Desde un principio tus ojos me miraban de esa forma, y por más que lo intente ocultar, esos ojos parecían conocerme tan bien, que hasta me sentí descubierto.

—al final nunca me contaste—comenté cuando recordé algo.

—¿Qué cosa?

—En la fiesta de bienvenida, dijiste que estabas feliz de verme desde aquella vez, pero nunca me contaste a qué te referías.

—Seguro no te acuerdas, pero cuando era niño huí de mi casa y llegué a un pueblo, tu pueblo…

Lo miré fijamente, eso me había tomado por sorpresa.

—Era un niño y me puse nervioso al estar lejos del ducado, por lo que camine sin rumbo, cuando me decidí a quedarme debajo de un árbol, ahí apareciste tú, me trataste demasiado bien y me sonreíste de esa forma tan hermosa.

Abrí los ojos con sorpresa, yo era aquel joven que aparecía al final de la historia, aquel niño que había ocupado el corazón del duque toda su vida, aquel por el cual nunca miraba a nadie con amor.

Aquel niño…

Era yo…

Bueno, no, él conoció al dueño original, pero para mí era yo, al final yo soy quien ahora está en este cuerpo.

—Me quedé contigo y tu familia hasta que llegó mi padre, aquel día prometí volver a encontrarte y tú prometiste quedarte allí, hasta que volviera—tomó un poco de agua—tu pueblo fue el primero que visite al inicio de ese viaje y después de descubrir lo que había sucedido, decidí visitar todos los pueblo vecinos.

Y allí estaba una de las dudas que había tenido, ¿por qué Shiro en este mundo, no había seguido como en la novela, buscando en los otros pueblos?

La respuesta tenía sentido, por que seguir buscando si ya me había encontrado.

—¿Supiste desde que me viste, que yo era ese niño?

—Si, al principio fue un sexto sentido, pero después lo confirmé con tus ojos, expresiones, sonrisas y respuestas, sabía que eras tú.

—¿Por qué te guste?

—Fuiste el único niño que me sonrió y no salió corriendo al verme, eras tan lindo y me trataste tan bien, era imposible que mi yo de niño no se enamorara, igual que ahora.

—Dices esas cosas de manera tan simple, que haces que me sonroje.

—Es que soy sincero, es imposible no amarte—sonrió y cuando iba a continuar alguien lo interrumpió.

—Todos presten atención, se ha enviado un informe a todos los estudiantes, en el cual se les avisa que deberán volver a sus hogares y a su vez cada familia deberá enviar alguno de sus hijos al campo de batalla, eso es todo, firmado por Su Majestad, el rey—comentó aquel escolta.

Hola, ¿como están?, espero que estén bien.
Agradezco mucho todo el amor que les dan a mis dos historias, y les agradecería, si dejan algun comentario, me encantaría saber si les está gustando la historia, tanto como a mí escribirla, bueno un saludo 🫡