Capítulo 12 «Faro de amistad»
A las 8 de la mañana me encuentro en el pasillo principal del colegio Mary Weathers con Tony y Ginger encima del lomo del jabalí. Ya sabía que sería una buena idea.
—¿Qué hace Pumba aquí? —pregunta Javier al agacharse y acariciar la cabeza del jabalí. Meeko abre sus paticas hacia mí y lo cargo en mis brazos.
—Chris lo corrió de su habitación.
—¡Qué! —exclama León, y se levanta del suelo al instante.
—En sí, la que lo corrió fue la hurraca de Emma.
—¿Pero él lo permitió? —Asiento con pesar y Javier resopla—. ¿Será idiota?
—Tranquilo. Me encargué de dejárselo claro ayer en la noche.
—Hiciste de las tuyas, ¿verdad?
—No podía dejar que ambos alcornoques se salieran con la suya. ¡Qué genio, Javier!
—Ya me imagino. ¿Él estuvo de acuerdo con esto? —señala con el mentón hacia Pumba.
—No, pero no le quedó otra opción, y Pumba está feliz... por ahora. No debe estar mucho tiempo lejos del bruto de su dueño. Vamos a casa. Necesito ver a mi madre y alejarme un poco de aquí.
De mi bolsillo saco la llave transportadora. Después de lo ocurrido con las criaturas mutantes, el consejo Elements decidió que me quedara con la última llave.
—Mamá, ya llegué —grito al atravesar la puerta y Javier la cierra por mí.
—Estoy en la cocina, cariño.
—¡Javier! —grita Ellie a penas lo ve y le abraza por la cintura.
—Yo soy la hermana y corre a ti primero —comento con ironía y Javier sonríe de soslayo.
—Cuando el señor León está en casa, todos quedamos desplegados a un cuarto puesto —añade Tony.
—¡Ginger! —exclama mi hermana y la aludida chilla:
—Yo no dije nada. Yo no dije nada. Yo no dije nadaaaaaaaa. —Corre hacia la cocina y sale volando por la ventana.
—¿Ven a lo que me refiero? —increpa Tony.
Papá y mamá aparecen en el marco de la cocina.
—Felicidades, mamá.
—Gracias, querida. No creí que fueras a venir.
—Necesitábamos salir del colegio —comenta Javier en mi defensa. Los ojos de mi madre me miran con dolor.
—Hora de cortar el pastel —interviene papá y sonrío. Ambos me entienden con solo una mirada.
Al llegar la noche, mis amigos aparecen también en casa. Cada uno felicitó a mi madre y le entregó un obsequio. La fiesta está bastante animada pero mi felicidad no está completa.
Ahora estoy sentada en el porche junto a Pumba con la mirada puesta en la lejanía. ¿Saben eso que dicen que ves y no ves al mismo tiempo? Pues eso mismo me está pasando a mí. Las ardillas se quedaron dormidas en mis piernas y el jabalí está sentado en sus patas traseras con su cabeza recostada a mi brazo.
—No me gusta verte triste —habla mamá, sentándose a mi lado.
—Desearía estar feliz, pero no es fácil olvidar una relación que duró más de un año. —Recuesto mi cabeza a su hombro y acaricia mi cabello con lentitud. Pumba se acomoda para dormir a mi lado.
—¿Hablaste con él?
—La primera vez me dijo que amaba a otra, y a la siguiente le quité a Pumba porque el muy cretino dejó que su novia corriera a su Varázs de la habitación. La conexión que tenía con Chris fue cortada de raíz, mamá. Cada vez que hablamos, lo único que hacemos es discutir.
—¿Qué piensan tus amigos?
—Dicen que es un idiota.
—Ellie le quiere mucho, pero también cree lo mismo. Ya sabes que tu hermana te defiende contra cualquiera.
—Duele mucho, mamá —añado con voz queda.
—Ya lo sé, cariño. A veces, estas tormentas son inevitables. Deja que el destino juegue sus cartas. Si Chris no está destinado a estar a tu lado, déjalo ir. En el amor, las cosas no son fáciles, pero si solo uno de los dos empuja la carreta, caerán ambos por el barranco.
—Verlo con ella es... Es indescriptible lo que siento cuando los veo juntos.
—Aún le amas. Cuando quieras puedes hablar conmigo, pero debes dejar que corra el aire entre ustedes y así se aclaran las ideas.
—Lo tendré en cuenta. Ahora vengo.
Coloco con cuidado los Varázs en las piernas de mi madre y voy por su regalo de cumpleaños. Ella parpadea confundida cuando le entrego la caja en sus manos.
—Es tu regalo.
Abre la cajita con lentitud y sus ojos se quedaron fijos en el hermoso collar de piedra esmeralda.
—Es hermoso.
—Déjame ponértelo. —Al sacar el colgante, mi madre me da la espalda hasta que escucha el cierre del broche y se gira hacia mí—. ¿Te gusta?
—Me encanta, Allie. —Me abraza con cuidado de no despertar a las ardillas.
—Lo gané en una competencia.
—No sabía que estuvieras en una. Karen no me habló nada de eso.
—Es extraoficial. Enséñaselo a papá.
Coloco las ardillas nuevamente en mis piernas y entra a la casa. Segundos después, Javier se acomoda a mi lado y me atrae hacia él por los hombros.
—¿Hablaste con Ellie? —Asiente mientras acaricia mi brazo—. ¿Cómo se lo tomó?
—Muy mal —responde y suspira.
—Era sabido.
—Pero no me arrepiento y ella después lo entendió. A las malas, pero lo entendió.
—¿Cómo puedes ser tan lindo y bruto al mismo tiempo?
—Échale la culpa a la sangre latina. Mi madre es oriunda de Cuba. Saqué su mal genio, pero también su bondad y sutileza.
—Ya —digo bromeando y me despeina—. Oye —protesto, sonriendo.
—Mejor. —Las ardillas se remueven, pero no despertaron—. ¿Ya sabes lo que harás mañana?
—Nop.
—Tienes que prepararte. Christopher va a pegar el grito en el cielo y Emma irá de chismosa para que salga en el artículo del lunes. —Me encojo de hombros restándole importancia a lo que piensen esos dos.
—Es su problema. Todos saben que defiendo a los Varázs como si fueran mis hijos. Lo he hecho dos veces, puedo hacerlo varias más si me dejan.
—¿Cómo estás para los Juegos Elements?
—Entrenando como puedo. En la Isla Kaliza me enfrenté con el teniente. Es muy bueno. Me enseñó una técnica nueva.
Me alejo de su abrazo y abro las manos para formar una esfera de agua. Mi sonrisa se amplía cuando los rayos comienzan a rebotar en su interior. Los ojos de Javier casi se salen de órbita.
—Inténtalo.
—¿Qué debo hacer? —pregunta, mirando mis manos con curiosidad.
—Piensa en algo que te enoje. —Frunce el ceño, confundido—. Hazlo. Cuando te adaptes a la sensación que emana, será mucho más fácil.
Javier asiente y abre las manos. Las esferas de agua se formaron, pero en su caso, se formó una ventisca de nieve. Abro los ojos asombrada.
—Vaya, eso es algo nuevo. —Sonríe de soslayo—. Déjame intentarlo yo.
Me demoré un poco en logar el mismo efecto que León, pero lo conseguí, y chocamos los cinco.
—Poco a poco nos vamos perfeccionando. ¿Sabes dónde encontrar la lechuza?
—Aún no, Javier. Isaac y Austin siguen investigando. Espero tener alguna respuesta antes del fin de semana que viene.
—No se te ocurra irte sin mí. —Más que una petición, fue una orden suya.
—Pero...
—Pero nada, McKenzie. Nosotros decidimos que te acompañaríamos a las misiones. Lo hacemos por ti y por Cameron. No quiero que Ellie sufra si algo te pasa.
—Todo va a estar bien —digo para tranquilizarlo—. Tiene que estarlo. ¿Entrenamos mañana después de clases? Quisiera que los chicos también aumentaran y buscaran esa segunda habilidad al igual que tú.
—No soy tan bueno como tú, Allison. Además, esto no puede ser la segunda habilidad. Fue muy fácil.
—Es cierto. No eres tan bueno. Eres mucho mejor que yo. Javier, tienes las habilidades necesarias y aprendes rápido. Yo ni siquiera sabía que podíamos formas una ventisca.
—Creo que muchos no lo saben —comenta divertido y ambos sonreímos.
—Si quisiéramos hacer esto juntos, es necesario elevar nuestro nivel al mismo tiempo. Creo que voy a necesitar de John.
—¿Quién es ese?
—El antiguo general de la Isla Kaliza. Tiene más de un milenio siendo en Máximo General de la Isla años. Él podría ayudarnos ya que está retirado.
—¿Crees que podamos hacerlo? Me refiero a romper la ley.
—Javier, en este momento, ustedes son mi faro y ancla. Si ustedes pierden las esperanzas, ¿qué sería de mí?
—Puedes contar con nosotros, compañera —habla Brenda a mis espaldas.
Cuando me giro hacia ella, veo que todos mis amigos están en la entrada de mi casa.
—Tenemos que hacer esto juntos, Team Piña —alienta Lilith, sonriendo. Coloco las ardillas en el suelo y nos levantamos del piso—. ¿Estamos listos?
Unieron sus manos en el centro. Solo faltábamos Javier y yo. Este último asiente con seguridad.
—Estamos listos —añado finalmente.
Colocamos nuestras manos y las alzamos hacia arriba con impulso.
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