Capitulo 4
La casa estaba llena de tensión, por decir lo menos. Cuando Jimin entró en la cocina más tarde, agarré mi laptop y me fui. Fui a buscar la habitación desocupada en el segundo piso, la cual dijo que podía usar como oficina. Era de buen tamaño, completamente vacía además de las cajas en un armario. Esto funcionaría bien. Había unos cuantos ventanales con buena luz solar entrando durante el día, y una vista que podía admirar cuando necesitara un descanso.
Necesitaba aclarar mi mente, antes de volver a trabajar, así que decidí salir a correr. Volví al dormitorio, desempaqué una caja que Marv había etiquetado “ropa de ejercicio”. Justo
como decía, mis zapatos para correr y la mayoría de mis cosas para ejercitarme estaban allí. Me cambié rápidamente, agarré mi iPod, troté hasta la puerta del garaje ya que todavía no tenía una llave de la casa, y me fui.
Sentí los ojos de Jimin sobre mí, pero me imaginé que era obvio que iba a correr y no que me iba para siempre, porque ni siquiera tenía las llaves del auto. A pesar de que normalmente lo hacía, no comencé lento esta vez.
Necesitaba el ardor en mis músculos
para ayudarme a pensar en mis emociones. Hice cuatro millas en vez de tres a máxima velocidad, y volví en menos de veinte minutos. Ser un cambiaformas, tenía sus ventajas
después de todo.
Mientras caminaba de regreso a la cocina, bañado en sudor, vi a Jimin sacando comida del horno en la encimera. Sí, como si quisiera comer con él. Oh, demonios, como si
confiara en él para cocinar mi comida y no poner algo en ella. En su lugar, me dirigí a la ducha.
Me tomé mi tiempo, restregando con fuerza para dejar salir mi frustración de la que no se había deshecho el trote. Cuando hube terminado, me sequé, me puse unos shorts, y me
dirigí al primer piso.
—Hice la cena —, dijo Jimin con suavidad, cuando entré en la cocina.
—Qué lindo de tu parte —, espeté, mientras abría el refrigerador y agarraba las sobras de la comida china.
—¿Ni siquiera vas a comer lo que hice? —Me giré para enfrentarlo y vi que su boca estaba abierta por el shock.
—¿Puedo confiar en que no hay veneno para ratas en eso? —Gruñí entre dientes, mientras él volteó su mejilla como si lo hubiera golpeado.
—No saber cómo decirte algo no es lo mismo que mentir, Yoongi —, dijo por fin, sus ojos eran fríos. —E ir de eso, a asumir que voy a envenenarte es un enorme salto. Ya no seguiré pidiendo perdón, ni tratare de disculparme, si vas a ser tan irrazonable.
No respondí. Metí la caja de comida china en el microondas y presioné inicio, debido a que él tenía razón. Estaba exagerando. Pero traiciono mi confianza, y para mí, cuando se
trata de eso, era todo o nada. O confiaba en ti o no lo hacía, y eso significaba que no confiaría en él.
—Aún necesitamos tener sexo esta noche —, susurró Jimin, cuando mi comida estuvo lista e intentaba escapar.
—Bien, tienes que estar listo y estirado a las nueve, me reuniré contigo en tu habitación—, espeté antes de largarme a mi oficina. ¡Sí, como si realmente quisiera tener sexo con él!
°
Trabajé hasta las nueve, suspirando cuando vi la hora. Mi polla no estaba cooperando con la idea de tener sexo, porque todo en mi interior gritaba que no tocara a Jimin. Fui a su
habitación y efectivamente, mi pareja estaba acostado en la cama, desnudo, como un sacrificio. Apartando la mirada de su cuerpo y dirigiéndola a sus ojos, podía ver que,
probablemente, quería esto menos que yo.
Incapaz de lidiar con sus problemas, me desvestí rápidamente y me aproximé a él. Aceité mi polla, que ahora se había endurecido, con el lubricante que él tenía junto a su cadera antes de tirar de su pierna. Demándenme, él estaba desnudo. Dejó salir un chillido por el shock, mientras lo arrastraba a un lado de la cama y lo volteaba, así sus pies
estaban en el suelo.
—¿Me deseaste todo este tiempo, Minnie? —Gruñí en su oído, mientras golpeaba su culo con fuerza. —Déjame mostrarme lo que conseguiste, pareja. Bienvenido a aparearte con un león.
No le di tiempo para responder, mientras metía mi polla en su interior de una sola vez. Jimin gritó, arqueando su espalda, dándome un mejor acceso para azotarlo.
—Ya basta de mentiras o de esconderme las cosas —, gruñí, mientras embestía su trasero. Alterné las manos entre sostener su cadera y golpear su culo, así que cada mejilla
recibió iguales azotes. —. ¡Eres una mala pareja! No volveré a tolerarlo. Y si no tuviéramos que follar, sólo te azotaría y no dejaría que te vinieras. ¡Puede que tal vez no envenenaras
mi comida, pero tendrás que recibir la penitencia para pagar por tu engaño!
Jimin jadeó y gritó, mientras lo follaba con un ritmo castigador, poniendo toda mi fuerza en las embestidas.
Aprendería quien era el jefe aquí, y que estar apareado debía significar
confianza. Si esto no le enseñaba que no toleraría los engaños, no sabía qué lo haría. Sentí que mis caninos se extendían, ante la posición sumisa en la que se encontraba Jimin, mientras lo dominaba. Inclinándome, los hundí en su hombro para sostenerlo en su
lugar, mientras encontraba mi liberación. Gruñí alrededor de su carne, mientras mi polla hacía erupción en su interior. Supongo que mi agresión y la adrenalina podrían funcionar para el sexo después de todo. Supongo que de ahí es de donde viene el término sexo furioso.
Cuando vacié lo último de mi semilla, retiré mis dientes y lamí la herida para cerrarla. Jimin gimoteó cuando saqué mi polla semi dura, pero no me quité de encima.
—Así es como folla un león, Jimin—siseé en su oído. —Y así es como castigamos a nuestras parejas, por transgresiones contra nosotros. Estaba dispuesto a tratar de hacer
algo diferente contigo, porque eso es lo que querías. Querías que nos tomáramos de las manos y nos acurrucáramos. Y confié en ti lo suficiente como para intentar ser lo que querías. Pero rompiste esa confianza, y ahora verás lo que quise decir cuando dije que me gustaba estar a cargo. Esto es lo que recibirás de ahora en adelante, como es mi obligación.
No le di la oportunidad de responder. Alejándome de la cama, salí rápidamente de su habitación y fui a la habitación vacía que ahora era mi oficina. Estaba feliz de que tuviera
su propio baño, que era más pequeño con una ducha. Había agarrado un poco de ropa y cosas para el baño, más temprano, cuando me di cuenta de que no había forma en que fuera a compartir la cama con mi pareja el día de hoy.
Después de que la ducha estuviese encendida y caliente, di un paso adentro y metí mi cabeza debajo del agua caliente.
¿Qué acababa de hacer? La que estaba allá adentro era mi pareja, y lo traté como un simple pedazo de carne.
¡Demonios! Ni siquiera trataba tan mal a las citas de una noche. Lo que quería era no mostrar afecto y darle un azote por ocultarme las cosas.
No ser cruel.
Caí de rodillas cuando, de repente, sentí que no podía respirar. ¿Lo había lastimado? Quiero decir, sabía que su culo estaría adolorido por la jodida y los azotes. Pero ¿qué tal si de verdad lo lastimé? Nunca quise lastimarlo de verdad, es sólo que no quería demostrar ternura. No me sorprendía que tuviese miedo de decirme que era un ratón y que sabía quién era yo…un monstruo.
Cuando pude volver a respirar, me lavé rápidamente y apagué la ducha. Mientras me ponía los pantalones de pijama, todo lo que quería hacer era ir a comprobar a mi pareja y
cuidar de él. Pero eso le demostraría que podía caminar sobre mí. ¿Cierto? No lo sabía. Y como el hombre socialmente inepto que era, no hice nada.
Finalmente me fui a la sala de estar y me desplomé en uno de los sofás para dormir. Mientras me arropaba con la manta, me sentí solo por primera vez en mi vida. Me había gustado dormir con Minnie entre mis brazos, la noche anterior. ¿Había arruinado esto para
siempre? Quiero decir, lo que Minnie había hecho, era algo que podría perdonar eventualmente.
Pero lo que yo había hecho, no estaba muy seguro.
°
Me desperté a la mañana siguiente, después de dar vueltas casi toda la noche, necesitaba un café desesperadamente. Mirando a mi teléfono, vi que Marv llegaría pronto
con mi aperitivo de los lunes en la mañana. Nada como un venti helado de menta y mocha blanco y algunos toques de vainilla para empezar bien la mañana.
Dirigiéndome hacia al baño de mi oficina, me lavé antes de ir a la cocina. Minnie no estaba ahí. ¿Seguía en la cama? No, la puerta estaba abierta cuando pasé por su habitación. Me deslicé hacia la sala de juego, suspirando de alivio, cuando oí un ruido del interior. No podía haber estado adolorido o herido si es que estaba trabajando, ¿cierto?
No tuve tiempo para preguntar o llegar a ningún tipo de conclusión cuando apareció Marv.
Recibí mi desayuno y el periódico. Intercambiamos unas cuantas palabras y se fue para terminar de empacar lo de mi apartamento.
Me tomó un tiempo revisar los nuevos contratos, analizar las pruebas, y decidir cuantas cosas estaban en orden. Cuando termine, rodeé mis ojos, dándome cuenta de que tendría
que llevar todos a la oficina. Fui hacía arriba, para ponerme ropa de verdad, cuando escuche a Minnie lloriquear en su cuarto. La puerta no estaba del todo cerrada, y justo cuando fui a revisar, lo oí.
—Me golpeó —gimió. —Quiero decir, sé que azotar no es como golpearme en el rostro, pero este no era un azote divertido. Y fue realmente cruel, Alfa. Esta mañana ni siquiera podía acostarme de espaldas o sentarme. Todavía me duele, y eso que somos
cambiaformas. Sabes lo rápido que sanamos.
Me hundí contra la pared a las afueras de su puerta. ¡Joder! ¿Cómo iba a arreglar esto? ¿Y siquiera lo había perdonado por lo que él había hecho? Pero por supuesto, sabía que lo que yo había hecho era peor.
—Y así es como comenzó con Ten —sollozó Minnie. —Se enojaba y me jodía realmente fuerte, ni siquiera me dejaba terminar. Luego comenzó a azotarme y siempre me golpeaba,
en la espalda, durante el sexo. Y al final, ni siquiera había sexo. Sólo me usaba como un saco de boxeo.
¡Oh, por la mierda! Nunca pensé en su pasado con su ex novio. Había olvidado completamente que mi pareja había sido abusado en su última relación. Dioses, fui un
bastardo.
—¡Tiene que haber una forma de romper este apareamiento, Alfa! Entiendo lo que está tratando de hacer la UPAC, pero no voy a permanecer en otra relación abusiva. Prefiero morir. Por favor, solo hable con ellos y explíquele qué estaba pasando.
¡No, no, no! No quería terminar nuestro apareamiento. Sólo quería ser capaz de confiar en mi pareja. ¿Cómo podría arreglar esto? No tenía idea de qué estaba haciendo. Simplemente actué por instinto cuando abrí la puerta y entré en la habitación.
—Sí, Alfa, pero si me golpea de nuevo voy a irme. Que se jodan las consecuencias. Entiendo —, dijo Minnie, mientras secaba sus ojos y finalizaba la conversación. Bajó el teléfono y jadeó cuando me vio ahí.
—Déjame solo.
—¿Podemos hablar? —Pregunté, sin moverme de donde estaba parado. No quería espantarlo o asustarlo más.
—No —respondió y se transformó. Me fui, notando que necesitaba tiempo, y no había forma en que fuera a
asustarlo más, sólo por perseguirlo.
Dijo que no, y respetaría eso…
por ahora.
Me fui y me vestí con un gran pesar en mi corazón. Había jodido esto de una forma mucho peor de lo que jamás lo había hecho Minnie. Encontré la pila de cuentas actuales en mi laptop, las cuales Minnie debió haber dejado ahí, y las cogí. Las dejé en la mesa de la cocina cuando iba de salida y le envié un mensaje de texto a Marv, diciendo que podía pasar a
recogerlas en un par de horas, cuando regresara a casa.
Me tomó casi una hora para conducir hasta la oficina y conseguir todo lo que necesitaba. En el camino a la casa de Minnie, pasé una florería y me detuve en ella. Supuse que eso es lo
que hacías cuando lo jodías todo. Llevas flores. Está bien, Minnie era un hombre, pero no importa el sexo del compañero, el punto era el mismo. Tome un gran ramo de rosas. Me imaginé que lo mejor serían una mezcla de colores, ya que no tenía idea de cuáles eran sus significados.
Envié una plegaria silenciosa a los cielos, para que Minnie al menos me hablara y me diera una oportunidad para explicarlo antes de que huyera de mí, eso también me afectaría. Las
reglas de la UPAC decían que, si no consumábamos nuestro
apareamiento cada día, perderíamos a nuestros animales.
Mientras me estacionaba en la entrada y salí, noté que la puerta principal estaba abierta.
¿Qué mierda? Corría hacia la puerta, atravesándola, mientras gritaba en busca de Minnie.
—Aquí —, gritó desde la sala de estar, con una voz adolorida.
Me congelé, mientras entraba en la habitación, dejando caer las flores debido al shock. Lucía como si hubiese estallado una bomba. Minnie y Marv jadeaban y sangraban acomodados en lados opuestos de la habitación. ¿Por qué no había notado que el auto de Marv estaba estacionado en la calle? ¿Había estado así de distraído?
—Me atacó —dijo Marv, señalando a Minnie, pero grito cuando movió su brazo. Al parecer estaba roto.
—Por supuesto que no —gruñó Minnie, mientras levantaba su camiseta hacia su nariz
ensangrentada. —Marv saltó sobre mí cuando abrí la puerta, diciendo que te había robado. Corrí hasta aquí cuando no pude sacarlo por la puerta. Me siguió dentro de mi casa y me
atacó.
Los miré del uno al otro. ¿Qué demonios? ¿A quién debía creerle? Marv nunca me había mostrado una sola tendencia violenta durante los años que llevaba trabajando para mí. Y Minnie me había mentido con anterioridad, pero no de esa forma.
Aunque su historia tenía más
sentido. ¿Por qué es que Marv no se había ido, si Minnie lo había atacado?
—Esto es jodidamente irreal —maldije, mientras pateaba las rosas hasta el otro lado de la habitación en donde estaba Minnie. —Aquí estoy deseando disculparme. Ahora no estoy seguro.
—Le crees a él —gruñó Minnie, mientras le daba a Marv una mirada llena de disgusto.
—He conocido a Marv durante años, y tú me has ocultado cosas —contraataqué, mientras me dirigía hacia Marv. Lo tomé entre mis brazos, esforzándome un poco ya que no era mucho más bajo que yo. —Vayamos todos al hospital.
No esperé a que Minnie me respondiera, me giré y me fui. Una vez que Marv estuvo dentro del auto, volví por mi pareja. Pero él ya estaba cojeando hasta su vehículo.
—Conduciré yo solo, ya que no me crees y ese hombre está loco —gritó Minnie, mientras me aproximaba a él. ¡Bien! Volví hecho una furia hacia mi auto y me fui al hospital. ¡Esto
era un jodido desastre!
—Lo siento, Yoongi —dijo Marv suavemente y luego hizo una mueca, cuando presionó un tajo en su pierna.
—¿Por qué te disculpas? —Pregunté, mirándolo antes de regresar mis ojos a la carretera.
—Por ponerte en medio de todo esto —, respondió, mientras cerraba sus ojos. —Que descubrieras que tu novio es un monstruo celoso y violento.
Nunca había pensado que alguien tan diminuto pudiera pelear así. Lo seguí adentro, para recoger las cuentas y le pregunté si quería una merienda de los lunes de ahora en adelante como tú, y me saltó encima. Estaba tan impactado, que recibí unos cuantos golpes, antes de que siquiera pudiera defenderme.
Asentí, mientras nos adentrábamos en el ER. Lo ayudé a salir, y él fue a registrarse, mientras estacionaba el auto. Mientras corría de regreso a la zona de recepción, mis pensamientos se aceleraban, y no podía enfocarme en uno solo. Había algo que no estaba bien aquí. Y no sólo era el hecho de que uno de ellos estaba mintiendo.
Había un pensamiento en el borde de mi mente, que al parecer no podía agarrar.
Minnie entró cojeando unos cuantos minutos después, y corrí hacia él. Traté de ayudarlo, pero me esquivó.
—Mira, no sé a quién creerle —, siseé en su oído, para que la gente no comenzara a mirarnos. —¿Me darías un minuto para pensar, antes de molestarte conmigo?
—Olvidas que ya estaba molesto y que estaba tratando de dejarte, Yoongi —, respondió, sus ojos se llenaron de lágrimas.
Eso era. Ese era el pensamiento que seguía rondando en mi cabeza. ¡Minnie ya estaba tratando de dejarme! Ese era el por qué le traje flores para disculparme. ¿Por qué se
pondría celoso y atacaría a Marv, si quería dejarme? Minnie no sabía que había escuchado su conversación con su Alfa, mientras ésta estaba sucediendo.
Y a menos que fuera un actor digno de un Oscar, nadie podría fingir tanto.
Lo dejé irse y vagué devuelta con Marv, a quien le estaban examinando el corte.
—¿Rompiste con él? —Preguntó, mientras alguien suturaba su pierna.
—Pronto —, mentí, mientas observaba intensamente su reacción.
Estaba aliviado. Pero por supuesto, un amigo preocupado por otro también lo estaría, así que eso no me decía
mucho.
—Bien, él no puede cuidarte como yo —respondió Marv, con una amplia sonrisa.
—¿Medicinas para el dolor? —Pregunté, sin querer enseñar mis cartas o se me escaparía.
—Oh, sí, me dieron una buena dosis. —Soltó una risita y colocó su mano sobre su boca. —¡Hombre eso fue una risita! ¿Quién hubiera pensado que esa mierda podía hacer tanto daño?
—Está bien, descansa un poco, y llamaré a tu mamá, para que te lleve devuelta a casa—, dije rápidamente.
Era propenso a divagar exactamente cómo acababa de hacerlo, y no quería eso. Porque si él sabía lo que yo sabía, entonces se asustaría. Y ya tenía mucho control de daños, por hacer, empezando por cancelar la tarjeta de débito que tenía de mis cuentas, cambiar contraseñas, etc.
—Está bien, te amo, Yoongi—murmuró, mientras volteaba su cabeza en su almohada.
Bueno, joder. Supongo que eso explicaba mucho. Me costó un poco, pero encontré en donde estaba Ant, después de que llamé a la mamá
de Marv. Cuando entré el doctor me miró.
—¿Quién es usted?
—Su marido —, respondí, mientras iba al lado de mi pareja. No me toco y no lo culpaba por ello. Pero antes de que pudiera decir algo más, apareció la policía para hacerle unas preguntas a Minnie
—¿Puede decirnos qué paso, Sr. Park? —Preguntó el primer oficial.
—Estaba trabajando en casa, cuando sonó el timbre —, respondió, ahora estaba mirándome. —El PA de mi marido, Marv, estaba en la puerta y preguntó si Yoongi estaba en casa. Cuando le dije que no, dijo bien y me golpeó en la cara. Me trastabillé por el shock, y cuando vino tras de mí, espetando todo tipo de mierda loca, sobre que él debería ser el marido de Yoongi. Que se lo había robado y que necesitaba salir de la imagen. Corrí, y como Marv había bloqueado todas las salidas, terminé acorralado en la sala de estar como un idiota. Peleamos hasta que se volvió claro que era una trampa y apareció Yoongi.
—¿Su asistente a mostrado alguna señal de agresión hacia su esposo con anterioridad? —Me preguntó el segundo oficial.
—No, pero se conocieron recién el otro día—respondí, aclarando mi garganta.
—Acabamos de casarnos en Europa. Pero Marv acaba de admitir que me ama, hace tan solo unos minutos, después de que el doctor lo dopó con unos medicamentos para el dolor.
Los ojos de Jimin se agrandaron, pero no dijo nada.
—¿Hay algo más que quiera añadir, Sr. Park?
—Sí, sabía que Marv estaba enamorado de Yoongi, desde el momento que lo conocí. Tuvo una ligera crisis, cuando me conoció.
—Sí, es cierto —, suspiré y me pasé los dedos a través de mi cabello. —Pensé que era porque me había fugado con un amante. Me preguntó si Jimin había hecho algo para que me casara con él. Pensé que sólo se preocupaba por mí, después de trabajar conmigo
durante años.
Respondimos varias preguntas más, antes de que los policías estuvieran satisfechos y se fueran. Mientras le estaban retirando los cargos a Minnie, llamé a mi asistente de negocios y le expliqué lo que estaba pasando. Saltó inmediatamente y dijo que se encargaría de la tarjeta de débito, y dejaría que todo el mundo supiera que, si Marv trataba de contactar a
nombre mío, supieran que ya no se le permitía hablar por mí o que era mi empleado.
Minnie se levantó de la cama y comenzó a caminar. Pero no iba a permitirlo, después de que el doctor dijo que se había sacado la rodilla durante la pelea y no debería poner peso sobre ella. Lo levanté en mis brazos y lo llevé al auto.
—No me toques —, gruñó. —Ya has hecho suficiente.
—Lo sé, y lo lamento. Tenías razón, y me desquité contigo, Minnie—, susurré y besé su sien. —Lo que hice anoche fue algo peor, que cualquier cosa que me hayas escondido. No me puse a pensar, que habías sido víctima de abuso en el pasado.
—¿Qué pasa con lo rudo que fuiste conmigo? —Preguntó, después de que lo metí en mi auto y nos dirigimos a casa. —No quiero estar apareado con alguien que me trata así, Yoongi.
—Lo sé —respondí, mientras mis ojos ardían. —Juro que no me di cuanta cuán cruel había sido, hasta después. Y entonces no sabía qué hacer. Me imaginé que tenía que darte
algo de espacio y luego hablaría contigo. Pero entonces te oí en el teléfono con tu Alfa y me di cuenta de lo mucho que te había lastimado.
—El sexo rudo está bien —admitió, mientras me estacionaba en la entrada. —Fueron los azotes. Y tal vez eso sea normal para algunas parejas, pero simplemente no puedo hacerlo.
Eso y que ni siquiera pareciera importarte si terminaba.
—Estaba herido y molesto —suspiré, mientras salía del auto e iba a ayudarlo. Cuando lo tuve entre mis brazos, continué. —No es excusa. Lo sé. Es sólo que me sentía tan
traicionado y engañado, que quería herirte de la misma forma en la que tú me habías lastimado. Simplemente, no quería que terminara así. Realmente lo siento, Minnie.
—También yo —dijo suavemente y se acurrucó contra mi pecho. Nos metí en la casa y fui a su dormitorio.—Para que conste, ni siquiera sabía cuál era tu nombre o que eras un león. Te acercaste y te uniste a la conversación en la que estaba participando, y casi me tragué mi lengua. Sí, he tenido sueños sobre ti y me pregunté cómo sería estar contigo. Pero eso fue todo.
—Tengo que ser capaz de confiar en ti —respondí después de un momento. Fui cuidadoso cuando lo dejé en la cama, antes de quitarnos los zapatos y unirme a él.
—Todos mis instintos me gritaban que no lastimarías a Marv. Pero entonces, sólo seguía pensando que habías destrozado mi confianza, mientras que a él lo conozco desde hace
tres años. Me tomó un tiempo ponerme al corriente.
—Comprendo esa parte, pero ¿qué hacemos ahora? —Preguntó dudoso.
La verdad era, que no tenía ni puta idea.
Último capitulo de la semana. El lunes vuelvo a actualizar.
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