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Capítulo 03: "¿Un Psicólogo?"

La noche había caído más rápido de lo que pensó. Al despertar, solo veía el panorama nocturno desde su ventana y las luces de autos y faroles en la calle.

Estiró su brazo hasta tomar su teléfono que reposaba en la mesita de noche y lo encendió. Treinta llamadas perdidas de Yoongi fue lo primero que encontró. Sonrió un poco al ver la preocupación de su mejor amigo y sin querer hacerlo esperar más, marcó su número y esperó a que contestara.

—¡Jungkook! Por amor a Dios, estás vivo. ¿Qué te pasó? ¡Me tenías preocupado, cabrón!— el pequeño rio débilmente.

—Lo siento, hyung. Es solo que... Llegué tarde.

—¿Llegaste tarde? Osea que... Oh, no. No me digas que...— fue interrumpido.

—Sí, así como lo imaginas. Cuando llegué, mi papá ya había visto el historial y te imaginarás cómo reaccionó. Me golpeó hasta dejarme inconsciente, apenas pude curarme las heridas y volví a quedarme dormido hasta ahora.

Jungkook no podía verlo, pero Yoongi tenía sus manos hechas puños y un tic nervioso en el ojo, producto de la ira.

¡Hazme el favor de enviarme una foto ahora mismo!

El menor soltó un suspiro cansado y se dirigió de nuevo al baño, allí se quitó la camiseta y les tomó fotos a las heridas de su rostro, espalda y pecho con ayuda del espejo. Cuando terminó, se las envió a su mejor amigo y volvió a hablar.

—Tengo más en las piernas, pero no quiero tomarme fotos allí.

Apenas el pálido vio el estado en que se encontraba el pequeño, soltó un grito de rabia que llamó la atención de su novio desde la cocina. Éste se acercó a él y le preguntó qué pasaba, a lo que Yoongi optó por mostrarle las fotos y Namjoon lo acompañó en su ira.

—¡Tu padre es un animal, Jungkook! ¡No! Creo que hasta un animal se comportaría mejor que él— el castaño se sobresaltó al escuchar la voz del moreno.

—¿Namjoon hyung? Agh, lo siento, no quería que viera eso. Yoongi no me dijo que estaba en su casa— regresó a su habitación —Solo olvídelo ¿Sí? Ya no tiene caso enojarse— un estruendo se escuchó después de eso y hubo silencio a través de la línea —Ay no.

—¿"Ay no" qué? ¿Qué pasa?— preguntaron ambos, verdaderamente preocupados.

—Mi papá acaba de llegar y está subiendo las escaleras— justo después de decir eso, los toques en su puerta no tardaron en hacer presencia —Está tocando a mi puerta— informó con la voz temblorosa por el miedo.

¡No abras la puerta! ¿Okay? Yoongi y yo iremos ahora mismo...— los golpes al mueble de madera aumentaron tanto en cantidad como en volumen, que hasta ellos pudieron escucharlos del otro lado —¡Ya vamos! ¿Sí?

—No vengan. De todas formas, no van a llegar a tiempo. Solo tengo que abrir la puerta y ver qué quiere... Ya se desquitó conmigo en la mañana, no creo que quiera golpearme más.

Pero...

Pero nada. Voy a estar bien... Espero— dicho esto, colgó la llamada, dejando a sus dos amigos con el corazón en la boca.

Los toques no disminuyeron hasta que abrió la puerta, por seguridad, tomó un bate para defenderse por si el hombre trataba de volver a golpearlo.

Apenas éste ingresó, posó su mirada en el bate que su hijo sostenía en sus manos. Aquello solo lo hizo reír —¿Qué vas a hacer con eso? No creo que te puedas defender como se debe, eres demasiado enclenque y con lo que acabo de descubrir, seguramente pegas como niña.

Jungkook lanzó un golpe con el bate, logrando dar en el brazo de su progenitor. Éste se sostuvo el mencionado con su mano y miró a su hijo.

—Nada mal, pero aun así, sigues siendo un maricón— el menor tensó su mandíbula —Sin embargo, no vine aquí para golpearte. Hablé con un conocido sobre lo que pasó y me recomendó enviarte a un psicólogo— Jungkook frunció el entrecejo —Al principio me pareció una menuda mierda, pero después me explicó que a su sobrino le pasó lo mismo y después de ir al psicólogo, se curó. Así que mañana mismo sacaré una cita para llevarte.

El castaño boqueó como pez fuera del agua —No estoy enfermo... No tengo porqué ir donde un hombre al que no le importa mi vida para que trate de curarme. Mi homosexualidad no es una enfermedad, es mi orientación sexual. Es todo.

—¡Cállate!— pegó un brinco en su lugar por el repentino grito —No me hagas arrepentirme de esto. Agradece que encontré una forma más civilizada de corregirte; si fuera por mí, te enderezaría a golpes.

Dicho esto, el hombre salió de la habitación dando un portazo y dejando a su hijo temblando tanto por el miedo, como por el enojo. ¿Un psicólogo? ¿De qué mierda le serviría un psicólogo? Solo eran unos manipuladores de primera que conseguían hacerte pensar como ellos querían. Jungkook sabía que esto era una pérdida de tiempo, pero si le daban a escoger, prefería mil veces eso a ser golpeado otra vez.

Volvió a marcarle a Yoongi y éste contestó de inmediato. Les comentó lo que había pasado y ambos coincidieron en que era una completa estupidez. Aun así, le dijeron que podía contar con ellos y si necesitaba irse de su casa, las puertas de la casa del moreno estaban siempre abiertas.

En ese entonces, Jungkook nunca agradeció tanto tener tan buenos amigos.

Tal y como había dicho, al día siguiente, su padre sacó una cita con el psicólogo, dándole a la secretaria de éste los datos básicos de su hijo. Al final, la cita terminó siendo agendada para el día siguiente y el hombre quedó satisfecho por la rapidez en que sería atendido.

Sin embargo, su trato para con su hijo siguió igual que el día anterior. Al verlo salir esa mañana para ir a la escuela, le trató frío y cortante, no lo insultó, pero a Jungkook le dolió no recibir el tan acostumbrado "Suerte en la escuela, hijo".

Aun así, debía tratar de acostumbrarse, pues no sabía si su relación con su padre mejoraría y aunque lo hiciera, siempre quedaría este bache en los recuerdos de ambos.

El día transcurrió increíblemente lento. Aquella mañana no tuvo cabeza para andar mirando a Taehyung y hasta él mismo se sorprendía por ello. No dejaba de pensar en lo que haría cuando fuera con el psicólogo. ¿Qué le diría? ¿Qué le preguntaría? No estaba dispuesto a contestar preguntas incómodas y demasiado entrometidas. ¿Y si el psicólogo era un jodido homofóbico como su papá? ¿Trataría de meterle psicología para hacer que dejara de gustar de los hombres? Ya estaba demasiado nervioso como para siquiera pensar en una respuesta a las posibles preguntas que le haría.

Por supuesto que su aspecto llamó la atención tanto de sus compañeros como de sus maestros. Hasta la de Taehyung, quien lo diría.

Varios se acercaron a preguntarle por su estado, pero él siempre respondía lo mismo: "Trataron de robarme y como no traía nada de valor, me dejaron así".

Era la respuesta más rápida que se le pudo ocurrir y aunque no era del todo creíble, puesto que todos sabían que siempre andaba con su celular, ninguno quiso preguntar más de la cuenta porque intuyeron que sería algo de lo que no quería hablar.

Al llegar de la escuela, almorzó en su cuarto y se quedó allí el resto del día. Para su buena suerte, su padre estaba demasiado enojado con él como para obligarlo a ir a sus dichosas prácticas, así que tuvo toda la tarde para hacer sus deberes y hablar con Yoongi por videollamada.

En cierto momento, el pálido bromeó con la idea de que quizás el psicólogo que lo atendería podría ser bien parecido. Idea que fue desechada de inmediato por Jungkook, quien comenzó a reírse.

—Sí, cómo no. Estoy seguro de que será un tipo de cincuenta años, canoso y feo. No trates de darme ánimos a base de nada, hyung— hizo un puchero —Además, sabes que me gusta Taehyung.

El pálido rodó los ojos —Taehyung, Taehyung, Taehyung ¿Por qué no mejor te tatúas su nombre en la frente? Haces más gracia.

—Ni loco. Mi padre me mataría— ambos soltaron una carcajada, aunque por dentro sabían que aquello no era tan descabellado.

En fin, me cuentas mañana cómo te va ¿Está bien?— el menor asintió y tras una larga conversa donde abarcaron temas banales y otros importantes como la tarea de literatura, terminaron por colgar para que Jungkook pudiera descansar.

El día de mañana asistiría a su primera cita con el psicólogo y los nervios casi no lo dejan dormir.

Durante todo el camino al consultorio, Jungkook se mantuvo ansioso (y no en el buen sentido). Movía su pie constantemente de arriba a abajo y en llegado momento, empezó a morderse las uñas. Su padre se dio cuenta de esto mientras conducía, pero no hizo nada más que bufar por lo bajo con total molestia.

—Ahora no te vayas a ligar al psicólogo, Jeon— pronunció con un deje de molestia, haciendo que Jungkook volteara a mirarlo con el entrecejo fruncido.

—El hecho de que sea gay no quiere decir que me gusten todos los hombres, papá— el contrario lo fulminó con la mirada.

—Ya deja esa estupidez. No te gustan los hombres, Jungkook. Solo espera a que te consigas una novia, verás que no tienes nada que andar mirándole a otro hombre— Jungkook soltó un suspiro, pero no quiso argumentar nada en contra para no seguir dándole cuerda a su padre.

Varios minutos después, el gran edificio de consultorios se imponía ante ellos, haciendo que el nerviosismo en el menor incrementara con creces. Mientras su padre se estacionaba, él se quitaba el cinturón de seguridad y cuando el auto se detuvo, ambos emprendieron camino hacia el interior del lugar.

Tuvieron que pasar primero por recepción para anunciar que ya habían llegado, por lo que la secretaria después de saludarlos cordialmente, tecleó un par de cosas en su computadora antes de dirigirse de nuevo a ellos.

—El Dr. Kim los atenderá después de que termine con su cita de la una. Es la una con cincuenta, por lo que no tardará en acabar. Su consultorio es el 203, tercer piso.

—Perfecto, muchas gracias— el padre tomó el brazo de su hijo de una manera no muy gentil y empezó a subir las escaleras sin soltarlo.

Jungkook trató de zafarse del agarre, pero mientras más forcejeaba, más fuerza implementaba la mano de su progenitor. No fue sino hasta que llegaron al tercer piso, que pudo ser liberado.

—No voy a escaparme, si eso es lo que piensas ¿Qué diablos te pasa? Ni siquiera en público eres capaz de dejar de comportarte como una bestia— apenas terminó de pronunciar aquello, un dolor se estableció en su mejilla, producto de la bofetada recibida.

—Que no se te olvide con quien estás hablando, muchachito— le apuntó con el dedo —Y tampoco se te ocurra hacerme quedar mal allá adentro ¿Está claro?

—Tú mismo te harás quedar mal por los golpes que tengo en mi rostro, papá— contraatacó, cruzándose de brazos.

Su discusión se extendió unos minutos más debido a que eran los únicos en esa sala de espera y no había nadie cerca que pudiera escucharlos. Únicamente dejaron de pelear cuando vieron a una mujer salir del consultorio con su hija y a éstas desaparecer por las escaleras segundos después. En ese momento, se escuchó la voz de quien sería el doctor Kim, diciéndoles que pasaran.

Jungkook fue detrás de su padre, no porque quisiera, sino porque éste tomó la iniciativa de entrar primero como principal interesado en solucionar el problema.

Cuando ambos entraron, Jungkook cerró la puerta mientras escuchaba a su padre presentarse con el psicólogo. Sin tener ningún ánimo de saludar, se sentó en el asiento frente al escritorio y mantuvo su cabeza gacha... Eso hasta que su padre le dio un fuerte pellizco en el brazo como reprimenda silenciosa para que no fuera maleducado.

Solo entonces, soltó un suspiro pesado y alzó la mirada para saludar al profesional.

—Buenas tardes, soy Jeo-...— sus ojos conectaron de inmediato con los del contrario y su corazón comenzó a palpitar demasiado fuerte contra su caja torácica —J-Jeon Jungkook— logró completar segundos después.

—Mucho gusto, Jungkook. Soy el psicólogo Kim Seokjin y tendré el gusto de atenderte.

©AlejaDeMin

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