Astrid quiso irse, no pudo con su profundo remordimiento pero ahora que le había dicho la verdad a Eric Henderson, tuvo el valor de quedarse y ver su respuesta, no le importaba el rechazo, lo único que estaba anhelando era lo que tuviera que decir o hacer. Por su parte, Eric estaba mudo, su mandíbula había caído por la inmensa sorpresa pero sus ojos reflejaban otra cosa, hubo algo que vibraba en el brillo de sus pupilas, un mar de pensamientos que cruzaban por su mente no dejaban que pudiera tomar una decisión o incluso en pensar en una posible respuesta.

Todavía sostenía la mano vendada de Astrid sobre la suya, su primer impulso fue apretarle levemente y acariciarle apenas en un roce las yemas de los dedos; Astrid quiso sonreír ante la leve caricia pero no pudo hacerlo, porque Eric se le había acercado más de lo que pudo imaginarse, fue dándose cuenta que también inclinaba su rostro hacia el de ella, muy lentamente. La respiración de la chica se aceleró como fue de esperarse, ella estaba tan quieta como una estatua, más que nada por la emoción que estallaba debajo de su cuerpo.

No solo Astrid estaba liberando algo que la tenía sofocada, Eric estaba igual de aliviado porque se cegó durante estas semanas, aquella sensación a la que le tenía tanto miedo cuando estaba con Astrid era ni más ni menos que la atracción; quiso huir de eso por las semanas que siempre estaba con Astrid o cuando se encontraba con ella por casualidad, para Eric era necesario deshacerse de la atracción que tenía hacia Astrid porque no quería dañar a Vivian pero en efecto, parecía que estaba viviendo una mentira.

—Sabes, olvida lo que te dije —de repente, Astrid rompió el espacio que estaban creando entre los dos, ese pequeño momento dónde habían logrado ignorar a los demás, incluso el tiempo. Se soltó de la mano de Eric, huyendo de los ojos de Eric que no querían separarse de los de ella. —De verdad, perdón si te puse en una situación difícil pero no era mi intención decírtelo. Déjalo así y trata de olvidar esto.

—Espera, ¿Por qué? ¿Estás jugando conmigo? ¿O me usas solo para ver qué clase de reacción tendré por lo que dijiste?

—Fue una estupidez, no debí habértelo dicho, estuvo mal, muy mal. Fue mi error y lo mejor es que desde ahora en adelante, sigas el caso con Patricia.

—Ya me acostumbre a ti —confesó Eric con urgencia, evitando que Astrid se pudiera ir de ahí, casi interponiéndose en su camino —Es mucho más fácil el caso cuando estás conmigo, no quiero que te vayas. No es solo tu error, Astrid yo también me enamoré de ti, ¿Qué puedo hacer contra eso?

Astrid mantenía la distancia entre los dos, sacudiendo la cabeza mientras dejó escapar un suspiro pesado.

—Piensa en tu familia, puede que encuentres la respuesta a tu pregunta. 

—¿Crees que soy egoísta?

—Considero que los dos somos egoístas.

Astrid agarró la lata de cerveza, la abrió y la vertió en un vaso de vidrio, lo hizo para aparentar que la había preparado pero solo le había agregado medio limón; salió de la cocina con la posibilidad de que nadie viera un aparente cambio en su semblante, le sonrió a todos cuando salió e incluso trato de unirse a la charla de Derek.

Eric se quedó recargado sobre la barra de la cocina, empezó a sentirse mal consigo mismo porque la chica tuvo razón, tenía una familia que no debía ser más que su prioridad, ni siquiera pensó en eso cuando se le declaró a Astrid, ni Astrid pensó en Charlie o Vivian cuando se lo confesó a Eric, pero al menos ella si se había disculpado.

(...)

La noche pasó rápido, ni siquiera se habían dado cuenta que ya eran pasada de las doce de la noche, los invitados como los anfitriones se la estaban pasando muy bien, por primera vez Astrid Welsh parecía sentirse cómoda porque la mayoría del tiempo quien habló fue Isaac que era quien estaba haciéndose el gracioso en toda la reunión, avergonzando a Eric con anécdotas. Nadie sacó el tema de Irina, ni siquiera cuando todos lo sabían, Astrid se fue dando cuenta que por primera vez en estos meses ella no era el centro de atención, solo fue persona más.

Isaac y Vivian ya estaban pasado de copas, Charlie empezó a irritarse porque tenía sueño, lo que quiso decir que era hora de poner fin a la fiesta.

—Es hora de preparar a Charlie para dormir —reconoció Vivian, estaba ebria pero lo bastante lucida para poder hablar y ser coherente —Si dejamos que se desvele más no podrá dormir.

—Supongo que debería irme, mis suegros están cuidando a Daphne pero lo mejor es que esté ahí con ella —Isaac consultó el reloj de pared y se levantó de la mesa —Ha sido una velada increíble, muy buena comida.

—Llévale un poco de pastel a Daphne. —comentó Eric.

—Sería genial pero no creo que pueda comerlo, aunque gracias por todo, Eric. En fin, me voy, fue un gusto conocerlos.

Derek y Astrid le sonrieron a Isaac como despedida, le dio un abrazo a Vivian y un beso en la cabeza a Charlie. Eric lo acompañó hasta la puerta e incluso empezaron una pequeña charla en el pasillo, nadie supo de lo que estaban hablando, por lo tanto Vivian, Astrid y Derek se quedaron en la mesa, viendo como Vivian masticaba con lentitud su pequeño pedazo de pastel.

—¿Cómo va la investigación de tu prima, Astrid? —le preguntó de repente Vivian, simulando una sonrisa amistosa.

Era la primera vez en toda la noche que mencionaban a Irina y claro que a la chica le cayó como balde de agua fría que sacaran el tema y mucho más por una desconocida. Vio de reojo que Derek también se fijó en ella, ahora estaba más nerviosa de saber que dos personas le prestaban atención.

—Bueno, todavía no la encuentran —Astrid no se comprometió a alzar los ojos, jugó con los cubiertos como distracción.

Esperaba que eso hiciera callar a Vivian pero la mujer tenía la intención de seguir preguntando y eso comenzó a inquietar a Astrid, ella no quería ser descortés.

—Que mal, lo siento mucho, pero piensa que pronto tendrás a alguien muy bien capacitado al mando del caso de tu prima.

Astrid alzó los ojos, frunció las cejas porque no encontró sentido a lo que Vivian decía, su desconcierto no solo fue de ella, también de Derek que le prestó atención a Vivian, pensaban que eran habladurías de una borracha pero no, ella estaba muy consciente, un poco torpe pero muy lúcida.

—No entiendo, Eric tiene el caso, él está al mando. No se qué quieres decir.

—De acuerdo, no debería decírselos —Vivian se mordió los labios, se dio cuenta que había cometido un error pero no estaba avergonzada, solo habló cuidadosamente con una voz muy lenta, poniendo su rostro en el centro de la mesa —Esto no es asunto mío y no debería ser yo quien se los diga pero en Enero, Eric dejará el caso y tú Derek, serás quien lo estará cubriendo. No se lo ha dicho a su jefe, así que no vayan a decírselo, él lo hará.

Astrid se detuvo a analizar las palabras de Vivian pero no le creía, no supo si lo hacía por molestarla o porque de verdad se le estaba subiendo el alcohol a la cabeza, lo que más terror le dio es que la mujer se veía demasiado sincera, no había titubeo, ni pareció que lo hubiese inventado.

—¿Dejar el caso? ¿Por qué?—le preguntó Astrid con duda, ocultó su tono de pánico lo bastante bien para que nadie se diera cuenta que estaba entrando en una crisis nerviosa.

—Porque empezará a trabajar en la fábrica de mi padre, conseguirá más dinero ahí, lo decidimos entre los dos. No lo tomes personal, Astrid, de verdad Eric se está esforzando en llevar un suficiente progreso para que esté casi resuelto, trabaja muy duro, está haciéndolo muy bien. —Vivian se fijó en Derek que estaba conmocionado, le resultaba difícil reaccionar —Sé que harás un buen trabajo, Derek, él confía plenamente en ti.

Los tres se callaron al instante en el que escucharon a la puerta cerrarse, Eric se acercó hacia ellos quienes se habían quedado inertes, Vivian fue la única que lo observó y lo invitó a sentarse otra vez a la mesa pero Eric ni le prestó atención, se preocupó más por Derek y Astrid que no habían pronunciado ni una palabra ni hecho algún movimiento.

—Debo irme, ya es muy tarde y el recorrido a mi casa es largo. Gracias por la invitación —Astrid se levantó casi de un salto de la silla, no se despidió de nadie, ni de Eric cuando pasó a un lado suyo para ir hacia la puerta.

Eric la siguió con la mirada cuando cerró la puerta, vio de nuevo hacia la mesa donde ni Derek ni Vivian le dieron un porqué de la actitud de Astrid, así que tuvo que buscar él mismo la razón de la actitud de todos. Salió del departamento para alcanzar a la chica quien estaba esperando a que llegara el ascensor.

—Astrid, ¿Qué pasa? —le preguntó, confuso, Astrid sintió lastima por la inocencia de Eric —¿Todo bien?

Ella no respondió entonces la tomó del brazo para que lo viera a la cara pero ella lo empujó, utilizó todas sus fuerzas para zafarse de él, ella comenzó a llorar, lo contempló con mucho coraje, sus ojos estaban rojos pero fue por la inmerecida cólera que él la estaba haciendo pasar.

—¡No me toques! No vuelvas a hablarme, ni se te ocurra buscarme, ¿Me oyes? Eres un hijo de puta mal nacido.

—¿Qué? Oye de que estás hablando —se le crispó la expresión a Eric, no intentó tocarla pero se interpuso en su camino. —No entiendo nada, ¿Qué te está pasando? ¿Es por lo que hablamos en la cocina? ¿Es en serio?

—Por favor —ella rió con voz seca —Déjate de hacerte la victima, Eric, eres un jodido mentiroso y sabes que, puedes olvidarte del caso de Irina si quieres, resultará mucho mejor para los dos, no quiero verte en mi casa. De verdad confié en ti y si que fui bastante idiota.

Se puso en medio de las puertas del ascensor que se abrieron, impidió que ella entrara sin importarle que ella lo desafiara a quitarse con sus ojos que se sumergían en una pesada agonía.

—Explícate ahora mismo, Astrid, no voy a dejar el caso de Irina, se que entre tu yo las cosas no podrán pasar pero eso no quiere decir que por eso abandonaré el caso.

—Desde luego no dejarás el caso por nosotros, lo harás por tu familia, no sabía que ser detective fuera tan mediocre, creo que trabajar en la fábrica de tu suegro será lo mejor porque así podrás darle lo que ella tanto te pide. ¿O es que ella nos mintió a mi y Derek? ¿Es verdad o mentira?

Astrid esperaba con paciencia en lo que el silencio y la vulnerabilidad de Eric eran quienes estaban evidenciando la verdad; el semblante desfallecido de Eric era una prueba irrefutable, no hubo nada más que decir, no era necesario.

—Es verdad —admitió, Astrid con voz distante.

Eric estaba tan avergonzado que él mismo se hizo a un lado para dejarla entrar al elevador, cuando ella entró, Eric quiso explicarle las cosas pero no podía hacerlo ya que el estado de Astrid haría imposible que entendiera las cosas, él no pensaba dejarlo, fue una decisión que tomó por cuenta propia, iba a ir en contra de Vivian porque sentía que el caso estaba en sus manos por una razón y no iba a desperdiciarlo por una estupidez irracional como los caprichos de su novia. Escuchó como el elevador descendía y no fue hasta que vio que estaba hasta en el último piso que regresó al departamento, estaba conmocionado de que Vivian pudiera hacerle esto, no creyó que ella fuera capaz de destruirle más, le estaba quitando lo que más quería cuando le prometió renunciar a su trabajo, ahora boicotear su reputación de buen detective.

Sé que casi no subo capítulo en esta historia, desde hace tres semanas y lo siento no tienen idea, lo que sucede es que escribo otra historia y es difícil estar trabajando en las dos al mismo tiempo, tengo unos cuantos capítulos  ya escritos por lo tanto estaré subiendo con más frecuencia, el siguiente se sube el domingo para que estén enterradas :)

Gracias por su paciencia y ojala les guste el capítulo, de nuevo me disculpo por la tardanza y les prometo que no volverá a pasar