Prólogo:
Todos eligen su propio camino, pero a veces ese camino puede ser el incorrecto, sin embargo, las personas lo siguen hasta el final.
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Hola a todos, soy Hyodou Issei
La mayoría ya me conocerá, pero... ¡les contaré mi propia historia!.
Así que vayan a sentarse, busquen un refrigerio y presten mucha atención, esto será un poco largo.
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A la afueras de la cuidad de Kuoh, se podía ver a cierto individuo caminando tranquilamente por la carretera.
Era un hombre alto con largo cabello morado hasta la cintura con una complexión musculosa y una cara tranquila. Lleva una capa con capucha y vendas alrededor de las muñecas y piernas. No lleva zapatos. Lleva un cinturón de hebilla alrededor de su cintura y una pequeña bolsa lateral, que usa para llevar sus artículos.
El hombre entró a la cuidad, suspiro y luego desapareció en destello de velocidad.
Él estaba corriendo a una velocidad increíble, que dejaría en ridículo a los carros.
Al llegar al centro comenzó a saltar entre los edificios, sin que la gente lo notara.
Luego aumento el ritmo y llegó a lo que era un parque.
Aterrizó sin hacer ningún ruido, comenzó ver a los lados y no ve a nadie ni siente la presencia de nadie.
Camino un poco y llegó a una fuente.
—Ha pasado tiempo... todo comenzó aquí —murmuró acercándose a la fuente.
Al llegar se sentó y miró su reflejo del agua, había cambiado mucho. Tiene el cabello largo y de color morado. Sus ojos ya no eran marrón claro, ahora eran rojos.
Estuvo tranquilamente viendo su reflejo, recomendando todas las aventuras que tuvo. Una sonría nostálgica apareció en su rostro, como extrañaba esos tiempos.
Habiendo recordado sus aventuras, pasaron unos 10 minutos.
Se levantó y ya se preparaba para irse, hasta que...
Una barrera se colocó y en la aire, al rededor de él, aparecieron varios círculos mágicos.
El hombre solo pudo suspirar.
—Demonios, Ángeles caídos y Ángeles, por el momento no han enviendo a de las otras facciones... tendré que hablar está vez, ojalá y me escuchen —dijo mientras de los círculos salían soldados con diferentes alas, unos con alas de murciélagos, con alas de Ángel y otros con Ángel pero negras.
Los soldados tenían entre espadas y lanzas, llevaban una buena armadura cada uno de ellos.
Todos defendieron, y uno de ellos salió al frente, claramente era el líder.
El encapuchado se cruzó de brazos y lo miro directo a los ojos, poniendo nervioso al líder, pero no lo demostró sus a sus camaradas, si lo hubiera hecho, todos estarían nerviosos.
—Por órdenes de los líderes de las tres facciones, queda bajo arresto, Hyodou Issei —declaró el soldado y sus camaradas tomaron posición de ataque.
El hombre ahora recocido como Issei, no movió ni un solo músculo y solo dijo.
—Hmmmm, tardaron bastante... pensé que iban aparecer de inmediato cuando entre en Kuoh.
Ante esa comentario, los soldados se molestaron pero no hicieron nada y no dijeron nada.
—Usted supo ocultar muy bien su presencia —pronuncio el líder.
—Oh, bueno, tuve tiempo de hacer varios preparativos en el momento que decidí regresar a Kuoh... en todo caso, les diré lo siguiente —los ve a todos detenidamente, poniéndolos nerviosos—. Vayanse... ningún de los presentes tiene la voluntad de luchar y de morir, por lo menos, les estoy dando la oportunidad de irse.
Cada uno al escuchar esas palabras se sentían frutados, era la verdad, no tenían ganas de pelear contra él y mucho menos querían morir.
Sin embargo, no iban a retirarse, tenían órdenes, y no solo eso, tenían un plan.
—¡No!, ¡Tenemos órdenes!, Usted vendrá con nosotros —dijo el líder que comenzó emanar su aura demoníaca.
El resto lo imitaron, los Ángeles y caídos envolvieron sus armas en sus auras sagradas.
—*Suspiro* Bien, si así lo quieren, está bien... Se perfectamente que no vienen con intenciones de matarme así que solo lo noqueare —declaro Issei mientras una aura blanca lo rodeaba.
Molestia y miedo tenían los soldados. Molestia porque no los tomaba en serio y miedo por la abrumadora aura que emitía Issei.
Los soldados estaban divididos en 5. 5 demonios, Ángeles y caídos. Los caídos fueron los primeros en llegar, los 3 de los 5 tenían lanzas y se aproximaron a gran velocidad, estaban apuntando al pecho, hombro derecho y abdomen.
Pensaron por unos segundos que lo iban a lograr, solo escasos segundos fueron suficientes para ilusionarlos, eso fue hasta que vieron que el ex-castaño esquivo el ataque.
Lo que dejó pasmados a los 3 Ángeles caídos, es que Issei se había inclinado hacia atrás, pero lo más sorprendente es que estaba todo el torso hasta las rodillas. Issei aún estaba de brazos cruzados sin mirar a los Ángeles caídos que estaban incrédulos.
—Buena sincronización, les daré puntos por saber sincronizarse y apuntar a lugares no dañinos.
Los 3 registro despertaron de su asombro y iban atacar, pero giro aún lado esquivando varias lanzas de luz, esas veían por partes de los Ángeles.
Y con una maniobra de pies, se enderezó y esquivó varias huelgas de los Demonios y los restantes ángeles caídos.
Issei esquivaba fácilmente cada huelga, no es que fueran malos, es que simplemente les faltaba velocidad y precisión.
Uno le llegó por atrás y lanzó una huelga verticalmente, pero Issei se volteó y le atrapó la muñeca.
Luego uno de los demonios lo atacó al lado, pero el ex-castaño con un simple dedo bloqueo la hoja, dejando incrédulo a él y los otros.
—No lo hacen nada mal, pero les falta mucho entrenamiento.
Al decir eso soltó la muñeca del ángel y al mismo tiempo impulso al demonio hacia atrás.
—¡Aaaaahhhhhh!.
Fue el grito de dolor del ángel mientras sostenía su mano derecha que estaba... ¡¿dislocada?!.
—¿¡Qué!? —exclamaron todos.
La razón de la sorpresa no era que la mano estaba dislocada, sino que la manera que lo hizo, de una manera tan fácil que pareciera una broma.
Incluso el ángel que tiene la mano dislocada no se le creía, ya que no sintió cuando lo hizo, solo le atrapó la mano, claro, aplicó fuerza pero no en el punto de dislocar.
Todos tomaron distancia y se pusieron en alerta máxima.
—Lo siento... mi Sensei me entrenó tan bien que ahora tengo el mal hábito de dislocar muñecas —dijo Issei simplemente mientras movía de lado a lado su mano derecha.
Cabe resaltar que estaban incrédulos de la simplicidad por como lo dijo y de la manera tan fácil que lo hizo.
—Siento decirles que los pondré a dormir de una buena vez —les avisa poniéndolos en alerta máxima—. Oh, no se preocupen, no los voy a matar —dice mientras levanta las manos.
Ese movimiento asustó a los soldados.
Los 2 demonios que estaban al frente sintieron un enorme dolor en su abdomen, al bajar la mirada ven la palma de una mano enterrada, entonces se percatan de que Issei estaba al medio de ambos, y que los había golpeado con las palmas de sus manos.
No hace falta decir que los soldados estaban petrificados, nunca lo vieron moverse, se movió en un segundo.
Los 2 demonios colapsaron mientras escupían sangre.
—Uh, no se preocupen —dice viendo al resto de los soldados que estaban temblando de miedo—. No están muertos, solo tienen todas sus costillas rotas... de hecho, creo que debí contenerme un poco más —comentó un poco molesto con sigo mismo por no controlar su fuerza mientras veía a los 2 demonios inconscientes.
Esas palabras dejaron helados a los soldados y antes de que pudieran hacer algo.
Issei apareció detrás de los otros Ángeles, y rápidamente dio un golpe a las nuca de los 2, dejándolos fuera de juego y luego giró y le dio una patada al tercer ángel en la nuca también.
Los Demonios y Ángeles caídos se prepararon a lanzar sus respectivos ataques, pero...
Issei despareció en destello de velocidad, y en cámara lenta, golpeo a todos en la nuca con solo dos dedos.
Todos cayeron inconscientes.
—Me hubiera gustado calentar más, pero con esto será suficiente... Ahora, solo falta destruir está barrera —dice viendo el límite de barrera.
En ese ese momento, una gran cantidad de aura sagrada empezó a ser emanada de todo el cuerpo de Issei.
Luego preparó su postura de combate y lanzó un puñetazo, al hacerlo, una gran cantidad de aura sagrada impactó en límite de la barrera y se quebró de inmediato.
La barrera al recibir tal daño se destruyo y lo único que quedo fue partículas de luz.
—Creo que mi hermanita estará muy molesta —murmuró viendo el silencio negro el cual era iluminado por la Luna y una cuantas estrellas.
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Soy de Japón, nací en la cuidad de Kuoh.
Tengo 2 hermanos, uno es mi hermano mayor, me llevaba 4 años.
Él era... bueno y malo... digo esto porque cuando era pequeño me molestaba, pero supongo que los hermanos mayores siempre molestan a los menores. Cuando entró a la Universidad, cambio bastante y... debo decirlo, me sorprendió el cambio. Después de que se graduara, se fue a Tokio donde consiguió un buen trabajo en una empresa de informática.
Todo bien por ahí.
La siguiente es mi hermana menor. Yo le llevaba 2 años. ¿Qué puedo decir de ella?... era tan dulce, linda, se preocupaba mucho por mí, y por extraño que parezca me admiraba.
Se que suena muy sospechoso, pero... en verdad lo hacía, eso me hacia muy feliz.
Ah, que despistado, se me olvidó nombrarlos, mi error.
Mi hermano se llamaba Tanaka Hyodou y mi hermanita Miyuki Hyodou.
En lo personal no tengo quejas como tal de ellos.
Sobre mis padres... ellos eran completamente normales, aunque no tenían muchas esperanzas conmigo, me consideraban una causa perdida... tenían sus razones, las cuales eran la siguientes.
Era un Otaku, en mi infancia y adolescencia me la pasé jugando juegos en línea, leía mangas de diferentes géneros, me refiero a de peleas, de misterio, fantasía, de miedo y entre otros increíbles mangas. También leía las novelas ligeras, realmente tenía bastante paciencia para leer, leía entre 300 páginas a 500, a veces leía novelas en línea que eran de 1000 páginas, obviamente me tomaba mi tiempo al leer. Las que me llamaban la atención las leía más seguido y las otras las leía por unas horas nada más, obviamente me gustaban pero no le dedicaba tanto tiempo como a mis favoritas.
Sobre los juegos en línea, no era el mejor pero tampoco el peor, me esforzaba en comprender cómo tenía que hacer para jugarlo y ganar, dependiendo del tipo de juego, obviamente.
Por eso mis viejos tenían pocas esparzas en mí.
Sin embargo, se tranquilizaron un poco cuando mostré interés en las artes marciales.
Me interese en el mundo de las artes marciales al a ver mucho mangas y películas de pelea.
No obstante, no se podía comparar la realidad con la ficción, y lo aprendí a la mala.
Practique varios estilos y cada dojo de arte marcial, recibía palizas, técnicamente me utilizaban como saco de boxeo mis compañeros... solo cuando el Sensei estaba presente me respetaban...
Llegué a entender por eso que la realidad era más dura, sin embargo, no me di por vencido.
Dejando por un momento a mi familia y mi sueño en el mundo de las artes marciales, en mi camino, no tuve muchos amigos, de hecho, solo tuve 2, hasta que entré a la Academia.
Mis fieles amigos, eran 2, llamados Matsuda y Motohama. Ellos... era peculiares... se podía decir... era muy pervertidos. El que tenía el cabello negro y anteojos, daba la impresión de ser alguien listo y lo era... pero no solo eso, tenía una habilidad extraña en sus lentes que podían ver la talla exacta de las chicas, eso era sorprendente para mí.
El otro era calvo, más o menos... era un atleta, pero dejo el atletismo y se dedicó a la fotografía, y con dedico, me refiero a que se cambió al club de fotografía, no hay que ser un genio para saber porque se cambió.
A pesar de todo, eran buenos amigos.
Regresando a mi sueño.
En mi camino de aprender artes marciales, comprendí que se necesitaba más que talento, se necesitaba determinación y una fuerte voluntad, y eso lo tenía... pero había algo que me faltaba y era representado por una pregunta o varias... ¿por qué quiero aprender artes marciales?... yo me respondía que era para aprender a pelear... sin embargo, eso llevaba a otra pregunta... ¿por qué quieres pelear?.
Fue ahí donde me estanque.
¿Por qué debería buscar poder?... ¿para qué aprender artes marciales?... las artes marciales son para proteger, son también para la auto-defensa... entonces... me quedé sin respuestas.
Eso creí... hasta que pasó algo que me hizo buscar la fuerza.
En un día fuimos a la playa, yo acompañe a mi hermana, no era porque no sabía defenderse, ella podía incluso si fuera una niña, pero era mi deber, nuestro hermano mayor estaba ocupado con unas tareas y por eso decidí hacerlo yo.
Todo parecía tranquilo, hasta que mi hermana chocó con un joven atleta.
Era más alto que nosotros, tenía una condición muscular bastante definida, podría decir que se trata de un joven soldado y ¿cómo es que se esto?... ser Otaku tiene sus ventajas... he aprendido a leer otras cosas aparte de novelas ligeras y mangas.
En fin, él estaba acompañado de otros sujetos, y parecían que se estaban burlándo de nosotros... instintivamente me paré en frente de mi hermana.
La defendí de ellos, sabía que esto no iba a terminar bien.
En frente el que parecía ser el líder, por así decirlo, era de piel morena y tenía un corte militar, creo que era soldado, daba esa impresión.
Como sea, me enfrente a él. Estoy seguro que todos pensaran que me dio una paliza, ¿verdad?... pues no, yo lo derrote de un golpe en las costillas.
Cuando entrenaba, recibía palizas, sin embargo, los Sensei tenían paciencia conmigo y me enseñaron algunas técnicas que me podrían servir y movimientos para esquivar y contra atacar. Practique mucho en mi habitación y cuando terminaban las clases. Tenía que buscar la manera de que lo que me ensañaron, pudiera hacerlo bien y en el momento adecuado.
¡Y el resultado fue completamente exitoso!.
Antes de que si quiera lo dejara levantarse, tome de la mano a mi hermana y nos fuimos.
Pude derribar al líder, pero eso fue por me subestimó.
Luego de unos días, después de eso, un hombre que era... el Capitán de defensa nacional, nos busco y se disculpó con nosotros, eso obviamente nos sorprendió.
Al parecer, cuando se enteró que uno de sus subordinados hizo tal acto, lo reprendió.
Y el soldado se disculpó con mí hermana y conmigo... creo que no era tan malo.
Eso pasó en cuando estuvimos en vacaciones.
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Al entrar a la Academia, sigue buscando la manera de volverme fuerte, los clubes eran insuficientes.
Incluso, los Sensei no sabían cómo enseñarme, de hecho, mi maestro de karate me dijo lo siguiente:
—No te puedo enseñar más, Hyodou-kun.
Naturalmente le pregunté “¿por qué?”.
—Como maestro de artes marciales, uno busca la manera de que los discípulos aprendan de nosotros, pero... también buscamos sacar el potencial del discípulo... yo en éste caso no sé cómo sacar tu potencial... puedo ver que tienes talento para esto pero no soy el adecuado para sacar a relucir tu potencial.
En parte lo entendía y me sorprende que me dijera que tenía talento para esto.
—Haya afuera hay muchos maestros de artes marciales extremadamente fuertes y que pueden sacar el potencial de un discípulo... solo necesitas buscar el adecuado y así, te volverás más fuerte.
La verdad se ha dicho, al final me fui del club de Karate.
Una semana me estuve sin entrenar.
Pero sucedió algo, un evento que yo llamaría el destino.
Ya era viernes y salí tarde de clases, ya eran las 6, estaba haciendo algunas cosas con mis amigos y por salí tarde.
Lo curioso es que me estaban siguiendo unos delincuentes... desde hace tiempo me andan acechando pero nunca se atrevieron a hacer algo.
Creo que era porque era acompañado de mi hermana y sus amigas... si, debe de ser eso.
En todo caso, me seguían, eran unos 6 y llevaban el uniforme de otras escuelas.
Al cabo de unos minutos, apresurando el paso, ellos me rodearon.
No entendía porque estaban haciendo eso, si nunca los había visto.
Como sea, no es como si ellos fueran a decirme sus instalaciones, parece que solo quieren pelear, eso es lo que siento.
No importa, puedo con ellos.... eso fue lo que me dije hasta que vi que estaban sacando unos tubos de metal y cadenas... joder, hasta aquí llegue.
La pelea fue muy difícil, pude dejar a 2 fuera de combate pero a los minutos se levantaron y entre todos me acorralaron.
No podía defenderme, cada vez que trataba de pararme o de agarrar a uno de ellos, me golpeaban con los tubos o cadenas.
Vaya que dolía, era el infierno.
Pensé que me dejarían con uno o 2 huesos rotos, eso fue hasta que...
—Oigan, ¿no es un poco injusto lo que están haciendo?... dejen en paz al pobre chico, no ven que si siguen así, podrían traer graves consecuencias.
La voz masculina de alguien se escucho detrás de los delincuentes, el tono fue calmado y suave.
Al escuchar eso, todos volteamos y vimos a un señor, un hombre de estatura superior a la media y cabello negro desordenado. trae puesto un hakama. Tiene un físico relativamente pequeño, parece ser muy delgado. También tiene un bigote pequeño y bien arreglado. Sus pupilas son opacas y casi incoloras de sus ojos.
Realmente me sorprendió, no hay muchos que utilicen un hakama. Deje eso de lado, ese no es el problema ahora.
—Pierdase anciano.
Fue lo que dijo uno de los delincuentes sin una pizca de educación.
La verdad estaba sorprendido, ese señor... se ve muy tranquilo, como si no fuera del otro mundo lo que me están haciendo... Debe de ser mi imaginación, pero, veo una aura blanca rodeándolo.
Los delincuentes me dejaron y se acercaron al hombre del hakama.
Pensé en lo peor, en serio, pero... cuando uno de ellos se precipitó para golpear al señor con el tubo, él simplemente lo detuvo con su mano.
El delincuente se sorprendió junto con los demás, y cuando trato de recuperar el tubo, no podía. Trató de jalar con más fuerza pero nada y el señor estaba tranquilo, sin mostrar señales de hacer fuerza.
Él sonrió y dijo.
—Creo que necesitan un poco de educación...
Al decir eso... lo siguiente que vi fue lo más increíble que vi... la palabra “paliza” queda corta para lo que vi.
Luego de eso me desmaye.
Desperté en lo que parecía ser una habitación de hospital, pero... se veía algo antigua, me quedé observando la habitación por rato, hasta que apareció el señor que me salvó.
Me pregunto cómo estaba y se sentía algo anormal en mi cuerpo.
Yo le respondí que estaba perfectamente.
A lo que él me preguntó, porqué esos delincuentes me golpearon. Yo le di mi hipótesis de que era porque acompañaba a mi hermana y sus amigas, seguramente eran celos.
Él se quedó mirando por un momento y me pregunto si me había tratado de defender. Obviamente le respondí que sí, y que sabía algo de artes marciales pero no fue lo suficientemente como para lograr defenderme correctamente.
Después de ahí, hablamos un montón de cosas y me propuso que si necesitaba aprender a defenderme, podría aprender en dojo que estaba cerca de su clínica de fisioterapia (la cuál estoy actualmente y él fue el que me atendió), le di las gracias y me fui.
Pensándolo detenidamente, fue una decisión que nunca me voy arrepentir...
A la semana fui a ese dojo, tarde una semana en decirme porque lo estaba pensando cuidadosamente... en todo, no es que mis padres y mi hermano mayor se preocupen de lo que haga, así que no importaba lo que ellos me dijeron, de hecho, no me dijeron nada, solo que tenía tratar de no llegar tan tarde, ese fue en el caso de mis padres y mi hermano solo me deseó suerte.
Bueno, al final fui y cabe resaltar que me sorprendí por varías cosas: Primero fue lo pesada de las puertas. Segundo, los maestros que habían. Tercero, la personalidad de los maestros.... eran bastante peculiares. Cuarto, los infernales entrenamientos.
Les contaré un poco sobre el dojo y los maestros.
Prácticamente, son los mejores maestros de artes marciales y me aceptaron como su tercer discípulo.
Según entendí, han habido dos. Uno lo expulsaron por razones que no me querían decir y el otro terminó su entrenamiento hace años, de hecho, él ya es un maestro.
Al saber eso me hace creer que son más viejos de lo que aparentan.
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Mis entrenamientos comenzaron con JuJitsu y el que me estaba entrenando era el maestro Akisame... lo que diré es que... ¡me trató como a un caballo!.
Lo principio fue correr por varías calles, mientras lo arrastraba. La cosa era que yo estaba amarrado de la cintura por una cuerda, y esa cuerda estaba amarrada a un caucho, el cual eran donde Akisame-sensei estaba sentado y para rematar, ¡no podía quejarme ya que él tenía un látigo!.
Fue terrible, me sentí como perro atropellado.
No diré por ahora como fue el resto de mis entrenamientos, en serio, fue horrible.
Como sea, mi entrenamiento infernal (muy pronto iba a conocer lo que es el verdadero infierno) comenzó y llevaba una semana.
En esa semana, mi hermana, consiguió una nueva amiga, la cuál dijo que me estuvo observando en secreto por un tiempo.
Sinceramente, no me daba buena espina, sentía algo oscuro en ella.
Ella era hermosa, no lo voy a negar y tenía un sonrisa inocente, pero... en sus ojos, vi lo que parecía ser, maldad.
Estoy seguro que pude a ver alucinado porque es sospechoso que una chica quiera salir conmigo pero... era joven y bueno, aproveché la oportunidad.
Total no tenía novia, así que no importaba.
Ese día, jamás olvidaría el nombre de Yuuma Amano.
La chica que me metió en el mundo sobrenatural.
Continuará....
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