Capítulo 15 «Noticias»
Mi felicidad al levantarme es tan grande que ni siquiera ver a la pareja feliz besándose frente a mí logra arrebatármela. Después de llegar a mi habitación del encuentro con Chris en el invernadero, me enfoqué en aparecer en sus sueños.
Fue muy difícil porque requiere de mucha concentración, pero, finalmente lo logré. Gracias a los consejos del profesor, pude difuminar mi rostro y cambiar mi voz por la de Ellie para que no me reconociera, o al menos no tanto.
—Tiene que haberte pasado algo muy bueno —murmura Lilith, al ver mi buena cara—. No has dejado de sonreír en toda la mañana.
—La vida a veces puede ser cruel, enana, pero como dice el refrán: No hay mal que por bien no venga —añado, contenta.
—¿En verdad todo está bien? —insiste Brenda, con preocupación.
—¡Que sí, pesada! Todo está bien.
—¡Que milagro que estés tan contenta! —inquiere una voz indeseable a mis espaldas.
—Pues mira —Me giro para ver a Emma de frente—, hoy me levanté completamente renovada. ¿Te apetece algo?
—No —contesta la rubia oxigenada, con aires de superioridad.
—Chicas, Emma solo vino a saludar. Una estudiante ejemplar y digna de Mary Weathers —comento con ironía, y mis amigas sonríen—. Hay algo que he querido preguntarte y me ha molestado un poco. ¿Por qué lo hiciste? Te salvé de un derrumbe en el que podrías haber perdido la vida y unos meses después te comprometes con mi novio. Eres una chica mala, Emma. Una muy desagradecida.
—Estás celosa porque Chris me propuso matrimonio a mí y no a ti.
—Que me lo dijera o no, me da igual. Un papel no era necesario entre nosotros.
—¿Ya no le quieres?
—Aún le amo, Norrington —aclaro, pasiva—. Son dos cosas distintas. Lo tuyo es el papel de usurpadora y el mío la chica que nunca olvidará. —Deja escapar una sonora carcajada y niego con la cabeza—. Puedes reír todo lo que quieras. Cuando Chris descubra lo que estás haciendo, no quisiera estar en tus costosos zapatos.
Sus ojos azules se tornan fríos y la sonrisa se esfuma al instante. Me levanto de mi asiento y coloco la mochila en mi hombro.
—Espero que tengas una boda fantástica y sus hijos sean monísimos. Bueno, eso si él sobrevive y tú también, porque escuché sobre cierta hermana pequeña, ¿verdad? Disfruten de su corto tiempo de bodas. —Sonrío triunfadora al ver su mentón apretado y las manos cerradas fuertemente en puños—. Nos vemos en el lugar de siempre, chicas. Yo pago el almuerzo de hoy.
Mis amigas me miran con el mentón llegando al suelo y rostro desencajado. Vamos, es que yo tampoco me creo la naturalidad con la que acabo de hablar. Salgo del comedor con la frente en alto y muy orgullosa de mí misma
—¡Allison! —grita Isaac. Perfecto. La persona que quería ver—. Quería agradecerte por lo que hiciste ayer, aunque la encerrona me dejó un poco sorprendido.
—¿Lo pasaron bien? Dime que no provoqué un desastre natural con la capacidad de explotar el planeta. —Isaac solo ríe a carcajadas.
—Tranquila. Todo fue de maravilla. Aunque recibí par de golpes de parte de Syryna y varios gritos de mi hermana. Pelea tanto como nuestra madre.
—Dudo que 24 horas les hayan servido para ponerse al corriente.
—Y lo que falta por platicar, pero de momento, estamos bien. Tengo noticias.
—Muy bien. —Cierro la puerta cuando llegamos al laboratorio—. ¿Qué hay de nuevo? Sé rápido. Tengo entrenamiento con los chicos.
—Solo quería decirte dónde puedes ir por la lechuza.
—No tengo que matarla, ¿verdad? —Niega con la cabeza y sonríe.
—No es necesario. —Suspiro aliviada—. Los mapas del mundo se han hecho mucho más detallados con el paso del tiempo. —Despliega un mapa gigante encima de la mesa y señala un país con el dedo índice—. Aquí fue donde encontré la lechuza que estás buscando.
—¿Australia? ¿Tengo que ir a Australia? —Asiente, mientras cierra el mapa—. Muy bien. ¿Qué especie estoy buscando? ¿Cómo la reconozco?
—Si es como en mis tiempos, algo muy improbable, estas lechuzas son muy difíciles de encontrar. Son completamente blancas y en la parte de atrás de su cabeza, tienen plumas negras y marrones que forman un ojo
—Por eso es que se dice "La vista del más sabio". No sé qué es peor. Si sacarle un ojo o arrancarle las plumas al pobre animal.
—Después encontrarlas, acercarte es más difícil. Son animales muy rápidos y debes tener mucho cuidado. Sus garras pueden penetrar tu piel y desgarrarla como si fueran halcones que van por su presa —explica y trago en seco al escuchar lo último.
—¿Cómo lo conseguiste?
—No quieres saber —responde rehuyendo la mirada.
—Pero necesito saberlo, Isaac. Debo saber a lo que me estoy enfrentando.
Da un largo suspiro en señal de derrota.
—Después de localizar el nido, esperé a que salieran ambos de caza en la noche y robé una de las crías.
—¿Hiciste qué?
—No tenía opción —se defiende al instante—. Esa especie siempre anda en bandadas y son perceptibles en cuanto a las crías. A cambio, le pedí las plumas de su cabeza. No tuve opción. Era la vida de mi hijo la que estaba en juego.
—¿No existe otra manera? Yo no puedo trepar a un árbol y hacer una barbaridad como esa. —Cruzo los brazos, denotando mi completa negación ante esto—. No pienso hacerle eso a una cría.
—Tu preguntaste y respondí ¿Vas a ir este fin de semana? —Resoplo y asiento.
—Debo avisarle a los chicos. Necesito más opciones para conseguir esas plumas. Isaac, ¿por qué exactamente esos ingredientes? —Se acerca a la mesa debajo de las pantallas en la pared y se recuesta a ella apoyando la cadera.
—La lágrima de unicornio representa las lágrimas sinceras derramas por esos hijos, y la vista del más sabio porque es necesario tener los pies sobre la tierra y superar de una forma sabia la pérdida. Las lechuzas son muy posesivas con sus crías. La parte mala es que no están en apareamiento hasta final de abril y el mes de mayo.
—Espero encontrar una solución a esto. Por cierto, necesito de tu ayuda.
—¿Para qué soy bueno?
—¿Qué hechizo de los tuyos provoca que el iris se vuelva violeta con motas doradas? —El terror en sus ojos me alarma.
—Dime que no lo has visto.
—Para mi desgracia, ese fue el cambio que vi en los iris de Chris después de dejarte en tu reunión familiar. —El profesor cierra los ojos fuerza y temo lo peor—. ¿Es tan malo?
—Muy malo, Allison. Es un hechizo que permite inculcar recuerdos o simplemente borrarlos. La persona que es influenciado por él no dura más de un año.
—A Chris no le queda un año, Isaac.
—Ese es uno de los más peligrosos que he logrado hacer.
—¿Cómo puedo romperlo?
—No se puede —contesta, encogiéndose de hombros, y golpeo mi cara con frustración.
—¿Hiciste alguno que se pudiera romper fácilmente?
—La conversión de los cold puede romperse por el amor. Ellos fueron creados por los sentimientos más profundos y oscuros de una persona. El amor lo quiebra al instante.
—¿Si una persona está en el trance de conversión de cold, el proceso puede ser interrumpido si se le habla con amor?
—Amor del bueno y verdadero.
—Por eso fue que los ojos de Javier cambiaron de grises a su color natural —murmuro, recordando cuando fui lanzada por los aires en Elements.
—¿Cómo? ¿Lo has hecho? —pregunta con curiosidad y suspiro por el recuerdo de esa pelea.
—Al día siguiente que Chris y yo... fuéramos pareja oficial, por el colegio circuló un artículo un poco ofensivo. Javier y Chris se fueron a golpes en el patio del colegio hasta que yo llegué. León me miró y sus ojos estaban grises. Cuando le toqué por el brazo, sus iris se volvieron verdes otra vez
—Lo tuyo es muy fuerte y avanzado, Allison —opina Isaac, estupefacto.
—¿Qué quieres decir?
—Lo que hiciste ocurrió en cuestión de segundos. En mi tiempo, se necesitaba de tres días a una semana para que pudiera funcionar.
—No voy a negar que estaba muerta de miedo, pero estamos hablando de Javier, mi mejor amigo.
—Raquel no se equivocó contigo. Mi hermana te eligió por algo. Eres demasiado poderosa. Mucho más que el resto de los usuarios vida que han pasado por el planeta.
—Nos pondremos a ello después. Busca otra solución, Isaac, lo digo en serio. Voy a entrenar con los chicos y les hablo de esto.
Pone los ojos en blanco, pero asiente al final y salgo del laboratorio.
—Hola, tú.
—¿Cómo estás, Thiago? —Beso su mejilla y seguimos caminado por el pasillo.
—Por ahora bien. ¿Cómo están para los Juegos Elements?
—Entrenando lo más que podemos. Queda muy poco tiempo. Tengo un conocimiento mínimo sobre ellos.
—Todos los estudiantes del colegio tienen derecho a participar. Colocan su nombre en una copa mágica y ella se encarga de seleccionar a los estudiantes
—¿Cómo Harry Potter? —Sonríe ante mi pregunta y asiente.
—Como Harry Potter y el cáliz de fuego.
—Noooooooo. ¿Tú también la ves?
Deja escapar una carcajada ruidosa y me da la espalda. Al levantar su cabellera, ahora un poco más larga, veo un tatuaje en su nuca. Sonrío al reconocer el rayo y los lentes de Harry Potter.
—Wow, eres un fanático empedernido. Está recién hecho. Aun tienes los bordes rojos.
—La chica que me gusta también es fanática de esas películas. —Sus mejillas se tornan rojas al ver que habló de más.
—¿Cómo? ¿Te gusta una chica? —Asiente levemente, un poco avergonzado—. Pero tienes que contarme.
Entrelazo mi brazo con el suyo y caminamos hacia el pasillo principal.
—¿Tú no tienes entrenamiento?
—Pues sí, pero el cotilleo es importante también —añado divertida y ríe una vez más.
—¡Oh, Dios mío! Brenda ha creado un monstruo.
—Más te vale que no te escuche o deja de mimarme. Tengo entrenamiento con los chicos ahora, pero no pienso irme sin escuchar antes el nombre de la chica que está conquistando el corazón de Thiago Da Silva.
—Es posible que me odies cuando sepas quién es.
—Mientras no sea la cerebro de pájaro e insípida de Emma Norrington, no tengo ningún problema —añado con rapidez—. A menos que quieras problemas con Christopher de nuevo, aunque en este momento me pongo de tu lado.
—No es ella, tranquila. Es Alice. —Detengo mis pasos al instante.
—Espera. ¿Quién? Creo que no escuché bien.
—Alice Winter —sisea y aprieta los labios como si temiera una reacción mala de mi parte.
—¡Oh. Dios. Mío! No me lo puedo creer. Pues... felicidades. —Le abrazo con euforia y me separo sin aún creer lo que mis oídos escucharon—. Pero... ¿cómo pasó eso?
—En el proceso del juicio —explica, con una sonrisa boba en sus labios—. Es como dice el refrán: El roce hace al cariño. ¿En verdad no estás molesta?
Es inevitable no poner los ojos en blanco. Cansada estoy de esto.
—¿Por qué lo estaría? Mientras no sea un juego por parte de ninguno de los dos y no sea con segundas intenciones, la felicidad de ustedes es lo que cuenta. —Le abrazo nuevamente y paso la mano por su espalda con cariño—. Estoy muy feliz por ustedes.
—Quería que supieras que ella está profundamente arrepentida de todo lo que pasó a pesar de tener tantas lagunas como yo.
—Dile de mi parte que ese asunto está superado. No fue culpa de ninguno de los dos. Vamos. —Le empujo hacia el patio trasero.
—¿A dónde?
—A entrenar.
—¿Qué? —Trastabilla con torpeza—. No, no, no, no, no.
—¿Por qué no?
—Porque...
—Allison, al fin —interviene Brenda—. Creímos que no llegarías nunca. Hola, Thiago.
—Quería llevar a Da Silva con nosotros —le aclaro a las chicas
—Yo no veo problema con eso —opina Talia—. ¿Lilith? —La aludida niega con la cabeza.
—Pues listo. Asunto zanjado. ¿Los chicos están en el campo? —Las tres asienten al unísono—. Pues ya estamos tarde. Thiago, necesito que nos expliques con detalles ese torneo.
Llegamos al campo sonriendo. La noticia de Thiago impactó a las chicas tanto como a mí.
—Hola, primo —saluda Cameron con una esfera de fuego en una de sus manos—. ¿Te unes a nosotros hoy?
El aludido asiente aliviado al notar que nadie quiere saltarle a la yugular. El único reacio a que nos acompañe es Javier.
—No te gusta que Thiago haya venido, ¿verdad?
—Sinceramente, no, McKenzie. ¿Y si se trata de un juego su enorme amabilidad?
—Algo en él me dice que está siendo sincero. Tómalo con calma. Las cosas están saliendo de maravilla. Ya tengo el siguiente lugar del objetivo. Tenemos que ir a Australia.
—Al fin una buena noticia. —Me atrae hacia él por los hombros y acaricia mi brazo.
—Chicos, tengo que contarles algo. Ya sé la persona que nos hizo la bromita de la carta. Fue Emma —explico, en tono aburrido.
—Cuando agarre a esa hurraca sin cerebro, juro que le corto el moño y se lo quemo en las narices —protesta Talia con rabia—. ¿Qué vio Christopher en ella la primera vez? ¿Alguien me lo puede explicar?
—Déjalo que sea infeliz, Talia —interviene Da Silva—. No le queda mucho tiempo de vida. —Nos miramos entre nosotros. Thiago no sabe nada de nuestras misiones en secreto—. ¿Entrenamos o no? La competencia está reñida este año. Allison va a la cabeza.
—Espera. ¿Qué? ¿Cómo? Pero si yo no he puesto mi nombre aún.
—¿No lo sabías? Déjame decirte que muchos han puesto tu nombre —aclara.
—Pero creí que eso se haría el fin de semana —comenta Brenda.
—Si Allie juega, nosotros no tenemos la menor oportunidad —susurra Lilith abatida.
—Eso no es cierto. Que sea un usuario vida, no implica que sea superior a nadie. Si no fuera por la ayuda de ustedes, no hubiera llegado a ningún lado y tampoco sería la chica que soy hoy.
Nuestros teléfonos comenzaron a sonar. Abro mis ojos al leer el símbolo de alarma.
—Vamos con Isaac. Thiago, mañana te buscamos para entrenar de nuevo. Tenemos algo urgente que atender.
Todos salimos corriendo en dirección al laboratorio.
—¿Qué ocurre con mi hermana? —pregunta Cameron al entrar.
—Celine desapareció —contesta el profesor y mi mundo se desmorona.
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