Mientras me sumergí en mis pensamientos, una persona se adentró a la habitación.

-Mucho gustó-comentó.

Si lo veías bien, podías notar que era un joven beta y tenía un aura asesina.

-Igualmente-comenté cortante-solo necesitó que tú-lo apunté-trabajes para mí-sonreí orgulloso.

-yo solo hago de mensajero señor.

-pensaste que no lo notaría Akiro Nakamura...

-veo que me reconoces-comentó sacándose la capucha-ya no será necesario tapar mi rostro-sonrió-¿Qué quieres entonces de mí?

-ellos te metieron aquí por una deuda, pagaré tu deuda, pero tendrás que hacer algo a cambio por mí.

-¿Se puede saber que es?

-solo necesito que te vuelvas mis ojos y oídos en el bajo mundo.

-¿Qué te dice que no te traicionaré?

-Firmarás un contrato de sangre, en él consideraré que cualquier indicio de traición, te llevará a tu muerte, pero si te mantienes fiel, podrás conseguir todo lo que quieras-saque de mi bolsillo un papel y se lo di-es tu decisión, pero que sea rápido no tengo más de diez minutos.

-¿Me dejarás tener lo que quiera?, aun si te pido que destruyas a alguien, ¿lo harías?

-Siempre que estés conmigo, no será necesario que los destruya yo, tú solo podrás contra ellos.

-lo haré-comentó haciéndose un corte en el dedo y echando su sangre en aquel contrato.

-ya está-comenté y guardé el papel-sígueme.

Salí de la habitación y me acerqué al mismo viejo, tire una bolsa de dinero en su mano y señalé al joven.

-con esto saldó su deuda, además de reponer con una cantidad generable por los problemas-me acerqué y susurre-limpie su nombre y elimine cualquier rastro de él.

Este asintió y me retiré de aquel lugar.

-desde ahora estarás en las sombras, nunca te alejes de mí a menos que te lo pida y no te muestres ante otras personas.

-como diga, señor-comentó dándole una reverencia a su benefactor.

-no es necesario la formalidad, al final tú eres un año mayor que yo.

×××

Ya era un día nuevo y me estaba adentrando en el campo de entrenamiento, cuando me encuentro con una extraña situación, podía ver a Aoi pisando la cabeza de alguien.

-te crees demasiado-comentó mientras con su pie pisaba la cabeza de un estúpido alfa-solo tuviste suerte de nacer siendo un alfa y además ni siquiera puedes intimidar con las feromonas inútiles que tienes, eres una vergüenza como alfa y como hombre-soltó una risa y patio al hombre con la suficiente fuerza para generar un gran dolor, pero ningún hueso roto-eres un estúpido, si creíste que me quedaría callada, un beta pudo rebajarte siendo mujer, qué pena me das.

-eres una perra.

-te diría lo mismo, pero los animales no tienen la culpa de tu idiotez, en cambio, puedo matarte en este instante, pero Kai me regañará-se acercó al hombre y lo pateó tres veces seguidas-con esto me conformó-sonrió con orgullo y se alejó, acercándose a dónde estaba parado Kai-podemos irnos, se me fueron las ganas al ver tanta basura.

Al no recibir respuesta de mi parte me arrastró hasta un árbol, en dónde se sentó y me tiró.

-¿Qué dijo ese estúpido para que estés así?

-solo es un idiota cómo todos los demás, creía que si yo era el segundo guardia de su majestad, entonces hasta un niño podría serlo, me rebajó cómo si fuera basura y que el duque se confundió al elegirme.

Me acerqué y le di un abrazo-tranquila, tú sabes más bien que nadie, que tú fuerza es de otro nivel, ninguna basura como ellos se puede comparar contigo.

-gracias-susurró.

-No hay que agradecer, hermana...