Esta es la vigesimoquinta Gleestory, que desarrolla la canción número 21, "...Baby one more time", original de Britney Spears y cantada por Rachel en Glee.

Aquí adjunto la historia escrita por @Shine_Smile inspirada en esta canción.

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*Flashback*

Sonó la sirena, era hora libre y salimos de clase entre la multitud. Nadie se dio cuenta de ello, pero nos desviamos de la gran masa aunque no les importaba nuestra presencia. Nos seguimos uno al otro haciendo contacto nuestra piel con ese simple movimiento de agarre. Cogiéndonos de la mano. Éramos amigos y no pasaba nada con aquella acción, pero del modo en que me cogías la mano, se notaba firmeza y daba la sensación, que no me soltarías nunca. Nunca. Seguimos andando hasta llegar al jardín del instituto, nuestro lugar. Donde nos detuvimos en silencio, tu mirándome fijamente y yo observando y sintiendo del frescor de las flores después de una mañana de lluvia. Ese día no era normal. Pasaba algo en tu mente que era difícil de deducir y tu actitud era distinta. En días anteriores íbamos riéndonos por el camino, conversando pero esta vez era todo silencio. Un misterioso e incomodo silencio. Quería empezar a hablar yo, pero el ambiente me lo impedía. Es como si me pidiera que me mantuviera callada y escuchara. No podía desobedecer aquella sensación porque era mi intuición.

Empezaste a hablar, no me daba cuenta de ello solo sabía que movías los labios. Estabas nervioso y sudando a pesar del frescor que había. No podía concentrarme en tus palabras solo en tus facciones y en tu bonita mirada. Pensaba en los años que estuve siendo el amor de tu vida disfrazada de tu mejor amiga. Era bonito pensar eso de mi parte, pero no sabía lo que pensabas tú y eso ya era triste. Intentaba llevar mi atención hacia mis oídos para poder escuchar lo que me intentabas decir. Fue puro egoísmo pensar en mí en este momento en lugar de ti. Eras tú el que me trajo a este lugar. Nuestro lugar. Te costaba decir las cosas y no me daba cuenta de ello porque estaba mirándote y no oyéndote. No me gustaba la actitud que tenia y deje de pensar, deje de mirarte para centrarme en tus palabras. Pero justo escuche las dos palabras que jamás hubiera querido escuchar de parte tuya:

“Me voy”

Como iba a saber que algo no iba bien aquí. Sabía que te pasaba algo pero no sabía que fuera esto. De que te ibas a ir de mi lado. Enseguida me arrepentí por no haberte escuchado antes, y ahora me doy cuenta porque te costaba decir tanto las cosas. Aunque después de seguir analizando esas palabras he escuchado las otras dos palabras más hermosas que siempre quise oír de ti:

“Te quiero”

Inmediatamente me dispuse a oírte atentamente:

-Jenn, siento no haberte dicho esto antes y mucho menos a última hora. Fuimos y seremos una gran amistad. Hemos crecido juntos y hubo una pequeña idea en mi mente de que envejeceríamos juntos. – < Yo también lo pensé>- No podía irme sin haberte dicho esto antes. Tan solo pensar que no nos veríamos más, reconocí que debía confesarte lo que siento. No aguantaría la idea que dentro de unos años al pensar en mi primer amor no haberle confesado mis sentimientos. En este caso eres tú. Te quiero y como me gustaría que tus palabras fueran “yo también” pero prefiero no oírlas. No tendría el valor suficiente de irme y saber que abandone al amor de mi vida. Sé que dentro de tres días me iré …

<Dentro de tres días, dentro de tres días> esa frase sonaba como eco en mi cabeza. Deje de oírle.

Solo me acuerdo que le abrace y empecé a llorar.

*Fin del Flashback*

Han pasado dos días. Veinte llamadas tuyas y treinta mensajes. Ninguno los respondí y tampoco los leí. Sólo falta un día para que te vayas. Y yo aquí desperdiciando el tiempo, pero no puedo evitarlo. Si fuera por mí no te hubiera dejado ir. Nos quedaríamos juntos, compartiendo el amor mutuo que tenemos. Pero las cosas no son así. Estas tan cerca y a la vez tan lejos. Estas aquí todavía, pero me siento sola. Si así me siento ahora, en el futuro mi soledad me matara, al no estar contigo. Ahora estas fuera de mi alcance, no solo por el hecho de que te vayas, sino porque tú has confesado tu amor por mí y yo no lo he hecho y tampoco tendré la oportunidad de hacerlo. Sobre todo porque tú mismo me lo has pedido que no te lo dijera. Y eso era algo que me carcomía por dentro. Mucho tiempo hemos pasado juntos. Estoy siendo egoísta en pensar ir y pedirte que no te fueras y te quedaras conmigo. Estoy siendo una pesimista y antipática también. En varias ocasiones hablábamos en salir de este país, para explorar lo que había fuera. Estudiar en otro lugar, conocer nuevas regiones. Y a ti se te presenta la ocasión, voy yo y soy la que piensa más en si misma antes que tus posibilidades. Si hubiera una forma de cambiar las cosas, tampoco serviría de nada, tarde o temprano el destino nos llevaría por distintos caminos. A lo mejor esto es una señal. Una señal la cual se nos presenta para enfrentarnos a la vida. Para ti no, tú lo llevarías muy bien. Pero a lo mejor está es la señal que necesitaba yo, para depender de mi misma sin nadie a mi lado. Enfrentarlo y luchar por lo que quiero. Mis padres tenían ya una vida: su trabajo. Tú tendrás una vida, lejos de la mía. Y el mío, tendría que construirlo. Tal vez el tiempo no cure nada de lo que pasamos, sólo me acostumbrara a la idea de que algunas cosas cambian y debía de aceptarlo.

****

Vengo hasta aquí con la intención de despedirme de ti. Tres días estuve desaparecida, dos días estuve llorando y solo uno me hizo falta, para recapacitar que esto es una señal del destino. Tu vida está por comenzar a dar frutos en otro lugar y la mía era un camino largo que recorrer para saber lo que me espera.

Ya te has despedido de todos tus familiares, me miras a mí, y tu bonita mirada quiere hipnotizarme, pero tenía la fuerza suficiente para impedirlo. Me acerco hacia a ti. Esta vez quieres empezar a hablar tú, pero te lo impido.

-Te debo explicaciones, lo sé. Pero ya lo entenderás algún día, si nos volvemos a encontrar de nuevo –intenta querer hablar, pero le indico que no lo haga- Te quiero. Te quiero tanto que prefiero que te vayas antes de estar conmigo. No olvides que si tienes un amigo de verdad, es para toda la vida aunque no lo veas más. Y si tuviste un primer amor, nunca lo olvidarás. Eres tanto mi amigo como mi primer amor y eso significa que siempre estarás en algún hueco de mi corazón.

-Y tú en el mío también –dándome el beso en los labios, más dulce y tierno que siempre quise recibirlos de parte suya como regalo de despedida-

FIN.