¿Kuro, dónde estás?

Lo buscaba desesperado, no sabía dónde se encontraba y me preocupaba, realmente se veía afectado cuando salió del restaurant. Comencé a caminar alrededor de toda la zona hasta que lo vi sentado en una de las bancas que se encontraba por todas las calles.

Me acerque a él y me senté a su lado. Elevó su mirada y cuando me vio me abrazo fuertemente. Lo escuche sollozar y sentí mi corazón romperse en mil pedazos. No es justo, nunca merecía derramar sus preciadas lágrimas.

-Kuro...

-No quiero esto Shiro, no quiero que me separen de ti.

-No lo harán Kuro, yo...yo no lo permitiré nunca-. Lo atraje más hacia mí-. Nunca nadie podrá separarme de ti.

-Gracias, Shiro-. Me dijo sonriendo-. Te quiero mucho.

-Y yo a ti Kuro.

Nos quedamos en silencio, solo disfrutando de la compañía del otro, me gustaba estar así con él, abrazarlo y que él se acurrucara en mi pecho. Eso me hacía sentir muy bien.

-Deberíamos irnos-. Susurró separándose-. Quiero llegar a casa y dormir.

-Está bien.

Me levante y le extendí mi mano la cual rápidamente acepto.

De camino a su casa tomamos un taxi.

No había señales de sus padres cuando llegamos, por lo que ambos suspiramos de alivió.

Pero sospechaba que esa tranquilidad no duraría por mucho.

Camino a su habitación nos dimos cuenta que las luces de esta se encontraban encendidas. Kuro me miro extrañado y se acercó a paso lento a esta. Ya cerca, la abrió, dejando ver la habitación completamente iluminada, vimos como un chico se levantaba de la cama de este y en cuanto vio a Kuro una gran sonrisa apareció en su rostro.

-Cuanto tiempo, hermano-. Dijo extendiendo los brazos, como esperando un abrazo-.

Observe a Kuro esperando ver la misma reacción que la de su hermano, pero solo había terror y... ¿Rabia?

-¿Que ha-haces aquí Yamato?

-Vaya, no pareces muy contento de verte-. Él se acercó-. Y es una lástima, porque yo moría de ganas de verte, hermanito.

Mire sorprendido el parecido entre el chico y uno de los padres de Kuro, Kasui. El chico era alto, con un abundante cabello castaño hasta los hombros y una piel con un bronceado natural. Pero sus ojos grises eran muy similares a los de Kuro.

-Lárgate, mi día ha sido lo suficientemente estresante sin tu presencia-. El veneno en la voz de Kuro era mortal. El chico ignoro su comentario y fijo su vista en nuestras manos unidas-.

-¿Tu novio?

-Si ¿algún problema?-.Contrataco Kuro dando un paso al frente molesto-.

-Kuro...-.Lo tome del brazo y lo acerque a mí-. Tranquilo.

-Estaré tranquilo cuando ese bastardo se largue de mi habitación.

-Aquí el único bastardo aquí eres tu Kuro-kun-. Sonrió triunfal-. Que no se te olvido.

-Lárgate ahora mismo-. Kuro estaba temblando de la rabia-. Lárgate antes de que decida matarte con mis propias manos.

-Si claro-. Comentó este burlón-. Tan solo inténtalo.

Kuro se iba a lanzar hacia su hermano, pero lo agarre justo a tiempo.

-Ya-. Susurre mientras intentaba calmarlo-. Por favor, Kuro-. Suplique-.

-¡LÁRGATE!-. Gritó enfurecido-. ¡Desaparece de mi vista!

El chico se vio afectando antes de recomponerse y volver a plantar aquella sonrisa burlona en su rostro.

-Está bien-. Alzó ambas manos-. Me voy...por ahora.

Cuando se fue, Kuro comenzó a caminar por la habitación como un león enjaulado.

Lo deje varios minutos en silencio, queriendo darle su espacio, pero no aguante mucho.

-¿Estas bien?-. Pregunte acercándome-.

El me miró y pude ver la ira mezclada con tristeza y desesperación.

-Kuro-.Lo abrace fuertemente y trate de bajar el nudo que se formaba en mi garganta. No me gustaba verlo triste-. ¿Por qué tanta rabia? ¿Tanto dolor?-.Pregunte apretándolo más contra mí- .¿Tanta tristeza?

-S-son muchas cosas Shiro-. Respondió a través de un susurro-.Cosas que si te cuento quizás te hagan odiarme.

-No Kuro, nunca te odiaría, las personas tienen secretos y nada de lo digas hará que te odie-. Lo hice mirarme-. Nunca podría odiarte, no a ti.

-Gracias Shiro-. Se aferró y a mí-. Muchas gracias en verdad.

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Narra Yamato

Así que Kuro tenía novio. Kumi me lo había dicho anteriormente, pero no lo creí cierto.

A decir verdad me esperaba todo menos eso.

¿Lo amara?

¡Oh si claro que debía amarlo! Según Kumi, Kuro había cambiado mucho durante todos estos años que estuve ausente, también me dijo que todo había sido por mi culpa, pero que desde que es novio de aquel chico sonríe más y se le nota más feliz.

Y si es así significa entonces que ya no... ¿Que ya no me ama?

No, imposible que me siguiera amando. El chico me odiaba.

-¡Hasta que al fin te encuentro Yamato!-. Kumi se acercó a mi ansiosa-¿Dónde estabas?

-He bueno...andaba dando una vuelta por ahí.

-Está bien, solo quería decirte que tu amigo ya está ubicado en su habitación.

-¡Bien!-. Susurre sonriendo-. Iré a verlo.

-Es muy raro el que seas tan considerado con una persona Yamato.

-Es porque no es cualquier persona madre.

Y sin dejarla decir nada más seguí mi camino.

Camine hasta la habitación que le habían dado a mi amigo y cuando llegue lo encontré saltando en la cama mientras cantaba alegremente.

Toque la puerta para que notara mi presencia y al percatarse sonrió.

-¡Yamato esta cama es tan suave y me gusta tanto! ¡Gracias por traerme contigo, eres el mejor!

-Sabes que no iría a ningún lado sin ti, nerd.

-Ya te he dicho que no me digas así -. Dijo acomodando sus gafas-.

-Lo siento no puede evitarlo. Taylor

Y era verdad él era un todo nerd, además que vestía no muy tontamente si no más como si quisiera ocultar su cuerpo, siempre compraba que compraba ropa lo hacía de 5 tallas más grande. Además de ser aficionado a todo lo que relacionado con Japón. Tsk y a pesar de tener 25 años parece todo un chico de 17. Su cabello era negro y sus ojos de un azul muy bonito. Su origen es de Japón pero nunca tuvo la oportunidad de vivir aquí por eso esta tan emocionado.

Y si me podía a pensar él era todo un raro y un nerd... era dos en uno.

-Ya bueno pero cambiando de tema ¿Lo viste?-.Se sentó en la cama y me hizo seña para que me sentara a su lado-.

-Si-. Susurre recostándome en esta-. Y ¿Sabes? Era cierto todo lo que Kumi me dijo.

-¿Ti-tiene novio?

-Si-. Suspire derrotado-.

-Era de esperarse Yamato o ¿Enserio creías que te perdonaría y todo sería como antes?

-Ehh... ¿Si?

-Pues que iluso.

-¿A quién le llamas iluso pequeña ratica callejera?

-A ti titán colosal-. Había decidió llamarme así debido a mi altura-.

-Yo no tengo culpa que seas un Oompa Loompa.

-¿A quién llamas Oompa Loompa, maldita torre Eiffel?

-A ti pitufo sin colorante.

Nos miramos unos segundos mostrando enojo, hasta que no aguante y lo abrace.

-Sabes eres mi Oompa Loompa favorito.

-Y tu mi titán colosal favorito.

Sonreímos como tontos y sin poder evitarlo deposite un pequeño beso en sus labios hasta que este se sonrojo y me aparto.

-No te pases Yamato.

-Lo siento -. Dije sonriendo-. Sabes que nunca puedo evitarlo...

Continuara.