Capítulo 41 «Hechizos»
Esto se está saliendo de control. Tomo mi teléfono y me dirijo al invernadero.
—Hola, Allison —habla Amelia al otro lado—. ¿Cómo está todo por allá?
—Mal.
—¿Qué pasó?
—¿Sabes lo que pasó en la fiesta de los Gray?
—¿Quién no? No se habla de otro tema en este lado del hemisferio. Pero yo no me creo nada. Lo que dicen es mentira, ¿verdad?
—A medias. Emma besó a Chris y como me estuvo picando todo el fin de semana, me la cobré
—¿En mitad de la fiesta, Allison?
—Ay, ya. No me pelees. Esa vieja se lo merecía. Estaba al borde y exploté. Te llamé para otra cosa. ¿Es posible que yo pueda quitar los sentimientos a una persona?
—No entiendo tu pregunta.
—En la fiesta había una chica que estaba muy nerviosa. La toqué con las manos y su pánico pasó de su cuerpo al mío.
—Yo ayudé varias veces a Syryna utilizando mi poder de esa forma. E incluso, nosotras como usuario vida, somos capaces de sentir los de la naturaleza si estás lo suficientemente concentrada.
—Hoy matamos otra bestia. Bueno, en sí, lo maté yo. Le lancé una flama y pasó por todos los colores hasta tornarse púrpura.
—¿Ya llegaste a ese nivel? Yo me demoré años en lograrlo. Bien hecho, Allison. Mi niña se está haciendo grande.
—Concéntrate, Ra... Amelia. ¿De verdad estoy tan adelantada?
—Allison, como usuario vida, somos muy... peculiares. Tenemos talentos y dones que yo aún, 3000 años después, estoy descubriendo. ¿Sabías que podemos cambiar el pensamiento de las personas o si uno de los usuarios está siendo controlado, podemos romper la conexión? Lo probé con Syryna y funciona por unos instantes. Luego vuelven a su letargo de hechizo.
—¿Puedes repetir eso? Hay un chico, Thiago da Silva. Creo que está bajo un hechizo controlador.
—¿Cómo lo sabes?
—Hoy... mataron a Ginger y Tony.
—¡¿Cómo?! —chilló tan fuerte que debo separar el teléfono de mi oído—. Por Dios, ¿cómo estás? ¿Por qué no te escucho llorando? No juegues conmigo, Allison McKenzie.
—Estaba tan triste que... los reviví.
—¿Hiciste qué? Te lo advertí, Allison. Sabes lo que puede pasar si...
—Ya lo sé, Amelia. Ver a mis dos ardillas bañadas de sangre me quebró por dentro y no pensé en más nada. Yo solo lloré y los abracé a mí. Todo pasó muy rápido.
—Repite eso.
—¿Todo pasó muy rápido? No llegó ni a tres minutos.
—Allison, eso es imposible. Traer una vida requiere exceso de poder y dura más de 10 minutos. Y trajiste dos Varázs. El alma de un Varázs equivale a dos vidas humanas porque es una parte tuya más la de ellos.
—No entiendo nada
—Sencillo. Estás por encima de lo que calculé. Evolucionas más rápido como usuario y tú poder está cambiando.
—Y para colmo casi mato al idiota que hizo ese desastre.
—¿Qué hiciste, Allison? ¿Alguien más lo sabe?
—Prácticamente, lo supiera el colegio entero, pero Karen se encargó. A lo que iba. Saqué a Thiago de su asiento con una mano de aire y le amenacé que casi había matado a Ginger y a Tony. Él fue a verme después y me pidió perdón. Ahí fue cuando vi que sus iris cambiaron de color.
Su gruñido y protestas al otro lado, seguido de varios improperios poco decentes para una señorita, me hacen sonreír. De todos ellos, el más claro era cabezota.
—¿Cómo cambiaron? ¿De un color a otro? ¿Mismo color en diferentes tonalidades?
—Diferentes tonalidades del mismo color
—¿No tuvo algún matiz? ¿Púrpura? ¿Dorado?
—No. Simplemente se movían entre claros y oscuros. ¿Qué significa?
—Thiago está siendo controlado, pero es posible que no recuerde las acciones una vez que estén realizadas. Generalmente, las persona que están bajo este efecto, tienen un motor impulsor. Odio, amor, envidia, celos. Pero lo hacen de forma involuntaria. Un momento. ¿Salvaste a las ardillas y me dices que agarraste a ese chico con un brazo de aire?
—Sí. ¿Por qué?
—Eso es mucho poder, Allison.
—Dímelo a mí. Cuando llegué a mi habitación, casi me desmayo. Mis amigos me ayudaron a renovar las fuerzas. ¿Cómo puedo romper el hechizo de Thiago?
—Ni idea. Mi hermano era la única persona que conocía a fondo ese tema.
—Ya encontré a Dorian. —El silencio al otro lado de la línea detiene mis latidos por unos segundos—. ¿Amelia? ¿Estás ahí?
—Sí, discúlpame. No sabía que lo encontrarías tan rápido. ¿Cómo está?
—Muy bien y con ganas de verte. Y le dije que tú también.
Estuvo en silencio unos segundos. Probablemente aguantando la respiración y las ganas de llorar.
—Por lo que me cuentas, estás mejorando mucho.
Cambia de tema muy rápido. Está esquivando el asunto. Tendré que seguirle la corriente.
—Pero no porque quiera. Me sale de forma natural.
—Sabía que no me había equivocado contigo.
—Hablamos luego, Amelia.
—Cuídate mucho y ten cuidado. Llámame si necesitas algo.
Miro la pantalla de mi celular un tiempo al terminar la llamada y doy un largo suspiro.
—Necesito ver a Isaac.
Bajo hasta el laboratorio y el profesor mira desde su silla hacia las pantallas en la pared.
—Necesito de su ayuda.
—Ahora no puedo, Allison.
—¿Cómo se rompe un hechizo controlador?
—No lo sé.
—Hablé con Raquel hace unos minutos y me dijo que su hermano era la única persona con conocimientos en esto. Ahora —Doy una palmada en la mesa con un sonoro golpe y me mira fijamente—, ¿cómo se rompe un hechizo controlador? Le expliqué a Raquel y ella dice que al cambiar solamente la tonalidad del mismo color puede afectar la parte de los recuerdos.
—Lo sé. —Suspira y se gira hacia mí—. Yo fui la persona que inventó el hechizo galés "Atgofion". En inglés significa recuerdos.
—¿Y lo dices así tan tranquilo?
—Relájate, Allison. El fin de ese hechizo no era ese. Causa cierta afectación en el área de los recuerdos o en la corteza prefrontal del cerebro. Por tanto, el ejecutor no recuerda lo que hizo y a medida que toma el líquido, llega un punto donde olvida quién es en realidad.
—Es como reiniciarle el cerebro. —Asiente—. ¿Cómo pudiste crear algo tan cruel?
—En mis tiempos, esto era una especie de cura para las personas que mataban sin querer, en accidentes o no querían recordar a una persona o un evento.
—Eso quiere decir, que se puede controlar el recuerdo en sí y el ambiente del recuerdo.
El profesor asiente nuevamente.
—Aprendes rápido. La persona que está bajo este hechizo necesita tener un motor impulsor hacia el objetivo ya sea de él o de la persona que se lo administra.
—¿Cómo se rompe? —insisto.
—La persona que se lo administra debe estar ligado emocionalmente al ejecutor.
—Deja los acertijos y dime algo en concreto. —Sonríe de soslayo y gruño por lo bajo.
—Hay dos efectos en "Atgofion". La persona que se lo administra tiene el cambio de tonalidad en los iris y le sale un sarpullido en alguna área de la piel dañada o tatuada.
—Dime que estás de broma. —Niega con la cabeza—. Yo no puedo meterme al cuarto de alguien a ver si tiene un sarpullido en el tatuaje. Eso es... asqueroso.
El comienza a reír a carcajadas y rechino los dientes por caer en su trampa.
—Es broma, Allison. Deberías haber visto tu cara.
Le lanzo a la cara el agua de un balde que tengo cerca y la carcajada se esfuma, por lo que sonrío triunfante.
—¿Quién sonríe ahora?
—Chica lista. —Saca un pañuelo de su bolsillo y se seca el rostro.
—Hace años que no veo a un hombre con un pañuelo fino.
—La caballerosidad se está perdiendo con el paso de los siglos. Aún quedamos unos poco. Volviendo al caso. La otra forma de saber quién es el administrador, es de acuerdo a la magia que emana de él. Se requiere cierta cantidad de magia para que el hechizo "Atgofion" funcione. Por tanto, la magia del suministrador se debilita.
—No acabas de decirme como romperlo.
—Porque no puedes. La única persona capaz de hacerlo es el ejecutor al darse cuenta de que su motor impulsor es falso. —Frunzo el ceño—. Vamos, Allison. Eres inteligente.
—Déjame ver si entendí. —Me recuesto a la mesa y cruzo las piernas por el talón—. Hipotéticamente, la única persona capaz de detener ese hechizo es la persona que lo toma cuando se dé cuenta que los celos no le van a servir de nada. ¿Eso es lo que me quieres decir? Eso es imposible, Isaac. Lo está tomando por voluntad.
—Y por voluntad lo deja. La otra variante es que el ejecutor no tenga conocimiento que está tomándolo, y por tanto, actúa mucho más inconsciente de lo que él piensa.
—Eso es frustrante —protesto, cruzándome de brazos.
—En mi época era mucho más problemático. Créeme.
—Thiago tiene que romper ese vínculo él mismo. Pero no sé cuál será su motor impulsor.
—¿Celos?
—Todo el mundo está celoso de Chris o de mí en este colegio, profesor.
—¡Qué elevado tienes ese ego tuyo, McKenzie!
—Es culpa de Gray. Andar con él hace que se me peguen varias de sus manías.
—Seguimos. ¿Odio quizás?
—Es posible. Tengo entendido que Emma rompió con Thiago por causa de mi novio, aunque Chris dice que su ruptura con Alice fue causada por Thiago. ¡Qué enredo!
—Pero en este caso, el motor impulsor de Thiago está completamente mal. Los "incidentes" deberían ser en contra de Chris, no hacia ti —analiza el profesor y nos quedamos en silencio unos minutos—. O puede que el suministrador haya convencido al ejecutor de que su odio no es hacia Chris, sino hacia ti.
—Isaac, estás mezclando las mareas en mi cabeza. Thiago parecía muy tranquilo cuando habló conmigo ese día.
—Eso ocurre cuando el ejecutor toma conciencia de sus actos, pero si lleva mucho tiempo con el hechizo en el organismo, la lucidez puede durar poco tiempo. A este paso, Thiago olvidará quién es en realidad en pocos meses.
—¿Dónde están tus notas de este hechizo? —Señala su cabeza—. Dorian, para que alguien lo utilice sin tu consentimiento, tienes que haber dejado notas en algún lugar.
—La otra que sabía sobre él era mi hermana, aunque nunca le dije como romperlo.
—Muchos de los diarios de Raquel están desaparecidos. Es posible que esa persona haya encontrado el diario donde se hablaba del hechizo "Atgofion"
—Y le resultó muy conveniente para este caso. Si eso es cierto, tiene en sus manos muchos hechizos peligrosos y no tiene ni idea de cómo romperlo. Algunos de ellos pueden ser letales.
—Lo dice la persona que los creó —añado con ironía.
—Oye, no puedes culparme. Estaba prestando de manera solidaria mis servicios a la sociedad.
—¿Cuál fue tu motor impulsor para comenzar la guerra contra Raquel?
—No quiero hablar de eso.
—Isaac, ella merece saberlo. Dice que un día te lanzaste sin más. La historia que se cuenta es que la culpaste por la muerte de Cassandra, ya que Raquel tenía el poder para salvarla.
—Es algo que no quiero recordar, Allison. La historia puede quedarse así. Yo no me quejo. Prefiero quedar como el malo de la historia.
—Eso es ser egoísta. ¿A quién estás cubriendo? ¿Ni siquiera vas a decirme a mí?
—No se cómo consigues ablandarme con solo una sonrisa. —Suspira derrotado—. La verdadera razón fue Marina. Ella era un simple humano por lo que enfermó gravemente. Fui en busca de Raquel pero se negó. —Cuánto dolor debe haber sufrido—. Te dije que las malas compañías corrompen las buenas costumbres. El odio y rencor por Raquel comenzó ese día. Cree a los cold y fui en su contra. Mis hijos me apoyaron con excepción de Ashley. Ella no confiaba en mi consejero. Cuánta razón tuvo. Cuando mi hijo mayor murió, fui por ella una segunda vez y se negó nuevamente.
—El dolor que sentiste no tiene comparación.
—Perdí a la mujer de mi vida y casi un año después perdí a mi hijo mayor por la absurda ley que Raquel había implantado sobre los usuarios Elements. Ahí comencé mi búsqueda para romperla, pero el castigo fue peor. Mi segundo hijo murió y ya sabes cómo terminó todo.
—Lo siento mucho, Isaac. Debe haber sido horrible.
—Te lo dije, Allison. Un padre no está preparado para enterrar a sus hijos y Raquel lo vivió en carne propia. Su hijo mayor murió unos días antes de cumplir los 19 años, pero era demasiado tarde para enmendar su error.
—Tengo que romper esa ley, Isaac. Por Ellie, Chris y Cameron tengo que hacerlo
—¿Quién es Ellie?
—Mi hermana menor. —Su rostro palidece—. Es tres años menor que yo.
—¿En qué estaba pensando mi hermana? Lo que tiene de bonita lo tiene de idiota. —Golpea su frente y resopla frustrado—. ¿Cómo va a elegirte el usuario vida del siglo si tienes una hermana menor?
—Yo era un bebé cuando ella me escogió. Creo que no contaba con ese detalle.
—Dudo mucho que ella no lo supiera. Mi hermana siempre ha sido buena estratega. Si te eligió, sabía de antemano que tendrías una hermana. La pregunta es, ¿para qué?
—Solo ella podrá decirme. Pero esas tres personas son por las cuales necesito romper esa ley de una vez por todas.
—Está bien. Cuando terminemos con este trabajo, te ayudo... si es necesario.
—Eso es hacer trampa —protesto y él se encoje de hombros.
—Allison, tienes un ratón de biblioteca de tu parte. Ese chico encontró en dos semanas lo que yo me demoré alrededor de un mes en descifrar.
—Pero si necesito de tu ayuda...
—Te la brindaré cuando vea que no tienen dónde buscar. ¿Hecho?
—Hecho. —Cerramos el trato con un apretón de manos—. Necesito curarme y cambiarme la camisa.
—Cuida ese colgante con tu vida.
—Sí, papá —digo con cierta ironía—. Si hay noticias...
—Les aviso. Vete tranquila. Ya déjame trabajar en paz.
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