Antes de regresar a Estados Unidos quise ver a Martin, cuando llegué a la agencia no había nadie a pesar de todo el nombre Scarlet había quedado marcado para siempre y la agencia tenía que cerrar. Cona puerta de su oficina semiabierta toque y la abrí y al verme se quedó mirándome por un momento hasta que tiro los papeles con los que estaba bregando y se acercó a darme un abrazo y a pesar de que se estaba recuperando su abrazo casi no me dejaba respirar y con sus ojos llorosos me dijo "Gracias , Muchas Gracias" y se quedó callado y acerco sus labios a los míos y me dio un tierno beso y lentamente lo separe de mí.

—Lo siento, ¿qué haces aquí?

—Quería ver que estuvieras bien y hablarte de algo que debes saber.

—¿Que debo saber que te llamas Rafael y no Adrián?

—¿Cómo...?

—Realmente no podía creerlo al principio, pero luego pude entenderlo, tuve que dar declaraciones y...

—Te contaron todo... Lamento que te hayas enterado de esa manera, no sabes cómo odiaba mentirte.

—No tienes por qué lamentarte, se porque lo hiciste, lo hiciste por lo mismo que yo, pero aquel día en el cuarto... ¿Te acostaste conmigo para sacarme información?

—Jamás, nunca haría eso, aquel momento fue uno que no sé cómo explicarlo...

—Te entiendo, la palabra que se me viene a la mente es... mágico, desde el momento en que te vi...

—Te lo agradezco Martin... pero

—Lo sé, en tu corazón no hay espacio para mí.

—Si lo hay, ya estás en mi corazón... como un gran amigo que siempre contara conmigo.

Luego de aclarar las cosas y el recoger algunas cosas y apagar el letrero Scarlet para siempre salimos hacia fuera donde llegaba la hija de Martin sin maquillaje, sin trajes provocativos, solo como una señorita hermosa igual que su padre.

—Me alegro de que estés bien, quería agrade...

La interrumpió. —No tienes nada que agradecerme.

Allí a las afueras pude presentárselos oficialmente a Anastasia y Christian que estaban afuera esperándome, se dieron la mano e intercambiamos historias y cuando nos despedíamos para tomar vuelo para Estados Unidos, Martin nos detiene y nos dice que no tenemos que marcharnos tan pronto. Scarlet había cerrado, pero aún tenía boletos para el gran carnaval en rio de janeiro y nunca habíamos ido porque no fue difícil contestarle y le dijimos que iríamos.

Cuando llegamos nos dirigimos hacia un lujoso hotel cerca de la playa, desempacamos un poco, nos cambiamos y rápido nos dirigimos hacia la playa, varias personas van a tomar sol y quedarse en la arena, pero yo fui corriendo y me metí al agua como nene chiquito y con el tiempo todos estábamos en el agua disfrutando y bebiendo.

—¿Martin y que piensas hacer ahora?

—Aún no lo sé, toda mi vida siempre había girado en torno a Scarlet, pienso tomarme un tiempo y disfrutar y pasar tiempo con mi hija y ya luego el tiempo dirá.

—Sabes que no tienes que preguntar, conmigo, con nosotros siempre tendrás las puertas abiertas para trabajar con nosotros.

—Gracias.

Llegada la noche había tantas personas de diferentes nacionalidades y diferentes edades solo para ver el gran desfile. Todos estaban casi desnudos con esos vestidos de carnaval llenos de plumas y colores. Las carrosas eran hermosas y gigantes. Allí estábamos los cinco viendo todo el desfile bebiendo, disfrutando y sacando fotos y videos hasta mas no poder. No sabía que hora de la madrugada era, yo no bebo mucho era el más sobrio que estaba y estaba cuidando de todos. La hija de Martin había ya llegado a la habitación mucho antes y para no despertarla Martin pregunto si podía quedarse en la nuestra, nadie respondió ni captaron la pregunta, solo lo dejaron entrar y ya mi mente estaba maquinando algo que pudiera ser peligroso...