Capítulo 19.-
Capítulo MUY largo y algo triste.
Quedan advertidos.
Jimin sólo había estado de pie en ese lugar una vez en su vida y no era algo que, precisamente, desease recordar.
Había pasado un año desde aquella noche, la noche en la que había decidido acabar con todo lo que consideraba malo, llevándose su vida en el proceso. Un año desde aquel paralizante miedo que había sentido mientras colgaba en el vacío, con los gritos de desesperación de Taehyung recordándole que había terminado por arrastrar a alguien totalmente ajeno en aquella desastrosa situación... Jimin podía revivir todo eso en su cabeza con una facilidad que le resultaba aberrante.
Sí tan sólo pudiese olvidar...
Jimin no dudaba de que sí tan sólo pudiese borrar años de malos tratos en un hogar roto y homofóbico, sí fuese capaz de darle la espalda a todos los insultos y maldiciones que su madre le repitió por años o de tirar al olvido las incontables veces en las que tuvo que esconder las heridas en sus brazos de los ojos de Yoongi... sí todo eso desapareciese, él podría sentirse en paz consigo mismo.
Sin embargo, la vida no funcionaba de esa forma, no se podía cerrar los ojos y esperar que todo lo malo desapareciese, aquello era una espera irreal. Con el pasar del tiempo, Jimin había aprendido ello. Tal vez haberlo comprendido era la razón por la que ahora podía decir en voz alta que era feliz, durmiendo cada noche junto al cuerpo que había anhelado desde su adolescencia, dejando de sentir miedo por ser quién era con libertad.
Fuese o no la razón, Jimin sentía que debía devolver algo de lo que le habían dado aquella noche: una nueva oportunidad.
.- Estúpido frío – susurró apretando contra su cuerpo la tela de su grueso abrigo.
El cielo sobre su cabeza mostraba unas cuantas estrellas que salpicaban el negro manto mientras que, poco más allá las potentes luces de Seúl rompían con la imagen apacible de esa noche. No era una noche muy distinta a la de un año atrás, una fecha que no recordaba con precisión, pero que por irónico que fuese, no podía olvidar.
¿Qué había pasado por su cabeza esa noche? ¿Qué lo había llevado a decidirse?
Jimin no recordaba eso.
¿Había sido por una discusión más con su madre? ¿Alguno de sus golpes o insultos había terminado por rebosar la copa del dolor que era capaz de soportar? Resultaba curioso cómo, aunque tenía vividos recuerdos de lo que había pasado aquella noche en ese lugar, su mente no le dejaba traer de regreso los motivos por los que, precisamente, llego hasta ese puente, dispuesto a saltar a las aguas negras del río Han.
Lo único que era capaz de mantener vivo en su memoria, más allá del miedo y la desesperación cuando su cuerpo ya colgaba de la barandilla; era el recuerdo de las lágrimas de Yoongi mojando su hombro cuando su hyung lo tomó en brazos, rogándole que nunca más volvieses a pensar en hacer algo como eso. Jimin le había fallado a Yoongi aquella noche y esa era una culpa con la que tenía que vivir.
Te fallaste a ti mismo...
Aquel era un pensamiento recurrente, una acusación que solía repetirse cuando se miraba al espejo en aquellos días en los que las ganas de levantarse de la cama eran pocas o que la idea de tener que sonreír le resultaba cansada. Jimin sabía que había decepcionado a Yoongi, que a su madre no le había importado en absoluto... pero no podía decidirse sí se había fallado a sí mismo al haberlo intentado o al no haberlo conseguido, fracasando incluso en eso.
¿Sobrevivir había sido una oportunidad o un castigo?
Con el paso de los meses, con los cambios que aplicó a su vida poco a poco y con la mano de Yoongi entrelazándose con la suya a medida que comenzaban a nivelar sus caminos, a Jimin le resultó imposible no aferrarse a la idea de que era una oportunidad, una nueva oportunidad. Una que no podía tirar a la basura, aunque hubiese días en que sintiese que no podía hacerlo más.
.- ¿Jimin? – la voz de Taehyung le distrajo de sus pensamientos, consiguiendo que baje la mirada del manto negro que era el cielo para fijarse en él - ¿Qué... qué haces aquí?
Taehyung no se movió, de pie a unos metros de él mientras le observaba con sorpresa y preocupación. Aquello, sin embargo, pasó desapercibido para Jimin. No pudo evitar pensar en que su amigo lucía pequeño y frágil cubierto de una gruesa chamarra café y con su cabello revuelto por el viento nocturno que traía consigo la corriente del río bajo ellos. Sus ojos eran enmarcados por profundas y oscuras ojeras, así como su piel se veía más pálida de lo normal.
Lucía enfermo, cansado e incluso, podía decir, derrotado.
El silencio se extendió por largos minutos, sin que ninguno de los dos supiese exactamente qué decir, tan sólo mirándose con preocupación que el otro no parecía entender. Jimin pensando en lo quebradizo del gesto de Taehyung, mientras que éste no podía dejar de preguntarse qué hacía Jimin ahí. ¿Había ido allí buscándolo? No tendría por qué, no sabía que Taehyung pasaba ahí sus noches, pero entonces... a qué venía.
.- ¿H-ha pasado algo? – habló Taehyung, rompiendo con la atmósfera incómoda que habían creado - ¿Con tu hyung o... por qué estás aquí?
Oh, él piensa que yo... Jimin ahogó el suspiro, tratando de ofrecerle una sonrisa tranquilizadora a Taehyung mientras acortaba la distancia entre los dos. El aliento caliente del menor golpeó su rostro cuando lo tuvo enfrente, justo antes de tomarlo en abrazo suave que tan sólo podía asemejarse al que, aquella noche un año atrás, Taehyung le había dado tras salvar su vida.
.- ¿No debo ser yo quien pregunte eso? – fue lo que dijo, sin querer soltar al menor – De todos los lugares en los que pensé encontrarte, este era el último en mi lista... pero no sé por qué, no me siento sorprendido por ello.
Taehyung ahogó un jadeo de sorpresa, sus manos aferrándose de manera inconsciente al abrigo de Jimin. Durante las últimas semanas había aumentado las horas que pasaba sentado en el puente, ahogado con las preguntas de dónde estaba Jungkook y por qué había huido lejos de él. Se había revolcado en sus propios pensamientos, los cuales cada vez eran más y más oscuros, cada vez más peligrosos.
No había sabido que necesitaba ese abrazo hasta ese momento.
¿Eso era lo que su hermano había necesitado y nadie le dio? ¿Era aquello lo que no pudo darle a Hoseok para así poder salvarlo? Un sollozo se atragantó en su garganta de sólo preguntarse aquellas cosas, no quería pensar en su hermano ni en Hoseok. No quería volver a pensar en las personas que lo habían abandonado a la deriva, sin preocuparse si él necesitaba de alguien que le tendiese o no la mano. Quienes le abandonaron poniendo sobre sus hombros cargas que no le correspondían, que no quería.
Taehyung no quería volver a pensar, recordar ni querer.
.- ¿C-cómo sabías que...? – los sollozos matan el resto de las palabras, sintiendo todo su cuerpo temblar en el abrazo de Jimin.
.- No interesa, Tae – respondió tratando de mantener la calma, de no ahogarse él mismo en sollozos de sólo ver como el menor se quebraba de esa forma – Necesitaba saber que estabas bien, después del otro día dejaste contestar mis mensajes y según tus otros amigos, no has ido a clase desde entonces, yo sólo...
Quiso decirle que había sentido miedo, pero guardó silencio.
Conocía las señales que Taehyung había estado enviando por semanas, la imagen deplorable y cada vez más descuidada, el desánimo en sus palabras y en sus acciones, la ausencia emocional y el resto de señales que tanto él como los otros amigos de Taehyung había notado. La desaparición repentina lo único que hizo fue confirmar lo que Jimin ya sospechaba.
Porque él mismo tenía aquellas señales y sabía, por lo mismo, que diciéndole a Taehyung que había temido por él no conseguiría mucho más que hacerlo sentir culpable por su propia tristeza. Lo que menos necesitaba el menor era sentir que estaba mal sentirse como lo hacía; Jimin sabía por experiencia que palabras así lo único que hacían era hundir la daga más y más profundo.
.- He traído un pastel que ayer cociné con ayuda de hyung – trató de sonar firme para así desviar los pensamientos de los dos hacia algo más ligero – No soy el mejor cocinero, pero creo que es comestible. ¿Qué dices? ¿Quieres?
Taehyung asintió mudo, sintiéndose ligeramente perdido cuando los brazos de Jimin se alejaron de su cuerpo y le dejaron expuesto al frío de la noche, al sonido del agua corriendo río abajo y a la innegable verdad de que cada vez se sentía más y más perdido. Sin embargo, los dedos del mayor jalándolo por la muñeca evitaron que siguiera el camino de aquellos pensamientos, fijándose, por el contrario, en la banca junto a uno de los teléfonos de la línea de ayuda.
.- Es un pastel de tres chocolates...
Taehyung tragó grueso porque aquella oración trajo de regreso recuerdos de cuando era tan sólo un adolescente y su hermano mayor cocinaba para él en aquellas noches en las que sus padres salían. Jin siempre había sido un cocinero estupendo y su mayor fuerte eran los postres, a los que les dedicaba largas horas de preparación, siempre cuidadoso de los detalles y la precisión de los ingredientes.
El pastel de tres chocolates era su favorito porque era el favorito de su hermano.
.- Es la primera vez que intentó cocinar algo, no seas tan duro conmigo por ello, al principio confundía la harina con el polvo para hornear – le explicó Jimin mientras ambos se sentaban lado a lado sobre la banca, las manos pequeñas del mayor sacando de su mochila un pequeño recipiente junto a dos cucharas – No entiendo lo de los tres chocolates, pero hyung realmente me dijo que era rico... es una receta que le pasó un amigo, así que no confío mucho.
Jimin dejó escapar una risa suave ante sus propias palabras. La tarde anterior, él y Yoongi había terminado llenos de harina en el cabello y las ropas, riéndose demasiado alto del desastre que habían hecho en la cocina en su intento de cocinar en pareja. El resultado no había sido tan desastroso como el menor lo imaginó y tan pronto como terminaron, Yoongi apartó dos trozos de la torta que habían hecho.
"Uno es para un amigo mío. El otro llévaselo al tuyo, a Kim... estoy seguro de que le gustará", habían sido las palabras del mayor y a juzgar por la manera en que Taehyung mantenía la vista perdida en el horizonte, donde los rascacielos de Seúl rompían con el cielo, sus potentes luces creando fusiones en el manto negro; Jimin podía asegurar que la elección de cocinar precisamente ese postre, tenía que ver con el hermano de Taehyung.
Ese hermano del que desconocía todo, puesto que Yoongi no quiso decirle nada y del que dudó Taehyung le contase.
.- En noches como estas se hace evidente que el invierno se acerca – rompió el silencio, tomando una cucharada más del pastel - ¿No crees? – preguntó, tratando de aligerar todo.
Sin embargo, la respuesta que recibió no se la esperaba: .- Mi hermano se llamaba Seokjin.
Taehyung no supo por qué lo dijo, las palabras tan sólo brotando de él sin poder detenerlas. Era la primera vez que hablaba de su hermano mayor con alguien que no fuese Rap Monster o sus padres. Era la primera vez que sentía que un peso desaparecía de sus hombros en vez de instalarse en ellos al mencionar a Seokjin. ¿Era por el pastel de dulce sabor que había probado? ¿O era por qué no podía seguir sosteniendo su mentira?
No había sido capaz de borrar a Seokjin en casi seis años, dudaba que algún día pudiese.
.- ¿Tu hermano? Lo que dijo Yoongi, se refería a... ¿S-Seokjin? – susurró el nombre en tono de pregunta, observando como Taehyung cerraba sus ojos con cansancio.
Jimin sabía quién era Kim Seokjin.
Lo había conocido en primera persona muchos años atrás, cuando no era más que un adolescente que iba detrás de Yoongi sin pensar. Seokjin era el mejor amigo de su hyung, siempre sonriente y dispuesto a ayudar en lo que se necesitase, hablando de lo importante que era brindar la mano cuando alguien la necesitara. Kim Seokjin había mantenido a flote a Yoongi por mucho tiempo, por muchas cosas.
El Jimin de aquel entonces se había sentido celoso, egoísta frente a como la atención de Yoongi se repartía. Fueron años los que le tomó entender que la manera en como su hyung los miraba era distinta: Seokjin había sido lo más cercano a un hermano para Yoongi y Jimin era a quien deseaba ver despertar el resto de su vida. Fueron años luego de la muerte de Seokjin, una muerte que Yoongi nunca supo explicarle.
Decidió guardar silencio entonces.
.- Era mayor que yo por 3 años, ahora estaría por cumplir 25 años – susurró, tratando de estabilizar su voz – Jinnie... le decía Jinnie.
.- Es un sobrenombre bonito – fue lo único que atinó a decir.
Taehyung sacudió su cabeza: .- A Jinnie no le gustaba que le dijese así cuando no estábamos solos, solía decir que tenía que mostrar una imagen seria sí quería tener un futuro próspero. Así que los dos últimos años de su vida, yo... simplemente le llamé hyung.
Jimin tragó grueso, sintiendo ganas de llorar: .- Si no quieres hablar de esto...
.- No, no... está bien, supongo – susurró Taehyung, siendo sincero consigo mismo sobre ello después de tanto – No he... no he hablado sobre él desde hace mucho tiempo, ni siquiera mis mejores amigos saben que existió, fue un tema que decidí clausurar en mi vida. Supongo que tu hyung ya te ha dicho algunas cosas sobre él...
Decir eso en voz alta era admitir que había otra persona en el mundo que conoció a Seokjin, alguien que a lo mejor tenía las respuestas a todas las preguntas que por tantos años le acosaron y le hicieron tanto daño. Sin embargo, aquel pensamiento lo asustó de sobremanera. ¿Sería capaz de enfrentarse a esas verdades? Taehyung comenzó a creer que no.
.- Yoongi hyung dijo que aquel era un tema muy personal, que no me contaría nada porque eso dependía de ti – atinó a decir Jimin, recordando el discurso de su hyung sobre el tema cuando, días antes, le preguntó por ello; cuando no sabía que hablaban sobre Seokjin – Así que no sé mucho más de que tienes un hermano y lo que me cuentas ahora...
.- Tenía, Jiminnie – le corrigió, una sonrisa quebradiza posándose en sus labios – Mi hermano murió hace casi seis años. Justo aquí.
Un escalofrío recorrió el cuerpo más pequeño de Jimin, quien abrió de sorpresa sus ojos para mirar el perfil de Taehyung. Yoongi nunca había hablado de la muerte de Seokjin con claridad y a Jimin nunca le había interesado saberlo. Ahora, sin embargo, estaba siendo testigo de una mueca de tristeza y dolor que era incluso más profunda de la que, en aquel entonces, vio en el rostro de Yoongi.
"Lo que más me duele es pensar en su hermanito. Su hermanito se quedó solo"; recordó aquellas palabras del Yoongi de cinco años atrás.
.- ¿A qué te... t-te refieres con justo aquí? – se atrevió a preguntar luego de un rato.
Taehyung bajó la vista, observando sus manos sobre su regazo y como pequeñas gotas comenzaban a empapar su piel. Estaba llorando, lágrimas silenciosas recorriendo sus mejillas mientras pensaba en las últimas imágenes que tenía de su hermano con vida: Seokjin sentado en la mesa de la cocina, comiendo a la vez que hablaba en tono rápido de algo que Tae ya no recordaba con exactitud.
Su hermano feliz, horas antes de acabar con todo.
.- M-me refiero... a q-que él... - Taehyung sacudió su cabeza, más lágrimas resbalando por su rostro – N-no sé exactamente d-dónde... p-pero él saltó de este puente.
Los deseos de gritar se acumularon en su pecho, por lo que se mordió el labio con tal fuerza que terminó por romper la piel. Las lágrimas seguían cayendo y la imagen de ese sonriente hermano mayor que siempre había amado y querido enorgullecer, se disipaba en la bruma de la incertidumbre, el dolor y la culpa. ¿Cómo podía pesar más la voz del policía al teléfono, diciéndole que habían encontrado a Jin, en vez de aquella última risa?
Taehyung ya no recordaba como sonaba la voz de su hermano, pero era incapaz de olvidar el tono desinteresado del hombre al otro lado del teléfono. El hombre que preguntó por sus padres y a quien no le importó decirle a él, un simple adolescente de 16 años, que el cuerpo de su hermano había aparecido flotando río abajo luego de casi dos semanas de búsqueda.
Ya no existían recuerdos reales y tangibles de Seokjin, tan sólo tenía lo que había después de su muerte.
.- ¿Tae? Oh, por Dios... Tae, ven aquí – le llamó Jimin, atrayéndolo a sus brazos en un apretado agarre – Calma... calma.
Sin embargo, Taehyung no podía detener lo que su mente se esforzaba en traerle de regreso. Las horas de angustia tras la primera noche, las numerosas salas de urgencias que recorrieron preguntando por él, las llamadas a cada amigo conocido e incluso a los familiares en Daegu, los llantos de su madre y la desesperación de su padre. Todo eso permanecía fresco en su memoria, como si aún estuviese atrapado en aquella pesadilla.
La pesadilla personal que Jin creó para ellos.
Aquel mundo en el que su hermano ya no existía, en el que los recuerdos no servían para más que hacer daño y lo único que quedaba era seguir adelante con medio corazón roto y sangrante. Taehyung había aprendido rápido, encerrándose en la idea de que era mejor olvidar, que era más sano enterrarlo todo y no volver a buscar en los escondrijos de la memoria por algún momento compartido.
Lo único que había hecho, sin embargo, fue crear una jaula invisible de dolor personal.
Las lágrimas ya no caían silenciosas, quebrados sollozos rasgaron su garganta mientras se aferraba a los brazos de Jimin como si fuese un salvavidas para todas las olas de dolor que de pronto lo ahogaban. Llamando de manera lastimera al hermano que había perdido hace tantos años y por quien nunca había llorado.
Sólo hasta ese momento.
.- Respira, Taehyung – le indicó Jimin, separándose para sostenerlo por los hombros y observar su rostro hinchado y rojizo por el llanto – Necesito que respires.
La voz de Jimin le guío para que el llanto aminorara, dejándole una sensación pesada en el pecho y la de asfixia en la garganta. Sentía sus ojos hinchados producto de todo el llanto que había dejado escapar, lágrimas que había acumulado desde hace más de cinco años y que nunca pensó podría derramar.
Pero es que ahora se sentía tan, pero tan roto.
.- Todo está bien, Taehyung – siguió hablando Jimin, sin dejar de sostenerle por los hombros en ningún momento – Aquí estoy, ¿vale? Todo estará bien.
Él asintió con esfuerzo, tomando aire para despejar los vestigios de llanto que aún estaban en su sistema. Se concentró en los ojos de Jimin, quien repasaban su rostro una y otra vez, ofreciéndole una sonrisa pequeña y llena de consideración. Taehyung estaba seguro de que debía lucir lamentable, pero justo en ese instante no podía sentirse más que agradecido.
Porque la otra persona en el mundo que le había sostenido, evitando que se derrumbara, era Jungkook y ahora también lo había perdido a él.
.- L-lamento esto, Jimin...
El mayor negó, sonriéndole con cariño: .- Está bien, es normal sentir dolor. Es tu hermano, después de todo y nunca será fácil.
.- No puedo perdonarlo, hyung – susurró, sintiendo nuevamente las lágrimas acumularse en sus ojos – Ni siquiera puedo entender por qué lo hizo.
Jimin le dedicó una sonrisa triste porque él sí podía entenderlo, aun sin conocer sus motivos. Él había estado al otro lado de la barandilla, pensando que la muerte era la única solución al dolor que le había atosigado por años, él había tomado la decisión de desaparecer pensando que sería más fácil para su madre vivir sin la vergüenza de que fuese su hijo y que Yoongi podría encontrar a alguien mucho mejor para amar.
Jimin comprendía, pero también sabía que para el resto era difícil hacerlo.
.- A veces no hay un por qué – fue todo lo que le dijo, los ojos de Taehyung abriéndose considerablemente ante ello – A lo mejor ni siquiera él entendía el por qué.
Y no mentía, lo sabía por sus propias preguntas, por su propio dolor.
.- Llevo años, Jiminnie... llevo años viniendo a este lugar – le contó con esfuerzo, buscando algo de comprensión en los ojos de su amigo – Lo único que quiero es encontrar una respuesta, algo que me diga que no fue mi culpa, que no fue por mí.
.- Oh, no, Tae – el mayor negó, su gesto llenándose de tristeza – Estoy seguro de que no es así, tu hermano... tu hermano seguramente te amaba más que a nadie, no fuiste tú.
Taehyung negó, cerrando los ojos con dolor: .- No fui suficiente, ¿no lo entiendes? Su amor por mí no valía tanto como para vivir.
Y para Jungkook tampoco lo soy. Mi amor no vale nada.
.- Tu hermano tenía un problema, Taehyung – le dijo con firmeza, sosteniéndolo y esperando que el menor abriese los ojos, pero no lo hizo – Tu hermano estaba enfermo y por eso tomó la decisión que tomó. No podías luchar contra una enfermedad mental, Tae. Nadie puede ponerse en ese lugar.
Él volvió a negar, sin abrir los ojos: .- He tratado... todos éstos años he venido aquí tratando de sanar lo que sea que los haga desear irse. Tan sólo quisiera haber hecho eso con Jin – es lo que consigue decir, un trozo de todo lo que lleva años guardando – No puedo quitar el dolor de su mente, pero... ¿por qué no soy suficiente, Jiminnie?
.- Entonces, eso es lo que hacías esa noche... La noche en la que nos conocimos - susurró, comprendiendo al fin la presencia de Taehyung en aquel momento, esa era la razón por la que el menor no había dudado en acercarse a él, dispuesto a salvarlo a toda costa – Tae, para mí lo fuiste... fuiste suficiente.
.- N-no mientas...
Jimin negó, acariciándole los cabellos: .- No lo hago. Esa noche me salvaste.
.- Fue Hoseok, q...
.- Fuiste tú quien me tendió la mano – le cortó Jimin, sin dejar de sonar suave y amable – Era tu mano la que no me dejó caer y fue tu voz la única que puede escuchar. Fuiste suficiente y no sólo esa noche, Tae... has sido mi amigo durante todo este tiempo y eso es más de lo que pensé que una persona como yo podía merecer.
Los ojos de su amigo se abrieron lentamente, dejándole ver las lágrimas cristalinas que se acumulaban en ellos y el brillo de dolor que atravesaba aquel cálido café de sus iris. Jimin volvió a sonreírle, tratando de infundirle un poco de todo el cariño que Taehyung despertaba en él, de que creyese que era querido y valorado como lo merecía: con todo el corazón.
.- ¿Recuerdas el dije por el que me preguntaste la segunda vez que nos vimos? – preguntó luego de un rato en silencio, los dos todavía frente a frente – El dije de ala de ángel.
Taehyung parpadeó, ligeramente confuso por el giro en la ya de por sí, distorsionada conversación: .- Si, era parte de un juego de dijes gemelos que perteneció a mi hermano.
.- Lo sé – asintió Jimin, recordando que Taehyung había insistido que era un segundo dije, uno que antes alguien había tenido – Le pregunté a mi hyung por él. Yoongi hyung dijo que conoce a quien había sido su dueño durante todos estos años... incluso me dijo que esa persona lo ha estado buscando insistentemente desde entonces.
.- ¿Sabes su nombre? – se enderezó Taehyung, consternado. ¿Podría, al fin, saberlo?
El mayor negó con la cabeza antes de hablar: .- No. Sólo dijo que ese dije significaba el mundo para esa persona, que haberlo perdido le había hecho mucho daño. Insistí en que me lo dijese, incluso le dije que tú querías saberlo... hyung dijo que no podía decírmelo, que era un trato que una vez hizo con tu hermano y esa persona.
.- N-no entiendo...
.- No lo sé, Tae – dijo, volviendo a acariciar sus cabellos – Te lo cuento para que sepas que hay otras personas en el mundo, cerca de ti, que conocieron a tu hermano y que lo quisieron. Personas que también se sienten como tú. No estás solo.
Taehyung asintió mudo, recordando las palabras que Yoongi le había dedicado, la oportunidad que le había ofrecido de conocer a su hermano mayor desde otro punto de vista. La oportunidad de conseguir las respuestas que tanto miedo le causaban.
.- Mi hyung... - Jimin volvió a hablar, tomando aire y fuerzas para continuar – Yoongi me pidió que te dijese que siempre estará dispuesto a contarte lo que sabe y puede decir... Y que lo siente mucho. Por todo.
.- ¿Qué es todo? – susurró la pregunta.
.- No lo sé, Taehyung – suspiró, notando como su amigo parecía más sereno, por lo que se retiró un poco, dándole su espacio - Supongo que es algo que sólo sabrás sí alguna vez te decides a hablar con hyung.
.- No sé... no sé si alguna vez esté listo para eso – confesó, girando su rostro hacía el horizonte, observando la ciudad frente a ellos – No sé si saber los recuerdos de otros sirva de algo, no cuando yo recuerdo poco de él.
Tan poco que todo terminaba por ser un retazo que no encajaba con nada. Tan poco que todo terminaba por reafirmarle que, con cada día que pasaba, su hermano más se alejaba de él.
.- Hey, TaeTae. Te apuesto diez mil wons a que no me ganas esta carrera.
.- ¿Diez mil? ¡Claro que puedo! Tú eres un lento, hyung.
.- Soy mayor que tú, tenme más respeto. Pronto cumpliré 18 y tendrás que obedecerme entonces porque seré un adulto, Taehyungnie. Que no se te olvide.
Seokjin había nacido tres años antes que él, pero ahora Taehyung era casi cuatro años mayor que Jinnie. Y con cada año que pasara, se alejaría cada vez más de aquel Jin eternamente joven, el Jin que no vivió y a quien Taehyung se esforzó en reemplazar en los corazones que dejó vacíos tras su pérdida, empeñado en sanar y reparar de alguna forma lo que su hermano había hecho.
Pero, ¿quién llena el vacío que dejó en mí?
La respuesta llegó tan rápido como la pregunta: Jungkook.
.- No creo estar listo nunca – confesó con algo más de firmeza, ahora repasando en su mente el rostro de Jungkook, el hermoso perfil de la única persona que lo había enamorado – Así como tampoco estoy listo para perder a Jungkookie.
Jimin frunció el ceño: .- ¿Por qué hablas de perder a Jungkook? Sé que ahora hablas desde el dolor, que eso te hace sentir que nada vale la pena y eso incluye las relaciones, pero no renuncies a él, Taehyung.
El menor negó: .- No estoy renunciando – aseveró - Supongo que llevo casi seis años deprimido, Jimin. Sólo que antes tenía una razón por la que mentirme... decirme que yo no era igual que mi hermano mayor, pero la verdad es que lo soy. Lo único que hago es caminar la vida que le pertenecía, vivir como creo que él lo hubiese hecho.
.- Taehyung, no...
.- Entrar a la universidad, ser médico; esos eran los planes de mi hermano. Yo no tengo ningún sueño, después de su muerte todo se resumió en reemplazar el dolor de mis padres consiguiendo lo que Jin no pudo. Mi vida, Jimin, no es más que la vida destinada para mi hermano mayor. Y cuando al fin tengo algo, alguien que nunca hubiese estado contemplado en el futuro perfecto de Seokjin... tengo la certeza de que voy a perderlo, de que ya lo hice.
El recuerdo de Jungkook hablando de cómo no podría estar en su para siempre volvió con fuerza. Aquella noche en la cafetería. Taehyung se había expuesto ante alguien por primera vez, había decidido entregarle su corazón a Jungkook, incluso sabiendo que terminaría sufriendo. Pero Jungkook valía cada tristeza, cada lágrima... tan sólo, no pensó que fuese tan pronto.
Taehyung no quería renunciar a él, pero tampoco haya forma de luchar. Jungkook le había abandonado, sin pensar en lo herido que estaría por ello. Tae se lo había dicho aquella noche, que Jungkook no podía sanarlo para luego marcharse. ¿Cómo podía vivir con algo como eso?
.- Hyung... no puedo quedarme en su para siempre.
.- Lo sé, ahora lo sé... Jungkook, regálame tu para siempre.
.- Tae... ya lo tienes.*
¿Había algo de verdad en eso? ¿Había algo ahí a lo que podía aferrarse para no terminar por caer, para no tomar el mismo camino de Seokjin? Te quiero aquí, Jungkook. Conmigo y en el para siempre de los dos.
.- La única vez en que me he permitido ser yo, Kim Taehyung... y lo he echado a perder por completo.
Jimin guardó silencio tras esa última frase, tratando de entender lo que se ocultaba en lo que Taehyung había dicho. Sin embargo, podía vislumbrar que el dolor que había impregnado cada palabra dicha por el menor era tan profundo que no podía comprenderlo. Taehyung hablaba de perder el sentido de lo que era, de lo poco que sentía que era.
¿Cómo podía Jimin ayudarlo con ello?
¿Cómo podía decirle que no podía seguir viviendo la vida de su hermano y que tampoco podía poner el resto de sí en las manos de alguien más? Jimin no conocía su historia, no sabía qué tan profundos eran sus sentimientos ni qué los unía. No dudaba de que ambos sentían algo por el otro, puesto que había sido testigo de ello, pero... cómo podía asegurar que el destino los quería juntos.
Porque lo cierto era que, tal vez Jungkook era el amor de su vida o tal vez no lo era, en cualquiera de los casos, Taehyung no podía depender del otro chico, no podía poner su vida entera en otra persona. Eso era lo que había estado haciendo con el recuerdo de Seokjin y que ahora ponía sobre los hombros de Jungkook.
Sin embargo, los ojos tristes de Taehyung eran dolorosos de observar. Jimin sabía que Jungkook hacia que brillasen distinto, que sonriese distinto... un poco más feliz, un poco menos roto. Tal y como Yoongi con él.
.- Conseguí su dirección – se encontró a sí mismo diciendo, recordando que eso era lo que aquel día pensaba contarle a Taehyung – Escuché sobre él en la decanatura y... Puedo acompañarte, si quieres.
Taehyung le miró, anhelante: .- Sí, eso estaría muy bien.
Hola,
¿Cómo han estado? Espero que muy bien y sino ha sido así, no se preocupen, las cosas siempre mejoran. Nada dura para siempre, ni lo malo ni lo bueno. Yo por mi parte, no he tenido mi mejor momento... podría decir que me encuentro deprimida justo ahora, pero le pongo empeño a tratar de volver a la "normalidad". Como sea, mis mejores deseos para ustedes.
Yendo con la historia... sé que fue un capítulo largo, pero espero que no les haya causado mucha molestia eso, que haya sido sencillo de leer. Si no lo fue, por favor díganme para así mejorar.
Cuéntenme también qué les pareció, este es un capítulo importante porque damos paso al segundo arco de la historia y el cual avanza hacia un drama que... bueno, será bien dramático. Y como ustedes saben (si me leen desde hace un tiempo y en otras de mis historias) yo siempre pongo el mejor drama cerca del final.
Como sea, no olviden dejarme un comentario para saber qué tal va la historia según ustedes. (Y sí, sé que el Taekook va lento, pero es que la historia tiene muchas cosas de por medio y no puede centrarse sólo en el romance. Pero ya llegará.) Me siento ansiosa por leerlos.
Muchas gracias por la paciencia.
Nos leemos pronto.
* Es un diálogo del capítulo 13.
** Cuando Jimin le dice a Tae que su hermano tenía una enfermedad mental, no lo dice porque lo sepa directamente. Sino porque Jimin sabe que las enfermedades mentales se relacionan en muchos casos, con el suicidio.
Posdata. Los invito mientras tanto, a que lean mis dos nuevas historias que ya están en mi perfil desde hace unas semanas:
1.- Al apagarse los reflectores. Es una historia de una sola parte que está centrada en la vida de los chicos "reales", es decir, en su vida como miembros de BTS. Es triste, mucho; que lo sepan.
2.- Passing by... Es una historia centrada también en el tema de la muerte, pero desde una perspectiva distinta. Ojalá se animen a leerla.
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