A la mañana siguiente hacemos el mismo pedido de siempre y nos sentamos en la mesa cerca del balcón con una taza de café y un sándwich. Todo lo que necesitaba para sustentarme hasta el almuerzo.

—Buenos días —dice una voz ronca en mi oído y me abraza por la espalda como siempre—. ¿Dormiste bien, pequeña?

—Más o menos. Aún no me acostumbro. —Se sienta a mi lado—. ¿Cómo tienes el día? —Resopla y le doy un sorbo a mi café.

—Peor que el de ayer. Perdona por no recogerte para almorzar. Estuve muy liado. No creí que estar en último año fuera tan duro.

—Eso es porque te acostumbraste al pase de mano del colegio Elements —comenta Brenda, divertida.

—Pero nosotros no lo tenemos tan fácil tampoco. Anoche soñé con la clase de Ciencias. —El cuerpo de Lilith tiembla por sus propias palabras.

—Ni me lo recuerdes —añade Ginger—. Cuando vi lo que hicieron en esa clase, casi me desmayo. Son unos abusadores.

—Y eso que solo era la clase introductoria —habla Talia y bufa frustrada.

—¿Y a ti qué te pasa que tienes esa cara? Tienes unas ojeras horribles.

—Ayer apenas pude pegar ojo, Allie —responde ella media grogui—. Voy a necesitar al menos tres tazas de café para levantarme el ánimo. Bella me está pegando su dormir constante. Ese hámster solo se levanta para comer una vez al día.

—Pumba siempre tiene mucha energía —comenta Chris y miro hacia el suelo.

El pequeño jabalí está sentado en sus patas traseras, moviendo la cola y mirando hacia arriba

—Todavía recuerdo tu cara de susto cuando nació —comento, sonriendo, y él me empuja por el hombro—. ¿Qué? Vamos, Chris. Una hora después seguías con cara de miedo porque no sabías como cuidar una mascota.

—¡No somos mascotas! —protestan Tony y Ginger al unísono. Bella se despierta al instante, Balton, el lobo de Lilith, enseña sus dientes, y Pumba se mueve inquieto.

—Ya sabemos, relájense —digo sonriendo—. Es que su nombre es demasiado largo.

—Llámennos Varázs y ya —propone Tony—. Eso de mascota me hace sentir domesticado.

—Hermano, debo informarte que somos criaturas domesticadas —increpa Ginger, en tono aburrido.

—No me estás ayudando mucho —rebate él, poniendo sus patas en la cintura.

—Eres mi hermano. Se supone que no lo haga —se defienda ella. Sonrío al ver la ternura de ambos cuando pelean.

—Bueno, paren ya —interviene Brenda.

—Buenos días, chicas —interrumpe Austin y besa la mejilla de su chica. Cameron abraza a Talia y ella casi se duerme en sus brazos—. Después de la clase de Defensa, quiero ir a ver ya saben. ¿Alguno se apunta?

—Puede ser divertido —comento—. ¿Tienes algo después de clases? —pregunto y Chris niega con la cabeza.

—Chicos, yo paso esta vez. Estoy muerta de cansancio —añade Talia, entre bostezos.

La clase de Defensa será fuera del colegio. Bordeamos Mary Weathers hasta llegar al jardín trasero. Seguimos caminando hasta encontrarnos con un paraje muy amplio parecido al del colegio Elements, pero este es mucho más pequeño.

—Muy bien, chicos. Soy su profesor de Defensa. Mi nombre es Lazlo y estaré con ustedes hasta finales de este año. Veamos cómo están sus reflejos este año. —Lanza hacia mí una flecha de hielo y la detengo con una cortina de agua caliente—. Muy bien.

Lanza varias flechas al unísono directamente a Talia. Entre ella y Cameron las detienen con un escudo de fuego. El profesor asiente y envía agua caliente hacia uno de los chicos de este colegio. Si no lo quitan del medio, se hubiera quemado.

—Si no es porque hemos tenido entrenamiento extra en el nuestro colegio, hubiéramos terminado como él —susurra Brenda y sonrío por lo bajo.

—Brad les enseñó muy bien —dice el profesor hacia nosotros—. Pero dudo que les haya enseñado esto.

Cierra sus ojos y abre las palmas de sus manos hacia arriba. El agua y rocío de nuestro alrededor se acercó a él en líneas finas. Comenzaron a formarse caballos de agua, que al estar listos, cabalgan hacia nosotros.

Javier y yo los destruimos con cañones y esferas de agua. Brenda los explota con ramas gruesas que surgen desde la tierra. Lilith y Tommy utilizan remolinos de viento caliente, y la pareja de fuego se defiende con una cortina de su elemento calentada cuatro veces.

—¿Cómo hizo eso? —pregunta Brenda, asombrada, hacia el profesor y este sonríe de soslayo.

—¿Alguien sabe lo que es un cold? —pregunta él sacudiendo la palma de sus manos. Todos mis amigos levantan la mano, y del otro colegio solo una chica. Creo que su nombre es Ginny—. Usted. —Señala hacia Brenda—. Responda, por favor.

—Los cold son usuarios de los elementos. Pueden ser identificados por sus ojos grises, y el aumento de poder y fuerza hasta cinco veces. Se les llama así porque su corazón se "congela" por así decirlo.

—¿Algo más?

—Son convertidos a voluntad mediante un ritual o simplemente se llenan de sentimientos tan negativos que se convierten por sí solos —añade Cameron.

—¿Quiénes de ustedes ha luchado contra un cold alguna vez? —Todos mis amigos levantan la mano y el profesor enarca la ceja—. Por lo que veo, el colegio Elements nos lleva ventaja a pesar que hubo una ola de ellos acá en Europa. ¿Alguno ha luchado uno contra uno?

—Allison luchó contra cuatro —responde Tommy y aprieta sus labios al notar su metida de pata. El murmulla comienza al instante y yo cierro los ojos para no aniquilar a mi compañero.

—Entiendo. ¿Quién es Allison? —Doy un paso al frente pero mis piernas son pura gelatina—. Veamos lo que puedes hacer.

Durante media hora estuve luchando en contra del profesor del Defensa. Cabe recalcar que debo tener al menos par de costillas rotas y mañana amanecerán varios cardenales si no me curo. El profesor termina revolcado por el pasto, pero dudo que mi contraataque le haya hecho algún rasguño además del corte en la mejilla.

Mis piernas queman por el esfuerzo, y mi pecho sube y baja velozmente. El sudor recorre mi cuerpo y hago mi mayor esfuerzo para no dejar nuestro colegio en vergüenza, pero el profesor, ¡es jodidamente bueno!

Apoyo las manos en mis rodillas e intento que el aire llegue a mis pulmones casi calcinados por el esfuerzo físico. Si Brad se entera de esto, me mata. Nuestro profesor se acerca y extiende su mano hacia mí. Me levanto con los últimos resquicios de fuerza que me quedan

—Eres Allison McKenzie, ¿verdad? —Asiento adolorida y con dificultad para respirar—. Un placer conocerte finalmente. Mucho de ustedes han escuchado historias de una chica del colegio Elements.

Todos asienten y fijo mis ojos en mis amigos. La pelirroja hace rodar sus ojos y Brenda saca la punta de su lengua hacia mí. Javier sonríe de soslayo y Tommy niega con la cabeza. Lilith me mira con dolor al ver mi cara de sufrimiento. ¿Yo? Yo solo quiero que la tierra me trague y me escupa en la enfermería. El cuerpo entero me duele

—Esa chica, es Allison McKenzie. La que tienen frente a ustedes y me dio una buena pelea. —Palmea mi hombro y hago una mueca de dolor—. Bienvenida al colegio, señorita McKenzie. Puede retirarse.

—Bien hecho —murmura Brenda cuando llego a su lado. Choco los cinco con ella y el puño lateral con Javier sin dejar de agarrar mi torso adolorido.

—No quiero que sean como ella, pero en este tiempo de lucha aprecié varias cosas que son necesarias en chicos de segundo año como ustedes. Fuerza, rapidez, precisión, y sobre todo concentración. Además de eso, voy a enseñarles cómo hacer figuras o animales con sus elementos. No es tan fácil como parece.

—¿Para qué nos serviría eso? —pregunta un chico de viento.

—Si un chico de fuego es atacado con flechas de hielo, puede hacer dos cosas al mismo tiempo. Detener dicho ataque y enviar figuras que corran por el campo en dirección al enemigo.

—No sabía que podíamos hacer eso —murmura Brenda por lo bajo.

—En el segundo semestre deberán aprender la técnica "Multitud". Esta consiste en atacar a diferentes enemigos al mismo tiempo. Elijan una pareja y comencemos.

Intento sonreír, pero solo me sale una mueca un poco chueca por el dolor en mis mejillas. El año pasado Brad utilizó la misma técnica.

—¿Qué dices, McKenzie? ¿Compañeros de nuevo? —pregunta Javier y asiento como puedo.

—Fantástico. Ahora tengo que pedirle ayuda a un chico del otro colegio —protesta Brenda

—¿Cuál es el problema? —pregunta Lilith con curiosidad.

—¿Quién en su sano juicio...?

—Disculpa—Un chico interrumpe a Brenda. Es de ojos color café, cabello negro y piel trigueña—, ¿puedes ser mi pareja?

Mira por encima de su hombro y noto como un grupo de chicos se burlan de él o eso es lo que daban a entender al ver sus sonrisas burlonas y sus manos señalándole.

—¿De verdad? —pregunta mi amiga asombrada. Los ojos color café del chico miran a Brenda muy asustados.

—Brenda es una de las mejores chicas de tierra en nuestro colegio —comenta Talia.

—Me adulas demasiado, pelirroja.

—Si sobreviviste a Vincent durante un año entero, eres una de las mejores, Clark —añade Javier cruzando sus brazos en el pecho.

—Compañero, no estás ayudando mucho —protesta Brenda y niego con la cabeza.

—Pero tiene razón —interviene Lilith—. Brenda es muy buena. ¿Cuál es tu nombre?

Mis cejas se elevan al nacimiento de mi cabello. Nuestra niña de ojos azules está creciendo rápidamente.

—James —responde el muchacho mirando a Lilith, y una sonrisa tímida aparece en sus labios.

—Te compadezco, James —habla Tommy—. Ten mucho cuidado con Brenda y sus raíces. Una vez que te atrapa, no te deja ir.

Todos sonríen y las mejillas del joven se tornan rosadas.

—Mucho gusto, compañero. —Brenda le extiende su mano.

—Si ya eligieron sus parejas, necesito que se dispersen por todo el lugar —interviene el profesor.

—¿Lista para una revancha, McKenzie?

—¿Todavía estás molesto por lo que te hice el año pasado? No es mi culpa que estuvieras más pendiente de Alice que de tu tibia —rebato, enarcando una ceja.

—Eso es caer bajo. Dudo que se vuelva a repetir.

—León —Coloco mi mano en su brazo—, después de eso, nunca más pudiste vencerme.

—Te crees muy lista, ¿verdad?

—Oh, no. Ni hablar. Solo que mejoré bastante —rebato con sorna.

—Comencemos y démosles un buen show a estos muchachos. —Nos alejamos un poco.

—Trátame con cuidado. El profesor Lazlo me dejó destrozada.

—¿Pidiendo clemencia tan rápido? —añade con ironía y resoplo.

—Ya quisieras, León.

Una hora después solo quedamos de pie Javier y yo, Cameron y Talia y por último Lilith y Tommy. Brenda derrumbó a su pareja 10 minutos después de comenzar. La sonrisa de victoria de la asiática nadie se la ha quitado media hora después.

—Muy bien, muchachos. Buen trabajo para todos. Nos vemos en un par de días —anuncia el profesor.

Levanto a Javier del suelo y siento como mis músculos adoloridos hacen un esfuerzo por mantenerme en pie.

—Te dejé ganar —explica él sacudiéndose los pantalones cortos.

—Lo que tú digas. —Nos reunimos con el resto de nuestros amigos—. ¿Estás mejor, Talia?

—Sí. La clase de Defensa me levantó el ánimo. —Mi estómago ruge con fuerza y aprieto los labios por la vergüenza—. Por lo que veo también levantó tu estómago.

—Después de Defensa no tenemos nada —habla Lilith y caminamos en dirección al colegio—. Vamos con Austin a ver... ya saben.

—Primero hay que alimentar el estómago de Allison o mis tímpanos van a reventar por su culpa —reitera Brenda, y Javier me empuja juguetonamente por el brazo.