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Capítulo 17 «Lágrimas y sangre»

Chris...

El constante llorar de mi madre aumenta mi nerviosismo a grandes zancadas. Las amigas de mi hermana contaron lo ocurrido y luego recibieron una reprimenda por estar fuera del colegio. Había salido con ellas de compras y unos minutos después se despertaron inconscientes.

¿Por qué Celine? ¿Por qué no a mí o a Cam? Mi hermano y Talia llegaron una hora después. Los ojos de ambos están enrojecidos de tanto llorar. Que nuestra hermana menor esté desaparecida, nos pone a todos muy sensibles.

—¿Aún no hay noticias? —pregunta mi madre entre lágrimas.

—La están buscando, pero aún no se sabe nada —responde mi padre con pesar.

—¡Maldita sea! —exclama Cameron, desquiciado agarrándose por el cabello.

El sonido de un teléfono atraviesa el aire cortando la frustración en la estancia.

—¿Diga? Isaac, tranquilo—habla Talia, confundida—. Dile a Javier que se tranquilice que no... ¿Qué Allison hizo qué? —Frunzo el ceño ante la mención de ese nombre. Cameron se acerca a su chica e intenta escuchar la conversación—. Esta chica es tan valiente como tan tonta. ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Pudiste localizarla? ¿Nada más? Bueno, eso reduce la búsqueda, muchas gracias.

—¿Qué ocurre? —pregunta mi padre a penas Talia cuelga la llamada.

—¿Le pasó algo a Allison? —insiste mi hermano, preocupado.

—Isaac logró reducir la búsqueda de Celine y Allison fue sola hasta allá.

—¿Pero está loca? —No sé si mi hermano preguntó o exclamó—. ¿Cómo es posible que haya ido sola? Si la dejamos con Javier por...

—Dejó a León inconsciente porque él presionaría para ir con ella. —Abro estupefacto los ojos al escuchar semejante locura—. Lo más cerca que Isaac localizó a Celine fue en Rumania.

—¿Cómo ella llegó allá? —pregunta mi padre.

—No me sorprende que esa muchacha tenga algo que ver con la desaparición de mi niña. —Ese comentario me dolió más de lo que pensé.

—Mamá, estoy harto de tus comentarios mordaces en cuanto a Allison. —La vena en el cuello de mi hermano comienza a hincharse. Malas noticias. Eso significa que Cameron llegó a su límite—. No sé lo que pasa contigo. Ella no es una amenaza.

—¿No es una amenaza? Enamoró a tu hermano y quería usurpar el lugar que le corresponde a Emma. Y estoy segura que Allison está detrás del secuestro de Celine.

—Eso no es cierto. Chris estaba perfectamente bien con Allison. Era feliz. Verdaderamente feliz. Desde que pusimos un pie en Inglaterra, todo ha sido un problema tras otro contigo, mamá.

—Por Dios, que yo estoy aquí. No hablen como si estuviera muerto. Dejen mi vida privada para otro momento. Celine es prioridad —intervengo, con la esperanza de zanjar el asunto.

—¿Dónde está tu novia, hermano? ¿Ya sabe que su cuñada desapareció? —pregunta con ironía.

—No te pases, Cam.

—Me paso si me da la gana. Estoy cansado de tu estupidez y que nuestra madre intente controlar cada paso en nuestras vidas.

—¿Permites que me hable así, Héctor? Un poco de respeto no estaría mal.

—Lo siento, Alexa, pero nuestro hijo tiene razón esta vez —contesta mi padre, alejándose del tacto de mi madre.

—¿Tú también?

—Alexa, Allison es nuestra amiga y no pienso permitir que hablen así frente a nosotros cuando ella no puede defenderse —interviene Talia, encolerizada—. En verdad no te entiendo. La odiabas antes de conocerla solamente por llevar el apellido McKenzie.

—¡Basta ya! —brama mi padre, furioso—. Tantos gritos me están dando dolor de cabeza.

Una hora después aún no tenemos noticias, y eso comienza a alarmarnos. La tensión en la mansión Gray puede cortarse con un cuchillo.

—No puedo quedarme quieto sin tener noticias de Celine o Allison.

—Hermano, debes mantener la calma —insisto.

—No puedo. Celine y Allison está ahí afuera corriendo peligro. Yo creo que lo mejor es...

La puerta de la casa se abre de forma abrupta, cortando las palabras de Cam. Mi hermana menor entra dando tumbos y él corre hacia ella.

—¡Celine! —gritamos todos.

Seguido, entra McKenzie, y se recuesta a la puerta una vez que la cierra. Su camisa está rasgada casi completa en la parte de los brazos, mostrando unos leves arañazos. Al conectar nuestras miradas, ella sonríe sin separar los labios.

—Chris —murmura con debilidad, y si no la agarro a tiempo, se hubiera golpeado la cabeza.

—¡Llama al doctor, Talia! —grito y saco el cabello pegado de su rostro—. Allison, Allison, despierta.

Siento algo mojado en la mano que tengo detrás de su espalda, y al ver el color, me alarmo. Al levantar su camisa veo un corte en la zona baja de su abdomen. El líquido carmesí mancha mis vaqueros.

—¡Está perdiendo mucha sangre! —espeta Cameron, alarmado—. Súbela a mi habitación.

—Va a manchar las sábanas, hijo.

—Mamá —tomo a Allison entre mis brazos—, se agradecida un poco. Salvó a tu hija. —Sin importar el peso y la sangre que mancha mi ropa, subo los escalones lo más rápido que puedo—. No se te ocurra morir, Allison. No ahora.

Unos minutos después, Javier aparece en mi casa. El miedo plasmado en sus ojos verdes es el mismo que tienen todos, incluyéndome. Cameron no deja de caminar de un lado a otro.

Según me dijo León, las ardillas volaron a la habitación para estar con Allison. Meeko, el mapache, no se ha apartado de la puerta de la habitación de Cam desde que llegó. Intenté acercarme, pero me enseña los dientes y saca sus garras demostrando que no es el mejor momento para estar en los alrededores.

La puerta se abre y Meeko no pierde el tiempo para entrar. El médico sale con gesto cansado y todos nos reunimos a su alrededor.

—Allison está bien —responde, antecediendo la pregunta que todos reflejamos en nuestras miradas. Javier suspira, y el alivio cruza los ojos de Cameron y Talia—. La herida no fue profunda, pero tenía una astilla en el interior. Algunas garras de hombres lobo traen veneno en las puntas. Por suerte para ella, la garra no tocó ningún órgano vital y las ardillas me ayudaron bastante. Aprenden rápido. Esa joven tiene suerte de tenerlas.

—¿Podemos verla? —pregunta Javier.

—Claro que sí, pero en este momento está sedada. Perdió mucha sangre, por lo que necesita absoluto reposo durante un par de días. Mañana cuando ella despierte, necesito que me llamen. Debo cambiarle las vendas y limpiarle la herida. No puede hacer ningún esfuerzo físico.

—Doctor, si usted quiere mantener a Allison en la cama, deberá sedarla todo el tiempo —comenta Cameron, más animado.

—Ella es muy inquieta —añade Javier, con mejor semblante.

—Lo sé. Si tiene la mitad de la energía que sus Varázs, me lo puedo imaginar —añade el médico—. Por favor, que no se cure a sí misma. La herida no fue profunda, pero sí peligrosa. El exceso de magia puede dañarla internamente. El peligro aún no ha pasado. Esto puede complicarse en menos de un chasquido.

—Eso está un poco difícil, doctor —añade Talia sonriendo.

Mi hermano la atrae hacia él por los hombros y la besa en la cabeza.

—Pero es necesario. La espalda y brazos de Allison están llena de arañazos y cortes. Un poco profundos en la zona de los pulmones y baja de la columna, pero no tan graves como el corte del estómago. Ese es el que más me preocupa. Cameron, tu hermana está bien. Solo necesita reposo. Lo que sea que haya pasado en ese lugar, Allison se llevó la peor parte protegiendo a Celine. Es una buena muchacha.

—Muchas gracias, doctor —insiste Javier, y entra a la habitación.

—Si pasa algo con cualquiera de las dos chicas, no duden en llamarme —ordena el doctor y se retira.

—Mira que es cabezota la McKenzie, ¿eh?

—No sabes tú cuanto —contesta Talia—. Esa chica es muy cabezota, pero daría la vida por sus amigos.

—Pero si Celine la odia —comento, intentando entender la actitud de Allison.

—Por el simple hecho que sea nuestra hermana, Allie iría al mismo centro de la tierra si es necesario.

—Solo espero que esta situación cambie el modo de pensar de tu hermana, Cam.

—Eso espero, Talia. —Besa la cabeza de su chica—. Eso espero.

Llega la noche y el sueño no me alcanza. Salgo a tomar un poco de aire y tropiezo con algo en el pasillo.

—¿Pero qué...? —Una flama aparece en mi mano e ilumino el lugar donde he tropezado. Frunzo el ceño al ver el jabalí—. ¿Qué haces frente a la habitación de Cameron, Pumba?

Mi Varázs resopla y se acuesta, dándome la espalda. Niego con la cabeza al ver que mi propio jabalí me está esquivando. Me agacho hasta él y acaricio su cabeza.

—¿Quieres ver a Allison? —Se levanta en su cuatro patas al instante y menea su cola con rapidez. Enarco una ceja—. Eres un traidor. Es obvio que le quieres más a ella que a mí. —Asiente con efusividad y resoplo, pero al final sonrío—. Hasta tienes la vergüenza de decírmelo en la cara.

Da pequeños saltos en su lugar y abro la puerta. La cabeza de Javier se levanta al escucharnos entrar. Parte de los Varázs están en la cama con Allison. Meeko está durmiendo cerca del pecho del ella y las ardillas a cada lado de la cabeza de su dueña. Pumba entra con un ligero trote y coloca sus pezuñas en la cama.

Al ver las intenciones del jabalí, Javier se levanta y lo coloca encima de la cama. Con cautela, Pumba la olisquea, da varias vueltas en el lugar y se acomoda para dormir al lado de Timón, el suricato. Suspiro al ver la traición de mi propio Varázs.

—Yo también lo pienso. Meeko no se aparta de Allison. Hasta levanta sus patas para abrazarla, cuando yo solo recibo coletazos de él.

Eso me provoca una leve sonrisa y salimos al balcón, recostándonos a la barandilla para vigilar a la enferma.

—¿Estás celoso, León?

—No. Sé que el amor y la fidelidad que le tiene es genuina y sincera. Si eso hace feliz a Meeko, no voy a entrometerme.

—¿Por qué no le dices de una vez?

—¿Qué cosa? ¿Qué amo a Allison? —Dejar caer sus hombros luego de un largo suspiro—. Tuve la oportunidad y la perdí. En estos momentos su corazón pertenece a otro. —Masajeo mi pecho por la punzada que le atraviesa—. Allison y yo tenemos una bonita amistad. No quiero perderla por un sentimiento no correspondido.

—¿Aunque te duela? ¿Por qué haces un sacrificio como ese? ¿No quieres ser feliz?

—Su felicidad es mi felicidad, Chris. Si ella lo es con otra persona, para mí está bien, aunque eso me duela, compañero.

—¿Estás mejor? —Masajea su nuca con la mano derecha y asiente.

—Un poco adolorido. Esa chica tiene la misma fuerza en el cuerpo como en el alma.

—Ya imagino. Cuando escuché que te había dejado inconsciente, no lo creí.

—Siempre ha sido una contrincante respetable. Allison es una persona que lo da todo sin excepciones. Y a pesar que el mundo ha intentado opacar su brillo, tiene la habilidad de levantarse y luchar contra la dificultad e incluso ayudar a la persona que le hirió en algún momento. Pero es tan frágil e ingenua, que a veces duele verle sufrir por personas que no lo merecen.

—Esa fue la indirecta más directa que he recibido en la vida, León —protesto, y este se encoge de hombros.

—No todo girar a tu alrededor, Christopher. Te hablo de todos los acontecimientos que ha vivido Allison en el último año y medio. Casi la matan y ella intentó salvar a su agresor. Jessie y Alice intentaron matarla en el campo de entrenamiento y ella abogó para que Winter no fuera expulsada de los colegios Elements. Thiago y ella intentaron matarla infinidad de veces. Sin embargo, McKenzie testificó a su favor a pesar de haber sido torturada con violencia por ellos de forma física y mental.

—Tiene la voluntad de hierro. Después de tantas penurias debe tener su corazón envuelto en acero —resumo, asombrado.

—Es de carácter noble pero no idiota, inteligente pero no orgullosa, cálida pero no manejable. Esa chica es contradicción pura y es lo especial en ella. —Sonrío porque pienso igual que Javier—. Creerá en tu inocencia hasta que le demuestren lo contrario.

—No sé si ella fue muy valiente o tonta por ir en busca de mi hermana sola.

—Puede ser las dos cosas al mismo tiempo. Solo espero que se recupere pronto.

—Ella es fuerte, León. Va a estar bien.

—Hasta el más fuerte puede debilitarse, Gray. Voy por agua. ¿Necesitas algo? —Mi silencio es la respuesta—. Regreso en unos minutos.

Una vez solo, me acerco a la cama y tomo el lugar en la silla. Miro detenidamente a Allison. Sus rasgos delicados, pestañas largas, respiración lenta y labios apetecibles.

—Concéntrate, Gray, tienes novia. Aunque eso no me haya importado en el paso —murmuro por lo bajo—. «¿Por qué siempre tengo ese sentimiento de protección y calidez cuando estás cerca, Allison McKenzie?», pienso confundido.

—Chris —murmura Allison durmiendo y el corazón se me paraliza—. Chris —insiste una vez más hasta que se queda dormida.

—Ha estado así desde que el doctor la sedó —explica Tony, entre bostezos—. No para de decir tu nombre y ya me estoy hartando de eso.

—¿Por qué te molesta?

—Porque le haces daño con tu cercanía —explica Ginger a la defensiva—. Es absurdo, ¿sabes? Le hieres y rasgas su alma, pero al mismo tiempo es feliz con que le dediques cinco minutos, aunque ella no quiera exteriorizarlo.

—Nuestra niña tiene el corazón demasiado grande —comenta Tony, negando con la cabeza.

—No sabemos lo que pasó contigo, Christopher, pero tienes que aclararte las ideas. Allison no es un muñeco que puedes usarlo y desecharlo cuando te plazca —me reclama la ardilla—. Y discúlpame si te estoy hablando tan fuerte, pero a todos los Varázs nos duele verla sufrir.

—¿Su conexión con ustedes es tan fuerte?

—Más de lo que te imaginas —añade Tony—. Si la unión tuya con el jabalí gordo es fuerte, con Allison es cinco veces más.

—Tony, Pumba puede oírte. ¿Cómo vas a decirle gordo? —protesta su hermana.

—Pero es la verdad. Esa cosa no para de comer.

—Pero eso puede herirle los sentimientos. No seas tan bruto, hermano.

—¿Acaso no lo has visto? Tiene grasa por todos lados —y así siguieron peleando. Me da gracia ver la familiaridad en ellos en un momento como este.

—Paren ya —digo murmurando—. Van a despertarla. —Las ardillas se callan al momento y Javier entra en la habitación.

—¿Te volvieron loco como a mí?

—¡Oye! —protestan las ardillas en susurros.

—Chris —murmura Allison una vez más y la mirada de Javier se sumerge en la tristeza. Los Varázs niegan con la cabeza y vuelven a su lugar para dormir.

—Las ardillas dicen que ha estado así desde que el médico se fue.

—A ella pueden herirla todo lo que quieran, nunca dejará de ser Allison McKenzie. La admiro por eso, pero al mismo tiempo quisiera abrirle la cabeza y ver lo que tiene en ese cerebro para que aguante tantos golpes y no los devuelva con creces.

—Tony lo dijo hace un rato. Allison es de un corazón muy grande.

—Y no deja de tener razón. Ve a dormir, Chris. Mañana hay colegio. —Niego con la cabeza—. ¿No piensas ir?

—Mi hermana y Allison me necesitan. Mañana hablo con Karen y le explico la situación. Sé que entenderá. Descansa un poco, León. —Palmea mi hombro y le da un ligero apretón.

—Tú también, Gray.

Salgo de la habitación, pero dejo la puerta abierta. No doy el primer paso cuando escucho:

—Al fin se fue —habla Ginger. No estaban durmiendo después de todo.

—Estoy preocupada por Allison, Gin —habla Javier con voz abatida—. Esta búsqueda por la cura puede matarla en cualquier momento.

«¿Cura? ¿Qué cura?», pienso mientras me acerco a la puerta sin hacer el mínimo sonido para no ponerlos sobre aviso.

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