@-DramaQueen- - Imagine
1. ¿Qué canción has elegido?
Imagine
2. ¿Quién es el artista original?
La canta John Lennon
3. ¿Qué personajes son los que la cantan en Glee? ¿En qué capítulo?
Fue interpretada por New Directions y Haverbrook School for the Deaf en Glee. Episodio Hairography.
4. ¿Por qué has elegido esta canción para ganar?
No se sí para ganar, pero la elegí porque es una canción hermosa, fue la que más me inspiró, y aunque escuché canciones alegres (que son más mi estilo) Imagine es un mensaje de esperanza que me hizo sonreír, y esa sonrisa para mi valió más que las otras que me sacó escribir Toxic.
5. ¿Cómo vas a hacer campaña para que te voten?
No tengo ni dinosaurio idea de como voy a hacer que la gente quiera leer una historia escrita por mi (me tienen envidia porque soy la princesa e.e) peero, el spam es un aliado fiel del lado oscuro al que pertenezco. Además tengo contactos ("tengo mis contactos" xD) que son chicas de Wattpad que si bien quizá no me voten, igual van a leer la gleestory y le darán una oportunidad :3 Aún tengo la esperanza de que la gente la vote porque si, porque le gustó ah.
* * *
-Vamos, sube, hoy es el almuerzo familiar del que te hablaba Jenny...
Evoqué su voz. La voz de mamá. La escuchaba con claridad en medio de los miles de gritos a mí alrededor. La de ella se superponía al alboroto.
-Eres mi hermanito pequeño, Arturo- me aseguró Jenny entonces. Era una dulce niña de seis años, cuyos días estaban contados por el cáncer que le habían diagnosticado hace tres meses. Su cabeza estaba rapada al cien por cien, yo vi cómo sus dorados rizos fueron cayendo a puñados, hasta dejarla en ese estado tan común en un enfermo.
Jenny lo era todo para mí, y yo para ella.
-¡Ayuda, ayuda aquí, deténganse por favor!
Una mujer gritaba a mi lado, hacía señas con sus brazos para llamar la atención de los autos que pasaban a centímetros de mí, indiferentes a mi agonía.
Todos estábamos felices, emocionados por un simple almuerzo familiar, pero para nosotros era más que eso, era una señal de que Jenny aún estaba luchando contra el cáncer, era una señal de que aún éramos una familia y siempre lo seríamos.
Papá estacionó el auto, besó la mano de mamá y ayudó a bajar a Jenny, quien quería correr por los alrededores conmigo, pero temía por su salud, así que me negué.
-Vamos Arturo, será divertido- me aseguró, pero yo me mantuve firme.
Al final ella corrió un poco sola, pero se aburrió de inmediato.
Nos sentamos en la hierba a comer.
Una luz iluminó mi ojo derecho.
-¿Sobrevivirá?
-No lo sé...aún respira...
Sentía algo mojado correr por mi ojo izquierdo.
El hombre delante de mí también se percató de eso, y movió mi cabeza a un lado para apuntar con su linterna la cuenca sangrante donde unas horas atrás estaba mi ojo.
Me acosté encima de sus delgadas piernas, y ella me dio unas afectuosas palmaditas en la cabeza.
Mamá y papá nos observaban, tomados de la mano.
Ellos se amaban muchísimo, y siempre decían que el amor era una magia que debíamos compartir con todos.
-Imaginen que no existe el Paraíso, es fácil si lo intentan, sin infierno debajo de nosotros, arriba de nosotros sólo el cielo- papá nos sonrió mientras hablaba, era esa sonrisa hecha de felicidad que siempre terminaba contagiándonos a todos. En sus ojos habían chispas de esperanza- Imaginen a toda la gente viviendo el ahora...
Jenny tosió.
Una vez.
Y otra. Y otra. Y luego otra.
Comenzó a ponerse roja. No respiraba.
Me levanté de un salto, realmente asustado. Divisé una ambulancia pasando a nuestro lado, indiferente.
Corrí hacia ella lo más rápido que podía, tenía que alcanzarla, ellos mejorarían a Jenny.
Ahora una de esas mismas ambulancias se hallaba frente a mí, pero con una huella de perro al lado de la cruz.
Gente bajó de ella y me rodeó.
Se agacharon y rozaron mi estómago destrozado por las huellas del auto que me había atropellado.
Solté un aullido de dolor que hizo que mis ojos se cerraran.
Pero no me hicieron caso, incluso estuvieron a punto de pasarme por encima.
Volví con mi familia corriendo.
Jenny tosía sangre.
Mamá llamaba por teléfono, llorando.
Papá trataba de ayudar a respirar a Jenny con su inhalador.
Todo era un caos hasta que la misma ambulancia que casi me mató, se detuvo cerca de nosotros.
Subieron a Jenny y a nuestros padres.
A mi simplemente me dejaron.
No tuve más remedio que correr persiguiendo a la ambulancia.
Fue entonces cuando un hombre ebrio que iba manejando me lanzó una botella de vidrio, que dio en mi ojo, y luego me pasó por encima mientras reía como un loco.
Un hombre quiso subirme a la ambulancia, pero cuando trató de tomarme su mano entera se manchó con mi sangre. Era una hemorragia que sabía, no podrían contener.
Otra ambulancia, esta vez de personas, se detuvo, y pude ver a la pequeña Jenny bajar con dificultad y arrodillarse a mi lado.
Rompió a llorar.
-No me dejes, Arturo...por favor...te necesito, te necesito aquí conmigo...eres mucho mejor que cualquier persona, eres mi hermano, eres mi mejor amigo...
Levanté la cabeza, y aunque el dolor me dejó momentáneamente ciego, me arrastré hasta su regazo.
Oía los latidos de mi corazón y del suyo.
Oía que ya todo estaba bien con ella.
Podía sentir que aún le quedaba vida por delante...
Pero a mí ya no.
Solté un ladrido lastimero.
No me importaba nada, ahora que sabía que Jenny estaba mejor, y mientras ella estuviera viva, papá y mamá serían felices hasta el límite.
Y entonces, antes de dejar de sentir nada, imaginé a toda la gente viviendo su vida en paz.
Me froté contra el regazo de Jenny.
La miré a los ojos.
Vi a mamá y papá a lo lejos.
Y todo se oscureció...
Quizá digas que soy un soñador, pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros.
Y el mundo vivirá como uno...
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