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Capítulo 4. Preguntas

Astrid le contó lo que necesitaba saber de Dimitri Steinberg, Eric le dijo que no lo conoció personalmente, que solo llegó a verlo desde muy lejos cuando él iba a buscar a su hermana en el instituto, nunca supo que clase de comportamiento o relación tenía con Irina. De lo único que se dio cuenta al verlos juntos era del parecido que tenían, eran rubios y de una piel muy blanca, casi albina, se parecían tanto que lucían casi como gemelos, sino fuese porque Dimitri era un poco mayor podrían pasarlo sin problema.

—¿Él es mayor que Irina por cuantos años?

—Solo dos. Tengo unas fotos recientes de ambos —Astrid se levantó para ir hacia una mesita en el rincón de la sala, sacó un álbum de fotos que estaba decorada con pegatinas holográficas y recortes de revistas. Le enseñó una foto de Irina y su hermano sentados en una mesa, parecía ser una foto navideña del año pasado, lo que más le llamó la atención a Eric fue que Irina tenía el cabello castaño oscuro, casi negro y no rubio platinado que era su color natural. —Esta es reciente, fue en  la cena de navidad, su padre había muerto en julio.

Astrid le mostró otra foto que parecía ser de marzo de este año, donde Irina se había ido a Ibiza, España, de vacaciones con amigas, su cabello en esa foto era de un color rojo vibrante, además lucía muy bronceada. Después le mostró otra hilera de fotos donde vacacionó en Venecia en abril y ahora su cabello era negro por completo.

—¿Le gustaba cambiarse el tono del pelo, verdad? —preguntó Eric, siendo evidente que en las fotografías se mostraba una cambio en cada viaje que hizo.

—Empezó a hacerlo poco después de la muerte de su padre. Fue cambiando de look y la verdad todos los tonos de cabello le sentaban de maravilla, es bonita y todo le queda bien.

—¿Por qué dices que cambió de look solo después de la muerte de su padre? ¿Él no la dejaba  hacer nada? ¿Era estricto?

Astrid se encogió de hombros, hizo una mueca con la boca como queriendo encontrar las palabras perfectas para describir a su tío Edmund Steinberg.

—La verdad conozco poco pero lo suficiente para describir que clase de relación tenia con su padre, no será lo que esperas pero de algo deberá servirte.  No se si te habrás dado cuenta pero no siempre vivimos en Londres todos nosotros, somos inmigrantes, venimos de Alemania, toda la familia de parte de mi madre es alemana.

—¿Tu madre y tu tía Patricia son alemanas?

—Sí, yo soy mitad alemana y mitad inglesa por parte de mi padre, Dimitri e Irina son los únicos alemanes "genuinos" porque Edmund también lo era.

—¿Y desde cuando vives aquí en Londres? ¿Por qué motivo te mudaste?

—Yo viví en Alemania hasta los diez, después nos fuimos con mi padre a Londres; ellos se quedaron en Alemania toda su vida hasta que Edmund falleció e Irina decidió venirse a vivir conmigo. 

—¿A qué se dedica su hermano?

—Trabaja como ingeniero en una empresa, no estoy segura del nombre pero nunca le faltó dinero, su padre fue estricto pero surtió efecto, Dimitri se gana la vida bastante bien, lo suficiente para mantenerse a él y a su madre aunque ella trabaje para no estar en casa.

—Ya que lo mencionas, ¿Qué clase de relación tenia Irina con su hermano y su padre? Me dijiste que no sabías mucho, ¿Fue porque te mudaste y no pudiste saber más de ellos?

Por primera vez Astrid tomó su taza de té de manzana (el olor era fuerte, a Eric le irritó un poco la nariz), le dio un sorbo pequeño porque lo caliente le había quemado la lengua.

—La relación es buena, no se odiaban pero tampoco se amaban, no eran enemigos ni nada a pesar de que ambos crecieron con un padre estricto como Edmund, siempre se han apoyado, es una relación de hermanos que para mi parecer, es muy normal. Con su padre me supongo que era lo mismo, te seré sincera, solo fui dos ocasiones a su casa cuando todos vivíamos en Alemania; nuestra casa estaba a cuatro kilómetros de la suya, nos quedaba lejos y solo nos reunimos en dos navidades, yo era muy joven cuando fui a su casa por primera vez; tenía creo que unos cuatro y la última vez tenía siete y mis recuerdos son borrosos pero a pesar de mi edad prestaba atención a la actitud de Edmund y  a cómo los trataba.

—¿Cómo lo podrías definir?

La chica estaba impaciente, no sabía cómo empezar o más bien encontrar una palabra que pudiera definirlo, Eric no quería forzarla así que fingió que escribía en su libreta para darle tiempo.

—Quizá lo llamaría como un poco demandante, no es que los golpeara ni nada de eso, era buen padre pero siempre se la pasaba en el trabajo, tengo que admitir que siempre les dio lo mejor a sus hijos pero había algo extraño que yo presentía de niña —Astrid miró hacia la nada, perdiéndose un poco en sus recuerdos, Eric veía como poco a poco se adentraba más hasta al punto de ignorarlo, hablaba casi como si estuviera sola. —Me daba la impresión de que mi padre y yo no le agradábamos.

Eric observó con cautela a Astrid que seguía sumida en sus propios pensamientos, ella acarició el borde de la taza y se dio cuenta que empezó a ponerse un poco tensa.

—¿Por qué lo crees?

Ella de repente parpadeó y salió de su trance, alzó las cejas y negó con la cabeza, queriendo borrar la idea que tenía en mente.

—Es solo un presentimiento, de todas maneras Edmund era un hombre muy frío y poco sociable, era de esperarse que lo incomodáramos, se podía esperar.

Eric no quiso insistir, creyó que lo mejor era dejar el tema así como estaba, pensó que serían cosas más personales de Astrid que de parte de Irina. Siguió anotado las cosas fundamentales de los relatos de Astrid en lo que ella solo observaba y tomaba el té.

—¿Ya le has avisado a Dimitri de la desaparición o a su madre?

—No—la chica hizo un pequeño gesto en disculpa —No lo saben, he tenido momentos en donde apenas he descansado, de hecho ni siquiera he dormido aquí, solo vine a recoger las cosas que necesito para el trabajo, me estoy quedando en un hotel, me dicen que los policías  aún necesitan investigar la escena, tienen la puerta cubierta con cinta.

—¿Cuándo se los dirás?

Astrid sintió que Eric la presionaba así que se mostró un poco malhumorada cuando le contestó.

—Hoy mismo, se los haré saber, de hecho le había mandado un mensaje de texto a Dimitri pero no respondió, ni siquiera se como les voy a explicar esto, no podré hacerlo sin que Patricia se altere, ya la puedo imaginar nerviosa y sollozando. 

—Espera...—la frenó con tono de voz insistente, hojeó su libreta hacia el inicio y leyó las primeras líneas que escribió —Cuando llamaste a la policía no solo culpaste a Vladimir Engels del supuesto secuestro, mencionaste a otra persona. ¿Quién es?

Astrid se apretó los labios, significaba que se le iba ser difícil responder, se tomaba su tiempo, Eric era paciente, en estos casos no se le puede exigir hablar a alguien de inmediato, entre más cómodos estuvieran los interrogados podía haber confianza y la posibilidad de que hubiera más información.

—Al principio no quería decírselo a los policías pero comprendí que si no decía todo, sería peor—admitió avergonzada, fue difícil para ella mirar a Eric otra vez, como si este la estuviera intimidando cuando solo esperaba con paciencia. —La segunda persona que consideré fue el amante de Irina, un chofer que conoció cuando ella salía del trabajo, solo se que se llama Jean, lo he visto en una fotografía que me enseñó pero no tengo datos específicos de él. Lo siento.

—¿Solo tienes el primer nombre?

Astrid asintió, ocultando su vergüenza en la taza de té cuando bebió de ella, estaba muy quieta y seria, fue un cambio radical en su comportamiento, reprimió cada movimiento, lucía como una estatua.

—¿Dónde y en que trabaja Irina?

—En una estética, hace poco se graduó de la carrera de belleza, lleva unos meses en ese trabajo, puedo darte la dirección.

Eric le prestó la pluma y la libreta y mientras ella escribía, siguió haciéndole preguntas.

—¿Desde cuando conoce a Jean? ¿Él sabe de la relación que tiene con Vladimir?

—Sí, lo sabe todo, Jean a veces le decía que dejará a Vladimir, incluso tienen casi la misma edad, Jean es solo más joven que él solo por tres años. Se conocieron porque él tiene un restaurante cerca de ahí. 

—¿Tienes la foto aún? —Eric estaba ansioso, empezaba a sentir la adrenalina correr por sus venas, solo le pasaba esto cuando tenían muchísimas pistas que seguir, cuando tenía mucho material con que trabajar.

—Lo siento, la fotografía estaba en el celular de Irina —dijo con voz bajita, triste.

—De acuerdo, veré como puedo conseguir los datos del celular —Eric sabía que iba a tener que hablar con varios policías para que le dejaran ver la evidencia porque el celular era una prueba que debía estar bajo llave. —¿Cuánto tiempo llevaba saliendo con Jean?

—Solo un par de semanas, tres podrían ser.

—¿Por qué crees que puede estar involucrado?

—Por celos —aseguró, mirándolo fijamente, Eric también lo suponía pero quería que Astrid pudiera decírselo —Las personas cometen estupideces cuando creen estar enamorados y Jean quizá pudo haber cometido una locura por desesperación. No suelen medir las consecuencias.

Astrid abrió el álbum de fotos y fue mostrándole a Eric más fotografías de Irina con muchas personas, eran amigas y amigos, muchas eran de los dos viajes que hizo y las últimas de Irina y Dimitri, estaban en la cocina preparando lo que podía ser un pastel y las demás eran de la fiesta de navidad del año pasado.

—Ella podrá haber hecho cosas malas pero su vida no fue sencilla, fue dura, su padre prácticamente les tenía prohibido muchas cosas, no podía salir mucho y casi no tenia amigos, solo yo era parte de su vida, su confidente; cuando Edmund murió ella se volvió otra persona, pareció que su vida había cambiado, empezó a hacer bastantes cosas y  tal vez no las más correctas pero era más feliz. Quería alejarse de la familia que a veces le daba la espalda, si la aman, la cuidan y le dan lo que necesita pero no le mostraban cariño como lo hace una familia normal. Todo esto lo sé porque me lo contó y yo la conozco más que nadie en el mundo y sé que alguien se la llevó, ella  no huyó, se la llevaron y no se quién y porque razón lo haría.

Eric no quiso ver a Astrid llorar pero se acercaba lo que no quería, podía estar seguro de que ella derramaría unas lágrimas sin tener la necesidad de mirarla, él se concentraba en las fotos pero conocía ese tono de voz quebrado cuando sabes que se acerca un sollozo.

—Si necesitas las fotografías puedes llevártelas —le dijo ella con voz tajante, se fue quitando las pocas lágrimas que salieron de su rostro e hizo un esfuerzo por no llorar más, al menos lo pudo lograr. —Es su álbum de fotos, lo trajo cuando se mudó conmigo.

—Es de gran ayuda, gracias —susurró, todavía teniendo dificultad en mirarla.

Hubo un pequeño silencio, no era tan incómodo pero si sintieron que había que romperlo para poder evitar que la situación se pusiera tensa.

—¿Puedo contarte algo más? No te lo dije porque no lo consideraba importante pero lo repase en mi cabeza muchas veces y creo que puede tener algo que ver o no, tu debes decirme.

Eric estaba intrigado pero más que todo impaciente, no lo reflejó pero la excesiva atención que le puso a Astrid era muy evidente.

—Claro —le respondió, asintiendo una vez, a pesar de su impaciencia pudo responderle con aplomo y formalismo.

Astrid carraspeó sutilmente y habló con voz pesada y baja.

—Esa misma noche cuando Irina desapareció, yo estaba llegando a casa, fui a la puerta para entrar pero escuche un ruido, venía del lugar más oscuro y arrinconado del auto de Irina, podría jurar que había visto una figura negra de alguien escondiéndose de mí, no puedo describirlo a detalle pero al darse cuenta de que lo veía, se agachó pero no huyó, se quedó ahí; creí que me iba a asaltar y por eso entré rápido sin poder ver más.

Eric procesó todo lo que Irina le dijo, se imaginó la escena en su cabeza y de inmediato las preguntas se fueron acumulando en su cabeza, ¿Podría ser aquella persona la que se llevó a Irina? ¿Era solo un ladrón? O ¿Podía ser una clave importante?

—¿Ni siquiera viste su rostro?

—No, todo estaba oscuro.

Eric consideró este incidente como otra suceso sospechoso, su otra tarea sería buscarle una identidad a la persona que vio Astrid, no iba a ser fácil porque seguro no hubo testigos que pudieran darle una pista o eso creía; su otra fuente de información serían los vecinos, el rapto de Irina fue a las diez de la noche, guardaba la esperanza de que alguien hubiera visto algo.

—Hablaré con los vecinos, seguro alguien debió haber visto algo si no, entonces tendré que buscar otra manera de encontrar pistas. Saber de aquel hombre podrá ayudarme mucho en la investigación, te agradezco que me lo hayas dicho.

—Es mi deber —susurró Astrid.

Eric consultó la hora en su reloj, había hablado con Astrid por al menos una hora, su libreta estaba bien surtida de información, pensó que no quiso saturar a la chica con más preguntas por ahora, debía dejarla y él debía empezar con su trabajo, el tiempo era crucial.

—Me retiro, gracias por tu tiempo Astrid, me sirvió de mucho todo lo que me has dicho. —le agradeció con una media sonrisa, listo para levantarse e irse pero Astrid lo interrumpió.

—Espera, ¿Puedo preguntarte algo?

Supo a donde iría Astrid, habían dejado un tema pendiente, Eric no se molestó en que quisiera preguntarle lo que dejaron a medias y se ofreció de buena voluntad a aceptar lo que tuviera que preguntarle, respondiendo también de la forma más atenta posible. Eric esperó, pudo ver el extraño cambio en el semblante de Astrid, una apariencia lúgubre, decaída.

—¿Alguien sabe que conoces a mi prima? ¿Qué este caso es de alguien que conoces?

Eric recordó el momento en donde reconoció a Irina, en la oficina de Lorenz, estuvo a punto de decirle a su jefe que era una conocida no tan conocida, que le había salvado la vida de dos chicos que intentaban violarla y que ella había sido parte de la cicatriz que tenia en el rostro; no lo hizo porque de nuevo pensó que nadie merecía saberlo, fue un héroe pero lo suyo no era presumirlo.

—No, ni siquiera se lo dije a mi jefe, quizá más adelante pueda decírselo, querrá saber de dónde la conozco pero tal vez me invente una historia.

—¿Por qué?

Suspiró profundamente

—Porque me lo pidió, dijo que no se lo contara a nadie y debes prometerme que no le dirás nada de esto a nadie, ahora tú lo sabes y debe ser un secreto, es lo único que te pido.

El voluble estado de Astrid cambió, se encontró más confiada cuando respondió, él lo notó y supo que podía confiar en ella.

—No se lo diré a nadie, ni tampoco a ella cuando vuelva. Se que la encontrarás, lo sé, lo presiento.

Los ojos insistentes de Astrid se encontraron los de Eric, ella albergaba una esperanza descomunal, lo que hizo sentir impotente a Eric porque tal cantidad de confianza era la que la chica estaba depositando en él, no quiso romperle las ilusiones porque siempre existía el 50% de encontrarla y el otro 50% que no se supiera nada pero esta investigación apenas empezaba y Eric estaba positivo al respecto.

—Ese es mi trabajo y haré lo que esté en mis manos para saber lo que ha pasado con ella —admitió con serenidad, no hubo ningún titubeo, lo decía en serio, para Eric este caso era especial, era algo que no podía explicar, encontrarla era como recuperar algo perdido que para él significaba mucho. —Y por favor cualquier otra información que tengas al respecto, llámame y vendré de inmediato.

Le entregó su tarjeta, quiso quedarse por más tiempo y tener más información pero no quería saturarse demasiado, quería trabajar con lo que tenía primero, ir paso a paso, indagar a los sospechosos y ver a donde lo conducía esto.

—Lo haré, gracias por todo. —por primera vez desde que habían estado hablando ella le sonrió, lo vio a los ojos directamente, por un momento Eric creyó que era para verle la cicatriz pero no lo fue, se percató que ella ignoraba la cicatriz, que para ella no existía y eso se sentía bien.



¿Que tal a todos? Regresé con otro capítulo más de la novela, estoy considerando cada día más el poder subir capítulos más seguidos, quizá hasta tres por semana, ya quiero que vayan sabiendo las cosas que les tengo preparadas, estos personajes tienen mucho potencial.

No se olviden de seguirme a mi cuenta de instagram --->Cinnluna06 

Estaré dando avances e información de la novela y de mis otros trabajos. Les mando un beso enormeeeeeeeeeee desde donde me lean, voten y comenten si les gustó el capítulo, sería un gran favor para mí ya que me alientan a seguir escribiendo para ustedes. 


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