Gleestory 12: Wrecking Ball
Nombre y artista original: Wrecking Ball, Miley Cyrus
Fue cantada por Marley Rose en el quinto episodio de la quinta temporada, llamado "The End of Twerk"
MMDreamer y Ann_Benzo
***
Siempre me he considerado un chico normal. No de esos que van a todas las fiestas, ni de los que están con toda chica que se les cruce por el camino, o algo por el estilo. Tampoco es que sea un antisocial ni nada, pero no voy por ahí tirándome chicas porque sí... sólo soy más callado y reservado que el resto.
Y tal vez uno de mis grandes sueños era seguir siendo ese alguien normal, enamorarme, tener una esposa, hijos, trabajo estable y una casa, todo eso en una agradable y pacífica vida.
Era eso, hasta que Katie Hall fue desmoronando ese, tal vez algo patético, sueño poco a poco.
Comenzó con la fiesta de mi mejor amigo, Dan, a la cual estaba obligado a ir por el simple hecho de ser la última fiesta del año. Iba todo bien, si es que algo puede estar bien en una casa llena de adolescentes borrachos, hasta que Katie llegó y, como siempre, quiso ser el alma de la fiesta.
No voy a contar detalles, pero recuerdo a la perfección el ridículo que hizo al subirse a esa mesa y comenzar a gritar.
No sé si sentí pena, compasión o algo parecido, pero simplemente no podía dejar que hiciera eso, a pesar de nunca haber cruzado una palabra con ella y que fuera de las más conocidas zorras en el instituto.
La bajé de la mesa, en la que ya comenzaba a imitar a una ardilla, a la fuerza.
- - ¡Déjame, déjame! ¡Tengo que buscar más nueces para el invierno! ¡Soy una ardilla!
Y es que ella podía no ser una de mis personas favoritas, pero esto era demasiado humillante, incluso para la chica más popular y sin escrúpulos que era.
Así que la cargué en contra de su voluntad, la llevé a la habitación de huéspedes y la encerré allí. Ella aporreó la puerta, gritando improperios.
- - ¡Déjame salir maldito acosador! -comenzó a gritarme, arrastrando las palabras. -Prefiero morir a perderme esta fiesta, ¡Déjame salir!
No duró mucho más hasta que finalmente cayó al piso. Quise dejarla tirada allí, pero por alguna razón me apiadé de ella. Entré con sumo cuidado a la habitación, tratando de no despertarla y la cargué hasta la cama. Dormida como estaba, pude apreciar su belleza y los suaves rasgos que formaban su dulce rostro.
Creo que esa fue la primera vez que mi corazón dio un vuelco en toda mi vida.
Recuerdo haber pensado que sería la última vez que le hablaría y me fui a casa esperando que ella no me recordara.
***
No sé si fue suerte o el destino, pero luego incluso de tres meses en vacaciones, me enteré de que ella estaba preguntando por mí. Al parecer una de sus amigas me vio cargando a Katie y en cuanto ella le preguntó, largó todo.
Eso fue solo el comienzo.
Voy a saltearme toda la parte vergonzosa en la que ella me acusa de ser acosador y contarles lo que pasó después.
¿Me enamoré de ella? sí, y al parecer ella sintió lo mismo, claro, después de hacerme la vida imposible, robarme la ropa mientras me duchaba en los camarines, subir vídeos vergonzosos a internet donde aparecía yo y convertirme en la burla del instituto.
¿Cómo lo haces para enamorarte de una persona así? Pues no lo haces, el amor es un sentimiento incapaz de controlar, actúa por cuenta propia, sin importarle tu cabeza. Oh por dios, sueno como un jodido cursi, pero es la verdad. No se elige de quién se enamora.
No pasó demasiado antes de que, finalmente, Katie admitiera sus sentimientos por mí y recuerdo perfectamente como fui la persona más feliz en todo el universo. En ese momento pensé que mi primer objetivo estaba completo: enamorarme. Pero como ya les dije, las cosas con Katie Hall, la Reina del Instituto, no podían darse de flores.
Realmente creí que tendría algo "normal", que era lo que me bastaría y dejaría feliz, con ella, sin embargo aprendí que las personas no cambian de un día para otro y vaya que estaba en lo cierto.
Su forma de ser hizo las cosas difíciles, aunque luché para que no me importara debido al sentimiento que abrigaba por y hacia ella. Lo hice todo, únicamente impulsado por el inevitable y estúpido amor.
Y quienes dicen que el primer amor nunca se olvida y es el más fuerte... pues están en lo cierto.
Le tuve fe ciega, la apoyé en sus momentos más difíciles y por más duro que fue, eso nos unió aún más. Yo la amaba, y ella a mí. Por fin todo parecía estar bien entre nosotros. En su momento parecía lo único que realmente importaba.
Su carácter fue el mayor problema hasta que empezó a ponerse pesada; haciéndome preguntas todo el tiempo, queriendo saber cada minúsculo detalle de mi vida, acosándome.
Inició mil y una discusiones, todas de ellas sin sentido alguno. Me decía que yo no era la persona de aparentaba ser, que todo en mí era falso y actuado. Se volvió maníaca y controladora con mi vida. Quería saberlo todo, que hacía, que comía, con quien estaba, todo. Y cuando la satisfacía, iniciaba una pelea que me agotaba, tanto mental como físicamente.
Finalmente me harté. Realmente pensé que podía dejar las diferencias que nos separaban a un lado para poder amarla, pero el sufrimiento que me hacía pasar día a día y ver como la situación comenzaba a destruirme terminó por superarme.
Supongo que eso es lo que pasa con las personas como Katie, les das una oportunidad, pero al final ellas terminan arruinándote por completo.
Mientes, manipulas, lo haces todo por ellas. Pero al final te das cuenta de que por más que lo intentes, jamás puedes ganar una batalla con personas como estas.
Tal vez sea muy duro, pero Katie arruinó mi vida y destrozó por completo mi corazón; y cuando le expresé que lo nuestro había terminado, simplemente me dijo: "sólo quería conocerte mejor".
Vaya mentira.
Lo único que logró fue echarme abajo.
"Como si fuera una bola de demolición"
Will Gerlad, 14 de febrero, 2014
***
23:45PM.
Enjuagué mis lágrimas mientras terminaba de escribir mi despedida a este mundo.
Y es por eso que quiero suicidarme, ya no queda nada en mi vida por lo que luchar. Al estar con Katie, alejé a las personas que más me importaban. Mis amigos, mi familia, lo di completa y totalmente todo por ella.
Doblé con cuidado la carta y la guardé en el sobre de blanco papel que crujió entre mis manos, tal vez confiando en que nadie la encontraría hasta mucho tiempo después de mi muerte.
Con el sudor recorriendo mi espalda y lágrimas en los ojos, tomé el arma que descansaba sobre la mesa, como una promesa de paz, y murmuré entre dientes mi última plegaria.
-No me arrepiento de nada, Señor. Por mucho que me duela lo que ha pasado y lo que voy a hacer, no me arrepiento ni deseo hacerlo, porque cada momento es irrevocable y perfecto. Y porque gracias a todo esto ahora lo entiendo, no todos podemos amar ni ser amados.
Y sin nada más que decir, jalé el gatillo.
***
15 de febrero, 2:37AM.
El sonido de las sirenas inundaba la cuadra, interrumpiendo la lluviosa madrugada del martes.
No muy lejos de allí, entre las sombras, una figura contemplaba el escenario, inmóvil; mientras una camilla salía desde un viejo edificio prácticamente en ruinas, donde un cuerpo era cubierto por un trozo cuadrado de plástico negro.
Una mano, blanca como la cal, caía por entre los pliegues mientras un suave hilillo de sangre se deslizaba entre sus dedos, cayendo al mojado pavimento.
Senderos de lágrimas caían desde los ojos de una mujer, a la cual su marido trataba de consolar manteniéndose inexpresivo frente a la pérdida de su único hijo. Aunque por dentro estaba tan destrozado como su esposa.
La policía había cerrado la calle, para así alejar los curiosos ojos de la gente mientras estudiaban el caso del chico.
La chica de desordenado cabello negro observó sin rastro de sentimientos en sus armoniosas facciones, como los forenses se llevaban el cuerpo del chico que una vez la había amado.
Una única lágrima rodó por su mejilla.
Mientras se alejaba del lugar, pudo escuchar los desconsolados llantos de la mujer, que junto con las sirenas y la lluvia, eran lo único que parecía anunciar que Will Gerlad ya no estaba en este mundo.
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