo veo el lenguaje corporal que su cuerpo está brindando. Habla con alguien a través de la línea y se le nota tensa y preocupada. Al parecer no soy la única que lo nota ya que Ian también se pone de pie para irla a buscar.

El pelinegro se acerca a su lado y solo veo como ella le dice algo haciendo que él la envuelva entre sus brazos. Ella se acurruca en su pecho mientras veo como él masajea su cabeza suavemente. «Son tan tiernos» no puedo evitar pensar. Vagos recuerdos aparecen en mi mente al ver esa escena; ella y él juntos, como si de una pareja se tratara. Eramos muy niños, creo que apenas y teníamos trece cuando Sammy aseguraba que ellos tenían algo, eso no era posible, solo eran amigos. Había química, eso sí y una tensión demasiado fuerte rondaba al rededor de ellos. Pero Ian era Ian, y Ludo estaba con Lion, no podía haber nada entre esos dos.

Al parecer soy la única que les presta atención, ya que Evan, Malika y Enzo están platicando sobre una fiesta que habrá el fin de semana, Malika casi no les presta atención, solo veo que toma cualquier oportunidad para darle un golpe en la cabeza a su hermano cada que él hace un comentario de burla hacia ella.

Algo que siempre me ha gustado de ella son sus cejas increíblemente gruesas y pobladas. Su piel morena y su cabello castaño oscuro le quedan hermosos. Enzo también tiene lo suyo, tiene las cejas mucho más gruesas que su hermana y el cabello mucho más rizado, unas pestañas preciosas y tupidas que hacen que sus ojos tengan un toque tierno, sus facciones son muy finitas y comparten algunas— bueno, por algo son mellizos—. Evan hace un gran contraste con su piel al lado de los morochos, su tez no es del todo blanca, pero al lado de ellos lo parece, él por su lado tiene los ojos color miel y el cabello de un castaño un poco claro. Mientras que los ojos de Enzo y Malika son de un color verde muy claro.

El timbre ya sonó y comienzo a caminar hacia mi clase de idiomas. Uno pensaría que como son clases de italiano no tendría que esforzarme en nada, pero la maestra anterior me impartía clases de Francés, el cual se me dificultaba un poco. Me parecía un idioma muy lindo, además de muy romántico, pero por por más que supiera el significado de muchas de las palabras, la pronunciación era lo que siempre me fallaba.

Al entrar al salón veo que hay unas cuantas personas ahí, pero no la maestra, nos dijeron que venía una nueva, así que tal vez se le había hecho tarde al venir.

Ojeo un poco el salón, intentando no ser tan obvia y veo que esta a unas cuantas bancas a mi lado, pero como esta rodeado de chicas no era fácil darme cuenta.

Lo veo con una chica sentada en su pupitre y una punzada en el estómago aparece. La chica de largas piernas y cabellera rubia parece disfrutar mucho el estar hablando con él. Aiden le acaricia las piernas haciendo que la chica comience a sonreír como una boba.

«Awwww, ¿la pequeña Hefz esta celosa? Que tonta» Escucho como mi conciencia canturrea. Decido ignorarlos y comienzo a trazar garabatos en mi libreta.

A lo lejos escucho unos tacones aproximándose hacia el salón, cuando levanto la vista una mujer de cabello castaño, la cual es muy joven para ser una maestra—o bueno, más joven de lo que estábamos acostumbrados—esta en la entrada observandonos ¿será esta la nueva maestra? Nunca la había visto por las instalaciones.

La observo de pies a cabeza y es muy linda, siempre me ha gustado apreciar la belleza tanto femenina como masculina y había que aceptar que más que uno terminaría babeando por la nueva maestra. Es delgada, con curvas un poco marcadas, largas piernas y una cabellera castaña con mechas rubias. Su rostro es muy lindo y sé, que a como son lo chicos, se convertirá en una de sus fantasías.

Detrás de ella se hace notar el director de la escuela, un tipo alto moreno y muy bien vestido se aclara la garganta antes de empezar:

—Buenos días jóvenes, espero que tengan un lindo día—saluda desde la entrada, todos lo miramos atento y sin un rato de expresión en el rostro—esta es la señorita Evans, la cual será su profesora para lo que queda del año escolar, espero que la hagan sentir como en casa «claro que va a haber chicos que la hagan sentir como en casa, hasta le van a querer decir "mamita"» pienso. El director termina su discurso con una sonrisa de boca cerrada y sale del salón.

La señorita Evans lleva sus cosas hacia el escritorio, sus tacones sonando en el piso con cada paso que da:—Hola, como ya dijo el director, soy la señorita Evans y trabajaré con ustedes lo que queda del año escolar—sonrie, y no es una sonrisa falsa como las que dan todos los maestros cuando dan su discurso de "me llamo así, pero pueden decirme así, seremos grandes amigos" y a los 3 días son las peores personas del mundo. La de ella no, es una sonrisa genuina, se nota que está mujer le gusta su trabajo.

—Bien clase, se que la maestra anterior se fue, y que ella tenía una forma distinta de trabajar— comienza a decir caminando de un lado a otro frente a su escritorio—lo primero que quiero que hagan es que, yo los nombrare y ustedes se pondrán de pie y se presentaran.

¿Presentarnos? ¿En frente de todos?

Una voz que sale detrás de mi habla representando la confusión de todos:—¿Presentarnos? ¿Que tenemos? ¿8-10 años?—su sarcasmo es notorio en sus palabras y causa que unos chicos en el salón comiencen a burlarse.

A la profesora Evans parece no molestarle, la maestra anterior ya lo hubiera sacado de la clase, pero ella no, ella solo sonrie:—Si, ya se que ustedes ya están "grandecitos".—Dibuja unas comillas en el aire mientras hace un gran énfasis en la última palabra.—Pero comprendan, yo soy nueva aquí y ya no están en edad de que les pida un dibujito con su nombre.— Todo el salón comienza a murmurar, burlándose del chico detrás mío, creo que ya no está tan feliz después de haber hecho ese comentario—. Así que quiero que se presenten para ubicarlos, es más, ya que estas de hablador comienza tú y preséntate.

Volteo a ver al chico detrás de mi, él esta casi como un tomate, el arrepentimiento de hablar hecho ese comentario es obvio en su rostro. Todos lo miramos mientras se pone de pie:—Ahhhhhh, soy Tomas Sandler y tengo 17 años—al terminar la oración rapidamente se sienta.

—¿Y que te gusta hacer Tomas?—la maestra vuelve a decir haciendo una seña para que se ponga de pie de nuevo.

Él lo vuelve a hacer y todos seguimos prestando atención—Pues me gusta practicar fútbol, estoy en el equipo y soy titular.

La maestra lo mira con una expresión fría, no dice nada más y deja que se siente de nuevo, vuelvo la mirada hacia mi cuaderno, esperando a que anuncie quien será el próximo en presentarse mientras jugueteo con el collar en mi cuello, enrollando lo y desenrrollando lo entre mis dedos.

Todo el salón cae en un silencio absoluto, hasta que veo unas uñas pintadas de un color rosa pastel en mi pupitre, levanto lentamente mi mirada y la señorita Evans me está mirando, «Genial, lo que me faltaba, quiere que me presente» le doy una sonrisa de boca cerrada y lentamente me pongo de pie.

—Mi nombre es Hefziba Romero y tengo 17 años—veo que ella hace un gesto, no sabría identificarlo, tal vez sorpresa, o tal vez solo sea burla, no es un nombre muy común por aquí, puedo escuchar como algunos cuantos chicos se ríen y se que lo hacen por mi nombre, agacho mi cabeza, mi vista en mis manos entrelazadas sobre mi estómago, sientiendo vergüenza. No me gusta ser el centro de atención así que lentamente me agacho para sentarme e intentar pasar desapercibida como siempre.

Mi alegría esta en ella...— murmura antes de que mi trasero toque la silla de nuevo. La miro con una cara de «¿Que está diciendo?» —"En ella mi placer", "mi deleite", "mi complacencia está en ella",  esas son las variantes del significado de tu nombre, ¿no es así?—asiento.

«¿Como está mujer sabe el significado de mi nombre?» Para todas las personas aquí, es un nombre muy extraño, muchos no saben que existe y otros mucho menos lo saben pronunciar. Me parece demasiado raro que ella sepa lo que significa y que lo pronuncie con tanta facilidad. Se me hace extraño, pero rápido encuentro la posible razón por la que lo sepa.

—¿Es religiosa?—pregunto sin pensarlo mucho y veo como su ceño se frunce «okey, creo que no debí preguntar eso»

Sigo de pie y entonces ella habla:—No eres de por aquí, ¿verdad?— niego lentamente con la cabeza sintiendo las miradas de los demás—Déjame adivinar...—hace un ademán de estar pensando—¿Italiana?—sorprendida solo me limito a asentir—¿podrías hablarnos en tu idioma y seguir presentandote?

«¿Que me está pidiendo esta señora?» Es demasiado.

—No creo que sea necesario—intento volver a sentarme.

—No te he dado permiso de sentarte, sigue presentandote, desde el inicio, y en tu idioma—su tono autoritario no me gusta «Tan bien que me estaba cayendo».

Me vuelvo a poner de pie, sintiéndome muy apenada, observando cómo los demás de la clase me miran un poco asombrados, y sus miradas hacen que mi estomago se comprima y mis manos suden un poco. He estado en clase con estos chicos desde hace meses, y ninguno es mi amigo, de seguro nadie había notado que era extranjera, es algo que yo he querido así para pasar más desapercibida. Todo hubiera seguido saliendo bien de no ser por esta maestra.

—Pffff—suspiro intentando tranquilizarme para que mi voz no flaquee a la hora de hablar—Mi chiamo Hefziba Romero e ho 17 anni*—por tercera vez intento volver a sentarme pero la señorita Evans me lo impide.

—¿Di dove sei?*— «Italiana, soy italiana, ¿no ha quedado claro?»

—Vengo da Roma, Italia. Non è ovvio?*—contesto un poco tajante, por lo harta que me tiene esta situación. Nunca le habría contestado así a un profesor, pero los nervios y esta maestra hacen que me salga un poco de mis casillas.

—Molto—se ríe—e cosa ci fai qui?*— «Intento pasar desapercibida de toda persona en esta escuela, pero usted me está poniendo la tarea difícil».

Volteo hacia un lado y mi mirada de detiene en unos ojos azules muy hermosos. Observo a Aiden mirandome, muy atento, por su actitud en quimica creí que estaría con su teléfono o hasta durmiendo, pero no. Me esta mirando con mucha atención, su rostro no tiene expresión alguna, solo noto un pequeño movimiento entre su mano y su cara. Sostiene un lápiz en su mano derecha, recargando el codo en la mesa del pupitre, el lápiz contorneando su boca, la parte de la goma rozando su labio de manera suave. «Hmm... como me encantaría ser esa goma»—¿Señorita?—escucho la voz de la profesora y rápidamente vuelvo a la realidad.

—Solo studio*—contesto enfocando me de nuevo en ella y no en más distracciones.

Ella sonríe irónicamente:—No me refería a eso, de aquí a Roma hay una gran distancia, aparte seria un cambio demasiado drástico como para solo venir a estudiar aquí. I tuoi genitori sono americani?*—  «oh genial, el tema de la familia»

Suspiro pesadamente:—No, io ei miei genitori siamo nativi, siamo venuti qui quando avevo circa 10 o 11 anni. Mamma e papà sono stati trasferiti qui a causa del loro lavoro e da allora sono qui*—termino mintiendo. Sí, soy nativa, pero esa no es la razón por la que estoy aquí.

En la cara de la profesora se ve una alegría, como si hubiera hecho algo bueno ¿Atormentar a una jovencita con preguntas arbitrarias es divertido?

—Bueno, señorita Romero, puede volver a su lugar.—por fin me siento e intento volver a mi cápsula en donde pretendo no existir intentando que todos olviden el momento que ha pasado.

A esto es a lo que me refería con lo de la atención. Se que esto no fue de lo más grave, fue una siempre presentación, nada del otro mundo. Pero el simple hecho de que alguien pose sus ojos en mi, me causaba incomodidad, no quería imaginarme como me miraran todos ellos si me vieran con mi cánula puesta y arrastrando un carrito con un tanque de oxígeno a un lado.

Podría sonar un poco estúpido, ¿pero quién a sus 17 años no es estúpido? Lo último que quería era a un montón de estúpidos haciéndome sentir mal.

Me acomodo en mi banca volteando a ver hacia los lados, y verificar que ya nadie me está observando. Al terminar mi recorrido visual, regresó mis ojos hacia al frente pero algo me impide regresarlos del todo.

Mis ojos caen de nuevo en los de Aiden, quien para nada esta disimulando su contacto visual conmigo, aun con el lápiz cerca de la boca empuja la goma contra su labio haciendo que este quede atrapado entre los mismos y lo muerda. Sus ojos penetrando los míos con su pesada—y de alguna forma—espesa mirada haciendo que yo ni siquiera pueda reaccionar y cortar con esto.

¿De verdad quiero que pare? Porque las sensaciones que estoy sintiendo en mi interior, son dignas de un aplauso solo por ser causadas por su mirada.

No entiendo como lo hace, pero causa un cosquilleo, una impresión, algo que se siente con fuerza en la boca de mi estómago. Por más que lo intente, mi conciencia no puede detenerse al hacer su cochamboso trabajo haciéndome pensar—y decirlo otra vez— que como me encantaría ser esa goma...

🥀

Lamento mucho lo de esta mañana, ¿todo bien?*

Sí, está bien, ya sabes, normal, solo un poco cansado*

Lo sentimos mucho, papá no nos dijo nada esta mañana, tuvimos que tomar el autobús y llegamos un poco tarde*

Relájate, no pasa nada, me desperté muy temprano, de hecho llegué primero al salón*

¿Segura?*

Que mierda!*

Cuando hablan tan rápido es difícil entenderlos, especialmente ustedes dos.*

Desearías que fuera así*

¿De donde eres?*

Vengo de Roma, Italia ¿no es obvio?*

Mucho. ¿Que es lo que haces aquí?*
¿Tus padres son americanos?*

No, mis padres y yo somos nativos, vinimos aquí cuando tenía alrededor de 10 u 11 años. Mamá y papá se mudaron aquí debido a sus trabajos y han estado aquí desde entonces.*


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N/a:Hola para esas personitas nuevas que están leyendo por primera vez mis hitorias. Por asuntos y gustos personales estoy reeditando estos capítulos, así que si no llegas a comprender algo en los próximos, te pido una disculpa y estas completamente invitadx a que si no comprendes algo, me lo puedas preguntar por privado. Espero terminar pronto con esta pequeña edición para así poder continuar con la historia.

Gracias por la atención ❤

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