Capítulo 2
7 años después~
Aquí me encontraba, después de que llegue a este pueblo, tal y como había dicho Aoi me enseñaron a manejar un arco, yo ya sabía, aun así siendo un niño pequeño me costó sostener el peso del arco, un año después me volví un experto, así que ayude al pueblo casando animales para la comida o la ropa. Poco después a los diez me enseñaron a manejar una espada, según Fuji una parte esencial de la espada, era tener la edad suficiente para no lastimar los músculos al utilizarla, igual que con el arco costó al principio, pero poco después me fui acoplando, mezclé las habilidades aprendidas de Fuji, con la esgrima de mi anterior vida. Aoi siguió aprendiendo a utilizar el hacha, volviéndose una de las mejores, también aprendió un poco de espada, aunque no era de su gustó, y entre los dos aprendimos herrería, aunque Aoi no mostró mucho interés.
Cuando cumplí los 13, Fuji murió en una guerra, quedando solo yo y Aoi, aunque yo sabía que sucedería, no lo pude detener y ese fue el momento más débil que tuve frente a Aoi o como ella pedía que la llamara “hermana mayor”, lloré y lloré, aunque no quería, perderlo me afectó mucho, por qué había desarrollado sin saberlo, un gran cariño por él, los dos quedamos a cargo de Dai, el heredero de la herrería de Fuji.
Ahora, con la edad de 15 años, cerca de cumplir los 16,era el tiempo en que el protagonista debería aparecer.
Estábamos caminando por el pueblo, mientras Aoi me iba contando uno de sus tantos casos de estrés, en el pueblo a veces venían visitantes y entre ellos muchos a simple vista se acercaban a “coquetear” a mí hermana y a mí, razón por la cual muchas personas se fueron del pueblo, con algún brazo menos.
Desde que cumplí quince, me puse atento con cuál quiere indicio del protagonista, también empecé a estudiar todo lo posible, con lo que había en el pueblo, se podía decir que no había un libro en el pueblo que no haya leído y para eso solo había una razón, la Academia Real, si el protagonista no llegaba antes del inicio de la novela, tendría que postularme para recibir una beca para plebeyos.
Sobre mí, se podría decir que ahora que tenía 15 años, ya había pasado por mi primer celo, lo pude controlar, pero fue mucho más complicado de lo que esperaba, además mis feromonas atrajeron a muchos alfas y provocó un problema para Aoi aun así ella me protegió. Empecé a acostumbrarme a mis feromonas y por parte agradecí por lo menos ser Omega Puro, ya que no podía doblegarme ante ningún alfa, al menos que sea mi destinado o la persona que me marcó.
Aprendí formas de mantener en control mis feromonas y en poco tiempo pude parecer un beta, aunque mis ojos siempre me delataban.
×××
Me encontraba entrenando arquería, prepare el arco, posicione mis pies, llegando a mi postura normal, extendí el arco a un lado, hacia el blanco, y con los brazos ligeramente doblados y paralelos al suelo, mientras al mismo tiempo con la mano que usaría para disparar, estire la cuerda hasta a mi mejilla, llegando al “punto de ancla”, miré atentamente el punto que había marcado en un árbol y disparé. La flecha llegó al árbol y cayó justo en el pequeño punto que había marcado, agarré otra flecha y volví a disparar, quebrando la anterior flecha en dos y quedando en medio.
—Kai, hermanito—gritó Aoi mientras saludaba al recién nombrado.
Solo asentí con la cabeza y me acerqué a ella, hasta que note tres personas atrás de ella, gire mi vista y los recorrí con la mirada antes de preguntar.
—¿Quiénes son?
—Unos nuevos visitantes, vienen en busca de jóvenes con grandes habilidades.
Volví a girar mi vista hacia ellos, el primero parecía un joven de no más de 20 años, era peli marrón y tenía ojos verdes, llevaba unos anteojos, junto con una libreta en mano, el otro parecía tener entre 25 años, era musculoso y tenía los ojos negros, igual que su color de pelo, por último un joven más o menos de mi edad, tenía el pelo de un color azulado y unos ojos azules, tenía lindas facciones, cejas en forma de espada, nariz respingada y unos labios rosados, con un tono de piel claro y todo su ser gritaba "alfa".
Apenas lo vi, pude notar inmediatamente que era el protagonista.
—¿necesitan algo?—comenté alejándome y buscando la botella de agua que había dejado en un tronco.
—quiero acompañarlos—comentó segura Aoi—ya no nos queda nada aquí, podemos irnos a la capital y tener una mejor vida.
Gire mi vista y la mire atentamente—¿estás segura?
—claro, una vida haciendo lo que me gusta, no tiene precio.
—como quieras—agarre la toalla y me la puse en el cuello.
—¿vendrás?, o no.
—claro, si no soy una molestia, sabes que no pertenezco aquí.
—para nada—comentó el chico de ojos verdes—con tu destreza en el arco, serás perfecto.
—gracias—comente.
-—nos iremos en dos horas—dijo Aoi.
La miré—todavía tengo que practicar esgrima, te molestaría agarrar la valija que está abajo de mi cama, tengo todo guardado, tenía pensado ir a la capital a empezar a estudiar—Aoi me miró indignada, probablemente porque no le había dicho, después soltó una risa y asintió con la cabeza.
—¿te molestaría que nos quedáramos acá?—comentó el protagonista.
Lo miré atentamente y negué con la cabeza.
Me acerqué y guarde mi arco, me acerque y saque una pequeña espada de madera de mi bolsa.
—me llamó Kai Miyazaki—comente y gire a mirarlos, notando una pequeña emoción en los ojos del protagonista.
—oh, perdón, no me he presentado Shiro Sasaki del ducado de Parce y ellos son Ryu Fukushima, mi guardia real—dijo para que el joven musculoso, peli negro y ojos del mismo color, suelte una sonrisa orgullosa—y Yagami Sora mi mano derecha e informante—comento y el joven pelinegro soltó una sonrisa nerviosa, aunque sus ojos mostraban emoción.
-espero llevarnos bien- comenté para seguir con mi entrenamiento.
-igualmente-comentó el prota con una sonrisa.
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