Punto de vista de Alex.

Por fin había llegado el fin de semana otra vez, pasé toda la semana quedando con los chicos por las tardes y por las noches con Sam, pasaba madrugadas contemplando como dormía bocabajo mientras yo acariciaba su espalda desnuda, eso se había convertido en mi nuevo vicio, pero volviendo a la realidad no quiero perder ese juego ni tampoco lo bueno que tenemos por unos sentimientos que como dije no valen la pena.

Me encontraba en casa de Nicholas jugando a la video consola pues los demás chicos habían salido con sus novias y Sam estaba pasando el fin de semana con sus abuelos, por lo tanto me había quedado sin entretenimiento para el finde.

— Alex, ¿por qué la llevaste a cenar? —pregunta concentrado en el televisor que esta frente a él.

— Pues porque tampoco puede ser todo, todo sexo — respondo igual que él — aún así acabamos igual.

— ¿Te gusta? — vuelve a preguntar y yo pauso el juego.

— No, no me gusta. La lleve a cenar básicamente porque Gia me amenazó de que si le hacía daño me mataría — le miro fijamente— solo me gusta sexualmente, sentimientos no.

— Si le haces daño... ya puedes empezar a correr... porque te buscaré y te mataré — me señaló con su dedo — sé cómo eres en eso del tema amor, y eres un verdadero hijo de puta y puedo llegar a aguantar que le hagas daño a las demás, pero a Sam no. — Así como mi hermana es su mejor amiga, Nick es su mejor amigo. — Así que Alexandro Morgan procura que no se enamore de ti.

— No somos tan tontos como para enamorarnos — bufo y vuelvo a encender el juego — ¿Quien elegiría amor cuando puedes tener sexo sin sentir nada?

— Eso no lo eliges tú bro — suspira — llega cuando menos te lo esperas.

— Bah, a mí eso no me llega — quito importancia.

Volví a casa el mediodía había caído y estaba realmente aburrido, Mamá trabaja, Julia está en su casa y Gia anda de escapada romántica con Taylor, ¿qué hacía yo?

Para matar el tiempo empecé a ver instagram stories.

@Samanthasg vía instagram storie.



Cuando vi esa foto sonreí, amaba verla feliz. Le di a responder historia y escribí un mensaje.

@alexm: Golden Beach es más aburrido sin mí ☺️

@samanthasg: pues si, para que mentir.

@alexm: te encantaría que estuviera ahí.

@samanthasg: ya quisieras Morgan🌝

Entonces La Luz de la bombilla de mi cerebro se ilumina, cojo mi cazadora de cuero negro, pues como dije anteriormente no salgo sin ella y me monto en mi coche camino de Golden Beach, le haría una pequeña visita. Como una vez vine con mamá a recoger a Gia sé dónde quedaba la casa de los abuelos.

Llegue casi de noche, perfecto, la excusa perfecta para pasar una noche más observándola mientras duerme. Cuando llego a aquella enorme casa de fachada blanca decorada con enredaderas verdes me doy cuenta que todas las luces están apagadas y no sé dónde queda el cuarto de Sam, pero como me considero una persona bastante lista decido llamarla al teléfono y enseguida La Luz del balcón de arriba se prende, Perfecto ahí está.

— ¿Alex? — dice ella al teléfono. Comienzo a trepar por los tubos que hay en la pared hasta llegar a su balcón donde pasando por encima de la barandilla estoy a solamente una ventana de ella y su boca. — ¿Alex?— vuelve a decir al teléfono.

— hola princesa, ¿te importaría abrir la ventana? — ella suspira.

— ¿por qué? Pueden entrar insectos y un momento, ¿cómo sabes que tengo la ventana cerrada? — golpeo dos veces y al que va a ser el tercer golpe ella abre y me ve. — ¿qué haces aquí? — dice alegre sonriendo al verme. Gracias por tanto, no te merezco en absoluto.

— tenía ganas de verte — digo acercándome a ella rodeando mis brazos en su cintura acariciandole. Retrocedemos unos cuantos pasos hacia detrás de ella y caemos a la cama yo justo encima suya. — ¿Estás sola?

— Sí, mis abuelos fueron a no sé qué y volverán tarde. — dice mirándome a los ojos y sonriéndome.

— En ese caso — agarré sus rostro entre mis dos manos y la besé de nuevo, aumenté la intensidad a la misma vez que ella rodeaba sus brazos alrededor de mi cuello y gime un poco. Paso la mano por debajo de su camiseta y la quito pasándola por encima de su cabeza hago lo mismo con sus pantalones y ella quita mi camiseta.

Con una rodilla le separo las piernas y le acaricio con los dedos, me pregunto si habrá alguien más con quien haga esto a parte de mi. Esos pensamientos me desconcentran y decidí olvidarlos.

— ¿Por qué siempre que te toco estás así de mojada? — ella no responde simplemente se estremece con el roce de mis dedos en ella.

Dejando la mano en el mismo lugar que antes me acerco a su boca y la beso despacio, jugando con nuestras lenguas a la vez que la vuelvo a acariciar suavemente, ella intenta gemir pero la callo con un beso, viajo de la boca al cuello y dejo una marca en la clavícula, me abraza intentando sentirme más cerca.

— shhh — me separo un poco — esta vez será despacio. Y menos monótono.

Me quito los pantalones y los bóxers y cojo el condón del bolsillo de mi pantalón, noto el roce del plástico en mi piel y ella se estremece. Un segundo después intento entrar, cierro los ojos y apoyo la cabeza en su hombro respirando en su cuello y la oigo jadear, vuelvo a entrar un poco, de verdad quiero que esta vez realmente lo disfrute y no sea como siempre a lo ligero del típico calentón, quiero ser bueno por una vez.

— ¡Joder! — gimo cuando acaricia mi espalda y siento como absolutamente toda mi piel se eriza. Vuelvo a besarla, en los labios, en la nariz en el cuello y en la mejilla. La oigo gemir de nuevo mientras se aferra a mis brazos y siento su lengua pasar por mi cuello. Ahora quien vuelve a gemir soy yo. — Eres increíble.

Empujo un poco más las caderas contra las suyas y ambos gemimos, abro los ojos y la miro, puedo ver un brillo en sus ojos que me encantan.

Cierro la mandíbula para concentrarme y siento como mis músculos se contraen y relajan cada segundo. Le acaricio la mejilla con los dedos antes de besarla y vuelvo a enterrar mi cara en su cuello. Su respiración se acelera caliente y salvaje contra mi piel, vuelve a estremecerse y esta vez, gime mi nombre. Entro y vuelvo a salir de ella despacio haciendo que disfrute cada segundo, muerde el lóbulo de mi oreja y a mi personalmente me vuelve loco. Sus labios llegan hasta mi cuello y sus dedos se enredan en mi pelo.

— Voy a... — digo, esta vez quien lo avisa soy yo. Ella asiente y me besa, muerde el cuello y fijo la mirada en ella mientras termino y ella hace lo mismo. Me tenso un poco y caigo desplomado a su lado.

(..)

Me encontraba a su lado, en su cama ella bocabajo totalmente desnuda y yo acariciando su espalda. Cada lunar de su piel era la mejor constelación que yo podía observar.

— ¿A qué edad lo hiciste por primera vez? — pregunta mientras yo dirijo mi mirada hacia el techo y bufo para responder.

— En décimo grado — respondo — con quince. ¿Y tú?

— En noveno grado — dice mirándome con su cabeza apoyada sobre la almohada — con catorce.

— ¿fue con Brandon? — se tensa un poco al oír su nombre.

— Si.

— Yo fui con Grace. Una noche de botellón, Nicholas me dijo que al final no ibas a ir a esa fiesta que preferías quedarte en casa con Brandon y yo que estaba loco por ti me enojé, bebí y acabé en la cama de Grace — ella levanta la cabeza.

— ¿Estabas Loco por mí en secundaria? — ríe. — yo en secundaria era muy estupida.

— por eso me gustabas — la miro — cuando me miras yo sentía que no necesitaba nada.

Tal como sigo sintiendo ahora. Ella rodea con su brazo mi cintura y apoyó su cabeza sobre mi pecho mientras yo sigo acariciando su espalda, podría quedarme así siempre y jamás me cansaría.