Capitulo 3
Terminamos durmiendo la mayor parte del vuelo desde Escocia, antes de levantarnos para cambiar de avión y comer algo. Minnie durmió durante el vuelo desde Nueva York a
Indianapolis, mientras yo permanecía despierto. Terminé mirándolo fijamente la mayor parte del vuelo, preguntándome cuan diferente sería mi vida ahora. Sin importar lo que pensara que encajábamos bien, ambos éramos trabajólicos y todo eso, sabía que habría cambios.
Lo desperté cuando aterrizamos, y nos las arreglamos para atravesar el aeropuerto. Minnie también había estacionado su auto, así que tuve que buscarlo con mi auto en donde había
aparcado y seguirlo. Nos tomó casi media hora llegar a su casa en Greenfield. Tenía una agradable casa colonial de dos pisos, con el césped perfectamente cuidado. Me estacioné
en la entrada, mientras él entraba al garaje. Después podríamos pensar donde pondríamos los autos.
—Por fin entiendo el término muerto andante —, dijo Minnie con un bostezo, mientras nos adentrábamos en la casa. Había una puerta que conectaba con el garaje, abriéndola en la cocina. La cocina en sí misma era de buen tamaño, con una isla y accesorios de acero inoxidable. El granito en las superficies, combinaba con el piso, y me encontré
impresionado con sus habilidades de decoración. La casa tenía estilo sin ser austera. Me sentí como en casa, no solo un lugar en donde iba a
dormir, como mi apartamento.
Cargué sus bolsas junto con las mías, subiendo por las escaleras a la suite principal. De nuevo, era muy cómoda. Había una gran cama queen en el centro de una pared negra. La
combinación de colores era un poco brillante para mí, en su mayoría eran verdes y purpuras. Yo era más de colores oscuros, pero no era tan malo como para hacer doler los ojos. Tenía
unas cómodas de roble, que
combinaban bien con el marco de la cama, y pensé que quedaban bien con el lecho.
Minnie colapsó en la cama, pero yo tenía otros planes para mi pareja. Leí el sobre de la UPAC en el segundo vuelo. Una de las reglas tenía que ver con tener relaciones sexuales una vez cada veinticuatro horas desde que nos apareábamos, hasta la próxima conferencia de año bisiesto. Si por alguna razón no lo hacíamos, perderíamos nuestra habilidad de
transformarnos permanentemente. Y eso hacía que un cambiaformas se volviera salvaje.
—Hora de una ducha y sexo —susurré en su oído, mientras le quitaba sus zapatos. —Leí las reglas que me dio el Anciano, y tenemos que tener sexo al menos una vez al día, Minnie. Nos estamos acercando a ese límite.
—Entonces lubrícame y tómame —, murmuró, sin moverse mientras le quitaba sus calcetines.
—¿No vas a participar? —Me reí, mientras me encargaba de sus jeans y luego su camiseta.
—Gemiré un poco —, dijo Minnie con un bostezo, mientras rodaba desnudo. —Déjame verte desnudo y deseoso, y estoy seguro de que me animaré de nuevo.
Comencé a desvestirme lentamente, asegurándome de que obtuviera una buena vista de todos mis músculos flexionándose. Sin más, su polla tomó nota.
Para cuando estaba desnudo, mi pareja se deslizo de la cama y se puso de rodillas.
—Quiero probarte —, susurró y estiró una mano para alcanzarme.
—En otra ocasión, Minnie—, respondí, mientras tiraba de él y lo metía entre mis brazos.
—Tenemos que consumar nuestro apareamiento, cada veinticuatro horas. Eso quiere decir: relaciones sexuales.
—Bien. —Minnie se rió entre dientes, rodando sus ojos. —Supongo que puedo concederte eso.
—Oh, qué dulce de tu parte. —Lo hice ponerse de pie y fui a encender la ducha. Cuando se calentó, lo escuché gemir. Mirando sobre mi hombro vi que ya tenía sus dedos en su
culo y había sacado el lubricante de quién sabe dónde. —Mierda, eso es caliente.
—Lubrícate, chico grande —, dijo dándome un guiño y me entregó el lubricante.—De repente me siento caliente.
Gruñí mi aprobación, mientras me lubricaba rápidamente y noté que era a prueba de agua. Gracias a los dioses por esos pequeños favores. Observé intensamente cómo se preparaba para mí. Entonces nos metimos en la ducha, mis ojos se enfocaron en su firme culo.
—Agótame para que así pueda irme a dormir —, bromeó Minnie, mientras colocaba sus manos contra el azulejo y estiraba su culo.
—Con gusto —, ronroneé, mientras me posicionaba. Empujé contra su culo, gruñendo, cuando me succionó directamente. Minnie gritó mientras lo llenaba e inclinaba su frente contra los fríos azulejos. Empecé lento, pero rápidamente cambié a un ritmo más rápido.
—Oh, dioses, eres enorme —, gimió, estirándose para acariciar su polla. Nunca se había sentido así, con un compañero sexual. —Yoongi, me vengo.
—Hazlo, Minnie Grita mi nombre —, gruñí, mientras cogía velocidad. Me aseguré de darle a su próstata y segundos después, gritó mi nombre hacia los cielos. Siguiéndole de cerca,
mordí su hombro para evitar rugir en su oído. Disparé mi semilla en lo profundo de su interior, mientras me recorría un escalofrío. Este hombre era mío para siempre, y nadie más podría conocer el placer que podía dar. Sólo yo.
—¿Te sientes capaz de llevarme devuelta a la cama? —Jadeó unos cuantos minutos después, desplomado contra los azulejos. Me reí entre dientes y tiré de él, consiguiendo un gemido de ambos.
—Eres un semental. Ni siquiera puedo sentir mis piernas.
—Gracias, Minnie—, susurré en su oreja. Nos limpié rápidamente, suponiendo que podríamos lavarnos el pelo en la mañana. Cuando estuvimos listos y nos arrastramos sobre la cama, me tensé con sorpresa cuando se acostó a mi lado. Minnie lanzó un brazo y una pierna sobre mí, tal como lo había advertido.
No sabía qué hacer. Parte de mí entró en pánico ante ese gesto tan
increíblemente íntimo.
Pero luego, oí su profunda respiración y supe que se sentía lo bastante seguro conmigo como para quedarse dormido. ¿No debería ser capaz de hacer lo mismo? Traté de relajarme y aunque tomó un tiempo, finalmente fui capaz de quedarme dormido.
¿Tal vez todavía había esperanzas para mí?
°
A la mañana siguiente, me desperté solo en la cama. Me puse los mismos jeans ya que no tenía nada más a parte de la bolsa que había llevado a la conferencia, y ya había usado
casi toda la ropa. Después de que usé el baño y me lavé, bajé por las escaleras y seguí mi nariz hasta la cocina.
—Café —, ronroneé y fue a conseguir un poco.
—Primero, me debes algo por hacerte café —, dijo Minnie, mientras apartaba su mirada de la laptop. Me volteé hacia él y vi que tenía sus labios fruncidos. Riéndome, fui hacia él y le di un beso de buenos días.
—¿Dormiste bien? Si no, podemos usar tu cama.
—Dormí increíble, pero mi cama en una tamaño king y la tuya una queen —, respondí encogiéndome de hombros y fui por el café. —¿Cuánto tiempo llevas levantado?
—Un par de horas —, respondió y empezó a tipiar de nuevo. —Dormí más tiempo en los vuelos que tú.
—Bastante justo. —Me senté en la mesa de la cocina, inclinando mi cabeza así podría ver lo que estaba haciendo. —¿Lista de compras?
—Sep, estamos completamente vacíos. —Soltó una risita. Sonó el timbre y él alzó la mirada, sus cejas se juntaron con confusión. —¿Quién demonios está aquí a las ocho de la mañana?
—Ese puede ser Marv. —Me reí entre dientes y me dirigí hacia la puerta. Muy seguro de que era mi PA, con vestimenta bien planchada y listo para irnos. —Buenas, Marv.
—Hey, Yoongi—, respondió con una brillante sonrisa, mientras lo dejaba entrar. —¿Entonces compraste una casa? ¿Cómo es que no sabía sobre esto? No diste especificaciones en tu e-mail, y me imaginé que estarías cansado por el vuelo y podría
preguntarte en la mañana.
—No compré una casa, me mudé con mi novio.
—¿Tú qué? —Jadeó Marv, congelándose en su lugar. —¡Pero no tienes citas! Me dijiste que no tenías citas. ¿Cómo puedes tener un novio, al cual no conozco, que sea lo bastante
serio como para mudarte con él?
—Le di un ultimátum —, respondió Minnie suavemente, continuando la mentira mientras regresábamos a la cocina. —Soy Park Jimin. Yoongi me dijo un montón de cosas buenas sobre ti.
—Él no me dijo nada sobre ti —, dijo Marv, mientras continuaba
estrechando la mano extendida de Minnie. Juré que pude verlo enroscando su labio superior, pero eso no era posible. Marv era un encanto. Puede que no haya tomado suficiente cafeína para enfrentar el día. —Entonces, ¿de qué se trata este asunto de añadir recados extra a mis tareas habituales?
—Como me voy a mudar aquí y Jimin es el dueño de la casa, voy a pagar las cuentas —, expliqué, teniendo cuidado al no usar el apodo de Minnie ya que él se había presentado con su nombre completo. —Y Jimin es un gran cocinero, así que ya no voy a comer comida para llevar ni a salir constantemente. Pero trabaja tanto como yo, así que ninguno de los dos tiene tiempo para los recados y tenemos un refrigerador vacío debido a que estábamos en Escocia.
—¿Fue contigo? —Jadeó Marv, sus ojos se ampliaron. —Pero yo agendé en vuelo. No había acompañantes.
—Volé a una hora diferente e iba a volar a casa más temprano a causa de trabajo —, respondió Minnie, alzando una ceja. —Pero fui capaz de cambiar mi boleto y regresar con Yoongi. Y mientras estábamos allá, él aceptó mi oferta de mudarse conmigo. ¿Ya estamos todos al tanto del chisme?
—Sí, por supuesto—respondió Marv, luciendo apropiadamente castigado. —Perdónenme por hacer preguntas y todo, pero he trabajado para Yoongi por tres años. Él no hace nada a último minuto, ni espontáneamente. Así que imaginen mi shock cuando
recibí un e-mail para ir y empezar a empacar su apartamento, contratara servicios de mudanza, y responsabilidades añadidas.
—No tenías que hacer eso —, dije, sonriéndole por pensar en eso por mí. —Envié un mail al servicio de limpieza y cambié la ubicación de la dirección. También pedí que vinieran entre hoy y mañana para estimar la diferencia del costo de tu casa. Además, creo que deberíamos añadir la lavandería.
—¿Ni siquiera va a encargarse de ti? —Preguntó Marv, mirando ida y vuelta entre nosotros. ¿Qué pasaba con él? Está bien, entiendo que esto era un shock, especialmente debido a que no sabía que yo era un cambiaformas y sobre el
apareamiento. Pero debería superarlo ya.
—No, Jimin es un hombre de negocios muy exitoso con su propia carga laboral. —Me reí entre dientes. —¿Quieres una taza de café, mientras descargo tu SUV, Marv?
—Ya tomé un poco, gracias. Te ayudaré a descargar —, dijo, y se dirigió de regreso a la puerta principal. Dejé mi taza de café y lo seguí, mientras Jimin suspiraba.
Realmente estaba perdiéndome algo en todo esto, y no me gustaba.
Una vez afuera, Marv abrió la puerta trasera de su SUV, mientras mordía su labio. —Si tienes algo que decir, Marv, escúpelo ahora y terminemos con esto.
—¿Este chico te hizo algo? ¿Te está forzando a vivir aquí? —Preguntó tranquilamente, mientras mi mandíbula estaba a punto de caer al piso. Se estiró y tocó mi brazo. —Lo siento, Yoongi. ¡Sé que tu vida personal no es asunto mío, pero esto está tan fuera de contexto, que no puedo hacer nada más que estar preocupado!
—Marv, todo está bien, ¿de acuerdo? —Respondí con firmeza y alejé su mano. — Jimin y yo llevamos viéndonos un tiempo, y yo estaba tratando de negar lo fuertes que
eran mis sentimientos por él. Cuando básicamente me dijo que o iba enserio o me largara, fui enserio. Mi contrato de arrendamiento está a punto de terminar, y mi familia me ha estado
presionando para que siente cabeza. Era el momento correcto, con el chico correcto, y he estado sintiendo mariposas en el estómago. Nada más que eso.
—Siempre y cuando estés bien —, respondió con un asentimiento, no lucía ni un poco convencido.
Tomamos las cajas y no dijimos nada más, mientras descargábamos el
SUV.
Cuando las sacamos a todas, empezamos a subirlas por las escaleras.
—Hice espacio para ti, en el vestidor —, dijo Minnie con una sonrisa, mientras señalaba el camino. —Dame unos cuantos minutos y también te despejaré unos cuantos cajones en la
cómoda. Y podemos convertir la habitación en el pasillo, que utilizo para el almacenamiento, en una oficina para ti. Además, el sótano está terminado y podemos convertirlo en tu gimnasio.
—Has pensado en todo, ¿no?
—No tengo tiempo para irme por las ramas. —Sonrió, usando las mismas palabras que usé el día anterior. —Sin embargo, realmente necesito terminar un poco de trabajo. Así que
estaré en la sala de juego, con mis auriculares encendidos. Si me necesitas, sólo grita.
—De acuerdo —, dije, mientras comenzaba a desempacar.
—Oh, ¿Marv podrías hacer las compras hoy mismo? Pensé en hacer una buena cena para celebrar, que te estás mudando conmigo.
—Sí, sólo envíale la lista —, le dije, mientras Marv le entregaba su tarjeta de negocios como el asombroso PA que era. —¿Cuándo van a llegar los de la mudanza, con el resto de
mis cosas?
—El martes a las tres —, respondió. —Era la primera hora disponible que tenían, incluso para una mudanza corta.
—Eso está bien. —Me encogí de hombros, mientras Minnie me daba un rápido beso y se iba. —Yo me encargo de esto, Marv. Continúa con tus otras cosas y vuelve cuando hayas terminado con las compras. Tengo que terminar mi programa más reciente.
—Um, está bien, nos vemos —, dijo y se fue. Sacudí mi cabeza, pensando que estaba actuando un poco extraño. Pero por supuesto, yo era el Sr. Confiable y Constante, así que
este tipo de cambio realmente debió de impactarlo. Debería haber estado en Escocia, pensé para mí mismo, con una risita.
Cuando hube desempacado todo lo que había traído Marv, agarré mi laptop y el café y encontré la sala de juego. Definitivamente, Minnie estaba jugando algún juego en la enorme
TV LCD, mientras hablaba por sus auriculares. Me senté y comencé, sólo interrumpiendo cuando necesité la contraseña del Wi-Fi. Entonces me puse a trabajar.
Trabajamos así por unas cuantas horas, antes de que Minnie pausara su juego y me mirara por sobre su hombro.
—¿Almuerzo? Podría pedir algo para llevar.
—¿China? —Pregunté sonriéndole. No sentía como si acabáramos de conocernos y mudarnos juntos. Me sentía cómodo, como si hubiésemos estado juntos por años.
—¿Rollos de huevo o rangoon de cangrejo?
—No hay un o en mi vocabulario. —Reí. —Cerdo agridulce y lo mein para mí.
—Lo mismo digo. —Se rió y sacó su teléfono celular. ¡Maldición! Minnie era tan terrible como yo. Tenía una tienda local en el marcado rápido, y reconocieron su nombre. Volvimos a
trabajar durante los siguientes cuarenta y cinco minutos o algo así, antes de que sonara el timbre de la puerta.
—Yo me encargo. Nos reuniremos en la cocina —, dije, mientras me paraba de un salto para ir a buscarlo. Le pagué al chico y llevé la comida, colocando todo en la mesa, mientras
Minnie se encargaba de las bebidas.
Charlamos sobre trabajo, mientras nos atiborrábamos antes de limpiar y volver a trabajar.
Minnie dejó la sala de juego una hora después, de que terminamos de almorzar. En realidad, no estaba prestando atención ya que estaba teniendo problemas para codificar mi proyecto.
—Puede que quieras reestructurar tu interface —, dijo, y salté debido a que no lo escuché volver a entrar en la habitación. Miré lo que estaba haciendo, y tenía razón.
—Gracias —, respondí, mientras alzaba los ojos para sonreírle. Fue entonces cuando vi que estaba desnudo. —¡Joder, Minnie!
—Sí, eso es exactamente lo que quiero hacer —, ronroneó, mientras movía mi portátil y se deslizaba en mí regazo. —Me imaginé que, ya que estábamos trabajando duro y
volvimos temprano de Escocia, deberíamos tener una tarde de merienda.
—Oh, eso crees, ¿no? —Me reí entre dientes, mientras pasaba mis manos por sus muslos y lo rodeaba para ahuecar las mejillas de su culo.
—¿Voy a ver esa colección de
juguetes que tienes?
—Tengo uno en mi culo, estirándome para tu gran polla —, susurró en mi oído, mientras movía sus manos sobre mi pecho. —¿Creíste que podría mantener mis manos alejadas de
esos gloriosos músculos, por tanto tiempo? He querido tocarte así, desde hace años, Yoongi.
—Voy a andar sin camisa… —comencé a decir, pero luego me congelé. Quité sus manos de mí y me eché hacia atrás para poder ver su rostro. —¿A qué te refieres con años, Minnie?
—Yo, um, bueno, la última conferencia —tartamudeó, mientras su pulso se aceleraba y su pecho empezaba a palpitar.
—Tú sabías quien era cuando me encontraste en la biblioteca, ¿verdad?
—Sí —, susurró, y esa única palabra lo dijo todo. Me puse de pie, dejándolo caer de mi regazo encima del sofá. Minnie agarró la manta que estaba envuelta en el respaldar del sofá y
la envolvió a su alrededor, mientras me paseaba.
—Sabías quién era, pero pretendiste que no. ¿Por qué? —Pregunté, entrecerrando mis ojos, finalmente lo enfrenté después de un par de minutos. —¿Qué conseguías con esto,
Minnie?
—A ti —respondió con calma, mientras miraba su propio regazo. —T-Te vi en la última conferencia y pensé que eras el hombre más magnifico que había visto jamás, Yoongi. No sabía cómo hablarte. No soy bueno con la gente, y nadie me presta atención. Pero cuando pasó todo el asunto de las bebidas, quería encontrarte y esperaba que me vieras como una potencial pareja, antes de que encontraras a alguien más.
—¡Volviste a ocultarme algo importante! —Le gruñí en la cara. —Primero no me dices que eras un ratón, tenías este enamoramiento desde hace cuatro años. ¿Cómo es posible que pueda confiar en ti, Jimin?
—No creí que sería gran cosa —respondió, retrocedió lejos de mí. Podía el sentir el olor de su miedo emergiendo de él. Pensaba que iba a golpearlo, lo cual sólo se añadió a mi
furia. —Pero no sabía cómo decirlo, sin que sonara como algún acosador. Quiero decir, sólo era parte de una conversación que tuviste la última conferencia. Nunca nos conocimos
oficialmente, y no creí que alguna vez llegarías a mirarme, siquiera.
—Me he apareado con un embustero y un mentiroso—espeté, no me creía su explicación. —Prometiste que no esconderías más cosas, y luego haces esto. ¿Hay algo más que debería saber? Oh, espera, me lo digas o no, no puedo creerte. ¿O sí, Minnie?
—Lo siento —susurró, mientras volteaba su rostro como si lo hubiese abofeteado.
—No es suficiente —gruñí, molesto porque reaccionara de esta manera.
No era justo que se enojara de esa forma. ¡Yo era al único al que le habían mentido! Agarré mi laptop y
salí echo una furia de la sala de juego. Terminé en la cocina y logré volver a trabajar, mientras las conflictivas emociones me recorrían.
¿Tal vez estaba reaccionando de más? Pero si no era gran cosa, por qué actuó como si no me conociera. Y si escondía eso, ¿podría confiar en su juicio? ¡No sabía qué hacer, qué
pensar, o si podía confiar en mi jodida pareja!
Trabajé por unas cuantas horas, antes de que sonara el timbre. Le abrí a Marv y le ayudé a descargar las compras y todo lo demás.
—Bien, guardaré la comida —, dijo una vez que llegamos a la cocina, revisando su lista.
—Añadí algunas cosas a la lista, como Jimin pidió café, pero no era del tipo que bebes, así que traje ambos. Te conseguí ropa limpia y algunas otras cajas de tu apartamento. Voy a necesitar una copia de todas las cuentas que quieres que empiece a pagar ahora, así sabré las fechas de vencimiento, etcétera.
—Gracias, hombre —, respondí, frotando mi mano sobre su cabello para desordenarlo. —Siempre puedo confiar en que cuidarás de mí.
—Por supuesto. —Marv sonrió y ahuyentó mi mano. —Es para lo que me pagas. Tengo que hacer una pregunta. ¿Qué va a pasar con las cosas duplicadas de ahora en adelante? Quiero decir, no necesitas dos sets completos de loza, y sillones, y unidades de entretenimiento.
—Jodeeeeer —gemí, ni siquiera había pensado en eso. Realmente me gustaban mis cosas. —Tendré que hablar con Jimin sobre ello. Supongo que cuando lleguen los de la mudanza, tendremos que ponerlas en el garaje, hasta que decidamos con qué quedarnos.
—Está bien, bueno, déjame saber cuándo vas a empezar a deshacerte de las cosas —, dijo, garabateando notas. —Las llevaré para donar o a programas de recolección y eso será
una buena reducción de impuestos para ti.
—Buena idea. —No había pensado en eso. Pero por supuesto, no había tenido la oportunidad de pensarlo mucho, debido a la rapidez con la que había pasado todo. Bueno, excepto por mi mentirosa pareja.
—¿Necesitarás algo más para mañana a parte de terminar de empacar? Los de la mudanza no van a venir hasta pasado mañana.
—Sé que tengo que firmar algunos contratos, que hay en la oficina —, respondí, mientras pensaba en la interminable lista de cosas por hacer. —También sé que hay pruebas de
marketing, para los regalos de esa convención tecnológica en unos cuantos meses. No tienes que preocuparte por traerme el resto de mis cosas, porque los de la mudanza
vendrán pronto. ¿Puedes recoger esas cosas de mi oficina en la mañana, traerlas, y pasar el resto del día empacando?
—Sí, por supuesto —, dijo con una sonrisa, mientras lo conducía de regreso a la puerta. —¿Quieres tu merienda del lunes por la mañana?
—Esa es una pregunta tonta. —Me reí entre dientes, mientras le palmeaba la espalda y cerraba la puerta.
Me conocía tan bien, que éramos como una maquina bien aceitada. Marv hacía mi vida más fácil, menos complicada, a diferencia del hombre que me engañó para que me apareara con él. Y de eso, no podía librarme.
Si hay algún error de nombre, me avisan por favor.
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