Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Gleestory 7: Marry you

Casarme Contigo (Marry you), es una canción presentada en el episodio Furt. La versión original pertenece a Bruno Mars de su álbum debut titulado Doo-Wops & Hooligans. Fue cantada por New Directions en la boda de Burt Hummel y Carole Hudson, con solos de Finn, Rachel, Quinn, Sam, Artie, Brittany,Tina y Mike. Fue la canción de apertura de la boda en la iglesia.

@FreedxmPsychxtic (mejor conocida como SarahiZelayaPineda) y @xRememberMex (SusethTati).

.

Al tiempo que las puertas se abrieron, a mis oídos llegaron los gritos de las personas gritando eufóricas. Bailaban, reían... Pero yo sólo tenia ojos para ella. Para ver su silueta moverse al son de la danza. ¿Aún existían los ángeles? Porque juro que ella parecía uno.

Su melena rubia se movía de un lado a otro, acompañando a sus sensuales movimientos. Las luces de neón iluminaban una pequeña parte de su rostro cuán rayos de sol en pleno verano.

Pero no era la playa, no, era simplemente una de las tantas discotecas de Las Vegas. Una triste y aburrida fiesta como a las que solía ir a diario. Pero esta vez, era diferente, porque allí estaba ella. Moviendo sus caderas e invitándome a admirarle.

Mis ojos no dejaban su anatomía, era demasiado perfecta. Allí, bailando en medio de la pista de baile. Sola. Con los ojos cerrados y una sonrisa en su rostro.

Camine hacia ella dejando atrás a mis amigos, muchas chicas se me acercaron en el camino -el cual me pareció eterno- pero yo sólo tenía ojos para ella.

Cuando llegue hasta ella, no dudé ni dos segundos en rodear con mis brazos su cintura, haciéndola sobresaltar y darse la vuelta velozmente. Sus músculos se relajaron al tiempo que me tuvo frente a ella. Una radiante sonrisa surco sus labios y con una agudo grito de alegría, se abalanzó hasta mi, rodeando mi cuello con sus dos delgados brazos.

-¡Jonny! -exclamo su dulce voz como melodía para mis oídos.

-Creí que volvías hasta en dos días -dije confundido.

-Ya, pero es qué yo no planeaba verte por aquí. Te quería dar una sorpresa pero te me adelantaste -explico Lay-, y yo que iba a ir a tu casa mañana a la tarde. -Hizo un pequeño puchero con sus labios haciéndome reír.

-¡Jo, pues haberme dicho antes!.

-¿Y que querías que te dijera? "Hola Jonny, ¿sabes? Quiero darte una sorpresa así que por favor no vayas a Diamonds Discoteque hoy, ¿vale? Adiós, besos." Pues no, no te jode.

Deje que una carcajada saliera de mis labios al escuchar sus palabras, la había extrañado demasiado, Las Vegas no eran lo mismo sin ella.

-¿Bebemos algo? -pregunte señalando la barra a unos cuantos metros de donde nos encontrábamos.

-Vale -acepto Lay mientras una sonrisa adornaba su rostro.

Entrelazó sus dedos con los míos y empezó a caminar hacia la barra a grandes zancadas, arrástrandome a sus espalda. Cogí su mano con fuerza, tratando de aferrarme a aquel momento y no dejarlo ir jamás. No sabía cuanto más podía seguir con todo eso, es decir, por dios, ¡la quería demasiado!.

La verdad es qué era algo bastante irónico teniendo en cuenta que podía tener a la chica que desease... Pero ella, ella era diferente, porque a diferencia de las demás, ella no estaba allí por mi dinero, ella conocía todo sobre mi, ella era mi mejor amiga, mi confidente, mi aliada... Mi chica.

-¿Qué deseáis tomar? -pregunto el barman una vez que nos encontrábamos ya en la barra.

-Quiero el mejor vino de la casa -pedí.-Debo advertir que es bastante caro... -corté el monólogo del barman levantando mi mano.

-He dicho que lo quiero. -El hombre asintió y se dio la vuelta yendo a traer nuestro pedido.

-¿Cuándo es qué te has vuelto tan borde? -pregunto Lay enarcando una ceja.

-Lo que causa estar lejos de ti...

-Dime por favor que no has echo ninguna tontería mientras no estaba -ella me miro con ojo crítico haciéndome soltar una carcajada.

-Nop -confirme haciendo estallar la "p"-. He esperado hasta que volvieras para hacer alguna estupidez... Las cosas no son lo mismo sin ti.

-¡Vale, creo que voy a llorar! -bromeo Lay.

Era eso justamente lo que me había enamorado de ella, su naturalidad, la manera en la que sabía encontrar el lado divertido a todo. Ella transmitía felicidad, era como si una capa de alegría rodeara todo su cuerpo y te contagiase todos sus sentimientos.

El barman llego varios minutos después, llevando consigo mi pedido. Bebimos varias copas de vino hasta que sentí como las paredes se movían.

Layla bailaba junto a mi, se reía y me contagiaba su risa, verla feliz me hacia serlo a mi también.

-Creo que es hora de irnos -dije a lo que ella hizo un puchero-. Lay... -demande tratando de poner mi mejor cara de autoridad. Ella suspiro sonoramente para luego asentir cabizbaja.

-Vale -acepto a regañadientes.

Pague la cuenta y le di una buena propina al barman por haber respetado a Layla. La mayoría del tiempo terminaba despidiendo a los trabajadores por mirar de una manera morbosa a Lay. Ella era una mujer y merecía respeto por ello, eso era denigrante.

Me despedí del dueño de la discoteca y de mis amigos para luego salir de aquel local con Lay colgando de mi brazo. Ella se había quitado los tacones de punta de aguja y los llevaba en una de sus manos mientras con la otra se aferraba a mi brazo tratando de no caer. Para mi suerte, yo no estaba tan borracho como ella, por lo que podía mantenerme en pie correctamente.

Mi chofer nos abrió la puerta y entré al coche seguido por Lay, quien se acomodó junto a mi, apoyando su cabeza en mi pecho. Lleve una de mis manos hasta su larga melena rubia y acaricie con mis dedos su sedoso cabello.

Mi mirada escaneo todo su rostro mientras un sentimiento desconocido estrujaba mi pecho. Yo la quería demasiado, era ella quien me había aceptado aún sabiendo mis defectos y además me había apoyado aún sabiendo que lo que hacia estaba mal. Ella había podido entregarme a la justicia y salir ilesa de eso, porque sabía perfectamente que no podría hacerle daño. Pero a pesar de todo eso, no hacia nada. Se mantenía firme, junto a mi.

-Lay -le llame a lo que ella se removió de mi pecho y me miro fijamente.

-¿Si?.

-Te quiero, ¿lo sabes, no?.

-¡Claro que si! ¡Yo también te quiero mucho Jon! -ella me abrazo fuertemente y yo no dudé ni un segundo en corresponder su abrazo. Sabía que ella no me quería de la manera que yo lo hacia, pero no me importaba. Con al menos saber que formaba parte de su corazón, ya era feliz.

-Lay... ¿Recuerdas cuando jugábamos a qué nos casábamos? -pregunte sonriendo mientras recuerdos de mi niñez inundaban mi mente.

-¡Si! -dijo Lay deshaciendose de mi abrazo-. ¡Ay, eras una monada! -largue una carcajada mientras negaba con la cabeza. ¿Cómo era que ella podía hacerme sonreír con tanta facilidad?.

-Tu también eras muy linda... Y lo sigues siendo. -Ella me sonrió enormemente y beso mi mejilla haciendo que un escalofrío me recorriese de pies a cabeza. Yo la quería, ¿por qué ella no lo notaba?.

-¡Señor, cuidado! -grito el chofer rompiendo aquel hermoso momento junto a la persona que amaba. Voltee mi cabeza al frente, alarmado. Pero para cuando mi mirada se fijó en aquella calle iluminada únicamente por luces de neón, ya era demasiado tarde. El cristal de enfrente se estaba rompiendo mientras una bala impactaba justamente en el cráneo de mi chofer.

-¡Lay, hazte a un lado! -grite con los nervios al límite mientras desenfundaba mi arma.

Empece a disparar a una moto de donde había provenido el anterior disparo que había acabado con la vida de uno de mis más fieles trabajadores, lance un grito al sentir una bala impactar contra mi brazo derecho, sin embargo, seguí disparando hasta que después de varios disparos más, logre derribar al hombre que había tratado de matarme.

Pensé: «Ya estamos a salvo»

Pensé: «Han tratado de matarme»

Pensé: «Layla»

-¡Lay! ¿Estas bien? -pregunte girando mi cuerpo hasta donde ella se encontraba.

Mire su rostro comprobando que todo estaba bien, tenía unas cuantas lagrimas en sus ojos pero parecía que se encontraba en buen estado... O eso fue hasta que baje la vista y vi sus manos llenas de sangre mientras abrazaba a si misma su barriga.

-Lay... -murmure con un hilo de voz.

-Me han disparado -dijo ella mientras sollozaba en silencio. Sentí las lagrimas acumulararse en mis ojos mientras mi corazón dolía.

-Tranquila bebé, estarás bien -dije tratando de controlar mis nervios y no hacerla entrar en pánico. Saque el móvil de mi bolsillo y con manos temblorosas llame a unos de mis hombres para que enviase a alguien que viniese a por nosotros y preparase una sala de operaciones para Lay.

-Jon, me duele... -susurro Lay.

-Ya esta amor, todo estará bien ¿Si? Sólo no pienses en eso... To-todo estará bien -no podía hacerlo, simplemente no podía evitar no llorar.

¡Por dios!, ¡era mi princesa quien estaba herida!. Todo por mi maldita culpa, seguramente había sido obra de Ryan por no haber aceptado unir nuestras rutas de exportación y hacer de dos, un sólo negocio.

Hice que Lay se recostase en el asiento mientras acariciaba su cabello tratando de tranquilizarme.

-Jonny...-¿Qué-qué pasa amor? -para entonces, ya no me importaba si lloraba o no, ya no me importaba nada más que mantener con vida a mi princesa.

-No puedo más...-No digas eso bebé, tranquila, sólo debes aguantar unos minutos más ¿Vale? Todo saldrá bien -mi voz sonaba desesperada, casi como un ruego.

Sus ojos se cerraban poco a poco, por cada segundo que pasaba cada pétalo de vida se iba marchitando. Por cada latido disminuyendo en el corazón de Lay, el mío recibía una punzada de dolor imposible de describir.

-No, no, no, Layla mírame, no cierres los ojos ¿Vale? Aguanta, esto terminara pronto, sólo por favor no me dejes aquí...

-Jonny... -dijo Lay con las pocas fuerzas que le quedaban.

-¿Si? -pregunte sintiendo mis mejillas mojadas. Ella no podía irse, la necesitaba junto a mi. No podía dejarme sólo.

-U-un día antes de irme ha Canadá, dijiste que cuando volviera me dirías algo... H-he vuelto Jonny... ¿Qué era lo que debías decirme?.

-Yo... Yo quería preguntarte algo...

-¿Qué cosa? -su voz salió en un susurro lastimoso, haciéndome agudizar mi oído para lograr comprenderla.

-Yo iba a preguntarte si querías casarte conmigo... -Ella sonrió entre lagrimas, una sonrisa tan sincera y dolorosa como miles de dagas en mi corazón. Usando todas las fuerzas que le quedaban, busco mi mano y la entrelazo con la suya. Me miro a los ojos por una milésima de segundos mientras sollozaba en silencio sabiendo perfectamente que aquellos eran los últimos segundos que le quedaban de vida.

-Acepto -fue lo último que dijo Lay, para luego cerrar los ojos y sumirse en el sueño eterno del que jamás volvería.

-¿Lay? ¡Lay, háblame por favor! No joder, no te vayas... ¡No, no me dejes sólo!... -deje de hablar debido al nudo que tenía en mi garganta. Bese sus labios como si de alguna manera eso le devolvería la vida. Llore, llore como nunca antes lo había echo. Llore por cada año que viví junto a ella, y por cada año que no lo haría. Llore por cada uno de los besos que jamás logre darle, y por todas las palabras que jamás le dije. Llore por todo aquello que desapareció en un cerrar de ojos, y por todo aquel amor que jamás tuve oportunidad de darle.

Ella había sido mi princesa, mi mejor amiga, y ahora... La chica que jamás subiría al altar para casarse conmigo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: