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Capítulo 14. Curiosidad

Justo cuando Astrid Welsh y Eric Henderson empezaron a hablar, Derek Fisher se les unió, Eric aprovechó el momento para presentárselo a Astrid quien no lo conocía todavía, ella se mostró amable cuando se saludaron pero lo que Eric notó fue un pequeño entusiasmo en Derek hacia Astrid, por supuesto Eric no iba a decir nada, el chico tenía veinticuatro años, no era un adolescente pero a fin de cuentas joven y las hormonas no eran fáciles de manejar, como sea, Derek era bastante profesional y actuó excelente delante de los dos.

Eric le ofreció de comer a Astrid y ella solo aceptó el café, como habían acordado.

—Puedes decirme a que se debe a que trabajes por tu cuenta, no lo entiendo. —le dijo Eric con una ligera perplejidad. —¿Vas a investigar el caso?

Astrid suspiró, trataba de hallar la forma de explicárselo sin tantos detalles pero la chica simplemente no sabía como empezar, solo habló y dejo que el problema reluciera.

—No trabajaré con ellos, estoy cansada, la campaña para la búsqueda de Irina es un circo para mí, ella olvida que su hija desapareció justo cuando aparece la gente y las cámaras. Te aviso de una vez que no me veras en televisión ni en las reuniones.

—Entonces, lo que Dimitri me dijo a mí, se lo dirá a las personas que pregunten por ti cuando vean tu ausencia.

—Por supuesto, fue lo que le pedí.

—Todo esto se debe a Patricia y tu, ¿Verdad?

Astrid no disimuló la gran mueca que hizo con la boca cuando se le mencionó a su tía, por supuesto le incomodaba, esto no era nada nuevo para Eric, las diferencias de ambas era todavía muy vigente, él creyó que había quedado en el pasado, con lo de Irina se imaginó que podría unirlas pero fue lo contrario.

—La situación se puso muy tensa, es difícil tenerla viviendo en la casa, cuando estamos a veces solas en la misma habitación puedo jurar que quiere levantarse y gritarme que todo fue por mi culpa, que ella estaría mejor en su casa, que yo simplemente dejé que Irina hiciera lo que quisiera porque no había reglas que respetar. —negó con la cabeza, Eric comenzó a ver tanto cansancio en los ojos de Astrid, ese aspecto de frustración que no sabes como manejar y se sintió mal por ella —No quiero que tomes a mal lo que voy a decir pero voy a investigar por mi cuenta y no porque seas un mal detective, Eric, respeto tu trabajo, haz hecho mucho pero no quiero sentarme como una inútil a esperar algo.

Eric retuvo sus ojos en Astrid con cautela, nunca había escuchado algo parecido, esta situación era nuevo para él y no supo que decir, seguro que tampoco Derek que se había quedado quieto a lado de Eric.

—Así que lo que tratas de decirme es que ¿buscaras tus propias pistas? —se repitió la idea que Astrid dejó bien planteada, en verdad quiso ser consciente de lo que ella había dicho —Esto no me lo esperaba, quiero decir, no es que me moleste que quieras hacer tu parte pero nunca me había topado con una situación así.

—No quiero ofenderte, tampoco a tu compañero —dijo Astrid, alzando una mano para aclarárselo a los dos—Tu trabajo es excelente, lo que pasa es que si quiero encontrar a mi prima, sé que yo también debería aportar, piénselo de esta manera, ¿No es mejor tener ayuda extra?

Derek y Eric se vieron uno al otro con un poco de recelo, no había nada que decir o la verdad es que no querían discutir el tema frente a Astrid, disimularon que la idea no les parecía rara por lo que solo aceptaron la idea, dejando que el silencio hiciera lo suyo.

—La idea es rara, ya lo se —comentó Astrid, con voz firme, consciente del silencio de ambos hombres —Pero no dejaré que el tiempo pase, porque nadie que pierde a su ser amado puede rendirse fácilmente

Eric se alzó la cabeza y se encontró con los ojos de Astrid instantáneamente después de escuchar lo último que dijo, estaba más que sorprendido al reconocer la frase, sabía de dónde provenía porque quien lo había dicho era ni más ni menos que él mismo; no supo si se encontraba fascinado o asustado por escucharla pero fue extraño en verdad que algo así saliera de la boca de Astrid, ella sabía que Eric lo reconocería porque ella se veía satisfecha de haberlo dicho.

Eric inhaló aire profundamente y parpadeó con rapidez justo cuando su celular vibró, no vio el número, solo lo sacó de su bolsillo del pantalón y respondió al mismo tiempo que se levantaba para tener mayor privacidad; era Robbie, habían detenido finalmente a Vladimir Engels, le agradeció el aviso a Robbie y fue hacia la mesa de nuevo para darle la noticia a Derek.

—Lo tienen retenido ahora, será mejor que vayamos al departamento. —Derek ya se había levantado pero automáticamente vio hacia Astrid, le había prometido una cosa y antes de que Derek se fuera lo frenó —Derek, ¿Podrías ir tú y recibir las indicaciones? Astrid quiere ver el material, ella tiene derecho a verlo. Llámame si me necesitas.

Derek asintió y se fue rápidamente hacia el edificio, Astrid y Eric se quedaron solos, esperaron unos minutos a que Derek entrara y después salieron del restaurante; Astrid iba detrás de Eric con mucho silencio, él sabía que lo estaba siguiendo porque sentía la presencia de la chica así que no necesitó asegurarse que estaba detrás de él. Eric la llevó por un largo pasillo, lo bastante largo que la gente iba y venía, era un lugar muy concurrido pero ya casi al final parecía que las personas se perdían o desaparecían, conforme ibas llegando a lo último solo se llegaban a escuchar el tintineo de las bombillas de los focos en el techo.

Eric se paró frente a la puerta de la sala de video, la hizo pasar a ella primero mientras que él le daba instrucciones al operador que estaba ahí dentro que solo necesitaba reproducir  uno de los muchos cd's que ahora se encontraba como prueba allá arriba. El operador mandó traer solo un cd y lo instaló para dejarlo reproducir sin pausas. Se posicionó detrás de Astrid y bajó los ojos hacia el suelo cuando el video llegó a la parte más perturbadora de todo el video, el operador de la máquina de video estaba igual de incomodo que Eric, se movió de un lado a otro en su silla giratoria y tosió con disimulo.

Habían pasado solo tres minutos del video cuando Astrid Welsh hizo la silla hacia atrás y se levantó de golpe.

—Quítalo, por favor —le pidió al operador con voz áspera, se llevó la mano a la boca como si intentara retener las náuseas, después salió de la sala, haciendo a un lado a Eric.

Eric creyó que se quedaría afuera, esperándolo, pero cuando salió, Astrid ya estaba caminando con pasos acelerados para irse de ahí. Corrió detrás de ella para alcanzarla y cuando iba a tomarla del brazo, la chica frenó de golpe para sacar algo de su bolsillo, su inhalador. Chocó contra ella y por su culpa se le cayó su inhalador, para cuando Eric se agachó para recogerlo, Astrid estaba hiperventilando, tenía el ataque de asma más fuerte que el que presenció la primera vez.

Le entregó el inhalador y Eric aterrado esperó a que recuperara el aliento, Astrid tenía los ojos dilatados y se aferró al brazo de Eric para sostenerse cuando inhaló bien fuerte. Eric examinaba a Astrid con muchísima concentración, si ella se desmayaba o entraba en una crisis no iba a poder ayudarla, no sabía cómo.

—¿Estás bien? —le preguntó, viendo con más profundidad el rostro de Astrid —¿Quieres agua?

—Sí, agua por favor —pidió con la voz todavía un poco ahogada pero al menos Eric veía que respiraba con más normalidad.

La tomó del brazo y la llevo hacia el ascensor más cercano, la llevaría directo hacia su oficina donde tenía un dispensador de agua fría o caliente; en el camino, Eric vio que al menos Astrid estaba más tranquila, de vez en cuando se daba cuenta que le costaba respirar pero no era nada de lo que pudiera causarle preocupación, con disimulo la fue vigilando todo el tiempo.

Eric le ofreció una silla cuando llegaron a su oficina, ella pidió agua caliente pero por suerte Eric tenía sobres de té negro, de limón y manzana, Astrid escogió de manzana, él le preparó un té muy básico en un vaso de papel.

—Estoy bien, gracias —susurró Astrid cuando Eric se sentó en el escritorio, vigilando cada movimiento de ella, esperando a que sucediera algo. —El ataque es temporal.

Astrid vio el ligero pánico de Eric, agradecía al menos que estuviera atento.

—Por nada, de todas maneras tengo un poco de conocimiento de primeros auxilios, lo que me daba miedo es que no sirvieran si te daba un paro cardiaco.

—¿Sabes RSP?

—Sí.

—Con eso basta.

Eric suspiró lleno de alivio.

—Menos mal. —enfatizó, alzando ambas cejas.

La reacción de Astrid fue indiferente, o eso le pareció a Eric, no supo si ella quería hablar de lo que había pasado por lo que ni siquiera se lo mencionó, pensó que lo mejor es que nadie dijera nada y si ella quería irse tendría el derecho de hacerlo sin preguntarle nada acerca de lo sucedido.

—¿Cómo reaccionó Patricia a esto?

Eric se sorprendió que entre tanto silencio, la voz elevada de Astrid resonara por toda la oficina, meditó la pregunta de Astrid, imaginándose otra vez los lloriqueos despavoridos de la mujer y a Dimitri consolándola como podía.

—Mal, lloró mucho y Dimitri la consoló, obviamente —le contó con naturalidad —Ella me exigió meter a Vladimir a la cárcel no sin antes sacarle la información del paradero de Irina. Él es un delincuente, no solo grabó a Irina, tiene videos recientes con otras chicas, es un hijo de puta, tememos que sea una red sexual o tráfico de pornografía.

—Siempre lo supe —admitió ella, sacudiendo poco a poco la cabeza con una expresión de repulsión —Ese malnacido asqueroso estaba enfermo, no dude ni un segundo en que tenía un problema, que ocultaba algo.

—Sabes —Eric carraspeo, titubeando poco —No le dije esto a Patricia o Dimitri pero me temo que tendré que volver a registrar la información que Irina tenía en su celular, puede que tenga algo ahí de esto que hayamos pasado por alto, aunque cuando lo registré ella no tenía nada más que mensajes de texto con amigas, su último llamada fue con su hermano y el último mensaje fue con su jefa. Fue raro que no tuviera mensajes o llamadas de Vladimir, a pesar de que tenía el contacto ahí.

—Seguro los borró todos.

—Imposible, tenemos un técnico que recuperó mensajes borrados e imágenes, no hay nada.

—Entonces, ¿Por qué crees que pueda tener algo?

—Porque debo descartarlo todo.

—¿Igual a lo que tenía en su computadora?

Eric rió entre dientes, le parecía gracioso que lo hubiera olvidado.

—La destruyeron.

—Lo sé, pero, ¿No mandaste a revisar lo que podía quedar en su disco duro? Quizá de una pieza pequeña que sea rescatable puedas sacar información. ¿Lo hiciste?

Eric contempló a Astrid, podía ver reflejado su propia incredulidad en el rostro de la chica, no pensó que algo así podría ser útil, ¿Sacar información de una pequeña pieza? Eric vio el resto de la computadora de Irina, no estaba hecha polvo pero si en pedazos pequeños, fue difícil recoger la evidencia.

—Ella tenía un diario en esa computadora —Astrid irrumpió los pensamientos de Eric de ramalazo —Una vez la use y tenía escrito unas clases de pensamientos que ella misma había escrito, supuse que era un diario pero no puedo confirmarlo.

—¿Y que decía? —se inclinó hacia Astrid con intriga, a este paso la atención exagerada y el tono de voz en Eric empezó a asustar un poco a Astrid. —¿Por qué no me lo dijiste antes? Pude haber empezado la investigación con esa clase de detalles.

—¿Qué más daba? La computadora fue destruida.

—¡Pude haber pedido rescatar lo que fuera! —gruñó, dando un puñetazo a la madera del escritorio, se frotó la cara y se levantó para ir caminado de un lado a otro, estaba comenzando a cargar una resentimiento hacia Astrid pero claramente ella no tenía la culpa de la incompetencia de el mismo. —Lo siento, no quise gritarte, Astrid, fue mi culpa, debí revisar bien la evidencia.

Se giró hacia Astrid que estaba cohibida, con la respiración contenida y la mirada acobardada, Eric se sintió mal de haber reaccionado así y no supo cómo remediarlo, siempre supo que era un imbécil, decía cosas que no debía y hacia las cosas que no debía, era todo un idiota inoportuno. ¿Cómo disculparse por eso?

—Debí ayudarte mejor, estoy diciéndote las cosas que debían ser importantes para ti desde el principio, soy mala ayudando a los demás.—confesó Astrid, exponiendo en su rostro una disculpa amable y respetuosa y una sonrisa avergonzada —No suelo hacer bien los trabajos que me dan, el mío era darte toda la información que necesitabas y eso tampoco lo hice bien. Lo siento.

Eric iba apenas a responderle pero ella vio su reloj de mano y se levantó de la silla sin darle oportunidad de decirle nada.

—Debo irme al trabajo, se acaba mi hora de comida, gracias por escuchar otra vez y mantenme  informada de todo si es posible —le entregó el vaso de papel con el té casi nuevo sin verlo.

Justo cuando Eric tomaba el vaso de papel pudo ver en la mano de Astrid raspones grandes en su palma y nudillos que estaban mal cicatrizadas, como acto reflejo fue tomarla del brazo antes de que se fuera, su primer pensamiento fue que ella volvería a su antiguo problema y que le ocultaba algo.

Astrid no disimuló su perplejidad al querer irse sin que Eric pudiera permitírselo.

—¿Qué te pasó en la mano? —inquirió, mirándola fijamente, ignorando la reacción de Astrid.

—¿Qué? —preguntó llena de confusión, vio a donde iban después los ojos de Eric y solo se mojó los labios —Me caí bajando las escaleras en la estación de tren.

—¿Hace cuánto fue esto?

—6 días, también tengo la otra mano raspada.

Se lo mostró y entonces cuando él la soltó ella pudo ponerlas frente a él para poder dejarle toda la prueba delante, ella se rió a carcajadas porque fue cuando comprendió a que se debía todo esto.

—Ya entiendo, ¿Crees que me lo hice yo misma? ¿Cierto? —no esperó a que él pudiera confirmarlo, solo siguió riéndose en su cara, le parecía absurdo y hasta molesto que se entrometiera en su vida también —Ya tengo suficiente con Patricia para que tu también me estés jodiendo, vete a la mierd...

—Puedo curártelas, no están cicatrizando bien porque no las cubriste ni las limpiaste como se debe.

—¿Y?

—Deben doler cuando cierras la mano ¿O no?

Pasaron unos cinco segundos que ambos percibieron como largos minutos, Astrid suspiró profundamente y echó un vistazo a su reloj de mano.

—Llegaré tarde.

—No será tardado, puedo limpiarla y ponerle algo de antiséptico y cubrirlas con vendas. Puede que sea fácil que entren gérmenes y empeoré, hay algunas que todavía están expuestas.

Astrid miró a Eric con una chispa de intuición y supo que lo hacía porque se lo debía luego de haberle gritado hace un momento y quizá Eric no podía con la culpa, fue considerada y solo le permitió hacerlo porque no quiso que él pobre hombre cargara con la culpa todo el día, ella también le hizo un favor.

Volvió a sentarse y Eric sacó de un cajón en su escritorio una cajita de metal blanca, dejó algodón, un paquete de vendas, también un bote pequeño de antiséptico y alcohol, arrastrándolo todo cerca de Astrid. Eric le pidió las manos, ella alzó ambas palmas hacia arriba y él tomó la derecha para ponerle alcohol, Astrid se apretó los labios lo más fuerte que pudo, sintiendo el dolor y el ardor cortándole la circulación de las manos.

—Eso quiere decir que no estaban cicatrizando bien —comentó Eric con amabilidad, la chica ya la estaba pasando bastante mal —Ya casi termino.

Puso antiséptico en una bolita de algodón y la presionó suavemente sobre la piel de Astrid, ella sintió frescor y empezó a ver lo que él le estaba haciendo, no le importó que él le regresara la mirada de vez en cuando; limpió todo lo que pudo y le puso una venda alrededor de la mano, sujetándolo con un clip, hizo lo mismo con la otra mano y en menos de diez minutos ella ya estaba curada.

—Listo, estará mejor dentro de unos días —se fue a guardar todo lo que tenía en el escritorio, dándole la oportunidad a Astrid de irse. —Deberás cambiar las vendas dos veces al día.

Astrid lo observó, se apretó fuerte los labios, de nuevo quiso esconder una sonrisa, se vio las vendas y pensó que no había sido tan malo que hubiera curado sus heridas, fue la primera vez en mucho tiempo que alguien al menos se preocupaba en ella, las miradas de ambos se encontraron y no fue hasta que uno de los dos habló cuando la tensión en la habitación desapareció.

—Gracias por ayudarme —susurró Astrid, de forma inconsciente ella titubeó, le daba vergüenza tener que agradecerle algo que no tuviera relación con Irina.

Eric asintió y le dedicó una sonrisa pequeña, apretándose los labios también.

—No es nada, te lo debía por lo que pasó hace un rato.

—Sí, sabía que tenías que remediarlo de alguna forma —finalmente a Astrid se le escapó la sonrisa divertida que había estado escondiendo —Ya puedes tener la consciencia tranquila, ¿Sueles gritarle así a las personas?

—Creo que te había dicho que soy un imbécil inoportuno, no es la primera vez que cometo errores de esta clase, por cierto, no quería acusarte de nada, solo tenía curiosidad por saber como te habías hecho daño.

Astrid meditó las palabras de Eric durante unos instantes, no supo que decir, volvió a revisar su reloj de mano y caminó hacia la puerta, ya estaba afuera cuando decidió regresar y entrar solo unos cuantos metros.

—Si llegara a saber algo nuevo de Irina, te lo diré, esta vez no lo olvidaré.

Finalmente salió de la oficina, Eric se quedó viendo la puerta, escuchó los pasos de Astrid alejándose, definitivamente se seguía sintiendo como un imbécil inoportuno, tomó la caja de metal blanca con la que curó a Astrid y aunque le había dicho que no la acusaba de hacerse daño, él se prometió estar más al pendiente de eso.


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