🥀CAPÍTULO 2🥀
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Aiden Hale...
¿Como definir quién es Aiden Hale en unas simples palabras? Fácil. Como el chico más odioso e insoportable de la escuela.
Es el típico chico sin problemas fiestero y popular, el que se cree el todas mías y que no tiene ni una pizca de tacto a la hora de tratar a las personas.
Es un odioso, insoportable, hartante e irresistible, chico de ensueño.
Porque así como la mayoría de las chicas de la escuela, yo estaba colada por él hace ya un tiempo.
Me enamoré de él como cuando te duermes. Lentamente, poco a poco y luego de golpe.
Nunca creí que esa frase en algún punto llegara a cobrar sentido. Pero así fue, lo conocí, choque con él y mis libros no fueron los únicos que acabaron tirados ante él.
Venia caminando con Ludo y con Malika por los pasillos en dirección al salón de historia.
Malika había hecho un comentario gracioso sobre algo de Enzo y las tres comenzamos a reír, fue tanta mi distracción que cuando volví mi vista hacia adelante, mi nariz había chocado con el cuerpo de una persona haciendo que los libros que llevaba entre mis manos cayeran al suelo.
-Rayos...-había exclamado con mi cabeza mirando al suelo.
Sentí una punzada de dolor en mi tabique y rogué a dios no haberlo fracturado, lo último que quería era una fractura en mi ya dañado cuerpo. Lleve mi mano a mi nariz y sobe la parte en donde sentía el dolor. Solía ser alguien muy torpe-bueno, suelo ser alguien muy torpe- la mayoría de las veces me la paso chocando con personas u objetos. Pero recuerdo que de tan solo levantar mi mirada, cualquier rastro o tipo de dolor, se había esfumado de solo ver su rostro.
Pero que rostro tan hermoso...
Al momento en que mis ojos se encontraron con los suyos, fue como si alguien presionara un botón de apagado en mi cerebro y a mi se me olvidara hasta la forma de hablar.
No puedo describir las sensaciones que había estado sintiendo en ese momento. Nunca en mi vida había experimentado algo igual con alguien, de solo mirarlo había sido como si algo en mi interior volviera a nacer.
Mis manos comenzaron a sudar, sentía que mis mejillas ardían y mi rito cardíaco había cambiado a uno más veloz.
-Yo...yo...lo siento...-apenas y pude pronunciar.
«¿Como es que alguien tan atractivo como él pueda existir?» pensé intentando formar las palabras para disculparme. Nunca lo había visto antes, de seguro era nuevo o algo, pero estaba segura de que era la primera vez que lo había visto en toda mi vida.
Él me miró de arriba abajo como si de alguna manera estuviera escaneando me. Yo hice lo mismo de una manera demasiado tímida hasta que estire mi cuello para poder verlo de nuevo a la cara.
«Es alguien muy alto» pensé. Me sacaba mínimo una cabeza y media, hasta un poco más, podría asegurar.
Cuando mis ojos habían vuelto a su rostro, vi que los suyos estaban en el piso mirando quien sabe que. Seguí el camino a donde estaban enfocados los suyos y por fin lo entendí.
Mis libros.
Me incliné demasiado rápido a recogerlos haciendo que a la hora de bajar, mi cabeza chocara con su rodilla.
-¡Maldición!- exclamó alejándose un poco.
-Lo siento mucho, no fue mi intención hacer eso-me puse de pie enseguida ignorando el golpe que yo también había recibido.
-Descuida, ¿tu estas bien?-escuché pronunciarlo un poco quejoso haciendo que me emblesara más con el sonido de su grave y dulce voz.
El poco avance que había obtenido a la hora de hablar, se vio disminuido a la hora en que su voz acarició mis oídos. Estuve a punto de contestar algo, cuando alguien más pronunció.
-Deberías fijarte por donde caminas- exclamó una voz femenina detrás del chico cuya presencia me hacía sentirme como una idiota.
Mire detrás de él y una morena de cabello castaño y baja estatura salió a hacerme frente a mi.
-Lo siento, ya dije que no había sido mi intención-me encogí de hombros mientras por fin me agache a recoger los libros del suelo.
-Pues para que aprendas a ver por donde vas-acerco su cuerpo demasiado al mío en forma de amenaza. No me intimidó, afortunadamente para mí, su intento de ponerme nerviosa solo me enfadó haciendo que esa chica me cayera como una patada al hígado.-Aiden, tenemos que irnos ya-pronuncio y el chico del cual había quedado emblesada asintió.
Así que ese es su nombre...
Él y el grupo de chicos que los estaban acompañando, se fueron del lado contrario de donde nosotras habíamos venido. La pequeña chica, cual nombre desconocía, rodeó la cintura de Aiden mientras que él solo dejó caer su brazo sobre el de ella en un abrazo de lado.
Mis sentimientos hacia él, se habían desarrollado de una manera indescriptible y demasiado rápida si soy sincera.
Sonaba contradictorio que lo dijera, ya que de alguna manera, fue lento al principio pero como si por arte de magia se tratara, con el paso de unos días, estaba completamente emblesada por el chico castaño y alto a unos cuantos pasos de mi. Justo como cuando te quedas dormida, de la nada.
Había pasado años leyendo libros de romance en donde decían lo que era el amor a primera vista. Se podría decir que era una romántica empedernida, creía en el amor y la idea de un romance me entusiasmaba. Todo eso en mi burbuja, claro está, en la vida real sabia que nadie podía enamorarse de alguien con solo verlo. Nadie podía amar a otro de la noche a la mañana, eso se me hacía muy exagerado y poco realista de parte de los escritores.
«¿Y esto que es, querida Hefz?» escucho a mi cerebro canturrear sobre mi estado con Aiden.
Aclaro algo. Sí, tal vez me obsesione de él como una niña de 10 años con su cantante favorito o con el tipo perfecto de una película o serie de Netflix.
Puede que sea el tipo de chico que no crees que pueda existir de lo atractivo que es. Varias veces me había encontrado preguntándome: ¿cómo es que pueda existir un hombre así?
Físicamente podria ser el hombre perfecto. Tenerlo ahí de pie a unos metros de mí parece un jodido privilegio.
Pero no. No lo amo. Solo es una atracción física que no me atrevo a decir en voz alta que tengo. No es algo más que físico, ya que no lo conozco de nada más que solo de vista. Seria completamente irreal decir que lo amo o que daría mi vida por aquel ser perfecto que esta en la entrada del salón.
Contadiciendo todo lo que intento pensar, siento como mi corazón comienza a tomar un ritmo demasiado frenético, mi respiración ha cambiado a una más alterada y podría jurar que los latidos de mi corazón son lo suficientemente fuertes como para que una persona cerca de mi pudiera escucharlos.
Todo lo que había estado leyendo durante años en la literatura, todo lo que las protagonistas de los libros expresaban al ver al protagonista, todo eso aparecía en mí cuando Aiden aparecía en mi campo de visión.
Me parecía loco, fantástico y algo extraño al mismo tiempo. Durante años, mis únicos intereses amosoros habían sido paginas con letras-los personajes de los libros, obviamente-pero desde que Aiden había chocado conmigo, era como si algo hubiera cambiado, no sabía como describirlo ya que nunca antes lo había sentido con alguien existente, pero me hacía experimentar nuevas sensaciones en mi cuerpo que nunca creí que pudieran existir.
Lo reparo un poco desde mi lugar; su cabello castaño oscuro cae de forma desordenada sobre su frente. Lo veo juguetear un poco con él dejándolo como de costumbre: alborotando y desordenado esos pequeños rulos castaños. Es como si de alguna manera ese fuera su sello personal, además de la sonrisa irresistible y del pequeño agujero al lado de sus labios.
Esta hablando solo a unos metros de mí, con lo que parecen ser su grupo de amigos en la entrada del salón. La clase aún no ha empezado, por lo cual se ve que no tiene prisa alguna por entrar al salón.
Su blanca y fina piel, hace un contraste perfecto con el negro de su chaqueta escolar. Su anchos hombros están cubiertos por una fina tela de algodón blanca y los pantalones ceñidos de color oscuro, están cubriendo sus largas y anchas piernas.
Sus ojos se vuelven pequeñas rendijas por algún comentario que uno de sus acompañantes de seguro hizo haciendo que sonriera. A lo poco que había notado en las clases que compartimos, normalmente suele tener un rostro y semblante serio, rara vez lo he visto sonreír, pero las pocas veces que han sido, han sido suficiente para cautivarme aún más.
Dicen que los ojos son las ventanas del alma, pero por más que trato de buscar algo, aunque sea el más mínimo detalle que me diga algo sobre él en esos orbes azules que me gustan tanto como me intimidan, no logro encontrar nada. Nada que me diga como un chico con una vida perfecta como él, suela causar tantos problemas.
Nuestro choque accidental fue cuando tenía quince años, y como ya lo dije, solo lo conozco de vista, no somos amigos ni nada por el estilo. Siempre habiamos estado en la misma escuela, pero nunca en el mismo salón. Solo recuerdo como es que los primeros meses después del golpe, se había ganado mi atención haciendo que lo observara cada que tenía oportunidad.
Aunque al principio mi flechazo había sido demasiado obsesivo, con el tiempo había ido dejando atrás tanto esa obsesión con él. Solo me permitía verlo de vez en cuando en clases o en uno que otro entrenamiento de él, nada que implicara un rompimiento de leyes como seguirlo hasta su casa o acosarlo mientras se ducha o cosas así.
Fue una sorpresa descubrir varias cosas de él aún cuando mi flechazo era obsesivo, como que Aiden no era nuevo en el pueblo, que había estado siempre en la misma escuela que yo-ya que en el pueblo solo hay una instalación por etapa académica-que era jugador de americano ya que en todos los descansos y torneos que organizaba la secundaria él había participado. No fue hasta que entramos a la preparatoria que él había obtenido un puesto en la selección de la escuela. Ah, y también había descubierto que la chica molesta se llamaba Jade y era algo así como su mejor amiga o algo.
No se me hizo muy extraño descubrir que Aiden había estado todo este tiempo en la misma escuela que yo y nunca lo había notado. Sabia que era muy distraída y no ponía mucha atención en las cosas de la escuela ya que no me interesaba socializar con las personas, pero Aiden no es el tipo de chico que puedas solo ignorar en tu vida.
Tal vez mi burbuja había sido lo suficientemente grande como para no notarlo.
Aun así yendo a clases distintas en el primer semestre, él tenía toda y mi completa atención. Afortunadamente para mi pequeño ser de dieciséis años, después de uno año, terminamos compartiendo algunas clases en nuestro segundo año de preparatoria.
Recuerdo que cuando vi su apellido y nombre en las listas de organización, una ola de emociones me invadió el cuerpo. No sabía lo que pasaba conmigo cada vez que lo veía, era como si un montón de personitas estuviera en mi interior y armaran un alboroto cada que mis ojos lo veían.
Nunca había sentido algo parecido con alguna otra persona en mi vida. La presión en mi estomago, mi respiración a tope cada que lo veía, los nervios constantes de solo escuchar su voz, eran sensaciones completamente nuevas para mi.
Aunque ya no eran demasiado alarmantes como al principio, seguían siendo sensaciones fuertes que me hacían suspirar por él.
De alguna forma se lo agradezco, se ha encargado-sin siquiera saberlo-de hacerme sentir viva. Un sentimiento que no sentía desde hace mucho tiempo.
No se porque pensaba tanto las cosas y creía que de alguna forma, el compartir algunas clases haría algún cambio, lamentablemente nunca hemos entablando una conversación, y sinceramente no creo que note mucho mi existencia. No suelo de ser esas chicas que llamen la atención por donde quiera que van, no soy exuberante y mi cuerpo debajo de esas prendas no se ve muy normal, estoy segura de que si me vieran arrastrando un tanque de oxígeno y tuvieran una vista más clara de como es mi cuerpo, sería la persona con más ojos encima por toda la instalación estudiantil.
Ignorando el hecho de mi enfermedad y volviendo a que soy alguien muy insignificante, me gustaba ser así. De rara vez alguien solía prestar atención en mi, algo que agradecía ya que desde pequeña había sido muy mal mirada. Intentaba esconderme detrás de todas esas prendas, no solia socializar nunca más que con el grupo de amigos que tengo, de ahí en fuera, no salía a fiestas, trataba de ignorar los eventos sociales o cualquier actividad que organizara la escuela. Mi rutina consistía en solo despertar, venir a la escuela, tomar medicamentos, leer y dormir, me considero muy invisible en la escuela y-en la vida en general- era algo que me parecía bien.
Esa también era otra de las razones por las que decidí dejar de ser tan patética alrededor de Aiden. Los chicos como él jamás pondrían sus ojos en una chica como yo. Aunque mis ilusiones murieran por el dolor y la pena, tenía que ser así, no es como que lo fuera a intentar, pero por más que lo intentara, nunca podría tener la atención de alguien como Aiden en mí.
Aunque como ya lo dije, me permitía admirarlo un poco cada que tenía la oportunidad. Al seguir viéndolo de pie en la entrada, trate de ignorarlo o por lo menos, disimular un poco más mi mirada.
A veces me sentía tan patética al mirarlo tan fijamente como un mosquito a la luz, prácticamente desde que se había apoderado de toda mi atención, no había algo más que me gustara mirar más que a él, no era mi culpa, yo solo había sido una simple mortal que había caído ante los encantos de Aiden Hale.
Se que debo de dejar estos sentimientos infantiles atrás y enfocarme en cosas verdaderamente importantes, como en la escuela, en mi enfermedad y en mí, no en un tonto enamoramiento infantil por un chico que nunca me prestara atención. No sabía a ciencia cierta como era él como persona, solo sabía lo que muchos decían por la escuela ya que así como todo lo bueno existe, siempre debe de haber un mal por igual. Aiden tenía una cierta reputación que te hacía pensar un poco más las cosas sobre él.
Sí, tiene la vida perfecta, es "encantador" y muy atractivo, lo cual, lo hace muy atrayente con las chicas.
No se si me entiendan, pero los rumores decían que era un cabron sin sentimientos, hijo de puta y mujeriego. Todos por la escuela decían que es el tipo de chico que solo te busca una noche para pasarla bien, que no busca nada serio y que nadie parece estar a su altura.
Como lo dije, no todo puede ser perfecto, aunque físicamente él lo es, los rumores decían todo lo contrario.
¿Ven porque les digo que es un enamoramiento tonto e infantil?
La actitud de él también era algo que hacía mucho ruido por los pasillos de la escuela. Así que sumando mi timidez con el hecho de que posiblemente es un insoportable engreído, han hecho que se me quiten las ganas de siquiera poder acercarme a él.
Ha sido difícil, he intentado que mi gusto por él desaparezca, tengo cosas mucho más importantes en las cuales enfocarme como para seguir teniendo un crush con él como si de una niña de trece años se tratase. Acabo de cumplir diecisiete años hace algunos meses, tengo que empezar a madurar y dejar atrás cosas infantiles y triviales.
Créame que fácilmente les puedo decir que tener que crecer, y tener que pasar tu pubertad teniendo un crush como Aiden Hale no es nada fácil. El deseo crece con el paso de los años, bueno, que digo años, de los días. Nadie nunca me dijo que tenía que experimentar mi pubertad con el deseo y las ganas de estar con Aiden creciendo.
Se que sueno tan contradictoria con mis propios sentimientos, digo que no estoy enamorada de él pero todos mis actos demuestran lo contrario, digo que es insoportable y engreído, pero sigue siendo el mismo chico que me hacía sentir mucho con hacer poco. A veces sentía que me volvería loca de tanto pensar. En la mayoría de los libros nunca te dicen este lado de la moneda, todo suele ser felicidad y amor por todas las páginas, pero estar sintiendo tanto por una persona que no siente nada, es un castigo que tengo que pagar.
No sabía cómo un simple gusto había cambiado tan drásticamente. Ahora no solo era mi respiración la que se ponía mal, mi ritmo cardíaco cambiaba con su sola presencia y las "personitas" que solía sentir en mi estomago, era como si de la nada hubieran bajado hacia mi vientre haciéndome sentir una presión muy diferente ahí. Su sola presencia me hacía sentir abochornada y acalorada y me había encontrado varias veces a mi misma con un matiz rojizo en mis mejillas cada que lo veía.
Si los rumores eran ciertos, mis sentimientos por él tenían que desaparecer realmente. Como ya lo dije, no diría que lo amo o que no puedo vivir sin él, siento que solo es una simple atracción física que cualquier chica con ojos podría tener con un chico como Aiden. Ni siquiera he hablado con él en persona y no planeo hacerlo «Aunque bien que te encantaría» escucho a mi conciencia decirme. Y puede ser que sí me gustaría hablarle pero por ahora no está en mi planes. Lo he visto ya en varias historias, y la chica que siempre quiere acercarse al chico popular y engreído es la que siempre sale lastimada.
Yo ya no quiero seguir saliendo lastimada. Ya no más.
Unos chicos del equipo de americano se acercan a él y puedo ver también cómo unas cuantas chicas le dedican unas cuantas miradas a la hora de entrar al salón. Como era de esperarse, ser uno de los miembros más importantes del equipo de la escuela no lo iba a ser alguien que pasara desapercibido. Siempre está acompañado, tiene un grupo de amigos muy amplio-y una fila de chicas esperando por él tambien- había podido ver que es de las personas que nunca están solas y que conocen a toda la escuela. Ser el capitán del equipo de americano sí que lo hizo ganar cierta popularidad por toda la escuela.
Observo como entra al salón y se va al lugar que le corresponde a tan solo unas mesas detrás de la mía. Lo sigo con la mirada intentando disimular los ojos que lo siguen, sobre mi hombro veo como se sienta y sigue platicando con sus amigos.
Continuo pérdida en la curva de su sonrisa, veo como uno de sus amigos lo golpea ligeramente en el hombro por un comentario que de seguro hizo y por la distancia no pude escuchar.
De lo perdida que estoy mirándolo, ni siquiera noto a la persona sentada a mi lado hasta que siento un ligero-no tan ligero-golpe detrás de mi cabeza.
-¡Auu!-me acaricio la zona afectada-¿que te pasa?-la miro un poco desconcentrada.
Veo la mata de cabello negro azabache y esos ojazos azules mirándome divertida. Se sienta en la silla a un lado de mi y finje una sonrisa tierna como si nada hubiera pasado. Mi compañera de mesa en quimica, la cual es muy insistente en que admita mis sentimientos hacia Aiden, Ludo-la cual también es una de mis mejores amigas desde que tengo memoria-, siempre me repite lo mismo, dice que soy pésima para ocultar mis sentimientos por el chico castaño, he pasado días intentándola convencer de que se equivoca, pero es muy persistente a la hora de molestarme con eso.
-¿Que? Estaba asegurandome de que siguieras aquí-pronuncia como si nada.
Haciéndome un poco la desentendida, le pregunto:-¿De que estás hablando?
Veo como ella solo blanquea los ojos, suspirando dramáticamente:-Eres muy obvia, ¿Tan temprano y ya te lo estás comiendo en tu imaginación?
Siento el pequeño calor subir por mis mejillas y en este momento se que he de parecer un tomate.
-Estas loca, yo no soy de esas que ven al chico que les gusta y en su mente ya le están haciendo el amor-miento intentando sonar segura.
Aunque intentará negar por más tiempo que mi flechazo por Aiden no existía, Ludo era lo suficientemente insistente como para hacerme decirlo en voz alta sin alguna preocupación existente.
Era lo bueno de ser amigas por muchos años, sabíamos leernos muy fácilmente-ella más que yo-era como si de un don por parte de ella se tratase. Tenía esa capacidad de saber cuando las cosas iban mal y de ayudarme a sentir mejor cada que lo necesitara.
Al parecer esta situación le divertía mucho, ya que no paraba de reír.
-No ¿pero si quien dijo hacer el amor?- escucho su tono cargado de ironía-por tu mirada parece que te lo estás violando.
Me acaloro aún más y siento mis mejillas arder:-Lo que dices es estúpido, y no tiene lógica-me quejo e intento sonar indignada.
No estaba haciendo eso. Aunque me gustara de esa manera, no solía imaginarlo en ese escenario que mi amiga está planteando. Aunque a veces mi imaginación tomará el control de mis pensamientos, cuando eso sucedía, me hacía sentir culpable, enferma y sucia de solo imaginarlo así. A veces mis pensamientos solían asustarme hasta a mi.
-Si claro-hace un mohín con su boca-esos libros que lees de verdad te afectan-sonríe refiriéndose a los pocos libros de literatura erótica que tengo en mi librero-. Mejor presta atención a la clase, estamos en química, no en anatomía humana-me guiña el ojo y noto lo mucho que esta situación le divierte.
Intentando controlar mi sonrojo, comienzo a sacar los materiales de la clase y los colocó sobre la mesa esperando la llegada del profesor.
Después de un rato, llega iniciando con la clase de química explicando un tema sobre las partículas y moléculas. Anotó todo lo necesario en mi libreta ya que según como dijo el profesor Reels, son temas importantes para los exámenes finales.
No es que sea mala en química, pero si hay alguno que otro tema que me falta reforzar, y como más vale prevenir que lamentar, anotó todo lo que me parece necesario en mi libreta para después estudiarlo con más calma.
Después de un rato de estar explicando, la voz del maestro se silencia dejándome sin poder anotar más. Levanto mirada hacia el escritorio del señor Reels, él cual no se encuentra sentado en su silla como usualmente suele hacer.
Frunzo mi ceño sin saber en dónde está, hasta que lo vuelvo a escuchar de repente:-¿Algo importante que compartir? Señor Hale-al escucharlo mencionar su apellido redirecciono mi mirada hasta encontrarlo frente a la mesa en donde Aiden y su compañero están sentados.
Miro a Aiden, él cual parece no haber estado prestando ni un poco de atención a la clase ya que por lo poco que he visto, sostiene su celular entre sus manos mientras que sus libros y libretas se mantienen cerrados sobre el escritorio.
-No, creo que no-responde él, secamente.
El disgusto en el perfil del profesor es notable. Esta estrictamente prohibido usar los celulares en su clase a menos de que él pida que los usemos, y como claro esta, el caso no ha sido este. Miro a Ludo, la cual voltea a verme a mi y ella está igual de interesada en la escena como todos los del salón.
-¿Podría dejar de estar con su teléfono y prestar atención a clase?-pregunta el maestro y es claro su enojo en su voz.
-No es un tema muy difícil de entender, como quiera-veo como el castaño adopta una posición provocadora hacia el profesor. Unas cuantas burlas y alardes empiezan a sonar por el salón haciendo del momento algo incómodo y humillante.
Se nota el enojo del señor Reels en su rostro:-Silencio-dice para el salón, y finalmente sus ojos vuelven a Aiden él cual tiene un semblante frío y despreocupado mientras se burla de él:-¿Así que no le parece un tema difícil señor Hale? ¿Podría hacerme un resumen de lo que acabo de explicar? Ya que veo que al parecer, es demasiado fácil para usted.
Aiden voltea a ver a sus costados como preguntándose "¿Es enserio?" Mientras sonríe descaradamente.
-Pfff-comienza recargandose en su asiento-una molécula es un grupo eléctricamente neutro y suficientemente estable de al menos dos átomos en una configuración definida, unidos por enlaces químicos fuertes. -todos quedamos atentos a su explicacion-Una partícula es el fragmento más pequeño de materia que mantiene las propiedades químicas de un cuerpo, bla, bla, bla-se le burla-En este sentido, los átomos y las moléculas son partículas.
Todos quedamos con la boca abierta mientras que en la cara del profesor se propaga la vergüenza. Acababa de explicar el tema perfectamente, hasta había comprendido más por lo que él había dicho, que cuando el profesor lo había explicado.
-Solo ojos en el pizarrón-logra decir. Aiden mantiene su semblante frío aunque noto un poco de victoria en sus ojos.
-Un poco intenso, ¿no crees?- Ludo pregunta en un volumen que apenas logró escuchar
-¿Un poco?-pregunto haciendo presente mi sarcasmo.
Volteo a verlo y Aiden no esta atento al pizarrón, aunque por lo visto no necesita estarlo, noto que esta platicando por lo bajo con sus amigos y cuando veo que hace el más ligero movimiento de cabeza, me incorporo de nuevo en mi posición para que no se de cuenta de que lo estaba observando.
Pienso en el pequeño alboroto que causó en la clase, aunque el profesor continuó con la rutina normal, se veía que cada que sus ojos enfocaban a Aiden él se volvía a molestar, mientras que él por su lado, estaba como si nada.
Yo nunca podría hacer lo que él hizo, no es como si hubiera cometido el delito más grande del mundo, pero el hecho de tener a todo el salón atento hacia él, me había hecho sentir incómoda hasta a mi. Como ya lo había dicho un millón de veces, la atención me molestaba, participaba de vez en cuando en clase, aunque no era demasiada, eran las necesarias para poder obtener puntos en mis asignaturas, no era algo que me gustara, pero era algo a lo que estaba acostumbrada por la rutina escolar, aunque estaba segura de que un poco de atención para alguien como él no era algo nuevo.
Como hoy solo toca una hora de química, intento poner atención por los minutos que faltan y por los minutos que Aiden robó. ¿Ven como es un cabron problemático? De alguna manera le faltó el respeto al profesor y a su clase, no era la primera vez que pasaba y lo peor era que no le decían nunca nada, como era el jugador estrella tomaban eso como si fuera alguien intocable dentro de este instituto. Muy de mal gusto para mi. No tenía el derecho de faltarle el respeto a ninguna persona, era por eso que me hartaba de la misma manera en la que me llegaba a gustar, por su actitud.
Al parecer he estado sobrepensando mucho todo eso, tanto que sentí como Ludo golpeaba ligeramente mi cadera con la suya para que volviera a prestar atención.
El timbre suena indicando que la clase ha acabado, guardo poco a poco las cosas que tenía en la mesa en mi mochila, hasta que escucho su voz de nuevo sonando por el aula. Como si su voz tuviera algún tipo de conexión con mi cerebro, esta hace que voltee casi por instinto a verlo.
Contemplo al chico castaño y de ojos preciosos. Se está poniendo su chaqueta y ver como sus hombros se flexionan para pasar la tela negra por sus brazos marcados por el ejercicio me hacen casi suspirar como si fuera una niña pequeña, muerdo mi labio inferior y navego en mis pensamientos perdiendo me en los ojos tan hermosos que tiene, en sus brazos, las venas marcadas que se veían ligeramente sobre piel. Por último mi mirada cae a esos labios tan lindos, tan carnosos y rojos que son, me imagino las cosas que esos labios podrían hacerme...
-Tierra llamando Hefz-unas manos sacudiendo se bloquean mi panorama y cuando vuelvo a la realidad solo estamos Ludo y yo solas en el salón-¡Dios! Si que te pierdes en tus pensamientos.
Parpadeo un poco sintiéndome avergonzada por lo que mi sucio cerebro acaba de causar. Espabilo un poco y veo a mi amiga con sus cosas ya guardadas.
-Lo siento, ¿qué dijiste?-tomo mis cosas del escritorio y comienzo a guardarlas también en mi mochila.
Ella solo me voltea los ojos pero noto que en realidad no está molesta sino todo lo contrario. Así es Ludo, la mayoría del tiempo solo le gusta molestar.
-Tenemos que darnos prisa, nos toca clase de historia y ya sabes como es el señor Molyns.
«¡Maldición!»-Tienes razón, ya vámonos.-Colgué mi mochila en mi hombros y nos encaminamos hacia la puerta.
Salimos corriendo hacia el salón de historia-bueno, más bien a lo que yo le llamo correr, que más bien es caminar rápido para no agitarme tanto-Ludo mantiene el mismo ritmo que yo y afortunadamente llegamos justo antes de que empezara la clase y nos ahorramos un regaño del señor Molyns. Sus ojos nos acecharon de manera despectiva mientras cruzamos el salón hacia nuestros asientos.
El supuesto señor era peor que una patada al hígado. Era insoportable, gruñón y muy cruel, su forma de explicar los temas era anticuada y muy aburrida. No es que fuera una experta en esa materia, ya que por lo mismo de su manera de explicar las clases, se me hacía un poco difícil comprenderlas por completo, estaba segura que había otras y muchísimo mejores formas de explicar cada uno de los temas.
No me gustaba sus modos a la hora de hablarnos y tratarnos a cada uno de nosotros, era muy hostil y maleducado, por eso había intentado llevar mi conducta demasiado bien, ya que no soportaría ningún tipo de regaño de su parte.
Tome asiento en un mesa-banco al fondo del salón y Ludo se sentó en una a unos cuantos pasos de distancia en la fila al lado de la mía. Saque el libro y libreta correspondiente de la materia y los puse sobre el pequeño cuadro de madera que tenía como mesa en mi asiento.
Jugué un poco con el collar que adornaba mi cuello, enrollando y desenrrollando el mismo unas cuantas veces solo para mantener las manos ocupadas, ya que por alguna razón desconocida, estaba un poco inquieta.
El profesor Mollyns comenzó a explicar la clase-la cual trataba sobre la guerra Civil y muchas más cosas aburridas para mi-y supe que mi martirio había comenzado.
Pfff... a disfrutar dos horas de historia...-nótese mi sarcasmo-la peor materia del mundo.
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N/a: Hola para esas personitas nuevas que están leyendo por primera vez mis hitorias. Por asuntos y gustos personales estoy reeditando estos capítulos, así que si no llegas a comprender algo en los próximos, te pido una disculpa y estas completamente invitadx a que si no comprendes algo, me lo puedas preguntar por privado. Espero terminar pronto con esta pequeña edición para así poder continuar con la historia.
Gracias por la atención.❤
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