Esta es la vigésimoprimera Gleestory, que desarrolla la canción número 22, "Like a Virgin", original de Madonna y cantada por  Rachel, Jesse, Will, Emma, Finn y Santana en Glee.

Aquí os adjunto la historia escrita por @-Scoaf inspirada en esta canción.

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¿Audrey Hemprich aceptas a Giorgio Lepore como tu esposo? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?”

Te observo, allí de pie frente a mí. El traje negro se ajusta a tu cuerpo, la corbata hace juego con las flores de mi ramo. Estás tan hermoso, siempre estás tan hermoso. Tus ojos me observan expectantes y dudosos. Oh, Giorgio, ¿cómo puedes dudar de mi respuesta luego de todas lo que vivimos juntos?

Recuerdo la primera vez que te vi en aquella estación de trenes. Era media mañana. Yo acababa de llegar desde Frankfurt, escapando de un desastre amoroso y tú esperabas a alguien que nunca llegó. Estabas vestido de forma simple, una remera blanca, unos jeans desgastados y unas zapatillas negras; pero llamaste mi atención al igual que yo la tuya, o eso me demostraste al acercarte e invitarme un “spritz”. No comprendí lo que decías, el italiano no era mi fuerte en ese entonces, tú sonreíste y pronunciaste en un inglés fluido nuevamente la invitación. Yo acepté porque parecías inofensivo y encantador, porque tu sonrisa me convenció.

Nos pasamos horas hablando de nuestras vidas, de cómo esperabas que una muchacha llamada Elena apareciera en el tren de las nueve y de cómo no apareció, de tu historia, de la mía. Te conté de Albert, quien me había hecho sentir vencida, incompleta, engañada, triste y deprimida; que por causa de su engaño había escapado de todo viniendo a Venecia. Tú reíste, y tu risa me sedujo. Dijiste que Albert parecía un sacco di merda, pero que le agradecías, porque me habías conocido por su culpa. Llegada la tarde me acompañaste a comprar un departamento, y me trataste de inconsciente por llevar tal cantidad de dinero en un bolso de mano; yo intenté elegir el primero porque era lindo y no quería caminar más, pero tú me arrastraste a ver diez departamentos más y elegiste uno cercano a tu hogar. Ese día recordé lo que era reír con alguien hasta llorar, sonreír y que te duela la mandíbula, recordé lo que era ser feliz. Pasaron los meses y tú con tu personalidad y tus sonrisas me habías enamorado completamente. Cuando te lo confesé tú suspiraste aliviado y me besaste, y esa noche me sentí como una virgen tocada por primerísima vez, radiante y nueva; sentí que contigo no tenía nada que esconder, sentí el primer latido de mi corazón.

Tú me haces sentir fuerte y valiente Giorgio, tú me haces sentir lo que es el amor.

- Sí, acepto.